Literatura
Finis Mundi; Laura Gallego
FINIS MUNDI |
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PRIMER EJE
Michel, un monje cluniense, tuvo que salir a la calle en busca de información sobre el milenio, ya que supuestamente se iba a acabar el mundo, porque el monasterio en el que vivía fue quemado por los. Pidió ayuda a un juglar y su perro sobre la existencia de “la ciudad dorada” y este accedió a acompañarlo en su viaje ya que le veía muy débil para hacer un viaje tan largo solo.
El primer lugar por el que pasaron fue Louviers donde Michel descubrió la cantidad de fama que había conseguido Mattius. Llegaron a Amiens donde Mattius recitó un cantar muy famoso mientras Michel anduvo vagando por el pueblo, descubrió que el hambre existía cuando un vagabundo le pidió limosna y entonces Mattius le rescató antes de que pudiera tocarle y así contagiarle alguna enfermedad. Después de eso se dirigieron a casa de un amigo del juglar que les acogió, también ayudó a Michel contándole unas cuantas historia que había oído y les dio cobijo a cambio de que le llevaran un paquete a un pariente suyo de Péronne así que pasaron por allí. En Caudry era día de fiesta, Mattius actuó mientras Michel se preguntaba si merecía la pena salvar el mundo a causa del hambre, injusticias, etc. Pero pensó que sí, que había que darle una oportunidad para que todo cambiara y fuera mejor. En medio de la actuación del juglar aparecieron dos hombres a caballo, la gente huyó, eran los caballeros del señor de Caudry. Ellos se escondieron en un granero cuando los caballeros entraron y Mattius les atacó y salieron huyendo con el caballo del caballero. Michel sufrió un golpe y se quedó dormido durante varios días y cuando despertó, ya estaban en tierras germánicas. Pronto entraron en Aquisgrán, gracias a un amigo, consiguieron entrar en la catedral. Cuando consiguieron el acceso, el primero en entrar fue Michel que en compañía del capellán que le dejó solo para que pudiera disfrutar del monumento, pero cuando estaba a punto de descubrir algo sintió una respiración tras él y se apartó. El perro de Mattius empezó a ladrar y los dos entraron rápidamente en la catedral. Cuando llegaron descubrieron al capellán tirado en el suelo, a Michel de pié y al caballero al lado del capellán. Michel empezó a explicar que el capellán lo había atacado por detrás a traición y que fue entonces cuando apareció el caballero para salvarlo, y dijo que era un seguidor del diablo. Entonces descubrieron en su ropaje el símbolo de la cofradía. Descubrieron una entrada a lo que después averiguaron, era la tumba de Carlomagno, entre todos levantaron la lápida y descubrieron el cuerpo intacto, como si no estuviera muerto, como si no llevara tantos años allí. Vieron que llevaba un colgante con un ojo y descubrió que ese era el primer eje, el eje del presente. Michel intentó quitárselo, pero cuando lo fue a coger le quemó la mano, la piedra del medio estaba ardiendo, así que la segunda vez tuvo más cuidado y lo pudo quitar. Entonces sucedió algo que no esperaban, en cuanto el cuerpo perdió el contacto con el eje empezó a descomponerse a velocidades vertiginosas y empezó a oler fatal por lo que decidieron cerrar la tumba cuanto antes y salir de aquel lugar antes de que otra persona de la orden de los tres ojos fuera a por ellos. Al salir de allí el caballero les dijo que ya podían marchar porque él les encubriría y se despidieron de él.
Después estuvieron hablando sobre el lugar en el que se podía encontrar el segundo eje y releyeron los pergaminos para ver que podían encontrar. “seguir el camino de las estrellas” era algo a lo que Michel no le encontraba sentido, pero en cambio el juglar pensó que se podía tratar del camino de Santiago en la península Ibérica así que después de que Michel convenciera a Mattius decidieron partir hacia allí.
