Fisioterapia
Fisiopatología
INFLAMACIÓN
Es una respuesta orgánica que se define como una serie de acontecimientos sucesivos que aparecen como resultado de una agresión. No es más que una forma del organismo de defenderse (reacción defensiva) frente a una agresión; y esta reacción defensiva será siempre la misma independientemente del tipo de agresión que haya sufrido el organismo (reacción inespecífica), por lo que la inflamación estará presente en múltiples procesos patológicos (infecciones, intoxicaciones, alergias, traumatismos...).
Los efectos de una inflamación son beneficiosos ya que inactivan el agente causal y repara el daño producido, sin embargo, algunas veces la reacción inflamatoria resulta contraproducente, sobre todo cuando esta se asienta sobre órganos vitales.
Los signos cardinales de la inflamación:
- Rubor o enrojecimiento = vasodilatación. Por acumulación de sangre.
- Calor = aumento de la temperatura, del flujo sanguíneo y del metabolismo local.
- Tumor o hinchazón = aumento de tamaño (bulto), por acumulación de sangre y
exudado.
- Dolor = por irritación de las fibras sensitivas nerviosas.
- Impotencia funcional = la zona inflamada deja de ejercer correctamente su función.
Estos signos y síntomas locales permitirán distinguir la inflamación de otros procesos distintos que a simple vista pueden parecer similares, como por ejemplo el edema (cúmulo de líquidos en un tejido determinado, provocado por un fallo en el funcionamiento del sistema renal o cardiocirculatorio).
En la zona edematosa tendremos un aumento de tamaño pero no tendremos ni dolor, ni rubor, ya que el edema es indoloro, frío y pálido. Posee una consistencia blanca (al apretar con el dedo y retirarlo queda una depresión en la zona correspondiente, es el signo de la “fovea”).
Desde un punto de vista medico, la reacción inflamatoria se designa mediante el sufijo “-itis”, añadido al nombre del órgano afectado. Como casi cualquier parte del cuerpo puede ser sitio de inflamación.
Se puede decir que el paciente sufre por ejemplo:
- Nasofaringitis = inflamación del revestimiento de nariz y garganta.
- Sinusitis = inflamación del revestimiento de los senos paranasales.
- Amigdalitis = inflamación de las amígdalas.
- Laringitis = inflamación de la laringe.
- Artritis = inflamación de las articulaciones.
- Apendicitis = inflamación del apéndice.
- Colitis = inflamación del revestimiento del colon.
- Cistitis = inflamación de la vejiga urinaria.
- Colecistitis = inflamación de la vesícula biliar.
- Bronquitis = inflamación de la mucosa bronquial.
- Gastroenteritis = inflamación del estomago.
- Vasculitis = inflamación del endotelio de los vasos circulatorios.
La inflamación puede ser descrita como:
- Aguda, los signos y síntomas clásicos de inflamación.
- Subaguda, tiene características de la aguda y la crónica.
- Crónica, la lucha entre el agente causante y las defensas del cuerpo prosiguen
una lucha durante un periodo largo.
Las causas desencadenantes de una inflamación son muy variadas, de forma general se pueden englobar dentro de los siguientes grupos causales:
- Organismos vivos (bacterias, virus, protozoos, parásitos...)
- Estímulos físicos (frío--calor, radiaciones, lesión mecánica...)
- Estímulos químicos (ácidos, sustancias tóxicas...)
- Cuerpos extraños.
- Reacciones inmunitarias (alergias, enfermedades autoinmunes...)
Procesos que se desarrollan a nivel del tejido inflamado:
Agente causal
Lesión y muerte celular
Histamina
Liberación de mediadores químicos
Serotonina
Dilatación vasos sanguíneos
Aumento flujo sangre Aumento permeabilidad
Leucocitos
Salida de proteínas (albúmina) Salida de células--- Linfocitos
Monocitos
Exudado inflamatorio
Pus (cúmulo de leucocitos muertos) Homeostasis
Absceso (cúmulo de pus) Factores estimulantes (leucocitosis)
Fístula (canal de expulsión de pus) Aumento de leucocitos
Regeneración o reparación (cicatriz)
Cuando se establece un equilibrio entre la capacidad agresiva del agente causal y la capacidad defensiva del proceso inflamatorio, este nunca finaliza, hablándose entonces de proceso inflamatorio crónico.
Además de las manifestaciones locales, todo proceso de inflamatorio tendrá unas manifestaciones generales, como expresión de la repercusión a nivel de todo el organismo, manifestaciones que serán tanto más evidentes cuanto más intensa sea la inflamación.
Dentro de las manifestaciones generales se encuentran:
-
Manifestaciones generales inespecíficas, como la astenia o cansancio, anorexia o falta de apetito, perdida de peso, malestar general y fiebre.
-
Manifestaciones hematológicas o sanguíneas, como la anemia y la leucocitosis.
-
Aumento a nivel del plasma sanguíneo de determinadas sustancias de naturaleza proteica, predominadas en conjunto “reactantes”, y de las que forman parte, por ejemplo, la proteína-C-Reactiva aumenta su concentración en sangre, que actúa como estimulante de los sistemas defensivos, También disminuyen sustancias en el plasma sanguíneo como el hierro.
La posibilidad de que aparezcan secuelas como consecuencia del proceso inflamatorio, solo se presentará en el caso de que esta haya finalizado como la reparación o cicatrización del tejido lesionado; mientras que si la inflamación finaliza la regeneración del tejido lesionado, con la sustitución por otro tejido idéntico, no quedarán secuelas.
REPARACIÓN DE TEJIDOS. CICATRIZACIÓN
El tejido se regenerará o será sustituido por otro que se conoce como cicatriz. Por lo general, los tejidos se autorreparan permitiendo que las células fagocitarias eliminen las células muertas o lesionadas y llenando luego los huecos que han dejado. Esta forma de crecimiento de nuevo tejido funcional se llama regeneración.
Si esta masa es pequeña puede ser sustituida más tarde por tejido normal. Si la masa es profunda o ancha, o si la lesión celular fue muy grande, puede permanecer como masa fibrosa densa, llamada cicatriz. Una cicatriz especialmente gruesa que se desarrolla en la capa inferior de la piel se llama queloide.
El tejido muscular tiene una capacidad muy limitada de regeneración y por tanto de cicatrizarse. El músculo lesionado suele ser sustituido por tejido conjuntivo fibroso en vez de tejido muscular. Cuando esto sucede el órgano afectado pierde parte o toda su capacidad funcional.
El tejido nervioso tiene una capacidad muy limitada de regeneración. Las neuronas situadas fuera del cerebro y en la médula espinal a veces se regeneran, pero con gran lentitud y solo si hay cierta neuroglia para “reparar el terreno”. En el cerebro adulto normal y en la médula espinal las neuronas no vuelven a crecer cuando han sido lesionadas. Así pues, las lesiones cerebrales y de la médula espinal casi siempre terminan en lesión permanente.
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Enviado por: | Luar |
Idioma: | castellano |
País: | España |