Literatura
El talismán del adriático; Joan Manuel Gisbert
En el atardecer de un día de primavera, llego el médico del conde Váltor, Kelemén al monasterio de Benedicto de Upla, con una misión.
Tras reunirse con el abad y explicarle por qué estaba allí y que quería, eligieron al joven Matías el cual sería el encargado de transportar una mercancía que iba en tres cajas las cuales fueron introducidas la noche anterior por 2 monjes peregrinos sin que nadie se enterase.
Kelemén y el abad le explicaron a Matías lo que tenía que hacer.
El abad Kelemén y Matías donde estaban escondidas las 3 cajas, cada una tenía cosas de novicio y un fondo falso en el que estaban escondidas unas cosas. Las sacaron de donde estaban y las cargaron en una carreta ligera pero resistente con 2 caballos. El abad le preparo un documento diciendo que se dirigía a la Abadía del Mar. Matías se puso en marcha.
El abad estaba preocupado por Matías, no estaba seguro de si hizo bien de escoger a Matías. El abad visitó a Maximiliano, un peregrino de bibliotecas e interesado un poco por la alquimia, para consultarle sobre lo que hizo, el abad no sabía si era cierto que las tres cajas venían de parte del conde Váltor, envió a Maximiliano para verificarlo.
Matías cuando iba por el camino se desvió y con una mentira le dio la carreta a otro niño llamado Bernardo un pastor, se intercambiaron las ropas. Por medio del camino, apareció un hombre para hacerle una prueba al chico de la carreta pensando el hombre que ese chico era Matías, pero en realidad Matías estaba escondido tras unas zarzas. ya pasada la prueba Bernardo entrego la carreta a Matías por miedo a los peligros que corría.
Maximiliano hizo creer al abad que iba hacia la residencia del conde Váltor, pero se desvió por otro camino y descubrió una conspiración que estaban tramando 10 hombres contra Keelemén.
Matías por el camino se encontró con unos aldeanos que practicaban un ritual para espantar a la muerte. Tras unas mentiras de Matías, que los aldeanos no creyeron, persiguieron a Matías corriendo tras él, uno de ellos alcanzo la carreta, de repente aparecieron 3 jinetes que decían ser cobradores de impuestos, pero Matías sospechaba que eran atracadores.
En la costa de Croacia un barco esperaba a 3 caballeros con sus cosas.
Maximiliano, desesperado por Matías, iba galopando con su caballo por el bosque, para alcanzar a Matías y salvarlo de muchos peligros. De repente su caballo se volcó y Maximiliano salió disparado, fue por una trampa que pusieron los soldados del conde Váltor. Los soldados lo interrogaron allí, pero Maximiliano les mintió. Finalmente le dejaron seguir su camino.
Miklos, el ayudante de Kelemén, fue atrapado por lo soldados del conde Váltor, lo interrogaron y les dijo que las cajas estaban en el cerro de la ciudadela del conde Váltor, enterradas, pero era mentira para despistarlos y ganar tiempo.
A Matías los tres hombres que decían ser cobradores de impuestos, eran soldados de Váltor, que lo dejaron inconsciente y destrozaron el carro y las 3 cajas para registrarlas. En las cajas no había nada de valor, cuando Matías volvió en sí recordó que uno de los hombres le dejo inconsciente, revisó todas las cajas y estaban rotas pero pensó que debía seguir su camino.
Bernardo le contó al abad todo lo que hizo Matías con el. El abad de inmediato cogió un papiro, escribió algo y lo mando a la abadía del mar con una de sus mejores palomas mensajeras.
Maximiliano encontró a Matías iba muy cansado. Pararon en un lugar y Matías tuvo que contarle la verdad sobre quien era, era hijo bastardo de Váltor antes vivía con su madre pero al morir ella Váltor no quiso saber nada de Matías. Maximiliano le dijo a Matías que el era uno más engañado para despistar a los soldados de Váltor. Matías fue quien más lejos llegó.
