Literatura
El Principito; Antoine de Saint-Exupéry
El Principito
La historia es narrada por el Aviador, un adulto a quien le es difícil entenderse con sus contemporáneos. En un vuelo solitario, su avión sufre un desperfecto y aterriza de emergencia en el desierto del Sahara. Ahí tiene lugar su encuentro con el Principito, un niño que viene de otro planeta, tan pequeño que sólo tiene tres volcanes, baobabs enanos y una flor. El Principito le pide al aviador que le dibuje un cordero para llevarlo a su mundo. Tras hacerse amigo del Aviador, le cuenta cómo era de solitaria y melancólica su vida hasta la llegada de la Flor, una flor muy hermosa que ama al Principito pero a quien le es difícil expresarse con sinceridad. Debido a sus dudas sobre el amor de la flor, el Principito abandona su asteroide y recorre diversos mundos, habitados por curiosos personajes como el rey, el vanidoso, el bebedor, el farolero y el geógrafo. Llega por fin a la Tierra, donde conoce a la serpiente y al zorro, con quien llega a establecer un vínculo muy especial y de quien aprende que “sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. Al fin, el Principito regresa al desierto del Sahara, el lugar en el cual descendió a la Tierra, para hacerse amigo del Aviador y contarle sus peripecias. Cuando el Aviador logra reparar su avión, el Principito es mordido por la serpiente, pues ésta es la única manera que tiene de volver a su planeta, para cuidar a su flor. El Aviador descubre que si bien el Principito ha logrado llevarse consigo el dibujo del cordero, no se ha llevado un bozal para amarrarlo. De modo que se queda con la duda de si el cordero pueda o no comerse a la flor. Por último, invoca a quienes lean el libro a avisarle en caso de que el Principito vuelva a la Tierra.
Personajes
El Aviador: Un adulto que no se encuentra cómodo con sus contemporáneos, y prefiere recorrer el mundo en su avión, alejándose así del contacto con las personas mayores.
El Principito: El único morador de un pequeño asteroide, cuyo más grande placer consiste en observar las puestas de sol, cuidar su árbol baobab y limpiar los cráteres de dos diminutos volcanes. Su rutinaria existencia se ve interrumpida con la llegada y florecimiento de la Flor, que llega a amarlo, pero a la que inicialmente no comprende.
La Flor: Una rosa de gran belleza y personalidad encantadora, aunque bastante orgullosa y algo egoísta, desea que el Principito se dedique solamente a ella.
El rey: Personaje deseoso de poder, no importa sobre qué o sobre quienes. Define su relación con las personas y con las cosas como relaciones de poder, en las cuales el permanece en la cúspide, aunque el único resultado visible es la total soledad.
El vanidoso: Personaje hambriento de reconocimiento y aclamaciones, aún cuando estas son vacías. No le importa si la admiración que le profesen los demás sea sincera o no, lo importante para él es oír los aplausos y las alabanzas, vengan de donde vengan. El único resultado es que, acabado el sonido del último aplauso, el vanidoso se queda solo y tan hambriento de admiración como al principio.
El bebedor: Este personaje bebe para olvidar que tiene vergüenza de beber. Acaso simboliza al ser humano entregado al vicio, por haber renunciado a ser dueño de si mismo, acaso por temor.
El hombre de negocios: Personaje dedicado a realizar sumas, restas y cálculos sobre las estrellas, obteniendo así un beneficio económico, aunque descuidando su salud y su vida afectiva.
El farolero: Se dedica a encender las estrellas. Si bien cumple una función útil para los otros, sus actos carecen de reflexión, pues los ejecuta por el puro deber de cumplirlos. El solo cumple un deber, y aunque aparentemente es bueno o útil, sus actos carecen de trascendencia, incluso para él mismo.
El geógrafo: Un erudito que ha dedicado su existencia al conocimiento, sin importarle su aplicación práctica. Acaso representa al tecnólatra radical, aquel que ha endiosado a la ciencia y a la técnica, sin reflexionar que el conocimiento no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr otros objetivos verdaderamente humanos.
El zorro: Animal contradictorio, es un personaje tanto o más interesante que el Principito. Aparece como un ser despreocupado y acaso egoísta, pero consciente de su capacidad de amar. Al conocer al Principito, decide dejar su naturaleza primitiva o salvaje (y solitaria) para convertirse en un amigo del Principito; o por usar sus propios términos, se deja “domesticar”. Es autor de la memorable frase “Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.
