Deporte, Educación Física, Juegos y Animación


Escalada


  • Introducción

  • Hace ya unos cuantos miles de años, el hombre primitivo se dedicaba a trepar árboles, subir montañas, coger alimento a altura considerable... por ello no nos debe extrañar de afirmar de que la escalada viene con el nacimiento del hombre.

    Aunque si es cierto, que quizás se puede considerar poco osado denominar escalada al simple hecho de realizar actividades de la vida cotidiana de los hombres de antaño. No obstante no debemos olvidar que muchas actividades o movimientos rudimentarios, muchos de ellos destinados a la supervivencia, ha derivado en increíbles y exitosas modalidades deportivas que muchas pasaron, por el simple hecho de detallarlas con mayor especificidad y adaptarlas a los tiempos que corren, se adjudica a los inventores y padres de tal modalidad.

    No obstante, no pretendemos desmerecer ese entusiasmo e interés que muchas personas vuelcan en buscar variantes o “inventar” nuevas disciplinas deportivas, pero no se nos antoja digno, olvidarnos de esos hombres y mujeres de antaño que sin tener ni una milésima parte de los medios y posibilidades recursos que se poseen en la actualidad, fueron capaces de demostrarnos tantos valores, capacidades, y tantas posibilidades de movimiento que poco a poco se han ido heredando, evolucionando y ajustando a la persona, al deportista actual.

  • La escalada: origen y evolución.

  • El nacimiento de la escalada como modalidad deportiva para muchos se antoja algo reciente y novedoso, pero no debemos olvidar que ya desde antaño el hombre primitivo, corría, saltaba, TREPABA, .... Esta trepa fue evolucionando dando lugar hoy en lo que conocemos como escalada. Por eso, afirmar que “la escalada es tan antigua como la aparición del hombre” no es ninguna barbaridad. Los hombres primitivos se subían a los sitios y lugares más recónditos para buscar su alimento, para proteger sus vidas de posibles peligros derivados de la madre naturaleza, de esta forma la escalada pasó a formar parte de su vida cotidiana, del día a día.

    Como la mayoría de las actividades / modalidades deportivas existentes en la actualidad, que provienen todas ellas de acciones, movimientos básicos que poco a poco fueron puliéndose y especificando hasta derivar en disciplinas deportivas, la escalada es el resultado de una actividad natural y espontánea y que poco a poco fue adaptándose y ajustándose a las necesidades de los deportistas que la practican.

    Es a partir de los años 70 cuando aparece lo que la mayoría de personas especializadas y estudiosas del tema han denominado “escalada deportiva” o “libre”. Esto podemos definirla como aquella que se realiza sin ayuda artificial, con las únicas presas naturales que presenta la roca, ya que la cuerda, el arnés, los mosquetones,.... sirven solamente para asegurarse, no por la progresión. Es decir, en pocas palabras y para plasmar en una idea esta modalidad deportiva, podemos decir que se trata de salvar un pasaje en las rocas por propio esfuerzo.

    Pero no debemos caer, en el tópico de que la escalada tiene como fin último vencer un pico, una altura, una cumbre,... ya que posee un valor intrínseco que va más allá, nos estamos refiriendo a las sensaciones que ofrece la actividad misma, a vence los desequilibrios, a enfrentarse a situaciones cargadas de incertidumbre, al disfrute y goce de la más amplia gama de movimientos,.... y un sin fin de motivaciones que hacen de esta modalidad deportiva encuadrada dentro de las actividades en el medio natural, un reto para cualquier persona.

    Ha sido tal la evolución de esta actividad que en la actualidad ha derivado en un amplio abanico de variantes, unas más complejas, otras más simples, unas más arriesgadas,... hasta el punto de que no debemos olvidar que en la actualidad cualquier sitio puede ser escalable, y muchos expertos de esta modalidad deportiva han hecho de la escalada un estilo de vida.

    III. Seguridad y prevención de accidentes en escalada.

    Es el tema más importante y delicado desde el punto de vista educativo, por lo tanto deberemos abordarlo con seriedad y profundidad, transmitiendo esta idea a los alumnos. Las clases en el centro escolar siempre deberán cumplir la siguiente norma de seguridad: no subir a más de dos metros y medio del suelo y colocar colchonetas debajo de la zona de actividad Es conveniente formar grupos de clase estables que se encarguen, asumiendo la responsabilidad por turnos (estos pueden ser semanales), de revisar tanto la consistencia de las presas como de la colocación de protecciones, colchonetas, etc.; el profesor no debe relajarse en este tema y participar de forma activa.

    Hay dos tipos de actuaciones en relación con la seguridad:

    Llamamos SEGURIDAD ACTIVA a las maniobras que realizan movimientos (tres apoyos como mínimo, peso sobre los pies, etc.) y utilización de elementos materiales (cuerdas, arnés, ochos, cintas exprés, etc.); y a las actitudes (atención, concentración respecto al compañero y a uno mismo) que toman las personas en el momento o durante la realización de la actividad .

    La SEGURIDAD PASIVA hace referencia a las precauciones y revisiones que se realizan antes de iniciar la actividad (protección de elementos que podrían resultar peligrosos, revisión del material, revisión de la zona de escalada, accesos, vías, posibles caídas de piedras, etc.). Antes de realizar cualquier práctica debemos revisar los elementos que se van a utilizar, buscando minuciosamente cualquier saliente, punta, objeto cortante, etc., que pudiera tener el gimnasio, para protegerlo con algún elemento evitando su peligrosidad. También, como se ha dicho anteriormente, explicaremos claramente a los alumnos que la altura máxima de ascenso sin la protección del arnés y la cuerda no puede exceder los dos metros y medio o la altura de las espalderas, además de colocar colchonetas debajo cuando algún movimiento tenga riesgo de caída.

    A continuación, plasmaremos a grandes rasgos algunas de las ACCIONES PREVENTIVAS a tener presente en la ESCALADA.

    • Respetar el tiempo, un solo parte meteorológico no siempre es suficiente, ante la duda no salir. Muchos accidentes se han producido por no tener previsiones del tiempo o por cambios bruscos de éste.

    • En relación con el punto anterior, las tormentas son peligrosas, se han producido bastantes muertes por rayos.

    • La rotura de cuerdas. Las cuerdas actualmente son de muy buena calidad pero no resisten las caídas sobre aristas o el apoyo sobre ellas, el contacto con productos químicos como el ácido de las baterías, la pintura que se utiliza para marcar a veces la mitad de la cuerda, etc., también las puede deteriorar.

    • Las cuerdas que se han usado muchas veces para escalar de segundo no se deben utilizar para escalar de primero.

    • Una cuerda que haya sufrido muchas caídas pequeñas, no deberá utilizarse para escalada en roca.

    • No fiarse de una cuerda que tiene cinta aislante, puede esconder daños importantes.

    • Los mosquetones se pueden abrir si no están bien colocados, el gatillo en malas posiciones, etc. hay que revisarlos siempre.

    • Cuidado al encordarse, al atarse con la cuerda al arnés y al descolgar al compañero, han ocurrido varios accidentes por no estar bien realizadas estas maniobras.

    • No hay nada mejor y más seguro que el arnés de dos piezas, el de cintura con el suplemento de pecho (no el arnés integral que es incómodo y doloroso).

    • El rápel con nudo dinámico y mosquetón y el rápel sincronizado sólo se debe hacer en clase sin altura (máximo dos metros y medio).

    • La comunicación insuficiente es otro peligro, malos entendidos han producido muchos accidentes, al hablar con el compañero se dan órdenes incompletas o el que las debe recibir no está atento (suelen ocurrir en rocódromos). La comunicación óptica puede ser la solución cuando la situación lo permite.

    • No confiar en anclajes y chapas oxidadas, herrumbrosas o con mala presencia.

    • Llevar la cuerda entre las piernas escalando de primero, enrollada o cruzada es peligroso.

    • Para rapelar no sirve cualquier clavo o anclaje, revisar bien dónde fijar la cuerda antes de iniciarlo.

    • El casco se ha demostrado que es un elemento de seguridad imprescindible en escalada. Los de ciclista sin rendijas por donde se pueden colar piedras son adecuados.

    • La situación jurídica de los “sin casco”, si se producen lesiones -y con ellas gastos - por no llevar casco, podrá recaer sobre el herido, al menos parte de la culpa y en ocasiones toda ella.

    • Utilizar un bloqueador automático grigri, aumenta la seguridad en un rocódromo.

    • Sujetar la cuerda entre los dientes antes de chapar puede resultar peligroso.

    • El que asegura debe estar entre dos y tres metros de la pared, además si esta asegurando a un compañero/a que pesa más que él deberá anclarse a un elemento seguro.

    • Nunca se debe descender a un compañero pasando la cuerda por una cinta o cordino, ya que se queman con el roce de la cuerda.

    IV. MODALIDADES DE ESCALADA DEPORTIVA. ESTILOS DE ASCENSIÓN.

    No debemos olvidar que existen diferentes lugares en los que podremos practicar la escalada. Por ejemplo tenemos rocódromos (muy utilizados en las escuelas en la actualidad), muros artificiales de escalada, edificios de piedra, torres antiguas, o simplemente una pared o un muro al que le adherimos unas piedras a no mucha altura, nos pueden servir para desarrollar la escalada como contenido en cualquier centro escolar.

    A continuación plasmaremos en un cuadro esquemático algunos de los diferentes tipos / modalidades de escalada deportiva ó libre. Nos podemos encontrar:

    MODALIDADES DE ESCALADA DEPORTIVA

    TOP ROPE

    Ascensión realizada con éxito, sin caídas, escalando de segundo si se realiza el primer intento, se llama “TOP ROPE A VISTA”.

    ROT DUNT

    Ascensión realizada con éxito, sin caídas, escalando de primero, pero ya conociendo la vía, viendo como otra persona lo ha realizado e incluso nos dan detalles de ella.

    A FLASH

    Ascensión, realizada con éxito, sin caídas el primer intento, pero con el conocimiento de haber visto realizando.

    A VISTA

    Ascensión realizada con éxito, sin caídas, sin previo conocimiento de la vía, escalando de primero.

    SÓLO O SÓLO INTEGRAL

    Ascensión realizada individualmente y sin ningún tip de seguridad material. No se aconseja debido a la alta peligrosidad. Se puede confundir con la “escalada libre”.

    SOLITARIO

    Ascensión realizada individualmente pero utilizando cuerdas y materiales de seguridad para la progresión.

    V. MOVIMENTOS BÁSICOS.

    Cada escalada es diferente y el proceso de descubrir qué es lo que funciona en cada vía y con cada persona, mantiene la novedad y la emoción durante la coreografía del ascenso.

    Hay numerosas reglas fundamentales aplicables a todo tipo de escalada que debes conocer: la coordinación armónica de manos y pies permite movimientos más fluidos; a menudo el equilibrio, la agilidad y la flexibilidad son mejores armas contra la gravedad que la fuerza bruta. Generalmente la resistencia resulta más importante que la potencia a secas; hay que saber ahorrar fuerzas manteniendo el peso sobre los dos pies, en lugar de colgarse de los brazos; la mejor manera de hacer una escalada significa subir con el menor esfuerzo posible. Y para finalizar, estar relajados es haber ganado media batalla. Es cierto; la escalada resultan en gran medida pura intuición y los movimientos vendrán con más naturalidad si tu mente está relajada.

    La regla fundamental para escalar un muro vertical es mantener el peso sobre los pies. Están mejor preparados para soportar el peso que los brazos, ya que estos se cansan más rápidamente independientemente de lo fuertes que los tengas. Mantener el peso sobre los pies es el resultado de llevar el cuerpo en buena posición. En los muros con inclinación inferior a 90 grados (es decir, semiverticales) el cuerpo debe permanecer en la misma posición erguida que llevas cuando caminas por el suelo, con el centro de gravedad directamente en los pies. Y esto por las siguientes razones: primera, la posición vertical es la única naturalmente equilibrada. El primer reflejo de los principiantes, aplastarse contra el muro, puede que Íes haga sentir más seguros pero la verdad es que desequilibra completamente el peso del cuerpo y cuando este desequilibrio se transmite a los pies, estos tienden a patinar fuera de la presa. Segunda razón: cuando el cuerpo está en posición vertical, la cara del escalador no está pegada al muro (de esta forma tiene mayor campo de visión para ver cómo y por dónde proseguir). Así que ponte erguido y bien equilibrado sobre los pies, manteniendo sobre ellos todo tu peso.

