Filosofía


Filosofía Moderna


10. DESCARTES

10.1. INTRODUCCIÓN

El racionalismo

Con la aparición de la modernidad, la mentalidad europea va a sufrir un cambio, ya iniciado por Ockham, que llevará al Renacimiento, la Reforma y la Revolución científica. El problema del hombre moderno es el de construir el nuevo edificio intelectual de la modernidad a partir de la crisis medieval, renunciando a la verdad revelada y usando su racionalidad como guía exclusiva para la explicación del mundo.

Para el racionalismo la fuente principal de conocimiento es la razón. Se pueden señalar como características propias del pensamiento racionalista:

  • Autonomía de la razón. Implica:

    • Negativamente: Su ejercicio no debe ser coartado ni regulado por ninguna instancia exterior ajena a la razón

    • Positivamente: La razón es el tribunal supremo a quien corresponde juzgar lo que es verdadero y conveniente, tanto en el ámbito del conocimiento como en el de la actividad moral y política.

  • Universalidad de la razón: Todo ha de someterse a la razón.

  • Búsqueda del método: Para poder construir con seguridad un nuevo sistema de conocimiento. Debe ser matemático, lógico y exacto.

  • Innatismo: Las ideas básicas no se aprenden, sino que se nace con ellas.

Vida y obra de René Descartes

René Descartes nace en la Francia de finales del XVI. Recibirá una completa educación y se licencia en derecho civil y canónico, tras lo cual decide aprender de la experiencia que da la vida y comienza su etapa viajera. Más tarde se instala en Holanda donde escribirá su Discurso del Método y las Pasiones del Alma que le convertirán en un hombre famoso y polémico. Muere a mediados del XVII en la corte de Cristina de Suecia.

El proyecto cartesiano

El objetivo de Descartes es unificar todas las ciencias en un saber único y universal, la mathesis universales, capaz de resolver todos los problemas que se le puedan presentar a la razón humana. Tres son las creencias que sustentan esta ide:

  • El saber humano es un único saber

  • La razón es única, la misma y con las mismas características en todos los hombres y todos los campos

  • Si el saber es uno y la razón es una, existirá un único método para alcanzar el conocimiento con independencia de los objetos que tratemos.

10.2. EL MÉTODO CARTESIANO

En el racionalismo nos encontramos con una razón libre de cualquier autoridad, por ello Descartes y los modernistas tienen la necesidad de aferrarse a un método que les sirva para estar seguros de lo que descubra la razón: es preferible saber poco pero con certeza.

Método: Reglas fáciles y ciertas que cualquiera que las observe escrupulosamente nunca tomará lo falso por verdadero y no consumiendo inútilmente cualquier esfuerzo racional, irá aumentando gradualmente su ciencia hasta llegar al conocimiento verdadero de todas las cosas de que es capaz. El método cartesiano se basa en:

  • Búsqueda de la verdad

  • Economía de los esfuerzos

  • Reglas: Orden, sencillez, claridad y evidencia.

Las cuatro reglas que sigue Descartes en su método son:

  • Regla de la evidencia: No admitir jamás como verdadera cosa alguna que no sea evidente. Descartes considera la evidencia como la intuición intelectual de una idea clara y distinta

    • Distinción: Separación de una idea de todas las demás de manera que no contenga ningún elemento de otras ideas

    • Claridad: Presencia y manifestación en la mente de la idea considerada sin dificultad.

  • Regla del análisis: Dividir cada una de las dificultades que voy a examinar en tantas partes como sea posible para resolverlas mejor y más fácilmente. Es decir, reducir a través del análisis las ideas compuestas en ideas simples.

  • Regla de la síntesis: Conducir por orden mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fácilmente cognoscibles para subir gradualmente hasta el conocimiento de los más complejos.

  • Regla de la revisión o enumeración: Hacer siempre enumeraciones tan complejas y revisiones tan generales que estuviera seguro de no omitir nada.

10.3. APLICACIÓN DEL MÉTODO

La parte más importante del método es su aplicación a la realidad. Para que sea eficaz lo primero que se precisa es partir de algo firme, seguro e indudable: una idea clara, distinta, simple y evidente. Para encontrar dicha idea fundante, primero se deben eliminar todos los conocimientos que no sean evidentes mediante la duda metódica

La duda metódica universal

Descartes propone una serie de motivos para dudar o niveles de duda:

  • Falacias de los sentidos: Los sentidos algunas veces nos engañan, por lo que no tenemos la certeza de que no lo hagan siempre. Se pone así en cuestión la experiencia sensible y la correspondencia entre pensamiento y realidad.

