Literatura


El sombrero de tres picos; Pedro Antonio de Alarcón


'El sombrero de tres picos; Pedro Antonio de Alarcón'

'El sombrero de tres picos; Pedro Antonio de Alarcón'
INDICE

Introducción a “El sombrero de tres picos”

Su autor: Pedro Antonio de Alarcón

Resumen del argumento por capítulos

Descripción de cada personaje

Análisis de la obra:

  • Estilo

  • Espacio

  • Estructura

  • Narrador

  • Tiempo

  • Temas (principal y secundario)

  • Rasgos literarios

  • Lenguaje

  • Valoración personal

    Introducción

    La obra “El sombrero de tres picos” fue escrita por Pedro Antonio de Alarcón, nacido en Guadix, el 10 de Marzo de 1833. Procedente de familia humilde y sin bienes materiales pero noble e hidalga. Todas estas circunstancias y otros hechos aparecerán evocados y añorados a lo largo de todas sus obras, notándose en él una profunda herida de la que quiere recobrarse. Desde muy joven obtiene éxitos locales con comedias de invención propia; notándose su actitud creadora. En lo referente a sus novelas, Alarcón es un novelista de acciones, de sucesos; le preocupa sobretodo el desarrollo, el movimiento, la trama... por lo se le concede amenidad, ágil presentador de hechos. Se considera a Alarcón el representante, magistral de la Narrativa en el s.XIX. Esta obra se publicó en 1874, aunque los hechos se sitúan en el 1805. “El sombrero de tres picos” fue escrito en la época del Realismo. Esto se nota en la sencillez de los personajes, del lenguaje y de la historia; sin querer decir que eran simples. En el relato se busca la naturalidad sobretodo lo demás. Este tipo de novelas cortas son propias del Realismo. Aunque también aparecen aspectos del romanticismo en la acción y en el desarrollo de la trama. El argumento de la historia es el siguiente: En algún pueblo cercano a Granada viven un molinero (el tío Lucas) y su mujer (la señá Frasquita), ésta es muy hermosa y en el pueblo todos los hombres la admiraban por su belleza y muchos de ellos visitaban el molino para contemplar a la señá Frasquita. Pero ella amaba al tío Lucas. Un día, al mediodía (demasiado temprano para su visita) el señor Corregidor apareció por el molino, el tío Lucas supuso que había ido para declarar su amor a su esposa, por tanto no bajo de la parra a la que estaba subido para poder ver la escena y reírse del señor Corregidor más tarde junto a Frasquita. Cuando el señor Corregidor vio a la señá Frasquita sola, pensó que Lucas estaba durmiendo, y le declaró su amor. Pero ella le respondió que estaba enamorada de Lucas, entonces el Corregidor se fue enfadado e intentó idear un método para apropiarse de su amor.


    El señor Corregidor ideó dicho plan, que consistía en hacer que Lucas fuera llevado a casa del alcalde, se quedaría Frasquita sola en su casa, y él aprovecharía para visitarla y llevarle el nombramiento de su sobrino como Secretario del Ayuntamiento de su Ciudad, para conquistar su amor.


    A partir de entonces se producen una serie de situaciones de confusión y de pérdida de la fe de unos y otros, se produce un enredo donde cada uno sospecha de que su pareja le ha engañado. Además se producen una serie de coincidencias que hacen que la cosa se complique un poco más, si cabe.

    Su autor: Pedro Antonio de Alarcón

    Dn. Pedro Antonio de Alarcón nacido en Guadix (Granada_) en el 1833, forma parte de una familia numerosa compuesta por diez hermanos, esto ocasiono que tuviera que pasar algunas estrecheces económicas, a pesar de provenir de una familia acomoda, noble e hidalga, que no en vano su abuelo fue Regidor Perpetuo hasta la entrada de los franceses. Siendo bastante joven ingresa en un seminario de Guadix, haciendo diversos estudios en dicho seminario, mas tarde cuando deja el seminario accede a la universidad de derechos de Sevilla. A causa de sus estrecheces económicas regresa al seminario dos años mas tarde. Para él es un momento de radicalización, en su lado político e ideológico. El que iba para cura, se convierte en todo lo contrario; un anticlérigo. Se vuelve de extrema izquierda. En este periodo escribe en un periódico panfletario llamado “El látigo”. En uno de sus artículos insulta a la reina de turno: Isabel II, cosa que produce un duelo con otro periodista conservador llamado Dn. Heriberto García de Quevedo. Alarcón a la vista del gallardo acto del monárquico (Evito matarle a pesar de que podría haberlo hecho), esto le hace pensar y produce un gran cambio en su vida, mas bien en sus ideas políticas. Alarcón pasa de ser un anárquico de ultra-izquierdas a un monárquico de ultra-derecha, porque recordemos que en un principio cuando estaba en el seminario Alarcón ya tenía ideas de derechas. Conversión política, nuevos valores, distinto posicionamiento social, nueva religión… todos estos nuevos rasgos en él se percibirán perfectamente en su obra. Don. Pedro Antonio es un buen cuentista (autor de cuentos) principalmente en los cuentos de viajes. En general, Alarcón adquirió buena fama, a pesar de que sus compañeros de generación literaria le hicieron el vacío. “La conspiración del silencio” refleja la vida amargada que tuvo en sus últimos años de vida, cuando estaba retirado en Valdemoro (Madrid), lugar donde fallece en 1891. Su obra es bastante variada:

    En su juventud: “El final de Norma” y “El niño de la Bola”

    De tesis:”El escándalo” y “La prodiga”. Esta última fue escrita en el final de sus días.

    Resumen del argumento

    CAPITULO I: De cuando sucedió la cosa

    En este capitulo el autor nos sitúa cronológicamente los hechos que narrara unos capítulos mas adelante. Concretamente dichos hechos se sitúan en el 1805, fecha en el que reinaba Dn. Carlos IV de Borbón. La historia esta relacionada con el ámbito militar y político de aquella época, pues recordemos que esta historia ocurrió en el 1805 fecha en la que España se encontraba en el Antiguo régimen.