    V.1. USO DE LOS PIES

    Básicamente debemos escalar con los pies, empleando los brazos únicamente para mantener el equilibrio mientras te desplazas de un agarre a otro. Al principiante le suele costar fiarse de sus pies, sin embargo, sólo cuando te percates de que los pies de gato agarran perfectamente sobre la pared, podrás empezar a explorar las diferentes maneras de utilizar las presas.

    Además de la adherencia pura, donde simplemente pegas lo más posible la suela de tus pies de gato a las presas o al muro, hay maneras básicas de mantenerse sobre las presas que a continuación analizamos.

    • Técnica de punteo

    Hay que apoyar toda la suela que puedas sobre la mayor superficie posible, para maximizar la adherencia. Los principiantes tendrán que esforzarse conscientemente en hacer fuerza con los dedos para mantener el agarre. A veces puntear depende más de la propia capacidad para elegir un buen lugar donde hacerlo, de la agudeza visual para saber localizar irregularidades, pequeñas rugosidades y muescas. En declives más uniformes llevar el talón bajo permite que la goma bajo la planta del pie, relativamente más ancha que el resto, se adhiera mejor al terreno permitiendo a los músculos gemelos una posición más relajada. El punteo o canteo frontal provoca mayor esfuerzo en pies y gemelos que la acción de cantear lateralmente.

    Por inseguro que pueda parecer en un primer momento, cantear frontalmente, como cualquier movimiento de la escalada vertical, resulta algo natural que se aprende fácilmente, descubrir cómo mantenerse en un ángulo imposible y colocar de manera óptima el pie es sólo cuestión de tiempo y experiencia. Gracias a las superadherentes suelas de goma cocida, hoy en día puntear constituye la mejor manera de sacar partido a las presas de pie más indefinidos.

    • Cantear

    El canto del pie de gato se coloca directamente en la parte mejor y más aguda de la presa, y al descansar el peso del cuerpo sobre los pies la suela encuentra un agarre firme, adaptándose y "mordiendo" el canto del mismo. En las vías verticales o extraplomadas, cantear es la mejor manera para que la parte inferior del cuerpo del escalador esté más cerca del muro, lo que distribuye mejor el peso del cuerpo y reduce el esfuerzo de los brazos. El canteo lateral es el método básico para mantenerse sobre las presas de pie, pero es necesario practicarlo mucho para sacarte el mayor partido.

    Generalmente se cantea con la parte interior del pie, cerca del dedo gordo, porque tanto tu pie como la mayoría de los pies de gato actuales están diseñados para mantenerse mejor sobre esta zona de la zapatilla. Además - ya tendrás ocasión de comprobarlo- cuando canteas en pequeñas presas es muy importante poder "sentir" lo bien o mal que el pie de gato agarra, y es justo alrededor del dedo gordo donde tu pie está más sensible y mejor preparado para ello.

    Aunque normalmente se escala de cara al muro, muchas veces tendrás que pasar una pierna por debajo de la otra, especialmente al hacer travesías; en estos casos es esencial saber realizar perfectamente cualquier canteo exterior.

    • Giro de cadera

    Esta técnica se emplea especialmente en terrenos verticales; también en este caso se utiliza el canteo pero con la parte exterior del pie, para conseguir mayor alcance con las manos y forzar las caderas hacia arriba. El canteo exterior casi siempre se hace con la parte del pie que nace justo detrás del dedo meñique. La estructura de los huesos del pie hacen que esta zona sea rígida, en clara oposición al resto de la parte exterior del pie, más carnosa y flexible, que haría que el canto del pie resbalara fuera de la presa. Y más en este caso en que el pie está retrasado. El giro de las caderas es conocido como "bloqueo lateral" o "lolotte".

    • Talonear.

    Básicamente, talonear consiste en enganchar o empotrar el talón del pie de gato en cualquier protuberancia que admita semejante movimiento. La mayoría de las veces el pie se levanta de golpe sobre la cabeza y se apoya por el talón sobre una gran presa. Desde esta posición el talón presiona sobre la presa, mientras el pecho se dobla hacia el muro y hacia arriba hasta alcanzar con la mano la presa sobre la que se talonea.

    Cuando en un muro vertical hay que hacer movimientos laterales, el cuerpo cuelga hacia atrás de tal forma que parece querer separarse de la cara. Para limitar el efecto de la gravedad los escaladores prefieren talonear sobre un agarre lateral que esté por debajo de su cintura, para mantener el cuerpo en buena posición mientras tengan presa para las manos. De todas formas talonear requiere mucha flexibilidad y energía. Constituye una técnica que tiene muchas aplicaciones y variaciones, pero lo más habitual es emplearla cuando se necesita un "tercer brazo", o para mantener un equilibrio que de otra manera sería imposible.

    • Paso en X

    El paso en X es el proceso de contraponer los pies sobre presas oblicuas bastante separadas entre sí, lo que hace que las piernas adquieran una típica posición en equis. El problema clásico de este paso surge en los diedros, donde el escalador mantiene el equilibrio contraponiendo la fuerza de ambas piernas. En esta posición, la presión que se ejerce sobre las presas puede resultar insuficiente, especialmente si las presas son pequeñas o están en declive. Las posibles variaciones son incontables: puedes hacer un giro de cadera sobre un pie, puntear con el otro, apoyar la palma de una mano mientras la otra se agarra...; las claves son flexibilidad y equilibrio.

    En términos generales, las NORMAS a seguir son las siguientes:

    * No desplaces los pies hasta que no estés seguro de dónde los vas a poner. El tamaño y la situación de la presa determinan su utilidad. Siempre que puedas, coloca los pies por debajo de las manos para aliviar el esfuerza de la parte superior del cuerpo.

    * Coloca el pie justo en la parte mejor de la presa. Enfoca la presa como un arquero la diana y concéntrate en ella en cuanto pongas el pie encima.

    * Desplaza el peso de una presa a otra con fluidez.

    * Manten el pie totalmente inmóvil mientras permaneces sobre un apoyo. Utiliza como bisagra la articulación de las caderas para independizar los movimientos de la parte superior del cuerpo, porque mover el pie puede significar resbalar fuera de la presa. Concéntrate en mantener los pies quietos y en la fluidez de movimientos, sobre todo al transferir el peso. Con un poco de experiencia ya verás como todo esto te sale con naturalidad

    V.2. LAS PRESAS DE MANOS.

    Las presas de manos modulares pueden tener cualquier forma y tamaño. En los muros verticales, en donde tus brazos han de soportar mucho peso, se suelen colocar agarres grandes, pero esto no significa que siempre sea así. En las vías con un ángulo poco exagerado, las manos sirven más que nada para mantener el equilibrio, siendo posible la superación incluso sobre una pequeña regleta. Pero a medida que el muro se va desplomando va siendo más complicando mantenerse sobre las presas, y ello va exigiendo una mayor potencia por tu parte. Por ello es necesario agarrotarse, ya que es la manera más rápida y segura de agotarse prematuramente y caer del muro.

    Mientras seleccionas mentalmente las presas de manos, planea e imagina la mejor secuencia. Cuanto más separadas y mas por debajo de los hombros estén las manos, más extenuante resultará el trabajo de los brazos.

    • Cómo agarrar la presa

    Debemos mover bien los dedos sobre la presa para localizar la mejor forma de agarrarla; si notamos un buen borde para los dedos, aunque sea pequeño, "pínzalo". A veces encontraremos un relieve donde apoyar la palma de la mano, lo que añadirá seguridad a nuestra presa. Cuando encontramos una buena mo sigamos buscando.

    A continuación analizamos los distintos tipos de presas que podemos utilizar.

    • Presa abierta.

    En la presa abierta los dedos siguen el contorno de la roca sin proyectarse hacia fuera, de esta forma no tienen que soportan el tremendo esfuerzo que genera un apalancamiento. La presa abierta constituye la mejor alternativa en presas redondeadas o en grandes agujeros. A medida que la presa resulta más escasa, no sólo hay "menos" donde agarrarte, sino que la fuerza que deben hacer tus dedos se incrementa dramáticamente: aquí es donde el pulgar entra en acción.

    • Presa de yemas

    Hacerlo con los dedos juntos y doblados, poniendo el dedo pulgar sobre el índice para reforzar la presa. Esta forma de agarrarse se llama "presa de yemas" por ser esta parte de los dedos la que está en contacto con el muro. Como el pulgar se apoya directamente en el muro, soporta mucha menos presión que los demás dedos; además, el pulgar es el dedo más fuerte y añade una considerable potencia a tu presa.

    La crispación de esta forma de agarre sobrecarga seriamente los tendones de los dedos, por lo que los escaladores que realizan mucha actividad prefieren emplear siempre que pueden la presa abierta.

    • Pinzamientos

    Este tipo de presa resulta de inestimable utilidad cuando te superas sobre una estalactita calcárea y los pies presionan sobre agarres escasos. A veces todo lo que tendrás para superarte será un "garbanzo" de roca que podrás pinzar entre el pulgar y la parte lateral del dedo índice, generalmente a la altura del segundo nudillo.

    • Presa doble

    A veces podremos apoyar el dedo pulgar por encima de los demás dedos y envolviéndolos; la sujeción conseguida puede resultar tremendamente poderosa debido a la mayor fuerza del pulgar.

    En agarres muy grandes puedes aliviar la tensión de los antebrazos doblando las muñecas de forma que la parte inferior e interna de la mano se adapte a la presa. En general la presa doble se emplea más bien como posición de descanso, dado que es difícil superarse de esta forma. En el muro del gimnasio se emplea sobretodo en grandes agarres.

    • Escalada sobre agujeros.

    Superarse sobre agujeros resulta especialmente divertido. Es una clase de escalada que puede resultar bastante agotadora, y se suele encontrar sobre piedra caliza, conglomerado y arenisca. Gran parte de la moderna escalada deportiva se desarrolla sobre estas presas de agujero, razón por la cual muchos muros de gimnasio tratan de replicarlos. El tamaño puede variar muchísimo. Cuando escalemos sobre agujeros, buscar bien la parte más profunda para poder asirnos. Los que están excavados hacia un lado o se desarrollan hacia arriba es preferible usarlos como presas laterales o invertidas.. Si el agujero admite dos dedos -bidedo- utiliza el dedo corazón y el anular para equilibrar el peso sobre la mano. A menudo es la propia forma de la presa la que aconseja el empleo de los dedos índice y corazón. Si el agujero admite tres o cuatro dedos, estás de suerte: muchas veces un buen cazo aparece justo cuando lo necesitas, y te aseguro que pocas cosas te harán sentir mejor.

    • Presa invertida

    Siempre que para agarrar la presa tengas que colocar la palma hacia arriba estarás haciendo un agarre invertido. Esta técnica se emplea como táctica de equilibrio hasta que la mano libre alcanza una presa mejor por encima. La presa invertida más elemental es la que haces oponiendo la presión de la mano, o manos, que tiran hacia abajo del agarre en el que estás bloqueando, contra la fuerza que hacen tus pies impulsándose hacia arriba.

    • Presas laterales

    Cuando el agarre está orientada verticalmente, o casi, resulta complicado superarse de abajo a arriba; es preferible emplearlo como canto lateral. Se trata de colocar el cuerpo fuera y a un lado de la presa, haciendo trabajar manos y pies en oposición. Si el agarre lateral mira a la derecha coloca el cuerpo a la izquierda de forma que puedas apoyarte en él. Lo ideal sería que encontráramos una presa de pie que mire a la izquierda, por debajo y ligeramente a la derecha del agarre lateral de la mano, para poder sujetarte por oposición.

    V.3. MOVIMIENTO COORDINADO DE PIES Y MANOS: IMPULSO ASCENDENTE Y ESCALADA DINÁMICA.

    Hasta ahora hemos hablado de los movimientos de manos y pies por separado. Sin embargo, el propósito de la escalada es coreografiar los diferentes movimientos en un único y fluido movimiento ascendente- Para comprender mejor la dinámica del IMPULSO ASCENDENTE vamos a ver una por una las diferentes formas de progresar sobre un muro vertical. Básicamente hay tres maneras de usar las piernas para impulsar tu cuerpo hacia arriba, venciendo la gravedad.