  • Argumento onírico: Es imposible distinguir la vigilia del sueño. Se cuestiona la existencia del mundo exterior.

  • Hipótesis del genio maligno: Tal vez exista un ser de poder tal que sea capaz de hacer que nuestro entendimiento siempre se equivoque. Queda así cuestionado incluso el ámbito de las verdades matemáticas y la razón

Cuatro son los principales rasgos que caracterizan la duda cartesiana:

  • Universal: Debe aplicarse a todo lo que pueda ser dudado

  • Metódica: No hay que practicarla por amor a la duda, sino que es una etapa previa a la búsqueda de la certeza

  • Provisional: No elimina lo dudado, sino que lo aparta hasta que pueda demostrarse definitivamente

  • Teorética: Solo afecta al conjunto de discursos teóricos cognoscitivos, no al mundo práctico de la acción humana.

Esta duda es un instrumento de desescombro, que desempeña la función de asimilar los conocimientos dudosos a los falsos (provisionalmente). Se llega tras su aplicación a un estado de aparente escepticismo, que no es otra cosa que el paso previo para obtener conocimientos seguros e indubitables.

La primera verdad: Yo

Hay algo de lo que no puedo dudar, a saber, de mi duda y, por tanto, de mi dudándola. Descartes ha descubierto la certeza absoluta e indudable que buscaba: el hecho de su pensamiento y su existencia. Llega así a la formulación del primer principio evidente: Cogito ergo sum.

Con esta afirmación Descartes obtiene, además de una verdad indubitable, un criterio de certeza que le permitirá distinguir a partir de ahora las ideas falsas de las verdaderas: Todo cuanto perciba con igual claridad y distinción que su propia existencia será verdadero y podrá afirmarlo sin lugar a dudas.

Finalmente, Descartes ha descubierto también la propiedad esencial del yo: el pensamiento, que para Descartes es cualquier vivencia psíquica. Descartes distingue tres clases de ideas en nuestro pensamiento

  • Adventicias: Las que obtenemos de nuestros sentidos

  • Facticias: Las que elabora nuestra imaginación a partir de elementos de otras ideas.

  • Innatas: Aquellas que el pensamiento posee por si mismo

El cogito ergo sum:

  • No es un silogismo, sino una intuición

  • Es una idea clara y distinta

  • Es la verdad inmutable, segura y evidente: Nadie puede dudar de su propia existencia, pues para dudar es preciso pensar, que a su vez precisa la existencia

Descartes ha alcanzado

  • Una certeza fundamental: yo existo (claridad)

  • Una propiedad esencial del yo: el pensamiento (distinción)

  • Un criterio supremo de certeza: la evidencia de las ideas claras y distintas

Sin embargo la existencia indubitable del yo no implica la existencia de ninguna otra realidad. Descartes se enfrenta al problema del solipsismo: cómo salir del pensamiento y justificar el conocimiento de la realidad material. Necesita un nuevo criterio de certeza, y para encontrarlo recurrirá a Dios.

La segunda verdad: Dios

Descartes presenta tres pruebas para demostrar la existencia de Dios

  • Prueba gnoseológica: La duda me descubre como un ser imperfecto, pues es mejor conocer que dudar. Ahora bien, no sería posible tener el concepto de imperfección si no poseyera la idea de perfección. Cada idea requiere una causa real proporcionada por lo que esta idea no puede ser adventicia, pues nada de lo que vemos es perfecto; ni tampoco facticia, pues mi razón es imperfecta y no puede crear lo perfecto a partir de lo imperfecto. Luego ha de ser una idea innata que proviene del único ser perfecto: Dios.

  • Prueba de la causalidad: Yo soy un ser imperfecto, por lo que no puedo ser causa de mi mismo. Por lo tanto, no soy el único ser que existe porque entonces tendría que ser causa de mi propio ser. Debe existir un ser perfecto necesario que sea la causa de mi existencia y de la del resto de seres contingentes.

  • Prueba ontológica: La idea de un ser perfecto incluye en si misma la existencia de dicho ser. Si negamos la existencia de Dios entramos en contradicción.

Descartes ha descubierto una segunda verdad, que es Dios. Esta realidad es de tal carácter que aunque sea la segunda desde el punto de vista epistemológico, es la primera desde el punto de vista ontológico.

