Sociología y Trabajo Social


Evolución de la Humanidad


INTRODUCCION

La evolución del hombre a través de la historia, presenta etapas de crecimiento marcadas por los adelantos tecnológicos, científicos y de desarrollo social y económico.

En los comienzos, el hombre utilizaba la tierra para extraer los alimentos que servían para su sustento, y para tal fin adoptó infraestructuras que le permitirían mayores cosechas y como consecuencia de ello, empezó a acumular excedentes para atenuar las épocas de sequía y baja producción.

Este desarrollo permitió el crecimiento de las tribus en poblados y luego en ciudades, pues la actividad primaria “agricultura” conllevó el aparecimiento de otras actividades que fueron sustentadas por los agricultores, como fueron las artesanías, el comercio, el culto religioso.

Como era necesario la defensa de las ciudades por la existencia de extraños e invasores, surgen las primeras armas de piedra y pedernal, las cuales fueron reemplazadas como consecuencia de la aparición del cobre, por elementos de este material. Este hecho transformó el concepto artesanal por la incipiente metalurgia que permitió no solo el trabajo de las armas sino el de los elementos como utensilios de cocina y ornamento. Así mismo, marca los principios del concepto de la moneda para superar el clásico trueque de mercancías.

En este accionar encontramos igualmente la utilización de la rueda como elemento primordial en el transporte, así también como en las aplicaciones en la industria, al poder comunicar movimiento y transformación de procesos manuales; ayudado a lo anterior la utilización del caballo como elemento primordial en el transporte de mercancías y personas.

En forma paralela se desarrolló el transporte marítimo que motivó todo un avance tecnológico del conocimiento del aire como elemento primordial en la navegación, así como la aparición de los primeros cartógrafos y elementos de ayuda para emprender largos viajes.

Estos desarrollos permitieron la acumulación de riqueza y por ende la aparición de las clases sociales, los aristócratas y caudillos que empezaron a buscar la expansión de sus tierras y dominios, apareciendo con ello el concepto de la conquista y sumisión de pueblos, descubriéndose de esta manera que el hombre también podía domesticarse, convirtiendo los pueblos conquistados en siervos y esclavos al servicio de los más poderosos.

Dentro de estos elementos de desarrollo surgen también los conceptos religiosos de respeto y sumisión de los desfavorecidos en beneficio de las clases dominantes y sus castas, marcando la aparición de sacerdotes, magos y hechiceros que por sus conocimientos en algunas de las ciencias, les permitió canjearse la gracia de las castas dominantes.

Finalmente, como culminación importante de esta etapa, es la aparición de los calendarios solares desarrollados por los egipcios, quienes canalizaron el conocimiento del comportamiento de las avenidas del río Nilo, para predecir con exactitud los momentos de siembra y cosecha, hecho que permitió la consolidación de ser supremo, del faraón, por este conocimiento.

Estos son los acontecimientos más notables en la etapa de la evolución cultural del hombre.

PRELUDIO A LA SEGUNDA REVOLUCION

Dentro del largo proceso de desarrollo del ser humano aparecen pequeños poblados de campesinos autosuficientes, en ciudades populosas orientadas hacia actividades de producción secundaria, como el comercio, las artesanías, el transporte, entre otros, y organizadas regularmente en forma de estados.

Esta transformación no ha sido casual en el desarrollo de actividades complementarias, que fueron creando oficios y con ellos el desarrollo de tecnologías muy avanzadas que permitieron el crecimiento de clases sociales y sometimiento del hombre por el hombre.

El escenario de este drama lo tenemos en la franja de países semiáridos que se extienden entre los ríos Nilo y el Ganges.

En esta época las invenciones trascendentales parecen haber sucedido con asombrosa rapidez, en contraste con la presentada en el milenio anterior, o primera revolución. Aún dentro de los cuatro milenios que mediaron entre la segunda revolución y la revolución industrial de la época moderna.

Entre los años 6000 y 3000 antes de Cristo, el hombre aprendió a aprovechar la fuerza del toro y la del viento, inventó el arado, el carro de ruedas y el bote de vela, descubrió los procesos químicos para beneficiar los minerales de cobre y las propiedades físicas de los metales y empezó a elaborar un calendario solar preciso, logrando de este modo habilitarse para la vida urbana y allanando el camino hacia la civilización, la cual requiere desde luego la escritura, el procedimiento de computar y de patrones fijos de medidas como instrumento de una nueva manera de transmitir el conocimiento y de ciencias exactas.

En ningún otro período de la historia, hasta los días de Galileo, fue tan rápido el proceso del conocimiento ni fueron tan frecuentes los descubrimientos de gran alcance.

Para hacer todo este análisis, debemos ubicarnos geográficamente en el escenario de los acontecimientos: la revolución neolítica abarcó toda la región que se extiende desde el Nilo y el Mediterráneo Oriental incluyendo Siria y el Irak, hasta la meseta iraní y el Valle del Nido.

Las poblaciones de estas comunidades eran fundamentalmente nómadas debido a los factores geográficos, escasas lluvias y grandes concentraciones de hombres y ganado, situación que los llevaba a desplazarse hacia los sitios más florecientes y en consecuencia al crecimiento de la población.