    El paso estático es generalmente la forma más extenuante y, por tanto, menos eficiente de moverse. Se realiza manteniendo el peso sobre una pierna, mientras el otro pie se coloca simultáneamente sobre una nueva presa.

    El paso de muelle aprovecha el movimiento dinámico para desplazar con mayor eficiencia el peso corporal. Justo antes de elevar el pie hacia arriba, "botas" sobre ese pie para impulsar dinámicamente hacia arriba tu cuerpo. Este "bote" puede ser muy sutil o de lo más exagerado, dependiendo de la distancia a cubrir, el estilo de cada escalador y la relativa seguridad de la presa. Esta técnica resulta incomparable cuando es preciso cargar el peso con gran delicadeza sobre presas pequeñas.

    El paso de la rana consiste en elevar primero un pie y luego el otro, mientras el tronco se mantiene al mismo nivel sin ganar altura. Cuando el segundo pie llega a la presa el escalador se encuentra prácticamente en cuclillas, en posición de "rana". En ese momento ambas piernas pueden empujar juntas para elevar el cuerpo.

    LA ESCALADA DINÁMICA

    EL MOVIMIENTO DINÁMICO es otra manera de describir el impulso con que un escalador salta desde un agarre hasta otro. Son pasos que implican desde un saltito de pocos centímetros hasta un brinco al máximo, en el que el escalador se desprende completamente del muro antes de agarrar velozmente una presa por encima, justo en el ápice de su salto.

    La escalada dinámica y los lanzamientos solicitan enormemente brazos, hombros y dedos, por lo que resulta necesario poseer una óptima base física como escalador.

    El terreno más propicio y habitual para utilizar los movimientos dinámicos es el extraplomo, donde se utiliza para cubrir grandes distancias entre buenas presas; lo que no quiere decir que alguna vez no haya que hacerlo para lanzarse desde un agarre malo a otro mucho peor.

    Empezaremos colgándonos derechos de los brazos, con las piernas encogidas y listos para hacer fuerza. No debemos a hacer dominadas sobre los brazos como preparación para el intento, porque sólo conseguirás consumir tus fuerzas. En lugar de eso ve buscando la presa a la que nos dirigimos, imaginando cómo la vas a agarrar y luego lanzándonos a por ella con tu mente concentrada en ella como si fuésemos un gato. Cuando el ataque esté en marcha, dispara una mano hasta agarrar la presa por la que estás luchando.

    Hay muchos más variantes de movimientos dinámicos que cada cual podemos descubrir por nosotros mismos.

    V.4. CUADRO ESQUEMÁTICO DE LOS MOVIMIENTOS BÁSICOS.

    MOVIMIENTOS BÁSICOS

    USO DE LOS PIES

    * Técnica de punteo.

    * Cantear

    * Giro de cadera

    * Talonear

    * Paso en “X”.

    AGARRE DE MANOS

    * Presa abierta.

    * Presa de yemas.

    * Pinzamientos.

    * Presa doble.

    * Escalada sobre agujeros.

    * Presa invertida.

    * Presas laterales.

    MOVIMIENTOS COORDINADOS PIES Y MANOS

    * Impulso ascendente.

    * Escalada dinámica.

    RECOMENDACIONES

    * En situaciones de enseñanza:

    * El trabajo de empuje lo realizan las piernas. Las manos sólo equilibran.

    * Los apoyos deben ser cortos para no cansarse.

    * Agarrarse con la mayor superficie de manos/dedos posible.

    * Realizar la carga verticalmente al agarre.

    * Antes de avanzar, separarse de la pared para ampliar el campo de visión.

    * Si se sube con botas rígidas el apoyo debe ser mayor. Con pies de gato el apoyo depende del sentido de marcha y del tipo de pared.

    VI. El equipo del escalador: conocimiento y utilización de los elementos de seguridad.

    Como toda modalidad deportiva estamos ante una actividad que posee un material / equipo específico para su práctica. Resaltar que cada vez son más los elementos novedosos que se utilizan y que aumentan la calidad y prestaciones en cuanto a la seguridad, evolucionando constantemente.

    En este apartado, analizaremos y estudiaremos ese equipo que a nuestro modo de ver, se nos antoja imprescindible para el disfrute y goce de esta actividad.

    Así analizaremos:

    • Las cuerdas.

    • Los arneses.

    • Nudos básicos.

    • Elementos de seguridad:

        • Mosquetón.

        • Grigri

        • Cintas exprés

    • El calzado de escalada.

    • Anclajes

    • Técnica de aseguramiento.

    Con ello, pretendemos que los aficionados de la escalada tomen buena nota y no se olviden que a pesar del reto, de la emoción y de la cantidad de sensaciones que nos puede aportar esta práctica, debemos dominar unas nociones “básicas”sobre el equipo del escalador.

    VI.1 LAS CUERDAS:

    La cuerda es nuestro chaleco salvavidas y el elemento fundamental del equipamiento de cualquier escalador. En la actualidad son extremadamente seguras, tanto que probablemente no hay un solo escalador verdadero a quien la cuerda no le haya salvado la vida más de una vez. Desde 1955 todas las cuerdas del mercado se fabrican a partir del nailon; se componen de una funda o camisa de nailon entretejido que recubre un alma trenzada, y están tan sobredimensionadas respecto a los límites de seguridad exigidos que resulta prácticamente imposible que una cuerda en buenas condiciones se rompa, no importa lo brutal que pueda llegar a ser la caída que soporte (salvo si toca una arista cortante). Además, están pensadas para que se estiren un poco durante la caída, de manera que amortigüen y absorban en parte el tirón, por fuerte que sea. Las dimensiones estándar son 55 metros de longitud y entre 10 y 11 milímetros de diámetro. La mayoría pesa unos 4 kg, cuestan alrededor de 18.000 ptas y pueden durar varias temporadas.

    Esta cuerda está homologada por la UIAA, al igual que la empleada para la escalada en roca. En ocasiones se utilizan cuerdas estáticas (de color blanco), sólo aptas para top-rope.

    Hay que evitar pisar la cuerda, ya que es como eruptar en la iglesia no es que sea pecado mortal pero siempre es preferible evitarlo. Dado que lo que cuelga de la cuerda es tu propio trasero, más vale que tengas en cuenta este consejo, ya que al pisarla introduces polvo y micro-cristales de roca en el alma a través de la camisa y, aunque no se pueda decir que esto la debilite en exceso, sí contribuye a deteriorarla prematuramente.

    En escalada deportiva es frecuente caer, izarse por la cuerda y volver a caer una y otra vez, hasta finalmente descender al suelo. Y este proceso puede repetirse docenas de veces al día, generalmente sobre el mismo tramo de cuerda. Aunque las caídas suelen ser cortas y aparentemente banales, pronto se convierten en muchas, y en combinación con el resto de las agresiones aceleran en gran medida el envejecimiento de la cuerda. Aún más que las caídas largas, numerosas caídas pequeñas en tramos cortos de cuerda generan esfuerzos mayores en la cuerda, las protecciones y sobre el propio escalador. Esto es así porque en toda caída, la cuerda actúa como una especie de muelle, que se elonga para absorber el impacto. Cuanto más largo es el tramo de cuerda desplegada, tanto mayor es la elasticidad. En las caídas corrientes (unos dos metros y medio a tres metros) propias de rutas deportivas que no suelen exceder de los veinticinco metros, cada caída representa un castigo. Y Ia cuerda "recuerda" todas las palizas recibidas. Y el escalador deportivo debe contabilizar todo esto a la hora de comprarse un modelo u otro.

    Los escaladores deportivos tienen que usar exclusivamente cuerdas homologadas por la UIAA para ser usadas en simple. Emplear dos cuerdas es demasiado confuso e incómodo en vías deportivas. Aunque algunos escaladores -en un intento de ahorrar gramos de peso y ganar un ligero margen de ventaja- empleen una única y mezquina cuerda de nueve milímetros (o incluso menos), más vale que no lo intentes. Una cuerda de nueve milímetros no está hecha para soportar por sí sola todas las tensiones y continuos sobreusos que las rutas deportivas suelen imponer. Así pues decídete por una única cuerda robusta, del orden de 9.8 a 11 mm. Las cuerdas de 9.8 ahorran algo de peso y son más fáciles de mosquetonear, pero se desgastan mucho más deprisa que las opciones más gruesas. Las cuerdas de 10.5 y 11 mm soportan mayor número de caídas, resultan más fáciles de manejar para el asegurador y generalmente son más resistentes al uso. Si tu poder adquisitivo lo permite, compra dos cuerdas: una de 9.8 mm para rutas en rot-punkt y a vista, y otra de 10.5 u 11 mm para trabajar vías.

    En España, la mayoría de los escaladores deportivos se han decantado por las cuerdas de 10 mm y 60 metros. También debemos destacar que las cuerdas tratadas suelen tener un tacto suave, pero una cuerda fláccida como los "spaguettis" pasados de cocción resulta tan inmanejable como otra rígida como un cable. El tacto ideal se halla en un punto más o menos intermedio. Como es imposible predecir la manejabilidad de una cuerda antes de liberarla de su plegado de fábrica y de escalar con ella unos cuantos días, resulta que comprar la cuerda de tus sueños es algo bastante aleatorio. La mayor parte de los escaladores gastan unas cuantas cuerdas antes de decidirse por su marca favorita. Una última consideración: la "camisa". Una camisa de trama densa y lisa resulta de difícil penetración para el polvo y la suciedad; además estas cuerdas se deslizan sobre la roca con mayor fluidez que las que tienon una camisa de trama áspera.

    LOS CUIDADOS

    “Tu cuerda es tu vida”. No debemos dejarla nunca en suelos llenos de polvo, ya que éste actúa como un abrasivo y puede afectar negativamente a su manejabilidad, incluso más que los rayos UV, que con el tiempo "achicharran" las cuerdas volviéndolas rígidas. El suelo de las escuelas deportivas suele tener tanta porquería como un cenicero de club nocturno, así que acostúmbrate a desplegar tu cuerda sobre una bolsa. Cualquier tela es mejor que nada. Esas de K-Mart de vinilo azul chillón sirven perfectamente, pero las de Beal o Metolius son más especializadas y mejores. Una vez recogidas en su interior, las cuerdas aparentan ser paquetes la mar de elegantes; tienen uno o dos bolsillos para meter cosas sueltas y llevan asas para el transporte. ¡Y si alguien te pisa la cuerda... pégale!

    Si procuras conservar la cuerda limpia no tendrás necesidad de lavarla, pero si algún desaprensivo te la ensucia métela en la bañera con agua tibia, añade un jabón suave (llama al fabricante de la cuerda para que te diga cuál es más adecuado para su marca), y muévela hasta que la veas limpia. Aclara y ponla a secar al aire. Nunca metas una cuerda en una lavadora o secadora porque se estropearía.

    Sólo tú puedes determinar el momento en que tu cuerda deja de ser segura. De modo general, hay que retirar la cuerda cuando comience a tener un aspecto muy usado, normalmente cuando se vuelve "peluda" o presenta puntos blandos o planos. Los seis metros de cada extremo de la cuerda siempre parecen más viejos, ya que son estos tramos los que rozan sobre las exprés más altas cuando caemos o trabajamos una ruta. Cuando alguno de los extremos comience a deteriorarse, córtalo y sigue usando la cuerda, ahora más corta. Pero recuerda que aunque la cuerda parezca ahora más nueva, la realidad es que ha sufrido exactamente el mismo número de caídas que el pedazo que cortaste. Utilízala con discreción, y comprueba siempre que su longitud te permita descolgarte de la ruta que vayas a intentar.

    Básicamente podemos concluir este apartado aportando una serie de recomendaciones sobre qué debemos saber en relación a las cuerdas.

    RECOMENDACIONES:

    • En caso de duda o muy poco presupuesto usar/comprar cuerdas estáticas. Son más duras y resistentes al roce. Así, en montaña o en situaciones de roce, se estropean menos, al mismo tiempo, mientras que las cuerdas estáticas pueden hacer, en enseñanza, el papel de las dinámicas, la situación no se produce al contrario (una cuerda dinámica es muy difícil de usar en un puente o en una tírolina, mientras que una estática es fácil de usar para rappelar).

    • Saber distinguir una corda estática de una dinámica (por los colores y la rigidez).

    • Saber distinguir, aproximadamente, el grosor de una cuerda ( 7mm, 10 mm).