La tercera verdad: El mundo

El criterio de evidencia encuentra su garantía total en Dios, que es infinitamente veraz y no me puede engañar. Esto desmonta la hipótesis del genio maligno y el argumento de las falacias de los sentidos:

  • Como Dios existe, es perfecto y me ha dotado de razón, no puede permitir que mi razón me engañe cuando hago un buen uso de ella.

  • Como tenemos una inclinación muy fuerte a creer en la existencia del mundo como causa de nuestras sensaciones y Dios no nos puede engañar, la realidad externa tiene que existir y corresponderse con nuestros pensamientos

Dios se ha convertido en un garante de que a mis ideas claras y distintas les corresponde la realidad exterior. Pero clara y distintamente sólo conocemos la extensión, por lo que Dios sólo garantiza la existencia de un mundo constituido exclusivamente por la extensión y el movimiento, sólo garantiza la física.

Conclusión y críticas

Descartes ha conseguido el propósito que quería: llegar a la verdad y a la demostración de que a las ideas pensadas les corresponde el mundo, matematizable y por lo tanto científicamente cognoscible

Sin embargo, Descartes ha cometido un error fundamental en su planteamiento. Deduce la existencia de Dios a partir de tres argumentos racionales y Dios le garantiza el buen funcionamiento de la razón. Cae así en una falacia circular: “Mi razón puede probar que Dios existe, y mi razón no se equivoca debido a la existencia de Dios”

10.4. METAFÍSICA CARTESIANA

Para Descartes, la metafísica es un punto fundamental de la ciencia universal, pues constituye la raíz del árbol del conocimiento. La metafísica cartesiana es un sistema deductivo de explicación de la realidad a partir de la sustancia. Descartes da dos definiciones de sustancia:

  • Aquello que no necesita de ningún otro ser para existir: Sólo Dios se ajusta a esta definición.

  • Aquello que no necesita de ningún otro ser para existir excepto de Dios.

Así Descartes distingue distintos tipos de sustancia, cada uno con su atributo (su esencia) y sus modos (formas en que aparece dispuesto)

  • Res infinita. Dios. Su atributo es la infinitud, la perfección

  • Res finita

    • Res Cogitans. Alma. Su atributo es el pensamiento

    • Res Extensa. Cuerpos. Su atributo es la extensión.

10.5. ANTROPOLOGÍA CARTESIANA

Para Descartes el hombre es el resultado de la unión íntima de dos sustancias distintas: alma y cuerpo. Estas son totalmente independientes y pueden existir la una sin la otra (por la propia definición de sustancia). Descartes hace especial hincapié en esta independencia para defender la libertad del hombre y los valores espirituales, que no eran posibles de mantener si se aplicaba el mecanicismo imperante al alma humana.

Sin embargo, este dualismo plantea un problema: la comunicación de sustancias. Es evidente que cuerpo y alma interactúan, nuestros pensamientos influyen en el movimiento de nuestro cuerpo y muchas sustancias influyen en nuestro pensamiento. ¿Cómo se produce esta interacción? Numerosos pensadores tratarán de encontrar una solución a este problema

  • Descartes propone una solución de corte fisiológico: Cuerpo y alma se comunican a través de la glándula pineal que actúa como receptora e impulsora de los movimientos del cuerpo. Esto no soluciona el problema, sino que simplemente lo traslada y el propio Descartes lo cuestiona.

  • El ocasionalismo de Malebranche: No hay interacción directa, sino que cuerpo y alma se comunican a través de Dios. Es Dios quien con ocasión de la presencia de un objeto despierta en nosotros la percepción sensible correspondiente y quien ocasión de un pensamiento mueve nuestro cuerpo

  • El monismo panteísta de Spinoza: Existe una única sustancia, de la cual pensamiento y extensión son sólo atributos distintos.

  • La armonía preestablecida de Leibniz: Todo lo existente está constituido por numerosas sustancias simples, indivisibles y cerradas al exterior llamadas mónadas. Las mónadas actúan de tal manera que parece que interaccionan, pero en realidad no lo hacen sino que han sido programadas por Dios al comienzo de los tiempo para actuar armónicamente.

11. DAVID HUME

11.1. INTRODUCCIÓN

El empirismo inglés

El término empirismo deriva del griego empeiría, experiencia. Es una doctrina de carácter epistemológico que se carateriza por afirmar que:

  • Todo nuestro conocimiento deriva de la experiencia sensible

  • Todo conocimiento debe ser justificado recurriendo a los sentidos.

