Literatura
Flor de fango; José María Vargas Vila
FLOR DEL FANGO.
.
INSTITUCION EDUCATIVA MUNICIPAL CIUDAD DE PASTO.
TRABAJO DE CASTELLANO.
SAN JUAN DE PASTO, MAYO 20 DE 2005.
FLOR DEL FANGO
INSTITUCION EDUCATIVA MUNICIPAL CIUDAD DE PASTO.
TRABAJO DE CASTELLANO.
SAN JUAN DE PASTO, MAYO 20 DE 2005.
TABLA DE CONTENIDO
Pág.
Introducción 5
1. Análisis literario 6
1.1. Epígrafes 6
1.2. Biografía del autor 9
1.2.1. Vida 9
1.2.2. Obra 13
1.3. Tema y argumento general de la obra 16
1.3.1 Introducción a la obra 16
1.3.2. Síntesis de la obra 16
1.4. Resúmenes y comentarios 17
1.4.1. Resumen de la primera parte 17
1.4.1.1. Comentario de la primera parte 17
1.4.2. Resumen de la segunda parte 18
1.4.2.1. Comentario de la segunda parte 18
1.4.3. Resumen de la tercera parte 19
1.4.3.1. Comentario de la tercera parte 19
1.5. Temas claves de la obra 20
1.5.1. La llegada de Luisa a la hacienda “La Esperanza” 20
1.5.2. Los intentos de violación 20
1.5.3. La humillación de Luisa ante el pueblo F… 20
1.5.4. La muerte de Natividad 20
1.6. Localización geográfica de la obra 21
1.6.1. Mapa representativo 21
1.7. Tiempo histórico e interno de la obra 22
1.7.1. Tiempo histórico de la obra 22
1.7.2. Tiempo en la obra literaria 22
1.8. Tipos de descripción 23
1.9. Figuras literarias 24
1.10. Vocabulario y aclaración de expresiones 25
1.11. Comentario personal 42
Conclusiones 44
Bibliografía 45
INTRODUCCION.
Este análisis literario es una manera de confirmar que la obra “Flor Del Fango” fue leída y entendida por todos los estudiantes que llegamos a presentar este trabajo.
En esta exploración de la novela podemos encontrar algunos elementos que la conforman, como lo son el tiempo, las descripciones o la localización geográfica en donde se realizan los acontecimientos pertenecientes a este cuento.
También expresamos nuestro agrado por la obra por su realismo y por los momentos conmovedores que se dan en la misma.
ANALISIS LITERARIO.
EPIGRAFES
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De vez en cuando asomaba por las ventanillas del coche, tras una mano enguantada, el rostro encantador de una joven, casi una niña.
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El destino, iba hacia lo desconocido al combate rudo de la vida; como esos jóvenes reclutas que, húmedos los labios por el ultimo beso de la madre, van a tierras lejanas, a batallas sangrientas, a muertes ignoradas.
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Había temblado a la idea de verse casi sola en un pueblo extraño teniendo que lidiar con autoridades incultas y padres de familia díscolos.
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Al poner pie en tierra, su alta y elegante silueta proyectaba por los rayos del crepúsculo, se destaco majestuosamente y como engrandecida a los ojos de los que la aguardaban.
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A la vista de aquel hombre un recuerdo confuso broto en la mente de Luisa; ella lo había visto antes; ¿en donde? No distinguía bien en la brumosa conmemoración de sus recuerdos.
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Luisa se retiro con un ceremonioso saludo que sorprendió a la señora; la cual no se explicaba cómo la hija de un carpintero y de una planchadora podía tener tan elegante presencia, y tan distinguidos modales.
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Una ola vibradora de emociones extrañas, algo como el despertar de la naturaleza, el lejano y ardiente rumor de la vida, el rápido circular de la savia engendradora del amor.
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Cuando Luisa llegó a su habitación, aunque rendida por las fatigas del día, no pensó en dormir; encendió la lámpara que con un globo de alabastro, halló sobre el velador, y se puso a escribir para su madre; su mano se deslizaba rápida y nerviosa sobre el papel y varias veces hubo de llevar el pañuelo a sus ojos para enjugarse el llanto.
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La música callada, la soledad sonora, y se absorbió en serios pensamientos; el libro de su vida se abría ante ella; casi huérfana, joven, hermosa, sin apoyo, había llegado a aquella casa; ¿lo hallaría allí?
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Don Crisóstomo le inspiraba miedo, un recuerdo vago alimentaba aquel temor, aquel hombre le parecía ser el mismo que, muy niña ella, la habría perseguido muchas veces en las calles, hostigándola con promesas, con caricias sospechosas; el mismo que había osado hacer a su madre una propocisión de proxeneta, el que había querido comprar su virginidad impúber.
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Doña Mercedes le inspiraba recelo; había hablado con desprecio del oficio de su madre, su voz era un silbido de sierpe, había en ella algo de víbora.
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El despertar en aquella habitación mas austera que bella, me entristeció; no hay nada que revelara la tierna solicitud de un ser amado; ¡hay madre mía, tu estabas ausente!
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¡pobre madre yo te arrancare de esa servidumbre! ¡y haré que no mueras sin probar una gota siquiera de la dulzura de la vida!
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Sofía, conversando a mi lado, me sorprendió por la seriedad de sus pensamientos, y me hablo con cierta pesadumbre de la soledad y la tristeza del campo; hay algo en esa niña algo como un oculto dolor, que sin duda ha ocasionado la precocidad de su talento.
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He notado que el señor de la Hoz busca la ocasión de quedar solo conmigo en el salón, y entonces su conversación viene caer siempre sobre el tema del porvenir para mi; de lo ingrato de la tarea fue desempeño, de cómo una enfermedad podría sumirme de súbito en los horrores de una miseria, y como seria mi suerte si la orfandad acabara de caer sobre mi y quedara sola en el mundo
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Hoy ha sido un día terrible para mí; he llorado amargamente; ¡que horrible es la herida de una humillación! Yo no alcanzo a comprender por qué el trabajo honrado mancilla.
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Flotaban en la atmósfera; aromas de flores entreabiertas, subían hasta ella, como un himno de perfumes en adoración de su hermosura; rumores desconocidos y melancólicos la arrullaban como si gnomos amantes ocultos en el cáliz de las flores, y silfos enamorados errantes en las alas de la brisa.
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¡adiós¡ suspiró él, envolviéndola en una última mirada, delirante y cerrando la portezuela; el coche partió a gran trote; inmóvil quedó el joven, viendo alejarse así su amor inmenso; y, el paisaje, un paisaje de Teócrito, se obscureció a sus ojos, prismatizados por sus lagrimas; la ola de los recuerdo se desbordaba en su alma, rugiendo al estrellarse en las rompientes del dolor; montó a caballo y partió; volvió a su casa, aquella casa ya vacía para él
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¡cripta lúgubre, que guardaba el cadáver de su ensueño! Y entró en ella, para ser desde entonces el visionario triste; el poseído eterno de las nostalgias de amor; el idilio, el blanco idilio, había pasado; como un paisaje en la bruma, se hundía este sueño de amor; pasó el poema
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Y, toda su tristeza parecía condensarse en aquel pueblo de indios, solitario, aislado, melancólico.
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Aquellas tristezas que como nubes melancólicas, velan el nacimiento del amor; y, uno a uno fueron brotando sitios y recuerdo en la imaginación; aquel banco de piedra donde se adivinaron el amor en las miradas, entre perfumes del rosal silvestre y murmullos del agua fugitiva; el sitio aquel del árbol caído al pie de la cerca, en donde aquella tarde inolvidable Arturo, vino a confesarle su amor
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La oración, y con esta armadura rota ya en parte, fijos los ojos en el cielo, como absorto en su agonía y sordo a los clamores del levita, parecía insensible también a la gran lucha moral que se libraba a sus plantas.
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Luisa no veía nada, su dolor le formaba un limbo, en el cual caminaba como autómata; así llego al cementerio; al frente de la gran Necrópolis, a los lados dos extensos potreros encerrados en una verja, sobre el cual se leía: Cementerio de los pobres, allí a aquel anonimato lúgubre, a la fosa sombría de la canalla dirigió Luisa sus pasos, buscaba la sepultura común, la de los desheredados, la de los malditos leprosos de la suerte, los heridos del contagio feroz de la miseria; allí iba a depositar a su madre.
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Los escribas te condenaron, los pontífices te maldijeron, los levitas te calumniaron, los brutos te apedrearon.
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¡Oh, Dios! ¡Oh, amor! ¡Oh caridad! ¡Oh justicia
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Luisa se negó a entregar a su madre a la caridad de los extraños, y continuó su senda dolorosa; tocó a todas las puertas; menos a aquella donde estaba el oro, la deshonra, era la puerta del señor de la Hoz todos los días recibía una carta amorosa de él, todos los días una suplica, una promesa; nunca le respondió.
1.2. BIOGRAFIA DEL AUTOR.
1.2.1. VIDA.
Nació en Bogotá, en una familia de ideas radicales, el 23 de julio de 1860. Murió en Barcelona el 23 de mayo de 1933. Hizo sus estudios primarios y secundarios en Bogotá. Desde muy temprano participó en luchas políticas como periodista, agitador y orador. A la edad de 24 años, en 1884, actuó como secretario del general radical Daniel Hernández, durante el alzamiento que éste dirigió contra el presidente Rafael Núñez, líder del partido "nacionalista" y caudillo de la "Regeneración Nacional". Colombia era entonces una República Federal constituida por "Estados Soberanos" y con frecuencia sacudida por pronunciamientos y guerras civiles regionales. El levantamiento del general Daniel Hernández se inició en el Estado Soberano de Santander (al nororiente del país) y muy pronto se irradió a toda la nación. En 1885 los sublevados vencieron a las tropas del gobierno en la batalla de La Humareda, pero sus pérdidas fueron tan grandes que les resultó imposible continuar las operaciones. El propio jefe de la rebelión murió en esa terrible carnicería. Su secretario, Vargas Vila, huyó a los Llanos del Casanare donde el general Gabriel Vargas Santos le ofreció hospitalidad y refugio. Allí escribió su obra "Pinceladas sobre la última revolución de Colombia; siluetas bélicas".
Con este libro nació el Vargas Vila demoledor, iconoclasta, panfletario. En él trazó retratos crueles, grotescos, de los grandes jefes políticos de la "Regeneración", acentuando hasta la caricatura su confesionalismo católico, descalificando con adjetivos lapidarios, quemantes, todas las supuestas virtudes cívicas de esos líderes y presentándolos como monstruos ávidos de poder y cargados con toda clase de lacras morales. La respuesta gubernamental fue inmediata: se ofreció recompensa por la captura de Vargas Vila, vivo o muerto.
El panfletario huyó a Venezuela y se estableció en Rubio, donde fundó el periódico "La Federación". El gobierno de Colombia, mediante presiones y protestas, logró que esta publicación fuera clausurada por las autoridades de Venezuela. Vargas Vila se trasladó a Maracaibo y allí inició la producción de sus primeras novelas, que publicaba y vendía en forma de folletos, por entregas.
En 1891 viajó a los Estados Unidos y se radicó en Nueva York, donde muy pronto entabló relaciones con muchos exiliados latinoamericanos, intelectuales y conspiradores. Una cálida amistad lo unió al admirable José Martí y juntos participaron en actos, reuniones literarias, foros y encuentros de trabajadores, políticos y poetas. Martí nos ha dejado el testimonio de una reunión con obreros en la cual fue apasionado "el vehemente entusiasmo con que, sacados de sus asientos por ímpetu de amor, saludaron aquellos esclavos de América la peroración cadenciosa, inspirada, valentísima del colombiano José M. Vargas Vila, que cuenta sus días ya gloriosos por las batallas afamadas de su palabra y de su pluma en pro de la libertad".