    CAPITULO II: De cómo vivía entonces la gente

    En este capitulo se nos sitúan los hechos mas bien geográficamente. La historia ya nombrada por el autor:”el sombrero de tres picos” sucede en un pueblecito de Andalucía. También se nos cuentan las rutinas que hacían en su vida cuotidiana las personas de suposición.

    CAPITULO III: Do ut des

    En aquellos tiempos (1805) próximo a la ciudad había un famoso molino harinero, situado a ocas leguas de la citada ciudad. Era frecuentado por diversas razones por los paseantes de la ciudad cercana. Estas razones eras las siguientes: conducía a el un camino carretero, delante del molino había una plazoletilla perfecta para tomar el sol o el aire fresco depende de la estación en que nos encontrásemos, y la ultima razón es que en este molino vivía un molinero llamado “tío Lucas” caracterizado por su hospitalidad con la gente y por el respeto y la discreción que tenia a los visitantes.

    CAPITULO IV: Una mujer vista por fuera

    Ah! Y la ultima razón por la cual el señorío de la ciudad frecuentaba en el molino, era para ver a la seña Frasquita, mujer del tío Lucas, una belleza personificada. Prácticamente, en todo el capitulo se nos retrata a la Seña Frasquita. De ella se nos dice que tenia treinta años, media mas de dos varas de estatura y era recia a proporción, vestía de forma apretada, por lo que la hacia mas gruesa de lo que era. Lo más característico de ella era la movilidad, ligereza, animación y gracia de su respetable cuero. Su rostro era más movible que el cuerpo, por tanto menos estructural, estaba poblado por cinco hoyuelos, en su rostro también se veían unos rientes, labio y una barba redonda. Todos estos rasgos la hacían una mujer llena de salud, frescura y siempre radiante de alegría. En cuanto a como se conocieron ella y su marido, se nos dice que en una campaña en los Pirineos que hizo el tío Lucas cuando dejo de ser siervo del obispo. Cuando la conoció, ella se fue a vivir con él a Andalucía.

    CAPITULO V: Un hombre visto por fuera y por dentro

    Ahora se nos retrata al tío Lucas. El al contrario que su mujer era un hombre muy feo, de unos cuarenta años, pero agradable y simpático. Procedente de Murcia, físicamente Lucas era un poco cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiño, narigón, orejudo y picado de viruelas. Sin embargo su boca era regular y su dentadura perfecta, tenía una voz vibrante, elástica atractiva; varonil y grave algunas veces, dulce y melosa cuando pedía algo. Psíquicamente, del tío Lucas se puede decir que era un hombre lleno de valor, lealtad, honradez, sentido común, deseo de saber y amplios conocimientos.

    CAPITULO VI: Habilidad de los dos cónyuges

    Los cónyuges se amaban mucho el uno al otro, eran una pareja feliz, no tenían hijos, por ello se dedicaban a cuidarse y mimarse el uno al otro., pero nunca con un carácter empalagoso. Vivian felizmente en su molino, dicho molino reunía tantas cosas necesarias, útiles, agradables, recreativas…Por ello la señora frasquita y el tío Lucas tenían muchísimas habilidades. De la seña frasquita podemos decir que sabía tejer, amasar, cantar, bailar, planchar, lavar, guisar, barrer, bordar, coser, blanquear su casa… el tío Lucas tampoco se quedaba corto. Sabia cultivar el campo, pescar, cazar, trabajar de carpintero, de herrero y de albañil, leer, ayudar a su mujer, contar, escribir… por todo ello y las comodidades que presentaba el molino: ocho habitaciones, un estanque, un horno, una campo de cultivo, un invernadero…el tío Lucas y la seña frasquita eran una pareja feliz.

    CAPITULO VII: El fondo de la felicidad

    Se adoraban uno al otro, pero parecía que la molinera quisiese mas al tío Lucas que viceversa a pesar de la “belleza” de este ultimo. Sin embargo en cuanto a la confianza que se procesaban, era totalmente diferente. El tío Lucas confiaba plenamente en Frasquita, es mas, le gustaba que su mujer tonteara de vez en cuando con algún hombre. No sucedía lo mismo con la seña frasquita, que cuando su marido tardaba un poco en venir de la ciudad le pedía explicaciones de porque había tardado.

    CAPITULO VIII: El hombre del sombrero de tres picos

    Eran las dos de la tarde de una tarde de octubre. Era raro, puesto que habían comido los principales de la ciudad y se dirigían a dormir la siesta, que el ilustre y señor corregidor fuese con su vistoso sombrero de tres picos caminando por los caminos que envolvían a la ciudad. Pero así era, Don Eugenio de Zúñiga y Ponce de León, que así se llamaba el corregidor iba acompañado por su alguacil de camino al molino de la seña Frasquita y el tío Lucas. El corregidor iba vestido con una capa y un sombrero enorme de tres picos, en cuando a su carácter, este era de grotesco donaire, mas cargado de espaldas que el molinero, casi jorobado, de estatura menos que mediana, endeblillo y de mala salud. Caminaba con las piernas arqueadas y balanceándose de un lado a oro ya que estaba cojo de las dos piernas. Sin embargo su rostro era regular pero arrugado por su carencia de dientes, moreno verdoso, con grandes ojos oscuros. Su rostro reflejaba una malicia capaz de todo, con un aire de satisfacción y medio libertino. Don. Eugenio había nacido en Madrid, provente de una familia ilustre, rozaría los 50 años, llevando cuatro con el cargo de corregidor. Iba casi siempre acompañado por su alguacil: Garduña. Este era flaco, agilísimo, de largo cuello, y de diminuto y repugnante rostro.

    CAPITULO IX: ¡Arre burra!

