Religión y Creencias
Exponentes del ateísmo
PRINCIPALES EXPONENTES DEL ATEÍSMO
GEORGE WILHELM FRIEDRICH HEGEL
Hegel y la izquierda hegeliana
En una breve referencia histórica, necesariamente hemos de limitarnos a los momentos fundamentales. Pero no podemos olvidar a Hegel, que ha tenido gran influencia en el camino que va desde la inmanencia hasta el ateísmo explícito.
Hegel rechaza con desdén la acusación de ateísmo que le atribuyen, y en un curso especial, desarrolló sus lecciones para demostrar la existencia de Dios. Pero no se trata de la existencia del Dios trascendente del cristianismo, sino de la elevación del yo a Dios.
"La religión no tiene objeto distinto de la filosofía: las dos tratan del Absoluto, Dios. " El pensamiento hegeliano habla siempre del Absoluto, que Hegel llama Dios. Pero no es el Dios trascendente, sino el inmanente en lo finito. Es un "Dios que sin el mundo no es Dios”. “Nunca ha habido - comenta Fabro - una expresión más espantosa y feliz al mismo tiempo para caracterizar el abismo de vacío y desesperación de la época moderna.”
Hegel no admite el teísmo cristiano, un Dios trascendente y personal que crea libremente el mundo. Dios no parece que tenga otra conciencia de sí mismo que la que el hombre tenga de Dios. Los dogmas cristianos van reduciéndose a mitos y representaciones provisionales en relación con el pensamiento filosófico.
Si Hegel no saca las consecuencias ateas que lleva concebidas su pensamiento, pronto se encargará de hacerlo la izquierda hegeliana, capitaneada por Strauss, Bauer y Feuerbach.
LUDWIG FEUERBACH
Datos biográficos de Ludwig Feuerbach
Ludwig Feuerbach nade en Landshut (sur de Alemania) en 1804. En 1823 inicia los estudios de teología protestante en Heidelberg. En 1824, en Berlín, es discípulo de Hegel, idealista. Por sus ideas religiosas es retirado de la cátedra de Erlangen y vive veinte años en el campo, en Bruckberg. En esta vida retirada escribe sus obras, interrumpiendo su quietud con algunas lecciones en Heidelberg. Muere en Rechenberg (1872), donde se ha trasladado por cuestiones económicas. Fue enterrado en Nüremberg en medio de una impresionante manifestación de duelo.
"El paso de Hegel a Feuerbach ha sido, sin duda, el punto más decisivo para expulsar a Dios del mundo moderno; constituye la conclusión del movimiento entero de una época y del gravitar de una civilización y culturas, corno el abrirse de un tronco vacío y corrompido." (C. Fabro, Génesis histórica del ateísmo contemporáneo).
Ludwig Feuerbach fue discípulo de Hegel
Es obligado recordar la estrecha relación de Feuerbach con Hegel:
"Mi relación con Hegel fue más íntima y enriquecedora que con ninguno de nuestros antepasados intelectuales; porque yo lo conocí personalmente; durante dos años fui oyente suyo, oyente atento, entregado y entusiasta.”
Más tarde adopta una postura ideológica generalmente opuesta a Hegel.
Evolución del pensamiento de Feuerbach
Feuerbach describe la evolución de su propio pensamiento con estas palabras:
"Días fue mi primer pensamiento, la razón el segundo, y el hombre, mi tercer y último pensamiento.”
En el primer periodo de su vida fue creyente; como otros filósofos de la escuela idealista alemana, procede de la escuela protestante, en la que recibió formación religiosa. Según costumbre de la época, en un segundo período centró su pensamiento en el culto a la razón. Filosofía y religión serán irreconciliables. En un tercer período, la razón pasa a segundo plano.
Tenemos el Feuerbach humanista, con su culto al hombre, entendido en sentido colectivo: el culto a la especie humana. El individuo es sólo un eslabón de la inmensa cadena.
Inversión de términos
Al contrario de Hegel, a quien critica, Feuerbach afirma que lo infinito deriva de lo finito, parte de los seres reales y finitos.
Esta inversión de términos influirá después en Carlos Marx. Lo que es sujeto pasa a predicado, y viceversa, el predicado a sujeto. Si la teología dice que Dios crea al hombre, la "nueva filosofía" de Feuerbach dirá que el hombre crea a Dios. El idealismo de Hegel afirma que la idea ó espíritu crean el cosmos, la naturaleza; la filosofía de Feuerbach dirá que la naturaleza crea todas las manifestaciones del espíritu.
Una religión del hombre
En esta inversión de términos, el hombre es el ser supremo de la naturaleza, Si el hombre es el ser supremo de la naturaleza, la teología no puede ser otra cosa que antropología. "El ser humano no sólo es el fundamento, sino también el objeto de la religión."
En su libro "La esencia del cristianismo" escribe: "El hombre es el comienzo, el centro y el fin de la religión."
"El hombre no puede pensar, imaginar, representar, sentir, comer, querer, amar y adorar ninguna otra esencia como absoluta y divina, sino la esencia humana”.
La "Gattug", la especie o el género humano, es el dios secularizado de Feuerbach, el dios lejano hecho hombre, la infinitud convertida en indefinidad. (Cfr. M. Cabada, pág. 30).
El hombre crea a Dios: alienación
Feuerbach rechaza la mediación de Dios; porque Dios es sólo una proyección del hombre. Dios es unía creación del hombre. El hombre lleva dentro una grandeza, aún sin desarrollar, que proyecta en lo que llama Dios. Entonces tenemos que llamar hombre a ese Dios, pues ése es su nombre.
“El hombre es el ser supremo para el hombre.” Si el hombre necesita de Dios para decirse a sí mismo su propia aspiración, algo suyo se pierde, queda alienado. ¿Porqué el hombre se aliena creando a Dios? Feuerbach recurre a la presión de la psicología humana que exige un ser que realice la felicidad de sus anhelos y aspiraciones.
"En Dios el hombre se completa, en Dios esa el hombre perfecto, Dios es para él una necesidad; a él le falta algo, sin saber lo que le falta. Dios es este algo que le falta, Dios es indispensable. Dios pertenece a su esencia.”
Aquí aprovecha Feuerbach para sacar los aspectos negativos de la religión.
EL AMOR ES DIOS
"En el objeto, lo exterior a él, toma el hombre conciencia de sí mismo." El propio "yo" no existe sino en relación mutua con el objeto, con el "tú ".
"El hombre no es hombre por o en virtud de su nacimiento, sino que se hace hombre a través del hombre; únicamente en el otro se hace él consciente de sí mismo y surge así en él la idea de la humanidad y de la divinidad. De este modo es propiamente el hombre mediador de Dios para el hombre. " ( En la carta a su novia, Bertha Low).
El amor es para Feuerbach la raíz profunda antológica: "Tú existes solamente si amas; el ser solamente es ser si es el ser del amor." "Lo que no es amado, no es. . . ; no hay verdad."
“El amor es una verdad y un poder superiores a la divinidad. El amor supera a Dios. Al amor sacrificó Dios su majestad divina, . . ¿Quién es, pues, nuestro Redentory Mediador? ¿Dios o el amor? El amor, puesto que no ha sido Dios en cuanto Dios, el que nos ha redimido, sino el amor, el cual es por encima de la diferencia entre la personalidad divina y humana”, “El amor que implica en sí mismo la libertad ha de anteponerse a un 'dios' concebido y manejado con frecuencia según los propios intereses y conveniencias.” (Tomado de M. Cabada, o,c, págs. 34-35 ).
En este contexto es donde Feuerbach escribe que no se ha de decir “Dios es amor” sino viceversa: “el amor es Dios, el amor es la esencia absoluta”. En contestación a las diversas críticas dirigidas contra su libro: "La esencia del cristianismo”, escribe:
“La esencia del cristianismo consiste en que únicamente el amor incondicional y total del hombre hacia el hombre, el amor que tiene en sí mismo su dios y su cielo, es la verdadera religión.” Puesto que la religión ha de serlo más opuesto al egoísmo, “no tener religión quiere decir pensar únicamente en sí mismo, tener religión es pensar en los demás.”