En Nueva York, Vargas Vila fundó y redactó la revista "Hispanoamérica" y el diario "El Progreso". Allí se publicó también su libro "Los Providenciales", feroz diatriba contra los arrogantes caudillos y dictadores latinoamericanos.
En 1893 viajó a Venezuela donde el presidente Crespo lo nombró su secretario particular. Pero esto duró poco, pues Crespo fue derrocado y Vargas Vila debió regresar a su exilio en Nueva York. Están documentados sus frecuentes encuentros con José Martí y una carta de éste último, escrita a fines de 1894, muestra que Vargas Vila fue informado por su amigo cubano sobre los planes de retorno a la isla para integrarse a la guerra de independencia. Pocos meses más tarde, el 19 de mayo de 1895, caía Martí herido de muerte en el suelo de la patria que había amado por sobre todas las cosas de la vida.
Vargas Vila se fue a vivir a París, donde se habían refugiado tantos brillantes escritores latinoamericanos (Rufino Blanco Fombona, Enrique Gómez Carrillo y muchos otros). Con ellos estableció relaciones de amistad personal e intelectual, al mismo tiempo que continuaba publicando artículos, ensayos, novelas, narraciones y panfletos políticos. En Nueva York, a donde regresó en 1902, fundó la revista "Némesis", que pronto se hizo muy famosa. Él la escribía y editaba íntegramente y en sus páginas pueden hallarse las más finas y las más terribles de sus frases de combate. Es notable que Vargas Vila escogiera trasladarse a Nueva York para escribir allí, y no en otro lugar, su violento libro "Ante los bárbaros", implacable requisitoria contra el expansionismo norteamericano, con sus flamantes cañoneras y su "Política del Garrote".
Nuevamente establecido en París, continuó allí la publicación de "Némesis". Pero su vida personal había llegado a un punto crítico. Era intelectualmente admirado y temido, pero también profundamente odiado por gobiernos, academias e intelectuales tradicionalistas. Era un solitario, como un toro furioso combatiendo en medio del ruedo, sin vida afectiva íntima, sin un amor profundo, sin una compañía duradera. La neurosis comenzó a manifestarse en forma de actitudes agresivas e intolerantes, incluso hacia los propios amigos que lo estimaban y admiraban. Su médico le indicó que debía cambiar de aires. Se fue a vivir a Venecia.
Aunque el paréntesis veneciano fue breve (regresó a París en 1904), sus extravagancias decadentes contribuyeron allí a alimentar la Leyenda Negra de Vargas Vila que ya había comenzado a crecer como una hidra. En París, en Bogotá, en Caracas, en Nueva York, se decía que el panfletario era inmensamente rico. Que vivía como un príncipe. Que odiaba a las mujeres, a los curas y a las monjas. Que su misantropía y su odio a la iglesia nacían del hecho de ser hijo de un cura párroco y una monja depravada. Que era anarquista y que ayudaba con su dinero a los seguidores de Malatesta, financiando asesinatos y bombazos contra duques y marqueses. Que era homosexual. Que presidía sesiones de satanismo con sus amigos y cómplices. Que era impotente y que esta era la razón de su odio a todo lo viviente. Que era hermafrodita.
La sola enumeración de las perversiones y sicopatologías que se adjudicaron a Vargas Vila podría servir para hacer el catálogo de las perversiones y sicopatologías de sus calumniadores: la beatería tradicionalista de su país, los viejos círculos clericales hinchados de privilegios, cargados de rencores y de odios, incapaces de sentir amor cristiano, inválidos para la reconciliación y la bondad. Los intelectuales al servicio de estas alimañas no mencionaban siquiera el nombre de Vargas Vila. Hablaban del "expatriado", el "satánico", el "bastardo", el "lenguaraz despreciable", el "desnaturalizado", "el blasfemo", "el luciferino mendaz", el "enemigo de la paz, el orden y la autoridad", "el decadente pernicioso", el "disolvente", el "degenerado". Nunca hicieron una crítica literaria de sus obras, un análisis de sus ideas, un cuestionamiento razonado de su pensamiento, su estilo o su lenguaje. No tuvieron valor, ni grandeza moral ni capacidad intelectual suficiente para ello. Fueron, en toda la línea, inferiores y pigmeos. Lo único que pudieron oponer a Vargas Vila fue un sartal de calumnias infames.
Por supuesto, el panfletario no era de ninguna manera perfecto. Sus opiniones eran tajantes, categóricas, no dejaban lugar a la discrepancia. Carecía de modestia intelectual, era arrogante y vanidoso. Estaba convencido de que su genio era incomparable. Se elogiaba con frecuencia a sí mismo de una manera irritante. Su egolatría era monumental. Esto daba material abundante a sus enemigos.
Pero la causa fundamental de la inquina contra Vargas Vila fue su irreducible anticlericalismo, su apasionada defensa del libre pensamiento. En la oración fúnebre para su amigo el poeta Diógenes Arrieta (1897), en París, pronunció esta frase sobre Colombia, que jamás se le ha perdonado:
-- ¡Duerme en paz, amigo, lejos del imperio monacal que nos deshonra!
Vargas Vila empleó siempre toda su potencia de fuego, su feroz estilo virulento y mordaz, contra los desmedidos privilegios del clero y de la Iglesia, contra el dogmatismo y la intolerancia. Usaba frases y metáforas que abrían heridas incurables y luego ponía en esas heridas la sal o el ácido quemante de renovadas imprecaciones. Fue un virtuoso del vituperio y de la diatriba, puestos al servicio del pensamiento laico.
Su estilo era profético: usaba palabras grandilocuentes, verbos y adjetivos tremendistas. Presentaba los conceptos abstractos como entes mitológicos, con nombres en mayúsculas: la Ambición, el Odio, la Hipocresía, la Grandeza. Sus sentencias eran lapidarias. Sus conclusiones, proverbiales. Usaba la paradoja como una maza para aplastar a sus adversarios. Su fraseo era entrecortado, con hiatos arbitrarios que evocaban el estilo desmelenado de don Simón Rodríguez; pero a diferencia de éste, nunca era campechano ni familiar. Se ha dicho a veces que era demasiado efectista, artificioso, con un cierto gusto decadente por las decoraciones recargadas, a lo D'Annunzio; pero ninguno de sus adversarios salió ileso ni sonriente después de una descarga de tales florilegios.
Sería tonto sostener que toda la obra de Vargas Vila merece admiración. En sus escritos hay mucha hojarasca, muchas extravagancias de poco mérito, muchas frases ruidosas y estridentes sin mayor sustancia. Pero en aquellas líneas donde su talento fulgura, logra formular ideas propias y conceptos admirables. Es entonces cuando enseña, impresiona y apasiona.
Su estadía en París (1904) fue muy breve. El gobierno de Nicaragua lo llamó a cumplir funciones consulares en España. Allí, con Rubén Darío, integró la Comisión de Límites con Honduras ante el rey de España, quien era entonces mediador en el contencioso. Pero Vargas Vila no era hombre de cargos diplomáticos; pronto regresó a su trabajo creador. Se puso al frente de la edición de sus libros y luego de breves estancias en París y Madrid se asentó en Barcelona. Fue allí donde se inició, por acuerdo con la Editorial Sopena, la publicación de sus obras completas.
Este fue uno de los grandes éxitos editoriales de esos años. Vargas Vila llegó a gozar de ingresos muy considerables gracias a esta edición. Su popularidad como escritor era inmensa. Su nombre no se mencionaba (ni se menciona hoy) en las antologías, en las historias de la literatura o en los artículos de crítica literaria. Pero sus libros circulaban en las tabernas, en los corredores de las universidades, en las herrerías, en las oficinas de comercio, en los talleres de sastrería, entre los empleados de los servicios públicos, en la clientela de las peluquerías y de las carnicerías. Vargas Vila ha sido por eso, como pocos, forjador y maestro de la cultura popular en Nuestra América. Yo he encontrado libros suyos en bebederos de aguardiente de Risaralda (Colombia), entre bultos de papa; en un cafetín de Buenos Aires, en la zona del puerto, alimentando la conversación de los parroquianos a la hora de la siesta; en la cartera de una empleada de correos de Montevideo, para ser llevado del trabajo al café Sorocabana de la Plaza Libertad, donde un grupo de amigos esperaba para el debate intelectual del anochecer; en una pescadería de Valparaíso, cuyo propietario interrumpía la atención a los clientes para leerme párrafos enteros de "Los Césares de la decadencia" con entusiasmo sincero; en una "fazenda" brasilera, donde el mulato más letrado tenía el encargo de leer a los trabajadores reunidos algún texto "bueno para el alma"; en una peluquería del Cuzco (Perú), entreverado con revistas de moda y de deportes, para que los clientes que pagaban por la trasquilada ("sentado, 10 soles; parado, 5 soles") pudieran ilustrarse; y naturalmente, en mi propio pupitre de escolar, en Santiago de Chile, cuando fundé un club de adolescentes conspiradores y traficantes de libros prohibidos y blasfemos.
Vargas Vila hizo una gira por América Latina en 1923. Visitó Buenos Aires, Montevideo, Río de Janeiro, México, La Habana y otras ciudades importantes. Dictó conferencias, muy agitadas y concurridas. Libró polémicas a través de los periódicos. Los periodistas le hicieron entrevistas escandalosas. Causó revuelo y estrépito. Los curas sermoneaban desde los púlpitos ofreciendo las llamas eternas del infierno al apóstata que leyera los libros de este monstruo. Esto hizo aumentar explosivamente las ventas de sus obras.
Fue al final de esta gira, en La Habana, donde Vargas Vila contrajo una enfermedad extraña que afectó su vista y que terminaría por dejarlo completamente ciego. Regresó a Barcelona, donde transcurrió los últimos años de su vida en completa soledad, sin dar ni pedir cuartel a sus rencorosos enemigos. Murió en 1933, cuando ya comenzaba a gestarse el terrible drama de la guerra civil española. Los círculos de obreros anarquistas y socialistas lo leían con avidez y entusiasmo, lo respetaban y lo reconocían como a un maestro. Y en efecto, por encima de todo, Vargas Vila fue siempre un apóstol de las ideas libertarias. Esto fue lo mejor de su ideología, porque en ocasiones se perdió en los laberintos de las doctrinas nihilistas o en la búsqueda del "superhombre" de Nietzsche. Causa emoción constatar que ninguno de sus grandes defectos le hizo perder su aliento humanista.
Escribió narraciones, novelas, relatos de viaje, obras de teatro, notas de historia y de estética, conferencias, artículos de crítica y ensayos políticos. En todos ellos campea el amor por la libertad y la pasión por la justicia social.
1.2.2. OBRAS.
Bibliografía de José María Vargas Vila
La obra de Vargas Vila abarca unos cien volúmenes. Existen dos ediciones diferentes de sus Obras Completas: Bouret (París-México, abreviado aquí como PM) y Ramón Sopena (Barcelona, abreviado aquí como RS). Esta última se considera la definitiva. Las "Obras Completas" publicadas en Buenos Aires en 1946 (2 volúmenes), son apenas una selección de sus producciones más vendidas. No es fácil determinar exactamente la fecha de publicación de algunas de sus obras (hay ediciones dobles, con diferentes títulos para la misma obra, etc.). La que sigue es una lista tentativa. Un signo "?" al lado del año, indica que la fecha es dudosa.
1887 Aura o las violetas, Maracaibo; 1892, Bogotá; 1920, París; s.f., RS.
1887 Pasionarias, álbum para mi madre muerta, San Cristóbal.
1888 Emma, Maracaibo, (en una publicación literaria).
1889 Aura o las violetas; Emma; Lo irreparable, Maracaibo; 1898, 1918, 1920 y1930, PM, Biblioteca de los Novelistas; 1934, RS, t6.
