Literatura


El sabueso de los Baskerville; Athur Conan Doyle


El sabueso de los BASKERVILLE

Argumento

Esta historia es tal vez la más famosa del detective Sherlock Holmes. Una noche, Sir Charles Baskerville es encontrado muerto cerca de su casa, Baskerville Hall. En el pasado, numerosos miembros de la familia Baskerville han muerto misteriosamente. La gente dice que fueron asesinados, no por una persona, sino por un perro diabólico gigante: el sabueso de los Baskerville. El gran detective Sherlock Holmes es llamado para resolver el misterio.

Contenido

Cuando Sir Charles de Baskerville es encontrado muerto en un sendero en el páramo de su casa , el doctor Mortimer (medico y amigo de Charles de Baskerville va a Londres para buscar la ayuda de Sherlock Holmes para decidir que hacer con el heredero de Charles (Sir Henry de Baskerville) que viene a vivir en la propiedad. Holmes lee un manuscrito acerca de la maldición familiar, supuestamente iniciada con Hugo de Baskerville donde se habla de que la noche que murió Hugo de Baskerville apareció un sabueso gigante y que esa maldición persiguió por siglos a la familia y todos murieron por este perro. Después de esto, el médico le cuenta a Sherlock Holmes que hay otra pista: había huellas de un perro a poca distancia del cadáver. Holmes le pregunta sobre los detalles, diciendo que le hubiera gustado ver la escena del crimen

También el doctor le comenta 3 cosas: 1) que Sir Charles de Baskerville debía estar esperando a alguien, 2) que estaban marcadas las huellas de un sabueso gigante y que Sir Charles trataba de huir de la casa por miedo y3) que iba a viajar hacia Londres al día siguiente (esto por consejo del medico ya que estaba enfermo del corazón y ahí en la casa sus nervios estaban alterados por lo del sabueso).

Además Holmes le pregunta al medico si no hay otros herederos y el medico le cuenta que Sir Charles tenia 2 hermanos, uno era el padre del heredero que encontraron (Sir Henry) y el otro Rodger era la oveja negra de la flia y huyo a América donde murió de fiebre amarilla. Aunque Holmes no cree en la maldición, está intrigado por el caso y acuerda reunirse al día siguiente para discutir el caso.

Sir Henry de Baskerville (el heredero) llega de Canadá y va a la casa de Holmes con el doctor Mortimer, está un poco alterado, ya que ha recibido una nota de advertencia en la que se le indica que se mantenga alejado de la propiedad “Si aprecia su vida y su razon no se acerque al paramo”. Curiosamente, la nota le fue entregada en su hotel sin que nadie supiera que se hospedaría allí. La carta fue hecha usando palabras del diario "The Times". Holmes estudia la carta, y observa que el que la hizo no ha sido capaz de encontrar la palabra "páramo" en el diario y la escribió a mano, lo que permitiría identificarlo por su letra. La mala calidad de la pluma es un indicio de que la nota podría haber sido escrita desde un hotel, y el olor del perfume sobre la nota apunta a una mujer (esta última pista Holmes se la guardará hasta el final). Además al heredero Sir Henry le robaron una bota nueva en el hotel.

Una vez que Sir Henry ha sido hospedado, hace planes para reunirse con Holmes de nuevo en el hotel más tarde ese día, una vez que ha tenido tiempo para pensar para ver que va a hacer con todo lo que le contaron y Sir Henry y el doctor de van para el hotel. Holmes y Watson siguen a Sir Henry y el doctor Mortimer de vuelta al hotel, y descubren que un hombre con una barba negra (probablemente falsa) sigue a los dos hombres en un carro. Cuando el hombre descubre a Holmes observándolo huye, pero el detective puede ver el número del carro que lo lleva. Holmes luego se detiene en la oficina de correos y manda a Cartwright (empleado de la oficina de correos) a ir por los hoteles, sobornar a los empleados, y revisar la basura en busca de una copia del "Times" de días anteriores, que haya sido recortada.

Cuando llegan el hotel, Sir Henry se da cuenta de que le robaron otra bota, esta vez una vieja. Cuando la primera de las botas desaparecidas aparece (antes de que termine la reunión), Holmes se da cuenta de que hay un perro real en el asunto (porque sospecha que la bota le fue robada para hacerla oler por el perro para agarrar a Sir Henry). Cuando la conversación trata sobre el hombre en el carro, el doctor Mortimer dice que Barrymore, (el sirviente de Sir Charles), tiene barba, y a Holmes se le ocurre mandar un telegrama a Baskerville Hall para ver si el sirviente esta allí o es el hombre que lo seguía a Sir Henry en Londres. Hablan también de la herencia , es una herencia muy grande y Colmes pregunta si le pasara algo a Sir Henry a quien iría , el siguiente heredero es James Desmond, un primo lejano, un hombre mayor, cura, y con poco interés en la herencia.

Al final de la reunión, se decidió que como Holmes está ocupado en Londres con otros casos, Watson acompañará a Sir Henry a la Casa Baskerville y le informará en detalle todo lo que pase e investiga a Holmes. Más tarde esa noche, se reciben telegramas de Cartwright (que no pudo encontrar el periódico recortado) y Baskerville Hall (donde al parecer se encuentra Barrymore el sirviente) lo que pone fin a esas pistas. Además, Holmes ubica al hombre que manejaba el carro que llevaba al hombre de barba que seguía a Sir Henry (John Clayton) pero este les da poca ayuda. Cuenta que el cliente dijo ser el detective Holmes, causando sorpresa y diversión en Holmes.

El doctor Mortimer, Watson y Sir Henry llegan en tren a Baskerville Hall al día siguiente. Sir Henry está emocionado de ver la propiedad de su padre, pero el buen humor desaparece pronto. Los soldados están desplegados en la zona, para capturar a un prófugo llamado Selden, un asesino (llamado el asesino de Nothin hill). Barrymore el sirviente y su esposa quieren irse de la propiedad tan pronto como sea posible, y la Mansión es en general un lugar sombrío. Watson tiene dificultad para dormir esa noche, y oye una mujer llorando, aunque a la mañana siguiente Barrymore el sirviente niega ese hecho.

Watson va a la oficina de correos y descubre que el telegrama no fue efectivamente entregado en manos de Barrymore, por lo que ya no es seguro que él se encontraba en Baskerville hall y no en Londres. En su camino de vuelta, Watson se encuentra con Stapleton, un vecino, naturalista, estudia insectos, caza mariposas familiarizado con el páramo a pesar de que sólo ha estado en la zona durante dos años. Se escucha un aullido que los campesinos atribuyen al perro, pero Stapleton el naturalista atribuye que es el grito de una ave.Y a continuación el naturalista, se va detrás de una mariposa, y aquí Watson no está solo por mucho tiempo antes que aparezca Miss Stapleton (hermana del naturalista). Ella confunde a Watson con Sir Henry, ella dice que urgentemente debe abandonar la zona, pero se calla el tema cuando regresa su hermano. Los tres caminan a Merripit House (la casa del los Stapleton), y durante el camino, Watson se entera que Stapleton vivía hace poco allí, que antes trabajaba en una escuela y que al morir dos alumnos no había aguantado la pena y se había ido a vivir allí. Aunque le ofrecen el almuerzo y un vistazo a las colecciones de Stapleton, Watson sale para el Baskerville Hall. Antes de que se llegue en el camino, la señorita Stapleton lo alcanza y continúa su advertencia de que se vaya.