    Por los caminos donde pasaban ambos, los labradores dejaban su trabajo y se descubrían hasta los pies como reverencia. Murmuraban en voz baja que el corregidor se iba a ver a la seña frasquita. Una de las labradoras mantiene una conversación con su marido que acaba en una pequeña discusión. El hombre, Manuel piensa que Frasquita no es capaz de acostarse con Don. Eugenio, por respeto a su marido. Sin embargo su mujer, Josefa piensa que si. Finalmente

    Manuel le dice a su esposa “Arre burra” para que se calle, y esta así lo hace.

    CAPITULO X: Desde la parra

    Mientas los labradores saludaban al señor corregidor, la molinera barría la replacilla que estaba enfrente del molino. Su marido, el tío Lucas, recogía las uvas de la parra y las colocaba en una cesta. El tío Lucas y frasquita establecieron una conversación, hablando de que el corregidor estaba enamorado de Frasquita, cosa que ella no negaba, pero que en ningún caso le gustaba ese hombre. Hablando y hablando, uno desde la parra y otra desde la placilla, Lucas vio como venia Don. Eugenio por el camino, entonces le propuso a su mujer que el se escondería en la parra mientras escuchaba lo que le decía el corregidor. El molinero se oculto entre los pámpanos de la parra guardando a que viniera, y así fue. Apareció en la plazoleta empedrada el corregidor sin su alguacil, que se encontraba unos metros más atrás.

    CAPITULO XI: El bombardeo de Pamplona

    Dicho anteriormente, llego el corregidor saludo a su “amada” y se sentó en una de las sillas de la plaza. Ella le contesto con una reverencia. “¿Qué hace aquí a estas horas?” ¿Cómo es que no ha venido el obispo justo a vos? Añadió. Don. Eugenio simplemente le contesto que no era tan temprano, que eran las tres y media, cosa que no era así. El corregidor pregunto por Lucas, y la seña frasquita le engaño diciéndole que estaba dormido. Mientras tanto como ella sabia que Don. Eugenio estaba enamorado de ella, le pidió que hiciese a su sobrino secretario de la ciudad. El corregidor fue ha hablarle, mas bien a declárasele, pero esta puso su mano en el pecho del corregidor empujándole hacia el suelo. La molinera se excusó diciéndole que las sillas estaban rotas, pero Don Eugenio no se lo creyó. De tan fuerte estrépito “se despertó” disimulando perfectamente el tío Lucas, preguntando que pasaba. Frasquita le contesto que se había caído el corregidor, que bajase para ayudarla a limpiarlo. El asustado por si el molinero le había oído, le dice a Frasquita que se las pagara, pero ella como siempre acaba conquistándolo y reblandeciéndolo con su sonrisa y sus ojos divinos.

    CAPITULO XII: Diezmos y primicias

    El molinero tenía ganas de reírse del golpe que se había propiciado el corregidor. Sin que don. Eugenio le viese la seña frasquita le tiro un beso desde lejos. También le dio a probar las primeras uvas del año, a pesar de que el obispo no las había probado todavía. Hablando del obispo, este apareció de repente acompañado por un gentío de personas: el abogado académico, dos canónigos, dos familiares y dos pajes. Cuando lo vieron entrar ambos molineros le saludaron cordialmente y le besaron el anillo. El corregidor le cogió de las manos de la seña Frasquita un racimo de uvas y se las ofreció al obispo. Hablando sobre el estado de las uvas y comiéndolas, se sentaron en la placilla. También hablaron de la otoñada que seguía muy seca, de la guerra entre Napoleón y el Austria. Ya eran las 5 de la tarde. Uno de ellos pajes fue al coche del obispo a traer una torta sobada, y durante media hora disfrutaron de este dulce y de los últimos rayos de sol de la tarde.

    CAPITULO XIII: Le dijo el grajo al cuervo

    Hora y media después de la merienda todos los que formaban “el señorio2 se encontraban de vuelta ala ciudad. El señor obispo y su familia habían llegado antes a palacio, donde se encontraban rezando, gracias al coche. El abogado y los canónigos acompañaron al corregidor al ayuntamiento donde debía trabajar y luego se marcharon a sus casas. De camino iban hablando sobre sus mujeres, la seña Frasquita…Cada uno se iba quedando en su casa, hasta el ultimo, uno de los canónigos, que choco contra un policía y creyendo que era un cofrade del coro dijo: “A mi también me gusta Frasquita”.

    CAPITULO XIV: Los consejos de Garduña

    El corregidor había subido al ayuntamiento con su alguacil, Garduña, con quien mantenía una conversación familiar. Garduña le dice al Corregidor que ha notado que la seña Frasquita esta enamorado de el y que perfectamente puede conseguirla, ya que es mucho mas guapo que el y además tiene menos joroba. También le dijo que si nombraba al sobrino de la molinera secretario de la ciudad, ella se enamoraría seguro. Para Don. Eugenio era su única esperanza, así que preparó un plan para este nombramiento. Seguidamente cogió un papel y escribió unas cosas, este papel era el nombramiento del sobrino de la molinera. Al día siguiente iría a dárselo a los regidores. El corregidor y el alguacil siguieron su conversación esta vez hablando sobre a que termino municipal pertenecía el molino. Ambos tramaron un plan que consistía en que el alguacil del alcalde del pueblo al que pertenecía el molino que engañase al molinero a pasar la noche en el ayuntamiento enviándole con su alguacil una carta-mandato al molinero para que abandonase el molino y así el corregidor poder pasar la noche con la molinera.