Crítica al cristianismo
En su crítica al cristianismo, Feuerbach tiene más presente a los cristianos que al cristianismo. El contraste entre la realidad social y la vida de los cristianos da la razón a Feuerbach en muchos aspectos de su crítica a los cristianos. Su reto es actual. Por ejemplo, la temática suscitada por Feuerbach de la aparente oposición en el cristianismo entre el "más allá" y el "más acá" que conduce a la evasión de las tareas de este mundo, ha tenido repercusión en la autocomprensión del mismo cristianismo. El Concilio Vaticano II afirma:
"La esperanza de la nueva tierra no debe aminorar la preocupación por la construcción de este mundo. . ., sino que debe, por el contrario, fomentarla. " (Gaudium et spes, núm. 34).
En éste y otros puntos se debe recoger con sinceridad la crítica que Feuerbach hace de la religión.
Feuerbach saca la conclusión de que Dios es un simple predicado humano
Se da una coincidencia entre la expresión de Feuerbach "el amores Dios" y el sentido griego de Dios. El autor alemán saca la conclusión de que Dios es un simple predicado humano. Pero su error lo podíamos ver por partida doble: ya el sentido filosófico del predicado es el superar de alguna forma al mismo sujeto. Pero se equivoca, sobre todo, al no tener en cuenta la evolución histórica del término Dios.
El "dios-predicado" de los griegos era dicho de un acontecimiento grandioso, por ejemplo del amor, y se diría “él amor es Dios”, algo grande, divino.
Pero eso misterioso, grande, se ha manifestado como persona, sujeto; pasa a ser sustantivo no sólo filosóficamente, sino gramaticalmente. Dios es amor. Casi unánimemente se atribuye hoy día al cristianismo la aportación del concepto de persona. El pensamiento griego no podía atribuir a su dios-predicado la categoría de persona, no podía decir dios es amor, que es aportación de la nivelación cristiana. Feuerbach olvida esta justificación histórica y filosófica.
Ambigüedad en Feuerbach
Según Cabada, "Feuerbach parece haber confundido, de hecho, indefinidad (potencial) e infinitud (real) y no haber visto, por tanto, la necesidad de fundamentación de la primera en la última". ¿De dónde le procede al hombre, si no su ansia de superación, de infinitud, sino de una cierta experiencia de Alguien infinito?
De esta confusión de dimensiones se origina la ambigüedad de Feuerbach al ensalzar al amor, ¿Se trata de la relación del hombre con el hombre, del hombre con el género humano, o del hombre con Alguien superior a él? Feuerbach rechaza esta última suposición. Entonces, ¿de dónde tanto entusiasmo por algo que no supera la humanidad? La realidad es que al ensalzar el amor sobre todas las cosas no se refiere al afecto particular de una persona a otra, sino de una fuerza que impulsa al hombre a actuar.
La antropología de Feuerbach pretende construirse negando aquello que él dice siempre escisión en el hombre: la fe, Dios, Con ello va recortando el campo del ser hasta identificarlo con el hombre; el hombre no depende ya del ser, sino que es él la realidad total, Ya no hay una fuerza, un ser que suscite los deseos, los pensamientos del hombre, sino que los pensamientos y los deseos superiores del hombre son sueños que el hombre elabora por sí mismo. Feuerbach cae así en un subjetivismo que él tanto trataba de combatir. "Si existe Dios - dice -, ¿para qué y por qué han de desearlo los hombres?" La consecuencia es clara: Dios no es porque el hombre lo desea.
Sin embargo, Feuerbach ve la dificultad de su lógica y dice, con poca lógica consigo mismo: “El espíritu finito presupone un espíritu infinito.”
Teoría humanista de la religión
El equívoco continuo de la teoría humanista de la religión de Feuerbach estriba en su inducción subjetivista de todo cuanto afecta de un modo u otro al hombre. El hombre se hace así el centro y la medida de todo a la manera del sofista Protágorás.
La posible influencia o causalidad exterior al hombre mismo queda eliminada. El pensamiento feuerbachiano resulta de este modo decididamente subjetivo y proyectivo, no "receptivo".
"Feuerbach ha radicalizado demasiado el aspecto antropológico o subjetivo de la religión, es decir, su variante histórico-antropológica descuidando y olvidando su fundamentación más profunda. " (M. Cabada).
Acepta la religión como mero sentimiento
Otro aspecto de esta radicalízación del carácter subjetivo de la religión en Feuerbach es el haber aceptado la religión como mero sentimiento y haber señalado al hombre como originante de este sentimiento. Después encontrará dificultad en dar explicación al origen del sentimiento y tendrá que recurrir al "egoísmo" como fuente de ese sentimiento, y calificará de infantil la actitud religiosa por el sentimiento de "dependencia".
La verdad es que la dependencia crea en el hombre la verdadera libertad "independizándolo" de lo concreto y relativo. Por otra parte, el sentimiento religioso viene originado por la presencia del misterio en el hombre, a quien compromete en toda su vida.
El materialismo de Feuerbach
Frecuentemente se une el materialismo a Feuerbach. No obstante, en la esencia del cristianismo toma una postura antimaterialista. Dada la importancia que concede a la realidad sensible, a la naturaleza, "habría que calificar la postura de Feuerbach como una postura intermedia entre el espiritualismo o idealismo y el materialismo: 'no materialista ni idealista', dice de sí mismo".
“No existe diferencia especial entre el cerebro del hombre y el del mono; pero, qué diferencia entre la cabeza o la cara de un hombre y la de un mono” (Feuerbach).
El ateísmo de Feuerbach
"El ateísmo de Feuerbach se presenta como un ateísmo naturalista." La "naturaleza ejerce las funciones de un Dios laico que está por detrás y por encima del hombre mismo" (M. Cobada). Insiste en que la idea de Dios es superflua, porque todo lo que se diga de él está dicho de la naturaleza o en función de ella. De Dios se puede prescindir, pero no del mundo.
Feuerbach reconoce que su doctrina conduce lógicamente al ateísmo, pero no se inquieta excesivamente por la expresión "ateísmo" que para él dice muy poco, como la del teísmo: "Cambian -dice- los tiempos y con ello los dioses de los hombres."
Él prefiere hablar de "antropocentrismo" en vez de ateísmo, ya que lo que pretende en su "nueva filosofía " es la negación tanto del teísmo como del ateísmo.
Antagonismo entre Dios y el hombre en Feuerbach
Dios y el hombre, ¿han de ser, necesariamente, antagonistas? La afirmación del. hombre, ¿exige la negación de toda trascendencia?
En Feuerbach se echa de menos el concepto de participación. Una de las partes de la relación hombre-Dios es inútil. Si el hombre es el absoluto y Dios es un opositor, esa participación se hace imposible, al mismo tiempo que inútil.
Por otra parte, la creencia de que una vez suprimida la mediación de Dios, el hombre va a encontrar la felicidad, no fue, ni puede ser, el camino abierto a la felicidad.
La afirmación del hombre, de su libertad, de su personalidad, no sólo no es contradictoria con la afirmación de Dios, sino que encuentra su propio fundamento en Dios como ser.
“El reconocimiento de Dios no se opone en modo alguno a la dignidad del hombre, Va que esta dignidad del hombre tiene en el mismo Dios su fundamento y perfección. Es Dios creador el que constituye al hombre inteligente y libre en la sociedad. Y, sobre todo, el hombre es llamado, como hijo, a la unión con Dios y a la participación de su felicidad.” (Vaticano 11, Gaudium et spes, núm. 22)
KARL MARX
Datos biográficos
Nace en Tréveris el 15 de mayo de 1818. Su padre era abogado convertido al protestantismo. Estudia en la Universidad de Derecho y Filosofía, ciencia a la que se sentía con especial vocación. Toma parte de las reuniones que la “izquierda hegeliana” tiene en los suburbios de Berlín.
Por su carácter revolucionario ha de ir emigrando de nación en nación. Huye a Francia; en París conoce a Federico Engels, con él trabajará toda su vida. De aquí irá a Bélgica, otra vez a su patria, para volver a Francia. Recorrerá aún Inglaterra y Prusia.
Desde 1850 permanece en Londres, donde muere en 1883, después de haber publicado varias obras, de las cuales la más famosa es “El Capital”.
Marx forma parte del club de “Jóvenes hegelianos”
Marx forma parte del club de los “Jóvenes hegelianos”, entre los que se halla Feuerbach, Strauss y Bauer. De ellos toma, en parte, la crítica de la, religión. Pero la obra de Feuerbach, La esencia del cristianismo, es aplaudida por Marx con alborozo porque es una crítica del cristianismo.
