Literatura


Francisco de Quevedo


Francisco de Quevedo

Nació en Madrid en 1580. Se dedicó a la política y por diversas actividades en Nápoles fue desterrado. Más tarde entabló amistad con el conde de Olivares y llegó a ser nombrado poeta secretario de Felipe IV. Sin embargo, por motivos mal conocidos, fue encarcelado y permaneció cinco años en prisión. Murió en Villanueva de los Infantes en 1645.

Obra literaria

Quevedo es autor de una obra abundante e importante, tanto en prosa como en verso. Cultivó los más diversos géneros literarios: poesía lírica, prosa doctrinal, novela picaresca, teatro.

Obras en prosa

La producción de Quevedo comprende obras festivas, picarescas, satíricas, filosóficas y políticas. Entre ellas se destacan dos: Los sueños y la Historia del buscón llamado Don Pablos.

Obras en verso

La obra en verso de Quevedo es tan extensa como su obra en prosa y en ella se aprecian tanto la poesía moral, religiosa, política y amorosa como la sátira, la burla y hasta la ofensa personal.

Estilo

Quevedo sabe extraer de la lengua todas sus posibilidades expresivas y trabaja con los distintos niveles de la lengua habitual. Quevedo maneja el lenguaje de germanía y los vulgarismos más procases, tanto como la expresión culta y remansada.

Emplea la antítesis, las hipérboles, los equívocos y los juegos de palabras, siempre buscando la condensación expresiva propia del conceptismo.

El ideal artístico del Barroco

El Barroco valoró la libertad absoluta para crear y distorsionar las formas, la condensación conceptual y la complejidad en la expresión. Todo eso tenía como finalidad asombrar al lector. Dos corrientes estilísticas ejemplifican estos caracteres: el conceptismo y el culteranismo. Ambos son dos facetas del estilo barroco que comparten un mismo propósito: crear complicación y artificio

Conceptismo y Culteranismo

El conceptismo incide en el plano del pensamiento. Su definidor fue Gracián quién definió el concepto como “aquel acto de entendimiento, que exprime las correspondencias que se hallan entre los objetos”. Para conseguir este fin, los conceptistas se valieron de recursos retóricos como la paradoja, la paronomasia o la elipsis. También emplearon la dilogía, que consiste en emplear un significante con dos posibles significados.

El culteranismo, representado por Góngora, se preocupa, sobre todo, por la expresión. Sus caracteres más sobresalientes son la latinización del lenguaje y el empleo de metáforas e imágenes.

  • La latinización del lenguaje se logra mediante el uso intensivo del hipérbaton y el gusto por incluir cultismos y neologismos.

  • La metáfora es la base de la poesía culterana. El encadenamiento de metáforas o series de imágenes tiene el objetivo de huir de la realidad cotidiana para instalarnos en el universo idealizado de la poesía.




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Enviado por:buffy
Idioma: castellano
País: Argentina

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