    CAPITULO XV: Despedida en prosa

    Eran las 9 de la noche, cuando los molineros finalizaron de cenar. Cuando pensaban irse a dormir, sonaron dos fuertes golpes en la puerta grande del molino. El tío Lucas bajo a abrir y vio que era el alguacil del alcalde Juan López, el señor Toñuelo. Ambos se saludaron y Toñuelo le dio la orden para que la leyera. La orden provenía del alcalde, Juan López y decía que el señor Lucas Fernández debía presentarse sin ninguna excusa tan pronto como hubiera leído la orden y además que no se lo odia decir a nadie. El molinero extrañado le pregunto a Toñuelo, que de que se trataba y este le contesto mintiendo que no lo sabia. El alguacil añadió que se trataba de averiguar algo de una brujería… Extrañado, el molinero fue junto al alguacil a preparar un burro para ir a ver al alcalde. La seña Frasquita le dijo si ella podía acompañarlos pero Toñuelo dijo que no. El tío Lucas se abrigo tal como le dijo frasquita y sin más se fue.

    CAPITULO XVI: Un ave de mal agüero

    De camino a la ciudad, Lucas subido en su borrico va pensando para si y llegando a la conclusión de que quien lo ha tramado todo es Don. Eugenio, el corregidor. El se acordaba de cómo estaba de enamorado el madrileño de su Frasquita. Pera el confiaba plenamente ella y sabia que si abría la puerta y se colaba en la casa, saldría con las manos en la cabeza, porque Frasquita era Frasquita. Por fin, llegaron ambos a la casa del alcalde, Juan López.

    CAPITULO XVII: Un alcalde de monterilla

    El señor Juan López, el alcalde, era orgulloso, tirano y feroz siempre que trataba con inferiores. Al ver a Lucas le saludo y fanfarroneando le pregunto por su señora, el molino y por su salud. El alcalde le obligo a quedarse allí aquella noche. El señor López creía que le engañaba, pero no, él era el engañado por aquel quien creía engañar. Después de una breve conversación todos los allí presentes: el molinero, el alcalde, Manuela, el sacristán... Se fueron a dormir.

    CAPITULO XVIII: Donde se verá que el tío Lucas tenía el sueño muy ligero

    Cinco minutos después de que todos se fuesen a dormir, el molinero se descolgó por la ventana del pajar que daba a las caballerías. Desato una borrica, y con prisas y a corriendas salió de la casa del alcalde en dirección a su molino.

    CAPITULO XIX: Voces clamantes in deserto

    “¡Alcaldes a mi, que soy de Archena” iba diciendo el de Archena (provincia de Murcia) mientras iba por el camino en dirección al molino y pensando sobre todo lo que le había ocurrido esa noche. También pensaba en que su navarra le iba a ser fiel aunque hubiera ido el corregidor, pero por otra parte su corazón le decía que no. Recordó que era imposible que le pusiese “los cuernos” ya que si se caso con el siendo tan feo es porque estaba enamorado. Al pensar esto el tío Lucas se echo a llorar. En esto, sintió un rumor de pasos en el camino. Intento hacer callar a la borrica y esconderse entre las hierbas, pero esto no pudo ser. La borrica rebuznó y parece ser que el alguacil que iba a buscar a Lucas se asusto y cambio su dirección al igual que el molinero por eso no se encontraron. Finalmente Lucas llegó al molino encontrándose la puerta principal abierta.

    CAPITULO XX: La duda y la realidad

    Diablos, la puerta estaba abierta, y no estaba si cuando el se fue con Toñuelo. La seña Frasquita la había cerrado y bien cuando marcho de camino a casa del alcalde. Y… ¿Cómo, donde, porque? Se pregunto el molinero de camino al molino. Torturándose la cabeza con mil y una pregunta pasó la plazoleta empedrada y entro a la cocina. Allí encontró las ropas y complementos que llevaba siempre el corregidor: su sombrero de tres picos, su capa grana… en esos momentos sintió una ira y rabia que le ahogaban, no puedo contenerse y cogió el trabuco que estaba apoyado en la pared. Subió por las escaleras que conducían a la habitación de el y su navarra, pero antes de llegar meditó lo que iba hacer: matar al corregidor. Miró por el cerrojo de su habitación y vio que estaba el corregidor desnudo. Esta decisión no tenia ni pies ni cabeza ya que cuando se enteraran de lo ocurrido lo ahorcarían, se reirían de el, es mas dirían que primero lo mato y después lo puso desnudo en su cama. Así que sin mas bajo de nuevo a la cocina para tramar otro plan maligno contra Don. Eugenio y su Frasquita, después de un rato se echo a reír en voz baja y se quito la ropa. ¡Ya lo tenia! Se pondría la ropa del corregidor e iría a la ciudad. Y así fue salio del molino y se encamino a la ciudad pensando: ¡también la corregidora es guapa!

    CAPITULO XXI: ¡En guardia, caballero!

    Este es un capitulo va paralelo al capitulo en el que el molinero se va con Toñuelo en dirección a la casa del Sr. Juan López. Es decir ocurrió al mismo tiempo. La señora frasquita cerro la puerta cuando su marido se fue y subió a su habitación ha hacer ganchillo, de pronto oyó a un hombre que le decía que le abrirá la puerta, que se ahogaba. Ella así lo hizo. Era el corregidor, que se había caído en una acequia. La de Navarra violentamente le dijo que se marchara pero don Eugenio no hizo caso. Este último le chantajeo diciéndole que si le secaba la ropa y le dejaba que se acostara en su cama, liberaría al tío Lucas y le daría el nombramiento de su sobrino. Ella insistía en que se fuera, mientras que el perdiendo la paciencia le amenazo con pegarle un tiro. La molinera mas chula que nadie le dijo sin miedo que se lo pegara ya que sabia que no iba a hacerlo. Seguidamente se dirigió a las escaleras y bajo por ellas hasta la cocina, el corregidor la siguió. Este ultimo a causa de su caída en la caz, la violenta escena en el dormitorio, y el miedo a que el trabuco disparase a Frasquita, hicieron que se cayera a, suelo, cerrara lo ojos y se quedara como muerto. La del Norte asustada salio en busca de Garduña que se encontraba fuera del molino. Ella les engaño diciéndoles que se iba a por un medico a la ciudad, cosa que no era así, se iba con su borrica en busca de su marido.

