Literatura


El Príncipe y el Mendigo; Mark Twain


EL PRÍNCIPE Y EL MENDIGO

1.-UN MENDIGO Y UN PRÍNCIPE

Nacen dos niños

En 1537 en Londres nace un niño se llama Tom Canty su familia era pobre y no lo querían, Tom era pobre, un mendigo, otro niño nació el mismo día se llamaba Edward Tudor, y no era pobre. Era príncipe el hijo del rey, y su familia lo quería mucho, su padre era el rey Enrique VIII de Inglaterra. Las personas de Inglaterra querían mucho a Edward. El rey Enrique tenía dos hijas pero quería que un hijo que gobernase después de su muerte. Entonces su esposa, la reina Jane, tuvo un hijo pero murió en el parto. Aunque los ingleses estaban muy tristes por la pobre reina, estaban muy ilusionados por el príncipe. Desde hace mucho años habían esperado y deseado un hijo para su rey. Había música y bailes alegría y festejos en todos los sitios. Todos hablaban del príncipe pero nadie se interesaba por Tom.

La familia de Canty de la calle del pescado

Pasaron varios años. Londres tenía 1500 de existencia, se había convertido en una gran ciudad abarrotada con calles estrechas y casas de madera. La familia de Tom vivía en la calle del pescado. Su casa era pequeña, vieja y llena de familias pobres, la familia Canty vivía en una habitación en el 3º. Sus padres tenían una cama en la esquina. Tom sus dos hermanas y su abuela dormían sobre paja en el suelo, la paja es hierba seca; los caballos y las vacas se tumban en la hierba. Pero en Londres en el S.XVI mucha gente pobre se acostaba sobre paja, porque no tenían camas.

La madre de Tom y sus hermanas eran amables y buenas, y querían a su hijo tiernamente. Pero su padre y su abuela eran malos y crueles. John Canty era ladrón y su madre era mendiga, llevaban a sus hijos para pedir. Sin embargo no les podían enseñar a robar gracias al padre Andrés.

El padre Andrés

El padre Andrés era un sacerdote anciano. Había trabajado para el rey y su familia. Vivía con ellos en el gran Palacio de Westmister. Pero cuando el padre Andrés se hizo mayor el rey lo despidió sin dinero. Ahora el anciano sacerdote era muy pobre. Tenía una pequeña habitación en una vieja casa de la calle del pescado . En sellaba a los niños en secreto. Esto no era corriente. Por aquellos tiempos, sólo tenía profesores los niños ricos. Tom era un buen alumno. El padre Andrés le enseñó a leer y escribir. Incluso le enseñó un poco de latín, el idioma utilizada por los romanos años atrás. Por entonces, todos los sacerdotes sabían leer y escribir latín. Muchos niños ricos también aprendían latín pero los niños pobres ni siquera ap`rendían a leer y a escribir. Tom era muy afortunado.

La calle del pescado era ruidosa y sucia. La gente bebía y se peleaba todas las noches. Pero Tom no era infeliz. El nunca había vivido en otro sitio, y no sabía que era pobre. Cuando era pequeño, Tom pensaba que todo el mundo era como él. Vestía trapos: viejas y desgarradas ropas que estaban llenas de agujeros. Todos los días pedía en las calles unas monedas. A veces no llevaba suficienbtes de esas pequeñas monedas al finalizar el día. Entonces su padre y su abuela le pegaban. Pero sus hermans y su madre eran amables con él.

El padre Andrés era como un tío para él. El anciano sacerdotele enseño maravillosas cosas. El padre Andrés le contaba historias emocionantes sobre reyes y reinas y principes. El cura había leído varios libros con él en la calle del pescado . Ellos tenían los unicos libros de la calle del pescado, porque estos eran muy caros. Tom leía los libros. Aprendió cosas de un mundo maravilloso, muy lejano de la calle del pescado. En ese mundo la gente estaba limpia y vestía ropas hermosas. A todos los chicos de la calle del pescado les encantaba bañarse en el río Támesi, ceracno a sus casas. Tom se bañaba en el río, pero se limpiaba también, pues quería estar limpio. (son las 11:00 y me voy a por un vaso de agua).

Los sueños y deseos de Tom.

Todas estas lecturas y sueños, hacían a Tom diferente de sus amigos. Él se daba cuenta de que no todos eran pobres, sucios, malvados o tontos. Sabía que no todo era como la calle del pescado. En el mundo ahbía princesas al igual que pobres. Y Tom comenzó a comportarse como un príncipe. Caminaba resto y erguido y llevba su cabeza alta.

Al principio los otros chicos se reían de él. Luego, sim embrago, comenzaron a respetarlo. Pensaban que era muy sabio, amable y listo. Incluso aumentó el respeto por Tom. Le preguntaban sobre lod problemas. Sus respuestas, siempre parecían muy sabias. En realidad, todo el mundo en la calle del pescado respetaba a Tom- escepto su propia família. John Canty no respetaba los libros. Quería que su hijo fuera un mendigo y un ladrón como él. Todo este tiempo Tom pedía en las calles unos peniques. Comía el pan duro y el agua sucia. Jugaba contento con los otros chicos en la calle del pescado. Pero todo el tiempo, él soñaba en conocer un principe de verdad.

Una fría y húmeda noche, Tom dormía en su cama de paja y trapos. Soñaba que era principe. En su sueño, caminaba entre gente rica, importante como señores y señoras. Veía habitaciones hermosas, llenas de luces y música. Luego se levnató en la muchedumbre, en la sucia habitación de calle del pescado. Su verdadera vida parecía negra y amarga. Comenzó a llorar.

2.-EL MENDIGO CONOCE AL PRINCIPE

"¡Abrid las puertas y que pase el chico!"

La mañana siguiente Tom salió a pedir como siempre, pero todavía estaba a medio camino. El sueño de la noche pasada lo veía todavía claro y brillante, y no prestó atención de adonde iba. Cuand o miró a su alrededor se dio cuenta de que estaba lejos de casa.

Había dejado el poblado y sucio centro de la ciudad. Ahora las calles eran anchas, limpias y ricas. Señores importantes y sus señortas vivían en esas casas de piedra.

Por fin Tom llegó al Palcio de Westmister, en el que vivía el rey. Vio los latos muros y puertas de oro con soldados de pie firmes en cada lugar. Un pequeño grupo de gente estaba próxima. Esperaban ver al rey. Tom también quería ver al rey. Se acercó. A través de las puertas vio un chico de su misma edad. El joven estaba vestido con seda, brillante con joyas. Tenía una pequeña espada de plataa su ladoy un sombrero de seda rojo en su cabeza. Tom conoció al momento que este era el príncipe.

Por la emoción, se apoyó sobre las puertas, y uno de los guardios lo empujó enfurecido. ¡Aléjate, joven mendigo! gritó. La multitud rio, pero el joven principecorrió hacia la puerta. Su cara estaba roja de ira. ¡Para! gritó, ¡abre lñas puertas y que pase!

Entonces la gente aplaudía y agitaba sus sombreros con la mano. ¡Laraga vida al principe Eduardo! gritaban. Los soldados abrieron las puertas y el probecito pasó por ellas. ¡Pareces cansado y hambriento! le dijo el principe amablemente. ¡Ven conmigo! El principe Eduardo mandó a Tom a una habitación bonita. Ordenó a sus sirvientes que le llevasen comida. En muy poco tiempo llegaron con pollo, pan y fruta que pusieron en una mesa brillante. "Podéis iros ya" dijo el principe a los sirvientes.

Cuando los dos chicos estuvieron solos juntos, el principe preguntó a Tom cosas mientras este comía. Le preguntó quién era y dónde vivía. Tom habló al principe de su vida en la calle del pescado. Intentó no hablar con la boca llena.

Tom habla de su vida.

Habló con el príncipe de su madre y sus hermanas y de sus crueles padre y abuela.

-Mi padre grita mucho.

- El mio también, dijo el principe Eduardo. Grita a todos. Pienso que quizá todos los padresson iguales. Tienes suerte de tener una madre. La mía murió en el parto. Mi padre estuvo muy triste cuando ella murió. Ahora hablame sobre la calle del pescado. ¿Cuantos sirvientes tienes?

¿sirvientes? NO tenemos sirvientes, también somos pobres.

Pero ¿quién te ayuda a vestirte y lavarte? ¿quién te busca y telleva todas las cosas a ti? ¿ quién hace tus comidas y lava tus ropas?

- Nadie mi señor. La gente pobre no tenemos sirvientes...y todos en la calle del pescado somos muy pobres.

El príncipe oyó impaciente las respuestas de Tom, pero no podía imaginar una vida sin ropas hermosas, buena comiday un lugar lleno de sirvientes.

- "Hablas bien, ¿quién es tu maestro?

- "El padre Andrés, mi señor. Es un ancianocura que vive en la calle del pescado, que me enseñó a leer y a escribir."

- "Sabes algo de latín?

- Un poc, señor. El padre Andrés me está enseñando, me encantan sus clases.

" Yo también aprendo latín, y alemán, y griego. Tengo clases todos los días. Es muy aburrido,...pero háblame de la calle del pescado. ¿Allí eres feliz?

"Oh, sí generalmente. Hay muchas cosas emocionantes para ver y hacer. A veces los actores bienen a nuestra calle. Viajan con un gran carreta de madera, y ellos actúan subidos en ella. Pero tenemos que pagar un penique para ver la actuación, y yo no siempre tengo un penique. No me cuesta nada jugar con mis amigos. Nos lo pasamos muy bien juntos. Alguna veces, jugamos a ser soldados y luchamos con palos."

Los ojos del príncipe brillaban. "Cuéntame más."

" Hacemos carreras, jugamos al fútbol arriba y abajo de la callecon un balón hecho de trapo. Jugamos en la arena y en el barro. Y en verano nos bañamos en el río y nos salpicamos unos a otros."

"¡Oh esto es maravilloso! nadie me había propuesto hacer ninguna dew estas cosas. Nadie me propuso manchar mis rops. Me gustaría quitarme los zapatos y sentir el barro frío entre mis dedos. Me gustaría quitarme estas ropas y jugar en la calle, justo ahora.

"Y a mi me gustaría llevar ropas bonitas como las tuyas, ahora mismo...

" Entonces póntelas, y yo me probaré las tuyas. Hagamos algo divertido.

Un principe con arapos.

Ambos comenzaron a desnudarse. El príncipe se quitó sus ropas y sus joyas y se vistió con las de Tom, suciastrapos agujereados.

Y Tom se puso las del príncipe, lasque le hacían parecer muy rico y tieso, extraño para si mismo. Los dos permanecieron depie frente al espejoy se miraron a si mismos.

" No puedo creerlo" dijo el príncipe Eduardo. " Somos exactamente iguales" "Nuestras voces son las mismas...De repente vio una marca roja en el brazo de Tom. ¿qué es? ¿alguién te ha pegado?

- No es nada. Los soldados de la puerta.

- Los castigaré. Olvidaba que estaba vestido con las ropas de Tom. "Elige algo- qué? tendrás que esperarmás tarde en la historia- y ponerte en un lugar seguro. Espera hasta que vuelva". Luego corrió fuera de palacio hacia las puertas de oro. "¡Abrid esas puertas ahora mismo!" gritó a los soldados.

Los soldados abrieron las puertas y golpearon al principe en la cabeza. Luego lo castigaron tirandolo al barro.

- "Eres un mendiguito que me ha puesto en problemas con el principe. La muchedumbre reía y aplaudía. El principe se levantó y corrió tra de los soldados.

