Filosofía y Ciencia


Evolución y Cultura


Evolución y cultura

Cuando hablamos de lo natural del ser humano nos estamos refiriendo al proceso de “Hominización”. En cambio cuando hablamos de lo cultural del ser humano, nos referimos al proceso de “Humanización”.

HOMINIZACIÓN

Se puede definir como el proceso de evolución que determinó la aparición del ser humano a partir de los homínidos que le precedieron y que se supone, se inició hace unos 5 millones de años al finalizar el período Terciario. Es decir, un desarrollo biológico de la especie Homo sapiens sapiens, los seres humanos. La teoría de la evolución humana se basa en un gran número de huesos y dientes fósiles hallados en diversos lugares de África, Europa y Asia. Durante la hominización las zonas geográficas habitadas por nuestros antecesores crecieron en extensión.

En el proceso hominizador, contribuye necesariamente el aumento del cerebro. Para poseer un cerebro más voluminoso, es necesario poseer un cráneo más desenvuelto, y un animal a cuatro patas no podría soportar ese peso, por lo que el aumento de tamaño del craneo va íntimamente ligado a la postura bípeda. El desenvolvimiento cerebral se vio también favorecido por la disminución del tamaño de la mandíbula y de sus músculos, permitiendo el aumento del cerebro.

Nuestros antepasados.

1. En primer lugar tenemos a los Primates que son especies que presentan una serie de adaptaciones que indican un origen arborícola (habitantes de los árboles). Existen aproximadamente unas 185 especies de primates en la actualidad, que estarían clasificados en los subórdenes de los prosimios y los antropoides.

Los primates aparecieron hace 60 millones de años.

Dentro de los primates hay dos grandes familias:

1.1 Los Prosimios: denominados primates inferiores, conservan más características propias de los mamíferos primitivos (las garras, hocico alargado y los ojos situados lateralmente en la cara) que las que conservan los primates antropoides superiores.

1.2 Los antropoides: incluye a los monos, simios y humanos, son en su mayoría más grandes que los prosimios, son de hábitos diurnos en lugar de nocturnos. Poseen características de primates, como un rostro más acortado, ojos frontales, y un cerebro mayor y más complejo.

Dentro de los antropoides, tenemos:

1.2.1 Los Monos del viejo mundo: como puede ser los Catarrinos, son los que tienen las fosas nasales juntas (África y Asia).

1.2.2 Los Monos del nuevo mundo: son por ejemplo los Platirrinos se caracterizan porque las fosas nasales están separadas (América).

1.2.3 Los Hominoides: es una superfamilia catarrina de simios y humanos, presenta una serie de adaptaciones, como la capacidad de colgarse y balancearse de los brazos y con adaptaciones para poder vivir en el suelo.

Dentro de los hominoides, tenemos:

1.2.3.1 Los Póngidos: como por ejemplo el Orangután: que son grandes simios restringidos a Borneo y Sumatra. Son arborícolas y al desplazarse lo hacen a cuatro patas, con los puños cerrados.

1.2.3.2 Los Homínidos: se les llama a las formas fósiles de principios del Terciario, más o menos diferenciadas que han dado lugar al hombre actual. Descienden de la familia de los antropoides, tuvieron un gran desarrollo cerebral y las extremidades posteriores adaptadas para la marcha en el suelo (bípedos). Surgieron en el Pleistoceno.

La posición bípeda.

Provocó una serie de modificaciones en la columna vertebral, pelvis y piernas... pie no prensible, mejor adaptado para el desplazamiento; columna vertebral con curvatura idónea para mantenerse de pie; piernas aptas para mantenerse en pie y soportar grandes caminatas; cuello especializado para mantener una cabeza grande.

Todo esto le aporta a los homínidos:

- Mejor control del terreno, extendiendo el campo visual.

- Mayores oportunidades en la recogida de frutos para comer.

- Incremento de vínculos sociales, y familiares: división de los quehaceres entre el macho y la hembra. Macho búsqueda de alimento, hembra cuida a los hijos.

- Relación particular más estrecha

Pero lo más importante de todo es la liberación de las manos.

Dentro de los homínidos, tenemos:

1.2.3.2.1 Los Gorilas.

1.2.3.2.2 Los Chimpancés.

1.2.3.2.3 Los Australopithecus: familia de los homínidos. Vivieron hace aproximadamente 4 millones de años. Perteneciente a la línea evolutiva de los seres humanos, tenían una capacidad craneal de hasta 600 cm3, mandíbula robusta y sin mentón, arcos superciliares muy acentuados y eran de baja estatura. Podemos destacar a: Australopithecus afarensis, Australopithecus Africanus y Australopithecus robustus.

