Historia


España en el siglo XVIII y XIX


  • Introducción. Del Antiguo al Nuevo Régimen. Diferencias.

  • El siglo XVIII fue un siglo de cambio dinástico: de la Casa de Austria, que presentó como candidato al archiduque Carlos, a la Casa de Borbón, la cual presentó como candidato a Felipe de Anjou. Ambas coronas se disputaron la corona española en la Guerra de Sucesión, de la que hablaremos más adelante.

    Las diferencias entre el Antiguo Régimen y el Nuevo Régimen son:

    Antiguo Régimen

    Nuevo Régimen

    Política

    Monarquía absoluta

    Monarquía parlamentaria

    Sociedad

    Estamental

     

    Clasista

     

    Economía

    De base agraria

    Industrial y comercial

    Cultura

    Superstición

     

    Razón

     

    Legislación

    Leyes diferentes para las

    Leyes iguales para todos

     

    diferentes clases sociales

     

     

    1.1 Términos de Sociedad.

    Sociedad Estamental: Grupos sociales cerrados a los que se pertenece por nacimiento, son de origen divino y no se puede pasar de uno a otro. Los estamentos del Antiguo Régimen son Nobleza, Clero y Estado Llano.

    Sociedad Clasista: Organización social del Nuevo régimen en la que, según la riqueza que cada persona tenga, podrá pertenecer a una clase u otra.

    Despotismo ilustrado: Nueva forma de ejercer poder que adoptó al monarquía en el siglo XVIII. Esta ideología fue adquirida por la burguesía, clase social recién surgida, que ansía el poder político, puesto que el poder económico y el social ya lo tienen. Esta forma de gobierno se resume en la famosa frase: “todo para el pueblo pero sin el pueblo”

    1.2 Términos de Agricultura y Ganadería.

    Mesta: Asociación de ganaderos dedicados a las ovejas lanares.

    Ganadería extensiva: Tipo de ganadería en la que, el animal está en grandes extensiones de campo en los que este se busca el alimento.

    Ganadería intensiva: Tipo de ganadería en la que, el animal come lo que el ganadero le da.

    Trashumancia: Cambio de pastos debido al cambio de temperatura, por lo cual el ganado se traslada de un pasto a otro para alimentarse.

    1.3 Términos de Política.

    Cortes: Órgano que surgió en la Baja Edad Media que se encarga de hacer las leyes de España y de representar a los tres estamentos. Tiene dos cámaras: Senado y Congreso. Es el actual parlamento.

    Valido: Persona en la que el rey delega sus funciones, incluyendo firma y sello real, es decir, que un valido puede gobernar como si de un rey se tratase.

    2. Guerra de Sucesión.

    Este conflicto surgió debido a que Carlos II murió sin descendencia. Antes de morir, dejó escrito en su testamento que su heredero sería Felipe, pero eso supondría la unificación de la corona española y su herencia, y la francesa, la cual ocupó varias plazas de los Países Bajos, por lo cual Inglaterra, Austria y los Países Bajos firmaron la Alianza de la Haya, con el fin de evitar que una Casa extranjera se hiciese con España y sus colonias.

    La Guerra de Sucesión fue un conflicto muy complejo. Al principio fue favorable a la coalición liderada por G. Bretaña: en 1704 Inglaterra tomó Gibraltar. En 1705 se produjo el desembarco del archiduque Carlos en Valencia y la rápida conquista de los reinos de la Corona de Aragón.

    Felipe tenía apoyo incondicional en Castilla, pero la situación del ejército y de la armada era desastrosa. A reemplazo de esta situación, vinieron administradores, tropas, oficiales y armamento de Francia, por lo que el bando borbónico se reorganizó. En 1707 se produjo la Batalla de Almansa, que permitió a Felipe recuperar sucesivamente los reinos e Valencia y Aragón, reduciendo paulatinamente el territorio de los Habsburgo a Cataluña.

    En Italia y los Países Bajos la guerra fue desfavorable para los borbones y Luis XVI se planteaba abandonar la guerra, cuando, en 1711, el archiduque Carlos se convirtió en Emperador, tras la muerte de su padre. Los aliados de este entonces le ofrecieron a Luis XVI abrir negociaciones. Fue entonces cuando se firmó el Tratado de Ultrecht.

    2.1 Tratado de Utrecht.

    Se firmó en Abril de 1713. Puso fin a una guerra europea y supuso un cambio de dinastía: de los Habsburgo a los borbones, por lo cual, Felipe de Anjou fue coronado como Felipe V. Este rey dictaminó que las coronas de España y Francia serían dos coronas diferentes. Los Países Bajos y las posesiones italianas pasaron a manos de Austria. Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca, el monopolio de la venta de esclavos en América y el derecho de enviar anualmente un gran galeón con manufacturas para ser vendidas en las colonias españolas. Por consiguiente, se rompió legalmente el monopolio español sobre América.

    En Cataluña, la guerra se prolongó durante un año más, puesto que temían las represalias de Felipe V y la imposición de un sistema político centralizado. Las tropas borbónicas, tras ocupar toda Cataluña, cercaron Barcelona, que sucumbió, finalmente, tras una larga resistencia, el 11 de septiembre de 1714.

