Literatura
El sí de las niñas; Leandro Fernández de Moratín
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Introducción................................................Pág. 2
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Leandro Fernández de Moratín...................Pág. 3
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Personajes principales y secundarios..........Pág. 5
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Evolución psicológica de los personajes....Pág. 6
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Resumen de la obra.....................................Pág. 7
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Características del teatro neoclásico...........Pág. 9
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Valoración de la mujer en el siglo XVIII....Pág. 11
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Recursos estilísticos y opinión personal.....Pág. 12
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Bibliografía.................................................Pág. 12
E
l movimiento neoclásico abarcó todas las artes y surgió ligado a los eventos políticos de la época, la Ilustración, y las revoluciones. En un principio los artistas buscaron reemplazar lo que ellos llamaron la sensualidad y trivialidad del “rococó” por un estilo lógico, solemne en su tono y moralizador en su carácter.
El Sí de las Niñas fue escrita en 1801, pero no fue estrenada hasta 1806 en el apogeo de la carrera de Moratín de corta duración. Al ser derrotados los franceses en la Batalla de Arápiles culminando con la invasión napoleónica de 1808, Moratín es desterrado.
L
Leandro Fernández de Moratín nació en Madrid en 1760. Hijo del notable escritor Nicolás Fernández de Moratín, desde muy joven entró a formar parte del mundo literario, obteniendo varios premios de la Academia con sus poemas y sátiras. Le protegieron Jovellanos y el ministro Godoy, lo que le permitió viajar a Europa. Amigo de Goya y de Silvela, obtuvo el amparo de José Bonaparte, que le nombró bibliotecario de la Biblioteca Real.
Se enamoró de una joven, Paquita Muñoz, pero no se decidió al matrimonio. Durante la invasión francesa (1808), se hizo afrancesado y aceptó cargos, lo que le obligó a exiliarse posteriormente.
La guerra de la Independencia fue un duro golpe para el escritor, que tuvo que refugiarse en Francia. Pasó sus últimos años en Francia y murió en París en 1828.
Es muy compleja la personalidad de Moratín: inteligente, burlón, descontentadizo, sensual y enamorado por egoísmo. Contó con grandes enemigos y amigos fieles. Fue afrancesado porque pensó que Bonaparte podía traer la modernización a España, a la que tanto quería.
El teatro de Moratín:
Es el principal autor dramático de la escuela neoclásica española. Sólo escribió cinco comedias, que se caracterizan por el total sometimiento de las reglas, por su doble finalidad de deleite e instrucción moral, y por la verosimilitud de sus argumentos.
No compuso tragedias, que juzgaba incompatibles con su carácter; prefirió los temas ordinarios de la vida doméstica para adoctrinar o satirizar.
En tres de sus comedias- “El viejo y la niña”, “El barón” y “El sí de las niñas”- defiende la libertad de la mujer para elegir marido. Era una cuestión candente, en aquella época en que abundaban los matrimonios impuestos por interés.
Las otras dos comedias- “La comedia nueva” o “El café y la mojigata”- poseen carácter satírico. La primera, contra los malos autores dramáticos que despreciaban las reglas. La segunda, contra la falsa religiosidad. En la Comedia Nueva, obra anterior a El sí de las niñas y en la que se aprecia la influencia de Molière, el escritor ataca los vicios del teatro de la época. Los personajes Eleuterio, el escritor y el pedante Don Hermógenes son, a su vez, el fiel reflejo de algunos competidores de Moratín en el mundillo literario.
El sí de las niñas:
El sí de las niñas, comedia de crítica social es considerada su obra maestra. Escrita en 1801, y estrenada en 1806, se representó veintiséis días consecutivos, lo que significa un gran éxito entonces. Se ha creído durante mucho tiempo que reflejaba las relaciones del escritor con Paquita Muñoz, la protagonista se llama incluso Francisca.
El sí de las niñas, aparte de su testimonio para comprender a Moratín, es también un alegato en defensa de los derechos de la mujer a casarse con quien ama, y no por conveniencias de familia, según era normal. Es una defensa tímida, puesto que ni Francisca ni Carlos se rebelan para defender su amor, tendrá que ser don Diego, el novio por interés, quien ponga un desenlace justo al conflicto. Se sitúa lejos de los héroes del teatro clásico, vehementes y rebeldes.