1.2.3.2.4 Los Homo: género de primates caracterizados por un desarrollo considerable de la postura erguida, el aumento de la capacidad cerebral y el notable dimorfismo.

Los Homo

1. El Homo Habilis: vivió entre hace 3 y 1,5 millones de años y pertenece al grupo de los Australopithecus. Se denomina Homo Habilis por encontrarse asociado a sus restos herramientas de piedra muy primitivas que se conocen con el nombre de cultura del guijarro. Tenía una capacidad craneal de 690 a 790 cm3.Su mandíbula y su dentición eran muy parecidas a las del hombre actual, también la estructura de sus manos. Destaca el desarrollo de habilidades como fabricación organizada de instrumentos, un sistema de comunicación y una organización social.

2. El Homo Erectus: vivió desde hace 1,5 millones de años hasta unos 1.000.000 años. De marcha totalmente erguida, poseía una capacidad craneal de 750-1200 cm3, dentición robusta, pero poco especializada. Representa una etapa muy importante y larga en la historia de los homínidos. Consiguió un gran desarrollo de las herramientas (hachas de mano) respecto a sus antecesores. También la aparición y difusión de la caza mayor y el dominio del fuego.

3. El Homo Sapiens: surgió hace 250.000-150.000años. Se caracteriza por su elevada capacidad craneal (alrededor de 1500cm3) y por el mentón diferenciado de modo claro. Desarrolló la técnica del lenguaje social. También descubren su valor como individuo (autoconciencia), y también el desarrollo del arte que tiene lugar en el Paleolítico superior. Dio lugar a las diferentes razas humanas actuales. Podemos nombrar por ejemplo al Homo Sapiens primitivo y a los Neandertales.

'Evolución y Cultura'
4. El Homo Sapiens Sapiens: hombres modernos. Entre los que incluimos al hombre actual y sus más inmediatos antecesores, algunos de los más conocidos de éstos últimos son los cromañones, que sobrevivieron hasta hace pocos miles de años y según todo parece indicar ya estaban especializados en razas. Los hombres modernos reemplazaron bruscamente a los Neandertales hace unos 35.000 o 40.000 años. Elaboró arpones, agujas, adornos como collares de dientes y de conchas. Expresiones artísticas en cuevas.

El hombre

Los seres humanos nacen con un nivel de desenvolvimiento inferior al resto de los primates, y además su crecimiento y maduración es más lento. El recién nacido humano no puede estar de pie, ni andar, pues su estructura no es todavía adecuada: la columna vertebral no alcanzó todavía su estructura, la pelvis no sirve para soportar el peso del cuerpo. Tampoco es capaz de darse a entender, porque no dispone de los elementos de comunicación necesarios.

Las diferencias que hay entre el ser humano y el resto de las especies son cuantitativas.

Los rasgos que nos definen como humanos son el hablar, pensar y otros no se adquieren si no vivimos en un medio social que nos enseñe esas habilidades. Nacer con un nivel de desenvolvimiento bajo y madurar lentamente permitirá esta dependencia social fundamental para convertirnos en humanos. En cuanto a la alimentación, fueron cambiando progresivamente a medida que avanzaba el proceso de hominización. Un momento importante fue cuando empezamos a dominar el fuego, que significó hacer más digeribles los alimentos y ampliar la gama de alimentos que se podían comer, así nos fuimos convirtiendo en una especie omnívora, capaz de colonizar prácticamente todos los hábitats del planeta.

HUMANIZACIÓN

Una vez hemos hablado de lo que es la “Hominización”, vamos a pasar a hablar de la “Humanización”. Estos dos procesos se van desarrolando a la vez:

Vamos a empezar por decir que la “Humanización” es un proceso que consiste en un conjunto de transformaciones que afectan a las relaciones con el medio, con los congéneres y a la comunicación. Este proceso se produjo gracias a que surgió y se desarrolló la cultura.

Cuando el proceso de Humanización se inició se inventaron las herramientas de piedra, de ello hace más de 2,5 millones de años, cuando nuestro espacio vital se circunscribía a África. Hace 1,5 millones de años llevamos a cabo una gran revolución técnica al inventar las hachas de mano, instrumentos versátiles y capaces de desplegar mucha energía con eficacia, además de las armas arrojadizas, que nos permitieron matar a distancia.