1889 Lo irreparable, Maracaibo (en el periódico Ecos de Zulia).
1892 Los Providenciales, New York.
1895 Flor de fango, París; 1918, PM, Biblioteca de los Novelistas; 1918, RS, t 14.
1900 Ibis, Roma; 1911, RS, t2; 1917, París.
1900? A la hora del crepúsculo, París.
1901 Alba roja, París; 1919 y 1930, RS, t4.
1901 Las rosas de la tarde, PM (Biblioteca de los Novelistas); 1933, edición definitiva, RS, t13.
1902 Ante los bárbaros: el Yanki. He ahí el enemigo, Nueva York. 1902, París; 1923 y 1930, RS, t55.
1902 Copos de espuma, París; 1918 y 1923, PM, Biblioteca de los novelistas; 1930, RS, t38.
1904 Los divinos y los humanos, París; 1917, ibid.; 1920 y 1930, RS, t29.
1906 La simiente, París; s.f., edición definitiva, RS, t1.
1906 Laureles rojos, París; 1921, ibid.; 1921, RS, t44.
1906? El canto de las sirenas en los mares de la historia, RS.
1907 Los Césares de la decadencia, París; 1913; 1936, RS, t34.
1909 El camino del triunfo, La Habana; RS, t10.
1909 La república romana, París; s.f., RS, t36.
1910 La conquista de Bizancio, RS, t11.
1910 La voz de las horas, Barcelona; 1920, edición definitiva, RS, t18.
1910? Hombres y crímenes del Capitolio, RS.
1911 El ritmo de la vida: motivos para pensar, PM; s.f., edición definitiva, RS, t33.
1911 Huerto agnóstico; cuadernos de un solitario, RS; 1912, PM y RS, t43.
1911 Rosa mística; mes nouvelles, Barcelona.
1911? Ibis, novela, edición completa, México.
1912 Políticas e históricas (páginas escogidas), PM.
1912? El imperio romano, obra inédita, Barcelona; 1936, RS, t54.
1913 Archipiélago sonoro, poemas sinfónicos, PM; 1930, RS, t19.
1913 Ars-verba, PM; 1921, RS, t42.
1913 En las zarzas del Horeb, PM; 1930, RS, t41.
1914 El alma de los lirios, PM.
1914 El rosal Pensante, París; 1923, RS, t40.
1914 La muerte del cóndor; del Poema de la tragedia y de la historia, Barcelona 1914; 1935, edición definitiva, RS, t37.
1914 Los parias, París; 1926, ibid. (Biblioteca de los Novelistas); s.f., RS, t16.
1914 Verbo de admonición y de combate, PM; 1921, edición definitiva, RS, t39.
1915 Pretéritas, Prólogo de R. Palacio Viso, PM; 1921 y 1930, RS, t46.
1915? Clepsidra roja, Barcelona; 1916, 3a. ed., Barcelona; 1921 y 1930, RS, t47.
1915? En las cimas, Barcelona; 1916, ibid.
1916 La demencia de Job: novela, Madrid; 1930, RS, t15.
1916 Prosas selectas, Barcelona; RS, t51.
1916? María Magdalena (novela), México.
1917 Ante los bárbaros (los Estados Unidos y la Guerra) el yanki: he ahí el enemigo, RS; 1918, corregida y aumentada, RS.
1917 El cisne blanco (novela psicológica), Barcelona.
1917 Eleonora (novela de la vida artística), Barcelona.
1917 Los discípulos de Emaüs (novela de la vida intelectual), Barcelona; 1923, RS, t7.
1917 María Magdalena; novela lírica, RS, t5.
1917 Rubén Darío, Madrid; 1922, edición definitiva, RS, t35.
1917? El huerto del silencio, Barcelona.
1917? Horario reflexivo, Barcelona; 1923, RS, t26.
1918 Los estetas de Teópolis, novela, Madrid; 1922, RS, t8.
1918 Páginas escogidas; literatura, PM.
1918? La ubre de la loba, Barcelona; 1920, edición definitiva, RS, t28.
1919 El minotauro, novela, RS, t12.
1920 Cachorro de león (novela de almas rústicas), RS; 1930, edición revisada y corregida por el autor, RS, t30.
1920 De los viñedos de la eternidad; obra inédita, RS, t25.
1920 De sus lises y de sus rosas, Barcelona; 1931, RS, t17.
1920 El final de un sueño: novela inédita, Barcelona, 1920; 1936, RS, t27.
1920 Libre estética, RS, t32.
1920 Salomé, novela poema, edición definitiva, RS, t24).
1921 Belona dea orbi, Barcelona; 1936, RS, t48.
1921 El huerto del silencio: tragedia lírica, RS, t43.
1921 Prosas-laudes, Barcelona; 1931, RS, t45.
1922 Gestos de vida, obra inédita, RS, t53.
1922 Mis mejores cuentos, novelas breves, Madrid.
1922 Saudades tácitas, obra inédita, RS, t49.
1923 Némesis, México.
1924 Antes del último sueño (páginas de un vademécum), PM, Biblioteca de los Novelistas.
1924? Mi viaje a la Argentina; odisea romántica, Buenos Aires (Biblioteca Las Grandes Obras, 21).
1926 La cuestión religiosa en México, México.
1926 Los Soviets, con Carta-prólogo de D. Oscar Pérez Solís. Barcelona.
1927 Odisea romántica; diario de viaje a la República Argentina, Madrid (Obras Inéditas).
1928 Dietario crepuscular, Madrid, 1928 (Obras Inéditas, II).
1928? La novena sinfonía, novela, Madrid (Obras Inéditas).
1930 Lirio negro. Germania, edición definitiva, RS, 23.
1930 Lirio rojo. Eleonora, RS, t22.
1930 Sobre las viñas muertas, edición definitiva, RS, t3.
1930 Tardes serenas (obra inédita), Barcelona, Colección Idea, Sección de Autores Americanos.
1932 Lirio blanco. Delia, edición definitiva, RS, t20.
1935 El maestro, La Habana (Obras póstumas).
1937 El joyel mirobolante (desfile de visiones), Guayaquil, Ecuador (Obras Póstumas).
1938 José Martí: apóstol-libertador, con prefacio de Ramón Palacio Viso, París (Obras Póstumas).
s.f. El sendero de las almas: novelas cortas, RS, t31.
s.f. Históricas y Políticas, RS, t50.
s.f. Poemas sinfónicos, Barcelona.
s.f. Polen lírico, conferencias, RS, t52.
s.f. Sombras de Águilas, RS, t9.
1.3.TEMA Y ARGUMENTO GENERAL DE LA OBRA.
1.3.1. INTRODUCCION A LA OBRA.
En Bogotá, en una Normal superior sale a graduarse con honores, Luisa García, Institutriz, a la que ofrecen la oportunidad de salir de la ciudad hacia una hacienda a dedicarse a la enseñanza de dos niñas pertenecientes a una familia aristocrática, en cuanto llega a la hacienda que tiene por nombre “La Esperanza” empieza a dar una visión de su futuro en su nuevo hogar, conociendo a las nuevas personas que rodean su entorno. Aquí comienza su odisea.
1.3.2. SINTESIS DE LA OBRA.
Luisa es joven y con una vida por delante, esta encargada de la educación de dos niñas: Sofía y Matilde, esta ultima celosa de su belleza, que ha cautivado al joven Arturo de la Hoz, no propiamente hijo del hacendado Juan Crisóstomo de la Hoz, sino fruto de una “infidelidad” por parte de doña Mercedes Sánchez de Pescador y Robledo con un cura que según ella, era él, “representante de Dios en la tierra”.
Los hombres de la casa amaban a Luisa a su manera: Arturo era tímido y no se atrevía a confesarle su amor, don Crisóstomo al contrario intentó abusar de ella en dos ocasiones, en una de ellas Arturo, salva a la protagonista y le declara su amor, pero después de este incidente Luisa se ve obligada a huir de la hacienda y deja desamparada a Sofía que la obligan a casarse con Simón, un hombre rico y poderoso en la sociedad, y a Arturo con Matilde, su prima.
Luisa, después de esto va a traer a su madre y se van a otro pueblo en donde un sacerdote, desquiciado por la belleza de la nueva directora de la escuela, intenta violarla en la misma iglesia, el padre en la misa distorsiona los hechos, y el pueblo la aborrece, la calumnia y hasta la apedrea, terminando esta trágica historia con la muerte de su madre: Natividad, a la que por la pobreza en la que estaban sumergidas, el luchar de su ultimo descanso fue una fosa común.
Luisa destrozada sin trabajo y sin nadie en el mundo, tuvo que mendigar y un día enferma amaneció en el hospital, y el padre de la región se negó a darle la unción de los enfermos hasta que aceptara su “pecado” ella se negó, le dieron la hostia pero la gente la miro con malos ojos, le dijeron meretriz a aquella virgen, calumniaron a la “calumniadora”, la sociedad la fue matando poco a poco, la manchó, la mancilló, el pueblo la condeno, los malditos la maldijeron, y así murió Luisa en un mundo que no conocía, que no merecía a ese ser que amo tanto, y tampoco mereció a ese consorcio.
1.4. RESUMENES Y COMENTARIOS.
1.4.1. RESUMEN DE LA PRIMERA PARTE.
En esta primera parte podemos admirar el punto de vista de una joven que nunca había salido de su pueblo natal, al conocer nuevos lugares, ella los describe con todas sus características.
Luisa, sale de la Normal de Bogotá, y acepta el rol de maestra de dos niñas entre 14 y 15 años de edad, Sofía y Matilde, esta ultima sobrina del hacendado Crisóstomo de la Hoz y doña Mercedes de Pescador y Robledo, la señora de la casa. Por ultimo Arturo, no propiamente hijo de don Crisóstomo sino fruto de una traición de doña Mercedes.
Una vez que hubo la presentación de los miembros de la familia, que vivían en una hacienda, La Esperanza, tal era su nombre. El dueño de la casa invitó a la recién llegada a la sala, donde doña Mercedes manifestó cierto desprecio al oficio de la madre de la institutriz, que era planchadora.
En la memoria de Luisa había un recuerdo vago acerca de don Crisóstomo, ese que la perseguía de niña, doña Mercedes, le inspiraba recelo, tenia algo de víbora esa señora, desde ese día hasta el momento de su partida le guardo desconfianza por haber menospreciado la faena de su madre. ¿Seria acaso Arturo el que la iba a proteger en aquella casa?, pronto lo sabría, ya que, don Crisóstomo extasiado por la dulzura de la institutriz intentó violarla dos veces, y en esta ultima Arturo la salvó y descubrieron que se amaban secretamente.
Luisa temiendo que don Crisóstomo intentara hacerla suya una vez mas y que la gente supiera la atracción mutua que sentía hacia Arturo, huyó de la hacienda, y cuando iba en el coche, un jinete alcanzó su vehiculo era Arturo para detenerla, pero esto fue imposible, así que se envolvieron en una ultima mirada, penetrante, mutua, es fue su despedida.
1.4.1.1. COMENTARIO DE LA PRIMERA PARTE.
Este capitulo nos muestra que hay muchas personas que aparentan ser cultas, respetuosas, urbanas, pero no es así, fingen ganarse las cosas con esfuerzo, pero cuando quieren algo y no hay nadie que se las dé, sacan a la luz su verdadera personalidad. Es muy triste, ya que, Luisa cuando sabe que el amor que sentía por Arturo era muy grande, y mas aun cuando Arturo expresa el gran cariño que tiene hacia Luisa, se ve obligada a abandonar la casa, por temor a don Crisóstomo y para no aumentar el rencor que le tenia a doña Mercedes, aunque mucho le dolió tomar esta decisión hizo lo correcto, pues más valía su dignidad, lo que hizo Luisa nos muestra un gran ejemplo de carácter para dejar a los seres que amamos y comenzar desde cero, por mucho que sea lo que hemos logrado.