Sir Henry pronto se encuentra con ella y se enamora de Miss Stapleton, pese a que el hermano de la chica no esta de acuerdo. Watson se reúne con otro vecino, el señor Frankland, un inofensivo hombre cuya principal atención se centra en hacer juicios inútiles. Barrymore el sirviente es cada vez más el sospechoso, cuando Watson lo ve caminar a la madrugada con una vela hacia una habitación de la casa, ir hasta la ventana hacer señas con la vela por la ventana, y luego salir de casa. Watson va hacia la ventana y ve que desde ahí se ve muy bien el páramo, Watson y Sir Henry están decididos a averiguar lo que está sucediendo.

Mientras tanto, durante el día, Sir Henry tiene una cita con la Srta. Stapleton. Se encuentran y cuando Sir Henry la va a besar aparece su hermano y se enoja mucho y les grita. Más tarde mas calmado Stapleton le explica a Sir Henry que no era nada contra el, fue sólo miedo de perder a su hermana que es su única compañera. Para mostrar que esta arrepentido y reconciliarse invita a Sir Henry a cenar con él y su hermana el viernes.

Sir Henry y Watson quieren averiguar más del caso del sirviente Barrymore y la vela y deciden quedarse levantados toda la noche para ver si el sirviente lo vuelve a hacer, y si lo vuelve a hacer y ellos lo agarran en la habitación con la vela. Él se niega a explicarles porque esta ahí con la vela, pero llega la Sra. Barrymore. Ella les dice que Selden (el prófugo que se había escapado de la cárcel, el asesino de Noting Hill) es su hermano y la vela es una señal que el marido le hacia por la ventana para avisarle que le iba a llevar alimentos. Cuando la pareja vuelve a su habitación, Sir Henry y Watson salen de la casa a buscar a Selden el prófugo y entregarlo a la policía, a pesar que hace muy mal tiempo y se escucha el aterrador aullido del perro. Ven a Selden con otra vela, pero no pueden capturarlo.Mientras están ahí tratando de capturar a Selden Watson ve entre las sombras de la noche a un hombre misteriosos, pero tampoco lo puede agarrar él también se fuga.

Barrymore el sirviente se enoja cuando descubre que trataron de capturar a Selden, pero luego hablan y el sirviente le dice que no lo denuncien que el se va a encargar de sacarlo a Selden del país, y para mostrarles agradecimiento a Watson y a Sir Henry él está dispuesto a contarles algunas cosas para resolver el misterio de la muerte de Sir Charles. Él les cuenta acerca de una carta que le mandaron a Sir Charles y que fue quemada en la que alguien cita a Sir Charles en el páramo el día de su muerte a las 10 de la noche. Fue firmada con las iniciales LL.Watson empieza a averiguar quien puede ser LL. El doctor Mortimer le dice a Watson al día siguiente de que podría ser Laura Lyon, la hija de Frankland (el vecino que le gustaba hacer juicios) que vive en Coombe Tracey. Cuando Watson va a hablar con ella, admite haber escrito la carta y ser amiga de Stapleton. Stapleton le dijo a la señora Laura Lyon que Sir Charles estaría dispuesto a ayudarla económicamente (ya que ella quería separase de su marido y necesitaba plata para el divorcio), pero dice que ella a pesar de que le mando la carta para citarlo no fue a la cita porque el mismo Stapleton le dijo después que el le daba la plata.

Frankland (el vecino de los Juicios) acababa de ganar dos casos e invitó a Watson, para festejar. Barrymore el sirviente le había informado a Watson antes que otro hombre vivía en el páramo, además de Selden el prófugo. Frankland, sin darse cuenta lo confirma, cuando muestra a Watson a través de su telescopio la figura de un muchacho que transporta alimentos seguramente para ese otro hombre. Watson sale de la casa y va en dirección a donde vieron al chico con el telescopio. Él encuentra la vivienda donde el hombre desconocido se ha estado quedando, entra el hombre no esta pero ve que el chico dejo comida y un mensaje que lo asombra “Watson fue a ver a la Srta. Laura Lyon” Watson decide esperar a que llegue el hombre para ver quien es.

El hombre desconocido llega y para asombro de Watson es Sherlock Holmes. Este se mantuvo escondido en secreto para poder investigar mejor y para aparecer en la escena de acción en el momento crítico. Se ponen a conversar e intercambian la información que ha conseguido cada uno y llegaron a la conclusión de que Stapleton era el asesino y, más tarde, mirando un retrato que había en la pared de Sir Hugo de Baskerville lo encuentran parecido a Stapleton o sea que Stapleton era un Baskerville (descubren que era hijo de Rodger de Baskerville la oveja negar de la familia que había huido a América y había muerto de fiebre amarilla); y que la señorita Stapleton no era su hermana, sino su mujer, esto lo descubre cuando Stapleton le cuenta que trabajo en una escuela Holmes investiga y se entera que ella era su esposa y no su hermana. Holmes decidió que conseguirían pruebas para detenerlo. Era de noche cuando los dos descendían por el páramo, cuando oyeron un rugido seguido de un grito espantoso, desesperados por la vida de Sir Henry, se acercaron hacia donde venía el grito y, ante su asombro, después de lamentarse lo que habían hecho de dejarlo solo a Sir Henry, encontraron que no era Sir Henry el que había muerto sino el prófugo Selden con el cráneo aplastado. Luego llega Stapleton con la excusa de que había oído los gritos y había temido por la vida de Sir Henry. Holmes le dejó claro que se marcharía el día siguiente. Llegaron a la mansión, y Sir Henry se alegró de que Holmes hubiera venido.

El día siguiente, Holmes dijo a Sir Henry que él y Watson se marchaban a Londres y que no podrían ir a una cena que habían arreglado con los Stapleton; esta idea no le agradó, pero Holmes le dijo que si le obedecía atraparían al asesino; y le dijo que le dijera a los Stapleton que sentían mucho no poder asistir a la cena de aquella noche. También Holmes agregó que Henry actúe sin preguntar, porque todo estaba bajo control y nada malo le sucedería a ninguno de los 3. Finalmente le dice que después de cenra con los Stapleton vuelva solo, caminando por el páramo (a pesar que le había dicho que no lo haga nunca), por el sendero más directo a Baskerville Hall.