El desarrollo del cerebro ofrece al ser humano la capacidad de razonar, genera la razón, como el elemento que marca la diferencia entre las culturas, transforma así sus costumbres, obligándolo incluso a establecerse, a construir comunidades, haciendo necesario el desarrollo de medios para la comunicación, intercambio, y comercio, y obligándolo al establecimiento de medios para la transferencia a otros individuos de sus vivencias, para construir así su historia.

El hombre a través de la historia ha plasmado sus inquietudes utilizando la tecnología a su alcance. La tecnología ha permitido al hombre realizar sueños imposibles, ha transformado las civilizaciones dejando resultados a favor y en contra, ha facilitado las herramientas de comunicación, como también ha generado marcadas diferencias entre las naciones y por consiguiente en los seres humanos, obligándonos incluso a reflexionar sobe el impacto de la tecnología en el hombre y su devenir.

El ser humano heredó una tendencia comunicativa y desarrolló una capacidad fónica como no la tenía ningún animal hasta el momento, fue desde su inicio un animal comunicativo y finalmente parloteador con una gran carga de transmisión social de aprendizaje.

Lo más característico de lo humano es la sociabilidad o el lenguaje, o la transmisión de experiencia, y también es ser y hacer el sentido del mundo. La comunicación es muy importante, ya que al comunicarse todos con todos se produjo un aprendizaje colectivo basado en la repetición de fenómenos naturales que por casualidad sucedían ante su presencia.

LA REVOLUCIÓN NEOLÍTICA

En Oriente próximo, después de la última glaciación, en torno al 8000 a.C., se inicia un proceso que cambiará los sistemas de caza y recolección de alimentos silvestres, para pasar a dominar la reproducción de cierto tipo de animales y plantas (domesticación). El Neolítico es un proceso lento, por lo que no se puede hablar de revolución como un gran cambio en un período de tiempo relativamente pequeño, sino por la importancia de los cambios que se produjeron en este período. El conjunto de cambios que se dan en este período es lo que se denomina “Revolución Neolítica”. Este proceso tiene dos vertientes, la biológica (domesticación) y la económica (sistemas de gestión).

La sociedad cazadora dio paso a una sociedad de producción, con la aparición de la agricultura; por ello, los homínidos se trasladaron a las riberas fluviales para buscar un clima favorable a los cultivos, por ello las primeras poblaciones conocidas las encontramos en Oriente próximo (Tigris, Éufrates…).

Hay ciertos rasgos característicos que nos permiten reconocer e identificar el neolítico.

. Prosigue el uso de la cerámica y de la piedra pulimentada.

. La economía de producción va desplazando a la de depredación, que se convierte en una actividad complementaria.

. Surgen lugares destinados a tareas especificas, hay una división del trabajo. Así se encuentran zonas destinadas a la cestería, a la cerámica, etc…

. La aldea facilita la experimentación, dentro de la agricultura y la ganadería, debido a la seguridad y protección que reporta.

. Se forman sociedades igualitarias.

. La vida en comunidad provoca la proliferación de enfermedades epidémicas.

LA CULTURA

El término cultura, en antropología, se refiere tradicionalmente al conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a un grupo social humano, e incluye elementos tales como la tecnología, el lenguaje y el arte. El comportamiento cultural humano depende de la transferencia social de información de una generación a la siguiente, lo que a su vez depende de un sistema sofisticado de comunicación como el lenguaje.

Con frecuencia se ha utilizado el término cultura para distinguir el comportamiento humano del de otros animales. No obstante, algunos animales no humanos también parece que tienen formas de comportamiento cultural aprendido. Por ejemplo, grupos de chimpancés utilizan diferentes técnicas para capturar termitas con palos para alimentarse. Asimismo, en algunas regiones los chimpancés utilizan piedras o trozos de madera para partir nueces. Existen chimpancés en otras regiones que no practican este comportamiento, aunque tengan bosques con árboles similares y dispongan de materiales para fabricar utensilios. Estas diferencias regionales se parecen a las tradiciones que el hombre pasa de generación en generación. Las costumbres son un aspecto fundamental de la cultura y los paleoantropólogos asumen que los homínidos primitivos también tenían algún tipo de tradiciones.

