Literatura


El nombre de la rosa; Umberto Eco


1. Recoger las ideas importantes del libro y señalar la tesis.

  • La risa de Cristo, un problema teológico fundamental en la fe de la época.

  • Dos posiciones diferentes dentro de la iglesia: los franciscanos y los benedictinos.

  • Legalización o no de las órdenes mendicantes.

  • La ciencia y la tecnología: inventos.

    • Sólo en las ciencias matemáticas existe identidad entre las cosas que conocemos y las cosas que se conocen en modo absoluto.

    • La verdadera ciencia no debe contentarse con ideas, que son precisamente signos, sino que debe llegar a la verdad singular de las cosas.

  • La brujería

  • La herejía: lo propio de la herejía, o de la locura, es transformar los pensamientos más rectos, y extraer de ellos unas consecuencias contrarias a las leyes de Dios y de los hombres.

  • Razón, conocimiento, temor y fe.

- El razonamiento más lógico se basa en formular dos hipótesis opuestas y ambas increíbles y a partir de ahí sacar conclusiones.

  • El pecado carnal: nada hay en el mundo que sea tan sospechoso como el amor, pues este penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Si el alma indefensa, se entrega al fuego del amor, a pesar de no ser este carnal, también acaba cayendo, o bien agitándose en el desorden.

  • Un arma formidable que todo inquisidor posee y utiliza es el miedo del otro.

  • Resolver un misterio no es como deducir a partir de los primeros principios.

  • A menudo los sueños con mensajes misteriosos donde las personas doctas son capaces de leer profecías clarísimas.

  • Hay un paso muy breve entre querer el mal y querer el bien, porque en ambos casos se trata de dirigir la misma voluntad. La diferencia está en el objeto, pues de una parte es Dios y de otra el diablo.

TESIS:

Lo que el autor intenta transmitir es el modo de vida del Medievo, las preocupaciones de la gente, y concretamente de la Iglesia y todos sus seguidores, puesto que era la que mandaba por aquel entonces. Abarca numerosos temas (todos ellos comentados en la valoración crítica) que nos explican cómo se preocupaban por temas que hoy en día pasan desapercibidos o hasta qué punto llegaban sus creencias, que no les permitía ver o concebir algo diferente.

2. Relacionar el tema del libro con los autores que hemos estudiado en clase.

A lo largo de todo el libro aparecen varias relaciones con autores que hemos dado en clase, las cuales expongo a continuación:

En el libro se menciona que los herejes son herejes (valga la redundancia) porque son incultos, ignorantes, simples, desconocen el bien, lo que se encuentra en estrecha relación con el intelectualismo moral de Sócrates, en el cual dice que solamente sabiendo qué es lo justo se puede obrar justamente, es decir, consiste en entender que el que actúa mal lo hace porque ignora lo que es el bien. Según esto, los herejes tienen un error de conocimiento, fruto de su ignorancia, ya que para Sócrates obrar mal es siempre involuntario, es decir, todo vicio es el resultado de la ignorancia y ninguna persona desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien, actuarán de manera justa. Para acabar con los herejes, según el intelectualismo moral de Sócrates, habría que enseñarles la virtud para que de esa manera, al obrar mal, no pensaran que lo que están haciendo está bien y les aporta felicidad, sino que se dieran cuenta de que lo que consideran como bueno no es tal y no les provoca más, que dar pasos hacia la infelicidad.

Por otra parte, en el libro se menciona el hecho de que el hombre está formado por cuerpo y alma, es decir, la teoría antropológica de Platón, en la cual dice que el hombre es la unión de cuerpo y alma, y el alma es anterior al hombre que constituye y es inmortal, mientras que el cuerpo es mortal. Debido a esto, el alma se encarnará en distintos cuerpos de acuerdo con el conocimiento que haya logrado obtener del mundo de las Ideas. O la teoría hilemórfica de Aristóteles según la cual, el ser humano es un compuesto de materia y forma. La materia se identifica con el cuerpo y la forma con el alma.

En cuanto a los pecados que cometen los monjes, me refiero exactamente a los pecados carnales, son pecados voluntarios, ellos saben que están obrando mal, por lo que tiene relación con el problema del mal de San Agustín, ya que este mantiene que el mal es algo que se ha introducido en el mundo a partir de la aparición del pecado, es decir, por un acto de voluntad que nace de la desobediencia de los primeros padres; por lo tanto, el mal es responsabilidad del hombre, al contrario de lo que piensa Sócrates. Como creación de Dios, el mundo debería mostrar de alguna forma la perfección divina, sin embargo, hay aspectos negativos, contrarios a esa perfección, como pueden ser las enfermedades, la violencia o los defectos en los seres naturales y en los comportamientos humanos, que hacen que las cosas se alejen de la voluntad de Dios. Sobre esto, San Agustín considera que el mal no es una creación divina porque denotaría una imperfección, sino que es una carencia, una privación, en cuanto a tal, no es algo que exista realmente, es un accidente en la terminología aristotélica. Según esto, Salvatore y el cillerero, e incluso Adso (aunque en menos medida) cometieron un pecado sabiendo lo que estaban haciendo; sabían que mantener relaciones con aquella muchacha era una mala acción, y aún así lo hicieron, no es como en el caso de los herejes, que obraban mal por falta de conocimiento y por lo tanto no se consideraba pecado.