En la vida y en la obra de Marx aparecen constantemente otros personajes que influyen poderosamente en su orientación o en los que ve coincidir sus ideas y apreciaciones. Aparte de Hegel, vemos el tándem Marx-Feuerbach en la alienación religiosa de tipo psicológico, Bauer-Marx, profesores de Bonn, que no llega a realizarse, Marx-Engels, que aboca al “materialismo dialéctico”: es el giro más serio que Marx da debido a la intervención de este amigo y colaborador íntimo.
Marx joven está decididamente influido por Feuerbach, especialmente en la lucha contra la “alienación” del hombre y en favor del ateísmo humanista. De él recibe la visión solidaria de la humanidad.
Marx se decide por la praxis
Pero Marx toma después su propio camino. Los seguidores de hoy se dividen en apasionada controversia por aclarar si el Marx maduro mantuviera su “humanismo” de juventud, o ha roto totalmente con él. Tal es la diferencia que ya lo separa de Feuerbach, La separación teórica tiene también una explicación práctica: Feuerbach se niega a colaborar con Marx y Engels, decididos ya a una acción política. Feuerbach optó por una reflexión o maduración más amplia. Engels y Marx se deciden por la praxis misma. Marx, en la Tesis sobre Feuerbach, dice:
“hasta ahora los filósofos se han ocupado en pensar la realidad; es hora de transformarla”
Proceso evolutivo de Carlos Marx
Como dice K. Korsch: “El proceso evolutivo de Marx puede resumirse de la siguiente manera: Marx criticó, en primer lugar, la religión filosóficamente, después la religión y la filosofía políticamente, y, finalmente, la religión, la filosofía, la política y todas las demás ideologías económicamente” La alienación religiosa fue el modelo sobre el que calcó Marx las demás alienaciones.
CRÍTICA DE MARX A LA RELIGIÓN
Marx critica en tres puntos a la religión: la alienación religiosa, la praxis, el humanismo.
La alienación religiosa
El concepto de alienación fue elaborado especialmente por Hegel, en cuyo idealismo absoluto la única realidad es la idea, él espíritu que se exterioriza en su objeto, en el mundo. Esta exteriorización se convierte en alienación cuando el espíritu ya no logra reconocerse en esta manifestación de sí mismo. La historia sería la progresiva recuperación de su fisonomía. El estadio religioso y filosófico serían pasos de esa recuperación.
Para Marx la alienación es el resultado de una situación en la que el hombre cayó, y de la que debe liberarse suprimiendo toda alienación. Ambos planteamientos coinciden en el antagonismo, la rivalidad entre el hombre y el Dios trascendente. En el tema anterior veíamos que para Feuerbach lo que empujaba al hombre a alienarse en Dios era su infelicidad. Aquí justamente es donde Marx se separa de Feuerbach. Según Marx, hay que explicar cuál es el fundamento de la infelicidad del hombre. Se trata de ver si la alienación religiosa no radica en otra alienación. ¿Cómo se ha producido la alienación religiosa?
Análisis de la realidad
Al analizar la realidad, Marx encuentra que es fundamental lo económico, las relaciones de producción. Estas relaciones establecen una división entre los hombres.
La alienación religiosa es consecuencia de la alienación socioeconómica del oprimido. El obrero oprimido proyecta su propia humanidad en un Dios imaginario, ya que en su vida real no encuentra condiciones para desarrollar su existencia. La religión, se convierte al mismo tiempo en consuelo y protesta.
“Así, pues, es la alienación económica la que engendra todas las otras. Pero debe combatirse la alienación en todas sus formas, por la estrecha relación que existe entre ellas. No obstante, la que ha de ser eliminada de forma más vigorosa es la alienación religiosa, puesto que paraliza todo intento de revolución.” (Marx )
El hombre crea la religión
“El hombre es el ser supremo para el hombre,” ¿Por qué este hombre, que es el ser supremo, crea en su imaginación otro Ser Supremo que es objetivo de la religión?
“La razón aducida por Marx es que la religión es un producto de una conciencia invertida del mundo, pero la conciencia es simple reflejo de una realidad social. Ahora bien, la sociedad actual es un mundo invertido en el que no mina el hombre, sino las cosas, no existe la comunidad humana, sino el reino de lo inhumano.” (Yurre)
En esta situación, el hombre huye mentalmente de ese mundo y concibe a Dios, el reino que sirve de consuelo ante la miseria que padece en el mundo actual. La religión “es la realización fantástica del ser humano, porque el ser humano no posee realidad verdadera”. Para Marx, la comunidad humana es lo que constituye la auténtica realidad.
La praxis
La actitud religiosa del marxismo está unida también con su concepto de praxis. La filosofía no es simple contemplación, sino transformación de la realidad. “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero lo que se trata es de transformarlo.” (Marx)
La praxis es conocimiento y acción
Sin praxis la especulación es vana. Rechaza tanto el idealismo como el materialismo de propio objeto. ¿En qué sentido la praxis marxista incluye una actitud atea?. En primer lugar, porque la dialéctica praxis-verdad en Marx supone “tal afirmación del hombre que es negación de Dios y exclusión de toda trascendencia”. Además, la concepción marxista de praxis genera una actitud atea por su manera de concebir el desarrollo del hombre y la naturaleza en contradicción clara con la doctrina de la creación.
La noción de praxis supone que el hombre por sí mismo alcanza la autocreación de sí mismo y la transformación de la naturaleza con la que es solidario. Toda trascendencia queda anulada, es inútil toda intervención de Dios.
“Un tal humanismo del trabajo, como nos damos fácilmente cuenta, está ligado indisolublemente al ateísmo militante. No es posible, según Marx, que el hombre adquiera una conciencia lúcida de su poder de creador, en el doble plano de la matización de la naturaleza y de la matización del propio hombre, mientras permanezca frenado por la ilusión religiosa, que poniendo a Dios como ser todopoderoso limita, por tanto, la potencia del hombre. Toda referencia a un ser trascendente creador y providencial, presupone filosóficamente una limitación del poder del hombre sobre la naturaleza y sobre sí mismo. El hombre religioso no puede ser, por definición, más que un hombre sujeto por lazos de dependencia (re-ligare) con relación a algo más potente que él mismo, no podrá gozar, pues, de sus prerrogativas de hombre íntegro.
Si Dios existe el hombre no existe; entiéndase, que no puede matizar todas las facultades humanas que en potencia están latentes en él. “El hombre nace cuando Dios muere.” (Marx)
(Emile Baas, Introducción crítica al marxismo, págs., 56-60)
EL “HUMANISMO” MARXISTA
El hombre es el dios del hombre
El marxismo es un humanismo, pero un humanismo en el que la trascendencia no tiene lugar. El joven Marx expresa su opción claramente al recoger una afirmación de Feuerbach: “El hombre es el dios del hombre.”
“(...) ser radical es atacar el problema por la raíz. Y la raíz para el hombre es el hombre mismo. La prueba evidente del radicalismo de la teoría alemana y, por tanto, de su energía práctica, consiste en saber partir de la decidida superación positivista de la religión. La crítica de la religión desemboca en la doctrina de que el hombre es la esencia suprema para el hombre y, por consiguiente, en el imperativo categórico de invertir todas las relaciones en que el hombre sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable.” (Marx )
El hombre es el ser supremo
Si el hombre es el ser supremo, no puede el hombre referirse a otro ser superior; su, ética, su felicidad no pueden traspasar los horizontes humanos. El hombre se aliena cuando reniega de su absoluta autonomía en provecho de una trascendencia divina. Esta autonomía hay que hacerla eficaz para transformar la alienación en identidad y liberación del hombre por el hombre.
Los problemas socioeconómicos
Aunque a partir de los Manuscritos del 44 no habla de alienación, sino de problemas socioeconómicos, no hay ruptura en su filosofía humanista. La producción, las fuerzas productivas, la plusvalía, las relaciones de clases, etc., ¿no tienen un trasfondo humanista? Él escribe con realismo: “En realidad la cosa sucede así: los hombres siempre se liberaron en la medida en que lo permitieron y prescribieron no su ideal del hombre, sino las fuerzas productivas existentes.”