    • Las cuerdas no se deben cruzar. Si están libres evitamos roces entre ellas, bloqueos al rappelar...

    • Conocer normas básicas sobre conservación de las cuerdas:

    *Non se poden pisar, sobre todo por las arenillas que pegadas en la planta del calzado hacen pequeños cortes en las cuerdas.

    ** Las cuerdas se apoyan sobre hierba, rocas planas o tojos, nunca sobre elementos cortantes como arenisca, por la razón anterior.

    *** Saber descubrir una corda quemada o en mal estado (saber pasar una corda formando a bombilla e saber observar polo tacto).

    • Nunca se deben llevar cuerdas de excesiva longitud (mejor dos más cortas)

    VI.2. LOS ARNESES:

    La mayor parte de los fabricantes tienen modelos de arneses diseñados específicamente para la escalada deportiva. Son ligeros como plumas y más resistentes de lo que jamás vas a necesitar. El arnés debe ser fácil de poner y quitar, cómodo y desprovisto de adornos bobos, chismes de plástico o vinilo, cintas o hebillas inútiles, y no tendrá puntos de presión que puedan producir rozaduras al escalador.

    Las características clave son un sólido anillo o bucle central de aseguramiento y un número suficiente de anillas portamaterial, que han de ir cosidas. Además de servir para fijar en él el dispositivo de aseguramiento, el citado anillo de rápel constituye un punto adecuado para fijar una exprés y descansar colgando de un anclaje, bien sea al trabajar una ruta o después de una caída. Cuatro anillas portamaterial -dos a cada lado- bastan para llevar veinte cintas exprés, el número máximo que puede llegar a necesitarse en la mayor parte de las rutas deportivas.

    LA TALLA PERFECTA

    Puede ser difícil dar con un ajuste perfecto si uno es anormalmente delgado o corpulento. Pruébate varios arneses hasta encontrar el que mejor se te adapte: bien ceñido pero sin entorpecer los movimientos. Para aquellos hombres y mujeres que no den con el ajuste deseado, hay fabricantes que venden por separado los cinturones y las perneras a fin de que cada uno elija la talla que mejor le va para cada componente. Comprando este tipo de arneses normalmente se obtiene una solución satisfactoria. Un buen ajuste significa comodidad, y también que sea cual sea nuestra postura el arnés no va a oprimirnos en el trasero, estorbar los movimientos de las piernas o apretarnos la cintura. Prácticamente todos los buenos arneses americanos y europeos reúnen estas cualidades, pero aun así, s¡ te planteas la compra de un modelo o marca que no te resulta familiar, pruébatelo, flexiona las rodillas a fondo un par de veces y realiza algunos movimientos para apreciar cómo te queda. Un arnés es algo muy personal y especializado, y su hechura general debería reflejarlo.

    Si te dedicas a trabajar rutas -colgarte de la cuerda para ensayar los movimientos individuales- plantéate la conveniencia de prescindir de los modelos más ligeros, que poseen menor cantidad de acolchado. Para trabajar rutas compra preferiblemente un arnés sólido y muy acolchado, de los que se usan para vías de varios largos. El aumento de peso es insignificante, pero la diferencia en cuanto a comodidad -a la hora de estar colgado con el arnés puesto- puede ser importante.

    Hace sólo un par de años aún se encontraban arneses cuyo punto de encordamiento era tan bajo que, una vez colgado de él, resultaba difícil permanecer erguido. Estos diseños han desaparecido en su mayor parte, aunque no del todo. Dado que la caída constituye una parte integral de la escalada deportiva, cualquier arnés que empleemos ha de hacer que quedemos suspendidos en posición vertical después de una caída. Para asegurarnos esto basta generalmente con verificar que el punto de encordamiento se halla cerca de la cintura o a la altura de ésta.

    Una consideración importante es el precio. Un arnés francés de 35.000 pesetas, forrado de armiño y con encajes, no te hará escalar mejor que un modelo americano de 7.000 pesetas con las mismas características funcionales.

    IV. 3 Nudos Básicos.

    Existen muchas clases de nudos adecuados para atar un extremo de la cuerda a tu propio arnés. Pero el nudo estándar por excelencia es el “doble ocho” y se utiliza tanto en escalada indoor como en roca. Al igual que la mayoría de los nudos de escalada (los nudos primarios específicos de escalada son seis, pero para trepar en un rocódromo sólo necesitas conocer éste), el nudo en forma de "ocho" es como la cincha de una silla de montar: cuanto más se apriete más seguro será. Al igual que con otros nudos, hay que revisar dos veces el "ocho", antes de confiarle tranquilamente tu incolumidad. En ciertos gimnasios tienen tas cuerdas ya preparadas con un nudo en un extremo y el escalador sólo debe unir el nudo a su arnés por un mosquetón de seguridad. Con este procedimiento eliminan la posibilidad de que el nudo falle, dado que los principiantes no siempre están seguros de cómo se hace el "ocho”.

    Sin embargo este sistema fomenta la comisión de otro "pecado cardinal" en la escalada en roca: hay que evitar llevar material/peso innecesario encima, en este caso el mosquetón extra. De todas formas, siempre que se empleen correctamente, los mosquetones modernos tienen resistencia de sobra para este cometido.

    Dentro de este apartado realizaremos una distinción entre:

    • Nudos para anillos de cinta.

        • Nudo plano.

    • Nudos para unir cuerdas:

        • Pescador doble.

        • Pescador triple.

        • Nudo corredizo.

    • Nudo asegurador / descendedor improvisado:

        • Nudo dinámico.

    NUDOS PARA ANILLOS DE CINTA

    Las cintas presentan una notable tendencia a resbalar sobre sí mismas cuando no se realizan los nudos adecuados. Resulta peligroso emplear para anillos de cinta, el margarita (pescador simple), el bulín (as de guía), el pescador doble y el nudo americano (plano, con un cabo introducido en el interior de la propia cinta tubular). Sólo debe utilizarse el nudo plano.

    NUDO PLANO

    Este es el nudo más usado entre los escaladores para hacer cintas exprés o anillos. Desgraciadamente, tiene cierta tendencia a aflojarse, por lo que cada cabo ha de salir del nudo al menos 7 cm y lo hemos de revisar antes de cada uso.

    Alguna gente soluciona este problema cosiendo ligeramente los cabos de manera que estos no puedan escaparse (desaconsejable).

    Después de hacer uno de estos nudos compruébalo, incluso cargando el peso del cuerpo (por supuesto cerca del suelo).

    Realización:

    - Haz un nudo simple en un extremo de la cinta.

    - Coloca los dos cabos enfrentados e introduce el extremo libre en el nudo siguiéndolo.

    - Los cabos sobrantes han de quedar en sentido opuesto y medir como mínimo 7 cm.

    NUDOS PARA UNIR CUERDAS

    1. PESCADOR DOBLE

    Este nudo sirve para unir cuerdas por lo que se usa generalmente para hacer anillos de cordino, drizas, poner cordinos para empotradores, etc... También hay quien lo utiliza erróneamente para anillos de cinta -aunque queda más abultado que el nudo plano- ya que tiene menos tendencia a aflojarse antes de haber sido cargado ¡No emplear con cintas!

    Realización:

    - Gira el extremo de una cuerda dos veces alrededor de la otra. Luego vuelve el extremo por el centro de la espiral.

    - Repite la misma operación, esta vez enrollando la segunda cuerda alrededor de la primera, pero en dirección opuesta.

    - Finalmente tira de los cuatro cabos para tensar un nudo contra otro y conferir firmeza al conjunto. Los cabos sobrantes han de medir al menos 7 cm.

    2. PESCADOR TRIPLE

    Este Pescador es más seguro que el Pescador doble. Por esta razón se usa para unir cordinos de Spectra, un material que, aunque muy resistente, presenta problemas con la estabilidad de los nudos.

    Realización:

        • La realización de este nudo es igual a la del Pescador doble, pero girando cad cuerda tres veces alrededor de la otra.

    3. NUDO CORREDIZO

    La ventaja de este nudo es que se produce un estrangulamiento en el objeto laceado que le confiere una mayor estabilidad. Bajo tensión no se corre solo, por lo que es muy indicado para conseguir un ajuste voluntario regulable.

    Realización:

        • Forma un bucle. Toma ahora el cabo superior y haz otro bucle que introducirás en el primero.

        • Coloca este segundo bucle alrededor del objeto a lacear y ajústalo a él.

    ASEGURADOR / DESPENDEDOR IMPROVISADO

    1. NUDO DINÁMICO

    El nudo dinámico constituye un excelente recurso a la hora de asegurar o rapelar sin nuestro descendedor. Por ello, y ya que la posibilidad de perderlo siempre está presente, todo escalador debería conocerlo. Se recomienda el uso de un mosquetón de pera -lógicamente con seguro-, ya que el nudo dinámico necesita espacio para poder invertirse dentro del mosquetón durante las operaciones de dar y recuperar cuerda. Por último, no debemos olvidar colocar el cabo de carga Junto al eje del mosquetón para obtener de él su máxima resistencia. El inconveniente de emplear este nudo es que riza las cuerdas.

    Realización

    - Forma un par de bucles en la cuerda de la manera que muestra el dibujo y pliega el segundo hacia el primero.

        • Chapa un mosquetón de seguro cogiendo ambos bucles y asegúrate de que el cabo de carga está colocado junto al eje del mosquetón.

        • - Comprueba que has hecho el nudo correctamente y cómo funciona en ambos sentidos. No olvides que tu compañero está al otro extremo de la cuerda.

    V.4. ELEMENTOS DE SEGURIDAD.

    V.4.1. MOSQUETÓN.

    Los mosquetones pueden ser de varias formas, pero el más importante ha de ser uno grande con cierre de seguridad, que emplearás para asegurar. Los mejores son los de forma de pera y diámetro grande. Este mosquetón durará varios años, y debe resultar lo suficientemente espacioso como para albergar el bucle de aseguramiento de tu arnés, además de la cuerda. El cierre del mosquetón puede ser automático o de rosca. Los mosquetones de rosca funcionan igual de bien, pero el anillo de cierre puede quedar atascado, en cuyo caso necesitaríamos unos alicates para aflojarlo. Es importante mantener limpios todos los mosquetones, dado que la suciedad puede deteriorar el cierre, y hay que desecharlos una vez muestren indicios de desgaste.

    Resulta aconsejable que el mosquetón de asegurar esté testado individualmente. Los precios suelen oscilar entre 1.200 y 3.000 ptas.

    V.4.2. CINTAS exprés

    La escalada deportiva no requiere mucho material, pero sí es imprescindible una buena selección de cintas exprés. La longitud estándar para la exprés es de diez centímetros. El ochenta por ciento de las cintas de tu selección deben tener esta medida, y servirán principalmente para mosquetonear chapas. Con el fin de reducir la fricción de la cuerda, lleva unas cuantas cintas más largas, con las cuales mosquetonearás las protecciones situadas debajo de los techos o al comienzo de las travesías. Algunas cintas vienen con una banda de goma que fija el mosquetón inferior en su sitio, impidiéndole oscilar de acá para allá en el momento de pasar la cuerda. En el caso de las cintas anudadas, un par de vueltas de las gomas vendidas en papelerías cumplirán una función similar.

    Para equipar las cintas debemos colocar la cinta en la parte superior un mosquetón en forma de D, que servirá para mosquetonear las chapas, y en la parte inferior un mosquetón de cierre curvo por donde correrá la cuerda. Los mosquetones en forma de D son fuertes y ligeros; la concavidad del mosquetón de cierre curvo asegura una introducción fácil y rápida de la cuerda.

    V.4.3. GRIGRI.

    El Grigri de Petzl se está convirtiendo rápidamente en uno de los aparatos favoritos para el aseguramiento. Este cómodo dispositivo funciona de manera similar a un puño btoqueador, con una leva giratoria que bloquea la cuerda. El Grigri trabaja automáticamente; un tirón fuerte de la cuerda acciona la leva, que impide que la cuerda siga deslizándose. La principal ventaja del Grigri es que se puede sujetar en tensión a otra persona sin realizar prácticamente esfuerzo alguno, y que aunque el asegurador se esté echando una siesta, el aparato retiene exactamente igual la caída del escalador.

    El uso eficaz del Grigri exige algo de práctica, asi pues no te sorprendas si al principio el aparato se te resiste. También requiere el uso de una cuerda flexible con un diámetro en torno a los 10 mm. Las cuerdas rígidas y ásperas no se deslizan bien. Las cuerdas demasiado gruesas o demasiado delgadas se aprisionarán o no bloquearán, respectivamente.