    CAPITULO XXII: Garduña se multiplica

    Una vez en el molino garduña ayudo a levantar del suelo al corregidor. Pero para este la única preocupación era que su mujer no se enterase de que había estado en el molino con Frasquita. Así que le ordeno que fuera a la ciudad y llegara antes que Frasquita (ya que dando zancajadas nadie podía superarlo y menos un borrico) para evitar que nadie entrase en el corregimiento, pero antes le quito la ropa para que se secara y le codujo hasta la cama para que sudara y no cogiese una pulmonía.

    CAPITULO XXIII: Otra vez en el desierto y las consabidas voces

    La única anécdota o mas bien aventura que le sucedió a Frasquita de camino al pueblo fue se asusto al notar presencia de yescas en medio de un sembrado (recordemos que en capítulos anteriores le sucedió a su marido lo mismo, así que puede se que ambos se cruzaran). En esto oyó un rebuzno pero no de su burra, esta ultima también rebuzno posiblemente para contestarle. Temiendo algún otro accidente saco a la bestia fuera del camino y por fin siendo las once llego a casa del alcalde.

    CAPITULO XXIV: Un rey de entonces

    Juan López estaba durmiendo cuando Toñuelo, su alguacil, le aviso de que la señora Frasquita quería verle. Ella enfadada les dijo que quería ver a su Lucas. También les contó lo que le había sucedido al corregidor, que se había caído por la acequia, que se había caído al suelo como si estuviese muerto…. Al cabo de un rato los tres bajaron al pajar, pero ni el molinero ni su borrico estaban. La seña Frasquita se percato de que el rebuzno que había oído por el camino era de la borrica de su marido, que estas se reconocieron y se saludaron, pero ellos ni se saludaron ni se reconocieron. Frasquita ajetreadamente les dijo que se fuesen al molino porque si su marido encontraba al corregidor lo mataría. Y así fue, los tres marcharon camino al molino.

    CAPITULO XXV: La estrella de Garduña

    Garduña ya iba de camino al molino, al asegurarse que al corregimiento no entraría nadie, fuese quien fuese y haber buscado sin éxito a Frasquita por todas las calles de la ciudad. Como decíamos el alguacil ya iba de camino al molino, cuando se cruzo sin verlo, ya que estaba escondido entre arbustos, con el tío Lucas vestido de Corregidor. Al fin, llego el señor Bastián al molino.

    CAPITULO XXVI: Reaccion

    Don. Eugenio seguía en la cama, tal como lo había visto Lucas por el ojo de la cerradura. El corregidor mejoraba favorablemente y le pregunto a garduña por Frasquita, este le contesto que le había engañado, a que este se había ido en busca de su marido. ¡Que alivio para el corregidor! Garduña bajo a la cocina en busca de la ropa de su amo. Pero vio que no estaba la suya sino la del molinero.

    CAPITULO XXVII: ¡Favor al rey!

    Mientras, la seña Frasquita, el señor Juan López y Toñuelo llegaban al molino. El alcalde que entro primero vio la silueta de un hombre casi jorobado con la ropa del tío Lucas. El alcalde y su alguacil le dijeron que se entregara y saltaron hacia el. Pero frasquita salio en su defensa agarrando a Toñuelo por la cintura. Garduña, saliendo a la defensa del corregidor, le dijo a la molinera que respetase a su amo. Eran cuatro golpeando al señor corregidor. Al cabo de varias amenazas con la cárcel y la horca, todos se percataron de que el molinero creyendo que su mujer le había sido infiel, vengativamente fue vestido de corregidor a decírselo a la corregidora lo sucedido. Como todos querían evitar que esto ocurriese, la Seña Frasquita no quería que su marino creyese lo que no había sucedido, el corregidor no quería que su mujer supiera que había ido en busca de Frasquita…, así que se fueron los cinco camino a la ciudad.

    CAPITULO XXVIII: ¡Ave Maria Purísima! ¡Las doce y media y sereno!

    Eran las doce de la noche cuando llegaron a la ciudad montados en dos burros la molinera y el corregidor, en su mula el alcalde y los dos alguaciles a pie. Fueron directos al corregimiento pero vieron que la puerta estaba cerrada. Mala señal, estaban todos nerviosos al ver que nadie abría la puerta. De pronto se asomo por la ventana el ama de leche, esta les pregunto que quienes eran, pero al no reconocerlos cerró la ventana y se fue. Mas tarde por misma ventana se volvió a asomar el ama y engañándoles les dijo que el corregidor ya había llegado. De pronto salieron de la casa los criados y ministriles y con unos garrotes les pegaron a los allí presentes una paliza. Esto iba de mal en peor.

    CAPITULO XXIX: Post nubila…Diana

    La corregidora se asomo por la ventana principal y preguntó que sucedía allá abajo, en la calle. Todos levantaron la cabeza y al ver su silueta, su marido grito: “¡Mi mujer!”. Seguidamente permitió el paso de todo el personal: los alguaciles, Frasquita, el corregidor… a la casa.

    CAPITULO XXX: Una señora de clase

    La corregidora recibió a su esposo y a la variada comitiva en el salón principal. Doña Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros, que así se llamaba, era una joven dama, de placida y severa hermosura y estaba vestida con toda la nobleza y seriedad del gusto de la época. Plantada delante de todos, abanicándose, imponía miedo y seriedad, dando una escena de solemnidad teatral y un tinte ceremonioso contrastando con la villana aventura de su marido. Mercedes se caso con el corregidor inducida por su familia, ya que ella quería ser monja

    CAPITULO XXXI: La pena de Talión

    CAPITULO XXXII: La fe mueve montañas

    CAPITULO XXXIII: Pues ¿y tu?

