Literatura
Federico García Lorca
Como todo muerto joven (fue asesinado a los dos meses de haber cumplido 38 años) Federico García Lorca puede tener, junto a su historia real, otra futurible. ¿Cómo hubiese sido Lorca de haber vivido más o en un país normalizado, la España de hoy menos o más, como no fue la suya? No pienso, por supuesto, en un Federico que hubiese llegado a los 100 años, ni siquiera a los 90, pues todavía, la gran mayoría de los seres humanos que alcanzan esas fronteras rozan la decrepitud, la tristeza o la allendidad... No. ¿Cómo hubiera sido Federico en una República viva, un Lorca maduro ahora, por aquí, en estos tiempos?
Poeta, dramaturgo -poeta sobre todo- Lorca fue, en vida, uno de los personajes más populares de su generación literaria. Su poesía (en sus últimos días) era una de las formas esenciales que adoptaba la poesía del momento. Y eso que nunca vio publicado en libro Poeta en Nueva York, que editó Bergamín por vez primera, en México, en 1940. Federico -que fue a Nueva York a mediados de 1929 para estudiar inglés, en Columbia University, pero mayormente huyendo de una crisis de desamor, al parecer, muy terrible- resultó uno de los primeros poetas españoles en sentir (con la ayuda del surrealismo) el terror y la pluralidad de una megalópolis, que para muchos vanguardistas fue -y seguía entonces siendo- imagen restallante de modernidad y optimismo. Poeta en Nueva York -a mi entender- es una de las grandes obras de Federico: eso está ahí, ¿pero hasta dónde iría hoy su horror, cuando ni los posvanguardistas aventuran optimismo? Lorca (a mí me lo contó Vicente Aleixandre hace mucho, pero ya lo han certificado el biógrafo Ian Gibson y el que fuera íntimo de Federico, Rafael Martínez Nadal, jubilosamente vivo) huía del desamor de un escultor joven, Emilio Aladrén, a quien está dedicado un poema del Romancero gitano -Romance del emplazado- y con quien había llegado a vivir una relación amorosa imprecisamente correspondida, y que se rompió en definitiva, cuando Emilio se ennovió con una chica, que sería su mujer. El sexo tiene que saltar y volver en Poeta en Nueva York, porque aquélla debió ser una estación singularmente sexual, incluido el descubrimiento erótico de la negritud. Un signo de hoy, casi insólito en aquella España. Recordemos, en todos los órdenes, la magnífica Oda al Rey de Harlem. ("Entonces, negros, entonces, entonces..."). ¿Acertó Federico en el terror luminosísimo de la total modernidad, o ese dardo le hirió predestinadamente? ¿Cómo no imaginar -con 40 años- a un Federico que hablara ahora del sida y del mundo plurirracial y necesario de esta Nueva York del fango y la carroña que es en nuestros días casi Occidente todo? Un poeta acre, rebelde, en la religión de su tiempo...
FECHAS PARA UNA VIDA BREVE
5 de junio de 1898. Nace en Fuente Vaqueros (Granada).
1917. Publica "Fantasía simbólica".
1919. Ingresa en la Residencia de estudiantes.
24 de junio de 1927. Estreno de "Mariana Pineda". 1928. Publicación del "Romancero".
1929-1930. Viaje a América.
1932. Nace La Barraca.
1933. Estreno de "Bodas de sangre".
1934. Estreno de "Yerma".
1936. Termina "La casa de Bernarda Alba".
(18 o 19 de agosto). Es asesinado en Víznar.