Según esto, se puede decir que existen empiristas y antiempiristas desde los filósofos griegos: Aristóteles/Platón; Ockham/Tomás… Sin embargo, al hablar de empirismo solemos referirnos al empirismo inglés, corriente que surge en Bretaña como respuesta al racionalismo europeo y que cuenta con pensadores como Bacon, Locke, Berkeley y Hume.

Podríamos sintetizar sus principios en tres postulados:

  • La evidencia sensible como criterio de verdad: El criterio que nos permite diferenciar lo verdadero de lo falso es el dato sensible

  • Negación del conocimiento universal: Si el único conocimiento es el de los sentidos, y las cosas que con él percibimos están en continuo cambio, no es posible un conocimiento necesario y universal

  • Negación del innatismo: No hay conocimientos independientes de la experiencia, no existen las ideas innatas. Nuestra mente es tabula rasa

Vida y obra de David Hume

Nacio en Edimburgo, Escocia, a principios del S. XVIII. Estudió jurisprudencia y ejerció de abogado hasta que solicitó la cátedra de Filosofía Moral de la Universidad de Edimburgo, pero le rechazan pos su fama de ateo. A partir de entonces se dedica al aprendizaje autodidacta y se pone en contacto con los filósofos enciclopedistas.

Su obra más importante es “Tratado de la naturaleza humana” de la que escribirá un compendio debido a su escaso (léase nulo) éxito. En esta obra se propone analizar científicamente todas las facetas del ser humano y es considerada la obra cumbre del empirismo inglés.

Sentido de su filosofía

Hume pretende establecer una filosofía científica de la naturaleza humana. Solo conociendo nuestra propia naturaleza podremos sistematizar las ciencias y hacer posible el progreso y la felicidad del hombre. Este estudio tiene dos campos:

  • Análisis científico del fundamento y alcance del conocimiento humano

  • Análisis científico de los principios que gobiernan la acción humana

11.2. EPISTEMOLOGÍA HUMEANA

Hume llama a todo fenómeno mental percepción, y distingue dos tipos:

  • Impresiones: Conocimiento directo y actual de los objetos, procedente de los sentidos

  • Ideas: Imágenes o representaciones de las impresiones, menos fuertes y vivaces por derivar de ellas.

Principio de copia: Toda idea procede de una impresión previa

Criterio empirista de significación: Una idea es legítima si podemos señalar claramente la impresión de la cual procede. De no ser así no se trata de una idea sino de una ficción. Esto significa que el origen y límite de nuestro conocimiento son las impresiones sensibles.

Además Hume distingue dos tipos de conocimiento:

  • Conocimiento de relaciones de ideas: Es independiente de los hechos y consiste en las reglas lógicas que me permiten hacer asociaciones entre las distintas ideas de mi entendimiento. Es válido siempre, independientemente de las ideas sobre las que se aplique. A él pertenecen las matemáticas.

  • Conocimiento factual o de hechos: Es el conocimiento inmediato, proveniente de la experiencia sensible, de las impresiones.

Crítica a la idea de causa

Si aplicamos el criterio de significación al conocimiento factual o de hechos, vemos que este queda limitado a:

  • Nuestras impresiones pasadas

  • Nuestras impresiones presentes

No puede haber conocimiento de hechos futuros, ya que no poseemos impresión de ellos.

Sin embargo a menudo contamos con que ciertos acontecimientos van a suceder. Esta certeza se basa en una inferencia causal: e.d. establecemos que a una causa determinada le seguirá su efecto correspondiente. En este principio de causalidad está sostenido todo el conocimiento científico.

Pero según Hume, sólo hemos observado lo siguiente:

  • Contigüidad de la causa y el efecto en el espacio y en el tiempo

  • Prioridad de la causa respecto al efecto

  • Conjunción constante

Sin embargo, no tenemos ninguna impresión del nexo entre causa y efecto (aquello que hace que necesariamente a la causa le siga el efecto). Por lo tanto, por un principio de economía podemos afirmar que no existe tal.

Percibimos la causa y el efecto conectados entre sí, no porque realmente lo estén sino por la costumbre y el hábito. La causalidad no es una ley de la naturaleza, sino una ley de nuestro modo de pensar. Estamos seguros de que el efecto seguirá a la causa no porque nuestro entendimiento lo demuestre, sino porque el hábito y la costumbre nos han inclinado a tal creencia.

