1º de Bachillerato

PRIMERA PARTE

Investigadores. Se presenta el experimento y se habla de una pregunta que no sabemos quién la formula y en qué consiste.

El experimento lo presentan Ella y Él, personajes o narradores de un tiempo futuro que podría tratarse del siglo XXV o XXX y dicen que han reconstruido una historia que sucedió en Madrid a mediados del siglo XX. También comentan que han añadido un sonido, el de un tren y que lo utilizan para expresar inquietudes. Es decir el ruido del tren es un pensamiento.

Los investigadores utilizan una metáfora para referirse a la historia. El bosque se refiere a todos los hombres en su conjunto, y los árboles cada uno, cada individuo.

“Cuando estos fantasmas vivieron solía decirse que la mirada de los árboles impedía ver el bosque. Y durante largas etapas llegó a olvidarse que también debemos mirar a un árbol tras otro para que nuestra visión del bosque no se deshumanice.”

Encarna y Vicente. Tres escenas simultáneas: en la oficina, en el cafetín y en el sótano.

La conversación revela que ambos trabajan en una oficina, que Encarna es la secretaria y se encarga de redactar cartas, Vicente se encarga de la editora y está apunto de firmar un contrato con el señor Beltrán para publicar un libro. Existe una relación entre ellos dos, ya que Encarna le dice a Vicente que le gustaría conocer a sus padres, y también le pregunta que si protegería a su hijo si lo tuvieran.

La escena muda en el cafetín es la visualización de un pensamiento de Encarna: el fantasma de la prostitución que le perseguirá hasta el último momento de la obra. Comienza cuando ella se abstrae y termina cuando se sobresalta escuchando la palabra Fulana. Esto es un efecto de inmersión que consiste en que el público comparta la visión interior de un personaje.

El padre confunde al tren con el tragaluz. Al otro lado del tragaluz está la calle, pero realmente está la sala con los espectadores de la función. La obsesión del padre es recortar personas de las revistas y postales.

Sí que guarda relación la obsesión del padre con la metáfora de los árboles. Los árboles se referían a cada individuo y el padre quiere salvar a la señorita de la postal recortándola, porque dice que hay mucha gente y se tapan unos a otros. Y la metáfora decía que hay que fijarse de también el cada árbol para que nuestra visión del bosque no se deshumanice.

“¿Quién es ese?”, la cual formula continuamente.

Vicente afirma en tono de burla que su padre se cree Dios, que guarda relación con lo que dijo anteriormente el padre: “Yo tengo que velar por todos, y, al que puedo, lo salvo.” Esta oración da idea de superioridad y de responsabilidad que se asocia fácilmente con la idea de Dios, que menciona Vicente

El médico habló sobre un factor desencadenante que Mario recordó que había sucedido hace tiempo. “Se levantó una noche y anduvo por aquí diciendo incoherencias… Y sólo tenía cincuenta y siete años. Madre dormía, pero yo estaba desvelado”

Investigadores. Un día más tarde. La intervención de Él y Ella separa al espectador del drama (efecto de distanciamiento).

Él y Ella son personajes que actúan como intermediarios entre la historia y el público, pero no interviene directamente en la acción, pero son ellos los que producen los efectos de distanciamiento, que pretenden distanciar al espectador de los sucesos y hacerle reflexionar y recapacitar, al presentar la escena y comentarla.

Encarna y Mario.

Mario y Encarna no son exactamente novios. Encarna es de pueblo, se quedó sin madre de muy niña, su padre se alquilaba de bracero cuando podía, pero ya no había trabajo para nadie, y se vinieron hace seis años. Su padre se hizo albañil, y le compró una máquina, y un método, y libros, porque quería que estudiara, y leyera mucho. Pero al final se mató. Iba a las obras cansado, medio dormido, y se cayó del andamio. Y Encarna se quedó sola y asustada. Estuvo un año entero buscando trabajo, hasta que entró en la editora. Mario no empezó el bachillerato, y no quiso entrar en la Editora

Cuando la guerra terminó Mario tenía diez años, su padre estaba empleado en un Ministerio y lo depuraron. Cuando volvieron a Madrid tuvieron que meterse en el primer rincón que encontraron: en ese sótano… de donde no han salido

Va a entra un nuevo grupo en la Editora, es este el que está detrás de que a Beltrán no le editen la segunda novela, a pesar de que sea buenísima. Además Vicente había quitado un artículo que hablaba bien de Beltrán de las pruebas que le había llevado a Mario. Y este último se preocupa y dice que tienen que ayudar a Beltrán. Para ello le dice a Encarna que vigile esa maniobra.