1.4.2. RESUMEN DE LA SEGUNDA PARTE.
Luisa llega al pueblo F… donde fue recibida muy apropiadamente. Ella se hospedo con su madre, Natividad, en la casa de doña Casilda. En el pueblo todos exclamaban: ¡llegó la maestra! Unos días mas tarde habo el nombramiento de Luisa García, para directora de la escuela de ese distrito.
En eso doña Mercedes no quería que Luisa viviera tranquila y la calumniaba con cartas anónimas, un día un empleado de La Esperanza llamado Mauricio le llevo unas cartas que contaban que Arturo estaba enfermo, otras las mandaba don Crisóstomo incitándola a irse a vivir con él.
Un día el padre del pueblo, que a la institutriz, quería tenerla de amiga, le dijo que él podía ayudarla a que no la blasfemaran, pero suplicándole que lo amara, Luisa sorprendida de este hecho, huyó hacia su madre, pero un día en la iglesia se dio lo inexplicable; primero fue don Crisóstomo, y ahora el párroco del pueblo, sucedió en el altar de Dios el cura ya no imploraba, quería que Luisa fuera suya, intentó abusar de ella. Luisa con agilidad de gato corrió hacia la puerta, ¡estaba cerrada! Y una idea fugaz pasó por su cabeza: subió al campanario y comenzó a tocar las campanas, y el sacristán entró apresuradamente a la iglesia y en ese momento Luisa fue a buscar a su madre y le contó la dura verdad, mas tarde, el cura había cambiado los hechos y la gente comenzó a insultarla, a maldecirla y la apedrearon
En ese momento llegó el hijo del alcalde y detuvo a los furiosos fanáticos.
Tres días después se podía mirara el coche que transportaba a Luisa y a su madre, hacia Bogotá, ella estaba abandonando ese pueblo que la mancilló, ultrajó, ofendió, ese pueblo que la humilló tanto, tanto, no fue capaz de fructificar a esa virgen tenaz.
1.4.2.1. COMENTARIO DE LA SEGUNDA PARTE.
En este capitulo miramos como Luisa es calumniada por doña Mercedes, que no se cansa ni se conforma con lo mal que hizo sentir a Luisa en la hacienda la cual asociada con el cura de Serrezuela hacen varios anónimos difamando la reputación de la maestra del pueblo, esta parte nos indica que una sola falsedad por pequeña que sea puede causar grandes daños y enfurecer a toda una comunidad.
Vargas Vila también en este capitulo específica un desprecio a la comunidad sacerdotal, y en parte nos abre los ojos a una teoría que siempre pasa desapercibida: los padres promiscuos, que muchas veces abusan de las personas y aprovechan de la gente en sus confesiones, predominando las amenazas de la posible divulgación del pecado cometido. La forma de actuar de Luisa y su madre fue muy madura y valerosa al enfrentar a ese pueblo que solo por una mentira que dijo ese “sacerdote” si se le puede llamar así.
1.4.3. RESUMEN DE LA TERCERA PARTE.
Luisa llega a Bogotá, pero con Natividad se ven sumergidas en una terrible crisis económica. Luisa ha empeñado todos sus vestidos y joyas, pero sin embargo deben dos meses de alquiler del cuarto en el que solamente había una mesa y dos sillas, junto con algunos utensilios de cocina.
En la casa de la familia de la Hoz, la voluntad autoritaria de doña Mercedes predominaba, nadie se resistía a su mandato. Sofía era la esposa de Simón, las visitas de Arturo eran menos frecuentes, su actitud era temerosa y cuando se le preguntaba de los asuntos de la casa, el evadía las preguntas, estaba muy esquivo, así que luisa vivía en la depresión.
La comunidad enterada de lo que sucedió en el pueblo F… al ver que Natividad se moría le dijeron a luisa que si pudiera entregar a su madre a un hospital para que muriera lejos de su hija y esta se negó. Cuando Natividad murió la llevaron a una fosa común, al cementerio de los desheredados, de los pobres.
Después de esto Luisa enfermó muy grave, y un día despertó en el hospital, ¿moriría acaso?
Días después el sacerdote le iba a dar la unción de los enfermos, solamente si ella aceptaba su pecado, pero ella se negó, no había otra cosa más que pudiera aceptar aparte de su virginidad así que el párroco furioso se alejo del lecho. Luisa salio del hospital y caminando por las calles llegó al cementerio de los pobres, la reja estaba cerrada, era de noche, allí la encontraría la madrugada, Luisa estaba muerta, murió esa virgen incansable, tenaz, aquella mujer que quiso tanto, y en respuesta a eso la apedrearon, el pueblo no la supo conservar, la desechó, la deshonró, el fango fue destruyendo poco a poco a esa damisela, a esa flor tan delicada, que resaltó entre los demás por su gran espíritu. Así fue.
1.4.3.1. COMENTARIO DE LA TERCERA PARTE
En esta ultima parte de la novela, miramos que Luisa cuidó a su madre hasta el punto en que la muerte la acechó, aprendemos a valorar a nuestros seres queridos, a reflexionar y a comprender que estos no serán para siempre, y que algún día ya no estarán con nosotros apoyándonos, dándonos consejos, brindándonos la ayuda que solo una madre puede dar a sus hijos. Y así aprendemos a respetar, ayudar, amar y honrar a nuestros seres queridos, en especial a la madre, ya que, en el correr de la vida nos hará mucha falta, y ahí es donde debemos poner en práctica todos sus consejos, sus enseñanzas, lecciones, recomendaciones, instrucciones, etc. Ya que en el futuro nosotros estaremos enseñando a nuestros hijos el valor que tiene una madre. En este capitulo Luisa nos demuestra que una madre es fundamental en la vida, nos da su amor incondicional y por eso la debemos cuidar mucho.
1.5. TEMAS CLAVES DE AL OBRA
1.5.1. LA LLEGADA DE LUISA A LA HACIENDA “LA ESPERANZA”.
Luisa llegando aquí como institutriz de Sofía y Matilde buscando nuevas oportunidades de vida, encontró por primera vez su amor quien era Arturo, conoció gente que logro humillarla, y esta sintiéndose deprimida, pero nunca apenada, con gran esfuerzo logro salir adelante. Huyó de esta hacienda para comenzar una nueva vida.
1.5.2. LAS VIOLACIONES.
Fueron tres intentos de violación desgraciadamente para Luisa lo cual sufría mucho dos fueron por parte de don Crisóstomo. Una fue para complacer sus deseos, de esta la salvo Arturo, la otra fue por rabia al saber que Luisa no le correspondía.
Luisa dejando como pasado lo ocurrido llego al pueblo F… donde se afrontaba a otro ser, era el cura este la intento violar en la iglesia tratando satisfacer sus deseos, pero esta virgen incansable tuvo el valor para seguir adelante y no dejarse de nadie.
1.5.3. LA HUMILLACION DE LUISA ANTE EL PUEBLO F…
Después del intento de violación del cura hacia luisa este cambio los hechos de tal manera que el pueblo le tomo mucha rabia a luisa por haber cometido ese “adulterio”.El pueblo lleno de rabia fue hacia la casa da la virgen y la apedreó.
La miseria en la que se ven sumergidas Luisa y su madre, Luisa se fue a Bogotá por todas las discriminaciones hacia ella y su madre. Ella fue en busca de trabajo, no encontró nada y empeño todos sus vestidos dados por Arturo y el señor de la Hoz, visto que no le alcanzó Luisa mendigo por las calles, aguantando los murmullos de las personas
1.5.4. LA MUERTE DE NATIVIDAD
Luisa y su madre por las incomodidades que tenían que pasar vivían en una habitación donde solo se encontraba una cama, una mesa y dos sillas. Las que se hospedaban en ese cuartucho debían dos meses de alquiler. Luisa le daba medicamentos, y limpiando el sudor de la frente de su madre a los pocos días, natividad encontró la muerte.
1.6. LOCALIZACIÓN GEOGRAFICA DE LA OBRA.
1.6.1. MAPA REPRESENTATIVO.
1.7. TIEMPO HISTORICO E INTERNO DE LA OBRA.
1.7.1. TIEMPO HISTORICO DE LA OBRA.
La obra se remonta al año1870, época colonial, cuando todo era contradicción, peligro y cohibición. No existían los derechos de la mujer y el hombre mandaba, mancillando la imagen popular de la mujer, que era la típica joven blanca, pariendo y educando a los hijos. En aquellos días no existían las personas religiosas, la iglesia criaba fanáticos religiosos que no hacían más que adorar al párroco de su comunidad.
1.7.2. TIEMPO EN LA OBRA LITERARIA.
En la obra “Flor del Fango” se dan muchas clases de tiempo entre las cuales podemos encontrar:
Tiempo cronológico. Determinado en años, meses, días, horas.
Enero. Que extraña sensación se apoderó de mí al despertar... (Pág. 28)
Febrero. He dado la primera queja del carácter de Matilde… (Pág. 32)
Marzo. Estos días me he sentido enferma… (Pág. 48)
Tiempo evocado. Aquel que se basa en los recuerdos.
Pasaron por su mente los recuerdos de los días que había vivido allí; su corazón enamorado suspiró; ya no volvería a soñar en aquel balcón, viendo una sombra querida vagar cerca del arroyo, a la sombra de los árboles; ya no contemplaría más la puesta magnífica del sol en brazos de sus cándidas visiones; (Pág. 98)
Tiempo circular cíclico. Cuando se cuenta la historia en forma circular (dá muchas vueltas para encontrar el desenlace)
Luisa se acercó a la reja, se asió a los barrotes con sus manos temblorosas y su frente calienturenta… (Pág. 190)
Y allí contra el muro, cerca de la reja, Luisa estaba muerta… (Pág. 192)
1.8. TIPOS DE DESCRIPCIÓN.
PROSOPOGRAFIA.
Sofía era una niña delgada y esbelta, blanca, de una blancura Láctea que hacia pensar en aquellos novicios de tiempos medievales, cuya belleza claustral tenia la poesía de un ensueño místico; sus cabellos lacios y rubios de un rubio de espigas ya marchitas, sus ojos negros y grandes,
ETOPEYA.
Podía decirse que tenia el alma en el rostro; Lascivo, taimado, disoluto; hombre inteligente, audaz, flexible como una liana trepadora, había ascendido a manera atrevida hiedra por el muro agrietado de aquella sociedad conservadora.
RETRATO.
Matilde, su belleza tenia la exuberancia de la rosa de los trópicos; pequeña, robusta; de color ligeramente moreno, como una clavellina del valle; rojos y pronunciados los labios, corta y ligeramente lazada la nariz; inmensamente negros sus ojos, como el bosque de cabellos ensortijados y profundos que circundaban su frente y que sueltos cubrían mas de la mitad de su cuerpo. Imperativa, apasionada, voluptuosa, era con relación a cu prima, la naturaleza más distinta.
CARICATURA.
Aquí, papá respondió una fresca voz de adolescente, y apareció un joven, que hasta entonces se hacia ocultado tras la redonda figura de su padre.
TOPOGRAFIA.
La vieja casa solariega alzábase ante ella, con su mole blanca, anchos corredores, un aspecto conventual
CRONOGRAFIA
Cuando callaba, el eco de su voz varonil y robusta esparcida en cadencia iba a perderse en el aire calmado bajo el cielo brumoso, en aquellas lontananzas indecisas y vagas de la sabana
ORBERTOGRAFIA
Doña Casilda no estaba habituada a ver aquella clase de toilette social; con su camisón de zaraza morada, su pañuelo de Madrás cubriéndole el pecho, otro negro anudado en la cabeza y sus alpargatas mal calzadas.
1.9. FIGURAS LITERARIAS.
DESCRIPCION.