" ¡No soy un pobre! Soy el príncipe Eduardo, u mi padre el rey os matará por esto. El soldado se puso recto levantó su espada. "Si mi señor" dijo educadamente, con una tieso y pequeño arco que hizo reir al multitud de nuevo.Luego vieron en el principe un aspecto de enfado. " Ahora ven aquí". Las puertas se cerraron con un portazo y el principe y los soldados quedaron en el lado equivocado (se quedaron fuera).

3.- EL PRÍNCIPE EN PROBLEMAS

El lado malo de las puertas

"¡Cógelo!" gritó el soldado, golpeando de nuevo a Edward, el príncipe calló en el barro. Se levantó sólo y se lanzó contra el soldado. "¡Morirás por esto!" le gritó, el soldado dio unos pasos hasta las puertas de nuevo y le dio un golpe.

Llorando y gritando la muchedumbre persiguió al príncipe a través de las calles más allá del palacio. Al principio el príncipe les gritó enfurecido. "Parad un momento, si no paráis mi padre, el rey, os enviará a todos a prisión". La gente le dijo que era muy gracioso, reían y reían. Al final estaba cansado de gritarles y ellos cansado de perseguirles así que lo dejaron sólo.

Miró a su alrededor no sabía dónde estaba, aunque estaba agotado temía dormirse no se sentía seguro, nunca había estado realmente sólo en su vida, entonces vio un estupendo edificio a lo lejos. "Conozco ese lugar" se dijo así mismo, es la iglesia de Cristo. Hace tiempo fue una iglesia y mi padre la convirtió en una casa para niños pobres. Allí estaban muy bien cuidados y aprendían a leer y escribir, "Iré allí. Serán buenos conmigo porque mi padre fue bueno con ellos".

Los alumnos de la Iglesia de Cristo

Poco a poco, cansado, el principito fue hacia el maravilloso edificio, pronto vio a unos mendigos de la escuela, todos vestían las mismas ropas azules con unos sombreros redondos, pequeños y negros en sus cabezas, estaban jugando alegremente en el recreo. El príncipe fue hacia el niño más cercano. "Chico, por favor, dile a tu maestro que el príncipe Edward está aquí y quiere hablar con él". El chico lo miró fijamente, sorprendido, "¿Por qué el príncipe envía a un mendigo de mensajero?".

"No soy un mendigo -y no soy un mensajero, soy el príncipe Edward y mi padre el rey construyó tu escuela, ahora trae un profesor, rápido, antes de que me enfade". "¡Has oído!" gritó el chico a sus amigos "el mendigo dice que es el príncipe, hagamos algo divertido" Cogieron al príncipe con sus manos pequeñas y fuertes y lo tiraron a un abrevadero en la esquina del patio, el abrevadero estaba lleno de agua para los caballos. A veces los chicos jugaban con sus barcos de juguete en él, ahora habían tirado al príncipe. Cuando intentó salir lo volvieron a tirar, unos minutos después un timbre sonó, "¡hora de comer!" gritaron los chicos, corrieron dentro y dejaron sólo al príncipe.

"Mi padre fue amable con estos chicos" dijo el príncipe mientras salía. "Él les dio ropa y comida. Pero olvidó una cosa, no les enseñó a ser buenos con las personas que eran más pobres. Cuando sea rey cambiaré todo esto".

El padre de Tom

El príncipe estaba muy cansado y terriblemente sólo. ¿Dónde podía ir? Nadie le creería. Todos decían que estaba loco, intentó recordar dónde vivía Tom. Por fin tuvo la respuesta.

"La calle del Pescado" se dijo a sí mismo, ese es el nombre de la calle de Tom, si voy allí seguramente su familia me ayudará, ellos me llevarán al palacio.

Comenzaba a llover y soplaba un viento frío a través de los huecos de sus ropas, tenía frío y estaba sólo. De repente un hombre feo y grande lo cogió muy fuerte con su mano, estaba muy sucio y olía a cerveza.

"Cuánto dinero tienes Tom" gritó "¡Dámelo o te romperé todos los huesos de tu cuerpo como me llamo John Canty!"

"¡Oh, así que este es su padre!" dijo el príncipe ansiosamente. "Por favor devuélveme al palacio, mi padre el rey te recompensará, te hará rico, no tendrás que volver a mendigar".

"Tu padre, qué dices, yo soy tu padre y voy a pegarte hasta que mis brazos se cansen"

"No digas bromas, estoy muy cansado, tengo frío y hambre, devuélveme al palacio, tu hijo te espera allí".

John Canty sacudió su cabeza, "el niño está loco" dijo, "esto es lo que hacen los libros de aprendizaje a las personas, te han convertido en príncipe, ven conmigo" Cogió a Edward con el brazo de nuevo y lo empujó hacia la calle del Pescado.

Un pobre en el palacio

Entre tanto, como el príncipe estaba camino de la calle del Pescado, Tom estaba mirándose fijamente en el espejo y disfrutaba de sus nuevas ropas. Se sentaba en cada silla, examinaba el resto de los hermosos muebles de la habitación, miró fijamente los maravillosos cuadros. Por fin se dio cuenta de que el príncipe había estado fuera demasiado tiempo, comenzó a preocuparse.

"¿Qué ocurrirá si entra alguien y me ve con las ropas del príncipe?, quizás me maten primero y después me interroguen". Suavemente abrió la puerta esperando ver al príncipe, enseguida seis sirvientes con hermosas ropas le hicieron una reverencia, volvió rápidamente a la habitación y cerró la puerta.

"Se están riendo de mí" pensó "ahora traerán a los soldados para llevarme a prisión, ¿por qué vine aquí?".

Apenas se abrió la puerta y un sirviente dijo: "La señorita Jane Grey".

Una chica joven y dulce con un vestido azul entró y le hizo una reverencia de manera respetuosa, Lady Jane era la prima del príncipe. Al principio parecía feliz de verle. Entonces vio su triste cara y le dijo tristemente "¿Qué va mal mi señor?".

"Ah, es amable conmigo, dulce mujer" dijo Tom con voz temblorosa. "Sólo soy el pobre Tom Canty de la calle del Pescado. Por favor, pídele al príncipe mis ropas viejas otra vez y llévame a casa" se puso de rodillas mientras lloraba.

La chica le miró fijamente con ojos grandes y asustados. "No estás bien, ¡mi señor!" gritó. "¡No debes de arrodillarte, eres el príncipe! ¿Y qué es esa tontería sobre tus ropas, y la calle del Pescado? ¡Oh querido!" Entonces se giró y salió corriendo de la habitación.

"Ahora me llevaran a prisión" se dijo Tom. "¡Nunca volveré a ver a mi familia, ni mi casa!"

Tom conoce al Rey

Llamaron a la puerta. Tom estaba terriblemente asustado "¡Entrad!" dijo con voz temblorosa. Estaba seguro de que los sirvientes del Rey lo meterían en prisión.

Dos altos caballeros entraron y le hicieron una reverencia. Vinieron para sacar a Tom, pero no querían llevarlo a la prisión.

"Tu padre quiere verte, mi señor" dijeron.

"¿Mi padre?, pero si no sabe que estoy aquí, está en casa, en la calle del Pescado". Los caballeros sacudieron sus cabezas tristemente y llevaron a Tom a una habitación grande y hermosa. Sobre una cama descansaba un hombre muy alto y gordo. Tenía vendajes alrededor de sus piernas y parecía cansado y enfermo. Era Enrique VIII, Rey de Inglaterra. Habló dulcemente a Tom.

"Ahora, mi hijo gasta bromas absurdas respecto al Príncipe y juega con el Rey"

"¿Eres el Rey?" susurró Tom, "Oh querido, ¿qué ocurrirá ahora conmigo?"

El Rey parecía triste por causa de Tom. "La historia es cierta" se dijo "El chico está loco" dijo con voz alta y amable, "Ven con tu padre, hijo. No estás bien". Tom, el mendigo, fue sobre las temblorosas piernas del Rey de Inglaterra. El Rey cogió la cara asustada entre sus manos y miró amorosamente dentro de los ojos de Tom. Al poco rato dijo, "¿Me conoces, hijo?,no me rompas el corazón, di que me conoces".

"¡Tú eres mi señor, el Rey!" susurró Tom.

"Es cierto, no estés asustado ahora, nadie te herirá. Todos en el palacio te aman. Ahí; ahora estás mejor, has tenido una pesadilla. ¿Sabes quién eres? ¿Verdad?"

"Por favor, créeme, mi señor. Soy el pobre Tom Canty, y digo la verdad. Soy un mendigo y ha habido un terrible error. Pero no he hecho nada malo y soy muy joven para morir. ¡Ayúdame, mi señor! No me envíes a prisión, por favor."

"Dulce príncipe, ¡nadie ha hablado sobre la muerte, ni la prisión! Nadie quiere herirte"

"Entonces ¿puedo irme ahora a casa?"

"¿Casa?"

"Sí, casa, en la calle del Pescado, con mi familia"

4.- EL PRINCIPE ESTA LOCO

"Pronto debo morir"

El Rey Enrique parecía pensativo e inquieto. Entonces volvieron los sirvientes. "Escucha todo sobre ti. El príncipe está enfermo porque ha estudiado demasiado duro. Pronto estará bien otra vez. Enfermo o sano, él es mi querido hijo y yo soy viejo y estoy enfermo. Me siento débil; y mi viejo corazón está cansado. Pronto debo morir, y mi hijo será Rey de Inglaterra".

Su cara estaba gris y cansada. Entonces el Rey Enrique se incorporó. "¡Señor Hertford!" gritó. Un alto caballero vino rápidamente. Era el tío del príncipe Edward; pero naturalmente el pobretón no sabía quién era.

"Señor Hertford" dijo el Rey. "Debo morir muy pronto, y mi querido hijo Edward debe de ser coronado Rey de Inglaterra. Debes tener todo listo para la coronación en mi gran iglesia al Oeste de la Catedral del Monasterio. Debe de ser una coronación feliz. Debe de haber música y banquetes, y los soldados marcharán y bailarán en las calles de Londres. Di que empiecen a trabajar de una vez"

"Mi señor, ¿se te ha olvidado?" preguntó el señor Hertford. "Planear la coronación es trabajo del señor Norfalk; y tú lo enviaste a prisión…."

La cara del Rey estaba negra y enojada "entonces córtale la cabeza de una vez, ¡y consigue que alguien organice la coronación!"

"Muy bien, mi señor" dijo el señor Hertford tristemente, "daré las órdenes"

Cuando Tom estaba lejos, pensó tristemente sobre el señor Norfalk. "No se quién es" pensó, "No se qué ha hecho mal, pero lo siento por él. Es un prisionero, ¡justamente como yo!"

"¡Inglaterra te necesita!"

Más tarde el señor Hertford habló con su amigo el señor St John. El señor Hertford siendo tío del príncipe, quería mucho al chico y estaba muy inquieto e infeliz.

"Mi pobre sobrino está loco" dijo. "Me conocía desde que era un bebé, pero hoy ¡no parecía reconocerme. No parece reconocer a nadie! Parece un extraño en tierra extraña. No conoce los alrededores del Palacio. Dice muchas tonterías sobre mendigos, y dice que quiere ir a su casa en la calle del Pescado. ¿Qué podemos hacer? Su pobre padre no va a vivir mucho más, y entonces ¡el Rey de Inglaterra será un loco!".

El señor St John pensaba de manera diferente sobre el chico.