Pero Lorca se había hecho -quizás- prematuramente famoso (muy famoso, para un mundo sin televisión) al publicar en 1928 -editado por Revista de Occidente- el Primer romancero gitano, ese libro hermosísimo, arrebatador, caliente como la mejor piel del verano, y que le llenaría, algo después, de cierta rabia. Se percibe ya cuando, entrevistado telefónicamente por Ernesto Giménez Caballero (que tan nada tuvo que ver con él) a la pregunta, "Dame más datos para tu solución de herencias", responde Lorca: "Yo no soy gitano". Era, aún, en 1928. Ocurría que el inveterado costumbrismo español quiso leer, en el Romancero, única y superficialmente, un canto a los gitanos, que Lorca habría visto en el Sacromonte de su Granada y en aquellos tantos caminos de Andalucía: "moreno de verde luna/ voz de clavel varonil...". Y es cierto que hay un himno bravo a los gitanos, a su independencia asilvestrada, pero en ellos cifra Lorca -como concluiría haciendo Genet con los magrebíes- la imagen universal de un pueblo marginado y oprimido, aunque colmado de la hermosura vitalista de la pansexualidad. Canto al hombre puro, al hombre-hombre, que juega su sexo y su valor a todas las bazas, incluso sexuales. Una esplendorosa encumbración de la orgullosa libertad, a través del sexo, de la subterránea fuerza primitiva -genésica y brutal, a veces- que causa turbulencia en el luminoso animal-hombre... Federico -como quiere su mito- tuvo duende, pero esa gracia, a secas, lo desmerecería o achicaría mucho.
Lorca (no faltaron anuncios de conferencias suyas, en periódicos muy conservadores, donde caía, como en errata, la erre de su apellido. "Mañana disertación de D. Federico García Loca...") fue uno de los escritores de su tiempo que más hondamente -en su vivir también- encaró el problema del homosexual. Era, por supuesto, otra forma de la defensa pura de la libertad, en quien había empezado a conocer la mayor fama con el estreno en Barcelona, en junio de 1927, de Mariana Pineda, estupendo drama en verso de una heroína liberal, que encarnó Margarita Xirgu, con decorados de Salvador Dalí. Es cierto, Luis Cernuda fue más lejos (si Los placeres prohibidos se hubiesen publicado, como libro exento, en 1932) pero reconozcamos asimismo, es de ley, que Cernuda no fue, entonces, ni la mitad de célebre, y coreado que Federico, que debió sentirse demasiado atendido, querido o no querido, notando que es acero -para el muy sensible- la mirada hostigadora, más que hostil. Cuando yo era adolescente, en los libros de texto del franquismo, se destrozaba (para referirla al insecto con lunares) una de las más extrañas Canciones de Federico, Canción del mariquita, de 1924: "¡Los mariquitas del Sur/ cantan en las azoteas!", que se convirtió -incluido el dibujo infantil- en "Las mariquitas del Sur" (los bichitos, Freud naturalmente no deja de soplarme al oído...). Pero ¿cómo relacionar con el benigno insecto, este dístico, por ejemplo: "El escándalo temblaba/ rayado como una cebra"?
Ay, Federico García: ¿Te sería hoy más fácil? ¿Te querrían más? ¿Te insultarían -secretamente- menos, incluso quienes dicen mimar tus textos, pero no te hubiesen soportado a ti, que "buscabas un desnudo que fuera como un río"? Te conocía bien Adolfo Salazar, el musicólogo; y Luis Cernuda, que defendió con furia tu memoria heterodoxa. Y Vicente Aleixandre, que con tu antiguo ejemplo difunto hablaba -para ennoblecerlo- del pecado nefando; y Eduardo Blanco-Amor, el escritor gallego, que te ayudó, desde la misma orilla, a escribir esos Seis poemas galegos, tan tuyos, para un actor joven, que era también de Galicia... ¿Te mirarían hoy mejor, si El Público hubiese sido un drama cabalmente terminado, tan retador, pero más allá, mucho más allá de Yerma o de Bodas de sangre que siempre preferirán las explicaciones académicas? ¿O serías aún sape, manflorita, julandrón, sinónimos que no pudiste, todavía, incluir en la Oda a Walt Whitman? Recuerdo -en el Café Gijón- a Blanco-Amor hablándome de Federico, "tan apasionado". Federico que (siendo un poeta inmenso, mejor que dramaturgo) quiso luchar por la libertad en todos los frentes, porque "la vida no es noble, ni buena, ni sagrada". También recuerdo a Rafael de León, el poeta-letrista, hablando de Ojos verdes, la famosa canción que se le ocurrió -junto a Lorca- en 1933, en el puerto de Barcelona, en aquella mitificación de los marineros (Prieto, Lorca, Cernuda) que vieron los años del art déco...
