Economía
El patrón oro
EL PATRON ORO
Al mismo tiempo que se ponen en práctica las ideas librecambistas, el patrón oro se dibuja como el mecanismo más apto para mantener el equilibrio interior y exterior. Concretamente va a se en 1844, con la concesión del privilegio de emisión del Banco de Inglaterra cuando el sistema, que ya se venía utilizando, adquiere sus máxima eficacia.
Técnicamente el patrón oro necesitaba nada más que dos requisitos para su funcionamiento:
Todo el país que lo establezca debe mantener el valor de su unidad monetaria igual a una cierta cantidad de oro.
Debe igualmente permitir la libre exportación e importación de oro.
La primera de estas condiciones se puede cumplir de tres maneras que han tenido importancia histórica.
El país en cuestión puede comprometerse a acuñar monedas y a cambiar billetes por oro y viceversa, cuando los particulares lo exijan. Este es el sistema utilizado por Inglaterra, y la mayor parte de los países, hasta 1914 y ha recibido el nombre de patrón oro clásico.
El país puede comprometerse a cambiar oro en billetes y viceversa, pero solo por encima de una cantidad mínima y en múltiplos de la misma. Este es el “patrón lingotes oro”, y el caso más famoso de su aplicación fue la “Gold Act” inglesa de 1925.
El país en cuestión puede mantener su paridad comprando y vendiendo divisas de otros países que mantengan el patrón oro en una de las dos formas anteriores.
Respecto al segundo requisito mencionado al principio -libertad de importación y exportación de oro- hay algo importante que decir. Es la condición necesaria para que el patrón oro tenga un carácter internacional.. Sin libertad de transporte de oro, podrían existir una serie de países que mantuvieran un sistema fundado en el patrón oro pero no existiría propiamente patrón oro porque ya que no habría una relación indirecta fija entre las distintas divisas. Quizás esta es la consecuencia más importante del sistema llamado patrón oro: al establecer la paridad de cada divisa en términos de oro se viene, indirectamente, a fijar una relación de las distintas divisas entre sí. Es esto lo que hacía del patrón oro un sistema internacional y no una simple suma de sistemas nacionales.
Ese sistema internacional de patrón oro gozaba, además a juicio de los clásicos, de una formidable ventaja: poseía un mecanismo intrínseco de equilibrio.
EL PATRON ORO EN LA TEORIA Y EN LA PRACTICA ANTES DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.
Se han expuesto los requisitos para el funcionamiento del patrón oro: la existencia de cada moneda con el oro y la libertad de exportar ese metal. También se indicó que como consecuencia de esos dos requisitos los tipos de cambio entre las distintas monedas venían a estar indirectamente fijados.
Estas condiciones legales, junto con otras de carácter institucional, servían de fundamento al mecanismo de ajuste que podría conducir a un reequilibrio de la Balanza de Pagos después del ajuste inicial.
El mecanismo tenía un carácter general y se estimaba que serviría para corregir un desequilibrio tanto interno como externo. Los dos mecanismos que ponen en movimiento el mecanismo de reajuste son las variaciones en la cantidad de dinero y los efectos inducidos, en forma multiplicadora, de las variaciones de la renta. El primer tipo de ajuste corresponde a la explicación clásica; el segundo a la moderna. En la realidad uno y otro, variaciones en los precios y variaciones en la renta, se producen simultáneamente en la mayor parte de los casos. Su estudio separado se debe a motivos de claridad de exposición.
Comencemos por la explicación monetaria del ajuste. El déficit de la balanza de pagos de un país origina una salida de oro del mismo. Esto causa una contracción automática de la circulación monetaria que, siguiendo la teoría cuantitativa originará una disminución en los precios.; además, la disminución de la cantidad de dinero originará también una tendencia al crecimiento de los tipos de interés en el país deudor. Por otra parte, en los países con balanza de pagos positiva se produce una entrada de oro y una expansión de la circulación monetaria, originándose un aumento de los precios al mismo tiempo que se produce una tendencia a disminuir los tipos de interés.
Tales variaciones en los precios y en los tipos de interés, tenían dos efectos equilibradores: uno a corto plazo y provisional, y otro a largo plazo y permanente. Por una parte, los tipos de interés más altos del país deficitario tienden a atraer capital a corto plazo hacia ese país, con lo que la pérdida de oro puede hacerse más lenta e incluso desaparecer. Además, la elevación del tipo de interés y la disponibilidad más reducida de créditos, tendrá a causar alguna reducción en los stocks de bienes en manos de comerciantes y productores, con lo que también se reduce la demanda de importaciones. En los países en que baja el tipo de interés, las tendencias son las contraria.
Ambos efectos actúan rápidamente, perro constituyen sólo un paliativo temporal, puesto que afectan a “stocks” finitos: existe un monto limitado de fondos a corto plazo que se mueven de un país a otro y también hay un límite a la medida en que los “stocks” de mercancías pueden reducirse.
El mecanismo a largo plazo es, por el contrario duradero y en el esquema clásico conduce necesariamente a un nuevo equilibrio. La salida de oro del país deficitario origina, siguiendo la teoría cuantitativa, una reducción de precios que, a su vez, inducirá a exportar más y a importar menos. Lo contrario ocurrirá en el país con superavit en la balanza de pagos en que la entrada de oro producirá un aumento de de importaciones y una disminución de importaciones.
Este mecanismo no se ve afectado por la existencia de un sistema bancario que crea sus propios mecanismos de crédito. Siempre funciona el mecanismo clásico de ajuste que tiene dos características que conviene destacar: 1) el ajuste depende en sus origen de que se produzcan determinados fenómenos monetarios; si no hay transferencia de oro y movimientos en los tipos de interés este no tiene lugar; 2) el mecanismo tiene que llevar a un nuevo equilibrio, seguirá habiendo movimientos de oro hasta que se consiga.
