2.- Índice

-¿Dónde se encuentran los fósiles?

-Definición de fósil característico

-Datación del tiempo en geología

3.- Definiciones:

Fósil:

Son restos mineralizados de seres vivos que vivieron en el pasado. En sentido estricto sólo se consideran fósiles las partes duras mineralizadas del organismo (huesos, conchas y caparazones).

Se encuentran:

En los estratos de rocas sedimentarias y también en pizarras.

Su utilidad es:

- Datar cronológicamente la edad de los estratos en que se encuentran.

- Establecer las condiciones en que vivieron estos organismos (clima, vegetación, modo de vida, ecología, etc.)

Datación del tiempo en geología:

La unidad de tiempo es el millón de años, así pues se establece la siguiente escala; EÓN (mil millones de años), ERA, PERIODO y ÉPOCA.

Hay dos métodos de datación:

- Datación relativa: se basa en el principio de superposición de estratos, que considera que se van depositando por orden de antigüedad. Éste método sirve para determinar la secuencia cronológica de unos determinados procesos geológicos, pero sin precisar la edad.

Según este método; estratos localizados en distintos sitios que tienen el mismo fósil, tienen la misma edad.

- Datación absoluta: Determina con un bajo margen de error la edad de un estrato, de una formación geológica, etc. Se basa en métodos radiométricos que miden la desintegración de determinados elementos radiactivos (que se encuentran en los materiales de la corteza) que se convierten progresivamente en un elemento estable. Se llama periodo de semidesintegración al tiempo que tarda el elemento en reducirse a la mitad. Ejemplo:

URANIO 238 PLOMO 276

4500 mill. de años

Fósil característico: Es aquel que sirve para identificar un determinado tiempo geológico. Debe cumplir las siguientes condiciones:

• Haber vivido únicamente a lo largo de una era geológica determinada.

• Ser fácilmente fosilizable.

• Tener una amplia difusión geográfica.

• Trilobites: era 1ª o paleozoico.

• Ammunites y Belemnites: era 2ª o mesozoico.

• Nummunites: era 3ª o cenozoico.

5.- Hoja de clasificación de los seres vivos

• Protozoos foraminíferos nummulites

Tetracoralarios calceola

• Celentéreos corales

Hexacoralarios placosmilia

equínidos

• Equinodermos

crinoideos

spiríferidos spirifer

• Braquiópodos rynchonellidos rynchonela

Terebratúlido terebrátula

• Artrópodos trilobites (crustáceo)

lamelibránquios

• Moluscos gasterópodos plannorbis y turritela

Ammonoideos ammonites

Cefalópodos

Belemnitedos belemnites

Seláceos (cartilaginosos) carcharodon

Peces

óseos

Anfibios anuros rana pueyoi

• Vertebrados

reptiles

diente de rinocernte

mamíferos

mandíbula humana

VEGETALES

• Pteridofitos licopodiales lepidodendron

7.- El Origen del Hombre:

Los hombres somos mamíferos primates. Los primeros Prosimios, que tenían el aspecto de los lémures actuales, aparecieron a finales del Cretácico, hace 70 m.a.

Los primates se distinguen por tener los ojos en posición frontal, (lo que les permite ver con relieve, y les obliga en general a tener un hocico corto). Son plantígrados, con cinco dedos en sus ligeras manos y pies, y el pulgar oponible. En sus extremos aparecen uñas, en vez de garras, lo que les da sensibilidad táctil. Y en especial, disponen de un voluminoso y complicado cerebro.

Los primates superiores surgen hace 40 m.a. Son los Antropoides, y hoy comprenden monos, antropomorfos y al hombre. De los monos catharrinos, o del Viejo Mundo, se separan hace unos 35 m.a. de los Hominoides. El primero de ellos fue el Aegyptopithecus (Fayum, Egipto). Este nuevo grupo está formado por Antropomorfos y por los homínidos (austrolopitecos y hombre).

Entre 8 y 5 millones de años, no existe prácticamente ningún fósil de hominoide. El motivo es que vivían en la selva, en cuyo suelo ácido no se conservan los fósiles.

Al acabar este periodo ya han aparecido los Antropomorfos: el gibón (Hylobates) y el orangután (Pongo pygmaeus), así como el gorila (Gorilla gorilla) y el chimpancé (Pan troglodytes). Es entonces cuando podemos hablar del verdadero origen del hombre.