    El Grigri está diseñado prácticamente "a prueba de tontos", pero si cargamos la cuerda al revés en el aparato o si frenamos con la mano cambiada, nuestro compañero se puede ir al suelo. Así pues, hay que prestar atención. Lee cuidadosamente todas las instrucciones, o mejor aún pide a alguien familiarizado con el aparato que te explique y te demuestre su empleo correcto.

    USO DEL GRIGRI:

    El Grigri funciona bloqueando firmemente la cuerda cuando ésta recibe un tirón fuerte y seco.

    1. Verificando que el aparato bloquea antes de comenzar a subir.

    2. Dando cuerda.

    3. Desbloqueando la cuerda realizando presión con la mano en la palanca móvil.

    4. Cuando el bloqueo es muy fuerte, presionar sobre la palanca para desbloquear. Una caída muy fuerte puede bloquear completamente el Grigri: en estos casos tirar fuertemente de la palanca, manteniendo firmemente agarrada la cuerda libre con la otra mano.

    VI. 5. EL CALZADO DE ESCALADA.

    Actualmente existen en el mercado docenas de marcas y modelos. Prácticamente todos los pies de gato técnicos actuales tienen un corte bajo en torno al tobillo. Las botas quedan para los principiantes, la escalada de fisuras y las grandes paredes, y es que un buen calzado técnico perfectamente adaptado constituye un prerrequisito para cualquier escalador deportivo que se tome n serio su actividad.

    Si acostumbras a visitar diferentes zonas de escalada, es una buena idea contar con dos, tres o incluso más tipos de calzado entre los cuales escoger. Usa bailarinas para hacer "boulder", desplomes y muro artificial, ya que aportan una buena sensibilidad y permiten "asirse" con los dedos de los pies. Además, dado que en muchas zonas de escalada deportiva las rutas están a pocos metros unas de otras, es magnífico poder descalzarse rápidamente -un simple tirón con las bailarinas- mientras se descansa o se espera turno. También son imprescindibles unas bailarinas o "gatos" con puntera fina para las vías de agujeros.

    Para canteo sobre muros verticales de pequeñas regletas, usa un calzado que tenga buena rigidez lateral. Algunos modelos llevan palmillas de material plástico a propósito para un canteo preciso, pero atención: estas palmillas suelen conferir al calzado excesiva rigidez y le restan sensibilidad. Las zapatillas desprovistas de palmilla o con palmillas muy delgadas son las mejores para notar pequeñas prominencias y regletas, así como también para rutas muy desplomadas donde los pies actúan sobre todo a modo de tentáculos, adaptándose a las presas. El calzado con palmillas gruesas es más adecuado para rutas de canteo, donde la carga recae en buena medida sobre los pies.

    La mayor parte de los pies de gato y bailarinas van forrados para evitar que se den de sí, pero de todos modos ceden un poco, especialmente en torno a los puntos de presión. Asegúrate de llevarlos apretados, aunque no tanto como para que los dedos te queden incómodamente curvados en el interior de la puntera (salvo que estés escalando en un grado muy alto). El calzado de escalada termina por amoldarse al pie; así pues, al cabo de algunas horas o algunos días un par recién comprado se volverá más o menos cómodo, o al menos tolerable. Los zapatos dotados de bandas de goma tensionadas en torno al talón, o aquellos de perfil muy convexo, pueden no llegar a ser cómodos nunca, dado que la banda y/o el diseño final siempre empujarán los dedos contra el fondo de la bota. Con los dedos así comprimidos, podremos puntear en pequeñas presas mucho mejor que si los dedos están extendidos en el interior de los zapatos. Pero el uso de estos "gatos" resulta bastante doloroso si se prolonga demasiado.

    Con todos los zapatos de cordones, asegúrate de que los ojales de uno y otro lado no te queden demasiado próximos entre sí, con el fin de que siempre puedas ajustártelos bien aunque el zapato dé de sí a lo ancho. Apriétate los cordones pero no tanto como para cortar la circulación en los pies, lo que te causaría fuertes dolores a mitad del largo.

    En cuanto a los calcetines, hay quienes los usan y quienes no. Sin ellos, el calzado ajusta mejor y se tiene más sensibilidad (aunque con el tiempo las botas adquieren un perverso aroma). Otros opinan que un calcetín fino mejora el confort del calzado. Pruébalo de ambas formas y decide por tí mismo. Y recuerda, sobre todo, que una bota holgada no tiene nada que hacer en las rutas deportivas.

    Uno de los aspectos a considerar es el cuidado, por ello, debemos limpiar bien las suelas antes de atarte los pies de gato. El polvo, la arena y la suciedad se pegan a la goma, que no tendrá buena adherencia si no está perfectamente limpia. Un aseo rápido con un poco de saliva o agua les irá muy bien, y si a continuación frotas una suela contra otra para que se calienten ligeramente, conseguirás mejorar mucho el poder de adherencia de la goma. Procura que no se manchen de magnesio, que actúa como lubricante y las hace resbaladizas. No debemos pasearnos con las botas puestas si no es absolutamente necesario. Después de la jornada de escalada, cuando los "gatos" estén húmedos por el sudor, desátalos y déjalos secar al aire en un lugar fresco, de lo contrario el cuero puede estropearse y las costuras pueden pudrirse. No dejes nunca las botas al sol: por el contrario, guárdalas en un lugar fresco y a la sombra. Algunos escaladores les ponen polvos para los pies, pero la mayoría ni se molestan siquiera.

    VI.6 ANCLAJES

    Las modernas rutas deportivas ya no presentan aquellos viejos clavos oxidados de antaño ni en general buriles de 8 mm de diámetro. Las necesidades actuales exigen el empleo de anclajes mucho más resistentes y sofisticados.

    El parabolt constituye hoy en día el taco más popular en los escenarios deportivos españoles.

    El parabolt es un anclaje de unos 80 mm de longitud que actúa por expansión. La misma tuerca que sujeta la chapa es la encargada de que el segmento expansivo deslice sobre el fondo del taco, acuñándolo contra la roca. Según su diámetro (10-12 mm) podrá alcanzar resistencias entre los 2.000 y los 3.500 kp. Cuando la roca es demasiado blanda y un parabolt no trabaja adecuadamente, los escaladores colocan anclajes químicos y tacos de gran expansión. Un químico se compone de un pitón especial (tensor) y un fuerte pegamento (resina epoxi).

    * CHAPAS

    El rápido aumento de popularidad de la escalada deportiva ha favorecido la aparición de nuevos diseños de chapas, evolucionando desde los primitivos modelos de fabricación casera hasta las lustrosas y robustas chapas comerciales actuales. Cualquiera de las chapas de marca cumplen sin duda los requisitos necesarios; los inventos caseros a veces los cumplen y a veces no. Las chapas de aluminio, sean caseras o no, se considerarán sospechosas s¡ han sido sometidas a repetidas caídas de alto impacto, dado que su blando material es rápidamente vulnerable a la fatiga mecánica. Revisa siempre las chapas dudosas por si presentaran fisuras u otras deformaciones. Los mejores materiales para la fabricación de chapas son el acoro y el acero inoxidable, y la mayor parte de las marcas más corrientes cumplen esta condición.

    También hay equipadores responsables que pintan sus chapas de modo que imiten el color de la roca.

    * CHAPAS SOSPECHOSAS

    Las chapas caseras cubren un amplio abanico de modelos, desde el ángulo metálico serrado y taladrado hasta los eslabones de cadena. Como ya dijimos, algunas son buenas y otras no. Es una lotería. Muchas de las viejas chapas caseras tienen un diseño que convierte la tracción hacia abajo de una caída en una tracción hacia fuera sobre la cabeza del anclaje, lo que puede llegar a ser desastroso en un viejo buril de 8 mm. Tener cuidado con cualquier chapa que ejerza sobre el taco un brazo de palanca dirigido hacia fuera.

    * COLAS DE CERDO

    En algunas zonas deportivas se ha puesto de moda emplear, en lugar de cadenas en los descuelgues, ganchos de construcción, o anillos abiertos ("colas de cerdo"). Son muy cómodos para pasar instantáneamente la cuerda, pues no hay que abrir cierre alguno. Sin embargo resultan inseguros para descolgarse, muy peligrosos en maniobras de top-rope, y en general poco resistentes. Hay que evitar en la medida de lo posible escalar en estas vías.

    * comprobación DE ANCLA]ES

    Cuando uno se encuentra colgando con una mano en una ruta deportiva, no hay ningún método absolutamente fiable para comprobar in situ la fiabilidad de un anclaje determinado, aunque habría muchas razones para desearlo. He aquí algunas consideraciones y sugerencias:

    • A diferencia de los antiguos tornillos de las vías tradicionales abiertas desde abajo, prácticamente todos los tacos de las rutas deportivas modernas son fijaciones de resistencia industrial, capaces de sujetar dos coches. A pesar de todo no confíes ciegamente en ellos, especialmente s¡ su rotura puede dar contigo en el suelo o hacer que te estrelles contra una repisa.

    • Echa un rápido vistazo a cada chapa. Debemos sospechar de todo anclaje cuyo diámetro sea inferior a 10 mm. Observaremos que el taco tenga un aspecto sólido en su agujero y que la chapa esté bien pegada contra la roca. Un parabolt que sobresale hacia fuera o una chapa que gira son indicios de que el anclaje no está bien colocado, o de que se ha aflojado. A pesar de que un parabolt de 10 o 12 mm probablemente aguantará una caída salvaje incluso estando mal instalado, no cuentes con ello. Es preferible que emprendamos la retirada. Si la chapa simplemente está un poco suelta, pide que te pasen una llave inglesa y aprieta el tornillo. Los ¿ tacos de gran expansión, tipo Rawl, se aflojan con el tiempo o a consecuencia de las repetidas caídas. Un anclaje bien puesto suele tardar años en aflojarse, pero en una roca blanda como la caliza de Patones (Madrid), los spits pueden quedar flojos en solo una temporada. Si el parabolt queda bien firme no hay problema; pero si gira sin llegar nunca a apretarse es que la roca resulta demasiado blanda y sólo puede colocarse un químico, tarea que únicamente debe realizar un equipador experimentado.

    • Los anclajes, una vez colocados, nunca deben golpearse con la maza. Se dañarían tanto la cabeza del tornillo como la chapa.

    • Si la roca se ha erosionado o desprendido en torno al anclaje, o si el tornillo está doblado, no contemos que sea capaz de sujetar una caída y tomamos precauciones necesarias para reforzar la protección o bájate.

    • A menudo puede observarse algo de óxido en la cabeza del tornillo o en la chapa, pero ello no indica necesariamente que la protección esté en mal estado.

    VI. 7. TÉCNICAS DE ASEGURAMIENTO.

    Asegurar la técnica de manejar la cuerda para salvaguardar al escalador durante la caída- es la responsabilidad más importante que afrontarás habitualmente. Estudiaremos detenidamente cada aspecto del sistema de aseguramiento, pero antes hagamos una breve descripción.

    El asegurador pasa la cuerda a través del dispositivo de aseguramiento o detención, y lo engancha bien al anillo de rápel que lleva en su arnés, o bien al anclaje de seguro del suelo (esto varía según los gimnasios). De esta forma va dando cuerda o recuperándola según sea necesario, con el objetivo de asegurar al que está escalando. Si éste cayera el asegurador bloquearía inmediatamente la cuerda, bajándole después hasta el suelo o hasta la altura de la pared en que el escalador quisiera empezar de nuevo. El asegurador tiene que procurar que la cuerda no vaya ni muy floja, ni tan tensa que "tire" hacia abajo del escalador; tampoco debe izarle ni tirar de él hacia arriba (si está escalando en "top rope") para ayudarle a superarse. Para asegurar con responsabilidad hay que comprobar al menos dos veces las hebillas del propio arnés, el del compañero, el anclaje de seguro, el dispositivo para asegurar enganchado al arnés, el mosquetón de segundad y todos los nudos antes de abandonar el suelo. Porque el que asegura es responsable de la seguridad del que está escalando, y debe conocer perfectamente su cometido, estar pendiente de los movimientos del compañero y situarnos en un lugar seguro y estable. Además, antes de quo el escalador empiece la escalada, deberá amontonar la cuerda a un lado de su cuerpo para que discurra suavemente por el freno.