Sin embargo, los humanos modernos difieren de otros animales y probablemente de muchas especies humanas primitivas en la capacidad de transmitir sus conocimientos de forma activa unos a otros. El hombre también precisa un periodo excepcionalmente largo de aprendizaje antes de llegar a adulto, y tiene la capacidad física y mental del lenguaje. El lenguaje en todas sus formas —hablado, por signos o escrito— proporciona un medio de comunicación de enormes cantidades de información, muy superior a lo que cualquier animal parece poder transmitir a través de gestos y vocalizaciones.

Los científicos han seguido la evolución de la conducta cultural humana a través del estudio de restos arqueológicos tales como utensilios o residuos carbonizados de alimentos cocinados. Estos objetos muestran que durante gran parte de la evolución humana la cultura se ha desarrollado con lentitud. Durante el paleolítico, o edad de piedra, las técnicas básicas para fabricar utensilios de piedra variaron muy poco durante periodos de más de un millón de años.

Los fósiles humanos también proporcionan información sobre la forma de evolución de la cultura y los efectos que ésta ha tenido en la vida humana. Así, por ejemplo, durante los últimos 30.000 años la anatomía del ser humano sólo ha experimentado un cambio importante: los huesos del esqueleto se han reducido mucho en cuanto a tamaño y espesor. Las innovaciones en la fabricación y el uso de utensilios y en la obtención de alimentos —como resultado de la evolución cultural— pueden haber llevado a formas de vida más eficaces y que requieren un esfuerzo físico menor, lo que habría dado lugar a cambios en la estructura ósea.

La cultura ha desempeñado un papel fundamental en la evolución del Homo Sapiens. En los últimos 60.000 años el ser humano ha emigrado para colonizar casi todas las regiones del mundo como, por ejemplo, pequeños archipiélagos o los continentes de Australia y las Américas. Estas migraciones dependieron del desarrollo de aspectos tales como el transporte, los utensilios de caza y pesca, los refugios y la indumentaria. En los últimos 30.000 años la evolución cultural se aceleró de forma sorprendente. En el registro arqueológico este cambio se observa en la rápida expansión de los diferentes tipos de utensilios de piedra y de las técnicas de fabricación de los mismos o en las obras de arte y en los indicios de evolución religiosa como, por ejemplo, los enterramientos. Hace 10.000 años el ser humano comenzó por primera vez a recolectar y cultivar granos y a domesticar animales —cambio fundamental en la relación ecológica entre el ser humano y otros seres vivos de la Tierra. El desarrollo de la agricultura proporcionó al hombre mayor cantidad de alimentos y mayor estabilidad en su abastecimiento, permitiendo así la aparición de las primeras civilizaciones. Actualmente, la cultura —y particularmente la tecnología— dominan la vida humana.

Los paleoantropólogos y los arqueólogos han estudiado los aspectos más significativos de la evolución de la conducta cultural humana como, por ejemplo, la evolución de la vida social, la subsistencia (adquisición y producción de alimentos), la fabricación y el uso de herramientas, la adaptación al medioambiente, el pensamiento simbólico y su expresión a través del lenguaje, el arte y la religión y el desarrollo de la agricultura y la aparición de las civilizaciones.

Vida social.

La mayoría de las especies de primates, incluidos los simios africanos, viven en grupos sociales de diferente tamaño y complejidad. Dentro de los grupos, los individuos a menudo tienen papeles multifacéticos de acuerdo con su edad, sexo, estatus, habilidades sociales y personalidad. El descubrimiento en 1975 en Hadar, Etiopía, de un grupo de varios individuos Australopithecus afarensis que habían fallecido juntos hace 3,2 millones de años parece confirmar que los homínidos primitivos vivían ya en grupos sociales. Los científicos han denominado a esta colección de fósiles La primera familia.

Uno de los primeros cambios físicos en la evolución de simios a humanos —la reducción del tamaño de los caninos en el macho —indica asimismo un cambio en las relaciones sociales. Los simios machos a veces utilizan sus grandes caninos para amenazar (o a veces luchar con) otros machos de su especie, normalmente para acercarse a las hembras o luchar por territorios o alimentos. La evolución de los caninos pequeños en los australopitecinos implica que los machos o bien habían desarrollado otros métodos de amedrantamiento o se habían hecho más cooperativos. Además, tanto las hembras como los machos tenían caninos pequeños, lo que indicaba una reducción del dimorfismo sexual con respecto a los simios. Sin embargo, aunque en los australopitecinos disminuyó el dimorfismo sexual en cuanto a tamaño de los caninos, los machos todavía eran mucho más grandes que las hembras. Así, los australopitecinos machos puede que compitieran de forma agresiva entre sí basándose puramente en su tamaño o fuerza. Hasta mucho tiempo después puede que la vida social humana no comenzara a diferenciarse mucho de la de los simios.