Sus protagonistas son; Doña Irene, viuda y madre de Paquita, que concierta el matrimonio de su hija con don Diego, un rico solterón. La aparición de don Carlos, sobrino de don Diego, vendrá a frustrar los planes de la viuda. Aparecen también la figura de los sirvientes, Rita, Simón y Calamocha.
Personajes principales:
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Don Diego: Un señor anciano enamorado de Doña Francisca. Como él tiene mucho dinero y la familia de Doña Francisca no tiene tanto, la madre de ella la va a obligar a casarse con él. Es el tío de Don Carlos.
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Don Carlos: Un señor enamorado de Doña Francisca. La conoce cuando va a Zaragoza, y se enamora perdidamente de ella, hasta tal punto que la ve todas las noches. Y tienen una señal para hablar a escondidas, que es dar tres palmadas. Es un soldado, y es el sobrino de Don Diego.
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Doña Francisca: Una joven que estudia interna en un colegio de Guadalajara, y se ve obligada a casarse con Don Diego por obligación de su madre Doña Irene.
Personajes secundarios:
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Doña Irene: La madre de Doña Francisca, que la obliga a casarse con Don Diego.
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Simón: Criado de Don Diego, siempre está al lado suyo.
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Rita: Criada de Doña Irene, siempre al lado de Doña Francisca
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Calamocha: Sirviente de Don Carlos.
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Don Diego: Se da cuenta de que Doña Francisca no le corresponde, que a quien de verdad ama es a su sobrino Don Carlos, por tanto este decide abandonar el matrimonio con Doña Francisca, para que pueda casarse feliz con su sobrino.
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Doña Irene: Su deseo era ver a su hija casada con Don Diego, un hombre rico, pero al final consigue entender que el amor es algo más importante y decide que su hija pueda casarse con Don Carlos.
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Doña Francisca: En realidad ella no desea casarse con Don Diego puesto que ama a Don Carlos, pero ella piensa cumplir lo que su madre le diga, aunque al final consigue casarse con Don Carlos con el consentimiento de su madre y de su prometido
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Don Carlos: Ama a Doña Francisca pero el hecho de ser su tío el que se va a casar con ella le impide poder hacer algo, al final su tío entra en razón y Don Carlos consigue casarse con Doña Francisca.
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Simón: Es el sirviente de Don Diego y se dedica a hacer lo que le dice su amo.
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Rita: Es la sirviente de Doña Irene cumple todas sus ordenes pero intenta a la vez que Doña Francisca se case con Don Carlos.
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Calamocha: Es el sirviente de Don Carlos e intenta que éste pueda comunicarse con Doña Francisca.
Resumen del argumento:
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a acción se desarrolla en Alcalá De Henares, en una posada.
Doña Irene es la madre de Doña Francisca (a quien también se la llama Paquita), y que la obliga a casarse con Don Diego, un señor que vive en Alcalá De Henares. Doña Irene y Rita (una criada de Doña Irene) van a Guadalajara a por Doña Francisca, que estudia interna en un colegio de monjas. Comienza la obra con su tardanza, estando Don Diego y su amigo Simón, un poco preocupados por este retraso. Y es que iban a visitarle y estar un tiempo allí, para que se conocieran mejor Don Diego y Doña Francisca, y se iban muy de mañana de vuelta a Guadalajara. Pero Don Diego no sabe que Doña Irene va a obligar a su hija Doña Francisca a casarse con él, y Don Diego lo descubre esa misma noche. Don Carlos va a ver a Doña Francisca, los dos enamorados, y viendo que no estaba en Guadalajara, la va a ver a Alcalá De Henares, donde la encuentra en una posada. Don Carlos la conoció yendo hacia Zaragoza, pero se paró en Guadalajara, y allí le invitaron al cumpleaños de Doña Francisca, y así se enamoraron. Todas las noches iba Don Carlos a hablar con Doña Francisca a Guadalajara. Recibió una carta de Doña Francisca diciendo que su madre iba a obligarla a casarse con otro señor, Don Diego, que sin Don Carlos saberlo, era su tío. Montó a caballo, y no la encontró en Guadalajara, así