Los dos detectives se dirigieron a Coombe Tracey para hablar con la señorita Lyons. Le explicaron que Stapleton estaba casado e incluso le enseñaron pruebas para confirmarlo. Ella, indignada por ver su amor traicionado, explicó todo lo que sabía de la muerte de Sir Charles; lo que confirmó que Stapleton era el asesino. Echo esto, fueron a buscar a la estación el detective Lestrade que llegaba de Londres y que les ayudaría para atrapar a Stapleton.

Ya de noche, esperaron no muy lejos de la casa Merripit, a que Sir Henry saliera de cenar. Cuando lo hizo, una espesa niebla cubría el camino, lo que hizo que los tres detectives se tuvieran que alejar más de la casa. Vieron salir a Sir Henry un poco asustado y mirando hacia atrás, poco después salió de la niebla un enorme sabueso espantoso que se dirigía hacia Sir Henry. Le dispararon, y oyeron un gemido de dolor, aunque el perro no se detuvo. Entonces Holmes se dirigió corriendo detrás de perro y le disparó cinco veces, salvando justo a tiempo la vida de Sir Henry. Lestrade y Sir Henry se dirigieron hacia la mansión, mientras los otros dos se dirigieron hacia la casa de los Stapleton. El señor Stapleton no estaba allí, pero si su mujer, que había sufrido malos tratos por él, y les confesó que su marido era el dueño del terrible sabueso y donde se podría ahora esconder. Como era de noche, y les indico un sitio peligroso por las ciénagas, decidieron ir el día siguiente.
Fueron hacia donde les había indicado la mujer, pero no encontraron ni rastro de Stapleton, solo el sitio donde guardaba al perro.
Días después, Holmes, Watson, el Dr. Mortimer y Sir Henry, se reunieron en Londres, donde Holmes explicó el resumen del caso. Recomendó que Sir Henry y Mortimer se tomaran unos días de vacaciones, para recapacitar y tranquilizarse; y decidió que él y Watson también descansarían por unos días.

El ESPACIO

Baker Street: Es donde viven Holmes y Watson (en Londres), no se describe directamente pero debe ser una casa amplia, con muebles clásicos y elegantes, que encajen con el carácter de ambos personajes.

Grimpen: Es la oficina de telégrafos a la que acude Holmes para realizar algunas investigaciones.

Paddington: Estación de tren en la que se despide el trío compuesto por Mortimer, Watson y Sir Henry de Sherlock Holmes para coger el tren que les llevará hacia la antigua mansión Baskerville.

Devonshire: Es una región muy fértil, con mucha vegetación y deja maravillado a Sir Henry. Cuando la cruzaron en tren vieron como la tierra marrón se tornaba rojiza, la arcilla se había convertido en granito, y las vacas, rojas, pastaban en unos prados bien delimitados por medio de vallas en los cuales la hierba fresca y la vegetación más lujuriante daban testimonio de un clima más rico y húmedo.

El páramo: Lugar seco y lúgubre, donde se desarrolla la historia que contó Mortimer el doctor, acerca del sabueso a Holmes y Watson, El terreno parece desnudo y salvaje, y de vez en cuando se pueden ver paredes derruidas de lo que debían ser antiguas casas.

Baskerville Hall: Rodeado por un jardín, cercado por una fantástica verja de red de hierro forjado y cuya puerta estaba flanqueada por sendos pilares que el tiempo había desgastado, en los cuales habían incrustado líquenes, y que estaban coronados por las cabezas de jabalí de los Baskerville. Desde la puerta salía una ancha avenida y esta desembocaba en un amplio espacio cubierto de césped y en el centro, una casa. Toda la fachada estaba cubierta de hiedra, salvo en algunos lugares aislados donde surgían ventanas. De este bloque se elevaban dos antiguas torres gemelas, almenadas, en las cuales se abrían numerosas aspilleras, y a continuación se encontraban las dos alas de la casa, construidas en granito negro.

El interior de la casa: El salón, excelente, grande, elevado y sólidamente techado con unas vigas enormes de roble que el tiempo se había encargado de oscurecer. La chimenea era grande y antigua. El comedor era un lugar sombrío y triste. Se trataba de una sala larga, con un escalón que separaba la plataforma, donde se sentaba la familia y la porción inferior, destinada a los invitados. Toda la casa era muy amplia, de techos altos y aspecto solitario, demasiado grande para los cuatro habitantes.

La ciénaga de Grimpen: Es un lugar situado en el centro del páramo que ha costado la vida a muchas personas y animales ya que si a simple vista parece un peregrino lugar para galopar, su suelo es pantanoso y pisarlo equivale a ser engullido por la terrible ciénaga.

La cabaña que ocupa Holmes en el páramo: Había mantas enrolladas y en el rústico hogar estaban amontonadas cenizas del fuego, a su lado había algunos utensilios de cocina y un cubo de agua medio lleno. Un montón de latas vacías demostraban que el lugar había estado ocupado durante un tiempo. También en el interior de la cabaña había una botella de licor y un pequeño vaso.

Merripit House: Donde vive el matrimonio Stapleton.

Coombey Tracey: Lugar donde vive Laura Lyons y donde se encuentra la estación de trenes.

La acción que se desarrolla en Londres, cuando Holmes y Watson persiguen a Mortimer y Sir Henry, sucede en varias calles londinenses: Oxford Street y Regent Street.

POR QUE ES UNA NOVELA POLICIAL?

La novela en este caso es género policial clásico, ya que sigue determinadas pautas, y hay distintos elementos caracterizadores:
*Hay un caso a resolver
*Un detective
*Un acompañante que narra la historia y que hace resaltar la inteligencia del personaje principal.
*Hay personajes que se consideran sospechosos
*El caso es un cuarto cerrado, es decir, que parece que no hay forma de deducir el misterio.
*Hay un método de trabajo realizado por el detective (visita del lugar de los hechos, interroga posibles testigos, toma pruebas, etc.) Además de todos los razonamientos deductivos o lógicos que realiza el detective el detective.
*El criminal es protagonista de la historia, y es tan inteligente como el detective.