Sabiendo su verdadera naturaleza, se puede aceptar la inferencia causal como método válido, pero no necesariamente infalible, para adquirir conocimiento; siempre y cuando observe una regla: la inferencia causal solo es aceptable entre impresiones

11.3. METAFÍSICA HUMEANA

David Hume se va a dedicar a destruir todo el edificio metafísico construido por los filósofos antiguos y apuntalado por Descartes, valiéndose de su crítica a la idea de causa y del criterio de significación. Va a criticar la idea de sustancia en sus tres vertientes: el mundo (res extensa), Dios (res infinita) y el yo (res cogitans)

El mundo (certeza sensitiva)

Hume afirma que la idea del mundo ha sido demostrada en base a una inferencia causal no válida, a saber, aquella que establece que a la causa de una supuesta realidad le corresponde el efecto de mis impresiones. Sin embargo, si existe tal realidad externa no podemos saberlo, ya que no es una impresión.Por lo tanto, dicha inferencia causal no es válida, pues no se realiza entre impresiones

Dios (certeza demostrativa)

Hume afirma que la idea de la existencia de Dios está basada en una inferencia causal no válida, la que dice que Dios es la causa del mundo. Sin embargo no tenemos impresión ni de Dios ni del mundo, por lo que dicha demostración no es legítima. Hume afirma que la idea de Dios se forma al reflexionar sobre las operaciones de nuestro pensamiento y aumentar hasta el infinito nuestras cualidades de bondad y sabiduría

El yo (certeza intuitiva)

A Hume no le sirve ahora aplicar la crítica a la idea de causa, ya que el yo no fue considerado resultado de una inferencia causal, sino de una intuición inmediata.

Hume afirma que solo tenemos intuiciones de nuestras impresiones e ideas y ninguna de ellas es permanente, como debería serlo el yo. Por lo tanto, no podemos señalar de qué impresión procede la idea de yo, con lo que debe ser rechazada como ilegítima.

David propone que lo que conocemos como mente no es un ente con identidad propia, sino tan sólo el conjunto de todas nuestras percepciones y estados psíquicos. La sensación de continuidad y de identidad personal es debida a nuestra memoria que nos permite reconocer las conexiones entre las distintas impresiones que se suceden de manera continuada. Pero es un error confundir “sucesión de impresiones” con “identidad personal”

Consecuecias del pensamiento de David: Fenomenismo escéptico

El límite de nuestro conocimiento son nuestras impresiones. No podemos saber de dónde proceden y mucho menos cuál es su esencia, con lo cual la metafísica no es posible como ciencia.

Fenomenismo: Sólo conocemos las percepciones, la realidad queda reducida a éstas, a meros fenómenos. No podemos saber qué las causa ni porqué. Todo se reduce a la apariencia

Escepticismo: Lo conocido no es la realidad y si lo es no lo sabemos ni podemos saberlo. Toda la metafísica tradicional se derrumba y la costumbre, la creencia y el hábito (y no la demostración) serán las únicas soluciones a tal derrumbamiento

Sin embargo Hume no se queda en un estado abúlico al llegar a este escepticismo. Si bien es cierto que metafísicamente es “resignadamente escéptico” esto no impide que trate de buscar una orientación para la vida del hombre. Cree que el hombre tiene que vivir y para ello se ayuda del conocimiento, pero a éste no pueden pedírsele evidencias absolutas, por su propia naturaleza.

11.4. ÉTICA HUMEANA

Para Hume la fuente de la acción humana no es la razón, sino las emociones y las pasiones. A diferencia de los griegos, que afirmaban que la distinción entre lo bueno y lo malo está basada en el entendimiento y que una vez que se conoce el orden natural se puede determinar las conductas acordes y discordes con él, Hume afirma que la moral no se basa en la razón, sino en el sentimiento y sus principios generales no se pueden deducir racionalmente. El bien y el mal no son hechos reales y por tanto no pueden ser objeto de ciencia.

El sentimiento moral es un sentimiento de aprobación o reprobación que experimentamos respecto de ciertas acciones y maneras de ser de los seres humano. Es la fuente de todos nuestros actos y juicios morales y un sentimiento natural, desinteresado, íntimo y común a todos los hombres, ya que está inscrito en la propia naturaleza humana, por lo que es un sentimiento de humanidad y simpatía universal. Los actos provechosos o perjudiciales para la comunidad o para el sujeto despiertan en éste un sentimiento de agrado o desagrado que hace que los juzgue como buenos o malos.

La libertad

La controversia sobre la libertad estaba muy presente en sus dos vertientes, tanto la de las libertades políticas como la del libre albedrío y la libertad metafísica. De ésta última será de la que se ocupe Hume.