    3. Felipe V.

    Felipe V fue un hombre inestable y enfermo. Le costó asumir la idea de convertirse en el rey de España y mostró sus dudas y su incapacidad de tomar decisiones. En una monarquía absoluta era una situación muy peligrosa, por eso, Felipe V estuvo rodeado desde el principio por quienes le rodeaban.

    Durante la Guerra de Secesión, fueron los administradores franceses quienes llevaron a cabo la política del rey. Apartaron de las decisiones de gobierno a la aristocracia española y promocionaron a burócratas profesionales.

    En 1714 tras la muerte de su primera esposa se acordó un nuevo matrimonio con Isabel de Farnesio. La nueva reina produjo un cambio radical en la corte e impuso su propio programa político. Subordinó los intereses españoles a una política exterior agresiva.

    Con Isabel de Farnesio llegaron los consejeros italianos, el principal de los cuales fue el cardenal Alberoni.

    En enero de 1724 comenzó el reinado de Luis I, cuando Felipe V abdicó por enfermedad a su primogénito. El reinado de este, de sólo diecisiete años de edad, fue muy breve: contrajo la viruela y murió el mismo año. Isabel de Farnesio convenció entonces a su marido de que recuperara el trono.

    La impopularidad de la política real llevó a la aristocracia y a sectores de la burocracia a acercarse al príncipe de Asturias, Fernando.

    En 1726 se convirtió en el principal secretario José Patiño, que supo rodearse de colaboradores eficaces y consiguió sacar adelante un ambicioso programa de rearme. Fruto de ello fue la conquista de Nápoles y el reino de Sicilia el 1734. Bajo la dirección de Patiño se reorientó la política exterior, buscando la alianza con Francia a través del llamado primer pacto de familia. El segundo de estos permitió a los borbones establecerse en los tronos de Nápoles y Sicilia.

    3.1 Los Derechos de Nueva Planta.

    El gobierno de Felipe V tenía como principal objetivo político la reforma de la administración española. El modelo era el francés, caracterizado por la centralización. Eso significaba terminar con la existencia de diferentes reinos, leyes e instituciones.

    Los Decretos de Nueva Planta eliminaron los Consejos respectivos. Se introdujeron las leyes de Castilla y sus tribunales, Chancillerías y Audiencias. Se suprimieron las fronteras que separaban los reinos entre sí y se impuso el castellano como lengua oficial. El sistema de impuestos fue el catastro.

    Todo el territorio quedó uniformado según el modelo de Castilla. Sólo en las provincias vascas se conservaron los fueros. También hubo algunas concesiones en Cataluña.

    Los Derechos de Nueva Planta respondieron en parte a motivos de represalia por la oposición que presentaron los reinos de la corona de Aragón a Felipe V.

    3.2 Las Reformas administrativas

    El rey introdujo una serie de cambios de carácter administrativo y económico.

    El gobierno sufrió una reorganización profunda. Quedo en manos de cinco secretarios de Despacho. El sistema de Consejos perdió el control del gobierno. Los territoriales fueron eliminados, salvo el de Indias y el de Castilla.

    La administración territorial se transformó. El país se dividió en provincias, al frente de las cuales se situaba una triple estructura: la autoridad judicial, en manos de las audiencias; la militar, que desempeñaban los capitanes generales; y la civil y económica, en manos de los intendentes.

    El ejército experimentó una total transformación. Los tercios fueron sustituidos por regimientos, y se separaron las diferentes armas. Se introdujeron los grados de los oficiales, jefes y generales modernos. Se estableció un ejército permanente y el servicio militar. Se mantuvieron algunos rasgos del pasado, como el dominio de la nobleza sobre los mandos superiores o la escasa formación táctica y estratégica.

    Uno de los mayores esfuerzos fue la recuperación de la marina de guerra. Con la pérdida de Gibraltar y Menoría, había mostrado la debilidad naval de un país que era una potencia colonial. Se construyeron arsenales y nuevos astilleros, y al final del reinado, la armada comenzaba a tener un volumen importante.

    Felipe V insistió especialmente en la reivindicación de la autoridad de la Corona sobre la Iglesia española, lo que se denomina el regalismo. Esa posición firme tuvo muchos conflictos, e incluso el procesamiento de algún ministro por la Inquisición.

    Bajo el reinado de Felipe V se inició la política económica de promoción de la industria y el comercio: se suprimieron las aduanas estatales, se creó un decreto que permitía la libre circulación de productos, se ratificaron las medidas mercantiles, como la prohibición de importar manufacturas textiles o la de exportar grano; se crearon las primeras reales fábricas y se intentó reanimar el comercio colonial mediante la creación de compañías de comercio, aunque no tuvieron demasiado éxito.

    3.3 Ley sálica.

    Es una ley borbónica, impuesta por Felipe V, que dicta que la mujer no puede heredar la corona, por lo tanto, no puede gobernar, es decir, sólo heredan los hombres. Si el rey no tiene descendencia masculina, la corona pasa a manos de su respectivo hermano mayor. Con la llegada al poder de este rey se suprimió lo que anteriormente era permitido, que la mujer heredara la corona.