La serpiente: El personaje más ambiguo de la historia. Es el único que puede hacer que el Principito vuelva a su mundo, pero a costa de un sacrificio terrible. Sus actos parecen estar más allá del bien y del mal, y se expresa de manera enigmática.
El guardavía: Personaje cuyo trabajo consiste en regular el transporte de pasajeros en los trenes.
El comerciante: Es un vendedor de píldoras para suprimir la sed, las que ofrece como algo útil, pues supuestamente ahorran el tiempo que se desperdicia en el acto de beber.
Resumen por capítulos
La historia inicia con los recuerdos del Aviador, personaje desde cuyo punto de vista se narra la acción. Se trata de un personaje que desde niño ha sentido que no encaja con el mundo formal y pragmático que han creado los adultos. Sus puntos de vista son distintos: donde el veía un elefante dentro de una serpiente, los demás veían un sombrero.
Ya de adulto, el Aviador prefiere dar largos vuelos en avión antes que la compañía de sus contemporáneos. Durante uno de estos vuelos, su avión sufre un desperfecto y se ve obligado a descender en el desierto del Sahara, en el cual se encuentra con el Principito.
El Principito es un niño que aparenta ocho años de edad, rubio y vestido con ropas propias de su rango. En cuanto traba amistad con el Aviador, le pide que le pinte un cordero. Dudando de sus cualidades como dibujante, el Aviador dibuja el elefante dentro de la serpiente de su niñez, el cual es reconocido por el Principito, quien insiste en que le haga el dibujo de un cordero. Tras algunos vanos intentos, el Aviador dibuja una caja con agujeros, indicándole al Principito que el cordero se encuentra dentro. El Principito aprueba el dibujo y se queda con él.
Durante el tiempo que tarda el Aviador en reparar su avión, recibe las visitas del Principito, quien le revela que proviene de otro planeta, al que describe como muy pequeño
El planeta del Principito es identificado por el Aviador como el asteroide B 612. Precisa que este dato está dirigido a las personas mayores, quienes entienden las cosas a partir de las cifras. Con la mención al número del asteroide, el Aviador considera que cumple con demostrar la verdad de su existencia.
El Principito le cuenta al Aviador que en su planeta crecen unos baobabs, árbol que en la Tierra alcanza proporciones descomunales, pero que en el planeta del Principito no son sino meros arbustos. El Principito revela así para qué necesita al cordero: para que se coma las hojas de los baobabs y estos no acaben con su planeta.
El Aviador recuerda otros aspectos de la personalidad del Principito, entre ellos, su soledad, su melancolía y su gusto por ver puestas de sol, sobre todo cuando se siente triste.
El Principito manifiesta su preocupación respecto a lo que comen los corderos. Sobre todo, desea saber si además de arbustos, pueden comer flores. El Aviador responde con fastidio ante estas preguntas, dado que se encuentra ocupado en la tarea de reparar su avión. El Principito entonces le recrimina por ser como las personas mayores, por su carencia de interés en el destino de las flores y su relación con los corderos. La ira del Principito culmina en llanto.
El Principito le revela al Aviador que a en su planeta existía una flor muy especial, muy hermosa pero a la vez vanidosa y orgullosa. La flor despierta el ingenuo amor del Principito, pero al mismo tiempo, lo confunde. El amor del Principito hacia la flor se llena de dudas.
El Principito decide dejar su planeta, y decide aprovechar el vuelo de una bandada de pájaros para dejar su mundo. Antes de irse, limpia los volcanes, poda los baobabs y se despide de la flor, la cual le dice que lo ama y le pide disculpas por no haberse hecho entender, al tiempo que le recrimina al Principito haber sido tan tonto como ella. La flor apura al Principito para que parta sin que la vea llorar.
El Principito inicia un periplo por otros asteroides. El primero que visita está habitado por un rey, quien aparenta ostentar un gran poder pero que al mismo tiempo evidencia carecer de súbditos para ejercerlo. Le pide al Principito que se quede con él, pero el Principito decide continuar su viaje.
El segundo planeta que visita el Principito estaba habitado por un vanidoso, cuyo único deseo es que lo aclamen y lo admiren. El Principito, antes de dejarlo, le pregunta para qué le sirve que lo admiren, sin obtener respuesta.
El siguiente planeta visitado por el Principito estaba habitado por un bebedor, un ebrio que bebe para olvidar que tiene vergüenza de beber, lo cual deja al Principito perplejo.