Para Hume los actos de los hombres son fruto de su voluntad, pero ésta no actúa caprichosamente, sino determinada por la propia naturaleza humana. La explicación de la acción humana debe estar basada en pasiones, motivaciones e inclinaciones y no en una fuerza misteriosa llamada libertad.

12. KANT

12.1. INTRODUCCIÓN

La Ilustración

El siglo XVIII recibe el nombre de Siglo de las Luces y es en el cuando el ser humano alcanza la edad adulta, pues empieza a ser capaz de pensar por si mismo: Sapere aude!

Sin embargo, este ideal aun no está conseguido. Hay que distinguir entre época ilustrada (aquella en la que se ha alcanzado el máximo grado de libertad y racionalidad) y época de ilustración (aquella en la que se avanza hacia el ideal ilustrado, caso de la de Kant)

Vida y obra de Inmanuel Kant

Nace, vive y muere en Königsberg, durante el siglo XVIII. Formó parte de una familia humilde y se matriculó en la Facultad de Filosofía de la Universidad de su ciudad natal. Más tarde ejerció en la misma como profesor auxiliar de muy variadas materias hasta obtener la Cátedra de Lógica y Metafísica.

Se dice de Kant que no tuvo vida propia, pues la dedicó por entero a la filosofía y la docencia. En la Universidad va a ser influido por las ideas racionalistas, hasta que descubre la obra de Hume, que le “despierta de su sueño dogmático”. También estuvo profundamente implicado con los ideales de la Ilustración: fue un simpatizante de la Revolución Francesa y un pacifista declarado.

Sus obras suelen dividirse en las siguientes etapas:

  • Periodo precrítico: “Sueños de un visionario”

  • Periodo crítico: Comprende las tres “críticas”

  • Periodo post-crítico: “Idea de una historia universal con propósito cosmopolita”, “La paz perpetua”

Sentido de su filosofía

Kant no fue sólo un teórico del conocimiento, como a veces es considerado. Si bien es cierto que su obra recoge un profundo análisis epistemológico, no hay que olvidar sus importantes reflexiones sobre el hombre, la sociedad y la historia, basadas en los ideales de la Ilustración y el humanismo.

El pensamiento moderno erige en tribunal supremo a la razón, que juzga el conocimiento y la acción humana. Kant dará un paso más y reconocerá la necesidad de que la razón se someta a su propio juicio para descubrir así sus límites intrínsecos. Esto es necesario debido a:

  • La diversidad de interpretaciones que sobre la razón se han dado

  • El modo no ilustrado de vida que llevan los contemporáneos de Kant

El tema fundamental de su filosofía es la razón en una triple vertiente:

  • Como fuente de conocimiento (¿Qué puedo conocer?)

  • Como fuente de normas de comportamiento (¿Qué debo hacer?)

  • Como fuente del sentido último de la existencia (¿Qué me cabe esperar?)

Para Kant el ejercicio de la filosofía debe darse en una sociedad libre para que tanto el conocimiento como el poder queden sometidos a la crítica de la razón. Por eso piensa que todas las ciencias han de promover una humanidad más libre y racional.

12.1. CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA (EPISTEMOLOGÍA KANTIANA)

Para Kant la primera tarea de la filosofía será analizar la naturaleza de la razón, mostrar sus reglas y señalar sus límites, para así discernir si es posible la ciencia en general y la metafísica en particular.

Para Kant todo conocimiento comienza por la experiencia, pero no se basa únicamente en ella, pues de ser así sería siempre subjetivo y cambiante, haciendo imposible la ciencia. Así podemos distinguir dos tipos de conocimiento:

  • Conocimiento empírico: El que proviene de los sentidos. No implica necesidad, ya que lo contrario de un fenómeno es siempre posible

  • Conocimiento a priori: El que obtiene la razón con independencia de los sentidos. Implica necesidad y universalidad.

En la Krv, Kant se va a preguntar cómo son posibles los juicios sintéticos a priori, es decir, como podemos aumentar nuestro conocimiento sin la experiencia. Esta pregunta se divide en otras tres:

  • ¿Cómo es posible la matemática pura?: Estética trascendental

  • ¿Cómo es posible la ciencia natural pura?: Analítica trascendental

  • ¿Es posible la metafísica como ciencia?: Dialéctica trascendental

La gran aportación de Kant a la teoría del conocimiento es considerar al sujeto no como un receptor pasivo que se limita a recoger los datos del mundo, sino como un agente configurador de la realidad. Además, divide el proceso del conocer en:

  • Sensibilidad: Capacidad de captar impresiones o datos

  • Entendimiento: Capacidad de organizar las impresiones para formar conceptos

  • Razón: Capacidad de enlazar juicios para generar silogismos.