    4. Fernando VI.

    Fernando VI fue un hombre muy enfermizo. El reinado estuvo protagonizado por el marqués de Ensenada. Su programa político se encaminaba a reforzar el Estado absoluto, pero consiguiendo un crecimiento económico que le permitiera modernizar al país, y hacerle competitivo respecto al resto de Europa. Había que potenciar y salvaguardar el imperio colonial, para lo cual se hacía imprescindible aumentar las fuerzas armadas.

    A partir de 1748, España disfrutó del periodo más largo de paz en mucho tiempo. La pacificación no fue un fin en si mismo: era imprescindible para afrontar el programa de reformas internas.

    Entre los proyectos de Ensenada, el primero era la reforma fiscal. Se trataba de eliminar el complicado sistema de impuestos e imponer el modelo del catastro, un impuesto único sobre las propiedades y las rentas, que incluiría a los estamentos privilegiados. En 1749 se firmó la Real Cédula, lo que se ha llamado el Catastro de Ensenada. Pero las protestas y las presiones de las clases privilegiadas llevaron a abandonar el proyecto. Sí se consiguió aumentar los ingresos de la Hacienda. El gobierno de Fernando VI también tomó algunas medidas positivas en el terreno económico: se suprimieron los impuestos que gravaban el tráfico interior de grano y se liberalizó el comercio colonial.

    La actuación más significativa fue el reforzamiento de la Armada. La política naval, que amenazaba a Inglaterra, fue la que provocó la caída de Ensenada. Se formó un grupo de oposición probritánico en la Corte, que convenció al rey de que le destituyera en 1754. El nuevo equipo de gobierno paralizó las reformas de Ensenada. No obstante, en 1759, el balance era positivo: la situación interna más próspera, y el potencial militar de España se había incrementado, tras una década de paz.

    5. Carlos III.

    Partía del concepto del Estado absoluto, de la monarquía omnipotente y de la soberanía real exclusiva, pero hacía hincapié en el papel del gobernante como benefactor de su pueblo. La política era concebida en beneficio del país, pero sin contar con el, según el axioma: “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.

    La parte de Fernando VI y Ensenada ya correspondía a tal definición. Carlos III y los ministros ilustrados pretendían introducir cambios en la vida económica, para mejorar la agricultura, la producción industrial y el comercio. Pero no eran revolucionarios.

    El bienestar de la población sólo era un objetivo secundario.

    5.1 El Motín de Esquilache.

    Al morir Fernando VI sin descendencia, la corona pasó a manos de su hermanastro Carlos de Nápoles. Carlos III era un hombre capaz, con veinticinco años de experiencia de gobierno en Nápoles y que ejerció el poder de forma permanente.

    Carlos III mantuvo a los secretarios de su predecesor, pero puso al marqués de Esquilache, al frente de la Hacienda. Los nuevos ministros querían poner en marcha un programa reformista. En sus informes, arremetían contra la amortización de tierras, los privilegios fiscales de la nobleza y la Iglesia y las trabas al desarrollo del comercio.

    En 1756 se decretó la libertad de precio del trigo, con el fin de estimular la competencia. Pero la mala cosecha de ese año y el almacenamiento del grano por parte de los especuladores dispararon los precios y provocaron la escasez.

    El ambiente de tensión fue aprovechado por los opositores al gobierno reformista. Se atribuía a Esquilache la culpa de la falta de pan.

    En marzo de 1766 estalló en Madrid el llamado Motín de Esquilache. El ministro había prohibido las capas y los sombreros de ala ancha, bajo los que se ocultaban los salteadores que pululaban por la noche madrileña. La medida, impopular, fue aprovechada por los agitadores, y en la mañana del día 23 estalló la revuelta popular, que duró tres días. El motín se reprodujo en otros muchos pueblos y ciudades del reino.

    Las consecuencias del motín fueron importantes. Carlos III despidió a Esquilache, y puso al frente del gobierno al conde de Aranda. La revuelta fue aprovechada para justificar la expulsión de los jesuitas. Se atribuía a la orden un enorme poder.

    En 1767, con el pretexto de que los jesuitas estaban detrás del motín, Carlos III firmó la orden de expulsión y la dedicación de sus bienes a fines educativos.

    La expulsión formó parte de la política regalista del rey. Carlos III mantuvo tensas relaciones con los papas.

    5.2 El Giro Conservador.

    A partir de 1766, Carlos III dio un giro a su orientación política. Confió la gobernación a hombres conservadores. El rey había experimentado miedo a las clases populares, y por otra parte no quería enajenarse el apoyo de la nobleza y de la Iglesia.

    Durante diez años el Conde de Aranda llevó a cabo una política más moderada. En 1776 le sucedió su rival en la corte, el Conde de Floridablanca. Este había abandonado su posición reformista: centralizó toda la autoridad en sus manos, y adoptó una política cada vez más conservadora. Campomanes, Olavide o Jovellanos, vieron como se iba perdiendo el impulso modernizador y se abandonaban los proyectos de reforma. Cuando el rey murió, en diciembre de 1788, Floridablanca continuó al frente del gobierno de su hijo, Carlos IV.