Como la historia transcurre en una abadía, el tema de “Dios” está siempre presente. Además, en la época en la que transcurre la obra, es una época de plena creencia en Dios, por aquel entonces nadie era ateo por lo que Dios era un tema de actualidad. Es importante relacionar esto con el argumento ontológico de San Anselmo y también con las cinco vías tomistas de Santo Tomás de Aquino. En cuanto a San Anselmo, cabe mencionar su argumento para la existencia de Dios, el argumento ontológico, según el cual, todos los hombres, aun aquel que dice no hay Dios, toman a Dios como un ser por encima del cual no se puede imaginar nada mayor, nada más perfecto. Por lo que al menos existe en nuestro pensamiento, pero debe existir también en la realidad, porque de no ser así, cabría imaginar otro ser mayor que el que hemos pensado y entonces incurriríamos en contradicción, puesto que ya no sería el más perfecto que cabe pensar , porque le faltaría el existir real, que es una perfección mayor que el no existir. Además, San Anselmo también hace referencia a la cuestión de la relación entre fe y razón, inclinándose por el lema la fe que busca la inteligencia: “no pretendo entender para creer, sino que creo para entender”, decía. Por lo que fue uno de los primeros en intentar razonas sobre la propia fe con es recurso de la lógica de su tiempo.

Y en cuanto al segundo, Santo Tomás de Aquino, sus cinco vías demuestran que Dios es el creador de todas las cosas, es la causa primera, es necesario, perfecto e inteligentísimo. En su primera vía parte de que en el mundo hay cosas que se mueven. Ahora bien, todo lo que se mueve es movida por otro. Luego es necesario recurrir a un primer motor inmóvil que mueva sin ser movido, es decir, Dios. La segunda vía parte de que todo lo existente aparece como efecto de una causa que lo ha producido y que es distinta de sí mismo, por lo que es necesario una causa eficiente primera: Dios. El punto de partida de la tercera vía es el análisis de los seres contingentes (seres que existen pero podrían no existir): la incapacidad propia de estos seres para darse a sí mismos la existencia exige un ser necesario, que no sólo existe, sino que no puede no existir y que es causa de todos los demás: Dios. La cuarta vía se fundamenta en la idea de los diversos grados de perfección que se observan en las criaturas. La existencia de perfecciones desiguales y limitadas exige la existencia de un ser en el que estén realizadas en grado máximo esas perfecciones: Dios. Y en la quinta vía, Santo Tomás toma como dato de experiencia el orden del universo. El orden del cosmos que se manifiesta incluso en los seres no inteligentes, exige la existencia de una inteligencia ordenadora suprema. Además, Tomás también hace una relación entre la fe y la razón, según lo cual argumenta que la razón está basada en el discurso racional y la de está basada en la revelación, pero que es imposible que exista una verdad filosófica y otra teológica, la verdad es única aunque a ella se pueda acceder por dos caminos distintos. A su conocimiento llegamos por medio de la revelación, pero también podemos hacerlo mediante la razón, partiendo de las cosas creadas. Por lo que concluye diciendo que no deben existir contradicciones entre la filosofía y la teología.

Debido a todo lo anterior, observamos que los temas del libro se encuentran en relación con ambos autores porque sabemos que esos eran los pensamientos sobre Dios de toda persona creyente en aquella época (ya que hoy en día las cosas han cambiado mucho), todo el mundo pensaba en el como un ser superior e insuperable. Y en cuanto a la fe y a la razón, en el libro la razón se oponía a las ideologías cristianas, teoría contraria a ambos autores anteriores, puesto que San Anselmo pretende explicar la fe mediante la razón y Santo Tomás de Aquino cree que son dos caminos distintos pero que ambos llevan a la misma verdad, ninguno se opone al otro.