"No estoy seguro de que esté loco. Consiento que ese chico no reconozca al Rey, no nos reconoce. Habla sobre mendigos, la calle del Pescado y preguntó para ir con su familia a su casa. Pero eso no significa que esté loco, puede que esté diciendo la verdad. ¡Quizás no sea el príncipe de verdad! Quizás realmente sea un chico pobre, ¡y tiene un gran problema!"

"¡No digas esas cosas!" dijo el señor Hertford. "¿Y si el Rey te oye, qué está haciendo un pobre chico vestido con las ropas del príncipe? No, no; ése es el príncipe Edward y está fuera de sí. Escucha, amigo mío, el Rey ha dado órdenes sobre él. Dijo que el príncipe no debía de trabajar o estudiar demasiado duro y si sigue comportándose de manera extraña nadie debe de mirarle fijamente, no le digas nada sobre el chico pobre; estoy seguro de que el Rey es bueno. El príncipe ha estado estudiando demasiado duro. Demasiado griego, latín y francés, no es bueno para un chico joven. Necesita unas vacaciones. Permítenos confiar en que con buena comida y abundante descanso pronto estará bien otra vez. ¡Inglaterra le necesita!"

La primera comida de Tom en Palacio

Algo de tiempo después Tom tomó su primera cena en el Palacio. Un sirviente estaba de pie detrás de cada silla. La comida era maravillosa. Tom comió con sus dedos, pero nadie le miró fijamente. El Rey dio órdenes sobre eso. Un sirviente puso una preciosa fruta dorada en el plato de oro de Tom. Parecía una pelota de oro y tenía un extraño sabor.

"¿Qué es esto?" preguntó Tom sorprendido.

"Una naranja, mi señor" contestó el sirviente. Pretendió no avisarle cuando Tom intentó comerse la piel de la naranja. Después de cenar los sirvientes murmuraban entre ellos. Todos estaban seguros de que Tom estaba loco.

Después la comida, los sirvientes trajeron un gran cuenco de plata lleno de cacahuetes. Tom había comido cacahuetes antes, en su antigua vida en Fish Street. Llenó sus bolsillos con cacahuetes. Todos, muy disimuladamente, fingieron no notar. Luego un sirviente trajo un cuenco de agua templada con una fresca y olorosa flor en él, para lavar sus manos. Otro sirviente aguantaba una blanca y limpia toalla. Tom cogió el cuenco y bebió el agua. 'Que mal sabe', dijo. Todavía nadie noto nada.

Más tarde la cena terminó y Tom pudo volver a la habitación del príncipe. Estaba muy contento de estar solo. Allí se divertía rompiendo los cacahuetes con alguna cosa pesada. (¿Con qué los rompía? Tendrás que esperar hasta el final de la historia.) Cuando hubo comido todos los cacahuetes, se sintió más feliz, y se echó para descansar en la preciosa cama del príncipe.

El sello perdido

El rey Henry VIII despertó de un inquietante sueño. Se sentía enfermo, y cansado y muy viejo. 'Se que no debo vivir mucho tiempo más', se dijo. ' Soy viejo, y he tenido una larga vida, estoy preparado para morir. Pero Lord Nofolk me cabrea. Debe morir antes que yo. Daré las ordenes ahora'. Llamó a sus sirvientes. 'Traerme el Gran Sello'.

Ahora en aquellos días los reyes no sólo firmaban sus nombres con pluma y tinta. Ellos usaban el sello también. El sello del rey Henry estaba hecho de oro, y los usaba en todos sus documentos importantes. Lo llamaban el Gran Sello, y era tan grande como la mano de un hombre y muy pesado. Solo el rey o sus hijos mayores podían usar el Gran Sello, y todas las cosas que el rey o sus hijos firmaban, tenía que ser marcadas con el Gran Sello.

Lord Hertford llegó. 'Mi señor', dijo, 'Ayer diste el Gran sello al Príncipe Edward'.

'Cierto' Ves a sus habitaciones y buscalo'.

Lord Hertford volvió, sacudiendo su cabeza. 'El príncipe dice que no sabe nada sobre el Gran Sello, mi señor'.

'Pobre, loco niño', dijo el Rey tristemente. 'No te preocupes de él ahora. Pero tan pronto como el Gran Sello sea encontrado, Norfolk debe morir'.

5.-EL POBRE Y EL PRÍNCIPE SE ENCUENTRAN OTRA VEZ

¡Deja ir al chico!

Mientras tanto, mientras Tom Canty estaba rompiendo cacahuetes, John Canty estaba pegando al Príncipe Edward. El príncipe estaba gritando tan alto como podía. Esperaba que alguien le oiría, y ayudaría a ecapar de este terrible hombre. Luchó otra John Canty, hasta que Canty levantó su gran palo sobre su cabeza.

'¡Deja ir al chico! gritó una voz de repente. Un hombre viejo dio un paso adelante y golpeó al mano de Canty. 'No debes lastimarlo. ¡No lo permitiré!'

John Canty no contestó. Sólo levantó su palo otra vez y golpeo al hombre mayor en la cabeza. El hombre mayor cayó al suelo y quedó acostado sin movimiento. Jonh Canty incluso no le miró. Sólo caminó más rápido, arrastrando al príncipe detrás suyo.

'El pobre Tom está loco'

Después ellos fueron a una estrecha, sucia calle. Era Fish Street. Canty hizo subir al príncipe algunas escaleras rotas y lo metió con fuerza en una pequeña, oscura habitación. Paja sucia cubría el suelo. La mujer e hijas de Canty se sentaron en la paja como animales. En una esquina estaba de pie la madre de Canty. Tenía largo, sucio y gris el pelo y una dura y cruel cara.

'Aquí está el chico', dijo Canty. '¡Ahora escuchad esto!' Sacudió al príncipe con fuerza. 'Vamos a divertinos. ¿Cuál es tu nombre, chico? Habla ahora, antes de que te rompa en pequeñas piezas'.

Principe Edward se levantó muy firme. 'Ante he dicho, y te diré otra vez. Su el príncipe Edward', dijo orgullosamente. 'Soy el hijo del Rey Henry VIII de Inglaterra. Un día seré rey: cuando lo sea, ¡te castigaré!'

La vieja mujer se quedó sorprendida; luego soltó una carcajada. Pero la señora Canty empezó a llorar.

'¡Pobre Tom! ¡Está loco!' Fue hacia el príncipe y lo tuvo en sus brazos suavemente. ¡'Mi pobre hijo'! cuchicheó.

El príncipe le habló suavemente. 'Tu hijo esta seguro y bien' dijo. 'Está en el palacio. Simplemente llevame allí y tu le verás. Y mi padre el rey te recompensará. Puede hacerte rica'.

La señora Canty sacudió su cabeza. '¡El rey es tu padre! Pobre Tom, ¿Qué estás diciendo? ¿No me conoces, mi querido?'

'Señora, nunca la he visto antes'. La señora Canty cubrió su cara con sus manos y lloró como un niño. Sus hijas se acercaron a ella y pusieron sus brazos a su alrededor.

'No llores, madre', dijeron suavemente. 'Tom estará bien otra vez pronto'

'¡Basta de tonterias!' gritó Canty. 'Quizás unos golpes ayudarán al chico a recordar…' Cogió su palo y comenzó a golpear al príncipe.

¡Escapa!

Después lo brazos de John Canty estaban cansados. Dejó su palo y se fue a dormir. El príncipe se arrastró hasta un esquina y se echó en la paja sucia. La señora Canty le cubrió con algunos trapos viejos. 'Tom decía la verdad', pensó. 'Su madre y hermanas eran amables. Pero el padre y la abuela eran malvados'. Se durmió.

Pero la señora Canty no podiá dormir. Este chico se parecía a su hijo, pero no estaba segura de que el…

Más tarde esa noche hubo un fuerte golpe en la puerta.

'Canty: ¡Dejaste fuera de combate a un hombre la pasada noche!'

'¿Qúe si lo hize?'

'Era el Padre Andrew; y ahora esta muerto. La policia esta buscando a su asesino. ¡Escapa, antes de que te cojan!

Canty saltó enseguida. En un momento la familia entera huían como los animales de caza. Canty agarró el brazo del príncipe muy fuerte. 'Si nos separásemos', dijo a los demás, 'nos veremos en el puente de Londres. Y tu, Tom: vienes conmigo. ¡Si dices un palabra te abro la cabeza!'

Luego ellos se encontraron entre una muchedumbre de gente riendo y cantando. Una hilera de hogueras quemaban todo a lo largo del río y la gente bailaba alrededor de ellas. Sus caras brillaban rojas y doradas en la luz de la llama. Fuegos artificiales estallaban en el cielo como flores y estrellas blanquidoradas. Enojado, Canty intentó empujar en su camino a través de la muchedumbre, pero un alto y fuerte hombre le paró. Había bebido y su cara estaba acalorada y roja.

'La barca del principe estará aquí dentro de un momento', dijo. 'Va de camino a un banquete en el Guildhall. ¡Toma, amigo, bebe! Toma algo de vino' Canty intentó rechazarlo, pero el gran hombre puso una pesada copa en su mano. 'Cuando digo bebe, todo el mundo bebe. ¡Muestra un respeto por tu joven príncipe! ¡Si no, te tiraré al rio y alimentare contigo a los peces!

El príncipe Edward vio su oportunidad. Se soltó de Canty, corriendo como un conejo asustado y se ocultó entre la muchedumbre.

'¡La barca del príncipe!' pensó. Así que Tom Canty está ocupando mi lugar. ¡Es un importor, pretendiendo hacerse pasar por mí! Debo de alcanzarlo en el Guildhall. Cuando coja a ese pobre jovencito, lo mataré con mis propias manos!'.

Un impostor en el Guildhall

Una larga linea de preciosas barcas hacían su camino a lo largo del reluciente río. Se tocaba una dulce melodía y los fuegos artificiales brillaban como joyas en el cielo. La multitud alegre saludaba con la mano al chico con su blanca chaqueta de seda. Tom Canty estaba sentado en una barca maravillosamente adornada. Él levantó su mano para saludar a la multitud. Las joyas en sus anillos brillaban como estrellas. La hija del Rey, la princesa Elizabeth, se sentó al lado de él. Era una señorita alta con un largo y rojo pelo. La señora Jane Grey estaba allí también. Ambas mujeres miraban bastante aburridas. Habían estado en otros banquetes antes, y éste no era diferente los otros, Pero para Tom era como un sueño maravilloso y ricamente coloreado.

'Esto no es real. Estoy durmiendo en mi paja en Fish Street y esto soñando', pensó Tom Canty. 'Despertaré dentro de un momento. ¡Pero todavía que todavía no!

Al final llegaron al Guildhall, la gran sala en el centro de la ciudad de Londres, donde se celebraban muchos banquetes. Los sirvientes ayudaron a Tom a salir de la barca. Él caminó con mucho cuidado a lo largo de la roja y preciosa alfombra, la cual conducía a las escaleras del Guildhall. Cuatro sirvientes, mantuvieron abiertas las altas puertas mientras cruzaba la gran sala.

Un centenar de lamparas alumbraban el Guildhall. Brillaban sobre los plateados y dorados platos y las bonitas flores de las mesas. Tom andó tres pasos y se sentó en la cabeza de una mesa muy larga y reluciente mesa en la parte superior de la habitación. La princesa Elizabeth y la señora Jane Grey le siguieron. De pronto un chico corrió hacia él. Iba vestido con trapos, y había sangre en su sucia cara. Señalando a Tom gritó '¡Agarrad a ese chico! ¡No es el verdadero príncipe!