Se presenta en muchas ocasiones y es tan perfecta que se nos hacen mirarla como si estuviéramos en el lugar de la escena.
Al pie de la ventana, un arroyo rumoroso, a cuya orilla, violetas y geranios abrían sus cálices repletos de olores; altos eucaliptos proyectaban su sombra espectral, engrandecida por el rayo de la luna, fingiendo extraños fantasmas al retratar sus ramas descarnadas en el suelo del aposento, y en los blancos cortinajes del lecho
PROSOPOGRAFIA.
Es la descripción de una persona o animal.
Moreno, mas oscuro que los otros de su raza; castaño el cabello ondulado que le caía en profusión sobre la frente angosta; grises sus ojos, de un color gris claro, de pizarra pálido, como de rubí de sudermania, cruzados por líneas negras que les prestaban un fulgor extraño; negras y pobladas las cejas; negras las pestañas; recta la nariz, sensual el labio, desdeñosa la sonrisa, blancos los dientes;
SIMIL.
Es una figura que utiliza palabras comparativas.
Ideas tristes vinieron a su cerebro y sus dolores vinieron todos hacerles compañía como grandes pájaros que volaban a su alrededor.
Sus pupilas grises, lanzaron un resplandor siniestro, como la chispa de una hoja de acero chocada con otra en medio de la sombra
ANIMISMO.
Da a los seres inanimados atributos propios de los animados
El sol se sepultaba en una como apoteosis de colores.
La vibración sonora moría en la calma infinita de la tarde
1.10. VOCABULARIO Y ACLARACION DE EXPRESIONES.
Hosca: Dicho del color moreno: Muy oscuro, como suele ser el de los indios y mulatos. || 2. Ceñudo, áspero e intratable. || 3. Dicho del tiempo, de un lugar o de un ambiente: Poco acogedor, desagradable, amenazador.
Torva: Remolino de lluvia o nieve.
Lapidar: apedrear ( matar a pedradas).
Prole: Linaje, hijos o descendencia de alguien. || 2. coloq. Conjunto numeroso de personas que tienen algún tipo de relación entre sí.
Concupiscente: Dominado por la concupiscencia.
Hemistiquios: Mitad de un verso, especialmente cada una de las dos partes de un verso separadas o determinadas por una cesura.
Crineja: Trenza de cabellos. || 2. Soga o pleita.
Férvida: Que hierve. || 2. Que arde. || 3. Que causa ardor.
Egeo: brazo del mar Mediterráneo que se extiende entre Grecia y Turquía. El nombre se explica de varias maneras en los escritos de la antigüedad como derivado de Egeo, rey de Atenas y padre de Teseo, o de Aegea, la reina de las amazonas que se ahogó en el mar, o de una antigua ciudad griega llamada Egea.
Miasmas: Efluvio maligno que, según se creía, desprendían cuerpos enfermos, materias corruptas o aguas estancadas.
Paludes: Laguna, charca, paúl.
Puericia: Edad del hombre que media entre la infancia y la adolescencia, esto es, desde los siete años hasta los catorce.
Idilio: Coloquio amoroso, y, por ext., relaciones entre enamorados. || 2. Composición poética que suele caracterizarse por lo tierno y delicado, y tener como asuntos las cosas del campo y los afectos amorosos de los pastores.
Ingénita: No engendrado. || 2. Connatural y como nacido con alguien.
Cucurbitáceos: Se dice de las plantas angiospermas dicotiledóneas de tallo sarmentoso, por lo común con pelo áspero, hojas sencillas y alternas, flores regularmente unisexuales de cinco sépalos y cinco estambres, fruto carnoso y semilla sin albumen; p. ej., la calabaza, el melón, el pepino y la balsamina. U. t. c. s. || 2. f. pl. Bot. Familia de estas plantas.
Bejucales: Sitio donde se crían muchos bejucos
Prefacio: Prólogo o introducción de un libro. || 2. Parte de la misa que precede inmediatamente al canon.
Idolatras: Que adora ídolos. U. t. c. s. || 2. Que ama excesivamente a alguien o algo. U. t. c. s.
Candidas: Sencillo, sin malicia ni doblez. || 2. Simple, poco advertido. || 3. Blanco ( de color de nieve o leche).
Halito: Vapor que algo arroja. || 3. poét. Soplo suave y apacible del aire.
Pitonisa: Sacerdotisa de Apolo, que daba los oráculos en el templo de Delfos sentada en el trípode. || 3. Encantadora, hechicera. U. en la traducción de algunos lugares de la Escritura.
Lacerado: Infeliz, desdichado. || 2. p. us. Que padece el mal de San Lázaro. U. t. c. s. || 3. ant. Mezquino, miserable, roñoso. Era u. t. c. s.
Purulentas: Que tiene pus.
Delación: Acusación, denuncia.
Paroxismo: Exaltación extrema de los afectos y pasiones. || 2. Med. Exacerbación de una enfermedad. || 3. Med. Accidente peligroso o casi mortal, en que el paciente pierde el sentido y la acción por largo tiempo.
Oráculo: Respuesta que da Dios o por sí o por sus ministros. || 2. Contestación que las pitonisas y sacerdotes de la gentilidad pronunciaban como dada por los dioses a las consultas que ante sus ídolos se hacían. || 3. Lugar, estatua o simulacro que representaba la deidad cuyas respuestas se pedían. || 4. Juego del oráculo. || 5. Persona a quien todos escuchan con respeto y veneración por su mucha sabiduría y doctrina. || ~ del campo. m. manzanilla ( hierba compuesta). || 2. Flor de esta planta. % V. palabras de ~.
Lontananzas: Términos de un cuadro más distantes del plano principal. || en ~. loc. adv. a lo lejos. U. solo hablando de cosas que, por estar muy lejanas, apenas se pueden distinguir.
Cuadriga: Tiro de cuatro caballos enganchados paralelamente en línea. || 2. Carro tirado por cuatro caballos de frente, y especialmente el usado en la Antigüedad para las carreras del circo y en l
Ribazón: Gran afluencia de peces hacia la costa.
Inexorable: Que no se puede evitar. El inexorable paso del tiempo. || 2. Que no se deja vencer con ruegos.
Adular: Hacer o decir con intención, a veces inmoderadamente, lo que se cree que puede agradar a otro. || 2. deleitar.
Juglar: Chistoso, picaresco. || 2. juglaresco. || 3. m. Hombre que por dinero y ante el pueblo cantaba, bailaba o hacía juegos y truhanerías. || 4. Hombre que por estipendio o dádivas recitaba o cantaba poesías de los trovadores, para recreo de los reyes y de los magnates. || 5. ant. Trovador, poeta.
Lacayo: Servil, rastrero. || 2. desus. Propio de lacayos. || 3. m. Criado de librea cuya principal ocupación era acompañar a su amo a pie, a caballo o en coche. || 4. Espolique ( mozo que camina delante de la caballería de su amo). || 5. Cada uno de los dos soldados de a pie, armados de ballesta, que solían acompañar a los caballeros en la guerra y formaban a veces cuerpos de tropa. || 6. Lazo colgante de cintas con que se adornaban las mujeres el puño de la camisa o del jubón.
Indignar: Irritar, enfadar vehementemente a alguien. U. t. c. prnl.
Delator: Denunciador, acusador. U. t. c. s.
Poseidón: en la mitología griega, dios del mar, hijo del titán Cronos y la titánide Rea, y hermano de Zeus y Hades. Poseidón era marido de Anfitrite, una de las nereidas, con quien tuvo un hijo, Tritón. Poseidón, sin embargo, tuvo otros numerosos amores, especialmente con ninfas de los manantiales y las fuentes, y fue padre de varios hijos famosos por su salvajismo y crueldad, entre ellos el gigante Orión y el cíclope Polifemo. Poseidón y la Gorgona Medusa fueron los padres de Pegaso, el famoso caballo alado.
Poseidón desempeña un papel importante en numerosos mitos y leyendas griegos. Disputó sin éxito con Atenea, diosa de la sabiduría, por el control de Atenas. Cuando Apolo, dios del sol, y él decidieron ayudar a Laomedonte, rey de Troya, a construir la muralla de la ciudad, éste se negó a pagarles el salario convenido. La venganza de Poseidón contra Troya no tuvo límites. Envió un terrible monstruo marino a que devastara la tierra y, durante la guerra de Troya, se puso de lado de los griegos.
El arte representa a Poseidón como una figura barbada y majestuosa que sostiene un tridente y a menudo aparece acompañado por un delfín, o bien montado en un carro tirado por briosos seres marinos. Cada dos años, los Juegos Ístmicos, en los que había carreras de caballos y de carros, se celebraban en su honor en Corinto. Los romanos identificaban a Poseidón con su dios del mar, Neptuno.
Insurrecto: Levantado o sublevado contra la autoridad pública. U. m. c. s.
Atavismo. Semejanza con los abuelos o antepasados lejanos. || 2. Tendencia a imitar o a mantener formas de vida, costumbres, etc., arcaicas. || 3. Biol. Reaparición en los seres vivos de caracteres propios de sus ascendientes más o menos remotos.
Galeote: Hombre que remaba forzado en las galeras.
Plebe: Clase social más baja. || 2. En la antigua Roma, clase social que carecía de los privilegios de los patricios. || 3. En el pasado, clase social común, fuera de los nobles, eclesiásticos y militares. % V. tribuno de la ~.
Pompa: Acompañamiento suntuoso, numeroso y de gran aparato, que se hace en una función, ya sea de regocijo o fúnebre. || 2. Fausto, vanidad y grandeza. || 3. Procesión solemne. || 4. Rueda que hace el pavo real, extendiendo y levantando la cola. || hacer ~. fr. Dicho de un árbol: Extenderse con follaje hacia todas partes. || 2. Hacer vana ostentación de algo.
Feérica: Perteneciente o relativo a las hadas.
Apoteosis: Ensalzamiento de una persona con grandes honores o alabanzas. || 2. Escena espectacular con que concluyen algunas funciones teatrales, normalmente de géneros ligeros. || 3. Manifestación de gran entusiasmo en algún momento de una celebración o acto colectivo. || 4. En el mundo clásico, concesión de la dignidad de dioses a los héroes.
Tracio: Natural de Tracia. U. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo a esta región de Europa antigua.
Holocausto: Gran matanza de seres humanos. || 2. Acto de abnegación total que se lleva a cabo por amor. || 3. Entre los israelitas especialmente, sacrificio en que se quemaba toda la víctima.
Lumbre: Materia combustible encendida. || 2. Fuego voluntariamente encendido para guisar, calentarse, u otros usos. || 3. Parte anterior de la herradura. || 4. Espacio que una puerta, ventana, claraboya, tronera, etc., deja franco a la luz. || 5. Luz ( claridad que irradia un cuerpo en combustión). || 6. Esplendor, lucimiento, claridad. || 7. En las armas de fuego llamadas de chispa, parte del rastrillo que hería al pedernal. || 8. Ant. Sentido de la vista. || 9. Ant. Luz de la razón. || 10. Ant. Ilustración, noticia, doctrina. || 11. Conjunto de eslabón, yesca y pedernal, que se usa para encender lumbre. || ~ del agua. f. Superficie del agua. || A ~ de pajas. loc. adv. Coloq. U. para dar a entender la brevedad y poca duración de algo. || A ~ mansa. loc. adv. A fuego lento. || dar ~. fr. Dicho del pedernal: Arrojar chispas al ser herido por el rastrillo o eslabón. || 2. Conseguir el lance o fin que se intentaba con algún disimulo. || 3. Prestar un encendedor, cerillas o un cigarrillo encendido a un fumador, para que encienda el suyo. || echar ~. fr. coloq. Echar chispas. || Ni por ~. loc. adv. Coloq. De ningún modo. || ser alguien o algo la ~ de los ojos de una persona. fr. Ser muy estimado o amado. || tocar a alguien en la ~ de los ojos. fr. tocar en las niñas de los ojos. % V. piedra de ~.