  • Política de reformas.

  • En el terreno de la agricultura se dieron cuenta de la necesidad de reformarla si querían modernizar el país. Se denunció en perjuicio que ocasionaba la amortización, la necesidad de detenerla y de desarrollar el mercado. Se encargó un enorme informe sobre los males de la agricultura, que dio lugar a un brillante estudio de Jovellanos. Los grupos privilegiados se opusieron frontalmente a cualquier intento de reforma que atentara contra sus intereses, y Carlos III no estaba tampoco dispuesto a recortar los privilegios.

    Los reformistas ilustrados intentaron igualmente promover las manufacturas. La política de rearme naval permitió aumentar la producción de astilleros y fábrica de armas. De nada sirvió la Real Cédula de 1783, por la que Carlos III declaraba “honrosos” los oficios: los nobles y los burgueses que aspiraban a serlo continuaron desviando sus capitales hacia inversiones no productivas.

    En 1778 un decreto amplió el libre comercio colonial a la mayor parte de los puertos españoles. Fue muy importante sobre todo para la industria barcelonesa. Estimuló el comercio colonial e hizo crecer los beneficios de los grandes comerciantes.

    La situación de la Hacienda real fue estable hasta que la guerra contra Inglaterra provocó un fuerte endurecimiento. Se dedico a emitir los vales reales, certificados de deuda pública amortizable. El éxito de las emisiones llevó a crear el Banco Nacional de San Carlos, primer banco nacional. Este pasó a controlar la circulación de los vales, se hizo cargo de los pagos de la Hacienda e invirtió en el comercio colonial. Pero no pudo evitar la depreciación de los vales, por lo que acabó teniendo pérdidas importantes.

    Los ilustrados estaban preocupados por la difusión de las innovaciones técnicas. Enviaron técnicos al extranjero, organizaron expediciones científicas y promovieron las publicaciones técnicas. También se sirvieron de las Sociedades de Amigos del País, que se extendieron por muchas ciudades, sobre todo en el interior, hasta llegar al centenar. Organizaron cursos de agronomía, oficios y técnicas manufactureras, subvencionaron a estudiantes y establecieron bibliotecas.

    Sus resultados fueron menos importantes de lo esperado. Los interesados eran los propietarios y los privilegiados. La mayoría de los campesinos y talleres continuaron apegados a las viejas costumbres.

    Otra de las creaciones de Carlos III fueron las Reales Fábricas, con el fin de fomentar la industrialización española. Creó fábricas de paños, de armas, de porcelana, de tapices, etc.

    6. Carlos IV.

    Carlos IV era un hombre débil, políticamente inepto y dominado por su esposa. Se desentendió del gobierno, que tuvo inicialmente en manos del conde de Floridablanca.

    En mayo de 1789 decidió convocar Cortes generales para que jurasen a su heredero, el futuro rey Fernando. Las Cortes abolieron la Ley Sálica fijada por Felipe V.

    La revolución francesa provocó en España una reacción política conservadora. Dio lugar a la disolución de las Cortes. Sucesivos decretos y órdenes prohibieron la entrada de propaganda y establecieron una rígida censura. La vida intelectual de la Corte se extinguió.

    La tensión con Francia fue aumentando. A Floridablanca le sucedió Aranda. En 1792. El conde intentó mantener una política de negociación con Francia. El fin de la monarquía francesa y el procesamiento de Luis XVI provocaron la caída de Aranda y la llegada al poder de Manuel Godoy.

  • El valimientote Godoy.

  • Godoy, valido del rey, debía su ascenso al apoyo de los reyes, y especialmente de Maria Luisa de Parma. Demostró tener cierto talento político y una capacidad de trabajo considerable.

    Tras el fracaso en el intento de salvar la vida de Luis XVI, en marzo estallo la Guerra de los Pirineos contra la república francesa. LA guerra, que terminó en julio de 1795 con la paz de Basilea, tuvo graves consecuencias: entrega de Santo Domingo y una serie de acuerdos secretos de comercio favorables a Francia.

    En agosto de 1796 se renovaron los acuerdos con Francia (primer Tratado de San Ildefonso), que llevaron a España a entrar en guerra contra Inglaterra. Los ingleses derrotaron a la escuadra española en el Cabo de San Vicente y el gobierno de Godoy se vio obligado a autorizar el tráfico con barcos neutrales y a negociar la paz por separado.

  • La primera desamortización.

  • El gobierno tuvo que afrontar la gravísima crisis financiera de la Corona. Las guerras habían disparado los precios y el hambre se extendía entre la población.

    El gobierno puso en marcha en enero de 1798 la primera desamortización de bienes de la Iglesia. Se trataba de expropiar y vender los bienes raíces de la Iglesia destinados a obras de beneficencia, dedicando el importe a la amortización de la deuda. Sin embargo, la deuda no dejó de crecer. El desmantelamiento de las instituciones de beneficencia perjudicaba a las clases más desfavorecidas.