El Nilo cuya avenida anual suministraba agua y suelo, repercutió en las costumbres de estos pueblos, pues era necesario hacer mantenimiento de su caudal construyendo obras de infraestructura para este fin, igual sucedió con las culturas de la región del Sumer, entre los ríos Tigres y Eúfrates.

El terreno en el cual se erigieron las grandes ciudades de Babilonia, tuvo que crearse con la construcción de diques y plataformas que superaran las amenazas de las avenidas de los ríos, protegiendo hombres y animales. Aparecen entonces los primeros vestigios de la especialización del trabajo, las personas que debían hacer las construcciones de los canales y diques, tenían que alimentarse y no podían producir su propio alimento, razón por la cual era necesario producir excedentes alimentarios, los cuales se debían acumular permitiendo esto el crecimiento de los poblados hasta convertirse en ciudades.

Otro factor que llevó al crecimiento de los pueblos fue el aparecimiento de variedades alimenticias diferentes al trigo y la cebada, los frutos de nutrientes fáciles de conservar; un palmar, un bosque de higueras, llevó a que se fundaran pueblos en sus cercanías conllevando el desarrollo de nuevas técnicas para su cultivo, cosecha y almacenamiento, creando nuevas costumbres y nuevo hábitat con casas construidas con ladrillo, mezcla de barro y paja, el cual se inventó en Siria en el año 3000 antes de Cristo, modificando la arquitectura de las ciudades y los conceptos de mecánica y resistencia, antes de que fueran formulados científicamente.

Estas comodidades empiezan a necesitar una producción agrícola mucho más creciente, dándose los primeros mercados del trueque, el campesino cambia el trigo por pescado y presas de caza o productos del pastoreo, empezando las especializaciones económicas de grupos diferentes logrando su interdependencia.

En estos escenarios aparecen las piedras preciosas y con ellas los metales, las resinas de las montañas dándose todo un gran intercambio comercial entre los pueblos, apareciendo las actividades diferentes a la agricultura. Se empieza a dar valor diferente a las piedras preciosas y a los metales, valores mágicos de poder a sus propietarios, pues no solo tenían valor comercial sino medios de alcanzar el éxito, la riqueza y larga vida. La talla de estos elementos conllevó el aparecimiento de nuevas disciplinas y conceptos de lujo y jerarquía al igual que el concepto del sello personal identificado con su joya. El oro y los metales preciosos además de la alta estima por sus propiedades mágicas que se le otorgaban, tuvieron consecuencias practicas importantes, llevando a la búsqueda activa de ellas, generando la difusión de las civilizaciones, exploraciones geológicas y el surgimiento de la metalurgia, factor dominante de la segunda revolución.

El trabajo de los metales implica dos grupos o conjunto de descubrimientos: el cobre cuando es calentado se funde y puede vaciarse dándole la figura que se desee y al enfriarse se endurece como piedra; este metal resistente, rojizo y cortante se puede producir calentando ciertas piedras o tierras cristalinas poniéndolas en contacto con carbón vegetal. Esto revolucionó el diseño de las armas y la sustitución de las de piedra y pedernal, por metal presentándose los cambios físicos a través de descubrimientos e invenciones, logrando desarrollos nunca vistos.

Las implicaciones científicas y económicas de la extracción del metal, de sus minerales, son tal vez de mayor trascendencia que las resultantes del trabajo de los metales. La minería tuvo que ser un oficio aun más especializado que el del forjador. En general los mineros nunca debieron haber sido productores de alimentos sino que debían haber contado con el excedente de alimentos producidos por quienes empleaban sus productos.

La metalurgia inteligente ampliamente conocida en el antiguo oriente, poco después del año 4000 antes de Cristo, no obstante el metal sustituyó la piedra con mucha lentitud, sin embargo la demanda por los metales fue en aumento, necesitándose medios de transporte, tracción animal y utilización del viento.

El aprovechamiento de la fuerza de los bueyes o de los asnos y de los vientos fue el primer ensayo hecho por el hombre para aliviar la fuerza humana, logrando que las fuerzas naturales trabajaran para él, es decir, dirigiendo fuerzas continuas no suministradas por sus propios músculos, conduciéndolo a los principios del motor de combustión interna, el motor eléctrico, el martinete de vapor y la excavadora mecánica, al tiempo que aprendió nuevos principios de la mecánica y la física.

En la agricultura, el arado fue el heraldo de una revolución agrícola, esto se tradujo en mayores cultivos, más alimentos y el crecimiento de la población; simultáneamente el invento que fue culminante en la conquista de la carpintería fue la rueda, constituyó la condición previa para la maquinaria moderna, aplicada al transporte convirtió la narria en una carreta o furgón, los cuales fueron los ancestros directos de la locomotora y el automóvil. Los vehículos con ruedas están representados en el arte sumerio hacia el año 3500 a de C y en el norte de Siria un poco antes.

La rueda no solamente revolucionó el transporte, sino que también fue aplicada en la industria manufacturera hacia el año 3500 a de C.