Estética trascendental (la sensibilidad)

Kant apunta que no podemos tener impresión de nada que esté fuera del espacio o del tiempo. Por ello afirma que espacio y tiempo son condiciones de posibilidad de los fenómenos, formas puras a priori de la sensibilidad.

Como las matemáticas tratan de las determinaciones del espacio y del tiempo (geometría y aritmética respectivamente), todos los conocimientos de las matemáticas han de ser universales y necesarios, puesto que todos los fenómenos han de darse necesariamente en el espacio y el tiempo.

Analítica trascendental (el entendimiento)

Las impresiones de la sensibilidad no son todavía conocimiento, para ello tienen que estar referidas a un objeto. El encargado de hacer esto es el entendimiento que ordena las sensaciones aplicándoles unas estructuras denominadas categorías. Las categorías son las formas puras a priori del entendimiento y no podemos conocer nada que se escape de ellas.

Para Kant “las intuiciones sin conceptos, son ciegas; los conceptos sin intuiciones, son vacíos”. Además afirma que lo conocido no es la cosa en si misma sino el fenómeno:

  • Fenómeno: Aspecto del objeto que puede captar nuestro entendimiento una vez ha aplicado las coordenadas espacio-temporales y las categorías.

  • Nóumeno: La cosa en si, la totalidad del objeto, que no podemos nunca conocer porque queda más allá de nuestra sensibilidad y entendimiento.

Dialéctica trascendental (la razón)

Una vez el entendimiento ha creado los conceptos y ha elaborado juicios con ellos, la razón se encarga de encadenar dichos juicios para formar silogismos. Esta tiende a formular leyes cada vez más generales, en busca de lo incondicionado, de las ideas trascendentales: mundo, alma y Dios.

  • Mundo: Idea que pretende unificar todos los fenómenos de la experiencia

  • Alma: Idea que pretende unificar todos los fenómenos psíquicos

  • Dios: Causa de todos los fenómenos tanto del mundo como del alma

Sin embargo, estas ideas trascendentales traspasan los límites de la experiencia, por lo que no nos proporcionan conocimiento, sino que solo representan el ideal de nuestra razón de encontrar principios cada vez más generales. El error de la metafísica dogmática es tomar por objetos de conocimiento estos principios regulativos. La metafísica no puede ser ciencia, pero sí crítica, pues nos sirve para fijar las posibilidades y límites del conocimiento.

12.2. CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA (ÉTICA KANTIANA)

La razón es una, pero tiene dos usos: uno teórico, que nos aporta conocimiento; y otro práctico, que nos da normas de actuación. El primero lo analizó en la Krv y el segundo en la Krp. La existencia de una ley moral es un hecho de la razón práctica que nadie puede negar, y en esta obra intentará buscar su fundamento.

Para Kant, todas las éticas desarrolladas hasta el momento son éticas materiales o teleológicas, pues lo que más les interesan son las consecuencias, los fines. La suya en cambio pretende ser una ética deontológica, o formal, pues lo que le interesa es el deber.

Las normas de las éticas materiales son:

  • Heterónomas: No brotan libremente desde nuestro fuero interno, sino que le vienen dadas desde fuera a la razón

  • A posteriori: Están basadas en la experiencia

  • Hipotéticas: Para ser correctas necesitan que el sujeto quiera conseguir el objetivo que pretenden

Las normas de las éticas formales son:

  • Autónomas: Están dictadas por nuestra razón

  • A priori: No hay que recurrir a la experiencia para saber lo que está bien

  • Universales: Son válidas en cualquier circunstancia

Para Kant no son buenos o malos nuestros actos, sino la voluntad. Actuamos con buena voluntad cuando actuamos por deber y ese deber lo recoge Kant en el imperativo categórico, que formula de dos maneras:

  • “Obra según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal”

  • “Obra de tal manera que uses la humanidad siempre como un fin y nunca como un medio”

Cuando la voluntad sigue el imperativo categórico, cuando actúa por deber, no se está sometiendo a otra ley que la que ella misma se da, por lo que se habla de autonomía de la voluntad, que es el fundamento de la dignidad del hombre. En cambio cuando lo que determina la voluntad son intereses exteriores, ésta no es autónoma, sino heterónoma.

