Michel y Mattius ya están en Astorga en la posada de El Buey y este les advirtió de una persona que les estaba vigilando. Después salieron de Astorga y se dirigieron al Camino. Mattius tenia la desagradable sensación de que les seguía alguien y Michel también lo percibió.
Un día en una taberna identificaron a la persona que les seguía, encajaba con la descripción que les dio El Buey , y no paraba de mirarles. También no les quitaba ojo la camarera, que se acerco y se presentó. Se llamaba Lucía y pidió a Mattius que la enseñase a ser juglaresa, pero Mattius lo rechazó. Esta se enfado y se marchó con la advertencia de que tuviesen cuidado con el hombre que acababa de entrar y que si se marchaban lo hiciesen después de amanecer porque les podían atacar las meigas. Por la noche se dieron cuenta de que Sirius no estaba y se marcharon por la noche. Mientras estaban caminando a Michel y Mattius les atacaron las meigas. Michel logró escapar pero a Mattius lo atraparon. Las meigas lo llevaron ante García y este se enfureció al ver que no estaban ni Michel ni el eje del presente. García robó y pegó al juglar mientras Michel lo observaba desde detrás de un helecho. Mattius se dio cuenta y pensó que Michel tenía la noble pero estúpida idea de salvarlo, ya que las meigas lo detendrían y le quitarían el eje. Michel oyó a García dar la orden de peinar el bosque a las meigas pero estas estaban inquietas de repente apareció una enorme lechuza que paró a las meigas y derribó a García. Michel desató a Mattius mientras le explicaba que la Hermandad del Bosque estaba con ellos entonces apareció Lucía con su abuela, que era una meiga, y les dijo que podían continuar su viaje tranquilos. Lucía volvió a preguntar si podía ir con ellos, pero Mattius lo negó, aunque le prometió que volvería, no lo iba a cumplir.
Dos días después llegaron a Santiago donde entraron en la casa de un antiguo juglar y este les dio comida y refugio hasta que pudiesen volver a emprender el viaje. El día del gran mercado se encontraron a Lucía y los chicos se la presentaron al juglar. Este la admitió como juglaresa. Entonces Lucía dijo a Michel que podía saber donde estaba el eje que buscaban. Para la marcha les acompañaron otros dos juglares. En su travesía hasta la ermita donde podía esta el eje se toparon con unos musulmanes que les ataron y amordazaron. El jefe de ellos descubrió el eje del presente miro a través de él y se asustó. Entonces se dirigió a Michel y este no entendió nada pero Mattius entendió algo de que ellos eran los elegidos y que debían continuar su camino. Una vez liberados llegaron a la ermita y Michel entró dentro. Mientras, fuera, García y sus esbirros les encontraron. Lucía pudo esconderse pero los juglares tuvieron que pelear. Mattius vio como u uno de los juglares lo acuchillaban, al otro lo dejaban inconsciente de un garrotazo y a su perro desangrándose en el suelo. De repente sitio un golpe en la sien y cayó semiinconsciente al suelo. Oyó a un esbirro de García decirle que no había nadie en la ermita y que de repente una voz femenina muy autoritaria des echó.
El juglar despertó mientras Lucía le curaba sus heridas, entonces Michel le contó que al entrar en le ermita cogió el eje y se subió al tejado para que no le viesen. El juglar vio al otro juglar en la cama y este le contó que al otro juglar lo habían matado. Entonces Mattius recordó la voz que les salvó pero nadie lo pudo oír.
Tres semanas después, cuando todos se habían recuperado pensaron que el último eje podía estar en Britania y decidieron marchar hacia allí.