Características del humanismo marxista:
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El hombre es el ser supremo para el hombre. (Una opción sin trascendencia, atea).
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Este hombre no es un ser abstracto, sino histórico y real; está inserto en unas relaciones económicas de producción (opción materialista).
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Opción humanista, que mira al “reino de la libertad”, donde el hombre será liberado de las distintas alienaciones. Se conseguirá una sociedad en la que las relaciones sociales serán “simples y transparentes tanto en la producción como en la distribución”.
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Su carácter práctico: mediante la praxis se realiza la unidad profunda entre lo teórico y lo práctico.
VALORACIÓN DE MARX
Marx fue un hombre de gran talla intelectual. Preocupado por liberar al hombre de múltiples opresiones exteriores. Fue un hombre revolucionario y crítico de una situación social injusta imperante.
Un crítico tan agudo no supo separar la religión de los hombres que se decían religiosos y con los que topó en situaciones decisivas de su vida. Con ello acrecentó su odio a la religión y su ateísmo. “Marx era un ateo ferviente”(Berdiaeff). No era un indiferente.
En toda su vida fue un humanista, pero al buscarle una felicidad mundana exclusivamente, le cierra la esperanza y el sentido de una trascendencia.
Lanza al hombre a una lucha prometeica en su autocreación y desarrollo con el peligro de agobiarlo en su responsabilidad ante todo lo positivo y lo negativo.
Por toda su obra y su influencia es fundador de un pensamiento y de una cultura que obliga a tomarlo en serio, por las terribles consecuencias que se deducen de su filosofía antihumana y atea.
El marxismo, al negar a la persona humana su dimensión espiritual y sus libertades mínimas, propiedad, expresión, etc., su humanismo se convierte en un antihumanismo.
La filosofía marxista, hecha política en los países comunistas desde l917 hasta hoy, demuestran que no ha habido en la historia de la humanidad filosofía más brutal y antihumana que ella.
FRIEDRICH NIETZSCHE
Datos biográficos de Friedrich Nietzsche
Friedrich Nietzsche nació en 1844 cerca de Leipzig. Su padre era pastor protestante que murió prematuramente, no obstante, tuvo una infancia dichosa, Fue un estudiante modelo, deportista, pero “muy serio”. El músico Wagner y el filósofo Schopenhauer eran sus dos personajes preferidos. Fue profesor de Basilea. Un amor desgraciado y el exceso de trabajo agravaron su precaria salud, En 1889 se vuelve loco, Muere en 1900, Su obra más conocida es Así habló Zarathustra.
EL "HUMANISMO" ATEO DE FRIEDRICH NIETZSCHE
Nietzsche es el profeta de la muerte de, Dios y de la grandeza del hombre, es uno de los pioneros del humanismo ateo. Esta figura enigmática ha ejercido una influencia clara sobre Heidegger, Gide, Sartre, Malraux, Camus. Ha podido inspirar la locura racista de Hitler, e inspira, sin duda, las actitudes de mucha juventud actual.
Del mono al superhombre
Esta evolución profetizada por Nietzsche supone al hombre como un "animal cuyo tipo no está determinado", que debe favorecer su propia evolución. Lo propone en Así habló Zarathustra, que él considera su obra maestra, "un quinto evangelio".
“Yo predico el Superhombre. Yo os anuncio el Superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Quién de vosotros ha hecho algo para superarlo? Todos los hombres, hasta el presente, han originado algo superior a vosotros mismos, ¡y mientras, vosotros, queréis ser el refluir de esa marea y retornar a la animalidad, mejor que superar al hombre! ¿Qué es el mono para el hombre? Un motivo de risa, o una dolorosa vergüenza. Pues otro tanto debe ser el hombre para el Superhombre; una irrisión, o una afrentosa vergüenza.
¡Habéis ya recorrido el sendero que va desde el gusano al hombre, pero queda aún en vosotros mucho de gusano! Escuchadme, os diré qué es el Superhombre: el Superhombre es el sentido de la tierra. Que vuestra voluntad diga: ¡sea el Superhombre el sentido de la tierra! ¡Hermanos míos, yo os exhorto a que permanezcáis fieles al sentido de la tierra, y nunca prestáis fe a quienes os hablan de esperanzas ultraterrenas! Son destiladores de veneno, conscientes o inconscientes. Son menospreciadores de la tierra, moribundos y emponzoñados, y la tierra les resulta fatigosa, ¡Por eso desean abandonarla!” (Nietzsche, Así habló Zarathustra, pág. 46)
Voluntad de dominio
"El ser viviente desea ante todo dar libre curso a su fuerza, la vida es en sí misma voluntad de dominio." Sobre todo significa posesión de sí, absoluta libertad, capacidad de crear valores nuevos, alcanzar una independencia sin límites. Esta voluntad de dominio es medio de conseguir hacer realidad el Superhombre. Para ello hay que recorrer dos estadios.
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Primer estadio: romper los decálogos, sacudir las servidumbres tradicionales. “¡Oh, hermanos míos, romped las viejas tablas!”
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Segundo estadio: “Conquistar el derecho de crear valores nuevos por medio de la acción y seguir el instinto”.
“El ser viviente desea ante todo dar libre curso a su fuerza, la vida es en sí misma voluntad de dominio. Esta voluntad de dominio es medio de conseguir hacer realidad el Superhombre.” (Nietzsche)
La verdad no existe, "desprecio esta palabra tan altanera". "El instinto está por encima de la moral." El Superhombre está más allá del bien y del mal. "La naturaleza superior mide los valores según su criterio superior." "Nada es verdad, todo está permitido." Así el Superhombre - desprecia el pecado- logra pasar de la moral de los esclavos a la moral de los dominadores.
LA TRANSFORMACIÓN SIN DIOS
"Dios ha muerto"
Pero esta transformación tan radical de valores sólo puede darse si Dios no existe o si lo matamos. ¡El "tú debes" es el obstáculo mayor para el advenimiento del Superhombre!
“Antaño los crímenes contra Dios eran los máximos crímenes, la blasfemia contra Dios era la máxima blasfemia. Pero Dios ha muerto, y con él han muerto esas blasfemias y han desaparecido esos delitos. Hogaño el crimen más terrible es el crimen contra la tierra; es decir, poner por encima del sentido de la tierra las entrañas de lo incognoscible.” (Nietzsche, Así habló Zarathustra, pág. 47)
Nietzsche se manifiesta angustiado
“La muerte de Dios. Este acontecimiento extraordinario está todavía en camino; avanza, pero aún no ha llegado a los oídos de los hombres.”
“El sol se ha puesto ya, pero inflama todavía el cielo de nuestra vida.”
“¿Cómo hemos hecho esto? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado una esponja para borrar todo el horizonte? ¿Qué hemos hecho al soltar la cadena que ligaba esta tierra al sol? ¿No estamos cayendo sin cesar, hacia adelante, hacia atrás, hacia un lado, de todos los lados? ¿Existe todavía un arriba y un abajo? ¿No andamos errantes como una nada infinita? ¿No sentimos como el soplo del vacío en nuestro rostro? ¿No hace más frío? ¿No se va haciendo siempre de noche, cada vez más de noche?”. (Ateísmo contemporáneo, vol. II, pág. 595).
Crítica del cristianismo
Nietzsche hace una crítica dura del cristianismo. Naturalmente, del cristianismo que él conoce. Pertenece a una familia de pastores protestantes. Para él el cristianismo tiene un encanto pernicioso, parecido a las adormideras que rebajan las energías.
“Ahora comprendo... ¡lo que buscaban era dormir tranquilamente y practicar virtudes coronadas de adormideras! Bienaventurados los soñolientos porque pronto “se dormirán” Sería preciso que me cantaran cantos mejores para que yo creyera en su Salvador: sería preciso que sus discípulos tuvieran un aire más desembarazado”.
Y Nietzsche pasa revista a las principales virtudes cristianas
¿Qué es el amor al prójimo? "Codicia, amor: ¡ah, qué distinto suenan en nuestros corazones estas dos palabras! Pero bien pudiera ser que fueran dos expresiones diferentes de un mismo instinto. . . necesidad de soltar, de dar". Son los pobres los que predican la caridad: “el prójimo alaba el desinterés porque redunda en su propio beneficio.”
¿Qué es la compasión? "ya sea la compasión de un Dios o la compasión de los hombres, la compasión es una ofensa al pudor". "Cuando voy a ayudarle, estoy hiriendo gravemente su dignidad".