Mario le cuenta a Encarna su sueño en el que había un precipicio, el estaba en uno de los lados, y en la otra corría un desconocido, con una cuerda atada a la cintura. Y la cuerda pasaba sobre el abismo, y llegaba hasta su muñeca, y el daba tironcitos, y lo iba acercando al borde. Al final dio un repentino tirón y lo despeñó. Mario le contó el sueño porque quería preguntarle si quería casarse con él, porque tal vez su tristeza y la de ella en unión, lograran una extraña felicidad juntos. En mi opinión ese es el mensaje implícito del teatro de Buero Vallejo, porque aunque se trate de obras dramáticas, siempre hay una idea de optimismo y esperanza en el futuro.

Investigadores. La historia representada continúa, pero la intervención de Él y Ella supone una elipsis temporal se siete días. Indica la alusión a la responsabilidad de los individuos y de la sociedad ante el futuro.

“La acción más oculta o insignificante puede ser descubierta un día. El misterioso espacio todo lo preserva.”

Encarna, Mario y Vicente en la oficina

La conversación comienza porque el padre le había llamado a Encarna Elvirita, y Mario le explica que era una hermana que tenían, más o menos de su edad, y que al volver a Madrid, al terminar la guerra había muerto de hambre porque era muy difícil encontrar comida. Al igual que tomar trenes, que iban repletos de soldados ansiosos por volver a sus pueblos, y Elvirita casi no comía nada, y murió en el trayecto.

Encarna había encontrado una carta en pedazo en la basura que trataba de Beltrán. En ella pide los derechos de traducción del libro de Beltrán. Pero ambos piensan que si Vicente la hubiera contestado la habría archivado, y no roto. Así empiezan a discutir sobre quien hablará con él, porque se trata de Beltrán y quieren ayudarle.

Vicente le ofrece trabajo a su hermano en la Editora, pero él lo rechaza. Es decir, Vicente corresponde a la acción, y Mario, en cambio, a la contemplación, ya que está abocado al fracaso y no es capaz de realizar sus sueños en el mundo que vive. A diferencia de Vicente que hace todo lo posible a favor de sus intereses o para lograr sus deseos, cueste lo que le cueste.

Mario y sus padres en el sótano

El drama al que se refiere es al del tren, cuando su hijo Vicente sube al tren con la bolsa de provisiones para toda la familia, que le habían encargado por ser el más fuerte, dejándoles en el andén, y muriendo así Elvirita.

En la realidad se refiere al hecho del tren mencionado arriba. Y simbólicamente quiere diferenciar a los que “tomaron el tren de la vida” y los que no, es decir los que han seguido viviendo y actuando (personajes activos como Vicente) de los que se han quedado en la cuneta como lo es Mario que conscientemente se ha paralizado aposta.

“MARIO: ¿De qué tren habla?

LA MADRE: De alguno de la revistas…

MARIO: O de alguno real.

LA MADRE: Puede ser. Hemos tomado tantos en esta vida…

MARIO: Y también hemos perdido alguno.

LA MADRE: También claro.

MARIO: No tan claro. No se pierden el tren todos los días. Nosotros lo perdimos sólo una vez.

LA MADRE: Creí que no te acordabas.

MARIO: ¿no se estará refiriendo a aquél?

LA MADRE: Él no se acuerda de nada… […] El tren se nos llevó a Vicentito, porque él logró meterse por una ventanilla y luego ya no pudo bajar.”