Federico García Lorca
Su Vida
(Fuente Vaqueros 1898-Víznar 1936)
El surrealismo
Dalí, Salvador (1904-1989), pintor y escultor español, uno de los máximos exponentes del movimiento surrealista en su país.
Nació en Figueras, Girona, el 11 de mayo de 1904. En 1921 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), de donde fue expulsado en 1926. En esa época vivió en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde se relacionó con Federico García Lorca, Luis Buñuel, Rafael Alberti, José Moreno Villa y otros artistas. En 1929, durante su estancia en París, conoció a Pablo Picasso y en 1930 se adhirió al movimiento surrealista, del que más tarde fue relegado por sus ideas comerciales. La producción de Dalí de este periodo se basa en su método 'paranoico-crítico', inspirado en buena parte en las teorías de Freud: representación de imágenes oníricas y objetos cotidianos en formas compositivas insospechadas y sorprendentes, como los relojes blandos de La persistencia de la memoria (1931, Museo de Arte Moderno, MOMA, Nueva York). Dalí se trasladó a Estados Unidos en 1940, donde permaneció hasta 1948. Sus últimas obras, a menudo de contenido religioso, poseen un estilo más clásico, entre ellas cabe citar la Crucifixión (1954, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York) y La última cena (1955, National Gallery, Washington).
La técnica pictórica de Dalí se caracteriza por un dibujo meticuloso, una minuciosidad casi fotográfica en el tratamiento de los detalles, con un colorido muy brillante y luminoso. Dalí realizó varias películas surrealistas en colaboración con Buñuel como Un perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930), libros ilustrados, diseños de joyería así como escenografías y vestuarios teatrales. También escribió libros autobiográficos como La vida secreta de Salvador Dalí (1942) y Diario de un genio (1965). Fue miembro de la Academia Francesa de Bellas Artes desde 1979. Murió el 23 de enero de 1989 en Figueras.
¿A QUE ESCUELA PERTENECE SALVADOR DALÍ Y SU ESTILO PICTÓRICO?
Pertenece al Surrealismo (arte), movimiento artístico y literario fundado por el poeta y crítico francés André Breton.
¿CUÁLES REPRESENTANTES TIENE ESTA ESCUELA?
Breton publicó el Manifiesto surrealista en París en el año 1924 y se convirtió, acto seguido, en el líder del grupo. El surrealismo surgió del movimiento llamado Dadá, que reflejaba tanto en arte como en literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura occidental. Como el dadaísmo, el surrealismo enfatizaba el papel del inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera mucha más ordenada y seria.
En pintura y escultura, el surrealismo es una de las principales tendencias del siglo XX. Reivindica, como sus antecesores en las artes plásticas, a pintores como el italiano Paolo Uccello, el poeta y artista británico William Blake y al francés Odilon Redon. En el siglo XX también son admiradas, y a veces expuestas como surrealistas, ciertas obras de Giorgio de Chirico, del ruso Marc Chagall, del suizo Paul Klee y de los franceses Marcel Duchamp y Francis Picabia, así como del español Pablo Picasso, aunque ninguno de ellos formó parte del grupo. A partir del año 1924 el alemán Max Ernst, el francés Jean Arp así como el pintor y fotógrafo estadounidense Man Ray se incluyen entre sus miembros. Se unieron por un corto periodo de tiempo el francés André Masson y el español Joan Miró. Ambos pintores fueron miembros del grupo surrealista pero, demasiado individualistas para someterse a los dictados de André Breton, se desligaron del mismo en 1925. Más tarde, se incorporó el pintor franco-estadounidense Yves Tanguy, así como el belga René Magritte y el suizo Alberto Giacometti. El pintor catalán Salvador Dalí se asoció en 1930, pero después sería relegado por la mayoría de los artistas surrealistas, acusado de estar más interesado en la comercialización de su arte que en las ideas del movimiento. A pesar de ello, durante cierto tiempo fue el artista más renombrado del grupo. Su personal obra constituye una de las muestras más representativas del surrealismo.