    Cuando se asegura a alguien que escala de primero, hay que ir dándole cuerda a través del dispositivo de aseguramiento (en breve veremos los distintos tipos de freno). El anclaje y la ubicación del asegurador se llaman genéricamente "el autoseguro".

    Todo este sistema de protección para escalar depende de que tanto los anclajes del itinerario como el asegurador realicen perfectamente su cometido: detener la caída del escalador y permanecer bien enganchado al anclaje de seguro.

    PASOS PARA ASEGURAR:

    Asegurar recogiendo cuerda: extremo del escalador; mano guía; mano freno.

    1.- Ambas manos sujetan con firmeza la cuerda que se hace pasar a través del freno.

    2.- La mano guía se desliza hacia arriba.

    3.- Se sujeta ambos cabos de la cuerda por encima de la mano freno para permitirle a ésta deslizarse hacia abajo, y el proceso comienza de nuevo.

    Como el mecanismo del sistema es tan elemental, ciertos secadores no siempre ponen la necesaria atención al asegurar.

    Asegurar recogiendo cuerda:

    * las dos manos sujetan firmemente la cuerda que hacen pasar por el freno.

    * la acción de frenar: la mano freno dobla la cuerda a través del freno.

    VII La importancia del relieve en escalada: FACTORES Y ROCAS.

    De todos es sabido la importancia del buen conocimiento del relieve en cualquiera que sea la modalidad deportiva en el medio natural. Y es que el previo estudio y análisis del relieve y/o terreno en el que vamos a desarrollar la actividad, pasa a ser una de las calves de un exitoso disfrute y goce de la práctica deportiva.

    Por todo ello en el siguiente apartado intentaremos reflejar a grandes rasgos algunos de los factores que debemos tener en cuenta en la escalada, así como los distintos tipos de rocas que nos podemos encontrar cuando desarrollemos esta actividad al aire libre.

    En la escalada además de ser formativo conocer conceptualmente el medio en el que se desenvuelve, puede facilitar el aprendizaje y la prevención de accidentes. De ahí que interese estudiar y analizar los conceptos básicos sobre las rocas más comunes y como éstas configuran el relieve.

    El relieve está condicionado por tres factores:

    • factor litológico (tipo de roca),

    • factor climático,

    • factor estructural.

    VII.1. FACTOR LITOLÓGICO

    Cada roca tiene su peculiar forma de responder a los ataques de los agentes erosivos, como luego veremos. Como norma general, las rocas que forman relieves importantes son aquéllas especialmente resistentes frente a los agentes erosivos. En sentido contrario, una roca que se desmorone fácil nunca formará relieves importantes porque retrocederá rápidamente. Cuando alternan rocas más y menos resistentes se produce una erosión diferencial, tanto más acusada cuanto mayor sea la diferencia. Ejemplo:

    En este sentido suelen dividirse las rocas en dos grupos:

    • rocas coherentes: rocas compactas, más resistentes;

    • rocas deleznables: rocas que se desmoronan fácilmente.

    Esta división no es tajante, ya que algunas rocas pueden ser más o menos resistentes según las condiciones de su génesis: por ejemplo las areniscas son rocas normalmente coherentes, pero s¡ en el proceso de su formación la cementación es deficiente o nula, los granos de arena quedan prácticamente sueltos, con lo que resulta una roca muy deleznable.

    VII.2. FACTOR CLIMÁTICO

    En algunas ocasiones, las condiciones climáticas imponen su ley, por encima de las peculiaridades de las rocas. Por ejemplo, en zonas de alta montaña es el hielo el agente morfogenético fundamental, el que imprime carácter al relieve por su especial formo de actuar:

    • Cuñas de hielo: el agua, al congelarse en las grietas de las rocas se dilata por aumento de volumen, ensanchando las grietas y fragmentando las rocas, que por esta razón, mantienen formas agudas.

    • Acción de los glaciares: la intensa acción erosiva de los circos glaciares va recortando picos (HORN) y aristas glaciares.

    VII.3. FACTOR ESTRUCTURAL

    La estructura (tipo de plegamiento, fracturación, etc.) también pueden afectar de manera decisiva a la resistencia de las rocas. Por ejemplo, la presencia de grietas (diaclasas) incrementa ¡a actividad de los agentes erosivos (cuñas de hielo, reacciones químicas por el agua infiltrada, etc.), disminuyendo la resistencia natural de un determinado tipo de roca.

    VII.4. TIPOS DE ROCAS: FORMACIÓN DEL RELIEVE

    Básicamente son los tre tipos de rocas que debemos analizar desde el punto de vista geológico, y un profundo estudio de las mismas nos dará una información valiosa a la hora de emprender nuestra ascensión.

    Así tenemos:

    • Rocas sedimentarias.

    • Rocas magmáticas.

    • Rocas metamórficas.

    ROCAS SEDIMENTARIAS

    Las rocas sedimentarias se forman a partir de las capas de sedimentos depositadas bajo las aguas por procesos de compactación y cementación, los granos, inicialmente sueltos, quedan unidos, constituyendo estratos superpuestos de roca coherente:

    Según el tamaño del grano podemos dividirlos:

    Conglomerados: grano grueso (gravas, cantos).

    Areniscos: grano medio (arenas).

    Calizas y dolomías: grano muy fino (precipitados de carbonatas).

    CONGLOMERADOS

    Textura muy heterogénea, componentes de tamaño muy diverso:

    Los planos de estratificación están muy poco marcados, pero presentan abundantes diaclasas verticales que el agua (lluvias, aguas de arrollada, etc.) va ensanchando progresivamente, quedando divididos en bloques que parecen torreones o murallas de aspecto ruinoso: aspecto ruiniforme, ejemplo macizo de Monserrat.

    ARENISCAS

    Formadas a partir de particulas de tamaño similar (granos de arena).

    Los granos de arena son visibles a simple vista. Los oxidos de hierro son abundantes en una variedad de color rojo: rodeno.

    La estratificación está siempre bien marcada. El grado de cementación determina en gran medida la resistencia: los estratos bien cementados resisten bien, pero si se alternan con estratos escasamente cementados se desmoronan con facilidad, dando lugar a vertientes muy irregulares, con entrantes y salientes.

    CALIZAS

    Formadas fundamentalmente por precipitados de carbonato calcico (calcita), de textura homogénea a simple vista, color blanquecino o grisáceo.

    Son rocas muy resistentes frente a la erosión mecánica, por lo que suelen destacar entre otras rocas sedimentarias más débiles, ejemplo Penyal d'lfach.

    Pero estas rocas presentan una modalidad peculiar de meteorización química denominada carbonatación, que determina su lenta, pero inexorable disolución en climas donde haya agua liquida: el agua disuelve CO2 (dióxido carbónico) de la atmósfera o de la respiración de los organismos del suelo y forma pequeñas cantidades de ácido carbónico, que se combina (reacciona) con el carbonato calcico y lo arrastra en disolución. Por efecto de esta disolución se forman canalillos y huecos irregulares (lapiaz cárstico) entre los cuales se forman crestas agudas y cortantes en las superficies limpias de estas rocas.

    SÍ el espesor del macizo calcáreo es suficiente, el agua que se infiltra por las abundantes diaclasas (tanto horizontales: pianos de estratificación, como verticales) continúa el proceso de disolución (también la erosión mecánica por las corrientes de agua), en- sanchando las fracturas verticales y horizontales, formando simas y galerías ("grutas subterráneas"), que se van ampliando progresivamente hasta que se producen derrumbes por falta de sostén. En el interior de las galerías, el agua que gotea puede invertir el proceso, precipitando carbonatas y dando lugar a estructuras denominadas estalactitas y estalagmitas Los ríos excavan valles cuyas paredes, debido a la estructura y al diaclasamiento de estas rocas, se mantienen verticales, dando lugar frecuentemente a cañones, gargantas, congostos, etc.

    ROCAS MAGMAT1CAS

    Las rocas magmaticas se originan a partir del enfriamiento de magmas (masa fundida) originados en zonas profundas de la corteza terrestre o del manto. Las condiciones en que el magma consolida (se convierte en roca solida por enfriamiento] determinan en gran medida la resistencia de la roca:

    • Las rocas efusivas o volcánicas son poco resistentes, en general, frente a la erosión, dado que el magma consolida rápidamente al salir al exterior, por lo que sus minerales no tienen tiempo suficiente para cristalizar, originando texturas vitreas o amorfas: vidrios volcánicos y lavas de diferentes tipos, que al ser alterados por meteorización y erosión dan lugar a superficies irregulares de bordes muy cortantes (malpais).

    • Las rocas intrusivas, de las cuales la más abundante es el granito, consolidan en zonas profundas de la corteza, lentamente, "tapadas" por las rocas mas superficiales. El enfriamiento lento permite que los diferente minerales formen cristales, que quedan perfectamente soldados unos con otros, lo cual confiere a estas rocas una extraordinaria resistencia frente a los agentes erosivos.

    GRANITO

    Su nombre procede de su textura granulada: los "granos" de sus tres minerales componentes son visibles a simple vista:

    • cuarzo (translúcido),

    • ortosa (blanco rosado),

    • mica (negra).

    La forma cupuliforme de las masas intrusivas de granito queda al descubierto cuando la erosión ha eliminado las rocas superiores. Esto ocurre en zonas donde la erosión lleva mucho tiempo actuando: zonas axiales (más elevadas más erosión) de las cordilleras y regiones muy antiguas (muy profundas) de la corteza. Por ejemplo e! escudo brasileño, donde la rápida meteorización química de las rocas más débiles deja al descubierto las formas peculiares de las intrusiones graníticas (Panes de Azúcar de Río de Janeiro):

    Pero, lógicamente, en zonas de alta montaña, donde el hielo impone su peculiar forma de modelado, el granito adopta la misma morfología que cualquier otra roca suficientemente resistente: aristas y picos glaciares.

    En zonas templadas, el granito sufre un proceso de alteración de ¡a ortosa, denominado hidrólisis, que desmorona la roca, produciendo bloques redondeados y un residuo arenoso.

    ROCAS METAMÓRFICAS

    Las rocas metamórficas se forman a partir de otras rocas, por los cambios de presión y temperatura que se producen en zonas profundas. Por ejemplo, cuando los estratos de rocas sedimentarias van quedando enterrados por capas posteriores, su profundidad en la corteza terrestre va aumentando (aumento progresivo de P. y T.).

    Muchas rocas metamórficas, como por ejemplo las pizarras o los esquistos, presentan una estructura holosa (esquistosidad) que las hace más débiles frente a la erosión. Pero otras son muy resistentes. Las rocas metamórfícas más resistentes son las cuarcitas, procedentes del metamorfismo de la erosión.

    Las areniscas: los granos de cuarzo que constituyen la práctica totalidad de la roca, quedan perfectamente soldados, resultando una roca de gran resistencia, que resalta siempre por erosión diferencial.

  • A ESCALADA EN LA ESCUELA: ¿cómo llevarla a la práctica?

  • En este apartado se intenta facilitar el trabajo a los profesores que decidan llevar adelante esta propuesta sobre escalada -como crédito variable o como cualquier otra "fórmula" educativa- proporcionando lo necesario para llevarlo a cabo y sirviendo de apoyo a aquéllos que, por primera vez,, deciden utilizar la escalada como contenido de la clase de educación física.

    La posibilidad de introducir nuevas actividades en las clases de educación física está condicionada por los entornos de aprendizaje. Este entorno tendrá que ir creándolo el propio profesorado, procurando implicar al alumnado tanto en la colocación y distribución de los materiales como en la fabricación de algunos de los elementos. Así la organización del espacio, así como la dotación y disposición de los materiales son tareas fundamentales para construir un ambiente de aprendizaje, que haga posible determinadas prácticas.

    Los espacios y los materiales que se necesitan para desarrollar una unidad en la escuela se estructuran de la siguiente forma:

    • UN CIRCUITO CON ESPALDERAS.

    • PRESAS DE ESCALADA

    • CÓMO CONTRUIR UN ROCÓDROMO

    • INSTALACIÓN DE UN MURO PARA INICIACIÓN

    VIII.1. EL CIRCUITO CON ESPALDERAS.