Con esta frase la madre quiere dar a entender que hay que vivir lo mejor que se pueda, evitando los problemas y sin complicar las cosas, pero Mario ha elegido la pobreza, su marginación es voluntaria, y todo le da igual. Justamente, Encarna había pronunciado las mismas palabras que la madre. Era una conversación con Mario en la que este decía que no quería entrar en la editora, y Encarna le dice que hay que vivir, y Mario responde que esa es nuestra miseria: que hay que vivir.

Mario y Vicente

A Mario le repugna este mundo, dice que o devoras o eres devorado, pero lo que quiere él es salvarse de ser devorado sin tener que devorar. Es decir Mario se dedica a defenderse, y hasta deja que le pisoteen un poco, pero el no se enriquece. Él ha elegido esa posición, prefiere mirar antes que actuar. Esto contrasta con el personaje de Vicente que es activo, y es capaz de pisotear a quien sea con tal de conseguir lo que quiere

Como ya he comentado Mario es un personaje contemplativo y Vicente activo. Mario a elegido “quedarse en el pozo”, no avanzar, y dedicarse a mirar a través del tragaluz las personas que pasan, sin llevar a cabo ninguna acción. Sin embargo Vicente decidió “coger el tren” y actuar, no quedarse parado. Estas diferencias entre los dos hermanos hacen que no coincidan en opiniones porque están en extremos opuestos. Por lo que sus posturas son irreconciliables. Si cada uno no tuviera una conducta tan extrema, quizá habría un equilibrio entre las dos actitudes.

Porque no basta con contestar ala pregunta de ¿quién es?, sino averiguar lo que hizo, lo que le pasó, es una pregunta que genera muchas más otras. Mario observa a las personas porque es un personaje contemplativo, e intenta ver o fijarse en cosas que los activos no ven

Porque le hace recordar que en su mundo de lucha diaria ha pisoteado y perjudicado a mucha gente, entre ellas Beltrán, y Vicente niega rotundamente que el que había pasado fuera Beltrán, porque no le han visto la cara, pero en realidad se está mintiendo así mismo, para no sentirse culpable.

SEGUNDA PARTE

Investigadores. Ocho días después. Tres escenas simultáneas: Encarna en la oficina, Mario en le cafetín y Vicente en el sótano.

Porque supongo que le preocupa, al haber estado hablando antes con Mario sobre ello, y porque quería ver si su madre se acordaba, y ella se acuerda “todos los días” aunque le haga parecer a Vicente que a penas se acuerda de aquello.

La madre tiene diferentes actitudes ante sus hijos al hablar de este tema. Ella intuye la verdad, lo que realmente sucedió con el tren, por eso al hablar de esto con Vicente ella hace como que le cuesta recordar, mientras que con Mario le dice que se acuerda muy a menudo de Elvirita.

La voz femenina repite lo que Encarna dijo a Vicente de si protegería a sus hijos, si los tuvieran. Y Vicente piensa que es una coincidencia, y se queda perplejo, pero en realidad es un sentimiento de culpa, por haber utilizado a Encarna. Es su conciencia la que le hace alterarse. Se parece mucho al caso anterior de Beltrán, cuando Mario y Vicente discutían sobre si era él o no el que había pasado.

Enfrentamiento entre Vicente y Mario

Porque él está en el mundo de los que devoran, y cree que a Mario le van a devorar, por eso le aconseja que acepte la oferta de trabajo que le ofrece en la editora, que reaccione.

Mario dice que no le gusta el juego que llevan entre manos en la editora, primero unos utilizan a otros, estos se dejan utilizar, luego ellos utilizan,… Y piensa que cada cual al final no sabe a qué está jugando, sólo los pobres saben a qué están jugando. Y Mario elige eso. Y alude a Beltrán como ejemplo de víctima de su hermano, porque ha sido por él por el que no le han publicado la novela, y le defiende porque le da esperanzas, le cree un hombre que ha elegido la indiferencia, pero que ha sabido triunfar, y su hermano se está inventando razones para frenarle.

En esta escena Encarna no interviene mucho, se siente culpable por haber sido amante de Vicente mientras estaba con Mario, y Vicente le despide por haberlo dicho, y le desprecia después de haberla utilizado diciendo: “cásate con ella, si quieres. A mí ya no me interesa. Porque no es mala, es embustera”

La acusación de Mario es que el padre está loco por culpa de Vicente, porque se fue de casa.