Kelemén alcanzó a Matías, Kelemén le hizo creer que llevaba la preciada carga y la había perdido. Kelemén a base de insultos hizo a Matías bajarle la moral por los suelos.
En el barco 2 alquimistas acompañaban a los marineros. Debían recoger a Kelemén en una cala cerca del monasterio de los Venedictos. El jefe de la embarcación les dio unas condiciones para los hombres que iban a subir al barco. El destino era una isla del archipiélago Dálmata.
Matías dejó a los caballos a su suerte, hasta que llegaron solos a la orilla de la playa, Matías bajó de la carreta e intentó ahogarse, pero la salinidad del agua era muy alta y su cuerpo flotaba, intentó agarrarse al fondo pero no había más que arena.
Bela que acababa de llegar en busca de Matías se encontró con Maximiliano, que iba a desenterrar las tres cajas que se encontraban en aquella playa.
Después de un rato llegó Bernardo. Maximiliano, Bela, Bernardo y Matías salieron corriendo, abandonando el carro y los 2 caballos, puesto estaban muy cansados, porque los soldados de Váltor iban a atraparlos. Ya en la cala Matías y Bernardo irían al barco con las 3 cajas, harían señales luminosas con el polvo de oro que iba en las cajas, Maximiliano entregó una bolsa llena de monedas de oro para pagar a los marineros. Bela y Maximiliano irían a la abadía del mar donde obtendrían refugio.
Maximiliano y Bela llegaron a la abadía del mar con el 3º caballo, después llegaron sus perseguidores, el varón Gavor y Zoltán. Gavor hizo algunas preguntas al abad, el abad amenazó con hacer llegar al rey de Hungría aquella conversación y dio por seguro que Maximiliano y Bela no eran los alquimistas. Zoltán dijo que el 3º hombre se abría quedado en la playa para embarcar con la preciada mercancía.
Ya en la playa llegó inré el alquimista que tenía que recogerlos en un bote y el tenía que quedarse en tierra. Matías diría qu el polvo alquímico era una medicina para el y era un hidalgo y Bernardo su criado. A imré lo mataron mientras hacía tiempo para que los muchachos pudieran irse.
Matías y Bernardo llegaron al barco, registraron las tres cajas y se quedaron con el oro y las monedas.
De repente una tormenta muy fuerte sorprendió al barco. El polvo alquímico se derramó pero Itsván, que era el otro alquimista, improvisó una bolsa y recogieron el polvo. Los marineros pensando que era la causa de la desgracia lo arrojaron al mar, de pronto el polvo creo un gran resplandor en el mar y todos quedaron sorprendidos.
Matías en sueños vio que Váltor tenía otros 14 bastardos, vio también alquimistas ancianos esperando el polvo en vano.
Al llegar a la isla Bernardo y Itsvan se marcharon. Matías se convirtió en alquimista a sus 54 años aproximadamente.
Personajes
Matías: es un niño valiente, bajo, simpático, quería hacer el viaje para que su padre lo reconociera por su valentía y es hijo bastardo del conde Váltor.
Bernardo: es amigo de Matías, es cuidadoso y valiente.
Kelemén: es un alquimista que da con la manera de transformar los metales en oro y es el médico del conde Váltor.
Váltor : es un conde y es el padre de Matías, pero Matías es el bastardo de Váltor.
Maximiliano: es un hombre valiente al que le gusta un poco la alquimia y va recorriendo las bibliotecas de las abadías.
Autor
Joan Manuel Gisber (Barcelona, 1949) estudió ingeniería electrica y teatro y trabajó en el mundo editorial. En la actualidad se dedica a la literatura exclusivamente. En 1979 obtuvo el premio de la CCEI; en 1980, el Lazarillo; en 1985, el Nacional de Literatura Infantil; en 1989, el Gran Angular, y en 1990, el premio El Barco de Vapor.
Hecho por: Francisco Javier Salas Martínez.
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Enviado por: | Hijate |
Idioma: | castellano |
País: | España |