¿Qué es el perdón de las ofensas? El que no tiene la fuerza suficiente para vencer a su enemigo, santifica así su cobardía : “Se creen buenos porque tienen las patas débiles”.
¿Qué es la oración ? "Los pobres de espíritu no saben salir adelante, y prohibirles el runrún de la oración es quitarles la religión. . . Es que lo único que les pide su religión es que estén tranquilos, no sólo su ánimo, sino sus ojos, sus manos, sus piernas y toda suerte de órganos. . . "
Y ¿qué es la humildad sino bajeza; la pureza sino obsesión de la carne, etc. . .? En una palabra : “Vuestra virtud es la cobardía de vuestros vicios”.
Por eso el Cristianismo es una religión de degenerados; es todo lo contrario del principio de selección; protege a los ineptos y ha hecho un “aborto sublime”, “un rengo que obstaculiza el camino a otro más ágil que él”.
Así es como Nietzsche traduce las Bienaventuranzas: “Los pobres, los impotentes, los débiles, son los únicos buenos, los que sufren, las necesitados, los deformes, son los únicos buenos bendecidos por Dios. . . Por el contrario, vosotros que sois nobles y poderosos, sois desde toda la eternidad los malos, los crueles, los insaciables, y eternamente seréis los réprobos, los malditos, los condenados.”
Un cierto cristianismo debe morir
Un cierto Dios ha muerto, es verdad, un cierto cristianismo debe morir. Es el problema creado por el proceso histórico de la secularización. ¿No será ese Dios del que Nietzsche busca la muerte?
“El cristianismo, por poco que se le desvía de sus verdaderas perspectivas, corre el riesgo de fomentar una especie de fatalismo devoto, que es degradación de la idea de providencia, una especie de masoquismo melancólico, que es degradación de la virtud de la humildad; una incredulidad fácil, que es una degradación de la esperanza, un sentimentalismo invertebrado, que es una degradación de la caridad. Y no continúo. . . Quizás se encuentren más cristianos que lleven la imagen de este cristianismo desvitalizado que los que lo practican en toda su autenticidad. A todos aquellos, aunque sean unos genios como Nietzsche; que juzguen al cristianismo bajo estos productos tan ampliamente extendidos, los remitimos al cristianismo auténtico que los rechaza más vehemente que sus adversarios.” (Manuel Mounier, L'espoir des desesperes Oeuvres I, 1V).
Nietzsche ha tenido una gran influencia
No se pueden negar ciertos valores a Nietzsche. Su actualidad prueba que supo acertar con la sensibilidad del alma contemporánea. En él se manifiestan todas las influencias contradictorias del siglo XIX. Su forma aforística de exposición, influido por Gracián, aumenta la brillantez de su pensamiento sugerente.
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El irracionalismo. Nietzsche entra dentro de la corriente voluntarista y ciega. Su definición del hombre por la "voluntad de dominio" puede inspirar aberraciones como la del nazismo, el comunismo, la violencia como arma de poder.
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El nihilismo. Aunque tenga su vertiente positiva, prevalece la dimensión negativa.
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El odio al judeo-cristianismo. Hay algo más que una crítica, a veces acertada, del cristianismo en sus formas históricas. En Nietzsche se da un odio radical a la raza judía y al cristianismo.
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Antihumanismo. Es la impresión que causa muchas veces a fuerza de exaltar lo humano y de seleccionar minorías.
Nietzsche y el "odio amoroso" a Cristo
Nietzsche se jacta del desprecio hacia "ese extraño santo, que decía de sí mismo: Yo soy la verdad, ese presuntuoso que desde hace tanto tiempo hace hincharse de vanidad a tanta gentecilla". No obstante, Nietzsche parece poseído de una secreta envidia contra Jesús. No contento con copiar el vocabulario bíblico (Ecce Homo, el monte de los Olivos, los Siete Sellos, etc.), plagia en sus obras muchos temas evangélicos: las parábolas, la cena, el mesianismo. Y Nietzsche quiere persuadirse de tener razón contra Jesucristo; “el Hebreo Jesús. . , murió demasiado joven, Si hubiera llegado a mi edad se hubiera retractado de su doctrina. Era suficientemente noble para retractarse.”.
En su "odio amoroso" llega a identificarse con el adversario. Su última carta irá firmada: "El Crucificado". Como los viñadores homicidas de la parábola que dijeron ya entonces: "Este es el heredero. Vamos, matémoslo, y será nuestra la herencia." (Mc. 12, 7).
“Hasta, el último de sus días Nietzsche estará como obsesionado por la figura de Jesús. Pasa por la alternativa de admiración y de menosprecio, de ternura y de sarcasmo, fruto de una secreta envidia. No es el descubrimiento de un nuevo reino, ni la afirmación incoercible de nuevos valores los que determinan en él estas negaciones y estas críticas, sino un instintivo antagonismo incluso en la imitación. Siente la necesidad de desempeñar un papel análogo y superior. Es que a Nietzsche no le bastaba con hacerte el "anunciador" de un nuevo Evangelio: aspiraba al título de redentor. Para esto no le queda otro remedio que medirse con Cristo, y jamás dejará de acechado con malicia. Todo el Zarathustra es un testimonio de este deseo de imitación. . . En Jesucristo, “todo es Sí” Nietzsche, por desgracia, es el hombre del resentimiento.” (De Lubac, Affrontements Mystiques).
JEAN PAUL SARTRE
Datos biográficos de Jean Paul Satre
Sartre nació en París el 21 de junio de 1905; estudió en la Escuela Normal Superior de esa ciudad, en la Universidad de Friburgo (Suiza) y en el Instituto Francés de Berlín (Alemania). Enseñó filosofía en varios liceos desde 1929 hasta el comienzo de la II Guerra Mundial, momento en que se incorporó al Ejército. Desde 1940 hasta 1941 fue prisionero de los alemanes; después de su puesta en libertad. Las autoridades alemanas, desconocedoras de sus actividades secretas, permitieron la representación de su obra de teatro antiautoritaria Las moscas (1943) y la publicación de su trabajo filosófico más célebre El ser y la nada (1943).
Rechazó el Premio Nobel de Literatura que se le concedió en 1964, y explicó que si lo aceptaba comprometería su integridad como escritor.
Las obras filosóficas de Sartre conjugan la fenomenología del filósofo alemán Edmund Husserl, la metafísica de los filósofos alemanes Hegel y Heidegger, y la teoría social de Karl Marx en una visión única llamada existencialismo. Este enfoque, que relaciona la teoría filosófica con la vida, la literatura, la psicología y la acción política suscitó un amplio interés popular que hizo del existencialismo un movimiento mundial. Murió en París el 15 de abril de 1980.
El ser y la nada
En su primera obra filosófica, El ser y la nada (1943), Sartre concebía a los humanos como seres que crean su propio mundo al rebelarse contra la autoridad y aceptar la responsabilidad personal de sus acciones, sin el respaldo ni el auxilio de la sociedad, la moral tradicional o la fe religiosa. Al distinguir entre la existencia humana y el mundo no humano, mantenía que la existencia de los hombres se caracteriza por la nada, es decir, por la capacidad para negar y rebelarse. Las obras de teatro y novelas de Sartre expresan su creencia de que la libertad y la aceptación de la responsabilidad personal son los valores principales de la vida y que los individuos deben confiar en sus poderes creativos más que en la autoridad social o religiosa.
La fe en Dios es un espejismo
Por su neto ateísmo, resulta casi insustituible su estudio. Para el ateísmo existencialista, el "ser en el mundo" es la última palabra sobre el hombre. Lo único que hace la idea de Dios es expresar en forma de un concepto límite, es decir, de un ideal irrealizable, el movimiento de trascendencia.
Dios no sería más que la proyección del espíritu; la fe en Dios, un espejismo. Significativas son las palabras con las que Sartre termina El Ser y la Nada: "El hombre se aniquila como hombre para que Dios nazca. Pero la idea de Dios es contradictoria; de aquí que nos aniquilemos en vano." "El hombre es una pasión inútil."