La fabricación de vasijas fue la primera industria en aplicar la rueda a la maquinaria, la introducción de carros con ruedas tirados por bueyes u otras bestias, aceleró las comunicaciones y simplificó enormemente el transporte de mercancías, así mismo el hombre utilizó el lomo de las bestias para su propio desplazamiento.

El caballo pudo haber sido domesticado primero como animal lechero y de silla, según testimonios de los años 1000 a de C. El transporte por medio del caballo debe estimarse como una posibilidad antes de la segunda revolución.

Paralelamente a las importantes mejoras en los medios de transporte terrestre, se desarrolló también la navegación, así el hombre empezó a vencer las dificultades mecánicas surgidas en el desarrollo del transporte marítimo, tuvo que aprender a construir embarcaciones, a adquirir conocimientos científicos, topográficos y astronómicos; todos estos oficios, procedimientos e invenciones son las expresiones más destacadas de un conjunto de conocimientos científicos que fue lo que consumó la segunda revolución, situación que llevó a un nuevo tipo de economía y de sociedad.

Los nuevos pueblos, unos florecientes, otros más pobres, según sus características sociales-económicas muestran los vestigios del nacimiento de los desplazamientos de gentes por sometimiento, conquista o invasión, que conllevan nada menos que al surgimiento de la servidumbre y de la explotación del hombre por el hombre - la esclavitud - que desde luego daría un nuevo concepto de sociedad.

Se ha sugerido que la conquista es un requisito previo y fundamental para la acumulación del capital comunal necesario para la consumación de la segunda revolución; lo cual implica que una proporción importante de la comunidad se aparta en forma permanente de la actividad primaria (la agricultura), de obtener el alimento, para dedicarse a trabajar en la actividad secundaria, esto solo es posible cuando ya se dispone de un excedente de artículos alimenticios para sostener a aquellos miembros de la comunidad que no produce sus propios alimentos.

Así se forma la aristocracia, cuando hay excedentes y éstos son comercializados, es decir, una clase que vive del tributo de los campesinos, convirtiéndose así en oligarquía.

La conquista militar es uno de los medios de asegurar la acumulación de capital o riqueza, por tanto factores de guerra fueron determinantes para este nuevo esquema; la guerra estimuló la demanda de metal, dio oportunidades excepcionales a los individuos prominentes para desarrollar valor y aptitud para dirigir, ganado prestigio y autoridad, apareciendo así los caudillos y monarcas. La guerra llevó a un gran descubrimiento: que el hombre podía ser domesticado al igual que los animales. En lugar de matar al enemigo derrotado, éste podía ser reducido a la esclavitud como recompensa a la gracia de su vida y se le obligaba al trabajo, instrumento poderoso para la acumulación de riqueza.

Pero la guerra no fue el único instrumento para proveerse de esclavos, los miembros más pobres o débiles de la comunidad podían someterse como servidumbre de los más poderosos. La guerra y el hambre eran potenciales acciones para reclutar esclavos en esta época de la segunda revolución.

En Egipto se mantuvieron tradiciones de las dinastías y lo más importante la que unificó el alto y el bajo Egipto, consolidando el poder de las clases privilegiadas y la esclavitud como estructura social.

La conquista no fue la única senda hacia el trono, el éxito económico y más que nada el éxito mágico-religioso pueden haber llevado a esta gloria; en la primera revolución no se abolió la magia, al contrario se fortaleció, cualquiera que pudiera proclamar con éxito el control de los elementos a través de su magia, adquiría inmenso prestigio y autoridad.

Otro gran acontecimiento fue el descubrimiento del calendario solar, el cual además de ser una teoría se constituyó en una de las fuentes de poder real en Egipto. Este conocimiento permitió al Faraón predecir la llegada de la avenida del río, afirmando de esta manera sus poderes mágicos de control sobra las estaciones y las cosechas; la determinación del año solar y la creación del calendario solar, constituyen hechos de la mayor importancia para la historia de la ciencia, siendo los egipcios los padres de todos los calendarios solares del viejo mundo, incluyendo el empleado en estos días.

De esta manera hemos hecho un viaje por los acontecimientos que antecedieron a la segunda revolución.

CONCLUSIONES

Hemos asistido a un apasionante capitulo de la historia de la humanidad, como es la evolución del hombre y las contribuciones científicas, conductas sociales que permitieron marcar toda una época que sirvió de base a los desarrollos de nuestros días.

Nuestra sociedad actual es el claro reflejo de la acumulación de conocimientos y conductas establecidas en los comienzos de la humanidad.

Solo podemos decir que la conducta social de la explotación del hombre por el hombre, se mantiene, a pesar de intentos de erradicar del todo la esclavitud, aun encontramos el sometimiento de pueblos a los capitales dominantes.

Sería de gran utilidad que el hombre recordara todas estas vivencias para ponerlas al beneficio del hombre en general y no solo de los pueblos y clases más poderosas, esta situación a pesar de los intentos sociales de cambio, se refleja en la actualidad: La agrupación de los siete países más poderosos frente a los subdesarrollados, esos siete países definen la suerte del resto de la humanidad; en esto poco hemos evolucionado.




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Enviado por:Cardo
Idioma: castellano
País: Colombia

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