Un helicóptero se eleva por el mismo principio por el que un avión despega: El movimiento de un plano aerodinámico o superficie de sustentación a través del aire. El ala de un avión es un plano aerodinámico que se desplaza a través del aire con un movimiento hacia delante. Las palas de rotor de un helicóptero también son planos aerodinámicos que se mueven a través del aire con un movimiento circular, sin necesitar algún movimiento o desplazamiento de la aeronave.
Debido a que el aire pasa a través un plano aerodinámico, se produce una presión diferencial. La presión que existe en la superficie superior es menor que la presión ejercida en la parte inferior. Esto da como resultado la fuerza de sustentación.
Cuando la sustentación es mayor que el peso del helicóptero, este comienza a volar.
El rotor principal de un helicóptero es controlado por el bastón "cíclico" que normalmente se ubica entre las piernas del piloto. Al usar el cíclico, el piloto puede inclinar el rotor en los 360 grados, vale decir en la dirección que desee que vuele el helicóptero. Inclinando el rotor principal, parte de la fuerza de sustentación del disco de este rotor se convierte en fuerza de avance (tracción), lo que permite que el helicóptero se mueva en la dirección deseada.
A medida que el disco de rotor está más inclinado, y se aumenta la potencia, el desplazamiento también aumenta y el helicóptero se mueve más rápido en esa dirección. Si se mueve lentamente el cíclico hacia atrás, la velocidad disminuye, y si se centra para lograr un equilibrio el piloto puede planear sobre un punto determinado. Si se mueve más atrás el cíclico, el helicóptero vuela hacia atrás.
Los movimientos del helicóptero también involucran otros controles. El "colectivo", que se encuentra al lado izquierdo del piloto, aumenta o disminuye colectivamente el ángulo de las palas del rotor principal. El movimiento del colectivo hacia arriba o abajo también aumenta o disminuye la potencia del motor.
El rotor de cola se usa para contrarrestar la fuerza (torque) necesaria para hacer girar el rotor principal y evitar que el helicóptero gire en la dirección contraria a la del rotor principal. Para lograr esto, el piloto presiona el pedal derecho o izquierdo a medida que la potencia aumenta o disminuye. A su vez, esto hace que el rotor de cola produzca más o menos sustentación de acuerdo a lo requerido para el control direccional. El rotor de cola también permite al piloto girar el helicóptero mientras realiza vuelos estacionarios.
Algunos fabricantes instalan dos rotores principales en el helicóptero ya sea en configuración en tándem o coaxial. Dos rotores principales en un helicóptero giran en direcciones opuestas, cada uno contrarrestando la fuerza (torque) requerida para hacer girar al otro. Así se elimina la necesidad de un rotor de cola. Los movimientos transnacionales del helicóptero son logrados por movimientos coordinados de los dos sistemas de rotor, a través de engranajes mecánicos o hidráulicos.
Otro método de control direccional sin rotor de cola es logrado por medio de lo que se conoce como el efecto coanda. Un ventilador ubicado al final del helicóptero envía aire a través de la sección de cola hacia afuera a través de ranuras o rejillas de ventilación a un lado de la cola. Esto produce una corriente de aire de mayor velocidad a un lado de la cola. Este método da un excelente control de dirección sin ocupar piezas movibles en el exterior del helicóptero.