Dios es la ausencia
“Supliqué, pedí una señal, envié al cielo mis mensajes: pero nada. El Cielo ignora hasta mi nombre. Me preguntaba a cada instante qué significaba yo a los ojos de Dios. Ahora conozco la respuesta: Nada. Dios no me ve ni me escucha, Dios no me conoce, ¿Ves ese espacio encima de nuestras cabezas? Ése es Dios, ¿Ves esa rendija en la puerta? Es Dios, ¿Ves ese agujero en la tierna? Es Dios. El silencio es Dios. La soledad de los hombres es Dios. La ausencia es Dios. Yo soy el que existo; yo sólo determino el mal y he inventado el bien. Yo soy el que engaño a los otros, el que hago los milagros; yo soy el que me acuso a mí mismo y el que me puedo absolver; yo, el hombre.” (Sartre )
La existencia de Dios sería inútil
Para Sartre más que una negación de Dios es una expulsión. Dios no debe existir, no puede existir. De hecho, es una necesidad que Dios no exista: si existiera, sería el Otro absoluto, el rival, el enemigo. “Si Dios existe, el hombre es la nada; si el hombre existe... Enrique, voy a enseñarte una picardía enorme: Dios no existe... Adiós a los monstruos, Adiós a los santos, Adiós al orgullo. Sólo existen los hombres.”
Para Sartre, la existencia de Dios sería inútil:
“El existencialismo no es tanto un ateísmo que se esfuerza en demostrar que Dios no existe, como en afirmar que, aunque exista, este hecho no cambia nada las cosas. Éste es nuestro punto de vista: no es que creamos que Dios exista, sino que el problema es otro; es preciso que el hombre tome conciencia de sí mismo y se persuada de que nada puede salvarlo de sí mismo, aunque existiera una prueba valida de la existencia de Dios.”
No existen más que los fenómenos
Sartre parte del postulado de que no existen más que los fenómenos. ¡En este caso, las cartas están echadas! Está claro, que no llegará jamás a descubrir a Dios.. . Sobre todo porque él tuvo una experiencia religiosa desastrosa: sólo seis meses de catecismo, en un ambiente familiar de catolicismo, tradicionalista y de antipapismo, todo mezclado. Puede que sea esto lo que explique su incredulidad. Sólo conoció en su infancia una caricatura de Dios:
“Si Dios me hubiera evitado los sufrimientos, yo hubiera sido una obra de arte magnífica: seguro de ocupar un buen puesto en el concierto universal, hubiera esperado pacientemente a que me revelara sus designios y mí debilidad. Yo presentía la religión, la esperaba como un remedio. Si me la hubiera ocultado, la habría inventado yo mismo. Pero no me la negaron: educado en la fe católica, aprendí que el Todopoderoso me había hecho para su gloria: esto era mucho más de lo que yo podía soñar. Pero más tarde empecé a no reconocer, en ese Dios artesano que se me enseñaba, al que mi alma buscaba: me hacía falta un Creador y se me daba un Amo severo: los dos no eran más que uno, pero yo lo ignoraba.” (Las Palabras)
YO SOY MI LIBERTAD
Yo soy mi libertad es la gran afirmación del existencialismo de Sartre.
“Si, en efecto, la existencia precede a la esencia, ella no podrá jamás explicarse con referencia a una naturaleza humana determinada e inmutable; dicho de otra manera: no existen los determinismos, el hombre es libre, el hombre es la misma libertad. Por otra parte, si Dios no existe, tampoco existen valores u órdenes que legitimen nuestra conducta. Estamos solos, sin excusas. Esto es lo que quiero decir cuando afirmo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque él no se ha creado a sí mismo, y no obstante libre, porque una vez lanzado en el mundo es responsable de todos sus actos.”
Ninguna ley le inspira los actos que debe ejecutar:
“Si considero que tal acto es bueno, soy yo quien elige decir que este acto es bueno y no malo.”
El hombre es una pasión inútil
Que el hombre sea una pasión inútil se hace patente al negar Sartre todo sentido a la vida. El hombre tiene ilimitadas posibilidades de conocimiento, de ser, de libertad, etc. Pero al darles curso en su actividad, se topa con el absurdo, el sin sentido, la condenación, el abandono. La vida es una lucha contra el vacío, las puertas están cerradas, “el hombre es una pasión inútil”, “el infierno son los otros”.
“La palabra absurdo nace ahora de mi pluma; hace un rato, en el jardín, no la encontré pero tampoco la buscaba, no tenía necesidad de ella; pensaba sin palabras...El absurdo no era una idea en mi cabeza... Sin formular nada claramente, comprendía que había encontrado la clave de la existencia, la clave de mis náuseas, de mi propia vida. En realidad, todo lo que pude comprender después se induce a este absurdo fundamental...” (Sartre, La náusea, págs. 126.131).
Sartre modera después esta "inutilidad" del hombre. Urge al hombre para ir conquistando su libertad en victorias sucesivas. Pero no se aclara el existir, no encuentra metas finales al existir humano.
Contestación al amor cristiano
Sartre no cree en la posibilidad del amor cristiano. Al leer "El infierno son los otros", en su obra dramática Huis-clos, nos recuerda lo de: 'homo homini lupus' de Hobbes.
Pensar que podemos ser generosos, es una ilusión, salir de nosotros mismos para darnos, es imposible. "La relación fundamental con el otro hombre es el conflicto".
En L'Étre et le Néant, afirma que "amar no es otra cosa que el proyecto de hacerse amar". El hombre puede dominar al otro por el amor para apoderarse no sólo de su cuerpo, sino también de su subjetividad.
ALBERT CAMUS
Datos biográficos de Albert Camus
Camus nació en Mondovi (actualmente Drean, Argelia), el 7 de noviembre de 1913, y estudió en la universidad de Argel. Sus estudios se interrumpieron pronto debido a una tuberculosis. Formó una compañía de teatro de aficionados que representaba obras a las clases trabajadoras; también trabajó como periodista y viajó mucho por Europa. Durante la II Guerra Mundial fue miembro activo de la Resistencia francesa y de 1945 a 1947, director de Combat, una publicación clandestina.
Fue Premio Nobel de Literatura en 1957, Camus es una de las figuras más cercanas a nosotros, menos técnica que Sartre, pero que ha contribuido mucho a divulgar el existencialismo.
Albert Camus moría en 1960 en un accidente de automóvil sin completar su obra literaria.
Para Camus todo es absurdo
En su primera época no ve el sentido de la vida monótona de cada día. Todo lo ve absurdo, Así lo muestra en El extranjero (1942) y en El mito de Sísifo (1942 ).
El santo sin Dios
"Me rebelo, luego existo"... Esta rebeldía le ayuda a superar el absurdo. Su lema es santo sin Dios. Con ello quería decir que el sentido de la vida lo encuentra en la lucha contra el mal, en entregarse y hacer el bien a los demás.
"El mal es quien nos impulsa a creer en Dios como origen de todo; luchemos, al menos, contra el mal; creamos en el hombre." (La peste)
Camus muestra su solidaridad
Sobre todo en La Peste; protesta contra "la violencia que fue hecha al hombre" en la guerra de 1939-1945.
“El título de la obra tiene un cuádruple simbolismo: la epidemia física, la guerra y ocupación y el más profundo, el mal y el sufrimiento de los inocentes. El silencio de Dios le impide creer. Pero la duda está en Camus, y Sartre le reprocha no ser suficientemente ateo y de creer ocultamente en Dios.”
"El santo sin Dios" falta.
En La caída, Camus muestra este cambio donde manifiesta una ambigüedad. "El santo sin Dios" falla. En un momento difícil se ha encontrado sin fuerzas para el amor: la desgraciada cayó al río; él podría tirarse para salvarla y no fue capaz. Nos recuerda la actitud egoísta. El se encierra en el escepticismo sobre el amor del hombre y llega hasta a pensar en una actitud del hombre "de lobo para el hombre".
BERTRAND RUSSELL
Datos biográficos de Bertrand Russell
Filósofo y matemático británico cuyo énfasis en el análisis lógico repercutió sobre el curso de la filosofía del siglo XX. Nacido en Trelleck (Gales), el 18 de mayo de 1872, Russell estudió en el Trinity College de la Universidad de Cambridge. Tras graduarse en 1894, viajó a Francia, Alemania y Estados Unidos, y luego fue nombrado miembro del consejo de gobierno del Trinity College. Desde muy joven mostró un acusado sentido de conciencia social; al mismo tiempo se especializó en cuestiones de lógica y matemáticas, áreas de las que dio conferencias en muchas instituciones de todo el mundo.