Los científicos piensan que algunos de los cambios más significativos que posibilitaron el paso de la vida social simiesca a la típicamente humana tuvieron lugar en especies del género Homo, cuyos miembros muestran un dimorfismo sexual todavía menor. Estos cambios, que debieron tener lugar en diferentes momentos, incluyen un prolongado tiempo de maduración de los recién nacidos que comprende un periodo posterior durante el cual éstos requieren un intenso cuidado por parte de los progenitores, vínculos especiales que llevan a un macho y una hembra a compartir actividades y aparearse, lo que recibe el nombre de emparejamiento y la focalización de la actividad social en un campamento o refugio seguro situado en un lugar especial conocido por miembros del grupo o de la familia.

Cuidados paternales.

El ser humano, aunque tiene un cerebro grande, requiere, sin embargo, un periodo prolongado de desarrollo posterior al nacimiento y durante su primera infancia ya que su cerebro tarda bastante tiempo en madurar. Dado que el cerebro del australopitecino no era mucho mayor que el de un chimpancé, algunos científicos piensan que los homínidos primitivos tenían una velocidad de crecimiento más parecida a la de los simios y mucho más rápida que la del hombre moderno. Esta hipótesis está apoyada por estudios de fósiles de australopitecino en los que se ha analizado el desarrollo de la dentición que es un buen indicador del desarrollo general del cuerpo.

Además, el cerebro humano va aumentando a medida que el feto se va desarrollando, de forma que la mujer debe dar a luz en una fase temprana del desarrollo del bebé para que su cabeza pueda pasar por su conducto pélvico. Así, los bebés humanos requieren un largo periodo de cuidados hasta alcanzar una fase de desarrollo a partir de la cual ya reducen la dependencia de sus padres. Al contrario de lo que ocurre con la mujer moderna, la australopitecina podía dar a luz a un bebé en una fase avanzada de desarrollo porque su cráneo podía pasar perfectamente por su conducto pélvico. La necesidad de dar a luz en una fase temprana del desarrollo del feto —lo que requiere un periodo posterior prolongado de cuidados al recién nacido— puede haberse iniciado hacia la época del Homo medio con la especie Homo ergaster que tenía un cerebro claramente mayor que el de los australopitecinos y un conducto pélvico estrecho.

Emparejamiento.

El emparejamiento, normalmente de duración bastante breve, tiene lugar en diferentes especies de primates. Algunos científicos piensan que en el ser humano se desarrollaron vínculos más prolongados al comenzar a compartir cada vez más los alimentos. Entre los primates, los humanos presentan un comportamiento diferente a la hora de compartir alimentos. El hombre retrasa la ingestión de los mismos hasta no haber vuelto al punto de reunión de los demás miembros de su grupo social. Esta forma de repartición puede haber surgido al mismo tiempo que la necesidad de atender durante un tiempo prolongado a los recién nacidos, probablemente hacia la época del Homo ergaster. El macho, al dedicarse a una única hembra y compartir alimentos con ella, podía aumentar las posibilidades de supervivencia de su prole.

Campamentos.

El ser humano vivió como cazador-recolector durante millones de años. Los miembros del grupo se iban desplazando por el territorio para recolectar los alimentos en el momento y en el lugar donde se encuentran disponibles. Hoy día, los pueblos que practican esta forma de subsistencia —tales como el pueblo San en el desierto de Kalahari al sur de África— también establecen campamentos centrales u hogares y dividen el trabajo entre hombres y mujeres. Las mujeres recolectan alimentos vegetales y animales, mientras que el hombre asume la tarea de cazar, a menudo con menos éxito. Los hombres y las mujeres de la familia juntan sus alimentos para compartirlos en el campamento. Éste —que también se utiliza como refugio para criar a los hijos y cuidar a los enfermos y a los ancianos— puede haberse desarrollado por primera vez en la época del Homo medio hace unos 1,7 millones de años. Sin embargo, la primera evidencia de hogares y refugios —comunes a todas los campamentos modernos— data de hace sólo 500.000 años. Así, puede que hasta una época tardía de la evolución humana no se haya desarrollado una forma moderna de vida social.