    Cómo adaptar el material de nuestro centro para llevar adelante las actividades propuestas. Existen muchas opciones para preparar lo que hemos llamado circuito con espalderas. Podemos definir este circuito como un espacio que se puede recorrer completamente sin tener que tocar el suelo, de forma continua y pudiendo empezar por cualquier lugar. La colocación de diferentes ele- mentas (cuerdas, plintos, bancos, tocos de madera, mesas, escaleras, etc.) posibilita el paso de unos sitios que en principio no tenían continuidad a otros. Un ejemplo clásico de gimnasio es el que aparece en el gráfico siguiente, con una solución de colocación de elementos.

    Encontrar más y mejores soluciones depende muchas veces de la imaginación que le ponga el profesorado. Ayuda en esta búsqueda de soluciones hacer un listado de todos los materiales disponibles en el centro. Un repaso entre lo que se ha definido como materiales reciclados también nos puede dar pistas

    En las siguientes fotos aparecen algunas soluciones que pueden servir de referencia.

    VIII.2. LAS PRESAS

    Cómo planificar la elaboración de las presas que se plantean en esta propuesta. Muchas de las actividades que se proponen se pueden realizar con los elementos habituales que se utilizan en las clases de educación física, otros los pueden fabricar los alumnos con materiales de deshecho, por ejemplo las presas para acondicionar un muro de escalada en travesía se pueden fabricar con tacos de madera. En las carpinterías, se pueden encontrar muchos deshechos de madera con diferentes formas y tamaños. Hablando con el profesorado de otras áreas se puede buscar un trabajo interdisciplinar, por ejemplo: diseño, pretecnología, dibujo, historia, etc. lo normal es imitar los modelos que existen en el mercado, para ello se pueden facilitar fotocopias de catálogos de presas. Otra solución sería visitar algún rocódromo, sacando planillas y dibujos de las presas que allí encontremos.

    Ejemplo de fotocopia facilitada al alumnado para que a partir de ella sacaran ¡deas para la construcción de presas.

    Una estrategia que se ha utilizado es pedir a todos los alumnos que participan en este crédito que, fabriquen una presa. Para orientar al alumnado en la construcción de las presas se le facilitará el siguiente esquema:

    VIII.3. CÓMO CONSTRUIR UN ROCÓDROMO O MURO ARTIFICIAL DE ESCALADA EN El PROPIO CENTRO

    Las posibilidades de adecuar una pared del centro para la escalada de travesía (o boulder) son innumerables, se puede decir que en todos los centros es posible encontrar una solución mas o menos fácil de instalación. En este apartado se intenta presentar una amplia variedad de soluciones con diversos materiales, con algunos ejemplos reales para que e! profesorado vea su accesibilidad. Lo más cómodo quizás sea ponerse en contacto con algún instalador especializado a quién se localiza a través de las tiendas de deportes de montaña y los clubs de montaña; algunos ayuntamientos pueden facilitar los datos de la empresa que ha instalado el rocódromo del pueblo. Si la instalación la hacen profesionales, tenemos varias opciones:

    1. Que hagan toda la instalación según el presupuesto que previamente nos hayan elaborado.

    2. Que nos instalen sólo los tacos en la pared (también con presupuesto previamente elaborado), donde nosotros mismos colocaremos las presas: las podemos comprar o fabricar de distintas maneras y materiales como ya hemos comentado y ampliamos más adelante. La opción de fabricarlas por los alumnos e instalarlas, preocupándose de su mantenimiento puede ser lo más pedagógico además de barato.

    3. Que nos instalen la mitad de los tacos para, posteriormente, ir ampliándolo.

    4. Otras (hay muchas posibilidades según la imaginación del profesorado).

    Todo lo comentado tiene opciones mixtas, parte de las presas fabricadas, parte compradas, si la pared lo permite se pueden obtener presas agujereando algunas zonas sin debilitar la estructura de la pared, pegando piedras con Sica 31 o similar (pegamento para pegar piedra de venta en tiendas de pintura y bricolaje), agujereando piedras y atornillándolas en los tacos, etc. Es de destacar que una instalación completa con presas incluidas puede costar menos que un juego de canastas, unas porterías de balonmano o de fútbol sala por ejemplo, y nos asegura que se ha instalado en la pared más adecuada, pues los profesionales conocen los distintos tipos de materiales de construcción, su dureza, su resistencia y su fiabilidad.

    VII.4. instalacion DE UN MURO y PARA INICIACIÓN

    Si el profesor opta por instalarla él o con la colaboración de los alumnos, lo primero que tendrá que hacer es seleccionar la pared del centro donde instalar las presas. Son ideales por sus posibilidades las de piedra (ver algunos ejemplos en las fotos de esta página), también se pueden utilizar las de ladrillo visto, las de ladrillos con cemento, etc. Una vez decidido dónde se va a instalar, no está de más consultar con algún arquitecto, aparejador o maestro de obras sobre la consistencia y la estabilidad de la pared elegida.

    Cuando ya se han realizado los pasos anteriores, pintaremos una línea de color rojo a 2-2,5 m del suelo (según la edad de los alumnos) y cinco centímetros de ancho, esta línea limita la altura máxima paro colocar los pies, también delimitaremos con marcas el ancho de pared que vamos a instalar Marcar toda la zona delimitada pintando con rotulador grueso los puntos que servirán de referencia para hacer los agujeros donde colocaremos los tacos de acero (spits) para instalar las presas con tornillos de acero inoxidable de métrica 8.

    Para marcar la separación entre las presas correctamente, se construye un triángulo equilátero de cartón o cualquier material rígido, de las siguientes características. 40 cm de lado, de 36/5 cm de alto y un elemento de sujeción.

    MATERIALES PARA LA CONSTRUCCIÓN

    PRESAS:

    • De madera, hechas con restos de carpintería (buscar distintos tamaños y grosores).

    • De piedra, pegadas a con pegamento Sica. Diferentes tamaños, formas de piedras (calizas, de río, etc.), la parte de se va a pegar a debe ser plana. También se pueden atornillar haciéndoles un agujero en el centro de métrica 8, para esta utilización son ideales las piedras de río planas y redondeadas, entre ladrillos y huecos de la pared se pueden pegar perfectamente ganando en adherencia.

    • De resinas, se pueden comprar en tiendas de artículos de montaña, o fabricar con fibra de vidrio y resina de poliéster o epoxi, a partir de moldes hechos previamente. Es bastante complicado, se necesita cierta experiencia en el manejo de estos productos.

    • Agujerear vaciar la pared. Es una solución a tener siempre en cuenta cuando el material de la pared lo permite. Resulta muy fácil y barato, con un simple martillo podemos obtener cavidades de diferentes tamaños y formas Hay que tener precaución con determinados materiales que se deshacen con facilidad (por ejemplo, el cemento) cuando se produce una pequeña fractura en ellos. Otro problema es que una vez hecho no lo podemos cambiar de sitio, se puede tapar con cemento o con cualquier otro material, pero hay que intentar evitarlo.

    • Aprovechar los huecos y las fisuras de la pared, tanto propios de la piedra como de la construcción Otros materiales trozos de goma, plástico, poliéster, etc.

    Para unir las presas de madera y resina a las paredes se utilizan tacos metálicos parecidos a los de uso doméstico, en ellos se atornillan las presas; los dos tipos más frecuentes son: spits y químicos. Se hace un agujero en la pared para introducir el taco, con una máquina de taladrar y una broca del ocho. Los parabolts son otro tipo que se utiliza normalmente para los descuelgues o las reuniones.

    VIII.4. ¿CÓMO CONSTRUIR UNA PARED PARA INICIACIÓN?

    Seleccionar y delimitar la pared, construir un triángulo equilátero de cartón o cualquier material rígido, de las siguientes características;

    Marcar en la pared con un rotulador todos los vértices del triángulo que hemos construido según el dibujo anterior, pero sólo se debe instalar presas donde seleccionemos. Esta instalación puede combinar las diferentes presas que hemos nombrado, algunas de madera, otras compradas, piedras pegadas o atornilladas, vaciados, etc.

    Al principio es conveniente instalar todas las presas que poda-ida que avanzamos en el aprendizaje se podrán ir quitando para id. Precaución al agujerear, en este caso más vale de menos que de más.

    Hay una variante de construcción que resulta bastante asequible, es la de colocar las presas sobre tableros de madera gruesos, fijando éstos a la pared con tacos o colocándolos sobre espalderas con ganchos metálicos. Para ello se pueden aprovechar tableros de diferentes tamaños que a veces hay en los centros y que no se utilizan: tablones de anuncios retirados, tableros de exposiciones, etc.

    IX. Rápel.

    Antes de analizar y profundizar sobre la técnica específica del rápel, debemos de tener presente unas ideas básicas sobre éste, como son los movimientos básicos.

    • Posición del cuerpo en función de la inclinación de la pared, como regla general: CUERDA-TRONCO forman un ángulo de 90 grados, aproximadamente. Excepción en extraplomo.

    • No se debe hundir la cadera.

    • Piernas: separadas anchura de hombros, con ligera flexión de rodillas que actúan como amortiguadores.

    • Pasos cortos y seguidos, mirando dónde vamos a realizar el apoyo. (Saltos no.)

    • Mano derecha (personas diestras), NO SE SUELTA NUNCA durante el descenso. Debe estar pegada a la cadera y a una distancia mínima del descensor de 25 -30 cm. La cuerda corre cuando la tenemos sujeta entre los dedos y la palma de la mano, separada ésta última de la cadera. En cambio, si acercamos la mano a la cadera se frena la cuerda. Mano izquierda (personas diestras) sujeta cuerda lejos del ocho, o nos aleja de obstáculos, ayuda a equilibrarnos y puede evitar péndulos. La mirada por debajo de nuestros pies para ver dónde hacemos los apoyos.

    NOTA: ENTRADA EN EL EXTRAPLOMO (cuando no hay apoyo de pies)

    Hay que colocar la cadera por debajo de la altura de los pies: se detiene el movimiento de pies justo donde cambia la pared, es decir donde se acaba el apoyo de los pies. Las piernas se mantienen extendidas, con ligera flexión de rodillas, y es la mano derecha la que va dando cuerda hasta llegar a la posición antes citada (CADERA MÁS BAJA QUE PIES).

    A la hora de progresar en la técnica de rápel que posteriormente analizaremos ampliamente, propondremos una progresión metodológica en la enseñanza de esta técnica de descenso. Los elementos de los que dependen son:

    • *la inclinación y la forma de la pared: a más inclinación mayor dificultad. Esto depende directamente de si es una pared regular o no, pues cuanto mas irregular más dificultad.

    • la altura o la longitud de la misma: el aspecto psicológico es decisivo. Al principio poca altura para familiarizarse con el material sin miedo.

    • La dificultad de la salida: es lo más difícil técnicamente (en las salidas difíciles suelen producirse roces en las manos, si no tenemos precaución) y donde cuesta más encontrar soluciones, al principio evitar salidas complicadas que puedan dar lugar a péndulos.

    La combinación de estos elementos, nos permite valorar el grado de dificultad para establecer una progresión en la enseñanza.

    XI.1. TÉCNICA DEL RÁPEL.

    En primer lugar debemos tener presente que cuando una cordada llega a un anclaje de rápel, lo normal es que descienda primero la persona más experimentada del grupo, que será quien se encargue de deshacer los posibles enredos de la cuerda.

    Muchos escaladores emplean los nombres de los cuatro elementos del sistema de rápel -anclaje, cuerda, descensor y escalador- como una especie de lista de control que comprueban a cada rápel.

    Una vez revisado la cuerda o cuerdas del rápel para estar seguro de que no han sufrido cortes o abrasiones durante la escalada. Ahora que el rápel está instalado, debemos comprobar que la cuerda está adecuadamente enfilada por el anclaje, que no presenta enredos o nudos, y que su disposición no implica ningún tipo de rozamiento peligroso contra la roca.

    A continuación, debemos inspeccionar la unión a la cuerda a través del dispositivo o método de descenso. Si interviene el arnés (como sucede en la mayor parte de los casos) debemos asegurarnos de que lo llevamos correctamente abrochado. Debemos prestar atención especial al sistema de freno.

    Por ú1timo, nos prepararemos mental y físicamente. Concentrándonos una revisión mental, recorriendo todos sus elementos y pensando en el procedimiento que vas a usar para descender.