Inefable: Que no se puede explicar con palabras.
Postreras: Último en una lista o serie. || 2. Se dice de la parte más retirada o última en un lugar. || 3. f. Hond. Segunda siembra y cosecha de maíz o fríjol que se inicia en octubre y se recoge en enero o febrero.
Crepúsculo: Claridad que hay desde que raya el día hasta que sale el Sol, y desde que este se pone hasta que es de noche. || 2. Tiempo que dura esta claridad. || 3. Fase declinante que precede al final de algo. El crepúsculo del verano, de la vida.
Capitolina: Perteneciente o relativo al Capitolio. Júpiter, Monte capitolino. || 2. m. Cada una de las cabezas o puntas de piedras preciosas que se usan para adorno de ciertos objetos.
Clamor: Grito o voz que se profiere con vigor y esfuerzo. || 2. Grito vehemente de una multitud. U. t. en sent. fig. || 3. Voz lastimosa que indica aflicción o pasión de ánimo. || 4. Toque de campanas por los difuntos. || 5. Hues. Barranco o arroyo formado por la lluvia violenta. || 6. Ant. Voz o fama pública
Místico: Que incluye misterio o razón oculta. || 2. Perteneciente o relativo a la mística o al misticismo. || 3. Que se dedica a la vida espiritual. U. t. c. s. || 4. Que escribe mística. U. t. c. s. || 5. And., Col., Hond., Pan., P. Rico y Ven. Melindroso. % V. teología ~.
Nácar: Capa interna de las tres que forman la concha de los moluscos, constituida por la mezcla de carbonato cálcico y una sustancia orgánica, y dispuesta en láminas paralelas entre sí. Cuando estas son lo bastante delgadas para que la luz se difracte al atravesarlas, producen reflejos irisados característicos.
Coleópteros: Se dice de los insectos que tienen boca dispuesta para masticar, caparazón consistente y dos élitros córneos que cubren dos alas membranosas, plegadas al través cuando el animal no vuela; p. ej., el escarabajo, el cocuyo, la cantárida y el gorgojo. U. t. c. s. || 2. m. pl. Zool. Orden de estos insectos.
Vesperal: Libro de canto llano, que contiene el de vísperas.
Gorjeo: Acción y efecto de gorjear. || 2. Quiebro de la voz en la garganta. || 3. Canto o voz de algunos pájaros. || 4. Articulaciones imperfectas en la voz de los niños.
Diatónica: Dicho de uno de los tres géneros del sistema musical: Que procede por dos tonos y un semitono. || ~ cromático. loc. adj. Mús. Se dice del género mixto de diatónico y cromático. || ~ cromático enarmónico. loc. adj. Mús. Se dice del género mixto de los tres del sistema musical. % V. semitono ~.
Ánades: pato ( ave palmípeda). || 2. Ave con los mismos caracteres genéricos que el pato. || ~ real. Amb. Azulón ( pato de gran tamaño). || cantando las tres ~s, madre. Exp. Desus. Era u. para dar a entender que alguien va caminando alegremente y sin sentir el trabajo.
Linfa: Parte del plasma sanguíneo, que atraviesa las paredes de los vasos capilares, se difunde por los intersticios de los tejidos y, después de cargarse de sustancias producidas por la actividad de las células, entra en los vasos linfáticos, por los cuales circula hasta incorporarse a la sangre venosa. || 2. Vacuna ( pus de cierta viruela de las vacas). || 3. Vacuna ( virus convenientemente preparado para inoculaciones). || 4. Poét. Agua.
Camafeo: Figura tallada de relieve en ónice u otra piedra dura y preciosa. || 2. La misma piedra labrada.
Pompeyano: Perteneciente o relativo a Pompeyo el Magno o a sus hijos. || 2. Partidario de aquel general y estadista romano o de sus hijos. U. t. c. s.
Lis: lirio1. U. t. c. s. m. || 2. Heráld. Flor de lis ( forma heráldica de esta flor).
Carmín: Materia de color rojo encendido. || 2. Este mismo color. || 3. Pintalabios. || 4. Rosal silvestre cuyas flores son de color carmín. || 5. Flor de esta planta. || ~ bajo. M. El que se hace con yeso mate y la materia colorante llamada cochinilla. % V. hierba ~.
Languidez: Flaqueza, debilidad. || 2. Falta de espíritu, valor o energía.
Lidiar: Luchar con el toro incitándolo y esquivando sus acometidas hasta darle muerte. U. t. c. prnl. || 2. intr. Batallar, pelear. || 3. Hacer frente a alguien, oponérsele. U. t. c. tr. || 4. Tratar, comerciar con una o más personas que causan molestia y ejercitan la paciencia. U. t. c. tr. || 5. Ant. Pleitear, litigar. ¶ MORF. Conjug. Actual c. anunciar.
Díscolo: Desobediente, que no se comporta con docilidad. U. t. c. s.
Limpidez: Cualidad de límpido.
Claustro: Galería que cerca el patio principal de una iglesia o convento. || 2. Junta formada por el rector, consiliarios, doctores y maestros graduados en las universidades. || 3. Actualmente, junta que interviene en el gobierno de las universidades y centros dependientes de un rectorado. || 4. Conjunto de profesores de un centro docente en ciertos grados de la enseñanza. || 5. Reunión de los miembros del claustro de un centro docente. || 6. Estado monástico. || 7. Ant. Cámara o cuarto. || ~ de licencias. m. Junta de una facultad de teología o de medicina, en que, atendidos los méritos, se prescribía el orden con que los bachilleres formados en dichas facultades habían de obtener el grado de licenciado para ascender al de doctor. || ~ materno. m. matriz ( víscera en que se desarrolla el feto).
Ósculo: Beso de respeto o afecto.
Mole: Cosa de gran bulto o corpulencia. || 2. Corpulencia o bulto grande
Conventual: Perteneciente o relativo al convento. || 2. m. Religioso que reside en un convento, o es individuo de una comunidad. || 3. Religioso franciscano cuya orden posee rentas. Los hubo en España, y hoy se conservan en otros países. || 4. En algunas órdenes, predicador de la casa. % V. misa
Andrógina: hermafrodita. U. t. c. s. || 2. Dicho de una persona: Cuyos rasgos externos no se corresponden definidamente con los propios de su sexo. U. t. c. s. || 3. Bot. Monoico.
Fulguración: Acción y efecto de fulgurar. || 2. Accidente causado por el rayo.
Despótico: Perteneciente o relativo al déspota. || 2. Propio de él.
Sortilegios: Adivinación que se hace por suertes supersticiosas.
Ambarinos: Perteneciente o relativo al ámbar. || 2. f. abelmosco. || 3. Am. escabiosa.
Egregia: Insigne, ilustre.
Butaca: Silla de brazos con el respaldo inclinado hacia atrás. || 2. Luneta ( asiento de teatro). || 3. Entrada, tique, etc., para ocupar una butaca en el teatro. % V. patio de ~s.
Libidinosas: lujurioso.
Limo: Lodo, cieno.
Liviandad: Cualidad de liviano. || 2. Acción liviana.
Pámpanos: Sarmiento verde, tierno y delgado, o pimpollo de la vid. || 2. Pámpana. || 3. Salpa ( pez acantopterigio). || 4. Méx. Pez marino comestible, que habita en las costas del golfo de México.
Dogmático: Perteneciente o relativo a los dogmas de la religión. || 2. Dicho de un autor: Que trata de los dogmas. || 3. Que profesa el dogmatismo. U. t. c. s. || 4. Inflexible, que mantiene sus opiniones como verdades inconcusas. || 5. Der. Dicho de un método expositivo: En las obras jurídicas, que se atiene a principios doctrinales y no al orden y estructura de los códigos. Se usa en contraposición a exegético. || 6. f. Conjunto de dogmas o principios de una doctrina. % V. teología ~.
Dicción: Manera de hablar o escribir, considerada como buena o mala únicamente por el empleo acertado o desacertado de las palabras y construcciones. || 2. Manera de pronunciar. Dicción clara y limpia. || 3. Palabra ( segmento del discurso). % V. figura de ~.
Lascivo: Perteneciente o relativo a la lascivia. || 2. Que tiene este vicio. U. t. c. s. || 3. p. us. Demasiado lozano.
Taimado: Bellaco, astuto, disimulado y pronto en advertirlo todo. U. t. c. s.
Disoluto: Licencioso, entregado a los vicios. U. t. c. s.
Hiedra: Planta trepadora, siempre verde, de la familia de las Araliáceas, con tronco y ramos sarmentosos, de que brotan raíces adventicias que se agarran fuertemente a los cuerpos inmediatos, hojas coriáceas, verdinegras, lustrosas, persistentes, pecioladas, partidas en cinco lóbulos, enteras y en forma de corazón las de los ramos superiores, flores de color amarillo verdoso, en umbelas, y fruto en bayas negruzcas del tamaño de un guisante. Aunque la hiedra no es una parásita verdadera, daña y aun ahoga con su espeso follaje a los árboles por los que trepa. || ~ arbórea. f. hiedra. || ~ terrestre. f. Planta vivaz de la familia de las Labiadas, con tallos duros, de tres a cuatro decímetros, hojas pecioladas en forma de corazón, festoneadas y verdinegras, flores axilares en grupillos separados, de corola azul, y fruto en varias semillas menudas. Se ha empleado en medicina como expectorante.
Cartujo: Se dice del religioso de la Orden de la Cartuja, fundada por San Bruno el año 1086. U. t. c. s. || 2. m. coloq. Hombre taciturno o muy retraído.
Asceta: Persona que hace vida ascética.
Tumultuoso: Que causa o levanta tumultos. || 2. Que está o se efectúa sin orden ni concierto.
Demagogo: Que practica la demagogia. U. t. en sent. Fig. || 2. m. y f. Cabeza o caudillo de una facción popular. || 3. Orador revolucionario que intenta ganar influencia mediante discursos que agiten a la plebe.
Clerical: Perteneciente o relativo al clérigo. Hábito, estado clerical. || 2. Marcadamente afecto y sumiso al clero y a sus directrices
Cofradía: Congregación o hermandad que forman algunos devotos, con autorización competente, para ejercitarse en obras de piedad. || 2. Gremio, compañía o unión de gentes para un fin determinado. || 3. Ant. Vecindario, unión de personas o pueblos congregados entre sí para participar de ciertos privilegios. || 4. Germ. Junta de ladrones o rufianes.
Énfasis: Fuerza de expresión o de entonación con que se quiere realzar la importancia de lo que se dice o se lee. Era u. t. c. amb. || 2. Afectación en la expresión, en el tono de la voz o en el gesto. || 3. Ret. Figura que consiste en dar a entender más de lo que realmente se expresa.
Rayana: Que confina o linda con algo. || 2. Que está en la raya que divide dos territorios. || 3. Cercano, con semejanza que se aproxima a igualdad.
Bilioso: Abundante en bilis. || 2. Dicho de una persona: atrabiliaria ( de genio destemplado). || 3. Med. Dicho de una cosa: Con predominio de la bilis. Temperamento bilioso. % V. cólico ~.
Pedantesca: Perteneciente o relativo a los pedantes o a su estilo y modo de hablar.
Blasonada: Ilustre por sus blasones.
Insolencia: Atrevimiento, descaro. || 2. Dicho o hecho ofensivo e insultante. || 3. Acción desusada y temeraria.
Parapetaba: Resguardar con parapetos u otra cosa que supla la falta de estos. U. m. c. prnl. || 2. Precaver de un riesgo por algún medio de defensa. U. m. c. prnl.
Necedad: Cualidad de necio. || 2. Dicho o hecho necio.
Apologista: Persona que hace alguna apología.