Todos le escucharon, per nadie se movió. Luego uno rió y señaló al príncipe. De repente todos los demás empezaron a reir. Unas manos llegarón a agarrarlo. '¡Tirad al mendigo fuera!' gritó el capitan de los guardias.

'¡Parad!' gritó una clara voz. Un hombre joven y alto andó hacia delante y puso su mano en el hombro del príncipe. 'No se quien eres tu, pero eres un chico valiente. Seré tu amigo. Mi nombre es Miles Hendon'.

Miles Hendon era alto y fuerte. Sus ropas eran caras, pero viejas. Llevaba una larga espada en su lado. Ahora sacó su espada y la onduló en el aire. '¡No toquéis a este chico!' gritó a la multitud Uno de los soldados se movío hacia él. Hendon andó hacia delante y balanceó su espada. El soldado andó hacia atrás rápidamente. Luego cogío al príncipe en sus brazos y salío fuera de la sala. Los sirvientes y los soldados le miraron fijamente; pero todos estaban demasiado sorprendidos para moverse.

'¡Larga vida al rey!'

Tom miró su salida Pero antes de que pudieraa hacer o decir nada, un mensajero entró dentro del Guildhall. '¡El rey ha muerto!' gritó con una voz como un trueno.

La multitud cayó de rodillas. Toda mano apuntaba hacia Tom. Un grito como un trueno lleno la sala: '¡Larga vida al rey!'

Tom recordó a Lord Norfolk, que estaba en prisión. Nunca le había conocido, pero sentía pena por él. Se dio la vuelta hacía Lord Hertford. '¿Si ordeno algo ahora', dijo 'me obedecerán?'

'¡Por supuesto mi lord!' dijo Lord Hertford. 'Todos deben de obedecer tus ordenes. Eres el rey. Toda Inglaterra debe de obedecerte.'

Tom habló alto y claro. 'Levantense todos y escuchenme. Soy vuestro rey, y esta es mi primera orden. ¡Lord Norfolk no debe morir! Id a la prisión y decid a los soldados que le dejen ir. Decirles que el rey lo ha ordenado'

La multitud alegre. '¡Larga vida al buen rey Edward!'.

6.- HENDON Y EL PRÍNCIPE

El London Bridge

Mientras tanto Miles Hendon estaba llevando al príncipe por la estrechas calles hacia el río. Mientras corrían, escucharon a la gente hablar. Las noticias de la muerte del rey habían viajado rapidamente por la ciudad.

'¡El rey ha muerto!' Los ojos de Edward se llenaron de lágrimas mientras pensaba en su padre. El rey Henry VIII era duro y cruel delante de la mucha gente; pero delante de su hijo era siempre amable y dulce, y el príncipe le quería tiernamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas y se sintió muy triste y solo. '¡Por lo tanto soy el rey ahora!' pensó. '¡Y un impostor está en mi lugar!'

Ellos llegaron al London Bridge, el cual era más una ciudad que un puente. Habían talleres, tiendas, posadas donde los viajeros podían tomar una copa o pasar la noche.

Cuando Hendon y el príncipe vinieron hacia la posada sobre el puente donde el hombre joven estaba de pie, una dura voz gritó, "así que estáis aquí! No escaparéis otra vez!" y John Canty sacó su mano para agarrar a Edward.

"No tan rápido!" dijo Miles Hendon. "Qué quieres del niño?"

"El es mi hijo - y voy a golpearle hasta que mis brazos se cansen!"

"Eso es mentira!"dijo Edward caliente.

"Yo te creo, chico" dijo Hendon.

"Ya lo veremos" dijo Canty.

"Si tocas al chico te cortaré en pedazos" dijo Hendon dulcemente. El mostró a Canty su espada. "Yo salvé a este chico de una multitud enfada en el Guildhall, y no voy a permitir que le golpees. Incluso si él es tu hijo - que no lo creo - no voy a dejarle contigo. Ahora voy - antes realmente he conseguido enfadarme!". Luego Canty deapareció en la oscuridad, y Hendon llevó a Edward a la posada y subió a su habitación.

En la posada

La habitación de Hendon en la posada era pequeña y barata en la parte alta de la casa. El mobiliario era pobre y barato sólo una cama, una silla rota, un armario pequeño y un lavabo en la esquina. Pero la cama estaba limpia y era cómoda, y Edward se acostó al instante. "Por favor llámame cuando la cena esté lista "dijo.

Hendon sonrió. "Pobre niño loco," se dijo. "El parece un pobre, pero se comporta como un príncipe! Bien, seré su amigo. Lo acogeré conmigo en el Hendon Hall. Si mi padre está todavía vivo, él será amable con él. El necesita descanso y buena comida, luego pronto estará bien otra vez."

Un sirviente trajo sus cenas. Miles despertó a Edward gentilmente. En niño fue al instante al lavabo en la esquina y se quedó en pie allí.

"Qué pasa?" preguntó Hendon.

"Me quiero lavar antes de la cena."

"Continua entonces. Eres bienvenido".

"Echa el agua, por favor, y deprisa!" dijo el niño impacientemente. Hendon sonrió la manera ce verter el agua. El niño lavó sus manos y su cara. "Dame la toalla - date prisa!" dijo a Hendon. Sonriendo un poco, Hendon pone la comida en el plato del niño. Luego él llenó su propio plato y se sentó. El niño lo miró fijamente sorprendido.

"No, no, no puedes sentarte - Yo soy el rey! Debes de levantarte. No se le permite a nadie sentarse ante la presencia del rey. No sabes nada?" Sonriendo pacientemente, se puso de pie detrás de la silla del niño.

"Tú eres un hombre valiente", dijo el niño, "aunque no sabes cómo comportarte cuando estás ante el rey. De dónde vienes?

la historia de Miles Hendon

"Desde el Hendon Hall", comenzó Hendon.

"Desde el Hendon Hall, mi lord", el niño le dijo gentilmente.

"Bien, debo de ser paciente con él", pensó Hendon.

En voz alta él dijo "perdone, mi lord... mi padre es el señor Richard Hendon. Él es rico y poderoso, y amable de corazón. Mi madre murió cuando mis dos hermanos y yo éramos jóvenes... mi hermano Arthur es el mayor. El también tenía un corazón bueno y amable como nuestro padre. Hugh, mi hermano más joven, es cruel y codicioso... Bien, mi prima vivía con nosotros. Ella era la hija de un señor y una señora ricos que murieron cuando ella era un bebé. Edith y yo nos amábamos, pero mi padre quería casarla con Arthur.

Pero mi hermano Arthur estaba enamorado de otra chica, y él quería que Edith y yo nos casásemos. Entretanto, Hugh estaba enamorado también. El no estaba enamorado de ella en sí misma. El estaba enamorado de su dinero y de sus tierras. Una y otra vez él pedía a mi padre que le permitiera casarse con ella. Mi padre quería Hugh al que más. El encontró difícil rechazarle esto. Pero yo estaba salvaje y tonto esos días y mi padre a menudo se enfadaba conmigo.

Bien, Hugh dijo mentiras a mi pader sobre mí. Mi padre le creyó; y él me envió lejos para unirme al ejército. Yo combatí bravamente en Francia. Pero fui tomado como prisionero. Yo estuve siete años en de prisionero. Al final me escapé, y acabo de llegar a Inglaterra - y esta es la historia. QUE PA, QUE PA , QUE PAAAAAASSSSA!!!

El señor Miles Hendon

Qué historia más triste", dijo el niño. "Ahora te diré la mía".

El le contó su historia a Hendon. El le contó lo de el joven mendigo, y el soldado, y lo de los niños crueles de la iglesia de Cristo. El le dijo todo sobre sus aventuras en Fish Street, y el malvado John Canty. El terminó, "tú has perdido tu casa y tu mujer, pero yo he perdido mi nombre. Un impostor ha cohido mi nombre, y ellos se jactaran del rey a menos que yo pueda pararlos".

"Pobre niño loco", se dijo Hendon.

"Tú has salvado mi vida", dijo Eduard,"y yo te daré una recompensa. Que querrías?Yo soy el rey y mi mandato es la ley. Pide Miles Hendon.

Hendon no quería herir los sentimientos de su amigo. " Mi lord, me hustaría sentarme y comer contigo", dijo.

" Muy bien, podrías sentarte. Desde hoy, tú y tus hijos, y tus nietos, os sentaréis ante la presencia del rey. Y yo haré lo mejor por vosotros. Arrodíllese, Miles Hendon.

Hendon se arrodilló. " Qué tontería es esta? se dijo.

Edward levantó la espada de Hendon y le tocó a su nuevo amigo suavemente el hombro." Levántate, señor Miles Hendon"

Querido chico, pensó Hendon, El se comporta como un príncipe , ya se parece a un pobre.

"Ahora desnúdeme, señor Miles," dijo el niño, " quiero ir a dormir. Y tú tienes que dormir en el suelo delante de la puerta y protegerme del peligro".

Oh bien, pensó Hendon , después de siete años en la prision puedo pasar una noche en en el suelo. Y estoy contento por no tenerme que levantar en su presencia.

Temprano en la siguiente mañana, Hendon dejó al niño dormido y fue a comprar ropa para su amigo. Media hora después él había comprado todo lo que quería. Era ropa vieja, pero buena. Hendon estaba alegre con ella. "No tengo dinero suficiente para ropa nueva", él se dijo," pero esta es mejor que esos trapos. Tengo dinero suficiente para comprarme un caballo, y un mono para el niño. Luego podemos dar una vuelta en el Hendon Hall.

Cuando Hendon volvió a la posada con la ropa, El estaba montando un caballo viejo y cansado y guiando un burro pequeño y gris. El los dejó en el establo con los otros animales, y corrió hacia su habitación. Pero el niño había desaparecido. Hendon gritó al sirviente.

"Qué has hecho con el niño?

"Señor, un hombre joven vino y dijo que tú le habías enviado. El dijo que tú querías al niño. Así que desperté al niño, y él y el hombre joven se fueron a buscarte.

Hendon al principio pensó en John Canty.

" Estaba el hombre solo?El preguntó al sirviente. El lo levantó y lo sacudió como a uno rata." Rápido, es importante".

"El hombre mino solo - pero cuando él y tú amigo abandonaron la posada juntos, vi un hombre grande y fuerte de pie en la esquina de la calle. El los estaba mirando..."

" Entonces tenía razón" se dijo H.

" Ese hombre envió a un mensajero a la posada, porque él sabía que el niño nunca iría con él. Debo de salvar a mi amigo. El siguió al mensajero porque él pensaba que estaba preguntando por él. Y ahora debo de salvarle.

7.-EL TRABAJO DE UN REY

El negocio del gobernador

La misma mañana, en el palacio, Tom Canty estaba soñando. El estaba jugando en el naco del río cerca de Fish Street. Un pequeño hombre extraño con el pelo blanco y largo y una barba blanca y larga le habló. "Cava allí!" , dijo el pequeño hombre, " y encontrarás algo maravilloso." Tom se arrodilló en el barro y cavó como un conejo. Oh , maravilloso! El encontró doce brillantes y nuevos peniques. "Daré uno de estos a mi padre. El pensará que le he estado pidiendo, y él no me golpeará. Daré un penique a mi madre, y uno a mis hermanas. Le daré otro al Padre Andrew para agradecerle por enseñarme". Sonrió en su sueño decidiendo cómo gastar los últimos siete peniques. Era un sueño maravilloso y no quería despertarse. Pero al final se despertó. "¡Qué sueño más extraño he tenido!" dijo. Un sirviente oyó su voz, y fue hacia la cama. Tom abrió sus ojos y vio los maravillosos muebles y cuadros del palacio.