Caracterización de los personajes…

Las caracterizaciones de los personajes son, la mayoría, directas, ya que el doctor Watson los describe con todos los detalles posibles, aunque son más bien descripciones físicas, y el carácter hay que ir imaginándoselo por uno mismo.
Los que están caracterizados indirectamente son los dos detectives más importantes, Sherlock Holmes, y el doctor Watson; aunque algunas veces, entre los dos explican algo sobre el carácter del otro.
Las caracterizaciones siguientes son de los personajes principales, y de los que han tenido un papel importante y han aportado pistas a los detectives para resolver el caso:

1. Sherlock Holmes es uno de los protagonistas de la novela. Es el famoso detective que, con la ayuda de su compañero Watson, resuelven los casos más extraños y complicados. Holmes es un hombre alto y delgado, que está en muy buena forma a pesar de su vida un poco sedentaria, y su hábito de fumar mucho.
Es bastante independiente, ya que cuando estudia un caso le gusta estar solo, y cuando quiere, o lo necesita, posee la capacidad de desentenderse de los asuntos que le tienen ocupado. Un defecto que tenía, según Watson, es que nunca explicaba sus planes hasta antes del momento justo de ponerlos en marcha. Eso obedecía a su carácter autoritario, y a su cautela profesional. El investigador posee una gran capacidad de observación, como se demuestra cuando descubre un retrato muy parecido a Stapleton en la colección de pinturas de descendientes Baskerville
Y, para terminar ya su descripción, diríamos que Holmes es un hombre que trabaja de una forma muy cautelosa; siempre se asegura de tener todos los cabos unidos antes de actuar; y que tiene una extraordinaria capacidad para juntar las pistas y pruebas que van apareciendo, para que tengan sentido; resolver el caso con la total seguridad, y si puede, detener a los delincuentes con las manos en la masa. Esto último se demuestra en las citas siguientes:
2. El doctor Watson es el amigo y compañero de Sherlock Holmes, y el narrador del libro. Su caracterización es indirecta, y según su forma de actuar y pensar, hemos deducido que es un hombre tranquilo, atento, detallista y observador. Tiene una buena capacidad de deducciones sobre los casos, aunque, a veces, los hace demasiado prematuros y son equivocados. Se fija en todo lo que le rodea, esto se demuestra cuando ve el hombre sobre el peñasco:
Y, para terminar su descripción, creo que el doctor Watson quiere llegar a ser alguna vez, un detective tan bueno como Sherlock Holmes, aunque él mismo dice que durante los años que ha trabajado con él ha adquirido muchos conocimientos de Holmes;
3. El doctor James Mortimer es uno de los hombres que les confía el caso de la muerte de Sir Charles Baskerville. Es un poco descuidado en la forma de vestir, todo y ser un doctor bueno; alto, delgado, amable con la gente y un amigo de fiar en el que puedes confiar. Es, también, bastante observador, ya que cuando descubren el cuerpo de Sir Charles el se fija en unas colillas de tabaco, y unas pisadas de sabueso que nadie las ve, ni siquiera la policía.
4. Sir Henry Baskerville es el otro hombre que confía el caso a los famosos investigadores. Es de constitución robusta, pequeño, atento, fuerte y con buenos modales. Es valiente y le gusta la acción, ya que cada vez que Watson le pregunta si quiere ir a investigar alguna cosa con él, su contestación es siempre afirmativa. El doctor Watson lo describe en su primera visita con el doctor Mortimer, al estudio:
5. El señor Stapleton es uno de los vecinos de la mansión Baskerville. Vive con su presunta hermana en la casa Merripit (en realidad su esposa, Beryl). Es un hombre que primero da una impresión sobre su forma de ser, pero cuando lo vas conociendo, vas entrando en una mentalidad de asesino. La primera impresión de Watson, es la de un hombre pequeño, delgado, amable y sociable, al que le gusta cazar mariposas y hacer colección de ellas:
6. La señorita Stapleton, Beryl García, es la presunta hermana del señor Stapleton, aunque se descubre que todo es una farsa, y que es su mujer. Ella, es una persona un poco tonta, muy influenciable, o muy miedosa, ya que se pasa toda la vida aguantando malos tratos por su marido y haciendo todo lo que él desea. De aspecto Watson la describe como una mujer de belleza excepcional:
7. El señor Barrymore es el mayordomo de la mansión de los Baskerville. Es un hombre alto, servicial, bueno y amable. Quiere mucho a su mujer, que también trabaja en la mansión, ya que si no, no hubiera escondido que el preso fugado, el hermano de su mujer, se encontraba escondido en el extenso páramo.
8. El viejo Frankland es otro vecino de la mansión. Es un hombre mayor un poco loco y colérico; al que apasionan y obsesiona las leyes británicas y siempre quiere que se cumplan.
9. El sabueso de los Baskerville es el perro gigantesco, monstruoso, fantasmal y fantástico que persigue y mata a los miembros de la familia Baskerville en el páramo. Este perro, en verdad, no es tan fantasmal y fantástico como lo describen, pero si es espantoso.

RESUMEN DE LOS HECHOS:

-Reflexión y conclusiones acerca del Dr. Mortimer a partir de su bastón olvidado.
-Regreso de Mortimer a la oficina y lectura del manuscrito entregado por Sir Charles y un artículo que hablaba de la muerte de Hugo. Luego declaración personal del doctor.
-Llegada de Henry a Londres, declaración del telegrama preventivo y episodio de desaparición y reaparición de la bota.
-Llegada de Henry y Watson a Baskerville Hall y recorrido de la casa (les causa al principio una fea impresión).
-Encuentro de Watson y Henry con Stapleton y su supuesta hermana.
-Primer informe del Dr. Watson (detalla a los habitantes del lugar).
-Segundo informe, en el que presenta la causa del recorrido nocturno de Barrymore y el llanto de su esposa.
-Entrega de más datos por parte de Barrymore (la carta de Laura Lyons y de otro hombre en el páramo).
-Visita de Watson a Laura Lyons.
-Encuentro de Holmes y Watson en el páramo (viejas cabañas habitadas en el neolítico). Esto fue posible gracias a la ayuda de Frankland y su telescopio.
-Intento fallido de asesinar a Sir Henry, en el que muere Selden (el convicto que escapó de Princetown y hermano de la Sra. Barrymore).
-Mirada de Holmes a los retratos en las paredes y reflexión que Stapleton era un Baskerville que quería la herencia.

-Segunda visita a Laura Lyons.
-Regreso a Dartmoor y cena de Henry con Stapleton. Holmes, Watson y Lestrade esperaban vigilando afuera.
-Muerte del Sabuezo, mientras perseguía y estaba a punto de matar a Sir Henry. Muere por los balazos de Holmes.
-Hundimiento de Stapleton en la Ciénaga de Grimpen.
-Ya en Baker Street, reconstrucción de los hechos y del asesinato de Sir Charles.

Tema y subtemas…

Tema principal.

El tema principal es la resolución del misterio del asesinato de Sir Charles Baskerville y de la leyenda del sabueso gigante.

Subtemas.

La protección de Sir Henry.

El hermano de la Sra. Barrymore. (Selden).

La leyenda del sabueso de los Baskerville (la historia de Hugo Baskerville).

La ficticia hermandad entre los Stapleton.

La relación de Sir Charles con sus vecinos.

El supuesto romance entre Laura Lyons y Stapleton.

La relación entre Sherlock Holmes y Watson.

El “amor” de Sir Henry y Beryl.

La relación de Sir Charles y Laura Lyons.