La evolución de la conducta cultural está directamente relacionada con el desarrollo del cerebro humano y en especial de la corteza cerebral, la parte del cerebro que hace posible el pensamiento abstracto, las creencias y la expresión a través del lenguaje. Los seres humanos se comunican mediante símbolos, referencias a objetos, ideas y pensamientos que transmiten un significado y que no tiene por qué tener relación formal con el símbolo. Por ejemplo, una palabra —un tipo de símbolo— por lo general no está directamente relacionada con el objeto o la idea que representa, es un concepto abstracto. El mundo de habla hispana utiliza el término león para referirse a un determinado animal, pero no porque este felino se parezca a las letras l-e-ó-n, sino porque estos símbolos juntos tienen un significado preestablecido y aceptado por nuestra cultura.

El ser humano también puede pintar cuadros abstractos o interpretar piezas de música que evoquen emociones o ideas, aunque las emociones o las ideas no tengan forma o sonido. Además, puede imaginar o creer en seres o poderes sobrenaturales —conceptos abstractos que simbolizan sucesos del mundo real tales como la creación de la Tierra, el Universo, el tiempo o la curación de los enfermos. Así, el pensamiento simbólico se encuentra en el corazón de las tres características claves de la cultura humana moderna: el lenguaje, el arte y la religión.

Lenguaje.

En el lenguaje el ser humano puede unir de forma creativa palabras para formar una infinidad de frases —cada una de ellas con un significado distinto— de acuerdo con una serie de reglas o gramática. El lenguaje permite comunicar conceptos complejos o intercambiar información sobre eventos pasados y futuros, objetos que no están presentes o conceptos filosóficos o técnicos complejos.

El lenguaje confiere al ser humano enormes ventajas para su adaptación como, por ejemplo, la capacidad de planificar el futuro, de comunicar la ubicación de alimentos o de peligros a otros miembros de un grupo social o de contar historias que unen a un grupo, tales como mitologías o cuentos. Sin embargo, las palabras, las frases y los lenguajes no pueden ser conservados como los huesos o los utensilios, de forma que la evolución del lenguaje es uno de los temas más difíciles de ser investigados por la ciencia.

Parece que el hombre moderno tiene un instinto innato para el lenguaje. En condiciones normales resulta casi imposible para una persona no desarrollar un lenguaje y los humanos de todas partes del mundo pasan por las mismas fases de aprendizaje casi en las mismas edades. El hombre parece tener una información genética innata para desarrollar y aprender nuevos lenguajes.

Esta capacidad depende de la compleja estructura del cerebro que tiene numerosas áreas interconectadas y específicamente dedicadas al desarrollo y al control del lenguaje. La complejidad de las estructuras cerebrales precisas hace pensar que tal vez fuera necesario un largo periodo de tiempo para su evolución. Aunque a los paleoantropólogos les gustaría saber en qué momento evolucionaron estas importantes partes del cerebro, el interior de los cráneos humanos primitivos no permite obtener información suficiente como para aclarar esta cuestión.

Algunos científicos piensan que ya los primeros australopitecinos tenían cierta habilidad para comprender y utilizar símbolos. La defensa de esta hipótesis se basa en estudios realizados con chimpancés. Sin embargo, parece que el lenguaje —así como el arte y los rituales religiosos— sólo se convirtieron en aspectos vitales de la vida humana en los últimos 100.000 años, especialmente dentro de nuestra propia especie.

Arte.

El ser humano también expresa el pensamiento simbólico mediante diferentes formas de arte como la pintura, la escultura y la música. El objeto más antiguo conocido con un posible valor simbólico y artístico data de hace unos 250.000 años y procede del yacimiento de Berekhat Ram en Israel. Los científicos han interpretado este objeto, una figura esculpida en una pequeña pieza de roca volcánica, como una representación del contorno de un cuerpo femenino. Entre los escasos posibles objetos de arte del periodo comprendido entre hace 200.000 y 50.000 años, procedentes del oeste de Europa y atribuidos normalmente al hombre de Neandertal, se encuentran dos colgantes sencillos —un diente y un hueso con agujeros taladrados— y varios fragmentos estriados o pulidos de dientes y huesos.

En yacimientos de hace más de 400.000 años se han encontrado fragmentos de pigmentos rojos y negros que pueden haber sido utilizados para decorar el cuerpo u objetos perecederos tales como utensilios de madera o indumentaria confeccionada con pieles de animales, aunque esta evidencia no ha llegado hasta nuestros días. Pruebas del uso sofisticado de pigmentos para fines simbólicos —tales como rituales religiosos— sólo se ha encontrado en restos de hace unos 40.000 años. Del inicio de este periodo se han hallado diferentes tipos de lápices de cuidadosa factura que se utilizaban para pintar así como evidencias de que el ser humano quemaba pigmentos para fabricar diferentes colores.