"Así pues esto no fue un sueño después de todo" dijo Tom tristemente. Se levantó. Un sirviente vertió agua en un cuenco de oro. Otro sirviente llevó una toalla de seda. Un tercer sirviente le ayudó a vestirse y cepilló su pelo. Un cuarto sirviente se arrodilló y le puso los zapatos.(.... y se la mamó)

Después del desayuno, Tom descubrió que incluso los reyes tienen trabajo que hacer. Tuvo una larga y aburrida reunión con sus ministros, los hombres que le ayudaron a dirigir el país. Fuera del palacio el sol estaba brillando, y Tom quería ir fuera y jugar. Pero él era el rey y los reyes tenían que dirigir su país. Luego llegó el momento en que necesitaba firmar unos papeles importantes.

"El Gran Sello está perdido, mi lord", dijo lord Herthford. "El rey Henry te lo dio antes de morir. ¿Dónde está, por favor?".

Incluso Tom no sabía que era el Gran Sello. Sólo podía sacudir su cabeza. Los ministros estaban muy tristes.

El cabeza de turco

Después, tuvo lecciones con su profesor. Encontró el trabajo muy duro. El profesor sacudió su cabeza. "¿Qué ocurre con usted, mi lord? Has olvidado todo tu griego y la mayoría de tu latín. Tú no estás intentando aprender. ¿Cómo dirigirás este país si no sabes hacer ni siquiera tus deberes?"

Poco después un sirviente entró. "Humphrey está aquí, señor," dijo al profesor. "El pregunta si le necesitas hoy".

"Tráelo"dijo el profesor . El se giró hacia Tom."Quizás Humphrey te ayude a recordar tus lecciones."

Tom le miró sorprendido. Quién era Hump.? Era el otro profesor? Unos minutos después un niño entró en la clase. El tenía unos doce años. El estaba vestido de negro de pies a cabeza, y tenía un pequeño látigo de cuero en su mano. Con un pequeño y rígido arco él dio el látigo al profesor; luego él se arrodilló a los pies de Tom. "Mi lord, estoy preparado".

"Por favor levántate. Qué quieres?", dijo Tom.

"Mi lord, me has olvidado? Soy Humphrey Marlowe. Soy tu cabeza de turco. Estoy preparado para mi paliza."

"Mi cabeza de turco? dijo Tomy Lee Jones.

"De verdad mi lord, no está bien. ¿Me has olvidado? Tu trabajo de cabeza de turco consiste en ser azotado cuando has hecho algo malo. Tus profesores no pueden castigarte porque eres un príncipe. Y por supuesto, desde ayer, tú eres el rey. Nadie puede castigar al rey de Inglaterra. Así que ellos me azotan mientras tú miras, ¿no lo recuerdas, mi lord? Odias verlos azotándome. Yo doy patadas y grito, y les pido que paren de golpearme. Tú lloras y prometes a tus profesores que trabajarás duro".

"¡Eso es terrible! gritó Tom. No les permitiré que te azoten por mis errores. Daré órdenes inmediatamente. Desde hoy nadie podrá tocarte. Humphrey, estás a salvo".

Sorprendido Humphrey comenzó a llorar. "Oh, mi lord, ¿no me quieres más? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿No grito lo suficientemente alto? ¿Qué haré?"

Entonces Tom lo entendió. Sabía que no podía quitarle su oficio a Humphrey. Sonrió al cabeza de turco. "No llores, Humphrey. Tu empleo está a salvo. Y cuando ambos hallamos crecido, tus hijos podrán los cabezas de turco de mis hijos.

Tom cambia la ley

Después de sus lecciones, Tom tuvo una larga conversación con Humphrey. "Creo que he perdido la memoria", dijo al cabeza de turco. "Quizás si hablamos juntos eso me podrá ayudar a recordar". Humphrey estaba contento por ayudarle, y le dijo a Tom muchas cosas útiles.

Mientras los dos chicos estaban hablando, hubo un gran ruido fuera de palacio. Tom miró fuera y vio una multitud de gente. Ellos estaban siguiendo a algunos soldados que llevaban un prisionero para matarlo. Tom se sentía culpable. "Traed a ese hombre aquí" ordenó. Pronto el prisionero estuvo ante él. "¿Qué hizo este hombre?" Tom preguntó al oficial.

"Mi lord, él envenenó a su vecino. Puso algo en su comida y el pobre hombre murió de un terrible dolor."

"¿Qué ocurrirá con el prisionero?"

"Él hervirá hasta morir, mi lord. Esa es la forma de castigar a los envenenadores. Esa es la ley."

"¡Nunca más!" gritó Tom. "¡No permitiré una cosa tan cruel! Debemos cambiar la ley. Daré órdenes sobre esto inmediatamente."

El prisionero se arrodilló y besó los pies de Tom.

"Gracias, gracias, mi lord. Ahora ellos me colgarán... es una muerte agradable, una muerte rápida. Gracias mi lord."

Tom le miró amablemente. "¿Envenenaste a tu vecino?" preguntó gentilmente.

"No, mi lord. De verdad que no. Él se puso enfermo y murió. Pero nadie me creerá."

"Yo te creo," dijo Tom."Guardias, dejadle marchar. Y desde hoy, nadie será hervido otra vez."

Miles busca a su amigo

Mientras tanto, Miles estaba buscando a su joven amigo. Buscó por todos los sitios, pero él no pudo encontrarlo. Cómo puedo encontrar un chico pequeño en esta gran ciudad, se dijo a sí mismo. Incluso no sé su verdadero nombre. Entonces tuvo una idea.

El chico intentaría escapar de Canty. Y si él escapaba, intentaría llegar a Hendon Hall, porque él sabía que yo quería ir allí también. Él no sabía el camino, pero podía preguntar. Y Hendon Hall no está muy lejos de Londres. Iré a Hendon Hall. Quizás encuentre al chico por el camino.

Así que subió encima de su viejo caballo, y lo guió, y cabalgó hacia su vieja casa.

El rey de Beggars

¿Qué pasa con Edward? Bien, él siguió el joven mensagero, porque pensó que hendon lo quería. Él lo siguió varias millas. Ellos abandonaron Londres por detrás y volvieron para abrir el país( o el campo). Al final vinieron a una vieja granja y Edward se dio cuenta de su error.

Allí, fuera de la granja, estaba Jhon Canty. Él llevaba los trapos de beggars, y tenía una benda alrededor de los ojos.

Pero había agujeros en la benda, y él vio al chico y sonrió una cruel sonrisa.

El mensajero estaba encontrado, dijo edward así mismo. Él no vino de sir Miles del todo. Ahora qué voy a hacer?

Jhon Canty dio un paso adelante y agarró a edward por el brazo. Ahora para esta tonteria, Tom, y ven conmigo. La policía esta persiguiendome porque yo maté aquel viejo estúpido cura. Pero tengo nuevos amigos y tú, mi chico, vas a reunirlos.

Él metió a edward dentro del edificio. Allí, por un gran incendio, sentaban una multitud de mendigos y ladrones.

¿quién eres?gritó uno.

Edwar se levantó: soy edward, rey de inglaterra. Había gritos de risas.

Larga vida edward, rey de los mendigos. ¿dónde está tu mulitud , mi señor?.

Mis amigos, dijo Canty, este es mi hijo, Tom. El pobre chico está loco. Piensa que es el rey de inglaterra, pero pronto rechazaré esa tontería fuera de él.

Edward lo miró vravamente: soy el rey, y tú morirás, Canty, por matar el pobre padre Andrew.

Yo te mataré primero, gritó Canty, agarrando su estaca. Pero un grande, cara roja hombre le paró.

No tan deprisa. Se paciente con el chico. No puedes ver que está enfermo? allí, y allí, somos todos amigos aquí. No los abandonaré.

8.- EL REY EN LA CARRERA

Edwar escapa

edward aprendió muchas cosad con los mendigos. Aprendió que no todos eran ladrones. Muchos eran honestos que habían tenido dificultades. Varios de ellos le contaron sus historioas. Empezó a darse cuenta de que inglaterra no era un buen lugar para todos.

Tuve una granja pequeña, dijo un mendigo. Pero un rico se llevó mi tierra. No pude pararlo, él era muy poderoso para mi. Yo no tenía dinero, así que mendigué en las calles. La primera vez me azotó la poli. La segunda vez, me marcaron con hierro candente. Me quemaron con hierro al rojo vivo. Mira(y le enseñó a edward la marca roja en su hombro). La tercera vez, me cortaron la orejas. Él se levantó su largo pelo, y edward vio el lugar donde las orejas tenían que estar. Ahora mendigo otra vez, qué puedo hacer. No tengo nada para comer y ellos me hacen un esclavo, y me me venden en el mercado. Mira, me marcaron otra vez. Aquí en mi mejilla, debajo de esta suciedad, está la marca. No digas a nadie que es un país libre, dijo el hombre.

Edwar sentía como si llorase. Cuando vuelva al palacio, cambiaré esas crueles leyes.

La multitud viajaba de un lado a otro, mendigando y robando, mientras edwar esperaba una oportunidad para escapar.

Esa oportunidad vino por la noche, y él corrió. Vino a una granja, y se tumbó sobre paja, en un establo entre animales.

Estaba muy cansado, y se durmió en seguida. Pero en medio de la noche, sintió algo que le tocaba la cara. Se despertó. ¿qué era eso?, dijo para sí. Lo sintió otra vez, ligero, un tacto ligero como la mano de una mujer en su mejilla. Estaba muy asustado. Buscó en la oscuridad, y sintió algo ligero y cálido. Era largo y delgado, como una ropa. Entonces se dio cuenta de qué era. Una vaca estabade pie junto a él , y estaba sosteniendo su cola. Edwar se movió hacia su cálido cuerpo. En un momento se durmió otra vez.

Dos niñas pequeñas

Se despertó por la mañana y vio a dos niñas mirándole fijamente.

¿quién eres?

Soy el rey de inglaterra.

Las chicas pequeñas se miraron. Has oido eso ?dice que es el rey. Puede ser verdad. Debe serlo, Prissi, porque es malo decir mentiras a menos que, por supuesto, esté bromeando. Prissy pensó por un momento. Estás bromeando?ella dijo. No. soy realmente el rey, dijo edward. Las niñas pequeñas corrieron a decirselo a su madre.

Cuando gobierne inglaterra, pensó edward, siempre querré y repetaré los niños pequeños. Margery y prissi me creyeron, cuando los viejos y sabios pensaron que estaba loco o peor.

La madre de los niños pensó que edwar estaba loco también, pero ellas era amable con él. Le dio el desayuno y después le dio trabajo para hacer en la cocina.

Él habla muy bien, ella decía para sí. Quizás sea un sirviente en una buena casa.

Una cosa estaba clara después de varios minutos; edward no había trabajado nunca en una cocina. No era bueno lavando platos. No sabía cómo pelar vegetales. Trabajó muy duro, pero no sabía nada sobre el trabajo de la casa.

Al final lo niños de la madre le pidieron coger fruta para cenar. Edward fue fuera con su cesta y vio a Canty viniendo hacia él. Él tiró la cesta y corrió.

La choza en el bosque

Edward corrió como un animal perseguido. No sabía hacia dónde iba, y no se preocupaba. Sólo quería escapar del terrible hombre. Después de algún tiempo, fue a un árbol. Los árboles crecían muy juntos.