NARRADOR
En la novela se encuentra un narrador protagonista y de focalización interna o de campo limitado, ya que ve las cosas desde el punto de vista del mismo personaje, y el lector no sabe más de lo que el personaje informa.

A su vez es “narrador-narratario”, ya que es al mismo Watson al que le relatan la historia y narra la misma.

Hay que aclarar que si la historia fuera de focalización cero, esta no tendría sentido ya que sabríamos quien es el criminal y cuales son las deducciones de Holmes.


Marco del Relato

Los escenarios son los siguientes:
El consultorio de Sherlock Holmes (Baker Street).
Las calles de Londres.
Baskerville Hall (casa de los Baskerville)
El páramo.
La casa de Laura Lyons.
La casa de los Stapleton.
Con respecto al tiempo, la historia se sitúa alrededor de 1890. Esto lo supusimos a partir de que el bastón de Mortimer fue obsequiado en 1882. Después, ya cuando él se había retirado de su trabajo en el hotel, ya en Devonshire, se produce el asesinato de Sir Charles y finalmente la llegada a Londres de Sir Henry. Suponemos también, por como se relata la novela, que en total los sucesos abarcados en los tiempos del narrador no serían más de 3 o 4 meses (desde la visita del doctor Mortimer hasta el final, el descubrimiento del asesino y sus procedimientos, y la reconstrucción de
los hechos en Baker Street).

Fuentes a partir de las que a Holmes resuelve el caso.

Las gotas de perfume de mujer en la carta preventiva.

El robo de la bota a Sir Henry (que provocó que Holmes se diera cuenta que un sabueso sería utilizado.

Los informes de Watson.

La ayuda de Barrymore al informarle de la existencia de una carta.

La declaración de Laura Lyons.

La información obtenida de Barrymore.

El error de Stapleton de mencionar un pasaje autobiográfico (dijo que el había sido maestro en un colegio), a partir del que Holmes investigó su vida.

Los datos obtenidos a partir de la búsqueda de la vida de Stapleton cuando era maestro


Biografía del autor.
Arthur Conan Doyle nació en Edimburgo en 1859. Sus padres, Charles Doyle y Mary Foley educaron a su hijo como católicos que eran, lo que posteriormente crearía conflictos entre padres e hijos al abandonar este la fe en que había sido criado. Educado por jesuitas hasta su entrada en la Universidad para cursar estudios de Medicina, carrera que finalizara en 1881, Conan Doyle sufre una crisis religiosa al comenzar sus estudios universitarios, que provocaría en el futuro escritor conflictos familiares y tensiones espirituales que le hicieron derivar hacia teorías espiritistas que le absorberían los últimos años de su vida.
Terminada su carrera, ejerció la medicina entre 1882 y 1890 en Portsmouth y comenzó a escribir, creando el famoso personaje de Sherlock Holmes y de su ayudante, el doctor Watson, iniciando así una serie de obras que duraría hasta el final de su vida. Pero la literatura no le hizo abandonar su profesión de medico, y como tal participó en la campaña del Sudán (1898) y en la guerra de los Boers (1899-1902) en el ejército británico. Precisamente por la defensa de la política inglesa en Sudáfrica recibió el titulo de Sir.
Al estallar la primera guerra mundial, se alista como simple soldado raso. A partir de la guerra, comienza su relación con el espiritismo, al que dedicó tiempo y energías, publicando en 1926 'History of spiritualism', y defendiéndolo hasta su muerte, que aconteció el 7 de julio de 1930 en Crowborough (Sussex).
Los mejores relatos de Holmes son El signo de los cuatro (1890), Las aventuras de Sherlock Holmes (1892), El sabueso de Baskerville (1902) y Su último saludo en el escenario (1917), gracias a los cuales se hizo mundialmente famoso y popularizó el género de la novela policíaca. Surgió, y todavía pervive, el culto al detective Holmes. Gracias a su versatilidad literaria, Conan Doyle tuvo el mismo éxito con sus novelas históricas, como Micah Clarke (1888), La compañía blanca (1890), Rodney Stone (1896) y Sir Nigel (1906), así como con su obra de teatro Historia de Waterloo (1894). Durante la guerra de los bóers fue médico militar y a su regreso a Inglaterra escribió La guerra de los Bóers (1900) y La guerra en Sudáfrica (1902), justificando la participación de su país. Por estas obras se le concedió el título de sir en 1902. Durante la I Guerra Mundial escribió La campaña británica en Francia y Flandes (6 volúmenes, 1916-1920) en homenaje a la valentía británica. La muerte en la guerra de su hijo mayor le convirtió en defensor del espiritismo, dedicándose a dar conferencias y a escribir ampliamente sobre el tema. Su autobiografía, Memorias y aventuras, se publicó en 1924.



HISTORIA DE STAPLETON


*Nieto de Rodger Baskerville, casado con Beryl García.
*Cambió su nombre por Vandeleur y huyó a Inglaterra, donde puso una escuela en el este de Yorkshire.
*Se quebró la escuela a causa de haberse hundido en mala fama, por lo que consideró conveniente cambiar su nombre por Stapleton.
*Después de hacer unas averiguaciones, descubrió que solo dos vidas se interponían entre él y una valiosa propiedad.
*Apenas llega a Devonshire era obvio que tenía una mala intención, ya que hizo pasar a su esposa como su hermana. Se proponía a quedarse con la propiedad y haría cualquier cosa por ello.
*Su primer acto fue instalarse tan cerca como pudiera de la casa familiar y lo segundo cultivar la amistad de Sir Charles y los demás vecinos.
*Preparó el camino para la muerte de Sir Charles de modo de parecerse a la leyenda que el mismo viejo le contó. Sabía que tenía el corazón debilitado y una emoción fuerte podría matarlo.
*Compró el sabueso en Londres, lo trasladó hacia el páramo y lo ocultó en un escondite en la Ciénaga de Grimpen.
*Esperaba que su esposa atrajera y seduciera a Charles pero nada sucedía, y era difícil hacer salir de noche al viejo.
*Prestándose como soltero logra una completa influencia sobre Laura Lyons y le dio a entender que si se divorciaba de su marido, se casaría con ella.
*Así la presiona para que escriba la carta que le llega a Charles diciendo que lo esperaba en la verja un día a las 10 de la noche para una entrevista, y luego la convence para que no valla a la cita con sir charles, de modo que tendría su oportunidad de asesinarlo.
*Así vuelve a Devonshire, maquilla a su sabueso y lo insita a perseguir a su víctima, que muere de un paro cardíaco.
*Inmediatamente después de esto, Stapleton lleva de nuevo a su sabueso a su perrera en la Ciénaga.

A CONTINUACION COPIO TAL CUAL EL ULTIMO CAPITULO DEL LIBRO DONDE EL PROPIO AUTOR HACE UN RESUMEN DE TODO

Por lo que se refiere al caso del sabueso, le expondré lo más exactamente que pueda los

Acontecimientos y siempre podrá usted interrogarme sobre cualquier punto que haya

olvidado.