El ser humano comenzó a crear y utilizar objetos simbólicos avanzados hace entre unos 50.000 y 30.000 años. Gran parte de este arte parece haber sido utilizado en rituales —posiblemente ceremonias para pedir a los espíritus éxito en la caza. El registro arqueológico muestra un enorme florecimiento del arte en el periodo comprendido entre hace 30.000 y 15.000 años. Durante este periodo el ser humano se adornaba con complicadas joyas de marfil, hueso y piedra y tallaba bellas figuras representando animales y formas humanas. Muchas tallas, esculturas y pinturas son representaciones estilizadas del cuerpo femenino. Algunos científicos creen que estas figuras femeninas representan la fertilidad.

En las primeras pinturas rupestres se hacía un uso sofisticado de la textura y el color. La zona de lo que actualmente es el sur de Francia contiene numerosos yacimientos famosos con este tipo de pinturas como, por ejemplo, las cuevas de Chauvet, con arte de hace más de 30.000 años, y Lascaux, con pinturas de hace más de 18.000 años. También es de gran importancia la cueva de Altamira, en España, que contiene restos datados en más de 15.000 años de antigüedad. En algunos casos los artistas pintaban en paredes que sólo podían alcanzar con gran esfuerzo, por ejemplo, arrastrándose. El acto de llegar hasta estas pinturas les confiere una sensación de misterio y ritual. Por ello los arqueólogos se refieren a algunas de las cámaras pintadas más extraordinarias como santuarios. Sin embargo, en la actualidad no se sabe con seguridad el significado que estas primeras pinturas y grabados podían tener para los artistas que las crearon.

Religión.

Las tumbas encontradas en Europa y Asia occidental indican que el Neandertal ya enterraba a sus muertos. Algunos yacimientos contienen tumbas muy poco profundas, tal vez cavadas por miembros de un grupo o familia sencillamente para alejar a los cadáveres de su vista. En otros casos parece que ciertos grupos realizaban rituales para llorar por sus muertos o comunicarse con los espíritus. Algunos investigadores aseguran que los objetos encontrados en las tumbas, tales como flores o huesos de animales, habían sido colocados junto al cadáver, lo que sugiere que algunos grupos pudieron haber creído en una vida después de la muerte. En numerosos enterramientos neandertalenses el cadáver tenía las piernas y los brazos doblados sobre su pecho, lo que podría indicar un posición ritual de enterramiento.

Sin embargo, otros investigadores rechazan estas interpretaciones y sugieren que tal vez el Neandertal tenía razones más bien prácticas que religiosas para posicionar así los miembros de sus cadáveres. Así, por ejemplo, un cuerpo situado en posición fetal sólo necesitaría un agujero de tamaño reducido para su enterramiento, lo que facilitaría la tarea de cavar la tumba. Además, los huesos de animales y el polen de flores cerca de los cadáveres podían haber sido depositados allí por accidente o sin intención religiosa.

Anteriormente, numerosos científicos pensaban que los huesos fosilizados de osos de las cavernas (especie de gran oso actualmente extinguido) que se ha encontrado en las cuevas de Neandertal indicaban que estos homínidos practicaban lo que se ha denominado `el culto al oso de las cavernas'. Sin embargo, tras un estudio cuidadoso, se ha llegado a la conclusión de que aquellos animales murieron mientras estaban invernando y que el Neandertal ni recogía sus huesos ni los adoraba.

La domesticación, la agricultura y la aparición de las civilizaciones.

Uno de los avances más importantes de la conducta cultural humana tuvo lugar cuando el ser humano comenzó a domesticar animales y a cultivar plantas. La domesticación y la llegada de la agricultura tuvieron como consecuencia el desarrollo de numerosos alimentos básicos (que forman la base de toda una dieta) en las regiones templadas y tropicales de todo el mundo. En la actualidad, casi la totalidad de la población depende de cuatro de estos alimentos básicos: trigo, arroz, maíz y patatas.

SOCIOLOGÍA

La antropología cultural se ocupa de las formas en que las personas viven en la sociedad, es decir, las formas de evolución de la misma.

