Biología, Botánica, Genética y Zoología


ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual)


Enfermedades de transmisión sexual son las infecciones que se propagan por contacto sexual, si bien algunas de ellas pueden contraerse por vías no sexuales.

Los condones de látex son el método de protección más fiable conocido para impedir el intercambio de fluidos corporales. Los espermicidas también ayudan, pero nunca pueden sustituir a un preservativo.

Gonorrea

La más corriente es la gonorrea. Esta enfermedad se transmite por cualquier tipo de contacto sexual, incluido el beso. La bacteria sobrevive hasta dos días en el tazón de un retrete, o en un pedazo húmedo de papel higiénico, aunque esta vía de contagio ocurre en muy contadas ocasiones. La bacteria que la produce suele infectar la uretra del varón y el cuello uterino de la mujer.

El varón con gonorrea suele encontrar la micción extremadamente dolorosa y excreta por el pene una secreción turbia similar al pus. La mujer suele tener secreciones turbias de la vagina, ciertas molestias en la parte inferior del abdomen o hemorragias vaginales anormales. En ocasiones, la mujer que presenta esta enfermedad siente dolor al orinar. Pero con mucha frecuencia no tiene ningún síntoma. Cuando los tiene, suelen aparecer pasados entre 2 y 8 días de la infección o al principio de la siguiente menstruación.

A veces, la gonorrea infecta también el recto o la boca, a través del contacto sexual anal u oral. Estas infecciones provocan normalmente pocos síntomas. Una persona con gonorrea rectal sentirá cierto dolor en el recto, especialmente durante la defecación, o tendrá una secreción turbia por el ano. En el caso de la infección oral por gonorrea, la persona afectada sufrirá dolor de garganta.

La gonorrea se cura con antibióticos.

Sífilis

Esta enfermedad está causada por un microorganismo con forma de espiral. Suele transmitirse por contacto sexual, pero también por transfusiones de sangre o por la madre embarazada al feto.

Si no recibe tratamiento, la sífilis desarrolla tres fases sucesivas y separadas a menudo por largo tiempo. Normalmente, los chancros que se producen en la primera fase y la erupción que se produce en la segunda son muy contagiosas y contaminan a los demás a través del contacto con las membranas mucosas infectadas y, muy pocas veces, a través de las úlceras abiertas. La tercera fase de la sífilis no suele ser contagiosa a no ser que se efectúe una transfusión de sangre de la persona infectada a una que no padece la enfermedad. Esta etapa de la enfermedad acarrea problemas cardiacos de consideración, trastornos oculares y lesiones del cerebro o de la médula espinal, complicaciones que pueden causar parálisis, demencia, ceguera y la muerte.

La sífilis congénita genera deformidades en la estructura ósea y malformación dental, anemia, complicaciones renales y otras perturbaciones.

Se cura con facilidad en la primera fase por medio de inyecciones de antibióticos. Algunos casos se curan en la segunda fase. En la tercera fase, cuando los vasos sanguíneos y el encéfalo han resultado dañados, la sífilis es irreversible.

Infecciones clamídicas

No todas las infecciones por clamidias son de transmisión sexual, así que hablaremos únicamente de algunas de las que sí lo son.

  • Uretritis no gonocócica: inflamación de las vías urinarias. Los síntomas incluyen dolor durante la micción y una secreción acuosa y mucosa. Se transmite a través del coito. En las mujeres puede provocar como consecuencia una enfermedad pélvica inflamatoria y provocar infertilidad.

  • Linfogranuloma venéreo: Rara vez se describe en Europa y América del Norte, pero es muy frecuente en los climas tropicales.

El signo inicial de la infección es una pústula o ampolla no dolorosa que se desarrolla en el pene o en los labios externos de la vagina, unas semanas más tarde, los ganglios linfáticos de la ingle aumentan de tamaño y se hacen dolorosos, confluyen entre sí, tienen un aspecto enrojecido y rezuman pus.