»Mis investigaciones han demostrado sin lugar a dudas que el retrato familiar no mentía y que nuestro hombre era efectivamente un Baskerville, hijo de Rodger, el hermano menor de Sir Charles, que escapó, ya con una siniestra reputación, a América del Sur, donde se dijo que había muerto soltero. La verdad es que contrajo matrimonio y que tuvo un único hijo, nuestro personaje, que recibió el nombre de su padre, y que a su vez se casó con Beryl García, una de las beldades de Costa Rica; luego de robar una considerable suma de dinero del Estado, pasó a apellidarse Vandeleur y huyó a Inglaterra, donde creó un colegio en la zona este de Yorkshire. Su interés por este tipo particular de ocupación obedecía a que durante el viaje de vuelta a Inglaterra conoció a un profesor, enfermo de tuberculosis, cuya gran competencia profesional utilizó para que la empresa tuviera éxito. Pero al morir Fraser, el profesor, el colegio se desprestigió primero para caer después en el descrédito más absoluto, por lo que los Vandeleur juzgaron conveniente cambiar de nuevo de apellido, y así el hijo de Rodger Baskerville se trasladó, como Jack Stapleton, al sur de Inglaterra con los restos de su fortuna, sus planes para el futuro y su afición a la entomología. En el Museo Británico he podido saber que se le consideraba una autoridad en ese campo y que el apellido Vandeleur ha quedado identificado con cierta mariposa nocturna que él describió por vez primera durante su estancia en Yorkshire.

»Llegamos ya a la parte de su vida que ha resultado de tan gran interés para nosotros.

Stapleton hizo sin duda investigaciones y descubrió que sólo dos vidas le separaban de una cuantiosa herencia. Creo que cuando se trasladó a Devonshire sus planes eran aún

Extraordinariamente vagos, aunque el carácter delictivo de sus intenciones queda de

manifiesto desde el principio por el hecho de que hiciera pasar a su esposa por su hermana.

La idea de utilizarla como señuelo estaba ya en su mente, aunque quizá no supiera aún con claridad cómo iba a organizar todos los detalles del plan. Al final del camino se hallaba la herencia de los Baskerville, y estaba dispuesto a utilizar cualquier instrumento y correr cualquier riesgo para lograrla. El primer paso fue instalarse lo más cerca que pudo de su hogar ancestral y el segundo cultivar la amistad de Sir Charles Baskerville y de sus vecinos.»El mismo Sir Charles le contó la historia del sabueso, preparándose, sin saberlo, el camino hacia la tumba. Stapleton, como voy a seguir llamándolo, sabía que el anciano estaba enfermo del corazón y que cualquier emoción fuerte podía acabar con él, información que le había facilitado el doctor Mortimer. También llegó a sus oídos que Sir Charles era supersticioso y que se tomaba muy en serio la macabra leyenda del sabueso. Su ingenio le sugirió de inmediato una manera para acabar con la vida de Sir Charles sin que existiera en la práctica la menor posibilidad de descubrir al culpable.

»Concebida la idea, Stapleton procedió a llevarla a la práctica con notable astucia. Un

intrigante ordinario se habría dado por satisfecho con un animal suficientemente feroz. La utilización de medios artificiales para convertir al animal en diabólico fue un destello de genio por su parte. El perro lo adquirió en Londres, acudiendo a la firma Ross y Mangles, que tiene su establecimiento en Fulham Road. Era el más fuerte y el más feroz de que disponían. Para transportarlo hasta el páramo Stapleton utilizó la línea de ferrocarril del norte de Devon y recorrió luego a pie una gran distancia, con el fin de no despertar sospechas. Para entonces, y gracias a sus expediciones a la caza de insectos, ya se había adentrado en la ciénaga de Grimpen, lo que le permitió encontrar un escondite seguro para el animal. Después de instalarlo allí esperó a que se le presentara una oportunidad.

»La ocasión, sin embargo, tardó algún tiempo en aparecer. De noche no era posible sacar de sus propiedades al anciano caballero. A lo largo de los meses Stapleton acechó por los alrededores con su sabueso, pero sin éxito. Durante esos intentos infructuosos lo vieron, o vieron más bien a su acompañante, algunos campesinos, gracias a lo cual la leyenda del perro demoníaco recibió nueva confirmación. Stapleton confiaba en que su esposa arrastrase a Sir Charles a su ruina, pero en ese punto Beryl resultó inesperadamente independiente. No estaba dispuesta a provocar un enredo sentimental que pusiera al anciano Sir Charles en manos de su enemigo. Ni las amenazas ni, siento decirlo, los golpes lograron convencerla. Se negó siempre de plano y durante algún tiempo Stapleton se encontró en un punto muerto.

»Finalmente halló la manera de superar sus dificultades por conducto del mismo Sir

Charles, quien, por el afecto que le profesaba, delegó en él para todo lo relacionado con el caso de esa mujer tan desventurada que es la señora Laura Lyons. Al presentarse como soltero, adquirió muy pronto un gran ascendiente sobre ella, y le dio a entender que si conseguía divorciarse de Lyons se casaría con ella. La situación llegó a un punto crítico cuando Stapleton supo que Sir Charles se disponía a abandonar el páramo siguiendo el consejo del doctor Mortimer, con cuya opinión él mismo fingía estar de acuerdo. Era preciso actuar de inmediato, porque de lo contrario su víctima podía quedar para siempre fuera de su alcance. De manera que presionó a la señora Lyons para que escribiera la carta, pidiendo al anciano que le concediera una entrevista la noche antes de emprender viaje a Londres y luego, con falsas razones, le impidió acudir, logrando así la oportunidad que esperaba desde hacía tanto tiempo.

»Al regresar de Coombe Tracey a última hora de la tarde tuvo tiempo de ir en busca del

sabueso, embadurnarlo con su pintura infernal y llevarlo hasta el portillo donde tenía

buenas razones para confiar en que encontraría al anciano caballero. El perro, incitado por su amo, saltó el portillo y persiguió al desgraciado Sir Charles que huyó dando alaridos por el paseo de los Tejos. En ese túnel tan sombrío tuvo que resultar especialmente horrible ver a aquella enorme criatura negra, de mandíbulas luminosas y ojos llameantes, persiguiendo a grandes saltos a su víctima. Sir Charles cayó muerto al final del paseo debido al terror y a su corazón enfermo. Mientras Sir Charles corría por el camino el sabueso se había mantenido en el borde de hierba, de manera que sólo eran visibles las huellas del ser humano. Al verlo caído e inmóvil es probable que el animal se acercara a olerlo; fue después, al descubrir que estaba muerto, cuando, al dar la vuelta para marcharse, dejó la huella en la que más tarde había de reparar el doctor Mortimer. Stapleton llamó al perro y se apresuró a devolverlo a su guarida en la ciénaga de Grimpen, dejando atrás un misterio que desconcertó a las autoridades, alarmó a todos los habitantes de la zona y provocó finalmente que se solicitara nuestra colaboración.