La cultura es todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualquier hábito o capacidad adquirida por el hombre en cuanto miembro de la sociedad. Se puede estudiar una cultura primitiva como una moderna. El problema surge cuando se produce una tendencia a analizar los valores, las realizaciones, los comportamientos, etc… de otros pueblos razas o grupos siguiendo los criterios de nuestra cultura, es decir, comparándola con la nuestra, a esto se le llama Etnocentrismo (cultura centrada en nuestra forma de ver el mundo). El etnocentrismo es propenso a juzgar los propios patrones culturales como superiores a los de otras civilizaciones, la consecuencia es que descalificamos y menospreciamos las manifestaciones culturales de esos pueblos a los que consideramos inferiores, eso ocasiona la xenofobia (odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros), y el racismo (desprecio por determinadas razas que consideramos no solo inferiores sino perjudiciales para nuestra cultura.

El racismo

Es una teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como comportamientos de rechazo o agresión. El término 'racismo' se aplica tanto a esta doctrina como al comportamiento inspirado en ella y se relaciona frecuentemente con la xenofobia y la segregación social, que son sus manifestaciones más claras.

En la Grecia antigua la afirmación de una identidad colectiva por oposición a algunas etnias y a ciertos grupos de población, se traducía en el hecho de que los habitantes de las ciudades llamaban 'bárbaros' a aquéllos que vivían fuera de los límites del mundo griego.

La antigua práctica de la esclavitud y de la servidumbre muestra también las relaciones de dominio que han existido en el curso de la historia en etnias y pueblos diferentes, o incluso dentro de sociedades y grupos culturales. Señores y esclavos podían pertenecer a un mismo origen étnico, pero las diferencias sociales estaban claramente marcadas: los esclavos no tenían derechos, ni siquiera el de ciudadanía. La misma regla se aplicó a los pueblos vencidos en la guerra, reduciéndolos a la esclavitud.

Las primeras colonizaciones marcan el principio de la servidumbre de etnias específicas que iban a convertirse en pueblos dominados, forzados a inclinarse ante una voluntad externa. Al extenderse el colonialismo, Europa se arrogó una misión cultural, adoptando como vocación ideológica la educación social y religiosa de los pueblos llamados 'salvajes', cuya cultura fue ignorada y abocada a la desaparición. El progreso científico y técnico que tuvo lugar en Europa contribuyó a reforzar el sentimiento de superioridad de los occidentales, que consideraron su supremacía como natural e inherente a su civilización.

La colonización de América del Norte y del Sur, así como la de Australia entre los siglos XVII y XVIII, la política colonialista de Japón a comienzos del siglo XX o el Holocausto en Europa, son otros tantos ejemplos de racismo.

El antisemitismo que representa una de las formas más extremas y violentas del racismo, llegó al paroxismo con el nacionalsocialismo, responsable del genocidio de millones de judíos durante la II Guerra Mundial. La valorización sistemática de la idea del dominio de una 'raza superior', que constituía la base ideológica del Holocausto, engendró fenómenos de rechazo (segregación, creación de guetos), de avasallamiento (trabajos forzados), de expulsión (desplazamiento de poblaciones) y finalmente llevó al genocidio.

Por regla general, este sentimiento de superioridad va acompañado de la convicción de que las otras razas suponen un peligro, o son susceptibles de generar desórdenes sociales. Este prejuicio se apoya en el conocido mecanismo de búsqueda de una víctimafácil. Se convierte a un grupo social en responsable de las crisis económicas y políticas, y se le acusa de ser un elemento naturalmente perturbador.

El Etnocentrismo

“Mi pueblo, con razón o sin ella”.

En antropología, es la creencia en la superioridad de la propia etnia. En un sentido radical, proposición según la cual la propia etnia está en el origen de las (escasas e hipotéticas) bondades de las demás; las maldades de estas otras pasan a ser invención exclusiva de ellas mismas. En un sentido menos radical, hábito de examinar a los demás grupos sociales desde el punto de vista de la propia cultura, es decir, incorporando a un examen objetivo todas las subjetividades históricas y sociales inherentes a cualquier cultura.

Las potencias coloniales elevaron el etnocentrismo a la categoría de dogma y basaron en él las sinrazones de su fuerza convirtiéndole en la excusa última de su expansión. En mayor o menor grado el etnocentrismo está presente en todas las sociedades humanas, siendo en los pueblos juzgados un mecanismo de amparo frente a la conquista y la asimilación.

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Enviado por:Tuku
Idioma: castellano
País: España

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