La pintura surrealista es muy variada en contenidos y técnicas. Dalí, por ejemplo, transcribe sus sueños de una manera más o menos fotográfica, inspirándose en la primera etapa de la pintura de De Chirico. Las esculturas de Arp son grandes, lisas y de forma abstracta. Por otra parte, Miró, miembro formal del grupo durante una corta etapa, representó formas fantásticas que incluían adaptaciones de dibujos infantiles. El pintor ruso-estadounidense Pavel Tchelichew pintó cuadros y también creó numerosas escenas para ballets. En la década de 1940, coincidiendo con el exilio en México de artistas españoles influidos por el surrealismo, así como la visita de Bretón, que recorrió el país acompañado de Diego Rivera y del político soviético Trotski, el movimiento se extendió de forma relativa y limitada entre círculos intelectuales mexicanos.
La rama surrealista estadounidense está formada por el grupo conocido como Los Realistas Mágicos, bajo el liderazgo del pintor Paul Cadmus. El escultor Joseph Cornell comenzó como surrealista, pero más tarde persiguió una forma de expresarse más individual. Una colección representativa de la obra gráfica de los surrealistas se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA).
¿EN QUE INCIDE SU PINTURA EN LA LITERATURA?
Mas que incidir sobre la literatura, el surrealismo, y en especial la obra de Dalí, es el producto de un movimiento científico y literario conocido como psicoanálisis, fundado por el psiquiatra austriaco Sigmund Freud a principios de siglo que intenta conocer esa parte oculta del ser humano denominada inconsciente.
Surrealismo Literario
Breton publicó el Manifiesto surrealista en París en el año 1924 y se convirtió, acto seguido en el líder del grupo. El surrealismo surgió del movimiento llamado dadá, que reflejaba tanto en arte como en literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura occidental. Como el dadaísmo, el surrealismo enfatizaba el papel del inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera mucha más ordenada y seria.
En la década de los cuarenta, coincidiendo con el exilio en México de artistas españoles influidos por el surrealismo, así como la visita de Bretón, que recorrió el país acompañado de Diego Rivera y el político soviético Liev Trotski, el movimiento se extendió de forma relativa y limitada, entre círculos intelectuales mexicanos.
Escritor Iniciador
André Bretón
Datos Biografícos
André Bretón 1896-1966 poeta y crítico francés, líder del movimiento surrealista. Nació en Tinchebray, Orne; estudió medicina y trabajó en hospitales psiquiátricos durante la I Guerra Mundial. Una vez afincado como escritor en París, se convirtió en pionero de los movimientos antirracionalistas en el arte y la literatura conocidos como dadaísmo y surrealismo, surgidos del desencanto generalizado con la tradición que definió la época posterior a la I Guerra Mundial.
El Romanticismo: la Expresión Artística del Liberalismo
El Romanticismo, la expresión artística y literaria del pensamiento liberal, penetró por primera vez en España en 1820 y alcanzó su máxima importancia entre los años 1830-40, una década marcada por la vuelta del exilio de muchos liberales tras la muerte de Fernando VII. Habían recibido influencias del Romanticismo francés tardío sin seguir los modelos ingleses y alemanes. Mariano José de Larra (1809-37) fue su máximo exponente y el espíritu romántico se dejó sentir todavía a finales de siglo a través de la poesía del Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) y, de manera parcial, en el drama grandilocuente del primer ganador español del Premio Nobel, José Echegaray.
