Escritor, periodista y premio Nobel colombiano, considerado una de las figuras más representativas de la narrativa del siglo XX.
Vida
Nació en Aracataca, pero muy pronto se marchó a vivir a Bogotá. Allí se inició en el periodismo, aunque también estudió derecho. Fue redactor de “El Universal”, un periódico de Cartagena de Indias durante 1946, de “El Heraldo en Barranquilla” entre 1948 y 1952, y de “El Espectador en Bogotá” a partir de 1952. Entre 1959 y 1961, trabajó para la agencia cubana de noticias, “La Prensa”, en Cuba, la Habana y Nueva York. Debido a que era de izquierdas, se enfrentó con el dictador Laureano Gómez y con su sucesor, el general Gustavo Rojas Pinilla, y tubo que pasar las décadas de 1960 y 1970 exiliado en México y España.
Como otros escritores del boom de la Literatura latinoamericana defendió la Revolución cubana, pero, a diferencia de muchos de ellos, sigue apoyando a Fidel Castro y manteniendo polémicas en la prensa y en encuentros con otros escritores sobre la actual situación cubana, especialmente en lo que respecta a los derechos humanos.
Ya premio Nobel, aceptó tomar parte en la dirección de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, junto con el cineasta argentino Fernando Birri. Ha intervenido en varios guiones cinematográficos, tanto de obras suyas como originales.
Obra
Sus primeras novelas reflejan el ambiente de violencia e intolerancia que Colombia vivía en el momento en que las escribió: La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) y Los funerales de la Mamá Grande (1962). En estas primeras obras se percibe una evolución estilística que pasa de la prosa barroca y elaborada de La hojarasca y de algunos de los cuentos de Los funerales de la Mamá Grande al laconismo y la frase desnuda al estilo de Graham Green o de Ernest Hemingway. El coronel, es una obra dramática historia en la que ya aparecen algunos de los personajes que reaparecerán en su obra más conocida: Cien años de soledad.
Cien años de soledad (1967) narra la historia de la familia Buendía a lo largo de cien años y del pequeño lugar Macondo que acaba sepultado y destruido por las guerras y el progreso. El nombre de Macondo era el de un lugar próximo a Aracataca, y García Márquez lo convirtió en uno de los referentes geográficos literarios inolvidables, como William Faulkner había hecho con su condado de Yoknapatawpha en Mississippi.
Esta novela, escrita en dieciocho meses durante su exilio en México, muestra ya la escritura y estilo consolidado del autor y sus mundos y obsesiones. Todo parece arrancar de las leyendas y relatos fantásticos aprendidos en su infancia que le permitieron desarrollar una gran imaginación llena de imágenes obsesivas: es el mundo mágico que se le suele atribuir a este autor.
Otras obras narrativas importantes suyas son El otoño del patriarca (1975), en torno al poder y la corrupción políticos; Crónica de una muerte anunciada (1981), la historia de un asesinato en una pequeña ciudad latinoamericana; El amor en los tiempos del cólera (1985), una historia de amor que se desarrolla también en Latinoamérica, y El general en su laberinto (1989), una narración ficticia de los últimos días del revolucionario y hombre de estado Simón Bolívar.
También es autor de varios libros de cuentos como La increíble y triste historia de Eréndiray de su abuela la desalmada (1972) o Doce cuentos peregrinos (1992). García Márquez ha despertado admiración en numerosos países occidentales por la mezcla de realidad y fantasía que lleva a cabo incluso en sus textos periodísticos, como Noticia de un secuestro (1996), un reportaje novelado sobre el narcoterrorismo colombiano. En 1998 publicó su autobiografía.
Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982 y fue invitado por el gobierno colombiano a regresar a su país, donde ejerció de intermediario entre el gobierno y la guerrilla a comienzos de la década de los ochenta.