    Al prepararnos para el rápel debemos haber seguido el proceso siguiente: disponer el anclaje, fijar la cuerda al anclaje, lanzar la cuerda, unirte al sistema de rápel y, por último, soltarnos del autoseguro que nos ha protegido mientras realizábamos todas estas tareas al borde de la ruta de descenso.

    Llegado este momento estas de frente al anclaje y te dispones a descender por la cuerda.

    Ahora viene la parte más intimidante de la mayor parte de los rápeles. Para adquirir estabilidad, las piernas deben estar casi perpendiculares a la pendiente. Por lo tanto, en el mismísimo borde del precipicio, dejamos ir hacia atrás hasta quedar por fuera de la repisa.

    Si estamos usando el freno de mosquetones u otro sistema mecánico, tenemos la posibilidad de sentarnos al borde de la repisa y colgarnos suavemente al tiempo que nos volvemos hacia la pared.

    La posición de descenso debe ser aproximadamente como sigue: pies separados a la anchura de los hombros, rodillas flexionadas, parte superior del cuerpo en un ángulo cómodo respecto a la pendiente y ligeramente vuelto hacia la mano que frena para ver el itinerario de descenso. Los errores más comunes entre los principiantes son mantener los pies demasiado juntos y no echarse hacia atrás lo suficiente. Algunos caen en el extremo opuesto y se inclinan demasiado hacia atrás, con riesgo de darse la vuelta

    Si algo nos sucede, (sea quedarnos cabeza abajo o perder pie), debemos recordar lo más importante de todo: No soltarnos nunca la cuerda de la mano que frena.

    Debemos movernos de modo lento pero continuo, sin rebotar en la pared ni dar saltos, debemos correr la cuerda despacio y seguido, evitando los tirones y paradas en seco. Rapelar deprisa impone mayor esfuerzo al sistema de rápel y calienta el descensor. Resulta especialmente importante descender despacio si el anclaje es dudoso. Si estamos bajando rápidamente por la cuerda y nos detenemos de pronto, el anclaje sufre una importante carga adicional. Procederamos de modo especialmente cauteloso cuando estemos bajando por una pared con roca suelta u podrida, porque podría soltarse algún bloque y golpearnos o dañar la cuerda.

    Los desplomes pueden dar problemas si hay necesidad de salvarlos en rápel. Es fácil acabar contra la pared por debajo del desplome, golpeándose manos y pies contra la roca. También existe el peligro de que el descensor se nos atasque en el borde del desplome. Una fórmula para solucionar esta transición difícil entre descender por la pared y estar colgando debajo del desplome, consiste en flexionar súbitamente las rodillas cuando los pies están al borde del desplome y, a continuación, bajar muy rápido un metro o metro y medio ésto sobrecarga el sistema de rápel, como es natural, pero reduce al mismo tiempo el riesgo de chocar contra la pared de debajo y de enganchar el descensor en el borde del tedio. Otro método es poner los pies en el borde del techo y luego ir bajando el trasero hasta debajo del nivel de los pies, acto seguido moveremos los pies como "caminando" por debajo del techo hasta que la cuerda quede en contacto con la pared.

    Debajo de un desplome nos quedaremos colgando en el aire sin apoyo alguno. Debemos colocarnos todos sujetándonos en posición vertical con la mano guía sobre la cuerda que viene de arriba y sigue bajando a velocidad regular.

    Algunas veces, para alcanzar el siguiente anclaje de rápel es preciso moverse de manera oblicua respecto a la línea de caída, y para ello debemos desplazamos caminando hacia un lado en lugar de descender directamente. En estos casos hay que tener especial cuidado de no perder pie, o nos arriesgaríamos a sufrir una, quizás, peligrosa caída pendular que nos llevaría de nuevo hacia la vertical, con la posibilidad de quedar fuera de itinerario y sin más salida que remontar por la cuerda con la ayuda de nudos prusik o puños boqueadores.

    Otro aspecto importante es DETENERNOS A MITAD DE UN RÁPEL y para ello hay un par de buenas soluciones para bloquear la cuerda e interrumpir el des-
    censo. La primera consiste en enrollarse la cuerda dos o tres veces alrededor de una pierna. La fuerza de rozamiento, incrementada por el peso de la cuerda que cuelga, suele bastar para sujetar nuestro peso y dejarnos las manos libres. Debemos mantener una mano actuando de freno sobre la cuerda hasta haber comprobado que las vueltas soportan tu peso.

    El segundo método consiste en rodearse la cintura con la cuerda y, a continuación, formar dos o tres cotes en torno a la cuerda de rápel por encima del descensor. Estos nudos se deshacen fácilmente una vez estamos listos para continuar.

    Finalmente y en el tramo final, debemos tener presente que a medida que se aproxima el final del descenso observaremos que la cuerda corre mucho mejor a través del descensor que cuando comenzamos. Esto se debe a que ahora es mucho menor el rozamiento adicional causado por el peso de la cuerda.

    También observaremos que la cuerda se ha estirado de modo sorprendente, particularmente en rápeles con dos cuerdas. Hay que tener en cuenta este factor de alargamiento en el momento de retirar la cuerda del descensor, una vez terminado el rápel. Si en ese momento soltamos la cuerda, se acortará bruscamente recuperando su longitud normal y podría quedar fuera de tu alcance. Es preferible terminar el rápel cerca del final del la cuerda, y no justo al final.

    Cuando veamos que se acerca el final de la cuerda busca un buen lugar para finalizar el desenso, entonces retiraremos de nuestro descensor la cuerda, sólo cuando hayamos llegado a una buena repisa y te hayas asegurado si es preciso. Procuraremos que el lugar sea lo más seguro posible, a resguardo de las caídas de piedras y fuera de la vertical de las siguientes personas que vayan a descender.

    IX..2. aseguramiento EN EL RÁPEL

    Existen varias fórmulas para incrementar la seguridad en los rápeles. Son opciones que resultan ocasionalmente útiles para situaciones especificas o para mejorar la confianza en personas que están aprendiendo a rapelar.

    Nudos al final de las cuerdas: en caso de distracción podría llegar a suceder que un escalador llegara rapelando al final de las cuerdas y se saliera de ellas. Para eliminar este riesgo algunas personas hacen un nudo al final de cada cuerda o atan las dos cuerdas juntas. Si hacemos nudos no debemos confiar plenamente en ellos para saber cuándo se acaban las cuerdas. Un nudo puede deshacerse y, en cualquier caso, siempre conviene saber cuánta cuerda queda para planear y dónde vamos a pararnos. Por otra parte, los nudos pueden ser origen de problemas si se atascan en la roca en caso de que tengamos que recuperar otra vez las cuerdas o deshacer un enredo.

    Tirar de las cuerdas desde abajo: Una persona situada al final de las cuerdas del rápel puede controlar perfectamente los movimientos del compañero que está rapelando, o incluso detenerle por completo, por el simple procedimiento de tirar de las cuerdas para añadir fricción al sistema de freno. Para asegurar mediante este método a la persona que rápela, el asegurador permanece vigilando muy atentamente con las cuerdas en la mano, listo para tirar de ellas con fuerza en el momento en que la persona que rápela parezca tener algún problema.

    Aseguramiento desde arriba: también cabe la posibilidad de asegurar desde arriba a la persona que desciende, utilizando una cuerda aparte. Si el asegurador hace uso de un anclaje diferente, quien rápela queda, incluso, a salvo de un eventual fallo del anclaje del rápel. El aseguramiento desde arriba está indicado para principiantes, personas accidentadas leves y, también, para el primer escalador que desciende probando un anclaje dudoso. Sin embargo, su utilización sistemática alargaría demasiado el tiempo de descenso de cualquier cordada.

    Autoaseguramiento con pusik: algunas personas suelen autoasegurarse los descensos en rápel con un nudo prusik o bachmann, que deslizan junto a sí sobre las cuerdas a medida que descienden. El nudo se coloca encima del descensor, y el anillo del nudo se une con un mosquetón al arnés. Si el descensor fallara y empezamos a caer, el tirón bloquearía automáticamente el nudo pusik sobre las cuerdas y detendría nuestra caída.

    Este tipo de autoaseguramiento con prusik tiene sus peligros. Es preciso tener cuidado para que no se bloquee inesperadamente, ya que una vez cargado puede ser difícil de aflojar. El anillo que lo une al arnés debe ser corto, para que nos quede al alcance de la mano si llega a bloquearse. También existe el peligro opuesto: que el nudo no llegue a bloquearse en caso necesario, cosa que puede suceder si en el momento de la emergencia el escalador olvida retirar la mano del nudo. El pusik, por otra parte, puede generar mucho calor en caso de parada brusca en un rápel muy rápido, deteriorando el nudo.

    XI. CONCLUSIONES.

    * Estamos ante una modalidad deportiva, que a pesar de resultar novedosa, podemos afirmar que la escalada nace con el hombre. Éste ya subía a árboles, montañas,... en busca de su supervivencia.

    * El conocimiento previo del medio en el que vamos a realizar nuestro ascenso / descenso, podrá facilitarnos enormemente nuestra práctica. A pesar de restarle esa incertidumbre, la seguridad es el primer requisito fundamental.

    A pesar de las connotaciones individuales de esta práctica deportiva, no debemos olvidar que dentro de las múltiples modalidades que la escalada posee, el compañero juega un papel muy importante, por ello los valores afectivos y sociales dentro de la escalada quedan fuertemente potenciados.

    Como educadores, debemos tener presente la gran cantidad de capacidades que con esta actividad podemos trabajar. Y es que tanto las capacidades perceptivo - motrices: conducción, equilibrio, respiración - relajación, organización espacial, temporal, como las capacidades físicas: flexibilidad, fuerza, resistencia,... puedan ser desarrolladas de forma lúdica a través de la escalada.

    Acercar la escalada a la escuela no se nos antoja difícil. Basta con proponérselo y echarle un poco de imaginación y creatividad. Unas espalderas o un pequeño muro al que le adosemos unas piedras con un pegamento especial, junto a mosquetones, cuerdas, ochos, y arneses, podrán satisfacer nuestras necesidades educativo - formativas, sin un coste muy elevado.

    Debido al auge que esta práctica posee entre los amantes de la naturaleza, son cada vez más las variantes, en cuanto a modalidades de escalada, que surgen, apostando claramente por un incremento de riesgos y de la incertidumbre.

    Es trascendental revisr el material después de utilizarlo, ya que puede haberse desgastado o haber algún problema. Debemos intentar comprar buen material, tiene su “seguro”, nuestra vida puede depender de ello.

    * La escalada es algo más que un deporte porque se establece una relación muy especial con la naturaleza, con la montaña,... sus practicantes no sólo van a escalar.

    * A medida que subamos en altura, debemos tener presente que la equipación aumenta, así como los accesorios, ya que las condiciones serán mucho más exigentes.

    XII. BIBLIOGRAFÍA.

    Horst, E. (1996): Cómo entrenar y escalar mejor. Ed. Desnivel. Madrid.

    Prichard, N. (1995). Odio entrenar: guía de ejercicios para escaladores. Ed. Desnivel. Madrid.

    Schädle - Schordt, W. (1997). Escalar: actitud y cultura. Ec. Paidolibro. Barcelona.

    Querul Canceller, S y Marco García, JM (1998): Créditos variables de actividades y la naturaleza. Ed. Paidolibro. Barcelona.

    Revista: Sport life. Nº 7

    Long, J. (1995). Escalar en rocódromos. Ed. Desnivel. Madrid.

    ELABORACIÓN DE PRESAS DE ESCALADA

    Se realizará en madera maciza (no sirven aglomerados ni similares).

    La presa deberá de cumplir con las siguientes medidas:

    • entre 10 y 20 cm de largo.

    • Entre 6 y 14 cm de alto.

    • Y entre 3 y 6 cm de profundidad.

    Para su sujeción en la pared tendrán dos agujeros iguales separados entre sí 6 cm. (Desde el centro de cada agujero).

    Estos estarán hechos con una broca de métrica 8.

    Deberán tener diferentes posibilidades para hacer agarrones, es decir, habrán de ser talladas con formas irregulares.

    Es muy importante que los bordes sean completamente romos. No dejes ninguna arista viva. Puede causar lesiones en el futuro.

    Posiblemente necesitaremos un formón, una escofina, una lima, una lija y una navaja afilada.

    SEGURIDAD ACTIVA

    SEGURIDAD PASIVA




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    Enviado por:Alfonso Y Almudena
    Idioma: castellano
    País: España

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