Ámbito: Contorno o perímetro de un espacio o lugar. || 2. Espacio comprendido dentro de límites determinados. || 3. Espacio ideal configurado por las cuestiones y los problemas de una o varias actividades o disciplinas relacionadas entre sí. Esto pertenece al ámbito de la psicología, no al de la sociología.
Novicios: Persona que, en la religión donde tomó el hábito, no ha profesado todavía. || 2. Principiante en cualquier arte o facultad. U. t. c. adj. || 3. p. us. Persona muy compuesta y arreglada en sus acciones, especialmente en la modestia, por ser esto lo que de ordinario se ve en los novicios de las religiones. || sacar la ~ a libertad. fr. sacar a libertad la novicia. % V. maestro de novicios.
Filantropía: Amor al género humano.
Pertinaz: Obstinado, terco o muy tenaz en su dictamen o resolución. || 2. Muy duradero o persistente. Enfermedad pertinaz.
Votivo: Ofrecido por voto o relativo a él. % V. misa ~.
Misal: Se dice del libro en que se contiene el orden y modo de celebrar la misa. U. m. c. s. || 2. m. Impr. Grado de letra entre peticano y parangona.
Implacable: Que no se puede aplacar.
Absorto: Admirado, pasmado. || 2. Entregado totalmente a una meditación, lectura, contemplación, etc.
Maquinalmente: indeliberadamente.
Enervante: Que debilita o quita las fuerzas. || 2. Que excita los nervios o pone nervioso.
Paral: Madero que sale de un mechinal o hueco de una fábrica y sostiene el extremo de un tablón de andamio. || 2. Madero que se aplica oblicuo a una pared y sirve para asegurar el puente de un andamio. || 3. Mar. Madero o palo que tiene en medio una muesca que se unta con sebo para que, encajada en ella la quilla de una embarcación, se deslice y corra al botarla
Soprano: Voz más aguda de las voces humanas. || 2. Hombre castrado. || 3. Com. Mús. Persona que tiene voz de soprano.
Cadencia: Repetición de fenómenos que se suceden regularmente. || 2. Serie de sonidos o movimientos que se suceden de un modo regular o medido. || 3. Proporcionada y grata distribución o combinación de los acentos y de los cortes o pausas, en la prosa o en el verso. || 4. Efecto de tener un verso la acentuación que le corresponde para constar o para no ser duro o defectuoso. || 5. Danza. Medida del sonido, que regla el movimiento de la persona que danza. || 6. Danza. Conformidad de los pasos de quien danza con la medida indicada por el instrumento. || 7. Fon. Bajada última de la voz en la parte descendente de la frase. || 8. Mús. Manera de terminar una frase musical, reposo marcado de la voz o del instrumento. || 9. Mús. Ritmo, sucesión o repetición de sonidos diversos que caracterizan una pieza musical. || 10. Mús. Resolución de un acorde disonante sobre un acorde consonante.
Ignotas: No conocido ni descubierto.
Alabastro: Variedad de piedra blanca, no muy dura, compacta, a veces translúcida, de apariencia marmórea, que se usa para hacer esculturas o elementos de decoración arquitectónica. || 2. Vaso de alabastro sin asas en que se guardaban los perfumes. || 3. Blancura propia del alabastro. U. más con referencia a la piel o al cuerpo humano. || ~ calizo. m. El químicamente consistente en un carbonato de calcio. || ~ oriental. m. El calizo muy translúcido y susceptible de hermoso pulimento. || ~ yesoso. M. El que es una variedad de yeso, es decir, aljez compacto y transluciente. Se emplea en baldosas para las habitaciones, y las variedades más puras, en objetos de adorno.
Velador: Dicho de una persona: Que, con vigilancia y solicitud, cuida de algo. U. t. c. s. || 3. m. Candelero, regularmente de madera. || 4. Mesita de un solo pie, redonda por lo común. || 5. Can., Á. Andes, Chile y C. Rica. Mesa de noche. || 6. Arg. Veladora ( lámpara). || 7. Méx. Vigilante nocturno. || 8. Ant. Centinela. || 9. f. Bol., Méx., Par. Y Ur. Lámpara o luz portátil que suele colocarse en la mesita de noche. || 10. Ecuad. y Méx. Lamparilla que consta de una vasija de aceite o parafina y una mecha. || 11. Guat. y Hond. vela ( cilindro o prisma de cera).
Dehesas: Tierra generalmente acotada y por lo común destinada a pastos. || ~ carneril. f. Aquella en que pastan carneros. || ~ potril. f. Aquella en que se crían los potros después de separados de las madres, que es a los dos años de nacidos. % V. pelo de la ~.
Batientes: Que bate. || 2. m. Parte del cerco de las hojas de puertas, ventanas y otras cosas semejantes, en que se detienen y baten cuando se cierran. || 3. Cada una de las hojas de una puerta o ventana. || 4. Mamperlán de escalones o puertas. || 5. Lugar donde la mar bate el pie de una costa o de un dique. || 6. En los claves y pianos, listón de madera forrado de paño por la parte inferior, en el cual baten los martinetes o los macillos cuando se pulsan las teclas. || 7. Mar. Cada uno de los dos cantos verticales de las portas de las baterías. || 8. Mil. Madero de unos dos metros de largo y unos 20 cm. de grueso, que se coloca al pie de la cañonera para impedir que las ruedas de la cureña deterioren el parapeto.
Indolencia: Cualidad de indolente.
Descarnadas: Dicho de una expresión o de un asunto: Crudo o desagradable, expuesto sin paliativos. || 2. f. por antonom. muerte ( figura del esqueleto como símbolo).
Dicho de una expresión o de un asunto: Crudo o desagradable, expuesto sin paliativos. || 2. f. por antonom. muerte ( figura del esqueleto como símbolo).
Angora: Lana obtenida a partir del pelo del conejo de Angora. % V. gato de Angora.
Ánfora: Cántaro alto y estrecho, de cuello largo, con dos asas, terminado en punta, y muy usado por los antiguos griegos y romanos. || 2. Medida antigua de capacidad, equivalente, entre los romanos, a 26,2 l. || 3. Méx. petaca ( botella de bolsillo para bebidas alcohólicas). || 4. Jarras o cántaros, por lo regular de plata, en que el obispo consagra los óleos el Jueves Santo.
Proxeneta: Persona que obtiene beneficios de la prostitución de otra persona.
Sierpe: Culebra de gran tamaño. || 2. Persona muy fea o muy feroz o que está muy colérica. || 3. Cosa que se mueve con rodeos a manera de sierpe. || 4. Bot. Vástago que brota de las raíces leñosas. || 5. rur. Ast. Juego de la cometa. % V. lengua de ~.
Postigo: Puerta falsa que ordinariamente está colocada en sitio excusado de la casa. || 2. Puerta que está fabricada en una pieza sin tener división ni más de una hoja, la cual se asegura con llave, cerrojo, picaporte, etc. || 3. Puerta chica abierta en otra mayor. || 4. Cada una de las puertas pequeñas que hay en las ventanas o puertaventanas. || 5. Tablero sujeto con bisagras o goznes en el marco de una puerta o ventana para cubrir cuando conviene la parte encristalada. || 6. Puerta no principal de una ciudad o villa.
Damasco: Tela fuerte de seda o lana y con dibujos formados con el tejido. || 2. Árbol, variedad del albaricoquero. || 3. Fruto de este árbol.
Turpial: Pájaro tropical de la familia de los Ictéridos, de unos 24 cm. de longitud, de plumaje negro brillante en la cabeza, cuello, lomo, alas y cola, y amarillo anaranjado en la nuca y la zona ventral, cuyo canto es variado y melodioso. Es el ave nacional de Venezuela.
Indómito: No domado. || 2. Que no se puede o no se deja domar. || 3. Difícil de sujetar o reprimir.
Impasible: Incapaz de padecer o sentir. || 2. Indiferente, imperturbable.
Poyo: Banco de piedra, yeso u otra materia, que ordinariamente se fabrica arrimado a las paredes, junto a las puertas de las casas de campo, en los zaguanes y otras partes. || 2. Derecho que se abonaba a los jueces por administrar justicia.
Cólera: Ira, enojo, enfado. || 2. bilis ( jugo amarillento). || 3. m. Med. Enfermedad epidémica aguda de origen bacteriano, caracterizada por vómitos repetidos y diarrea severa. || ~ asiático. m. Med. Enfermedad infecciosa y epidémica, originaria de la India, caracterizada por vómitos, deposiciones alvinas, acuosas, abundantes calambres, supresión de la orina y postración general. || ~ de las gallinas. m. Zool. Epizootia que suelen padecer las gallinas, palomas, ánades, faisanes, etc., caracterizada por su breve curso y gran mortalidad. Es producida por un bacilo específico. || ~ morbo. m. cólera asiático. || ~ nostras. m. Gastroenteritis aguda con diarrea, calambres y vómitos. || cortar la ~. fr. coloq. Tomar un refrigerio entre dos comidas. || 2. coloq. Amansar a alguien por medio del castigo, de la amenaza, de la burla o de la razón. || descargar la ~ en alguien. fr. descargar la ira en alguien. || emborracharse de ~. fr. coloq. tomarse de la cólera. || exaltársele a alguien la ~. fr. alterársele la bilis. || montar en ~. fr. Airarse, encolerizarse. || tomar ~. fr. Padecer este afecto, o dejarse poseer de él. || tomarse de la ~. fr. Perder el uso racional por la vehemencia de la ira.
Impertinencia: Dicho o hecho fuera de propósito. || 2. Importunidad molesta y enfadosa. || 3. p. us. Susceptibilidad excesiva, nacida de un humor desazonado y displicente, como lo suelen tener los enfermos. || 4. desus. Curiosidad, prolijidad, excesivo cuidado de algo. Esto está hecho con impertinencia.
Procurar: Hacer diligencias o esfuerzos para que suceda lo que se expresa. || 2. Conseguir o adquirir algo. U. m. c. prnl. Se procuró un buen empleo. || 3. Ejercer el oficio de procurador
Aversión: Rechazo o repugnancia frente a alguien o algo. Aversión a los espacios cerrados, hacia las serpientes, por la impuntualidad.
Palio: Especie de dosel colocado sobre cuatro o más varas largas, bajo el cual se lleva procesionalmente el Santísimo Sacramento, o una imagen. Lo usan también los jefes de Estado, el Papa y algunos prelados. || 2. Cosa que forma una manera de dosel o cubre como él. || 3. Prenda principal, exterior, del traje griego, a manera de manto, usada comúnmente sobre la túnica. || 4. Capa o balandrán. || 5. Insignia pontifical que da el Papa a los arzobispos y a algunos obispos, la cual es como una faja blanca con cruces negras, que pende de los hombros sobre el pecho. || 6. Paño de seda o tela preciosa, que se ofrecía como premio al vencedor en determinados juegos de carrera. || 7. Zool. Manto de los moluscos, de los braquiópodos y de otros grupos de animales. || correr el ~. fr. Participar en los juegos de carrera en cuya meta se ponía como premio un palio de seda. || recibir con, o bajo, ~. frs. U. para significar la demostración que solo se hace con el Sumo Pontífice, jefes de Estado, emperadores, reyes y prelados cuando entran en una ciudad o villa de sus dominios o en los templos. || 2. Hacer singular estimación de la venida muy deseada de alguien.
Serrezuela: de sierra.
Lívida: De poco peso. || 2. inconstante ( que muda con facilidad de pensamientos). || 3. De poca importancia. || 4. Dicho de una mujer: Informal y ligera en su relación con los hombres. || 5. p. us. Lascivo, incontinente. || 6. m. Pulmón, principalmente el de las reses destinadas al consumo. U. m. en pl. || 7. Burro que va delante y sirve de guía a la recua. || 8. f. Canto popular andaluz.