En 1949 el rey Jorge VI le otorgó la Orden al Mérito. Russell recibió en 1950 el Premio Nobel de Literatura y fue calificado como "un campeón de la humanidad y de la libertad de pensamiento". Encabezó un movimiento a finales de la década de 1950 que exigía el desarme nuclear unilateral del Reino Unido y fue encarcelado a los 89 años tras una manifestación antinuclear. Murió el 2 de febrero de 1970.
Russell es un gran polemista contra la religión y el cristianismo
Uno de los mayores polemistas contra la religión y contra el cristianismo es Russell. Su filosofía es fundamentalmente naturalista, materialista y empirista3³; positivista y racionalista. A la filosofía occidental la tacha de deshonesta porque ha tratado de colocar al hombre como centro e intérprete del universo. Para él es más honesto, aunque difícil, optar por una postura escéptica que rechaza la superstición, "patrimonio de una época estúpida".
La fe de Russell es la fe en la ciencia
En su breve obra Por qué no soy cristiano (1927), afronta negativamente el tema del cristianismo. Así, nos dice que todos los argumentos para demostrar la existencia de Dios contienen errores, la persona y la obra de Cristo tienen graves defectos, la Iglesia ha sido rémora al progreso, la religión tiene un fondo emotivo. Es el trasfondo de todos sus escritos sobre materia religiosa.
La fe de Russell es fe en la ciencia no como saber, sino como dominio de la naturaleza y manipulación de la vida humana.
“La nueva ética que se está desarrollando gradualmente al mismo tiempo que la técnica científica no dejará campo alguno a la superstición cristiana del pecado y del castigo. La nueva ética impulsará a los individuos, que sufrirán por el bien público, sin sentirse obligada a comprobar que tal sufrimiento es digno de mérito”
Russell tiene cierta inclinación al comunismo
Aunque Russell siente cierta inclinación hacia el comunismo, teme que la concentración de poder político sacrifique la persona a la colectividad, y, en vez del amor, reine entonces la fría razón científica.
Russell es un gran polemista contra la religión y el cristianismo
Uno de los mayores polemistas contra la religión y contra el cristianismo es Russell. Su filosofía es fundamentalmente naturalista, materialista y empirista³; positivista y racionalista. A la filosofía occidental la tacha de deshonesta porque ha tratado de colocar al hombre como centro e intérprete del universo. Para él es más honesto, aunque difícil, optar por una postura escéptica que rechaza la superstición, "patrimonio de una época estúpida".
La fe de Russell es la fe en la ciencia
En su breve obra Por qué no soy cristiano (1927), afronta negativamente el tema del cristianismo. Así, nos dice que todos los argumentos para demostrar la existencia de Dios contienen errores, la persona y la obra de Cristo tienen graves defectos, la Iglesia ha sido rémora al progreso, la religión tiene un fondo emotivo. Es el trasfondo de todos sus escritos sobre materia religiosa.
La fe de Russell es fe en la ciencia no como saber, sino como dominio de la naturaleza y manipulación de la vida humana.
“La nueva ética que se está desarrollando gradualmente al mismo tiempo que la técnica científica no dejará campo alguno a la superstición cristiana del pecado y del castigo. La nueva ética impulsará a los individuos, que sufrirán por el bien público, sin sentirse obligada a comprobar que tal sufrimiento es digno de mérito”
Russell tiene cierta inclinación al comunismo
Aunque Russell siente cierta inclinación hacia el comunismo, teme que la concentración de poder político sacrifique la persona a la colectividad, y, en vez del amor, reine entonces la fría razón científica.
SIGMUND FREUD
Datos biográficos de Sigmund Freud
Sigmund Freud nació en Moravia, actual Checoslovaquia, en 1856, de padres judíos. Estudia Medicina, especializándose en neurología. Trabaja con Chercot en 1885. En Viena lleva intensa actividad: investigación y publicación de sus actividades clínicas y sobre el psicoanálisis. En 1900 publica La interpretación de los sueños. Cuando Hitler anexiona Viena en l938, Freud se refugia en Londres, donde muere de cáncer en la boca.
Expone sus ideas sobre la religión en tres obras: Tótem y tabú, 1913; El futuro de una ilusión, 1927; Moisés y el monoteísmo, 1939.
LA "RELIGIÓN, NEUROSIS COLECTIVA"
Su actitud hacia la religión
¿De dónde procede la actitud de Freud hacia la religión? Posiblemente sean motivaciones ajenas al psicoanálisis. En sus ensayos sobre la cultura aparece el tema religioso. Lo cierto es que no son pocos los prejuicios que tiene sobre el cristianismo.
Hay en la actitud de Freud hacia la religión, y hacia la Iglesia católica en particular, una evidente hostilidad que explica su alergia a informarse un poco mejor. Es especialmente penoso ver cómo Freud no contesta a su amigo el pastor Pfiser cada vez que éste le echa en cara su desconocimiento del cristianismo o hace profesión de evangelismo.
Su único amigo, íntimo y fiel, no consiguió que Freud diera audiencia al testimonio de un cristiano más auténtico de lo que Freud creía. (Crf. Albert Plé: Freud y la religión, BAC, pág. 140).
Origen de la religión según Freud
Repetidamente hace alusión Freud al tema del origen de la religión, generalmente, en sentido negativo. Ve la religión como una neurosis colectiva (Tótem y tabú), como una respuesta a las frustraciones, a la angustia, a la alienación social, como una satisfacción del sentimiento de culpabilidad, al miedo a la muerte, como solución al complejo de Edipo (religión del padre).
Amor y felicidad
Recogiendo un tema clásico, el de la búsqueda de la felicidad como finalidad de la vida, Freud piensa que es tarea de cada uno encontrar por sí mismo su propia felicidad, escogiendo dentro de sus posibilidades y adaptándose a las condiciones de esa búsqueda. Desde este punto de vista, nada bueno espera de la religión.
¿Será el amor capaz de traer la felicidad a los hombres?, se pregunta Freud. En su opinión, solamente una "pequeña minoría" es la que llega a esa meta por ese camino. Entre estas personas coloca a San Francisco de Asís.
“Queda reservado a una insignificante minoría (de los hombres) y esto gracias a su constitución, el lograr la felicidad por el camino del amor. Mas, para ello, es indispensable someter la función amorosa a profundas modificaciones de orden psíquico. Estas personas Se independizan del atractivo del objeto por medio de una transferencia de valor; esto es, atrayendo hacia su propio amar el acento que inicialmente había aplicado al hecho de ser amados, con lo que se protegen de la pérdida de la Persona amada, tomando ahora como objeto de su amor no ya a seres determinados, sino a todos los seres humanos en la misma medida, y evitan las peripecias y decepciones inherentes al amor genital, apartándose de su finalidad genital y convirtiendo los impulsos instintivos en un sentimiento con "finalidad inhibida". La vida interior que por tales medios curan, con esa ternura, ese imperturbable sosiego, esa independencia de que goza su sensibilidad, pese a tener su origen en la vida amorosa genital, ya no presenta al exterior gran parecido con las agitaciones y tormentas de esta pasión. San Francisco de Asís es, tal vez, quien se ha adentrado más en esta senda de la utilización total del amor para todo aquello que conduce al goce de la felicidad interna.”
Para Freud lo sexual siempre está presente
Freud nos da una visión menos pesimista que Sartre, pero queda todavía muy lejos del cristianismo. El eros freudiano es el instinto de la vida opuesto al instinto de la muerte, “thánatos”. Siempre está presente en la base sexual, aunque más generoso que en Platón.
Las formas de amor de Freud no llegan al ágape cristiano, porque rechazan la universalidad de las mismas. En el malestar de la cultura en la sociedad actual, surge el hecho de tener que reprimir nuestra sexualidad. Freud dice que la experiencia de lo sexual, con respecto al amor, es la más grande de las satisfacciones y sólo renunciando a ellas ha podido el hombre construir la familia, las relaciones, el trabajo, toda la cultura.
Para Freud el amor no es universal
Freud pone en seguida objeciones a esta visión del amor como fuente de felicidad.
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La primera de ellas es que este aspecto escapa a la capacidad de todos los hombres.