El Romanticismo daría paso al movimiento costumbrista de Mesonero Romanos y Estebánez Calderón; a la poesía de Espronceda y a las piezas teatrales del Duque de Rivas, García Gutiérrez, Hartzenbusch y José Zorrilla (Don Juan Tenorio).
Durante la segunda mitad de siglo la exaltación romántica de los valores nacionalistas estimuló la aparición de las culturas regionales. En Cataluña, se restablecieron los Juegos Florales y Rubio i Ors, Verdaguer (L´Atlàntida y Canigó) y Guimerá (Terra baixa y Mar i cel) iniciaron un renacimiento lingüístico y literario catalán (la Renaixença).
De un modo similar, Nicomedes Pastor Díaz puso las bases para el renacimiento de las letras gallegas, que producirían dos figuras de excepción: Rosalía de Castro y Curros Enríquez.
En el último tercio de siglo, el movimiento romántico encontró su contrapartida en la prosa realista relacionada con el costumbrismo, el retrato de costumbres y usos: Fernán Caballero, Alarcón y Pered fueron los mayores exponentes. En el teatro, hubo autores prominentes como el sofisticado escritor de comedias Tamayo y Baus y Ventura de la Vega, autor de sainetes (farsas en un acto) y libretos para zarzuelas. Las dos grandes figuras de este período fueron Juan Valera (1828-1905) y Benito Pérez Galdós (1843-1920). Galdós, padre de la novela contemporánea, recreó la historia mundial de los 70 años anteriores en sus Episodios Nacionales.
El Realismo y Costumbrismo dieron paso al Naturalismo, con tres figuras de excepción: Leopoldo Alas "Clarín", Emilia Pardo Bazán y Vicente Blasco Ibáñez.
El final del siglo XIX fue testigo de inquietudes artísticas, filosóficas, literarias y políticas. Las instituciones fundadas a principios de siglo -el Ateneos (asociación cultural) y las Sociedades Artísticas y Literarias-, alcanzaron su momento de mayor actividad. El idealismo ético y la filosofía krausista representaron la ideología fundamental de los intelectuales más progresistas, aunque hubo muchos que permanecieron fieles a ideas más tradicionales. Joaquín Costa y Giner de los Ríos iniciaron el movimiento regeneracionista que dio como fruto varios investigadores extraordinarios en el campo del estudio de la historia: Amador de los Ríos, Menéndez Pidal, Rafael Altamira, Mila y Fontanals. El filósofo tradicional más importante fue Marcelino Menéndez Pelayo. Al mismo tiempo, se produjo una recuperación gradual en las investigaciones científicas, sobre todo en el campo de la medicina, con figuras tan importantes como Jaime Ferrán y el que sería ganador del Premio Nobel, Santiago Ramón y Cajal.
A partir de un fenómeno artístico cultural como fue Dadá, el surrealismo empieza en 1924 en París. Allí, el escritor francés André Breton publica el Primer Manifiesto del Surrealismo y define el nuevo movimiento como "automatismo psíquico puro a través del cual nos proponemos expresar, ya sea verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento". En principio era un movimiento de y para escritores, pero de inmediato se vislumbraron las enormes posibilidades que tenían para la pintura y la escultura. Pronto se distinguieron dos modos de hacer arte surrealista. De una parte, los pintores que seguían defendiendo el automatismo como mecanismo libre de la intervención de la razón; entre los más destacados están Joan Miró y André Masson. De otra, cada vez adquirió más fuerza la opinión de quienes creían que la figuración naturalista podía ser un recurso igual de válido. Sin duda, Salvador Dalí llevaría al límite el poder rupturista de la figuración, pero también cabría mencionar a René Magritte, Paul Delvaux o Yves Tanguy, éste último más interesado en las formas viscosas, líquidas. El arte surrealista investigó nuevas técnicas, como el frottage, la decalcomanía, el grattage, el cadáver exquisito o la pintura automática. También se interesó el surrealismo por la expresión de colectivos a los que apenas se había prestado atención en el pasado. El arte de los pueblos primitivos, el arte infantil, de los dementes o de los aculturizados fue revalorizado desde entonces. Su duración es ciertamente muy extensa, desde 1924 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Además su capacidad de promoción fue excepcional, se celebraron exposiciones en todo el mundo. Como consecuencia del surrealismo y la abstracción, la pintura contemporánea norteamericana lideró a partir de 1945 el arte mundial
LA GENERACIÓN DEL 27
1. La generación del 27: grupo poético
Esta generación recoge a los participantes en un acto organizado por el Ateneo de Sevilla en 1927 para conmemorar el tricentenario de la muerte de Góngora. Ahí estaban, entre otros, Alberti, García Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso y Gerardo Diego. Se añaden otros nombres como Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre. . . Es precisamente esa fecha memorable la que les dio el nombre.