El Principito visita luego un planeta habitado por un hombre de negocios, quien trafica con las estrellas: las cuenta, las registra, en fin, las posee. El Principito le increpa que eso no es de ninguna utilidad para las estrellas, dejando al hombre de negocios desconcertado.
El siguiente planeta estaba habitado por un farolero y su farol, el cual encendía y apagaba velozmente, puesto que su planeta giraba con mucha rapidez. El Principito lo deja con cierto pesar, pues le simpatiza este hombre que cumple su deber sin cuestionarlo, y al mismo tiempo, lamenta perderse las sucesivas puestas de sol que se producían en aquel mundo.
El sexto planeta estaba habitado por un geógrafo, rodeado de mapas y libros. Confunde al Principito con un explorador, y le pide noticias y detalles de su mundo. Al hablarle de la flor, el geógrafo le informa que las flores son efímeras, es decir, están destinadas a desaparecer, lo cual despierta remordimientos en el Principito, por haberla dejado sola.
El Principito llega por fin a la Tierra, planeta del cual se destacan su gran cantidad de habitantes y el actuar sincronizado de los faroleros de todo el mundo, ocupados en encender y apagar los faroles de todos los continentes.
Se hacen algunas precisiones sobre la cantidad de habitantes de la Tierra, que en realidad pueden caber todos en una isla. El Principito se pregunta por la gente, dado que ha caído en África, donde se encuentra con una serpiente que habla en enigmas, aclarándole al Principito que a pesar de su apariencia, es más poderosa que el dedo de un rey y que puede ayudarlo a volver a su planeta.
El Principito encuentra una flor solitaria, a la que pregunta por los hombres. La flor, en toda su vida, no ha visto más que seis o siete, y considera que los hombres viven molestos por no tener raíces.
El Principito escala una gran montaña, y descubre el eco, que lo lleva a reflexionar acerca de la falta de originalidad de los hombres.
El Principito llega al fin a un camino, junto a un jardín lleno de rosas. Descubre entonces que la flor que dejó en su planeta no era una flor única, sino una más de las tantas rosas que existen. Esto lo entristece mucho.
Al fin, conoce a un zorro, quien también está en búsqueda de un amigo, un ser al cual “domesticar”, es decir, alguien con quien formar un vínculo de amistad. Ambos llegan a ser amigos, y en este proceso, el Principito descubrirá lo que realmente hacía especial a su flor. El zorro y el Principito se separan, luego de que el zorro le revela su secreto: sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.
Siguiendo su camino, el Principito se encuentra con un guardavía, quien le explica su trabajo, consistente en agrupar pasajeros y embarcarlos en trenes. El guardavía ignora los motivos que llevan a la gente a movilizarse de un lugar a otro tan rápidamente.
El Principito conoce a un comerciante, un vendedor de píldoras que evitan la sed. Esto proporciona tiempo extra que, desde el punto de vista del Principito, bien podría emplearse en dirigirse a una fuente para beber.
El Aviador, quien no ha podido reparar su avión, dice al Principito que si no consiguen agua, morirán de sed. El Principito replica que es bueno haber tenido un amigo, aún si se va a morir. Ambos empiezan a buscar un pozo. El Principito se queda dormido pensando en su flor, mientras el Aviador decide llevarlo en sus brazos, hasta que logran encontrar un pozo.
El Principito y el Aviador satisfacen su sed, al tiempo que conversan sobre lo extraños que son los hombres. El Principito ríe al ver los dibujos que ha hecho el Aviador, y recuerda que está por cumplirse un año desde su llegada a la Tierra. El Aviador deja al Principito, pues debe reparar su avión.
Al día siguiente, el Aviador regresa con el Principito, quien se encuentra muy triste debido al paso que va a dar. Le recuerda al Aviador que debe mirar las estrellas, por que el vivirá en una de ellas, con su flor. Le dice además que el podrá oír su risa en todas las estrellas. El Aviador deja al Principito en el suelo, para ser mordido por la serpiente y morir instantáneamente.
Pasados los años, el Aviador descubre que el Principito ha olvidado un bozal dibujado para el cordero, de modo que es posible que en algún descuido, el cordero se pueda soltar y comerse la flor. El Aviador mantiene la esperanza de volver a ver al Principito, pidiendo al lector que le avise si alguna vez vuelve a la Tierra.
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