    La Iglesia reaccionó con dureza contra el desprestigiado Gobierno, a quien acusaba por su política de apoyo a los ilustrados. En marzo de 1798, tras la humillante paz con los ingleses, los reyes optaron por despedir a Godoy.

  • Alianza con Napoleón.

  • En 1800, tras su llegada al poder, Napoleón forzó la firma del segundo tratado de San Ildefonso y la vuelta de Godoy. Un año después, Francia y España entraron en guerra contra Portugal. La guerra de las Naranjas fue un paseo militar que permitió a Godoy cubrirse de honores. Aunque Portugal fue derrotada, no cumplió la parte del tratado que le prohibía el comercio con Inglaterra, entre otras.

  • Batalla de Trafalgar.

  • En 1804 estalló una nueva guerra contra Inglaterra, la Batalla de Trafalgar. En esta batalla se dio el desastre que supuso el fin de potencia naval española y la pérdida del ya precario control marítimo español sobre sus colonias americanas. Después de Trafalgar declina definitivamente la capacidad naval española.

    Entre 1806 y 1807, Godoy intentó desmarcar al país de la alianza con Francia. Pero ya no tenía respaldo alguno. Se le veía como responsable de la derrota militar, del colapso del comercio colonial y de la grave situación económica y social del país, castigado por las epidemias y las malas cosechas.

    Esquema del reinado de Carlos IV.

    7. Guerra de la Independencia.

    La crisis del reinado de Carlos IV había demostrado que era imposible modernizar el país por la vía del reformismo ilustrado. La Guerra de la Independencia ratifica la quiebra del Antiguo Régimen. Durante la guerra, el pueblo español adquirió conciencia de su entidad nacional y de su soberanía.

    El reinado efectivo de Fernando VII supuso un paréntesis de reacción. Durante veinte años de gobierno despótico los liberales fueron perseguidos y las reformas aplazadas, pese al breve periodo de libertad del Trienio Constitucional.

    7.1 Antecedentes.

    A finales de1807 la situación social y económica del país era muy grave. Las guerras sucesivas, el hambre causada por la escasez de las cosechas y las epidemias habían provocado una importante mortalidad. Los precios se habían disparado.

    A esto se le sumó la bancarrota del Estado. Las guerras continuas habían provocado un endeudamiento creciente: ni los vales reales ni la desamortización habían conseguido aliviarla.

    La indignación de todos los grupos sociales se dirigía contra Godoy, pero también contra los reyes, por mantenerle al frente del Gobierno. Los privilegiados arremetían contra él por su origen plebeyo, su política contra la Iglesia y porque protegía a los ilustrados.

    La oposición se fue concretando en torno al príncipe Fernando, apartado del Gobierno por Godoy, al que odiaba. Sus partidarios supieron propagar una imagen del príncipe positiva y presentarle ante el pueblo como el único salvador posible del país y de la dinastía.

    En octubre de 1807 fue descubierta una primera conspiración de Fernando, que acabó obteniendo el perdón de sus padres en el llamado proceso del Escorial, tras delatar a sus propios partidarios.

  • Tratado de Fontaineblau.

  • El bloqueo continental decretado por Napoleón en 1806 contra el comercio británico fue respaldado por la mayoría de Estados europeos. Pero los portugueses se negaban a cumplirlo, y en verano de 1807 Napoleón decidió invadir Portugal. Firmo con el gobierno español en Tratado de Fontaineblau, por el que se autorizaba al ejército francés a atravesar España camino de Portugal. Las tropas francesas acabaron con la resistencia portuguesa y tomaron Lisboa.

    7.3 Motín de Aranjuez.

    Entre noviembre y febrero de 1807 entraron en España varios cuerpos de ejército, más de los pactados en Fontaineblau. Se acuartelaron en carias ciudades alejadas de la ruta hacia Portugal. En febrero Napoleón puso a su cuñado, el general Murat, al frente de sus ejércitos en España.

    Lo españoles habían pasado de la inicial simpatía y curiosidad a la alarma y al descontento. Empezaron a producirse incidentes entre la población y los soldados franceses. Quienes apoyaban a Fernando aprovecharon la ocasión para dar el golpe definitivo. En la noche del 17 al 18 de marzo de 1808 se produjo el Motín de Aranjuez. A la mañana siguiente, Godoy fue depuesto y detenido, acusado de querer huir con los reyes a América. Carlos IV se vio obligado a abdicar, cediendo la corona a su hijo.

  • Abdicaciones de Bayona.

  • Fernando VII se encontró en manos de Murat, instalado ya en Madrid. La tensión iba en aumento en la ciudad, pese a las llamadas a la calma del propio monarca. Napoleón invitó a Fernando a dirigirse hacia el norte para tener una entrevista con él.