La famosa Residencia de Estudiantes de la Institución Libre de Enseñanza en Madrid, fue lugar decisivo de encuentros, conferencias, exposiciones, tertulias.
A diferencia de otros vanguardistas, La generación del 27 no se alza sistemáticamente contra nadie. Sus orientaciones son integradoras (de influencia de otros escritores a quienes admiraron):
Sintieron veneración por los poetas medievales y clásicos: Garcilaso, San Juan de la Cruz. . .
Su mayor admiración fue hacia Góngora, quien fue para ellos un modelo en la búsqueda de una lengua especial, poesía diametralmente alejada del lenguaje usual.
Sin embargo, también sintieron pasión por la poesía popular. Por ejemplo, los cantares vivos del pueblo están presentes en la poesía de Lorca. Es el llamado NEOPOPULARISMO.
Entre los poetas del S. XIX y XX admiraron a Bécquer, a Unamuno y a Machado, Juan Ramón Jiménez. Y valoraron con justicia a Rubén Darío.
Finalmente recibieron la influencia de corrientes extranjeras contemporáneas y estuvieron muy atentos a las vanguardias europeas. En resumen en estos poetas hallamos :
--lo culto y lo popular
--lo "puro" y lo "humano"
--lo minoritario y lo que llega a todos.
--lo español y lo universal. Todo ello presidido por esa conveniencia de LA TRADICIÓN Y LA RENOVACIÓN.
En cuanto a las innovaciones formales que aportaron en su búsqueda de una lengua "distinta" están:
* La metáfora como gran instrumento de la lengua con audacias novísimas, aprendidas tanto de los vanguardistas como de los poetas barrocos (NEOBARROQUISMO).
* Hay reducción/ renuncia a muchas de las brillantes y sonoras variedades métricas que usaron los modernistas. En esta generación, junto a formas tradicionales y clásicas, adquieren un gran desarrollo el verso libre y el versículo de la influencia de los vanguardistas.
II. EL FUTURISMO, EL ULTRAÍSMO Y EL CREACIONISMO ESPAÑOLES
Salinas escribe poemas a la bombilla eléctrica o a la máquina de escribir. Alberti canta al futbol. Con elementos del FUTURISMO y del DADAÍSMO se formó en 1919, EL ULTRAÍSMO. También en esta corriente se hallan los temas maquinistas o deportivos. Añaden ciertas innovaciones tipográficas, como efectos visuales en la disposicion de los versos, imitando los de APOLLINAIRE.
Llega a España el creacionismo iniciado por el chileno Vicente Huidobro.
En esta corriente no se proponía "imitar" ninguna realidad dentro del poema.
III. EL SURREALISMO en concreto: SALVADOR DALÍ
De todos los vanguardismos EL SURREALISMO dejó una huella más profunda en España. España es el país europeo con mayor repercusión surrealista. El surrealismo tuvo un gran impacto en la Generación del 27. Usaron aunque sin llegar a extremos la creacion inconsciente, re-escritura automática. Uso de un lenguaje nuevo y liberación de la imagen con respecto a las ataduras de la lógica.
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Enviado por: | Paula |
Idioma: | castellano |
País: | España |