Ebúrnea: De marfil. || 2. poét. Parecido al marfil.
Sumisión: Sometimiento de alguien a otra u otras personas. || 2. Sometimiento del juicio de alguien al de otra persona. || 3. Acatamiento, subordinación manifiesta con palabras o acciones. || 4. Der. Acto por el cual alguien se somete a otra jurisdicción, renunciando o perdiendo su domicilio y fuero
Nimbo: aureola ( de las imágenes sagradas). || 2. Meteor. Nube grande, baja y grisácea, portadora de lluvia, nieve o granizo. || 3. Numism. Círculo que en ciertas medallas, y particularmente en las del Bajo Imperio, rodea la cabeza de algunos emperadores.
Pesadumbre: Cualidad de pesado. || 2. Fuerza de gravedad de la Tierra. || 3. injuria ( agravio). || 4. Molestia, desazón, padecimiento físico o moral. || 5. Motivo o causa del pesar, desazón o sentimiento en acciones o palabras. || 6. Riña o contienda con alguien, que ocasiona desazón o disgusto
Obregón: Cada uno de los miembros de la congregación de hospitalarios fundada en Madrid por Bernardino de Obregón, en el año 1565. U. m. en pl.
Rubicundo: Rubio que tira a rojo. || 2. Dicho de una persona: De buen color y que parece gozar de completa salud. || 3. Dicho del pelo: Que tira a colorado.
Semblante: Parecido, semejante. || 2. m. Representación de algún estado de ánimo en el rostro. || 3. Cara o rostro humano. || 4. apariencia ( aspecto o parecer). || beber el ~ a alguien. fr. beber las palabras. || componer alguien el ~. fr. Mostrar seriedad o modestia. || 2. Serenar la expresión del rostro. || mudar de ~. fr. Dicho de una persona: Demudarse o alterarse, dándolo a entender en el rostro. || 2. Dicho de una cosa: Alterarse o variar sus circunstancias, de modo que se espere diferente suceso del que se suponía. Mudó de semblante el pleito.
Altiva: Orgulloso, soberbio. || 2. Dicho de una cosa: Erguida, elevada. Torre altiva.
Jipijapa: Tira fina, flexible y muy tenaz, que se saca de las hojas del bombonaje, y se emplea para tejer sombreros, petacas y diversos objetos muy apreciados. || 2. m. sombrero de jipijapa.
Viso: Altura o eminencia, sitio o lugar alto, desde donde se ve y descubre mucho terreno. || 2. Superficie de las cosas lisas o tersas que hieren la vista con un especial color o reflexión de la luz. || 3. Onda de resplandor que hacen algunas cosas heridas por la luz. Esta tela hace visos. || 4. Forro de color o prenda de vestido que se coloca debajo de una tela clara para que por ella se transparente. || 5. Apariencia de las cosas. || 6. ant. Sentido corporal con que se ven los colores y las formas. || 7. ant. cara ( parte anterior de la cabeza). || ~ de altar. m. Cuadro pequeño de tela con su bastidor, con el cual, en algunas partes, cubren las puertas del sagrario donde está el Santísimo Sacramento. || a dos ~s. loc. adv. Con dos intentos distintos, o a dos miras. || al ~. loc. adv. Dicho de mirar ciertos objetos a fin de cerciorarse de su color y tersura: Al soslayo. || de ~. loc. adj. Dicho de una persona: conspicua. || 2. Dicho de una cosa: Lujosa, de categoría. || hacer mal ~ alguien. fr. Deslucirle un defecto o nota, y disminuir la estimación que se debía tener de él por sus prendas o empleo. || hacer ~ alguien. fr. Llevarse la atención y aprecio, gozando de especial estimación entre las gentes. % V. pintura a dos ~s.
Hibrido: Dicho de un animal o de un vegetal: Procreado por dos individuos de distinta especie. U. t. c. s. || 2. Biol. Dicho de un individuo: Cuyos padres son genéticamente distintos con respecto a un mismo carácter. || 3. Se dice de todo lo que es producto de elementos de distinta naturaleza.
Locuaz: Que habla mucho o demasiado. || 2. fest. Méx. loco ( que ha perdido la razón). U. t. c. s.
Gracejo: Gracia, chiste y donaire festivo en hablar o escribir.
Tertulia: Gracia, chiste y donaire festivo en hablar o escribir.
Sementera: Acción y efecto de sembrar. || 2. Tierra sembrada. || 3. Cosa sembrada. || 4. Tiempo a propósito para sembrar. || 5. Origen o principio del que nacen o se propagan algunas cosas.
Funesto: Aciago, que es origen de pesares o de ruina. || 2. Triste y desgraciado.
Clérigo: Hombre que ha recibido las órdenes sagradas. || 2. Hombre que tenía la primera tonsura. || 3. En la Edad Media, hombre letrado y de estudios escolásticos, aunque no tuviese orden alguna, en oposición al indocto y especialmente al que no sabía latín. || 4. En la Edad Media, hombre sabio en general, aunque fuese pagano. || ~ de cámara. m. El que ha obtenido un nombramiento honorífico en el palacio del Papa. || ~ de corona. m. El que solo tenía la primera tonsura. || ~ de menores. m. El que solo tenía las órdenes menores o alguna de ellas. || ~ de misa. m. Presbítero o sacerdote. || ~ pobre de la Madre de Dios. m. escolapio ( sacerdote de las Escuelas Pías).
Artemisa: Planta olorosa de la familia de las Compuestas, de tallo herbáceo, empinado, que crece hasta un metro de altura. Tiene hojas hendidas en gajos agudos, lampiños y verdes por encima, blanquecinos y tomentosos por el envés, y flores de color blanco amarillento, en panojas. Es medicinal. || 2. matricaria. || 3. Planta americana de la familia de las Compuestas, de metro y medio de altura, de tallo estriado, hojas parecidas a las de la Artemisa común, y flores verdes y amarillentas. Es medicinal. || ~ bastarda. f. milenrama. || ~ pegajosa. f. Especie muy parecida a la común, pero de cabezuelas más pequeñas, tallos estriados y hojas glutinosas.
Febricitante: Que tiene fiebre o calentura.
Altiplanicie: Meseta de mucha extensión, situada a gran altitud.
Póstumo: Que sale a la luz después de la muerte del padre o autor. Hijo póstumo. Obra póstuma. || 2. Se dice de los elogios, honores, etc., que se tributan a un difunto.
Pictórico: Perteneciente o relativo a la pintura. || 2. Adecuado para ser representado en pintura.
Fangosas: Lleno de fango. || 2. Que tiene la blandura y viscosidad propias del fango.
Pertinaz: Obstinado, terco o muy tenaz en su dictamen o resolución. || 2. Muy duradero o persistente. Enfermedad pertinaz.
Airoso: Se dice del tiempo o del sitio en que hace mucho aire. || 2. Garboso o gallardo. || 3. Que lleva a cabo una empresa con honor, felicidad o lucimiento. Quedar, salir airoso.
Abates: Eclesiástico de órdenes menores, y a veces simple tonsurado, que solía vestir traje clerical a la romana. || 2. Presbítero extranjero, especialmente francés o italiano, y también eclesiástico español que ha residido mucho tiempo en Francia o Italia. || 3. Clérigo dieciochesco frívolo y cortesano.
Bruma: Niebla, y especialmente la que se forma sobre el mar. || 2. ant. invierno ( estación del año).
Jirón: Faja que se echaba en el ruedo del sayo o de la saya. || 2. Pedazo desgarrado del vestido o de otra ropa. || 3. Pendón o guión que remata en punta. || 4. Parte o porción pequeña de un todo. || 5. Heráld. Figura triangular que, apoyándose en el borde del escudo, llega hasta el centro o corazón de este. || 6. Perú. Vía urbana compuesta de varias calles o tramos entre esquinas.
Lóbrega: Oscuro, tenebroso. || 2. Triste, melancólico.
1.11. COMENTARIO PERSONAL.
La obra flor de fango trajo a meditar a los lectores haciéndonos ver las humillaciones vividas en la obra ilusiones, amores, decepciones, admiraciones etc.
En esta obra aprendemos a valorar la naturaleza a detallarla, a mirar verdaderamente su resplandor hermoso y luminoso.
Esta obra nos dio a entender que el ser humano hace un gran esfuerzo en su vida para sacar a otro ser humano, detallamos los verdaderos sentimientos, emociones, y amores que se presentan en este caso como el amor de Arturo hacia luisa, luchamos por obtener lo que queremos y así satisfacer esas grandes ilusiones llenas de sentimientos que nos llevan a la desilusión y en eso el olvido de nuestros seres queridos, sueños y metas.
Vivimos atados a un mundo resignado, esforzado, silencioso obligado a guardar secretos sin poder confesar nada por temor.
Al luchar con esas personas a luchar con ellas a callar, a vivir en secreto, guardando para sí mismo todos sus problemas sin posibilidad de comunicarlos a otras personas que probablemente podrían ayudar a solucionarlos
Pudiendo ver que nunca imaginamos llegar a lo desagradable, a lo mínimo, a la miseria, sino siempre a lo mejor, a lo más alto, a la comodidad de complacer nuestros deseos sin pensar en los demás, y es más pasando por encima de ellos y pisoteando su autoestima.
El egoísmo nos lleva a perder el amor, a dejarlo y solo a vivió el recuerdo que nos martiriza, y afrontamos el futuro pensando en el pasado, en nuestros seres queridos, en nuestros sueños y metas cumplidas, y que aun no hemos alcanzado.
Vargas Vila nos da a entender que no todo puede terminar bien, como es el caso de la novela flor del fango. En la que muere el personaje principal y su madre, pero muchos otros no fallecen sino que se mueren de pensamiento y corazón como Arturo que al verse solo con un padrastro que no lo quería y una madre fanática religiosa, se rindió y no tuvo ni la dignidad, ni la fuerza, ni el espíritu y mucho menos la madurez para levantarse y seguir adelante.
Observamos que es una realidad el que la gente discrimine a las otras personas sin conocerlas aún y sin saber como son ellas realmente, es decir sin haberse dado tiempo para reflexionar acerca de las cosas buenas que puede tener la otra persona que en principio parece que no las tuviera, sin embargo al conocerlas descubre cualidades insospechadas.
Esta obra nos abre los ojos a muchas realidades que pasamos desapercibidas, pero que son de la vida diaria y a muchas personas les puede o ya les ha sucedido alguna de estas cosas, como lo son: los mendigos que pudieron haber tenido algo y por vueltas de la vida las pierden simplemente.
CONCLUSIONES.
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Muchas personas aparentan ser lo que nunca han sido ni llegaran a ser, como doña Mercedes y don Crisóstomo, que fingían ser personas muy correctas, pero eran todo lo contrario.
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En esta obra podemos mirar que Vargas Vila utiliza varios recursos literarios como el narrador, que no solo narra sino que también habla con la protagonista y hace sus propios comentarios acerca de las personas que intervienen en esta novela.
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Miramos que el autor tiene un especial odio al clero, esto se deduce fácilmente, pues, en la obra “Flor del Fango”, hace un concreto ataque a la clerecía, resaltando los vicios de muchos sacerdotes, representándolos como personas que aprovechan de su posición influyente en la sociedad para abusar, en muchos sentidos, de las demás almas.
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En la novela “Flor del Fango”, logramos observar que el escritor utiliza a la mujer como centro, resaltando los valores y los defectos de la Mujer, así critica a la gente que la ofende o que la menosprecia, dejando muchas enseñanzas y mostrando un lado no muy explorado de este gran escritor, no el Vargas Vila destructivo, sino uno positivo.
BIBLIOGRAFIA.
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Flor del Fango. José Maria Vargas Vila. Momo Ediciones.
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Enviado por: | Maria Moni |
Idioma: | castellano |
País: | Colombia |