Buen escondrijo, pensó y desapareció entre los árboles.

Pero pronto se perdió. Ningún rayo brillaba a través de las cortinas de hojas, y las ramas de los árboles parecían brazos para agarrarle. No sabía a dónde iba.

Al final vio una choza pequeña en un espacio claro entre árboles. Miró por la ventana y vio una mesa rugosa de madera, y na vieja silla. Había una cama en la esquina. Estaba cubierta por una manta hecha de pieles de animales. Libros en una estantería. Libros! La gente pobre no suele tener libros. Pero esto era muy pobre, un lugar simple.

Un hombre viejo estaba de rodillas en el suelo. Su pelo y su barba eran largas y blancas. Sus ropas estaban hechas de piel de animales, como la manta. Entonces se dio cuenta de quién era ese hombre.

Un hermitaño! Edward nunca había visto un hermitanño, pero sabía sobre este viejo sabio de Dios. Los hermitaños eran sacerdotes sin iglesia. No enseñaban a la gente; vivían solos y gastaban el tiempo en rezar. Nunca abandonaban sus casas, pero eran amables con sus visitantes. Estaré seguro aquí! Pensó edward. Y llamó a la puerta.

Quién es?

Soy el rey, contestó Edward.

Bienvenido, mi señor, dijo el hermitaño. Has tirado entonces tu corona? Has decidido ser un hermitaño como yo?

Bien, comenzó Edward, él no sabía qué decir.

Dices que eres el rey, pero pareces un mendigo. Bien, te diré un secreto. Parezco un hermitaño, verdad? Pues en realidad no soy en hermitaño del todo. Soy un mensajero de Dios. Él me dio un trabajo qué hacer.

Oh no, se dijo Edward. Escapo de un ladrón, y ahora soy prisionero de un loco.

"¡El rey debe de morir!"

No temas. No te haré daño. Todos los mensajeros de Dios son amables y buenos.

El hermitaño lavó los cortes de Edward. Le dio un trozo de pan y un vaso de agua. Entonces lo tumbó en la cama y lo cubrió con la manta.

Duerme bien, dijo...¿Quién dices que eres?

Edward. Rey de inglaterra, dijo el chico con una voz adormecida. Ahora, el hermitaño le creyó.

Entonces el rey Henry está muerto?

Sí. Soy su hijo. Cerró sus ojos, y en un momento estaba dormido.

El hermitaño miró al chico dormido. "el hijo del rey". El rey Henry fue un rey cruel. Persiguió a los sacerdotes porque quería sus tierras y su oro. Me persiguió desde mi iglesia. Durante 20 años lo he odiado. Ahora Dios me ha enviado el hijo de Henry, y lo mataré.

Toda la noche el hermitaño sentado, lo miraba y hablaba para sí mismo. Al final cogió una cuerda y ató muy despacio al chico a la cama. Entonces. Luego ató un trapo alrededor de su boca. Esto te mantendrá quieto. Cogió un cuchillo y empezó a frotarlo contra una piedra para afilarlo. Después de vario minutos lo pasó contra su dedo. El cuchillo le hizo una delgada línea de sangre. Cortó un trozo de rama con ella. El cuchillo fue sencillamente a través de la dura madera. "está afilado lo suficiente", se dijo el hermitaño. Entonces se movió sobre la cama y mantuvo el cuchillo sobre el chico dormido.

El rey debe morir. Hijo de Henry, reza.

Edward se despertó e intentó levantarse, pero la cuerda lo mantenía. El vio el cuchillo sobre su cabeza e intentó gritar. Pero ningún sonido pudo escapar de la mordaza.

Entonces, ellos oyeron el sonido de las pezuñas de un caballo. "hay alguien ahí".

Rápido el hermitaño dejó caer su cuchillo y cubrió a Edward con la manta. Entra!, gritó dulcemente.

Prisionero otra vez

¿Has visto a alguien?

Un pobre mendigo vino aquí la noche pasada, pero se ha ido, dijo el hermitaño.

Edward se bamboleó debajo de la manta, pero la cuerda lo sostuvo. Intentó hablar pero sólo un pequeño, raro sonido salió de la mordaza.

Hendon lo oyó, ¿ Qué era esto? Dijo él. Proviene de fuera, gritó el ermitaño. "Quizás tu amigo ha vuelto, vamos ha buscarlo."

Él guió a Hendom fuera de la cabaña y dejó a Eduardo solo.

Al fin Eduardo oyó de nuevo la voz de Hendom

"No esta bién, él no está aquí, bien trataré de esperar un rato más aquí. Debo buscar el cuerpo. Me quieres ayudar?, puedes montar el burro si tu quieres "

No, no cabalga tu caballo yo iré a pie, pero de prisa si quieres alcanzar a tu amigo" Eduardo oyó el sonido de las pezuñas del caballo. Primero eran próximas después se fueron alejando hasta que todo se volvió en silencio.

Ahora Edu estaba solo, estaba asustado. " El ermitaño me matará cuando llegue a casa" "debo escapar". El luchó contra la cuerda. La manta calló al suelo, puso la cuerda en su boca y trató de romperla con los dientes pero él oyó unas voces.

¿qué hay en la cama? , Ah! Es Tom, te hemos encontrado al fin. El que hablaba era John Canty. Eduardo estaba prisionero otra vez.

9.-HENDON SALVA A EDWAR

Un luchador valiente

Caty llevó de vuelta a la granja a Edu y los mendigos. Los mendigos querían enseñarle a Edu como se robaba pero él era demasiado honesto para hacer semejante cosa.loa jóvenes ladrones se reían de él y le llamaban el rey de los ladrones. Pero un día se llevaron una sorpresa.

Un joven ladrón llamado Sam le piso los dedos del pie "por accidente" según él. Después dijo. No lo vuelvas ha hacer2 más tarde cogió un palo y le golpeó.

Sam se levantó, cogió un palo. Una lucha, dijeron los demás.

Más tarde se había formado un círculo alrededor de los luchadores. Sam adoptó una sonrisa siniestra. Sam era más alto que Edu y más fuerte también, por ello estaba seguro de que ganaría la batalla. Pero Edu había tenido los mejores de los maestros en Inglaterra . Ellos le ,enseñaron Latín y Griego, pero también le habían enseñado otras cosas. El podía luchar con un palo o con una espada, era listo e inteligente y creía que Sam era estúpido.

Una y otra vez Sam intentó golpear a Edu, pero era Edu quien golpeaba a su adversario en la cabeza cuerpo y piernas con su palo., Al final Sam ya había tenido bastante, tiró el palo y se largó. Los demás chicos cogieron a Edu y lo llevaron en sus hombros. Dejaron de llamarle EL Rey de Los Ladrones y le llamaron El Rey de los Luchadores. Después de esto todos allí le respetaban y eran amables con él.

Desde entonces Sam odiaba a Edu, y el estaba la acecho para causarle algun problema .

Un día llevó a Edu a un pueblo, era día de mercado, y mucha gente del campo había ido allí para vender. Ellos vendían sus huevos y las verduras en el mercado y también compraban cosas. Muchos ladrones habían ido allí, Sam y Edu también. Ellos estaban esperando la ocasión para robar algo.

Sam robó a una señora su monedero de su bolso, fue rápido pero no lo suficiente.

"Alto Ladrón !!" gritó la señora. Seguidamente Sam puso el monedero en la mano de Edu y desapareció entre la multitud. LA mujer vió su monedero en la mano de Edu y llamo a la policia.

"no me toques , eres una mujer estúpida" dijo edu, " Soy el rey"

Toda la gente dijo que lo cogieran, de repente salió un mazas que le sacó la espada, que dijo que lo dejaran que él se encargaría de llevarlo al juez.

Ël era Miles Hendon, edu no se podía creer que fuera se viejo amigo. Edu: No me puedo creer que siempre me salves de los problemas, un día te recompensaré, no cortes a toda esta gente.

Hendon cuchicheó a edu : Mantente quieto y callado tu eres el rey, tu pones las reglas y nosotros debemos obedecerlas.

Antes de que pudiera llevárselo al juicio un policia llegó y la mujer se acercó a él.

Entonces la mujer le contó lo que había pasado que le había robado 30 peniques.

Entonces el policia dijo que tenía que ser ajusticiado, que toda persona que robara más de 12 peniques tenía que serlo. Entonces la señora dijo que pénsandolo bien solo le había robado 11 peniques. LA mujer dijo que era demasiado joven para morir .

El policía sacó 11 peniques del bolsillo de Edu y se los dio a la mujer.

El policia dijo que ahora Edu estaba a salvo pero que tenía que ir a la prision, debería esperar al juicio para saber lo que le pasaría, , pero la mujer estaba triste. Mientras estaban hablando el policia robó el bolso de la señora.

Hendon le dijo al policia que había visto lo que había hecho,y que si no dejaba libre al muchacho se lo diría al juez y lo mataría, Además le daría el bolso..

El cogió 11 peniques del bolso y le dio el dinero al policia.

Más tarde Hendon encontró a la mujer y le devolvió el monedero.

Pronto Edu y Hendon se dirigían al Hendon Hall, Hendon cabalgaba en su caballoy Edu en el burro gris. Edu estaba agusto con la ropa que llevaba, la cual se la había comprado Hendon hacía mucho tiempo en London Bridge.

Hendon Hall

Como ellos estaban cerca de su antigua casa Hendon estaba excitado, Pensaba que se sorprenderían al verle de nuevo. "Mira, esta es nuestra antigua iglesia, y este el Red Lion Inn, aquí se plantaba el mercado, nada ha cambiado.

Al final ellos llegaron a dos grandes puertas de hierro, "bienvenido, a Hendon Hall"

Él ayudó a Edu a bajar del burro y lo condujo dentro de una amplia habitación. Un hombre joven se encontraba en el escritorio delante de un gran fuego. Hendon corrió hacia él. ¿ Cómo estas, Hugh? , "bésame, eres mi hermano Miles" he estado fuera pero he vuelto.

El joven hombre estaba sorprendido, después pensó, "pobre hombre, está loco.""Miles Hendon murió hace 7 años en Francia, nosotros tenemos una carta"

"Eso no es verdad, llama a mi padre él me reconozerá"

"está muerto, después de entrárse de lo de su hijo, calló enfermó yu murió a las pocas semanas",.

"pues llama a Arthur, el sí que me recordará"

"Está también muerto"

"Que terrible, ¿Tambíen está muerta Lady Edith?

" no, ella está sana y salva"

" pues llámala, ella me reconozerá y los viejos sirvientes también"

HUgh abandonaron la habitación

No lo conozco

" Oh, milord, no me digas que no te acuerdas de mí, yo nací aquí, conozco cada piedra del castillo, sé la historia de cada persona de la aldea."

"Yo te creo", dijo Edu"

Después Hugh apareció con una mujer, era joven y guapa, pero parecía triste.Hendon corrió hacia ella. Pero Hugh lo paró.

"Conoces a este hombre Edith" dijo Hugh

"Yo no lo conozco, y se fue de la habitación"

" mi mujer no te recurda"

" ¿Tú mujer?, fuiste tu quien envió esa carta para casarte con ella , no?"

"Siervos coiged a ese hombre" Pero los sirvientes tenían miedo de Hendon por que tenía una espada

"cogedle, vosotros soys tres hombres o ratones?"

Nadie lo cogía.

"jaaaa, tienen miedo de mí, esta es mi casa y no me iré , antes era más fuerte que tú y ahora también.