»Es posible que Stapleton ignorase aún la existencia del heredero que vivía en Canadá,

Pero, en cualquier caso, lo supo muy pronto de labios de su amigo el doctor Mortimer, que le comunicó además todos los detalles sobre la llegada a Londres de Sir Henry Baskerville.

La primera idea de Stapleton fue que, en lugar de esperar a que se presentara en

Devonshire, quizá fuera posible acabar en Londres con la vida del joven extranjero. Como desconfiaba de su esposa desde que se negara a ayudarle a tender una trampa al anciano Sir Charles, no se atrevió a dejarla sola por temor a perder su influencia sobre ella. Esa es la razón de que vinieran juntos a Londres. Se alojaron, según descubrí, en el hotel privado Mexborough, en Craven Street, uno de los que de hecho visitó mi agente en busca de pruebas. Stapleton dejó allí encerrada a su esposa mientras él, ocultando su identidad bajo una barba, seguía al doctor Mortimer a Baker Street y más tarde a la estación y al hotel Northumberland. Su mujer tenía barruntos de los planes de su marido, pero era tanto su temor -temor fundado en los brutales malos tratos a los que la había sometido- que no se atrevió a escribir para advertir a Sir Henry del peligro que corría. Si la carta caía en manos de Stapleton también su vida se vería amenazada. Finalmente, como sabemos, recurrió al expediente de recortar palabras impresas y de escribir la dirección deformando la letra. El mensaje llegó a manos del Sir Henry y fue el primer aviso del peligro que corría.

»Stapleton necesitaba alguna prenda de vestir de Sir Henry, para, en el caso de que se

viera obligado a recurrir al sabueso, disponer de los medios que le permitieran seguir su

rastro. Con la celeridad y la audacia que le caracterizaban puso de inmediato manos a la

obra y no cabe duda de que sobornó al limpiabotas o a la camarera del hotel para que le

ayudaran en su empeño. Casualmente, sin embargo, la primera bota que consiguió era una de las nuevas y, por consiguiente, sin utilidad para sus planes. Stapleton hizo entonces que se devolviera y obtuvo otra. Un incidente muy instructivo, porque me demostró sin lugar a dudas que se trataba de un sabueso de verdad: ninguna otra explicación justificaba la apremiante necesidad de conseguir la bota vieja y la indiferencia ante la nueva. Cuanto más outré y grotesco resulta un incidente, mayor es la atención con que hay que examinarlo, y el punto que más parece complicar un caso es, cuando se estudia con cuidado y se maneja de manera científica, el que proporciona mayores posibilidades de elucidarlo.

»A la mañana siguiente recibimos la visita de nuestros amigos, siempre espiados por

Stapleton desde el coche de punto. Dados su conocimiento del sitio donde vivimos y

También de mi aspecto, así como por su manera general de comportarse, me inclino a creer que la carrera criminal de Stapleton no se redujo al asunto de Baskerville. Resulta

interesante saber que durante los tres últimos años se han producido en esa zona cuatro

robos con fractura de considerable importancia y que en ninguno de los casos se ha

detenido a los culpables. El último, en el mes de mayo, con Folkestone Court como

escenario, fue notable porque el ladrón enmascarado, que actuaba en solitario, disparó a

sangre fría contra el botones que lo sorprendió. No me cabe la menor duda de que Stapleton renovaba de ese modo sus menguados recursos económicos y que era desde hacía años un individuo desesperado y sumamente peligroso.

»Lo sucedido aquella mañana en que se nos escapó tan hábilmente, así como su audacia

al devolverme mi propio nombre por medio del cochero, es un buen ejemplo de sus muchos recursos. A partir de aquel momento, sabedor de que me había hecho cargo del caso en Londres, comprendió que no tenía ya ninguna posibilidad de éxito en la metrópoli y regresó a Dartmoor para esperar la llegada de Sir Henry.

-¡Un momento! -dije yo-. No hay duda de que ha descrito usted correctamente la sucesión de los hechos, pero hay un punto que no ha mencionado. ¿Qué se hizo del sabueso durante la estancia de su amo en Londres?

-He reflexionado sobre ese asunto, porque no hay duda de que tiene importancia. Es

evidente que Stapleton tenía un confidente, aunque no es probable que se pusiera por

completo a su merced comunicándole todos sus planes. En la casa Merripit había un

anciano sirviente llamado Anthony. Su asociación con los Stapleton se remonta a años

atrás, a los tiempos del colegio, por lo que debía de saber que su señor y su señora eran en realidad marido y mujer. Este hombre ha desaparecido, huyendo del país. Dese usted

cuenta de que Anthony no es un nombre frecuente en Inglaterra, mientras que Antonio sí lo es en España y en los países americanos de habla española. Ese individuo, como la misma señora Stapleton, hablaba inglés correctamente, pero con un curioso ceceo. Tuve ocasión de ver cómo ese anciano cruzaba la ciénaga de Grimpen por el camino que Stapleton marcara. Es muy probable, por tanto, que en ausencia de su señor fuese élquien se ocupara del sabueso, aunque quizá sin saber nunca la finalidad para la que se lo destinaba.

»Acto seguido los Stapleton regresaron a Devonshire, seguidos, muy poco después, por

Sir Henry y usted. Un breve comentario sobre mi situación en aquel momento. Quizá

conserve usted el recuerdo de que, cuando examiné el papel en el que estaban pegadas las palabras impresas, lo estudié con gran detenimiento en busca de la filigrana. Al hacerlo me lo acerqué bastante y advertí un débil olor a jazmín. El experto en criminología ha de distinguir los setenta y cinco perfumes que se conocen y, por lo que a mi propia experiencia se refiere, la resolución de más de un caso ha dependido de su rápida identificación. Aquel aroma sugería la presencia de una dama, por lo que mis sospechas empezaron a dirigirse hacia los Stapleton. Fue así cómo averigüé la existencia del sabueso y deduje ya quién era el asesino antes de trasladarme a Devonshire.

»Mi juego consistía en vigilar a Stapleton. Era evidente, sin embargo, que no podía

hacerlo yendo con usted, porque en ese caso mi hombre estaría siempre en guardia. De

manera que engañé a todos, usted incluido, y me trasladé secretamente al páramo cuando se daba por sentado que seguía en Londres. Los apuros que pasé no fueron tan grandes como usted imagina, aunque cuestiones de tan poca importancia no deben nunca dificultar la investigación de un caso. Pasé la mayor parte del tiempo en Coombe Tracey y únicamente utilicé el refugio neolítico cuando era necesario estar cerca del escenario de la acción.