    En Bayona (ya en territorio francés) tuvieron lugar unas negociaciones vergonzosas. Napoleón había hecho llevar hasta allí al depuesto Carlos, a Maria Luisa y a Godoy. El 7 de mayo Fernando abdicó a favor de sus padres y estos a favor de Napoleón. Carlos IV se preocupó de que a cambio él y su hijo recibieran varios castillos en Francia y enormes rentas, con las que empezaron un “exilio dorado”. Napoleón decidió entonces entregar el reino a su hermano José.

    7.5 Estallido de la guerra. Comienzo de la guerrilla.

    El levantamiento del 2 de mayo en Madrid se produjo por la alarma que había causado la salida de la capital de los miembros de la familia real. Se generalizó la lucha callejera contra los franceses, una lucha desigual que terminó con el aplastamiento de la resistencia popular. El ejército español se mantuvo al margen, sólo algunos oficiales desobedecieron y sublevaron el cuartel de artillería de Monteleón.

    Murat dictó un bando en el que proclamó su autoridad absoluta en todo el territorio y decretó la pena de muerte para los resistentes. Un centenar de prisioneros fueron fusilados en la montaña de Príncipe Pío y en El Pardo.

    Las clases privilegiadas y las instituciones del Antiguo Régimen. Acataron la autoridad francesa. La renuncia de Fernando VII se interpretó como impuesta a la fuerza y rechazable. En la misma tarde del día 2 el alcalde de Móstoles dictaba su famoso bando llamando a las armas contra los franceses. Otras muchas autoridades hicieron lo mismo, y en los días siguientes la rebelión se extendió por todas las ciudades del país.

    En principio, la relación de fuerzas era muy desigual. El ejército español, compuesto por unos 100.000 hombres, estaba en clara inferioridad de condiciones, aunque demostraban una gran capacidad de lucha. La intervención de unidades inglesas y de los restos del ejército portugués reforzó considerablemente la resistencia española.

    El nivel de eficacia del ejército francés tampoco fue tan alto como en otros conflictos. El número de soldados franceses fue limitado, eran fuerzas recién reclutadas y con escasa cohesión entre sí. Muchos soldados eran reclutados a la fuerza. El mando francés jamás pensó que la invasión española fuera a encontrar una resistencia seria. Cuando ésta se organizó y surgió la acción guerrillera, los generales no supieron reaccionar, y acabaron actuando, desobedeciendo las órdenes del rey José I.

    Los franceses trataron de sofocar los levantamientos urbanos surgidos por todo el país. A mediados de junio se inició el Sitio de Zaragoza, resistencia organizada por Palafox. El 19 de julio las tropas francesas sufrieron una humillante derrota en la Batalla de Bailén. José Bonaparte tuvo que abandonar ocho días después la desguarnecida capital. Los franceses se vieron obligados a levantar el sitio de Zaragoza. El cuerpo expedicionario inglés, al mando del duque de Wellington, vencía a las tropas francesas en Lisboa.

    Fue entonces cuando Napoleón decidió intervenir personalmente. Al frente de la Grand Armée, sus tropas de élite, atravesó el Pirineo en noviembre y en una campaña fulgurante ocupó Burgos, derrotó a las tropas españolas que salieron al paso y avanzó hacia la capital. Madrid se rindió el 4 de diciembre.

    Desistió de organizar desfile de los vencedores, aceptó garantizar vidas y bienes de los vecinos, y aseguró la exclusividad de la religión católica. Comenzó a dictar órdenes y decretos para acelerar las reformas sociales y económicas con el fin de mejorar la imagen del ejército y del gobierno francés. En enero derrotó a los ingleses en Galicia, obligándoles a reembarcar. Cuando Napoleón abandonó el país en enero, parecía asegurada la victoria. Días después, Zaragoza, sitiada por segunda vez, se rendía.

    7.6 La Guerra de desgaste. La guerrilla.

    En 1809 los franceses consiguieron vencer la resistencia y avanzar hacia el sur. Pese al tropiezo de Talavera, en 1810 ultimaron la conquista de Andalucía. Sólo Cádiz, resguardada por su aislamiento terrestre pudo resistir abastecida desde el mar por los ingleses. Pero los ejércitos napoleónicos estaban lejos de haber vencido. Aún quedaban unidades del ejército español, se había organizado un gobierno de guerra, la Junta Central, y la voluntad de resistencia permanecía. Se inició entonces una guerra de desgaste, caracterizada por la imposibilidad de que las tropas francesas controlaran efectivamente el territorio y por la lucha cada vez más organizada de las partidas guerrilleras.

    Las guerrillas aparecieron en 1808 como unidades de paisanos armados con el objetivos de mantener en constante amenaza a los franceses. Fueron creciendo rápidamente al sumarse a ellas civiles, delincuentes y también soldados de unidades por los franceses.

    Los guerrilleros rechazaban la batalla frontal, en la que se sabían inferiores, y optaban por golpear repetidamente, mediante emboscadas, a fuerzas reducidas del enemigo. Vivían sobre el territorio, con el apoyo de la población civil, que les suministraba víveres, información y escondites, lo que hacía muy difícil a los franceses detectarles y capturarles. Sus objetivos clave eran las líneas de comunicación, la retaguardia, los abastecimientos y los convoyes de armas.

