Educación y Pedagogía
El valor de educar; Fernando Savater
El Valor de Educar
por Fernando Savater.
El archiconocido catedrático de Filosofía Fernando Savater, nos presenta el libro El Valor de Educar, como una reflexión, un ensayo utilizando el lenguaje técnico, sobre la educación y su importancia como base de una moral, de una ética. Sobre la base de la educación podemos frenar males tales como drogadicción, terrorismo, violencia doméstica…
Un compañero me comentó hace un tiempo que la educación de los hijos comienza veinte años antes; es decir, educaremos a nuestros hijos tal y como nos educaron a nosotros nuestros padres. Y en este bucle, en este círculo vicioso, donde no hay escape, es donde está situada la educación. ¿O quizá si hay escape?
Quizá Savater en este libro nos haga reflexionar sobre la educación, sobre nuestra educación y sobre lo que educaremos.
Las conclusiones a las que Savater llega en su libro son muchas, pero se podrían esquematizar en ideas principales y secundarias.
Cada idea principal la he desgajado en otras secundaras que derivan de ella:
La necesaria humanización del ser humano, no en el sentido de humano como especie, sino moralmente.
Es más importante aprender del resto de los humanos que de un montón de libros.
Somos diferentes de los animales en esa capacidad de seguir formándonos indefinidamente.
Para que una persona enseñe a otra hay que tener en cuenta que se enseña al que no sabe.
Para ello se debe partir de experiencia de la vida para así conocer nuestras debilidades y dudas que se pueden plantear a la hora de aprender.
Como el aprendizaje se transmite de humanos a humanos, este no llega a ser perfecto. No es como si nos lo transmitiese un ser divino o algo del mismo índole.
En la enseñanza cabe diferenciar entre educación e instrucción, siendo la primera la parte que se refiere a lo humano y la segunda a lo técnico. Mayor importancia de la educación, como base para una buena formación.
Aunque desde la antigüedad la educación ha sido más importante que la instrucción, en la actualidad instrucción y educación han llegado a igualarse o incluso a superar la primera a la segunda.
En la educación también existe un “currículo oculto” en el que a menudo se promulgan objetivos como favorecer al estado, a los ricos, al sexo masculino, etc. de forma subliminal.
Diferenciación entre disciplinas cerradas y abiertas. Cerradas las que una vez que se saben ya se dominan por completo, y abiertas las que nunca llegan a dominarse por completo.
La más importante de las disciplinas abiertas es el saber aprender.
Presenta a la familia como imprescindible para la educación y formación en el ámbito personal del niño.
La familia es la base para el resto de la vida, dando una socialización necesaria para seguir aprendiendo en la segunda etapa de nuestro camino por la senda del tiempo que nos lleva hasta la muerte.
Los cambios que se han producido en la configuración de las familias han llevado a la falta de los miembros que se encargaban de la educación de los niños. Así los padres han ido relegando a los maestros la tarea de educar, cargando a estos de un trabajo ya titánico.
El miedo en la educación del infante es necesario, pero no de una forma desmedida, si no razonada, debiendo este miedo basarse en la posibilidad de perder el amor de los padres.
La necesidad de la figura del padre autoritario en la educación del neófito.
Este padre autoritario no debe llegar a la dictadura de tiempos pasados: se busca una mezcla entre esa autoridad capaz de provocar el miedo inicial, pero también aplicada con la dulzura característica de una madre.
La televisión como forma de educación no es muy positiva, ya que destapa de forma rápida, directa, incontrolada y desordenada los pequeños secretos que normalmente se ocultan a los niños para que estos los vayan aprendiendo poco a poco.
Hace desaparecer así la curiosidad de los niños por aprender y por aplicarse en ese adiestramiento, ya que la tele les da toda la información mascada sin necesidad del esfuerzo que conllevaría leer un libro.
Por esta falta de curiosidad en los niños y este desorden de noticias e información, la escuela se encuentra con otro problema más que debe solventar, convirtiendo así su esfuerzo en titánico.
En lo referente a la ética y la religión, defiende que esta no debe de ser impartida como una asignatura, sino como un ejemplo.
Cada uno tiene su propia ética.
La diferencia entre ética y religión es que la ética intenta mejorar la vida, mientras que la religión busca algo mejor que la vida, además de que la ética se basa en el razonamiento que todos podemos compartir y la religión en doctrinas cuyo misterio sólo unos cuantos aceptan como válido.
El sexo ya no es algo obsceno como antes, pero ahora se ha tornado en carácter demasiado explícito, demasiado comercial y se presenta como algo superficial, egoísta y ante lo que hay poca información.