Investigadores. Elipsis temporal de 26 horas. Cita las frases más significativas que hagan referencia la solidaridad y ala aceptación de los errores.

“Nos sabemos ya solidarios, no sólo de quienes viven, sino del pasado entero. Inocentes con quines lo fueron; culpables con quienes lo fueron”

“Si todos hubiesen pensado al herir, al atropellar, al torturar, que eran ellos mismos quienes lo padecían, no lo habrían hecho… Pensémoslo así mientras la verdadera respuesta llega”

Mario y sus padres.

La nueva obsesión del padre es oír voces, en especial una niña llorando.

La madre sigue teniendo en un pedestal a su hijo mayor: “¡Es tan bueno! ¡Nos va a comprar una nevera! ¡Y, en el fondo, no es más que un niño!; le preocupa lo que digan los demás: “los vecinos murmurarán…”; quiere arreglar las cosas entre Mario y Encarna: “Déjala entrar”, “Y os explicabais”…Pero sobre todo es un personaje que quiere tirar para adelante. La frase “hay que vivir” lo demuestra.

Todos en el sótano

Mario es el juez, Vicente el reo, y el padre y Encarna son las víctimas. También en la conversación aluden a Eugenio Beltrán, otra víctima de Vicente, a quien se le acusa de haber hecho enloquecer a su padre, y de haber utilizado y engañado a Encarna y a Beltrán.

Se refieren a un tren real, a aquel tren que perdieron excepto Vicente que se subió por una ventanilla, dejando a su familia en el andén.

Ahora Mario explica lo que vio aquel día. Según toda la familia, Vicente no pudo bajar porque le sujetaban para que no se rompiera un hueso, pero la visión que tuvo él era totalmente la contraria. Él vio que le estaban empujando, porque les estorbaba una persona más, y además le acusa de haberse quedado a propósito el saquito que llevaba lleno de provisiones para toda la familia, como si fuera su primer botín. Y por eso murió Elvirita, de hambre. Y eso despertó al irá y furia del padre, llamándole bribón.

Vicente y su padre

Vicente se revela culpable de la muerte de Elvirita: “¡Elvirita murió por mi culpa, padre! ¡Por mi culpa!”. Dice que no lo sujetaban del tren si no lo empujaban para que bajara, pero que él no quiso bajar y por eso murió Elvirita.

“Yo también era un niño y la vida humana no valía nada entonces”

“Cuando me enteré de su muerte pensé: un niño más. Una niña que ni siquiera había empezado a vivir….Pensé esa ignonimia para tranquilizarme”

“¿quién puede terminar con las canalladas en un mundo canalla?”

“Le aseguro que estoy harto de ser hombre. Esta vida de temores y de mala fe fatiga mortalmente”

Vicente justificó su conducta con que él era tan sólo un niño. Quiere que su padre le perdone, pero él está loco y ya no se puede hacer nada. Está arrepentido, pero dice que la vida sigue, y ya no se puede cambiar nada.

Investigadores. “Los activos olvidan la contemplación; quienes contemplaban no sabían actuar”. Según esta frase ¿podemos hablar de buenos y malos?

Mario y Vicente representan respectivamente el mundo del semisótano (la contemplación) y el mundo exterior (acción). Sin embargo, esta dualidad no los divide en bueno o malos. Sino que ambos encarnan dos soluciones falsas ante la vida, uno por defecto y otro por exceso. Ambos tienen tanto aspectos positivos como negativos

Dirigiéndose al público les dice que si no se han sentido personajes del siglo XX, ni seres de un futuro hecho ya presente que juzgan a gentes muy antiguas, el experimento ha fracasado.

Mario y Encarna

Mario se siente culpable por la muerte de su hermano. Se acuerda del sueño que le contó a Encarna, y piensa que fue él el que tiró a Vicente por el precipicio dándole tironcitos con la cuerda

ENCARNA: Voy a tener un hijo.

MARIO: Será nuestro hijo. No lo hago por piedad. Eres tú quien debe apiadarse de mí.