Cartwright, que me había acompañado, me fue de gran ayuda con su disfraz de campesino.

Dependía de él para la comida y las mudas de ropa. Mientras yo vigilaba a Stapleton, era frecuente que Cartwright lo vigilara a usted, de manera que controlaba todos los resortes.

»Ya le he explicado que sus informes me llegaban enseguida, porque de Baker Street los enviaban inmediatamente a Coombe Tracey. Me fueron de gran utilidad y en especial aquel fragmento verídico de la biografía de Stapleton. Así pude averiguar la identidad de la pareja y saber por fin a qué carta quedarme. El caso se había complicado bastante debido al incidente del preso fugado y de su relación con los Barrymore. También eso lo aclaró usted de manera muy eficaz, aunque por mi parte hubiera llegado a la misma conclusión.

»Cuando me encontró usted en el páramo tenía ya un conocimiento completo del caso,

pero carecía de pruebas que pudieran presentarse ante un jurado. Ni siquiera el intento

criminal contra Sir Henry la noche en que quedó truncada la vida del desventurado preso nos hubiera servido de ayuda para acusar a Stapleton de asesinato. No parecía existir otra alternativa que sorprenderlo con las manos en la masa y para ello teníamos que utilizar como cebo a Sir Henry, solo y sin protección en apariencia. Así lo hicimos y, a costa de un terrible sobresalto para nuestro cliente, logramos coronar nuestro trabajo y provocar el fin de Stapleton. He de confesar que supone un desdoro para mi forma de llevar el caso el hecho de que Sir Henry se viera expuesto a semejante peligro, pero carecíamos de medios para prever el aspecto, terrible y sobrecogedor, que presentaba el animal, como tampoco podíamos predecir la niebla que le permitió aparecer ante nosotros casi de improviso.

Logramos nuestro objetivo a un costo que, según me han asegurado tanto el especialista

como el doctor Mortimer, será sólo momentáneo. Un viaje largo permitirá que nuestro

amigo se recupere no sólo de sus nervios destrozados sino también de sus sentimientos

heridos. Su amor por la señora Stapleton era profundo y sincero y para él lo más triste de todo este asunto tan tenebroso es que ella lo engañara.

»Sólo queda ya dilucidar el papel de la señora Stapleton. No hay duda de que su marido

ejercía sobre ella una influencia que puede haber sido amor, miedo, o muy posiblemente

ambas cosas, dado que no son, desde luego, sentimientos incompatibles. En cualquier caso esa influencia era absolutamente eficaz. Al ordenárselo él, consintió en hacerse pasar por su hermana, aunque también es cierto que Stapleton descubrió los límites de su poder cuando quiso convertirla en cómplice de un asesinato. Beryl estaba dispuesta a prevenir a Sir Henry aunque sin descubrir a su marido, y trató de hacerlo una y otra vez. Es evidente que también Stapleton era capaz de sentir celos, de manera que cuando vio cómo Sir Henry cortejaba a su esposa, pese a que formaba parte de su plan, no pudo evitar interrumpir el idilio con un estallido de pasión que puso de manifiesto el alma fogosa que tan inteligentemente escondía bajo sus modales reservados. Al fomentar la intimidad entre ambos se aseguraba de que Sir Henry acudiera con frecuencia a la casa Merripit y de que más pronto o más tarde se presentase la oportunidad que esperaba. El día de la crisis definitiva, sin embargo, su mujer se revolvió inesperadamente contra él. Había llegado a sus oídos la noticia de la muerte de Selden, y no ignoraba, la noche en que habían invitado a Sir Henry a cenar, que el sabueso estaba en una de las dependencias de la casa. Beryl acusó a su marido de querer asesinar al Sir Henry y eso provocó una escena violenta, durante la cual Stapleton reveló por vez primera a su mujer que tenía una rival. La fidelidad de la señora Stapleton se transformó inmediatamente en odio intenso y nuestro hombre comprendió que su mujer estaba dispuesta a traicionarlo. Entonces procedió a atarla para que no pudiera avisar a Sir Henry, sin perder la esperanza de que cuando todos los habitantes de la zona

atribuyesen la muerte del barones a la maldición familiar, como sin duda sucedería, su

mujer aceptara los hechos consumados y guardase silencio sobre lo que sabía. Por lo que a eso se refiere tengo la impresión de que calculó mal y que, aun sin contar con nuestra presencia, su caída era inevitable. Una mujer de sangre española no perdona fácilmente semejante afrenta. Y ya, mi querido Watson, no estoy en condiciones de hacerle un relato más detallado de este interesantísimo caso sin recurrir a mis anotaciones. Ignoro si ha quedado sin explicar algo esencial.

-Stapleton tenía que saber que no iba a ser posible matar a Sir Henry de miedo, con el

sabueso falsamente infernal, como sucediera en el caso de su tío.

-Era un perro muy feroz y estaba hambriento. Si su apariencia no acababa con la víctima, el miedo podía al menos paralizarla, de manera que no ofreciese resistencia.

-Sin duda. Queda tan sólo una dificultad. Si Stapleton hubiese llegado a tomar posesión

de la herencia ¿cómo habría explicado el hecho de que él, el heredero, hubiese vivido sin darse a conocer y con otro nombre en un lugar tan próximo a la mansión de los

Baskerville? ¿Cómo podría reclamar la herencia sin despertar sospechas ni provocar

investigaciones?

-Se trata de un problema muy arduo y temo que espera usted demasiado al pedirme que

lo solucione. El pasado y el presente se hallan dentro del campo de mis investigaciones,

pero lo que una persona vaya a hacer en el futuro es algo muy difícil de prever. La señora Stapleton oyó a su marido analizar el problema en varias ocasiones. Eran tres las soluciones posibles. Podía reclamar la propiedad desde América del Sur, demostrar su identidad ante las autoridades consulares británicas y obtener así la fortuna sin aparecer nunca por Inglaterra; podía también adoptar un disfraz que lo hiciera irreconocible durante el breve periodo de tiempo que necesitase permanecer en Londres y, finalmente, podía suministrar a un cómplice las pruebas y los documentos, haciéndolo pasar por el heredero, pero reteniendo el derecho a un porcentaje de sus ingresos. Por lo que sabemos de él, tenemos la seguridad de que habría encontrado algún modo de solucionar ese problema. Y ahora, mi querido Watson, permítame decirle que llevamos varias semanas trabajando con mucha intensidad y que, por una vez, no estaría de más que nos ocupáramos de cosas más placenteras. Tengo un palco para Les Huguenots. ¿Ha oído usted a los De Reszke? ¿Le importaría en ese caso estar listo dentro de media hora, para que podamos detenernos en Marcini's de camino hacia el teatro y tomar un bocado antes de la representación?






Descargar
Enviado por:La Tota Fernandez
Idioma: castellano
País: Argentina

Te va a interesar