SEGUNDO EJE
Llegaron a Astorga y se hospedaron en una posada en la que el posadero les dijo que alguien habían preguntado por ellos, sobre las intenciones de a dónde se dirigían. En los días siguientes sintieron que iban tras ellos, el juglar pensó que si de verdad les iban siguiendo, no lo entendía, como si habían estado tanto tiempo en el pie de los pirineos por que aparecían ahora. Entonces descubrieron que un hombre les iba siguiendo desde la posada de Astorga. Como ya era tarde pararon en otra posada donde una chica, la mesera miraba mucho al juglar, yo iba a acercarse a hablar con ella cuando ella se acercó y le dijo que si era juglar, le dijo que había oído muy buenos comentarios sobre él y que le gustaría que la llevara con él. Mattius le dijo que no era posible por su padrastro y por qué esa no era una vida para una mujer. Pero aprovecharon para hablar del hombre que les había estado siguiendo, sobre si le conocía. Ella dijo que no y les dijo que no les recomendaba salir antes del amanecer porque las meigas preparaban un aquelarre. Aún así decidieron partir, estando adentrados en el bosque fueron atacados por unas brujas, que les atraparon, pero no a los dos sino al juglar. Entonces Michel oyó voces y fue al lugar de dónde procedían y descubrió a Mattius atado, entonces llegó el hombre que les había estado siguiendo y las preguntó que donde estaba el monje. Las meigas no supieron responder y este les echó la bronca. Le preguntaron sobre que sabía pero él se salió por la tangente. Estaba muy asustado, cuando oyó una voz que le dijo que no se preocupara que le iban a proteger. Se desató un revuelo y consiguieron escapar. Las personas que le habían salvado eran Lucía la chica de la posada y su abuela, la meiga mayor. Les indicaron el camino más corto para llegar a Santiago y el juglar le prometió a Lucía que volvería a por ella, pero todos sabían que eso no sería así. Llegaron a Santiago y fueron a casa de un hombre que debiera de ser como el jefe dentro del gremio de los juglares. Éste les acogió y pronto empezaron a buscar la forma de acceder al templo y mientras trabajaron en reconstruir el pueblo, destruido por los bárbaros. Pronto llegó el día del mercado mayor en el que venía gente de toda la comarca a vender sus mercancías, allí se encontraron con Lucía y su abuela y decidieron que si de verdad quería ser juglaresa se debiera de presentar al hombre que les había acogido y entonces fueron a entrevistarse con él. El hombre no estaba seguro pero fue su mujer, la que le convenció de darle una oportunidad y ya que se iba a celebrar una reunión entre todos decidirían que hacer. No todos estaban seguros y pensaron después de escucharla que se le podía dar una oportunidad pero no había nadie que la quisiera llevar consigo hasta que Michel convenció a Mattius y este finalmente accedió hasta que le encontraran otro maestro. Después de decidir eso, hablaron sobre el tema de los tres ejes y don de los juglares, Cercamón y Orazio. También descubrieron que tenían que ir a una ermita en el fin del mundo y fue Lucía quien les ayudó a encontrar aquel lugar. Durante el duro viaje se encontraron con unos musulmanes que gracias al primer eje les dejaron marchar. Por la buena orientación de Lucía consiguieron llegar a Finisterre, donde les dijeron que la ermita se encontraba fuera del pueblo así que quedaron en ir al día siguiente. Una vez allí, Michel fue el único que entró, ya que los juglares se quedaron fuera vigilando y Lucía se fue a pasear, cuando ya lo encontró dentro del pedestal de la virgen, oyó unos ruidos y decidió esconderse. Todo pasó y no le encontraron pero los juglares resultaron heridos, es más Ceramón murió y los otros estuvieron varios día durmiendo. Cuando despertaron enteraron a su amigo y decidieron seguir, ya no podían parar, pero Orazio no quiso seguir ya que tendría que viajar en barco para llegar hasta Britania, pero accedió a acompañarles a la Coruña donde iban a partir.
TERCER EJE
Ya en el barco, Michel se acordó de lo vivido y de Orazio que volvió a Santiago para informar sobre lo ocurrido con Cercamón y para avisarles sobre la cofradía de los tres ojos. Durante el tiempo antes de embarcar Lucía había aprendido francés y también a actuar en público. Ya era el verano del año 999 y solo tenía la pista de un sueño de Lucía en el que veía un círculo de piedra. Lucía dejó de vestir de hombre, ya que no se tenía que esconder porque no era la única mujer a bordo, una dama normanda que enviaban de mensajera. Ésta al enterarse de que Lucía iba a bordo y de que quería ser juglaresa la mandó llamar y que le recitara algo que supiera, la dama se llamaba Alinor y parece que le gustó la actuación de Lucía porque le invitó a que volviera otro día a cambio de unas monedas. Esto siguió así hasta que la doncella de Alinor cayó enferma y murió, entonces esta le pidió que si podía ejercer de su doncella durante el viaje, ella aceptó.
Un día avistaron la costa pero el problema fue que un barco venia directamente hacia ellos, así que las mujeres se tuvieron que esconder pensando que eran vikingos pero no, eran guardias de los territorios sajones. Michel consiguió entrar en el convento mientras Lucía vivía con Alinor en el palacio de la princesa del lugar, por el contrario Mattius vivió como un simple extranjero ya que allí no podía ejercer de juglar porque no conocía la lengua. El mismo día de su llegada Mattius tuvo que ayudar a apagar el incendio del barco en el que habían llegado hasta allí. El juglar enseguida hizo amigos en una taberna ya que les resultaba muy gracioso oírle pronunciar las pocas palabras que iba asimilando. Intentó averiguar más cosas sobre el círculo de piedra pero nadie era capaz de decirle nada importante, hasta que un día se enteró de que iban a llevarle armas a la ciudad y fue a avisar al monje para que partieran, ya que allí encontraría juglares a los que preguntarle leyendas o cualquier cosa que le pudiera valer. Pero cuando fue a ver a Michel este le dijo que no, que esperaran un poco que estaba investigando y que cuando le preguntó al abad le confundió su reacción porque pensó que podía tener algo que ver.