También cabe mencionar, que puede existir cierta relación entre la intuición de Guillermo de Basquerville, y la teoría del conocimiento de Guillermo de Ockham, donde da prioridad absoluta a aquel tipo de conocimiento que suponga la captación directa e inmediata del objeto presente. En numerosas ocasiones se puede observar como sin apenas pruebas Guillermo es capaz de intuir lo que ha pasado o lo que va a suceder con sólo observar las pruebas (como es el caso del caballo Brunello). En cuanto a esto, Guillermo de Ockham señala que la intuición no es una simple sensación o percepción sensorial, sino que exige un conocimiento intelectual del objeto por contacto directo (datos apreciables en la inteligencia de Guillermo); sólo el conocimiento intuitivo del objeto es capaz de proporcionarnos certeza sobre su existencia y condiciones. Además dice que la garantía de nuestro conocimiento es la cercanía al objeto cuya vía de conocimiento no puede ser otra que la intuición: la intuición empírica para los objetos accesibles a los sentidos y la intelectual, en los casos de realidades no observables. Como resumen se puede decir que la filosofía que defiende el personaje literario Guillermo de Baskerville, coincide con la de Guillermo de Ockham filósofo en el que Umberto Eco se basa para la creación del personaje. Tanto de Ockham como de Baskerville se presentan contrarios a las ideas ejemplares y a las esencias universales, y basan su teoría en las entidades individuales, para Ockham cada individuo tiene su propia esencia, rechaza los conceptos universales que solo sirven para expresar coincidencias y parecidos que encontramos al percibir a los individuos.

Por otra parte Ockham afirma la imposibilidad de mantener un acuerdo equilibrado entre la filosofía y la teología y es partidario de separar el poder político del religioso y de distinguir con claridad ambas esferas. Ockham hace filosofía desde la teología, sus opiniones filosóficas tienen siempre una raíz de signo teológico. La razón según él, se ha extralimitado al haber invadido campos que no le corresponden. La teología, por su parte, se ha degradado al haber considerado demostrable por la razón verdades exclusivas de la fe, tales como la existencia de Dios, sus atributos, la inmortalidad del alma, etc. Su forma de pensar sobre esto último tiene algo de relación con Santo Tomás, puesto que separa ambas vías, la de la razón y la de la fe, pero considera que tienen cierta relación.

Por otra parte, relacionado con Aristóteles aparece en el libro el tema de la risa. Aristóteles defendía que “La risa es signo de estulticia (locura). El que ríe no cree en aquello de lo que ríe, pero tampoco lo odia. Por tanto, reírse del mal significa no estar dispuesto a combatirlo, y reírse del bien significa desconocer la fuerza del bien, que se difunde por si solo (…) Porque Dios es terquedad y fanatismo, lo opuesto al humor.” En el libro aparecen varios debates relacionados con este tema, pero no llegan a ponerse de acuerdo, puesto que hay quienes consideran que reírse es bueno para combatir ciertas afecciones del alma, pero hay quienes opinan que la risa conduce a la mentira, a la duda, a la herejía y que por lo tanto no es buena. Aristóteles creía que es preciso conocer en qué consiste el bien del hombre y cómo puede alcanzarse, porque el bien supremo para el hombre es la felicidad.

En cuanto a Roger Bacon, aparece mencionado en numerosas ocasiones por Guillermo a lo largo de la obra, pero lo mas importante y que se encuentra muy relacionado con el argumento es lo que pensaba Bacon sobre la ciencia: decía que había que utilizar la ciencia para hacer más feliz al pueblo de Dios y, por tanto, no buscaba el saber por el saber. Consideraba que la nueva ciencia de la naturaleza debía ser la nueva empresa de los sabios, quienes, a través de un nuevo tipo de conocimiento de los procesos naturales, tratarían de coordinar aquellas necesidades básicas, aquel acervo desordenado, pero a su manera, justo y verdadero, de las esperanzas de los simples. Y advertía que no siempre los secretos de la ciencia deben estar al alcance de todos, porque algunos podrían utilizarlos para cosas malas. A menudo el sabio debe hacer que pasen por mágicos libros que en absoluto lo son, que sólo contienen buena ciencia, para protegerlos de las miradas indiscretas. Esto está íntimamente relacionado con el libro, ya que la biblioteca de la abdía era sagrada, sólo podía entrar el bibliotecario, y existían libros prohibidos que nadie podía leer. Además también piensan en el libro que hay ciertos conocimientos o inventos que tienen que quedar en manos de los sabios y no deben ser enseñados a los simples, puesto que es posible que no estén capacitados para asimilarlo, o puede que lo usen con fines satánicos (como se aprecia en la conversación entre Guillermo y el herrero cuando le comenta lo de las lentes).

3. Valoración crítica.

Es una novela en la que el autor ha sabido mezclar perfectamente dos géneros, el policiaco y el histórico.

Se ve que Umberto Eco conoce a fondo el tema del que habla, la historia medieval, la filosofía escolástica, las herejías,...Así pues, me ha llamado la atención como el autor nos ilustra sobre gran cantidad de temas, en los que ha trabajado y se ha nutrido, como es el arte medieval, las plantas y sus propiedades, la teología, la ciencia, la literatura y la historia medieval y una cantidad de temas más que aluden a la cultura de la época y en los cuales es un erudito.