    El efecto sobre el ejército francés era que minaba la moral de los soldados y obligaba a mantener un elevado número de hombres dedicados a misiones de escolta, vigilancia y retaguardia, lo que mermaba drásticamente las tropas que participaban en operaciones de guerra convencional. Los guerrilleros colaboraron desde el principio con las unidades de los ejércitos regulares español e inglés.

  • Giro napoleónico. Fin de la guerra.

  • En marzo, tras la derrota de Torres Vedras, los franceses abandonaron Portugal, y meses después Wellington avanzó por el sur y reconquistó Badajoz. En primavera de 1812 Napoleón tomó la decisión de atacar Rusia, cuya campaña retiró a las mejores unidades que tenía en España. En junio, las tropas de Wellington entraban en Salamanca, y un mes después tuvo lugar la batalla de Los Arapiles, que abrió el camino hacia Madrid.

    Tras el desastre de Rusia, Napoleón retiró más hombres para asegurar la defensa de Francia, dejando a las fuerzas hispano-británicas en superioridad. El 21 de junio de 1813 la batalla de Vitoria consumó la derrota francesa y obligó a José I a cruzar la frontera. El 11 de diciembre de ese mismo año Napoleón firmaba el Tratado de Valencia, por el que restituía la Corona de España a Fernando VII.

  • Consecuencias.

  • La guerra supuso un enorme colapso demográfico. Hubo medio millón de muertos, una cifra considerable para una población total de unos 11 millones en 1807, epidemias, hambrunas y exilio de miles de afrancesados.

    Los daños materiales no fueron menores. Zaragoza, San Sebastián o Gerona quedaron totalmente arrasadas. Los franceses también llevaron a cabo un importante expolio de obras artísticas.

    Los daños económicos se vieron marcados por la pérdida de fábricas y ritmo de progresión en los años previos a la guerra en las fábricas de Cataluña, y, más importante, el mercado colonial.

    Los campesinos soportaron aislamientos masivos y campos arrasados dejaron un país agotado en su principal fuente de riqueza. La guerra arruinó definitivamente la Hacienda española.

    La repercusión internacional fue que la guerra española fue decisiva para la derrota napoleónica. La guerra activó el proceso de independencia de la América española. Ante el vacío de poder creado, los grupos criollos optaron por negarse a acatar la nueva monarquía francesa. Sustituyeron las viejas autoridades, organizaron sus propias juntas y comenzaron un proceso de autogobierno que está en el inicio del proceso de emancipación de las colonias.

    La creación de la Santa Alianza, órgano formado por Austria, Rusia y Prusia, fue la consecuencia del intento revolucionario francés. Esta alianza se encargaría de mantener la situación de Europa antes de la revolución francesa.

    8. José Bonaparte.

    Se enfrentó a la difícil tarea de dirigir el país. Su posición débil, en parte porque la mayoría de la población se resistía a aceptar su autoridad, y los generales franceses actuaban en sus zonas al margen del Gobierno. Napoleón le desautorizaba, interviniendo de forma continua en el gobierno de España. Comenzó por imponer el Estatuto real de Bayona (una carta otorgada). Se trataba de dar una imagen de legalidad y modernidad a la nueva monarquía, con el fin de ganarse el apoyo de los sectores más progresistas del país.

    Siguieron una serie de medidas de modernización, supresión de Secretarías y Consejos y su sustitución por ministros, la abolición de la jurisdicción señorial y la eliminación de las barreras aduaneras interiores. Se decretó la disolución de la Inquisición, la reducción del número de conventos, la exclaustración de clérigos regulares y la expropiación de sus bienes y de parte de los de los grandes de España. Se ordenó la venta de esos bienes para amortizar la deuda.

    En 1812, Francia se anexionó todo el territorio situado al norte del Ebro. Con José Bonaparte colaboraron los llamados afrancesados. La mayoría de ellos creía que José I conseguiría evitar la disgregación económica. El fracaso de estas aspiraciones les supondría, al final de la guerra, su exilio y el de sus familias.

  • Revolución política.

  • Mientras que, en general, las instituciones y máximas autoridades del Antiguo Régimen aceptaban las abdicaciones de Bayona, la mayoría del país rechazó su legitimidad y formó sus propios órganos de gobierno. Surgieron Juntas Locales, luego las Provinciales, y en septiembre se formó en Aranjuez la Junta Suprema Central, que e convirtió en el gobierno de resistencia. Las distintas juntas estuvieron formadas casi siempre por miembros de las clases dirigentes (nobles, clérigos, intendentes, generales o burgueses ilustrados) a los que el pueblo estaba acostumbrado a obedecer. La junta asumió la tarea de reformar las instituciones del Antiguo Régimen. Tras largas discusiones, se llegó a la conclusión de que sólo las Cortes del reino elegidas por sufragio universal podían aprobar, en nombre del país, las reformas necesarias.

    Mientras la Junta, asediada en Cádiz, daba paso a un Consejo de Regencia, se celebraron las elecciones en medio de muchas dificultades. En septiembre de1810 se inauguraron las sesiones y el Consejo de Regencia entregaba toda la autoridad a las Cortes.