Esto puede provocar que se vea el sexo por una carrera a ver quién consigue más placer, sin mirar por el otro miembro de la pareja.
Las drogas se deben combatir desde la información, no prohibiéndolas sino sabiéndolas administrar bien.
La violencia es algo necesario en la humanidad y que por lo menos debe existir en nuestra imaginación, ya que así nos damos cuenta de que es negativa y evitamos practicarla.
En este campo, la televisión sirve como una válvula de escape.
La educación es a menudo forzosa y tirana, ya sea porque los mayores queremos obligar a aprender al niño cosas para que así perdure nuestra obra y ser de algún modo inmortales o para preparar individuos para realizar alguna tarea que les necesita.
En estos tiempos se está dando más importancia a las asignaturas técnicas que a las humanidades, y esto es un error ya que se está dejando de humanizar a los alumnos a favor de prepararlos para un futuro inmediato laboral por el mero hecho de que tienen más salida las carreras técnicas.
Los maestros deben esforzarse por que sus alumnos encuentren interés en la asignatura y así sean estos mismo los que sigan formándose por su cuenta.
La enseñanza rebuscada y poco clara de algunos docentes es poco eficaz.
Lo trivial y lo que haga al pupilo sentir placer por la asignatura y ponerse en el camino que le lleve a continuar formándose por si mismo gracias al gusto que esto le produce, es lo más eficaz y acertado.
La pedantería en la que muchos maestros incurren viene dada porque se creen que todos sus alumnos comparten el mismo interés por la asignatura que imparte que la que tenía él mismo cuando estudiaba y que aún conserva. Esto provoca un desinterés en el alumno por la asignatura.
A menudo estos profesores hablan como si se dirigiesen a un grupo de colegas suyos que ya saben de la materia, mientras que en realidad lo hacen aun grupo de alumnos que carecen de esas bases que el profesor les está negando.
En el bachillerato se debería impartir la clase sabiendo que se está hablando a un grupo de personas que a lo mejor no vuelven a tocar esa materia en su vida, por lo que se deben limitar los contenidos a dar una visión general de la materia, evitando tecnicismos y demasiadas profundizaciones que harán al alumno ver que esa asignatura se aleja de sus placeres e intereses personales, por lo que tenderá a rechazarla.
A menudo hasta el placer por la lectura se puede ver trabado por el ejercicio obligado de leer un libro, y no por placer o iniciativa propia, sino para hacer resúmenes, críticas o incluso análisis gramaticales.
La educación es conservadora, puesto que intenta conservar las ideas que el tutor posee y considera dignas de ser conservadas en el alumno.
Debido a transferencia de conocimientos, es la sociedad la que crea al hombre.
Se podría decir que a través de esa selección de conocimientos educamos para conseguir un estereotipo.
Esta subjetividad a la hora de elegir lo que transmitimos al neófito y queremos conservar, cae a veces en la no-neutralidad y en la imposición de ideas propias a, normalmente, personas con criterios insuficientes para juzgar esa idea que le estamos inculcando, como son los alumnos.
La educación debe ser universal:
Para conseguir la educación universal debemos desprendernos de los prejuicios a la hora de educar, y hacerlo de forma general sin distinciones.
Además la educación debe de estar al alcance de todos, y no negar por ejemplo la educación a alguien de más bajo nivel social, pues sus capacidades pueden ser igualmente grandes y hay que desarrollarlas.
El punto de vista desde el que se trate la información que s transmite debe de ser también neutral.
El tutor debe, como mucho, exponer su punto de vista sin colocarlo por encima de los demás y razonando también las demás posturas que puedan existir.
Ante esta posibilidad de exponer un punto de vista razonadamente, cabe concretar que las opiniones respecto a temas ante los que se deben tomar posturas ya descritas por el sentido común y la humanidad (como el terrorismo), no deben ser neutrales, ya que se podría incurrir en la barbarie.
Opinión personal
Tan sólo hacer un breve apunte sobre el libro de Fernando Savater. En primer lugar, no entiendo que la educación tenga que ser coercitiva, más bien al contrario; no creo que “la letra con sangre entra” pues “quien a hierro mata a hierro muere”. Y para que esto no devenga en el primer acto de Eloísa está debajo de un almendro, concluiré diciendo que haciendo interesante e imprescindible la ecuación se puede educar.
En cuanto a la religión y a la ética, la comparación es un tanto pueril. Del mismo modo podríamos no enseñar ningún idioma a un infante para que pudiera elegir años más adelante. Lo que sí es peligroso es el fanatismo y el proselitismo.
I
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Enviado por: | Mario |
Idioma: | castellano |
País: | España |