La infección parece mejorar sin tratamiento, pero en los genitales aparecen úlceras. Las complicaciones incluyen la cicatrización, que provoca estenosis (pequeños puentes de tejido que estrechan la abertura) de la uretra, la vagina o el recto.

Chancro

Infección bacteriana localizada en la región genital, que comienza como un grano blando rodeado de un área enrojecida. Pasados uno o dos días se llena de pus y se rompe formando una ulceración perfectamente demarcada con bordes dentados o irregulares.

El tratamiento recomendado para el chancro es el antibiótico, y cualquiera que haya tenido contacto con la persona infectada dentro de los diez días precedentes a la manifestación de la enfermedad o durante ésta, debe ser examinado tanto si presenta síntomas como si no.

Herpes genital

Infección vírica causada, generalmente, por el virus del herpes simple tipos I y II.

Pasados unos 6 días del contacto con una persona infectada, se siente dolor, sensibilidad o una sensación de comezón cerca del pene o de la vulva. Estos síntomas suelen ir acompañados de fiebre, cefalea o una sensación de malestar general.

Poco después aparece una o varias ampollas a lo largo del pene del varón o de la vulva de la mujer. A veces se observan también en los muslos o las nalgas. Las ampollas se forman también en la vagina o en el cuello uterino de la mujer, donde no se ven, de modo que es posible infectar, sin saberlo, a la pareja sexual. Cuando la ampolla revienta, forma una úlcera abierta extremadamente dolorosa, que dura desde 1 hasta 3 semanas.

Muchas veces el virus permanece en el organismo después de que las ampollas han remitido.

No existe un método para curar el herpes genital, pero se emplean analgésicos como el ácido acetilsalicílico o el acyclovir, que aceleran el proceso de curación. Los baños calientes frecuentes reducen la inflamación. Es posible que el virus del herpes esté involucrado en ciertos casos de cáncer del cuello uterino.

Es imposible garantizar que no existe riesgo de contagio. Si bien el uso del preservativo ayuda a prevenirlo, no es un método infalible.

Hepatitis Vírica

Infección del hígado que puede adquirir diferente gravedad, desde un estado completamente asintomático hasta un cuadro clínico de síntomas gastrointestinales moderados, pasando por una enfermedad debilitante aguda acompañada de fiebre, ictericia, vómitos y a veces complicaciones orgánicas más serias. Hay varios tipos de hepatitis:

  • Hepatitis A: Por lo general se propaga por vía fecal-oral, por el contagio de persona a persona, las intoxicaciones alimentarias (normalmente causadas por individuos infectados que manipulan alimentos) y por el consumo de marisco crudo o poco cocinado recogido en aguas contaminadas.

Según estudios realizados, los homosexuales están más expuestos a esta enfermedad que los heterosexuales.

  • Hepatitis B: Se propaga casi siempre por transfusiones de sangre o productos sanguíneos contaminados, pero también a través de la saliva, el fluido seminal, las secreciones vaginales y otros fluidos biológicos. Los portadores del virus de la hepatitis B tienen más probabilidades de contraer un cáncer de hígado que un individuo normal.

Los homosexuales varones presentan los índices más elevados de infección por este virus.

  • Hepatitis C: Las formas de transmisión más frecuentes son las transfusiones de sangre y el consumo de drogas por vía intravenosa. Es una enfermedad devastadora, ya que al menos la mitad de los infectados de forma aguda acaban por desarrollar hepatitis crónica, que generalmente desemboca en cirrosis o cáncer de hígado.

  • Hepatitis D: Este virus requiere la presencia de la hepetitis B para poder multiplicarse. Frecuentemente es una infección severa que presenta un alto índice de muertes y graves daños hepáticos permanentes en aquellos que sobreviven a ella.