ENCARNA: ¿yo, de ti?

MARIO: Tú de mi, sí. Toda la vida. Quizá ellos algún día, Encarna…Ellos sí, algún día…Ellos…

Crítica a la sociedad contemporánea.

Buero Vallejo critica la sociedad, porque tras la guerra civil, se dividió entre vencedores y perdedores. Los primeros fueron los que subieron al tren, ocuparon cargos importantes, como es el caso de Vicente, sin problemas económicos, mientras que los segundos corresponden a los que habían perdido el tren, y se refiere a Mario, la madre y el padre. Estos vivían en el semisótano que representa la miseria y la marginación de los perdedores, y el tragaluz les servía para ver el exterior.

La dualidad de los personajes. El cainismo.

La dualidad entre los personajes en realidad ya la he explicado en diferentes preguntas. Pero podríamos resumir que Vicente y Mario son polos opuestos. El primero representa la acción, y el segundo la contemplación. Vicente al haber “subido al tren”, se ha convertido en un hombre egoísta y cruel, capaz de hacer cualquier cosa por conseguir lo que desea. Pero aunque la balanza esté del lado de Mario como si fuera el personaje “bueno”, no es correcto decirlo, porque tanto uno como otro en sus actitudes están en lo más extremo, por lo que cada uno tiene sus aspectos buenos y malos. La combinación de ambos en diferente media, uno más que otro, dice el autor, que daría lugar a una conducta más equilibrada.

Cuando Mario y Vicente se enfrentan, se manifiesta claramente el cainismo. La historia bíblica de Caín y Abel es el trasfondo mítico. Pero este enfrentamiento no sólo es a causa de Encarna, sino de una rivalidad más profunda y compleja, que demuestra la incompatibilidad de las actitudes de los hermanos

Las técnicas teatrales: Él y Ella, la simultaneidad de escenas…

Buero Vallejo presenta la obra mediante unos narradores, Él y Ella, que hacen que el espectador no se implique en el conflicto (efecto de distanciamiento), ya que según ellos lo que los espectadores van a ver son imágenes proyectadas de una historia que han reconstruido del siglo XX. Pero también utilizan el efecto de inmersión para que se los espectadores de siglos remotos se identifiquen con los personajes, y vean representados sus pensamientos.

El escenario está organizado en tres espacios: la oficina, el cafetín y el semisótano. De esta forma pueden desarrollarse escenas simultáneas. Algunas son mudas, en las que los personajes sólo actúan, como puede ser cuando se oye el ruido del tren para dar lugar a un pensamiento de un personaje, como ocurre al principio de la obra cuando Vicente y Encarna están en el cafetín.

El enfrentamiento individuo/colectividad y el problema de la existencia.

Esta cuestión la plantean los narradores justo al principio de la obra, cuando aluden a la metáfora de los árboles y el bosque. El bosque está formado por árboles como la colectividad está formada por individuos, y hay momentos en el que la mirada al bosque impide la visón del árbol, y otros en los que es necesario fijarse en cada uno de los árboles.

El sentido de este teatro: esperanza en el futuro…

Quizá a simple vista la obra tenga un carácter pesimista, pero si nos fijamos en ciertos aspectos podríamos afirmar lo contrario, porque se pone la esperanza en tiempos posteriores, para que así no se cometan los mismos errores que en el pasado. Se nota un optimismo de cara al futuro.

Opinión personal

Desde que empecé a leer el libro, me interesó porque no sabía que relación existía entre Encarna, Mario y Vicente, no me aclaraba de quien era novia Encarna, y eso fue uno de los motivos por los que este libro me intrigó. La verdad es que también me hizo gracia las ocurrencias del padre que dice con toda la naturalidad del mundo como: porque me llamas padre. No soy cura. Sin embargo no me esperaba que alguien muriera, o que fuera asesinado mejor dicho al final, pero supongo que toda obra tiene un desenlace, y la de esta ha sido trágica.

Si tuviera que elegir entre alguna de las actitudes de Vicente y Mario, no las adoptaría tan extremas. Creo sinceramente que existe un punto medio, un equilibrio entre ellas dos.