Para que ello se cumpliera deberían darse algunos supuestos que contemplaba la teoría clásica. Estos eran:
Cumplimiento de la teoría cuantitativa en el sentido de que los cambios en la oferta de dinero tienen carácter independiente e influyen sustancialmente en los precios. Esto exige que la función de dinero sea estable y que los precios y salarios sean flexibles. Las condiciones de competencia deben predominar tanto en el mercado de biens como en el de trabajo. Situaciones monopolísticas o de insuficiencia de información en los mercados son, por tanto, incompatibles con la teoría clásica del ajuste.
Elasticidad suficientemente elevada de la demanda de importaciones. Tanto en el país que experimenta el desequilibrio como en los demás países. En la explicación clásica del ajuste , el país deudor sufriría una disminución de precios que conduce a una mayor demanda por parte de los demás países, pero si la elasticidad de demanda de éstos no fuera suficientemente elevada, las mayores compras podrían no compensar la disminución experimentada en el precio., con lo que el valor de las exportaciones del país deficitario disminuiría en vez de aumentar. Algo parecido puede ocurrir con las importaciones, ya que si la demanda no es elástica, éstas disminuirían menos de lo que ha aumentado su precio, produciéndose un empeoramiento en la balanza de pagos.
Frente a la base esencialmente monetaria del mecanismo clásico de ajuste , los autores modernos, a partir de Taussig, han desarrollado una teoría basada en las variaciones de renta. La teoría se basa en la relación recíproca existente entre las balanzas de pagos del país y su renta nacional y, por otra, entre la balanza de pagos y renta nacional de todos los demás países con los que comercia.
Supongamos un país que experimenta un superavit en su balanza de pagos como consecuencia de un cambio de que un cambio en los gustos en los mercados internacionales determina un aumento de las exportaciones. Este aumento de sus exportaciones crea una renta adicional en manos de los exportadores, renta que o bien es gastada o bien es ahorrada. Si suponemos que solo una parte de los incrementos de renta se gasta en bienes y servicios del propio país, y que otra parte se gasta en importa<ciones.Ahora bien, lo mismo que las exportaciones crean renta, las importaciones la destruyen. Como existe ahorro, el incremento que se produce en la renta como consecuencia de la mayor exportación inicial no puede nunca llevar a un incremento de las importaciones que elimine totalmente el superavit. Hay una tendencia al equilibrio, pero este no puede nunca ser alcanzado por meros ajustes de renta, a menos que la propensión marginal a ahorrar sea igual a cero.
De acuerdo con esta teoría el ajuste no tiene que tener un origen monetario ya que es perfectamente posible aunque no se hayan producido movimientos de oro ni variaciones del tipo de interés. Además, el mecanismo no tiene necesariamente que conducir a un nuevo equilibrio.
Conviene insistir en que ambos razonamientos no se contradicen., sino que tratan de enfatizar dos fenómenos que generalmente aparecen entrelazados en cualquier proceso de ajuste: la teoría clásica enfatiza los fenómenos monetarios, mientras que la teoría moderna pone de relieve los fenómenos reales implicados en el ajuste. Si existen condiciones de competencia perfecta, y por tanto pleno empleo, los efectos renta precio se funden ya que , en este caso, una mayor renta no significa un mayor volumen de producción, sino que simplemente refleja la valoración monetaria más alta, derivada del incremento de precios, del mismo monto de producción. Por el contrario, con un elevado nivel de paro y una estructura rígida de precios, los cambios en la oferta de dinero tienen un impacto muy reducido sobre el nivel general de precios, y por tanto, su aportación al reequilibrio de la balanza de pagos es pequeño.
En cualquier caso, por una u otra via, es indudable la existencia de un cierto mecanismo automático que hace tender hacia el equilibrio de la balanza de pagos. Durante la época que rigió el patrón oro no se produjeron grandes desajustes internacionales y las balanzas de pagos de los países se desenvolvieron de forma suave sin situaciones críticas.
Un primer hecho que llamó la atención a los autores que en los años 20 estudiaron la evolución del patrón oro, fue los escasos flujos de oro que tuvieron lugar.Se justificaba este hecho porque aunque este metal representaba un volumen reducido de la oferta monetaria, cualquier modificación en su cuantía, al constituir la base del sistema, hacia variar el volumen de crédito en un múltiplo dependiente de la relación que mantuviese la banca entre reservas y total de depósitos.
Un segundo hecho que no se ajustaba a la teoria clásica era el enorme paralelismo entre los movimientos de las importaciones y las exportaciones de cada país; así como el movimiento de precios en los distintos países. Por último, también se señala la infrecuente de los ajustes de salarios a la baja, incluso en el siglo XIX, en los países que mantuvieron estabilidad de los tipos de cambio.
Nurkse quiso encontrar la explicación a estas discordancias entre teoría y realidad, basándose en la importancia de la financiación de los déficit.Como ya se ha señalado, en un país con balanza de pagos deficitaria se produce una tendencia a aumentar los tipos de interés. Dicha tendencia -automática- puede ser reforzada por las autoridades mediante una política adecuada. Según este autor el mecanismo del patrón oro dejó de funcionar en 1914 debido a que los países en lugar de adoptar una política de refuerzo del mecanismo automático, pasaron a practicar una política de neutralización, tendente a contrarrestar dicho mecanismo automático.
Hoy es ampliamente aceptado el principio de que el equilibrio entre los países, especialmente entre los industriales, se basó en buena parte en la financiación de los déficit, frente al carácter primordial dado en la teoría clásica a los ajustes de precios y costes.
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Enviado por: | Edmundo |
Idioma: | castellano |
País: | México |