Los postulados de la razón práctica

Kant afirma que las condiciones que la razón encuentre necesarias para conformar nuestra vida con la ley moral, han de ser admitidas como postulados de la razón práctica, y han de ser necesariamente supuestas aunque no puedan ser probadas.

  • Libertad: Solo si el hombre es libre puede ser responsable de sus actos

  • Inmortalidad del alma: Solo si el alma es inmortal podrá seguir perfeccionándose hasta alcanzar la santidad.

  • Dios: Solo si existe un soberano santo y sabio coincidirán la virtud y la felicidad, y tendrá sentido la ley moral.

Estos postulados no nos permiten conocer estas realidades metafísicas, pero necesitamos suponerlas para que el imperativo moral tenga sentido y pueda cumplirse. No son objeto de conocimiento, sino de fe.

12.3. CRÍTICA DEL JUICIO

La Crítica del Juicio se considera un enlace entre las dos críticas precedentes, que intenta dar coherencia a todo su pensamiento, contemplando el mundo como totalidad.

En ella va a analizar dos clases de juicio (estético y teleológico) que se corresponden con dos clases de finalidad (subjetiva y objetiva).

Los que vamos a estudiar son los juicios teleológicos que tienen dos funciones:

  • Introducen un orden y una necesidad en la naturaleza que el mecanicismo por si solo no explicaría (todo mecanismo puede ser de distintos modos)

  • Proponen un sentido de la historia y de la naturaleza acorde al progreso moral del ser humano.

Si la naturaleza actúa persiguiendo unos fines, el hombre, como ser racional que actúa bajo la ley moral, es el fin final, el fin que no precisa de ningún otro. El hombre es el único ser dotado de libertad, pues tiene dos dimensiones:

  • Dimensión fenoménica: Sometida a las leyes naturales. Determinada

  • Dimensión nouménica: Pensamiento despojado de ataduras. Libre.

12.4. POLÍTICA E HISTORIOGRAFÍA KANTIANAS

La filosofía Kantiana de la historia no es un tema marginal de su obra. En estos escritos Kant apela por el progreso de la racionalidad humana a lo largo de la historia y por la posibilidad de la libertad si una vez producidas las acciones libres se atienen a las leyes de la causalidad natural.

En “Idea de una historia universal con propósito cosmopolita”, Kant propone dejar de ver la historia como una simple narración para fundar una filosofía de la historia que busque un hilo conductor que de coherencia y orden a la maraña de acontecimientos contradictorios de la historia. Este hilo conductor será el progreso humano.

Pasaremos a ver ahora las principales ideas que propone en esta obra:

  • Las acciones de los hombres, a pesar de sus contradicciones, responden a un plan de la naturaleza, si se observan en conjunto.

  • Los hombres no siguen este plan a propósito, sino que al actuar para conseguir sus objetivos particulares están contribuyendo sin saberlo a realizarlo

  • La naturaleza quiere que el hombre desarrolle todas sus disposiciones naturales que apuntan hacia el uso de la razón sin ayuda de nadie.

  • Esto no es realizable a nivel individual, es una tarea de la especie que se prolonga a lo largo de toda la historia.

  • El medio de que se sirve la naturaleza para conseguir su propósito es la insociable sociabilidad de los hombres, que sienten una natural inclinación a entrar en sociedad (pues solo en sociedad se pueden realizar completamente) pero también a aislarse (pues puede intuir en los otros los mismos impulsos egoístas que percibe en si mismo). Este egoísmo natural del ser humano es un buen acicate para el desarrollo de los talentos individuales.

  • La mayor tarea que la naturaleza asigna al hombre es la constitución de una sociedad civil perfectamente justa, donde todos los hombres gocen del mayor grado de libertad posible sin interferir con la libertad ajena

  • No basta con la relación legal entre los hombres, sino que también es necesario una relación legal entre los estados, una liga de naciones.

  • La guerra es el medio que tiene la naturaleza para favorecer esta unión de naciones, aunque la razón podría habérselo inspirado al hombre sin necesidad de tanto sufrimiento.

En “La Paz Perpetua” Kant defiende que un estado de perfecta racionalidad y moralidad solo es posible en una situación de paz perenne. Kant formula algunos requisitos para que se de esta situación: Desaparición de los ejércitos permanentes, no intromisión entre los estados, rechazo a tratados de paz con motivos secretos…




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Enviado por:David González Martín
Idioma: castellano
País: España

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