Las personas que mantienen contacto íntimo con alguien infectado de hepatitis A pueden obtener inmunidad parcial si se les administra una inyección de globulina sérica inmune. Existen vacunas seguras y eficaces contra la hepatitis B, pero no las hay para prevenir la hepatitis C. En cuanto a la hepatitis D, como depende de la B, puede ser evitada mediante la vacuna de esta última.

Verrugas genitales

Son habitualmente unas verrugas secas que crecen cerca de los genitales y alrededor del ano. Son causadas por un virus de transmisión sexual denominado virus del papiloma humano (VPH), y por lo general son rosadas o blanco-grisáceas con una apariencia semejante a una coliflor.

A pesar de que las verrugas genitales, como su nombre indica, se hallan más frecuentemente sobre o en el interior de los órganos genitales, pueden aparecer también en otras zonas que incluyen la boca, los párpados, los labios, los pezones y los contornos del ano.

El VPH es una importante causa a largo plazo de cáncer de cerviz y otros cánceres de la zona anal y genital, incluyendo el cáncer de pene.

El tratamiento consiste en el empleo de un líquido que contiene podofilina, el uso de ácido tricloracético, el empleo de la cirugía del láser de CO2, el empleo de nitrógeno líquido para congelar las verrugas, o una substancia denominada interferón inyectada en la base de la verruga. Desgraciadamente, estas verrugas son recurrentes y ninguno de los métodos anteriores erradica la infección subyacente de VPH, que permanece en el tejido cercano a la verruga que ha sido destruida.

Cualquiera que tenga verrugas genitales debe utilizar preservativo para reducir el riesgo de transmisión.

Molluscum contagiosum

Causado por un virus que provoca una enfermedad pustulosa de la piel y produce lesiones de tipo eruptivo en los genitales externos (los muslos, las nalgas y la parte inferior del vientre). Esta lesión indolora tiene un color naranja rosáceo con la punta perlada. Si se la aprieta del interior sale una sustancia cerosa muy parecida a la de una espinilla. Provoca pocos problemas y con frecuencia desaparece de manera espontánea, por lo que el tratamiento no siempre es necesario.

Ladillas

Son parásitos visibles a simple vista que invaden la región del pubis. Por lo común se transmiten por contacto sexual, pero también cabe el contagio inadvertido al utilizar sábanas, toallas o ropa infestada por un portador. Los piojos anidan en el vello púbico y necesitan succionar sangre al menos dos veces al día. Los huevos que depositan los piojos hembra se consolidan en las raíces del vello y no pueden ser eliminados restregándose con agua.

Las ladillas provocan una intensa picazón sobre todo por la noche, y se curan mediante la utilización de tratamientos desparasitarios y la desinfección de ropas.

Infecciones vaginales

  • Vaginitis: Es una inflamación vaginal que, si bien es frecuentemente transmitida sexualmente, muchos casos son debidos a causas no sexuales (infección, reacciones alérgicas, deficiencia de estrógeno, o irritación originada en sustancias químicas). Puede crear problemas al provocar un exceso de sensibilidad o dolor durante el coito, o generar olores desagradables.

- Infección por tricomonas: Causada por el exceso de un microorganismo habitualmente presente en pequeñas cantidades en la vagina. Esta infección produce un flujo espumoso, líquido, blanco verdoso o marrón amarillento de olor desagradable que habitualmente provoca escozor y prurito en la vagina y la vulva. El tratamiento más eficaz es un medicamento (Flagyl) que debe ser recetado a la mujer y a su compañero sexual.

- Infección por monilia: Infección fungosa provocada por la reproducción excesiva de un microorganismo que normalmente se encuentra en la vagina. El flujo es habitualmente espeso, blanco y cremoso, y va acompañado de intenso prurito. Las mujeres diabéticas, embarazadas, las que toman píldoras anticonceptivas o antibióticos presentan una mayor incidencia de esta infección. Las infecciones fungosas pueden enmascarar la presencia de gonorrea o sífilis.