    CAPITULO XXXIV: También la corregidora es guapa

    CAPITULO XXXV: Decreto imperial

    Regresaron a la sala el corregidor y Lucas, cada uno con su ropa. Don Eugenio Después de dar bastonazos para recobrar su energía le dijo a su mujer que esperaba sus explicaciones. Mientras la molinera se había levantado y le dio un pellizco al tío Lucas, mirándolo con desenojados y hechizados ojos. El corregidor que observaba aquella pantomima no se explicaba aquella reconciliación tan inmotivada. La corregidora se despidió de Frasquita diciéndole que se fuera tranquila que ese escándalo no tendría consecuencias. Ningún ministro obedecía a don Eugenio, ahora todos miraban a la corregidora. Se marcharon todos y se quedaron el corregidor y su mujer en el salón. Esta última le dijo que jamás sabría lo que había sucedido esa noche en su alcoba, porque no lo tendría que preguntar si hubiese estado allí, donde tenía que estar. Por ultimo le castigo echándole de su alcoba y negándole darle satisfacción jamás. La corregidora penetro en su alcoba, cerrando las puertas y cejando a su marido plantado.

    CAPITULO XXXVI: Conclusión, moraleja y epílogo

    El tío Lucas y la señá Frasquita salían de la ciudad con dirección a su molino. Mientras, iban dialogando sobre su viaje a Solán de Cabras para tener hijos, que el molinero quería cambiar las sabanas y la colcha ya que se había acostado allí el tirano del corregidor. Por la tarde, con gran sorpresa a causa del escándalo, recibieron a altos personajes. La plazoleta emparrada estaba más concurrida que nunca. Solo faltaba el corregidor. Una vez en la tertulia, el obispo dijo que el y sus canónigos seguirían yendo al molino. También Picio a la molinera que no vistiese tan provocativa, y al molinero que tuviese más desinterés en el trato con superiores. Cerca de tres años continuaron esas hermosas tertulias hasta que entraron de sorpresa los ejércitos napoleónicos a España, armando la Guerra de la Independencia. El obispo, el magistral, el penitenciario.., murieron en torno a los años 10 y 11. El corregidor nunca volvió al molino porque fue destituido por un francés y murió en la cárcel. En cuanto a doña mercedes no se volvió a casar, educo a sus hijos perfectamente y en su vejez se retiró a un convento. Garduña se hizo afrancesado. El señor Juan López fue guerrillero y murió contra los franceses. Finalmente los molineros no llegaron a tener hijos a pesar de ir a Solán de Cabras, pero siguieron amándose llegando a una edad bastante avanzada viendo desaparecer y reaparecer el absolutismo y el establecimiento del sistema constitucional, en esta época en el que la moda era el sombrero de copa, ellos no pudieron olvidar aquel sombrero de tres picos.

    Personajes

    Hay que destacar en todas las obras de Alarcón el perfil que les traza a sus personajes, la enorme plasticidad en los retratos.

    En las descripciones de los personajes se suceden tanto apelativos físicos como psicológicos, un dato curioso es que estos apelativos están estrechamente unidos, pues a todos los personajes que describe con adjetivos negativos en el campo fisiológico le acompañan también adjetivos negativos en el campo psicológico, como en el caso del Corregidor al que describe como una persona esperpéntica tanto física como moralmente.

    En el Corregidor, Alarcón, busca una cosificación en el lenguaje; por lo que se ven más exaltados los rasgos negativos espirituales que los físicos.

    Es otro caso el del tío Lucas al que no lo describe agraciado físicamente pero interiormente es una buena persona.

    El apunte de la molinera Frasquita (junto con el de doña Mercedes) es el más convencional. En estos personajes falta acción o vida y sobran arquetipos. Todos los personajes de los que constata la obra son:

    A) PROTAGONISTAS:

    ð Señá Frasquita: Es la esposa del tío Lucas. Al inicio de la obra se la describe detalladamente por fuera, sin destacar ningún rasgo de su carácter. Es descrita como una beldad notable que, sin encajar absolutamente en los cánones de belleza (por su corpulencia), destaca por su viveza, sus ademanes y gestos. Aunque esta descripción pretende ser sólo externa, lo cierto es que en ella tienen mucha importancia algunos rasgos psicológicos de la mujer: su alegría, su viveza, su decisión etc., que contribuyen, según el autor, a animar sus facciones. La apariencia de la señá Frasquita es el motor fundamental de toda la novela, como causa principal del argumento, y sus rasgos psicológicos (decisión, arrojo y viveza) determinan el desarrollo de la acción, a la hora de rechazar al Corregidor o de ir a buscar a su esposo.

    ð Tío Lucas: Hombre cuarentón, no muy agraciado exteriormente, pero simpático, agradable, leal, valiente, deseoso de conocimientos...: Era un hombre muy respetuoso y discreto, muy fino, tenía lo que se llamaba don de gentes, y obsequiaba a los señores que solían honrarlo con su tertulia vespertina.

    B) SECUNDARIOS:

    ð Corregidor (Eugenio de Zúñiga y Ponce de León): Conocido por su gran sombrero de tres picos, su capa color grana y sus zapatos negros. Personaje grotesco, descrito negativamente por dentro y por fuera. Caminaba con las piernas arqueadas, moreno verdoso de piel y ojos grandes y negros. Era cargado de espaldas, casi jorobado, endeblillo, con estatura menos que mediana, de mala salud, su rostro era regular aunque arrugado por no tener dientes ni muelas.

    ð La Corregidora (Dña. Mercedes Carrillo de Albornoz y Espinosa de los Monteros) es fundamental en la acción de la novela, ya que resuelve, aclara y finaliza todo el argumento. Para esto le hacen falta los rasgos fundamentales que se atribuyen a su carácter: dignidad, decisión e inquebrantabilidad a la hora de hacer lo que ella considera lo correcto. De ella se hace también una cuidada descripción física, aunque no se detalla tanto su aspecto como la ropa que lleva puesta, y que contribuye a darle aún más dignidad y solemnidad al personaje que encarna, incluso cierta teatralidad. esta de darle teatralidad a la escena de la que ella será protagonista.