Así pasaron los días hasta que uno en especial llegó un hombre de zarrapastroso ropaje, al principio pensó que era un vagabundo, pero luego se dio cuenta de que todos le conocían y que era un scop, que así era como llamaban a los juglares allí. Así pudo averiguar que era el círculo de piedra dónde se encontraba, porque nadie hablaba de él y cómo se llamaba en realidad. Desde pequeños les enseñaban a no nombrar el círculo de los druidas ya que pensaban que tenía poderes al conocer todos los secretos de las plantas y por último que se encontraba en dirección noroeste a varios días de allí. El scop creía firmemente en ese poder ya que de pequeño pensaron que estaba endiablado y ni el mismo abad pudo remediarlo, sólo se curó gracias a los druidas.
Al enterarse de esto fue a ver a Michel para contárselo y para quedar con él al amanecer. El monje mandó un mensaje a Lucía a través del recadero, pero la nota fue interceptada por el arzobispo. Esa misma tarde la policía fue a la taberna a buscar a Mattius para llévaselo preso, ya que supuestamente la doncella de Alinor le había acusado del incendio del barco, además para defenderse dijo que si había estado allí pero apagando el fuego, lo que fue utilizado en su contra. Nadie creyó en su inocencia y lo llevaron al calabozo. Solicitó ver a la doncella pero no le fue posible.
Michel fue al encuentro de sus amigos y al ver que no llegaban preguntó a un muchacho que le dijo que el juglar estaba preso, entonces descubrió que su arresto no fue provocado por la doncella sino por el arzobispo, decidió ir a hablar con él pero antes escondió los ejes. Aelfric le dijo que el juglar estaba en el calabozo del castillo esperando un juicio y Michel le acusó de ser uno de “ellos”.
Mientras en la cárcel a Mattius se le presentó el hombre que les atacó en Santiago y le preguntó por los ejes, entonces pensó que Lucía siempre había estado con la cofradía, como no confesaba donde se encontraban los ejes pues le dieron el suero de la verdad pero no le hizo efecto por el aguamiel que había tomado.
Michel decidió que tenía que hablar con Lucía en persona y decidió ir a un mercado que habían organizado ya que supuso que Lucía iría y tuvo razón, consiguió hablar con ella y decidieron que esa noche irían a salvar a Mattius y como único arma, el perro. Así que según lo previsto Michel entró en el castillo pero algo se torció y le pillaron, el perro consiguió escapar mientras que a Michel lo llevaron a una habitación sin salida.
Mientras, Lucía estaba en compañía de lady Alinor que al sospechar, le hizo tomar un suero de la verdad y Lucía lo contó todo. Había sido Alinor la que había acusado al monje, estaba al tanto de los ejes y mandó atrapar al Michel.
La reina del lugar lady Julianna, ayudó a Lucía y le dijo que ya estaba al tanto de la situación y que rescatarían a sus amigos. Fueron a la estancia donde se encontraba Michel y se encontraron con que lady Aliror estaba a punto de administrarle el suero de la verdad, pero con la rápida intervención y la ayuda de lady Julianna consiguieron escapar. Encontraron a Mattius y cuando estaban a punto de abrirle la puerta García llegó y sólo Lucía pudo escapar por el momento. Entonces apareció lady Julianna, abrió a puerta del calabozo de Mattius y les informó de que habían ganado pero que lady Alinor había escapado, rápidamente se dieron cuenta de que iría tras Lucía y corrieron en su busca.
Lucía después de vagar durante cinco días, sus fuerzas le falló y se cayó del caballo quedando inconsciente. Cuando despertó comprendió que estaba en casa de un druida, un hombre con poderes como las meigas. Este le ayudó a llegar al círculo y empezó a buscar. Entre tanto mattius y Michel la seguían buscando.
Por fin Lucía consiguió encontrarlos y los unió, empezaron a relucir. Ya iba a volver cuando apareció lady Alinor con un caballero y le explicó que ella era el mismo anticristo y que necesitaban el fin del milenio para que el demonio les juzgara. Entonces le reveló que les había estado siguiendo y que no había sido casualidad que viajaran en el mismo barco. Sus intenciones eran gobernar el mundo. En ese momento apareció García, no estaba muerto. Entonces llegaron Mattius y Michel, y lady Alinor, el caballero y García murieron.
Los tres amigos se reunieron en el centro e invocaron al Dios del tiempo quien les hizo ver el futuro: las guerras, el hambre, la miseria, etc. Pero también pudieron observar el amor de una familia, la felicidad, etc. Y decidieron que el mundo debía de continuar, y así fue, mas a cambio Michel entregó su vida. De pronto todo se había acabado, ya no veían esas visiones pero descubrieron que todo era real y que Michel había muerto. Hicieron lo que pensaron que era lo correcto, llevarse el cuerpo de Michel y mantenerlo intacto con el poder del primer eje y los otros dos, uno para cada uno. Así los dos Lucía y Mattius se fueron juntos a recorrer el mundo.
fin
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