10.-EL MANLVADO PLAN DE HUGH

Edu escribe una carta

Edu le dijo a Hendon que si esto no era estarño. Él dijo que no. Dijo que hugh siempre había sido así, un chico codicioso y que ahora era un hombre malvado y codicioso. LE había robado la mujer y la casa

Edu dijo que no se refería eso sino que era extraño que ninguno estuviese buscando un rey. Dijo que tenía un plan. Que escribiría una carta en inglés, otra en Latín y otra en griego, Las enviarás Londres, destinadas a un tío mío que es primer ministro , el leerá la carta y vendrá a buscarme.

Hendon: Podemos permanecer en el castillo?, quiero tirar a Hugh.

Edu: Chorradas, lo primero es tu rey, no te preocupes despúes llamrá a mi gente y te pondrán de nuevo donde estabas y derotarán a tu hermano, pero antes deberás ayudarme como mensajero

Edu se sentó en el escritorio y comenzó a escribir . Hendon a su lado penso: Pobre muchacho, esta loco, el cree que puede escribir latin y griego, pero me callaré para no h erir sus sentimeientos.

Cuando el acabó de escribir, Edu le dio la carta a su amigo, el cual la puso en su bolsillo sin mirarla, estaba pensando en otra cosa. "estoy seguro que Edith me reconoció""¿por qué fingio no conocerme, tend´ra miedo de Hugh?

Peligro

Justo después la puerta se abrió y entro Lady Eddith en la Habitación .

Ella dijo que Hendon estaba en peligro, que su marido era muy importante que su marido tenía comprada a la policia y que lo llevarían a prisión.Hugh le dirá a todo el mundo que res un impostoer., todo el mundo le hará caso porque es rico y famoso. "Debes escapar ya, antes de que sea tarde."

Ella le díó algo de dinero, par ayudarle.

"Edith" dijo Hendon cortesmente "yo no necesito tu dinero, te necesito a ti, de veras que no me reconoces?

Por un momento los ojos de Edith se pusieron dentro de los suyos

"no te conozco" Al momento seis policias entraron en la habitación. Ellos cogieron a Edu y Hendon, les encadenaron y los llevaron a prisión.

La cárcel

El guardia les dio a Hendon y a Eduardo una manta gris a cada una y les dejó dentro de una gran habitación con paja en el suelo. Estaba lleno de gente encadenada: hombres, mujeres e incluso niños. Todos estaban esperando un juicio para saber qué iban a hacer con ellos.

Hendon y Eduardo pasaron semanas en aquella habitación. El ruido era terrible. La gente gritaba y lloraba, y luchaban. El olor también era terrible. Un día el guerdia trajo un visitante.

"Es Andrés," dijo Hendon." Era el anciano criado de mi padre. Pero es como los demás. Fingirá que no me conoce."

Al principio parecía que Hendon tuviera razón. Andrés dijo en voz alta, ¿entonces este es el impostor? No se parece a Miles. Me gustaría darle una buena paliza."

El guardia mostró una cruel sonrisa: "Puedes coger mi palo. Os dejaré a los dos solos."

Tan pronto como el guardia se fue, Andrés susurró: "Señor Miles, te conocí desde el principio, pero estaba asustado de decírselo a alguien. Te he traído algo de comida."

Andrés le contó a Hendon su historia: "Arturo murió hace seis años, señor Mile. Su muerte le sentó muy mal al pobre y anciano Ricardo. Estaba seguro de que iba a morir, y estaba aún más asustado por usted. También estaba preocupado por la señora Edith. No quería que se casara con Hug; pero Hug le rogó y rogó que le dejara casarse con ella, y al final dijo que sí. Edith rehusó, una y otra vez, te estaba esperando, señor Miles."

La carta

"Una carta llegó a la mansión de Hendon. Contenía noticias terribles. Decía que Miles Hendon habíaa muerto en Francia. Ricardo no volvió a hablar jamás. Volvió su cara a la pared y al día siguiente murió. Ahora la mansión de Hendon había pasado a ser de Hug; y unas semanas después se casó con la señora Edith.

"No mucho después, la señora Edith encontró una carta entre los papeles de su marido. Empezaba "Querido señor, siento tener que decirle" Ella se dio cuenta de que Hugt había escrito aquella terrible carta al señor Ricardo. ¿Pero qué podía hacer ella? Él era un rico y poderoso hombre. Tenía todo el dinero y las tierras de su padre y también todo lo de ella. Si decía algo, él podría ordenar a sus criados que la mataran..."

Andrés tenía otra noticia: "Están planeando la coronación del joven rey. Será coronado la próxima semana en Westminster. El señor Hug y la señora Edith irán."

"El rey", gritó Eduardo." "¿Qué rey?"

"El rey Eduardo. Ellos dicen que está loco, pero también dicen que es un joven bueno, sabio y amable. Había salvado muchas vidas y había destruido muchas leyes crueles... ¿pero, qué pasa contigo, joven?

Las lágrimas se derramaban por la cara de Eduardo.

En los cepos

"Entonces," dijo el juez, "Finges ser Miles Hendon..."

"Yo soy Miles Hendon" dijo Hendon enfadado.

El juez movió su cabeza. "No desperdicies mi tiempo. Bueno, no has robado nada, por lo que no te colgaré. Pero debo castigarte... Oficiales, poner a este hombre en el cepo" Se volvió a Eduardo: "Tú puedes mirar. A lo mejor aprenderás algo."

Eduardo todavía lloraba cuando vio a su amigo en el cepo. Se imaginaba dos largos y fuertes trozos de madera, juntados con una barra de hierro. Había cuatro pequeños agujeros en la madera. El prisionero se sentaba en un asiento con sus manos y sus pies en los agujeros. No los podía sacar, porque las barras de madera estaban juntas.

Un guardia puso a Henton en el cepo y juntó las maderas con una barra de hierro. Hendon no se podía mover. Una multitud de hombres y niños le tiraban barro, cabezas de peces y huevos.

"Parar" gritaba Eduardo enfadado. "Este hombre es mi criado. Yo soy el..."

"Calla" le dijo Hendon con una débil voz. "Todavía estoy metido en un problema"

Entonces Hugh Hendon llegó en su caballo gris y alto y vio a Eduardo. "Darle a este muchacho una buena paliza", ordenó.

"No gritó Hendon. "No le hagáis daño, azotarme a mí".

"Qué idea más buena" dijo Hugh con una sonrisa cruel. "Dejar que el pequeño se vaya y azotar a su amigo".

Y entonces, mientras su malvado hermano miraba y reía, un guardia azotaba a Miles Hendon hasta que la sangre caía por su espalda. Luego lo dejaron en el cepo para la noche.

Después de que todo el mundo se hubiera ido, Eduardo fue a buscar agua y le mojó la espalda a su amigo. "Has hecho esto por mí, señor Miles" susurró, "y algún día te recompensaré".

Vuelta a Londres

A la mañana siguiente los guardias abrieron el cepo. Le dieron a Hendon su espada, su caballo y su burro. Pronto él y Eduardo ya iban hacia Londres.

"Hugh me ha robado todo", dijo Hendon para sí mismo. "HA cogido mi casa, mi tierra e incluso m mujer. Andrés dice que el joven rey es amable y sabio. Iré a Londres y le pediré ayuda.

Entonces pensó en su pequeño amigo "¿Vendrá conmigo?", pensó. ¿Qué haremos si no acepta venir?". "Si le dejo, se meterá en otro lío." Paro para su sorpresa Eduardo aceptó a la primera. Él también tenía buenas razones para ir a Londres. Después de un fácil viaje, llegaron al puente de Londres otra vez.

"Larga vida al rey Eduardo"

Allí encontraron mucha gente. Todos parecían muy contentos y excitados. Ellos estaban comiendo, bebiendo y bailando. Las tiendas del puente vendían pasteles y vino.

"Venid y juntaros a nosotros", dijo una anciana. "Mañana es la coronación" Coronarán al nuevo rey en la Abadía de Westminster. Larga vida al rey Eduardo y a la madre que lo parió".

"Gracias, amiga", dijo Hendon, "pero no podemos para. Debemos ir a Westminster. Tenemos un asunto importante allí.

Los dos amigos intentaron seguir su camino entre la multitud. Al principio todo el mundo estaba contento y amigable. Pero mucha gente había estado bebiendo vino y cerveza todo el día, y pronto empezó una pelea. La lucha se extendió como un incendio. Pronto Hendon y Eduardo estaban separados, como dos islas en un mar de brazos y piernas.

11.El impostor y el Rey

Abadía de Westminster

Mientras Eduardo y Hendon estaban en el puente de Londres, Tom Canty estaba en el gran palacio de Westminster. Estaba disfrutando. Ser un príncipe era una aventura excitante. Había olvidado su vieja vida en Fish Street. Había parado de pensar en su madre y su hermanas. Por las noches a veces soñaba con ellas; esperaba que estuvieren bien. Pero no quería ir a su casa de Fish Street. Se lo estaba pasando muy bien. ¿Pensaba en Eduardo?. Bueno, sí. Pero no pensaba que podía hacer algo. Mientras, todos estaban haciendo planes para su coronación en Westminster. Los sastres iban al palacio con telas ricas y cajas de alfileres. Estaban haciendo la ropa del joven rey para su coronación. Tom nunca había tenido ropa nueva antes. Él no creía que necesitaba más ropa; la ropa de su armario era bastante bonita. Pero la coronación había traído un ejército de sastres, de fabricantes de sombreros, de zapatos y de espadas muy

ocupados.

Estaban haciendo ropa para todos los señores y señoras del palacio. Tom aguantaba con paciencia mientras ellos cortaban y ponían alfileres, y le probaban cosas; pero a menudo pesaba que podía ir fuera y jugar a fútbol.

La noche anterior a su coronación, Tom se durmió en el palacio, mientras Eduardo, el verdadero rey, estaba fuera de la Abadía de Westminster. Las lámparas brillaban por todas partes y la plaza de en frente de la Abadía estaba tan clara como de día. Una multitud de gente estaba allí. Miraban los trabajadores que estaban preparando esta gran iglesia para la coronación. También esperaban los señores y las señoras que llegarían temprano en la mañana. Eduardo también estaba esperando. Estaba esperando una oportunidad para entrar en la Abadía. Al final, llegó un carro. Estaba lleno de asientos de madera. Los trabajadores empezaron a entrarlos en el gran edificio. Eduardo cogió un asiento y lo llevó a la Abadía.

"Aquí viene el rey"

El sol se levantó. Era un día brillante y claro. Señores y señoras empezaron a llegar a la Abadía de Westminster. Sus ricas joyas brillaban como estrella. Tomaron asiento en la abadía, mientras tocaban una bonita música.

Fuera, la multitud miraba y esperaba que el joven rey llegara. Estaba lleno para ver. Primero llegaron los soldados con sus espadas brillantes y afiladas. Al lado un grupo de chicas guapas bailaban. Cada una llevaba una cesta de flores, y llevaban flores en su pelo. Tiraban las flores a la multitud. Entonces: Aquí viene el rey, gritó una voz. Un chico apareció. Montaba un bonito caballo blanco. Su ropa era blanca y dorada, y cubierta de joyas que brillaban como estrellas. Llevaba una cadena de oro alrededor de su cuello, y una pequeña corona de oro alrededor en su cabeza.

La muchedumbre aplaudía y agitaban las manos. "Larga vida al rey Eduardo y a la madre que lo parió" gritaban. El chico les agitaba la mano. Las chicas le tiraban las flores a los pies.

Él sonreía y saludaba. Tom Canty estaba disfrutando.