    ð Garduña (alguacil del Corregidor): Hombre de cuarenta y ocho años, flaco y muy ágil. De largo cuello, diminuto y repugnante rostro. Vestía siempre de negro y con un sombrero de tres picos más pequeño que el del Corregidor.

    ð Toñuelo, Obispo, canónigos, Nodriza y Criados. Abogado, labrador y Manuela.

    ðAlcalde de Monterilla: Juan López. Era la tiranía, la ferocidad y el orgullo personificados.

    Esta es Frasquita, la molinera.

    Análisis de la obra

    a) Estilo

    El sombrero de tres picos es prácticamente en toda su estructura de tipo nominal aunque en algunos capítulos tiene rasgos coloristas, como pueden ser los capítulos IV, V y en el VIII en los que se nos definen y presentan a los tres personajes principales, además de Garduña, el molinero, la molinera y el corregidor.

    Algunos ejemplos claramente nominales son: Cap.III-“...ofreciéndoles lo que le daba tiempo, ora habas verdes, ora rosetas de maíz, ora cerezas y guindas, ora lechuga en rama y sin sazonar, ora melones, ora uvas de aquella misma parra que les servia de dosel, castañas asadas y almendras, nueces, y de vez en cuando en las tardes muy frías un trago de pulso (dentro de la casa y a el amor de la lumbre); a lo que por Pascuas solía añadir algún pestiño, algún mantecado o alguna lonja de jamón alpujarreño...”

    Algunos ejemplos coloristas son: “...parecía un Hércules...”

    Aunque en la obra hay algunas descripciones en general podríamos calificarla como nominal pues en las mismas solo encontramos algunos adjetivos y muy tímidamente expresadas algunas metáforas comparativas.

    En el sombrero de tres picos las frases son de dos tipos: simples, separadas por comas (las podríamos calificar de yuxtapuestas), en los diálogos o algún comentario del autor entre diálogos, también en forma simple.

    También encontramos en las narraciones grupos de palabras yuxtapuestas del tipo: “...Porque lo que allí veía era la capa de grana, el sombrero de tres picos, la chupa color tórtola, el calzón de seda negra, el bastón, el espadín, los zapatos y los guantes del infame corregidor. En términos generales diremos que el lenguaje de Alarcón es sencillo y que aunque podemos encontrar frases de todo tipo son mas numerosas las simples.

    b) Espacio

    El espacio (donde se desarrolla la acción) se encuentra principalmente en el molino y en la ciudad que corresponden a los dos grandes ejes de la acción por una técnica de acercamiento espacial. Para un mejor entendimiento este esquema da a conocer como los dos grandes bloques se descomponen en otros núcleos que enmarcan los puntos cruciales de la acción paralelamente:

    MOLINO CIUDAD

    Tarde Noche Noche Alba Tarde

    Placa- corregimiento

    Emparrado molino- [alcoba] [balcón] salón camino emparrado

    Cocina

    Colorido fantasmal luz luz colorido

    Fantasmal

    Como he citado anteriormente la acción de El Sombrero de Tres Picos se localiza en dos espacios principales: el molino y el Corregimiento, y en otros dos funcionalmente secundarios: la casa del alcalde en el lugar próximo y los caminos entre los anteriores emplazamientos. En el primer espacio se desarrollan los capítulos III a VII, X A XII, XV, XX A XXII, XXVI, XXVII y parte del XXXVI. En los caminos se desarrollan los capítulos IX, XIII, XVI, XIX, XXIII y parte del XXXVI. En la casa del alcalde en el lugar próximo tienen lugar los capítulos XVII, XXIV y parte del XVIII. Sobre el molino podemos decir que es un molino harinero que según relata Alarcón esta situado a cuarta legua de la ciudad y se encontraba entre el pie de una colina poblada de cerezos guindos y de una huerta, por lo que parece esta situado cerca de un río, delante del molino había un plazoletilla cubierta por un parral enorme, a el llega un camino carretero poco transitable

    Alarcón muestra una gran preocupación por la definición de los ambientes narrativos. Así lo demuestra la relevancia que este aspecto tiene en los primeros capítulos del libro, durante la exposición, en la que el autor nos presenta todo lo necesario para que la obra comience, entra ellos la localización geográfica. El autor va enfocando cada vez con mayor precisión el lugar de los hechos, acercándonos desde lo más general (España) hasta lo particular (Andalucía) y de allí a lo singular (el molino).

    c) Estructura

    La obra está contenida en un total de ciento setenta y tres paginas, que están divididas en una bibliografía fundamental, una hoja con dedicatorias, un prologo y treinta y seis capítulos, de los cuales la mayoría no sobrepasan las cinco caras. La estructura del relato es clásica: planteamiento, nudo y desenlace.

    Planteamiento: Capítulos I-VII

    Nudo: Capítulos VIII-XXVIII

    Desenlace: Capítulos XXIX-XXXV

    d) Narrador

    En esta obra, el narrador es alguien que no aparece en la historia, porque en ningún momento habla en primera persona. Pero no es alguien ajeno a lo que cuenta. También podemos encontrar distintos tipos de diálogos: cortos y largos.

    ð El autor en el texto:

    Actitud ante la realidad exterior: El autor mantiene una actitud externa, narrativa-descriptiva. El autor en ningún momento se incluye en alguna acción del relato, solo lo narra y describe aunque parece que es allegado a la historia o se siente identificado por la subjetividad que expresa.

    Postura del autor: La postura que mantiene ante la historia el autor es subjetiva-afectiva, por el subjetivismo que existe en su relato sin que se meta en éste.