    9. Cortes de Cádiz. Constitución de 1812.

    La composición de las Cortes fue variando con el tiempo. Los diputados sufrieron mil penalidades para llegar a Cádiz, y se adoptó la solución de que fueran sustituidos aquellos que no pudieron atravesar las líneas francesas. La mayoría procedía de las capas medias urbanas. También un centenar de eclesiásticos y unos cincuenta miembros de la aristocracia.

    Predominaban las opiniones liberales, sobre todo al principio, puesto que entre los refugiados en Cádiz, abundaban los partidarios de las reformas.

    El liberalismo había penetrado en España procedente de Francia, pero fue muy minoritario hasta que la guerra brindó la oportunidad a quienes lo defendían de poderlo propagar. El ambiente revolucionario y patriótico de Cádiz permitió que el ideario liberal pudiera concretarse en la Constitución de 1812.

    Los liberales exigían un régimen político libre, parlamentario, en oposición al absolutismo monárquico. Los liberales defienden el derecho preferente de los más ricos y de los más notables a intervenir en la vida política. Tal preferencia se concreta en la restricción del derecho al voto y de la posibilidad de ser elegido, mediante el sufragio censitario.

    9.1 Constitución de 1812.

    Los diputados proclamaron que representaban la soberanía nacional, afirmaron el carácter constituyente de las Cortes. Tras año y medio de debates, el 12 de marzo de 1812 quedaba aprobada la primera Carta Magna de la historia de España.

    La Constitución de 1812 es un texto de gran extensión, con 384 artículos, y minucioso, porque los diputados de Cádiz eran conscientes del cambio trascendental que suponía. Especia cuidado pusieron en la formulación de los derechos del individuo, capítulo esencial de la ideología liberal y principal ruptura con el Antiguo Régimen.

    Se empieza por afirmar que la soberanía “reside el la Nación”. Se establece la división de poderes y se declara el Estado como una monarquía moderna hereditaria.

    El poder ejecutivo lo ejerce el rey, que nombra libremente a sus secretarios. En un largo artículo s recogían hasta las doce limitaciones a la autoridad real: el monarca no podía suspender o disolver las Cortes, abdicar o abandonar el país sin permiso de las Cortes, llevar una política exterior no supervisada por la cámara, contraer matrimonio sin su permiso o imponer tributos.

    El poder legislativo reside en “las Cortes con el Rey”. Las leyes las hacen las Cortes, pero el rey las promulga y sanciona, aunque también dispone de veto. Las Cortes serán unicamerales y elegidas por sufragio universal indirecto de lo varones mayores de 25 años. Sólo pueden ser diputados quienes tributen a Hacienda una cierta cantidad. Las Cortes tienen un mandato de dos años.

    El poder judicial corresponde a los tribunales, y se reconocen des fueros especiales: el militar y el eclesiástico.

    La Constitución reconocía expresamente la confesionalidad del Estado y la exclusividad de la religión católica. Se establecía también un ejército permanente bajo la autoridad de la Cortes, y una milicia nacional para reforzar el ejército en caso de guerra y de servir de cuerpo de defensa liberal.

    La administración del Estado, hace que el país se divida en provincias, y se establece la elección popular de los alcaldes.

    La Constitución tuvo tres periodos de vigencia.

    9.2 Otras medidas de la Constitución de Cádiz.

    Los diputados de Cádiz llevaron a cabo una importante legislación ordinaria, que complementó las decisiones incluidas en el texto constitucional. EL agosto de 1811 se decretó la abolición del régimen jurisdiccional. Al no definirse con claridad qué pagos quedaban eliminados, los señores siguieron cobrando las rentas.

    Se decretó la eliminación del mayorazgo y se declaró la libre propiedad. Fueron suprimidos los gremios.

    Se estableció la libertad de prensa al servicio de la opinión pública, aunque se excluían cuestiones religiosas.

    Las Cortes aprobaron una abundante legislación religiosa. Se eliminó la Inquisición. Hubo también conflictos con el clero reaccionario. Se puso en marcha la desamortización de bienes propios y baldíos, con el fin de amortizar deuda y recompensar a los militares retirados.

    La mayor parte de esta disposiciones fue derogada en 1814, al restablecerse el absolutismo.

    Persona en la que el rey delega sus funciones, incluido en firma y sello. Ejerce como si fuese rey, pero no lo es salvo en que realiza la misma función gubernamental. Ejemplo: Conde-Duque Olivares.

    Junta que asumió todo el poder del país. Su función era coordinar las acciones de las juntas provinciales y asumir el gobierno en nombre del rey.

    Personajes españoles que apoyaron la situación de la revolución francesa. Se forma por la nobleza alta y el clero alto. La burguesía ilustrada no apoyó el movimiento de los afrancesados debido al suceso del 2 de mayo en Madrid.

    El rey puede suspender las leyes por dos veces como máximo en un periodo de tres años.




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    Enviado por:Ibanez
    Idioma: castellano
    País: España

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