"Me gustaría que mis amigos de Fish Street me vieran" pensó Tom. "¿Qué pensarían?"

De repente reconoció una cara entre la multitud. Era una mujer y estaba mirando fijamente con lágrimas en los ojos. Ella corrió hasta que llegó al hombro del caballo e intentó cogerle mano. "Mi hijo" gritaba. "MI pequeño Tom".

"Mujer," dijo Tom, "no te conozco... Guardia lleváosla. Pobre cosa, está loca. Pero ser amables con ella". Un soldado se llevó a la señora Canty de allí. Los ojos de Tom se llenaron de lágrimas y ellos se llevaron a su madre. Se sentía avergonzado de sí mismo.

Al final, Tom Canty llegó a la Abadía. Iba por una alfombra preciosa roja y dorada. Los sirvientes abrieron las grandes puertas de madera. Tom subió orgullosamente las escaleras. Fue a la parte trasera de la Abadía, donde los sacerdotes y los ministros le estaban esperando. La música se hizo más fuerte. Llenaba la gran iglesia con un ruido como un trueno. Tom se arrodilló. La corona se levantó sobre su cabeza. La música paró, y se hizo un completo silencio.

Eduardo coge el corona

"Stop" gritó una voz. "No debéis coronar a ese chico. Es un impostor. Yo soy el rey". Los señores y las señoras se miraron. Un chico subió las escaleras y cogió la corona. Antes de que nadie pudiera moverse, Tom Canty gritó: "Está diciendo la verdad, él es el rey."

El señor Hertford puso su mano en el hombro de Tom y dijo: "Señor, tú no estás bien... Soldados coged a ese chico".

Pero Tom Canty gritó: "No lo toquéis, él es el verdadero rey." Entonces Tom corrió entusiasmadamente hacia el extraño y se arrodilló a sus pies. "Mi señor, olvídame. No ha sido mi culpa. Todo fue un gran error. No quería coger tu corona. Ahora coge esta ropa y esta corona y gobierna Inglaterra".

El señor Hertford miró a los dos niños. "Son iguales", dijo. "Bueno, pronto sabremos quien es el impostor."

Mientras los señores y las señoras esperaban y susurraban, el señor Hertford le preguntó al extraño sobre su palacio, su familia y sus ministros. El extraño respondió a todas las preguntas correctamente. Pero Hertford movió su cabeza.

El Gran Sello

"Esto no es bastante", dijo. "Un criado del palacio puede decir eso...Ya sé" Él miró al extraño. "¿Dónde está el Gran Sello? Nadie más sabe la respuesta.

Mi señor, lo puse en mi habitación, en un armario secreto detrás de mi cama. Uno debe bajar la mano por detrás de la cama. Entonces encuentra la puerta del armario. Empújala, y se abrirá... Envía al señor St John a abrir el armario, y que busque el Gran Sello".

Mientras el señor St John estaba fuera, los señores y las señoras miraban fijamente a los dos niños ¿Cuál de los dos era el impostor?

El señor St John volvió. "Mi señor", dijo a Tom Canty, "Encontré el armario. Pero el Gran Sello no estaba dentro."

La cara del señor Hertford estaba llena de rabia. "Criados, coger a este mendigo y darle una paliza." Se volvió al, señor St. John. "¿Miraste detenidamente? Nadie puede perder un sello de oro grande y pesado."

"Esperar" gritó Tom Canty, sus ojos estaban brillando. "El Gran Sello es una cosa de oro grande y pesada con una escritura. Vi al verdadero príncipe dejarlo cuando se fue.

¿Al verdadero príncipe, mi señor?

Tom apuntó al extraño. "Él es el verdadero príncipe de Inglaterra."

Le habló a Eduardo. "¿No te acuerdas? Dejaste el Gran Sello antes de que te fueras a castigar a aquel soldado. Pero no lo pusiste en el armario.

El extraño sonrió. "Ahora me acuerdo. Tenía prisa, por lo que no puse en Gran Sello en su lugar correcto en mi armario secreto. Loo tiré dentro de un bote alto de plata detrás de la puerta."

Al principio el señor St John fue a buscarlo. Esta vez volvió con el Gran Sello en sus manos. Un grito llenó la iglesia: Larga vida al rey y a la madre que lo parió.

El Gran Rompe-Nueces

"Soldados" gritó el señor Hertford, "Coger al impostor y tirarlo a la cárcel enseguida". Apuntó enfadado a Tom.

"No" dijo Eduardo. "Él es mi amigo." Se volvió a Tom. "¿Cómo te acordaste dónde estaba el Gran Sello?

"Lo usé varias veces, señor."

Pero mis ministros lo estaban buscando. Ellos me han comunicado que te han preguntado varias veces donde estaba, ¿porque no les has dicho donde estaba?

Yo no sabia lo que estaban buscando señor.

Pero tu has dicho que lo has usado. ¿Para que lo has estado utilizando?

Para cascar nueces señor.

Las personas cercanas a el lo escucharon y lo cuchichearon a sus amigos. El chiste se extendió, en un momento la iglesia se lleno de risas, después todo el mundo estaba callado otra vez. La música volvió a comenzar y el verdadero rey estaba cantando y había bailado en las calles de Londres.

12.UN SABIO REY

La carta del rey

Mientras tanto Miles Hendon estaba todavía buscando a Edward. ¿Donde podría haber ido el pobre chico loco? Penso.

¿Quizá al palacio? Debo ir a encontrarle antes de que se meta en problemas otra vez. Entonces, cuando este seguro le pediré al rey que me ayude.

El camino hasta el palacio de Westminster y busco a Tom entre los cantos de felicidad, las canciones, la gente bebiendo. Hendon parecía un mendigo o un ladrón con sus ropas sucias y rotas. Dos soldados lo agarraron, ellos tenían que hacer su trabajo, mucha gente loca y malvada, intentaba entrar en el palacio todos los días. Los soldados, tienen que defender al Rey. Agarraron al extranjero y le buscaron en los bolsillos y encontraron una carta, escrita en ingles, latín y griego que Edward había escrito a Hendon Hall. Hendon lo había olvidado.

Los guardias no sabían leer la carta, no podían leer Latín, griego o incluso inglés así que decidieron llevarle a su oficinista. Dejaron a Hendon en una pequeña habitación y el empezaba a preocuparse y a impacientarse.

El oficinista, vio el nombre de Lord Hertford en la carta, el leería esta carta cuando volviera de Abbey porque estaba en la coronación con todos los Lords y las Ladies y no podía ser molestado.

El mensajero tendría que esperar aquí hasta que Lord Hertford volviera. Claro que Hendon no sabia nada de esto. El solamente se sentó en la pequeña habitación y se cabreaba e impacientaba cada vez más.

Lord Hendon

Al final, un sirviente llego para buscar a Hendon. "venga por aquí señor", le dijo educadamente. Hendon siguió al sirviente por miles de cuartos del palacio.

Al final de un largo cuarto, Hendon entro en una habitación preciosa. El joven Rey de Inglaterra se sentó en una silla de oro. Sus ministros estaban a ambos lados de el. Los soldados le defendían y los siervos esperaban para obedecer sus ordenes. Una muchedumbre de lords y ladies miraban y esperaban.

Venga Sir Miles ordenó. Hendon obedeció y reconoció a su pobre amigo.

Estoy soñando pensaba. Me levantare en un momento. Entonces tuvo una idea. El caminó hacia una silla y se sentó.

¡Levántate! Grito Lord Hertford, nadie se sienta en presencia del Rey.

¡Dejadle!, a el le es permitido sentarse en mi presencia... Señores, señoras y demás gente, Sir Miles Hendon ha salvado mi vida y mi corona y voy a defenderle yo ahora... Arrodíllate Sir Miles.

Hendon se arrodillo a los pies del rey. El rey toco sus hombros con una espada de oro. ¡Levántate Lord Hendon! Dijo.

La historia de Lady Edith

Sir Hugh Hendon y lady Edith estaban entre los lords y ladies en aquella grandiosa sala. Ellos se quedaron sorprendidos cuando Miles Hendon cogió al Rey en sus brazos y le beso.

¡Querido Edward! Dijo Hendon cálidamente yo pense que tu eras un pobre chico mendigo!

Ahora el Rey dijo a Sir Hugh, tu eres un hombre cruel y malvado dijo. se todo sobre ti. Tu le robaste a Miles Hendon la casa, la tierra y la mujer, escribiste una carta a tu padre diciendo que Miles estaba muerto. Las noticias le rompieron el corazón a tu padre. Iras a la prisión hasta que yo decida que hacer contigo. Su cara estaba como una piedra viendo como los soldados se llevaban a Hugh Hendon.

Cuando Sir Hugh se fue la señora Edith paso delante. Mi señor dijo tengo algo que decirte. Ella miro a Sir Miles Hendon. Miles, dijo te he reconocido cuando llegaste a casa a Hendon Hall.

Pero yo pretendía no conocerte. Mi marido te conocía el llego y me dijo: Debes procurar que no te reconozca si tu permites que te vea y te reconozca te matare.

Yo le dije a el que estaba muy triste todavía y estaba a gusto muriendo. El no podía herirme porque yo no cuidaba de mi misma. Entonces dijo una cosa terrible: A menos que no conozcas a Miles Hendon le matare, entonces el estará muerto y será por tu culpa.

Yo se que estaba diciendo la verdad. El era un hombre importante en la vida y muerte de miles de personas. Te pido disculpas por lo que te he hecho Miles, pero lo hice por salvar tu vida. ¿Podrás perdonarme?

Sir Miles Hendon cogió su mano y la beso. ¡Querida Edith! En mi corazón se que nunca me has olvidado. (acto seguido se fueron al dormitorio real a tener Milanines...)¿Qué paso con Hugh?. El Rey no lo mando matar pero le envió lejos. Miles vivió en Hendon Hall. El viejo Andrew quien le visito en prisión y que le advirtió de la carta de Hugh Hendon, fue su sirviente favorito. Después de varios años, llegaron noticias a Hendon Hall de que Hugh había muerto. Por entonces Miles y Edith estaban casados y hubo baile y banquete en Hendon Hall.

Tom Canty

El Rey se giro a sus ministros con una sonrisa en la cara. Ahora Tom Canty.

El joven pobre vestía bonitas ropas pero parecía muy asustado y miedoso. El rey le sonrió.

No estoy enfadado contigo Tom. Tu mandaste en Inglaterra varias semanas y fuiste un buen rey. Cambiaste algunas leyes crueles y nunca has sido malvado con nadie. Ahora, quiero recompensarte. ¿Que quieres que te de? Yo quiero darles a tu madre y tus hermanas una nueva y confortable casa al lado que su casa vieja y puedo enviar a tu padre a prisión si tu quieres o quizá puedo colgarlo; como elijas Tom.

Tom dijo: no se que decir señor.

No necesitas contestarme ahora dijo el rey. Mientras tanto tengo planes para ti. Hay una escuela para niños pobres en Londres. Se llama la iglesia de Cristo y mi padre llevaba allí a la gente pobre de Londres. Los niños de la iglesia de Cristo fueron crueles conmigo, Tom. Les pedí ayuda y ellos se rieron de mi y me tiraron al agua. Quiero que vayas a allí (será cabrón...) Tu aprenderás muchas cosas maravillosas en la escuela pero también enseñaras como ser amable, bueno y sabio como tu. Nosotros, debemos estudiar mucho para aprender a ser reyes sabios y cuando seamos mayores tu serás mi primer ministro.




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Idioma: castellano
País: España

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