El tratamiento implica el uso de cremas o supositorios vaginales especiales. No es necesario el tratamiento del compañero sexual, ya que esta infección no es transmitida sexualmente.

Para prevenir la vaginitis, es conveniente seguir algunas recomendaciones: llevar bragas de algodón, evitar las duchas vaginales frecuentes, limpiarse con un movimiento de adelante hacia atrás siempre que se vaya al retrete, evitar el uso prolongado de antibióticos, mantener buenos hábitos de higiene personal, evitar el contacto sexual con un individuo que tenga una infección genital, o tenerlo con preservativo, no poner el pene cerca ni dentro de la vagina tras el coito anal y evitar las formas de actividad sexual que causen cualquier tipo de molestia vaginal.

  • Vaginosis bacteriana: El problema principal parece ser un estado en el que los organismos bacterianos que normalmente protegen la vagina disminuyen drásticamente mientras que la bacteria que produce la vaginosis se reproduce de manera excesiva. El resultado es un flujo blanco grisáceo con desagradable olor acompañado de escozor y prurito. Sin embargo, muchas de estas infecciones son asintomáticas, y sus efectos a largo plazo son desconocidos. Infecciones simultáneas de esta bacteria son frecuentemente halladas en la uretra de los compañeros sexuales de las mujeres que peresentan esta alteración. El tratamiento consiste en la administración de Flagyl o de un antibiótico, y no es necesario que el compañero reciba dicho tratamiento. La vaginosis bacteriana podría ser un factor causante de la rotura prematura de las membranas fetales y del parto prematuro en las mujeres embarazadas.

Sida

El sida, o síndrome de la inmunodeficiencia adquirida, no es una enfermedad sino un trastorno que predispone a muchas enfermedades. Se debe al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH ). El virus destruye un tipo de glóbulos blancos, lo que debilita el sistema inmunológico y reduce la resistencia del enfermo ante algunas infecciones y determinados tipos de cáncer. El virus se transmite a través de la sangre, el semen o las secreciones vaginales. Todavía no existe un tratamiento curativo, pero es importante saber que las aplicaciones terapéuticas tempranas prolongan la vida del paciente.

La infección por VIH se transmite principalmente por contacto sexual, pero también puede transmitirse a través de una transfusión de sangre infectada o por compartir una aguja hipodérmica contaminada. También se transmite a través de una mujer infectada al feto o al recién nacido a través de la leche materna infectada. Sin embargo, no se propaga a través del contacto casual como trabajar junto a otra persona, compartir una toalla o utilizar el mismo WC o vaso de bebida, o a través de los abrazos o apretones de manos.

Cuando son infectadas por primera vez por el VIH, la mayor parte de las personas carecen de síntomas, aunque otras presentan una breve enfermedad febril muy parecida a la mononucleosis infecciosa con faringitis, fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos y exantema. Las personas con esta enfermedad pueden seguir gozando de buena salud o pueden continuar desarrollando uno o más síntomas: fatiga, escalofríos, fiebre, sudores nocturnos y un adelgazamiento acelerado (de 5 kg o más, sin seguir una dieta), una diarrea crónica, tos seca e infecciones de la boca y del esófago.

Prevención de las ETS

  • Permanecer informado.

  • Observar si se produce alguna anomalía en el propio cuerpo o en el de la pareja.

  • Tener en cuenta los riesgos del sexo anónimo y mostrarse selectivo.

  • Ser honrado. Si se sospecha que se es portador de una enfermedad de transmisión sexual, se debe informar a la pareja; de la misma manera, en caso de estar preocupado por el estado sexual de la misma, hay que preguntarle.

  • Ser precavido, es decir utilizar preservativos, orinar después de la actividad sexual...

  • Hacerse tratar sin demora y someterse a los análisis y pruebas a la menor sospecha de haber podido contraer una ETS.




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Idioma: castellano
País: Argentina

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