que fue a Alcalá De Henares, donde la encontró. Allí, con la señal que tenían para hablar a escondidas, que era dar tres palmadas, despertó a Don Diego y Simón, y vieron que Doña Francisca y Rita estaban levantadas, y es que Don Carlos las echó una carta por la ventana de la posada. La cogieron Don Diego y Simón y la leyeron, y se enteraron de todo. Don Diego mandó a Simón que trajera a ese señor que echó la carta, y se puso a hablar con él. Don Diego le pregunto que porqué le echaba la carta, y él respondió que por que se había enamorado de ella. Más tarde sale Doña Francisca y Rita y descubren a Don Carlos y Don Diego hablando y ellas disimulan que no saben nada. Pero al final sale Doña Irene y le cuentan entre Don Diego y Doña Francisca que ella
No está enamorada de Don Diego, sino de Don Carlos. Así que Doña Irene se enfada y la va a pegar, pero sale Don Carlos y la protege, y al final Don Diego y Doña Irene se dan cuenta de que no podían obligar a Doña Francisca a casarse con quien no quiere y Don Diego cede la mano de Doña Francisca a su querido sobrino Don Carlos.
Durante el neoclasicismo surgen dos corrientes totalmente distintas:
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Una, en los primeros años del siglo XVIII, que sigue las tendencias barrocas y la obra de sus máximos representantes: Lope de Vega y Calderón de la Barca
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Otra, en la segunda mitad del siglo, que reclama una reforma del teatro. Los autores neoclásicos exigían un teatro que abandonara los preceptos barrocos, ofreciera historias verosímiles y transmitiera una enseñanza moral a los espectadores.
El máximo representante de esta época es Leandro Fernández de Moratín cuya obra ha sido expuesta en este trabajo.
La reforma que reivindicaban los autores neoclásicos se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XVIII, el cambio mas destacado fue las tres unidades de tiempo, espacio y acción.
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Unidad de Lugar: La obra de Leandro Fernández de Moratín cumple esta regla puesto que la historia se desarrolla en una posada de la ciudad de Alcalá De Henares.
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Unidad de Tiempo: También cumple esta regla pues la historia se desarrolla en menos de veinticuatro horas, pues empieza una tarde y acaba esa misma noche.
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Unidad de Acción: La cumple, pues sólo existe una historia que contar en el libro. Es la del amor entre Don Carlos y Doña Francisca, que se quieren, pero no pueden casarse.
Lo que se llamaba en esa época criar bien a una niña era enseñarla a que desmienta las pasiones más inocentes. Ñas juzgan de honestas pero luego se ven instruidas en el arte de mentir y callar. Todo se les permite menos la sinceridad. Con tal de que finjan lo que más desean, con tal de que se dediquen a pronunciar cuando se les mande, ya se les considera bien criadas y se le llama una excelente educación cuando inspira en ellas el temor de una esclava.
La mujer que se casaba debía obediencia a su marido la mujer, al casarse, adoptaba la condición y nacionalidad de su marido, si se casaba con un extranjero, una vez disuelto el matrimonio, recobraba la nacionalidad española. Se daba al marido el derecho de administración de los bienes de la pareja. Se decía que la mujer no podía disponer de los bienes sin licencia del marido.
En esta obra destacan los siguientes recursos estilísticos:
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Comparaciones: "hemos venido como dos centellas"
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Personificaciones: “el animal toda la noche de Dios rezando”
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Enumeraciones: “entre la madre la hija, el novio y el amante”
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Hipérboles: “si señora ha comido mas que una avestruz”
Esta obra escrita por Moratín esta aceptable para mí no fue una obra en la cual me riese mucho, ni me pareciese muy entretenida, pero si la miras por otro lado puede ser positiva, ya que critica una forma de actuar las personas muy indigna.
El libro del Sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín, edición de José Montero Padilla. Editorial Catedra
Libro de texto de lengua y literatura de 3º de E.S.O. editorial Edebé.
Libro enciclopédico de Espasa
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Enviado por: | Neo |
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