En 1974, en el Afar, Etiopía, Donald Johanson encontró buena parte de un esqueleto de un verdadero homínido. Tenía 3,5 m.a. Era una hembra de talla pequeña y caminaba erguida. Su aspecto era muy similar al nuestro de cuello hacia abajo, y simiesco de cuello hacia arriba. La frente era huidiza, pues su cerebro solo tenía 550 c.c. (el nuestro tiene de promedio 1350 c.c., pero el del chimpancé no pasa de 400 c.c.) Recibió el nombre de Austrolopithecus afarensis, y el apodo de “Lucy”.

Cuatro años después, Mary Leakey, descubría en Laetoli, Tanzania, las huellas de las pisadas de tres afarensis, sobre ceniza volcánica, lo que demostraba sin dudas su andar erguido. Han aparecido restos, que sugieren una talla de 1,5 y 1,05 m y que están fechados entre 3,7 y 2,8 m.a.

Los antepasados de los homínidos habían vivido en una selva que se había ido aclarando y desapareciendo. Andaban ya erguidos, lo que les permitía ver mejor sobre la hierba alta de la llanura.

Ante este endurecimiento de las circunstancias, por una parte los Austrolopithecus empezaron a aumentar el tamaño de la mandíbula y a engrandecerse los molares.

Por otra parte los Homo, u hombres, tiene lugar el último paso evolutivo, que les lleva a nosotros. Es muy rápido y reciente, pues ocurre hace solo dos millones de años. El Homo comienza a desarrollar el cerebro, en vez de las mandíbulas y por tanto la bóveda craneal. Esto les permitía sobrevivir en el medio basado en habilidades: identificando especies de raíces comestibles, encontrando panales, al reconocer a los pájaros y sobre todo fabricando herramientas. Esta naciente inteligencia le hizo crear muchos instrumentos. Primero bolsas (hechas con nervios, hojas, piel...). Además usaban palos y lajas de piedra volcánica (choppers).

Hay varias limitaciones a tener en estos temas: La primera es la variación interespecífica. Vemos hoy personas de muy distinto tamaño, dependiendo de la edad, sexo, complexión, etc. Por eso existe la tendencia a considerar ejemplares de tamaños bastantes diferentes. Pero en algunos casos podría haber dos o más especies.

La teoría clásica, parte del Australopthecus africanus, pequeño y de mandíbula frágil, y que descendería del Ausrtalopithecus afarensis. Sus cráneos fueron descubiertos por Raymon Dart en Sudáfica.

Del africanus, habrá evolucionado el Australopithecus robustus, más fuerte y con cresta sagital así como un homínido de gran mandíbula, Australopithecus boisei. Éste fue contemporáneo de los primeros hombres (1,8 y 1,1 m.a.)

Estando así las cosas, Alan Walker encontró en 1985 el Autralophitecus aethiopicus. Databa de 2,7-2,5 millones de años. Su cara es similar al afarensis y su cráneo al boisei. Eslabón directo entre ambos, el boisei ya no descendería del robustus.

El descubrimiento trascendental fue el del “cráneo OH 24” en Olduvai, por Louis Leakey en 1972, y un año más tarde el del “cráneo 1470”, en Koobi Fora, junto el lago Turkana en Kenya, por su hijo Richard.

Se trataba de un hombre con dentadura como la nuestra y un craneo lo suficientemente abombado. Tenía 1.900.000 años, como probaba la datación radiactiva del tufo volcánico bajo el que estaba. Fue bautizado como Homo habilis, al atribuírsele gran número de choppers de piedra de los alrededores.

Éstos choppers eran núcleos de piedras volcánicas talladas mediante percusión. Con ellas raspaban las pieles de los animales, los descuartizaban, y rompian los huesos en busca de la médula. Constituyen la industria olduvense, que es el comienzo del Paleolítico inferior.

En 1984, de nuevo en Turkana, apareció el ejemplar más antiguo de una nueva especie de “hombre”: el Homo erectus de unos1.500.000 años. Alto y con un cerebro casi tan grande como el nuestro, tenía aun la frente huidiza y grandes arcos óseos en las cejas.

Durante un millón de años, apenas evoluciono físicamente. Se supone que comenzó a comer carne, emigró a Europa y Asia, inventó el lenguaje y descubrió el fuego. Se hizo cazador, y desarrolló instrumentos de piedra más variados y complejos.