    Punto de vista: Aquí en esta obra el autor esta en 3º persona omnisciente pues emula que tiene un conocimiento completo de todo, no sólo de los hechos que relata sino que también de los pensamientos, sentimientos, deseos y de las más recónditas intenciones de sus personajes.

    e) Tiempo

    La acción sucede durante dos días mas o menos ininterrompidamente. En la novela existe una La alteración del orden que presenta el discurso, el relato.

    A esta alteración del orden en el relato la llamamos anacronía. Al tratar de las anacronías tenemos que distinguir dos planos narrativos:

                            - el relato primario o relato base

                            - y el relato secundario que constituye la anacronía.

    Las anacronías puede ser de dos tipos anticipaciones y retrospectivas. En este casi es retrospectiva ya que en el relato se vuelve al pasado.

     f) Temas (Principal y secundario)

    Tema principal:

    La idea principal reside en el amor reciproco que tienen la pareja de molineros (el tío Lucas y la Seña Frasquita) basado en la confianza y como esta puede hacerlo fracasar o hacer crecer el amor que se propician.

    Tema secundarios:

    • La apreciación que siente la gente hacia los molineros.

    El cómo se hace notar que la gente de altos cargos suele tener menor nivel como persona.

    g) Rasgos literarios

    La narración, rápida, ágil y amena es el procedimiento más importante en la novela. Los fragmentos descriptivos se caracterizan por un ritmo lento con frases largas. Los diálogos son coloquiales.

    Utiliza expresiones de carácter coloquial, como por ejemplo:

    -“Yo he oído decir que todos los que van a las francachelas del molino...”

    -“...más feo que el burro...”

    -“¡Somos unos calaveras!”

    -“Mi mujer lo tiene sentado en la boca del estómago...”

    -“Echadle mano al mismo lucero del alba...”

    -“¡Por los clavos de cristo!”

    -“...venir con sus manos lavadas...”

    Utiliza interrogaciones retóricas con un valor expresivo de reivindicación de la propia personalidad y una seguridad en sí mismo y en sus sentimientos.

    Ejemplo: ¿Celos yo de ese viejo petate? Al contrario me alegro muchísimo que te quiera.

    Aparecen algunos mensajes no verbales (lenguaje táctil, golpes...) por ejemplo en el capítulo XXXV: “Un par de bastonazos como para recobrar su energía”. Ésta es una forma de demostrar autoridad. Para ésta acción también se utilizan los gritos: “¡Oh, no!- Gritó el de Zúñiga”.

    El lenguaje táctil: “...y le daba al tío Lucas un pellizco de paz...”. Se usa en la novela para demostrar cariño y en éste caso para promover una reconciliación.

    Por último en esta obra hay presencia de varias moralejas, una por cada protagonista. La molinera tiene que aprender a que no puede intentar obtener favores utilizando la seducción. El molinero aprende a que tiene que confiar plenamente en su esposa ya que el amor que existe entre ambos es tan fuerte que produce una confianza absoluta. El corregidor sufre en sus carnes lo tan sabido “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.

    Como ya sabemos El sombrero de tres picos se publica en pleno auge del Realismo, por esta razón se ven claramente distinguidos todos los rasgos típicos del realismo, que son los siguientes:

    1. Texto adaptado a la burguesía.

    2. Narrador omnisciente.

    3. Conflicto entre la burguesía y la clase obrera.

    4. Personajes bien caracterizados.

    5. Predomina la narrativa.

    6. Buena descripción de espacios y personajes.

    h) Lenguaje

    Es una novela con un lenguaje muy fácil y muy cómodo de comprender. Se usa el humor y la ironía como instrumentos para establecer situaciones en la que se demuestran las características psicológicas de cada personaje. La temática es muy característica de la época: el plebeyo que defiende su honor frente al noble

    Valoración personal

    El libro me ha gustado mucho por varios motivos:

    • El primero: Es lo bien que Alarcón no relata la psicología de cada personaje, empezando primero por sus aspectos físicos, forma de vestir y terminando por la manera de hablar, que hace diferenciar la personalidad de cada uno.

    También me gusta mucho la manera tan elegante en la que habla de las sospechas del molinero y mas tarde de las del corregidor, o de los trucos de los que se hace valer el molinero.

    • El segundo motivo por el cual me gusta es que la novela tiene una enseñanza moral, a través de la historia se va proyectando una vida en la que el Corregidor era mas o menos feliz, pero después de su intento de infidelidad es ignorado por su mujer, pierde el respeto de los criados y amigos, y además el privilegio de seguir asistiendo a las reuniones del molino.

    Creo que la historia llega a su culminación y a su mejor momento a comienzos de capitulo XV, es cuando realmente se empieza a desarrollar la historia.

    Esta es sin duda la obra más importante de Alarcón. En esta novela corta, el autor ha sabido recrear muy bien el ambiente y la personalidad de los personajes con una magnífica descripción como introducción. Esta manera de describir a los personajes, antes del comienzo de la historia y en capítulos separados, me parece una excelente forma de introducir al lector los personajes que van a participar en la obra y así no interrumpir la acción y el desarrollo de la historia que es cortada cuando el escritor se para demasiado en retratar a los distintos personajes. También la introducción de la sociedad y la política en el momento en el que acontece la historia, ayuda a entender la situación de los personajes y sus distintas reacciones. El autor ha sabido crear (con un tema que no era precisamente original, unos personajes de la vida cotidiana y un lenguaje coloquial) la mejor de sus obras y una de las mejores novelas cortas de la literatura española. Se nota en su obra que escribió en un periódico de su época, en la sección de sucesos; pues es el autor que con mayores facilidades ha sabido dirigir el desarrollo y la acción de la obra. A mí también me parece que están muy bien los toques que le da a la historia para que parezca más real; como varios dialogismos que introduce en la historia y al término de la obra contar brevemente la suerte que les deparó a cada uno de los personajes. Para mí ha sido una novela de fácil compresión, con personajes y situaciones que podrían ser perfectamente reales.




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    Enviado por:Victoria
    Idioma: castellano
    País: España

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