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La segunda, que "un amor de esta naturaleza, que no hace discriminación, se me antoja que pierde parte de su valor, por ser injusto para con su objeto".
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Muchas son las dificultades que se le presentan para aceptar este "amor universal". No le parece "razonable" que se ame a un extraño.
“Mi amor es algo muy precioso que no puedo gastar dándolo a todos; sólo es para algunos. ¿Por qué amar a todos los hombres, si a veces son malos, son mis enemigos? Un mundo de amor todo para todos no es comprensible humanamente.”
Después recuerda al "homo homini lupus" de Hobbes y añade:
“Sería mejor que no tuviéramos experiencias de esto, pero ésa es la dura realidad; hay que reconocerlo.”
VALORACIÓN
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Freud es un revolucionario de la comprensión del hombre
Freud es un revolucionario en la comprensión y trato del hombre. Ha renovado profundamente la idea que el hombre se hace del hombre y con ello las posibilidades de respeto mutuo. La comprensión de la complejidad de los móviles de la conducta nos puede llevar a cumplir el "no juzguéis" evangélico. Al mismo pueden quedar abiertos caminos de una moral de liberación.
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Freud tiene muchos prejuicios contra la religión
"Nunca concibió Freud, no ya el hecho, pero ni siquiera la hipótesis, de que un creyente, como tal creyente, pudiese llegar a la madurez humana." (A. Plé). Freud actúa con muchos prejuicios contra la religión, sobre todo contra la Iglesia. Su amigo, el pastor Pfister, le reprocha el que nunca haya dedicado tiempo a estudiar con seriedad el cristianismo.
Las distintas situaciones de su vida - obligado a cambiar de residencia, persecución por ser judío, ateísmo manifiesto, etc.- influyeron en su postura negativa hacia la religión.
En este mismo sentido, Rof Carballo -"Freud y la religión"-, entre otros, es de la opinión de que "su explicación sobre el asesinato del padre" es un reflejo de la situación personal que Freud vivía al desintegrarse el grupo de colaboradores por los años de 1911-1914.
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El “humanismo” de Freud deja al hombre sin trascendencia
Contrasta el "humanismo" más "humilde" de Freud con los sueños de grandeza de Nietzsche. Pero por su ateísmo y materialismo deja al hombre sin trascendencia, sin el gozo de la esperanza. Eso unido al empeño de Freud en ver al hombre como enfermo - influjo de su trabajo clínico -, hace que aparezca un cierto pesimismo en la concepción freudiana del hombre.
HERBERT MARCUSE Y ERICH FROMM
Datos biográficos de Herbert Marcuse y de Erich Fromm
Marcuse y Fromm son discípulos de Freud: Nacidos en Alemania, desarrollan su labor en EE.UU. Los dos son marxistas en una acepción libre. En sus libros Eros y civilización y El arte de amar, publicados en 1955, atacan duramente a la civilización de consumo y. postulan una humanidad más libre en el amor. Difieren notablemente de Freud en algunas ideas. La herencia marxista muy liberada, a través de las ideas de Feuerbach, los hace sensibles a la sociedad universal y a la posibilidad del amor. En la principal obra de Fromm, El miedo a la libertad (1941), hace una fuerte crítica hacia la religión por considerar que esclaviza a los hombres, aunque son ellos quienes la buscan.
CONCLUSIÓN
Las diferentes teorías estudiadas difieren respecto a la determinación de qué es el hombre, pero todas están de acuerdo en considerar que no hay realidad superior a él, fuera de la naturaleza misma de la que él es la parte más avanzada.
Por eso rechazan la existencia en el hombre de una doble realidad material y espiritual. El espíritu para ellos es una manifestación de la materia. Sus derechos y su dignidad la obtienen no de alguien superior sino de sus propias facultades o del consentimiento del grupo social, en representación de la humanidad.
A menudo, cuando se han deshecho de Dios, se encuentran que han caído bajo la tiranía de una humanidad abstracta representada por unos pocos hombres muy concretos.
Después de haber hecho un recorrido por los principales "humanismos" podríamos preguntarnos, para concluir, por la clave del humanismo cristiano. La contestación podría ser ésta: "el hombre como ser capaz de amar", y esto en doble dimensión: vertical y horizontal. El concilio Vaticano II, en el núm. 38 de la Gaudium et spes, nos señala esta doble dimensión:
“El Verbo de Dios, por quien fueron hechas todas las cosas, hecho Él mismo carne y habitando en la tierra, entró como hombre perfecto en la historia del mundo, asumiéndola y recapitulándola en sí mismo. Él es quien nos revela que Dios es amor, a la vez que nos enseña que la ley fundamental de la perfección del mundo, es el mandamiento nuevo del amor. Así pues, a los que creen en la caridad divina, les da la certeza de que abrir a todos los hombres los caminos del amor y esforzarse por instaurar 1a fraternidad universal no son cosas inútiles.”
Según el cristianismo, Dios y el hombre encuentran su centro en el amor. Sintetizándolo, podríamos decir: El hombre es hermano del hombre, porque es hijo de Dios.
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Feuerbach lo define: el hombre es dios del hombre.
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Hobbes: el hombre es lobo para el hombre.
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Sartre dirá que el hombre es infierno para el hombre.
¿Dónde está la originalidad del amor cristiano? La originalidad está en poner el ágape en el centro de la concepción religiosa. La ley y los profetas son el amor al prójimo. "No digas que amas a Dios a quien no ves, si no amas a tu prójimo a quien ves." La exigencia de este amor no tiene límites.
Pero un amor así, ¿es humano?, ¿no es sólo sobrenatural? Hemos visto a Freud, Marcuse, Sartre, etc., contestando a este amor cristiano; es incomprensible para ellos. Tratan de reducirlo a eros, no a ágape.
“Resultaría muy duro inducir el hombre simplemente al eros. El hombre ha buscado, ha intuido la posibilidad de algo más generoso. (La filia griega en una amistad entre pocos; el cristianismo trajo la amistad universal.) Sería más exacto decir que el hombre es eros, pero un eros que busca llegar a ser ágape. Dios se nivela al hombre como el ágape puro a través de la Encarnación y de la gracia. El hombre, para matizar esta vocación al ágape (vocación propia de, su naturaleza), no podrá realizarla por sí solo, necesita de Dios. Me parece que esta concepción de la teología católica, en la que lo natural y lo sobrenatural se relacionan, es la más exacta.”(J. G. Caffarena, Apuntes)
BIBLIOGRAFÍA
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La Biblia
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CONCILIO VATICANO II, Presidido por Pablo VI:
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Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual (Gaudium et Spes, 7 de diciembre de 1965)
-
Contitución dogmática sobre la divina Revelación (Lumen Gentium, 11 de noviembre de 1964)
-
Enciclopedia Microsoft Encarta 98
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La Peste, Albert Camus
-
El Extranjero, Albert Camus
-
El arte de amar, Erich Fromm
-
El miedo a la libertad, Erich Fromm
-
Así habló Zarathustra, Friedrich Nietzsche
-
El Anticristo, Friedrich Nietzsche
-
Más allá del bien y el mal, Friedrich Nietzsche
-
El ser y la nada, Jean-Paul Sartre
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Las Moscas, Jean-Paul Sartre
-
El Manifiesto Comunista, Karl Marx
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Tótem y tabú, Sigmund Freud
ÍNDICE
Introducción................................................................ 1
Definición de ateísmo................................................. 1
El ateísmo en sus diversas formas.............................. 1
El ateísmo sistemático................................................ 2
Remedios para el ateísmo........................................... 3
Principales exponentes del ateísmo
Hegel y Feuerbach................................................ 6
Marx...................................................................... 9
Nietzsche............................................................... 12
Sartre y Camus...................................................... 14
Russell................................................................... 16
Freud..................................................................... 17
Marcuse y Fromm................................................. 18
Conclusión.................................................................. 20
3 Doctrina psicológica y epistemológica que no reconoce en el conocimiento ningún elemento que no proceda de la experiencia interna (reflexión) o externa (sensación); v. sensualismo. Es decir, frente al racionalismo y al innatismo, afirma que todos los contenidos del conocimiento, todos los conceptos, incluso los más generales y abstractos, proceden únicamente de la experiencia y que ésta es su única base de valor.
Ignacio J. P. Neri
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Enviado por: | Nacho Neri |
Idioma: | castellano |
País: | España |