Es un libro que, a pesar de que lo considero una obra excelente, no me ha llegado a gustar lo suficiente como para “engancharme” a su trama, ya que los acontecimientos ocurren muy despacio y habla sobre temas que nada tienen que ver con el propio argumento. Además me han parecido un poco “royo” los párrafos que aparecen escritos en latín, ya que dificultan en gran medida la lectura, aunque considero que es comprensible su presencia, ya que en aquella época el latín era la lengua mater.

Por otra parte he de decir, que mantiene la intriga hasta el final, y que es muy difícil a medida que lo vas leyendo saber cuál va a ser su desenlace, pero aunque se descubre quien fue el asesino, deja otras cosas mal terminadas, como por ejemplo, no explica si quedó algo entre Adso y Guillermo, no dice nada sobre qué tuvieron que hacer los monjes cuando se quemó la abadía…bajo mi punto de vista esas y otras muchas cosas debían de haber sido mejor explicadas porque de esta manera el lector se queda con la intriga.

Cabe mencionar que la herejía es una doctrina religiosa opuesta el dogma de una Iglesia particular, sobre todo una doctrina mantenida por una persona que profese fe en las enseñanzas de esa confesión. El término significaba en su origen una creencia a la que se llega por uno mismo (en griego, hairesis, 'elección propia') y es utilizado para indicar sectarismo en los Hechos de los Apóstoles y en las Epístolas de san Pablo. En el libro se habla de muchas “sectas” que practican la herejía, como los fraticelli, los dulcinianos, los patarninos, los cátaros… y mencionan que todos los que la practican, es debido a su ignorancia, a que son “simples”. Pero esto era castigado por la Inquisición con tortura y muerte, por lo que creo que el comportamiento de esta última sobre los herejes es demasiado exagerado, ya que la mayoría de ellos, como acabo de mencionar, eran ignorantes y muchos eran acusados sin tener ninguna prueba para ello. Además, es una creencia religiosa, es algo que debe ser respetado (aunque hoy en día se respeta más o menos, excepto algunos radicales), ya que es una decisión democrática en la que cada uno puede decidir su postura sin poder ser acusado o juzgado por alguien que piense de forma diferente. Antiguamente la Iglesia era demasiado radical, y no aceptaba la vida de alguien que no pensara como ella. Esto es una brutalidad, porque además no se limitaba a matarlos de un tiro en la cabeza o de otra forma en la que murieran sin sufrir, sino todo lo contrario, les gustaba torturarlos, para lo cual usaban muchos utensilios de tortura o los quemaban dentro de unas rejas poco a poco delante de todo el pueblo para que todos viesen como sufrían. Eso es algo que se opone totalmente a lo que predica la Iglesia, ya que dice que no hay que matar, que si te pegan pongas la otra mejilla… Por lo tanto se observa como ella misma se lleva a la contradicción, y todo por querer tener más poder que nadie, basándolo en Dios, cuya existencia ha sido, es y será discutible durante todos los tiempos, porque no hay nada que permita mostrar su existencia, pero tampoco hay algo que permita mostrar que no existe.

Cambiando un poco de tema, es necesaria comentar que a pesar de los votos que realizan los mojes o curas de castidad, la mayoría de ellos no logran cumplirlo, al menos una vez en su vida mantienen relaciones con alguna mujer, e incluso, como es el caso de Salvatore y el cillerero, todas las noches caen en pecado con alguna mujer a cambio de darle a ésta, una pieza de carne o algo de comida para su familia, ya que la mayor parte de estas mujeres son campesinas pobres que no tienen qué comer. Creo que esto es una práctica que ha ocurrido y sigue ocurriendo hoy en día muy a menudo, y lo considero algo innecesario. Todo iría mucho mejor si los monjes, curas, monjas… pudieran tener su propia familia y seguir haciendo su trabajo dentro de las abadías o conventos. El mantener relaciones sexuales es algo necesario, que en algún momento el cuerpo lo pide, y no por ser monje y haber jurado el voto de castidad el cuerpo se va a comportar de otra manera. Por eso creo que la Iglesia debería evolucionar un poco, cambiar ciertas creencias, y dejar que los curas sean como por ejemplo en EE.UU donde cada sacerdote puede tener su familia, es decir, se considera como cualquier otra profesión. Eso es un gran paso, ya que de esa manera, no habría la escasez de sacerdotes que existe hoy en día y ninguno de ellos pecaría. Como he dicho antes, es innecesario en cuanto a que se podrían cambiar las normas de la Iglesia para permitir a los sacerdotes tener su propia familia, pero como hoy en día eso no es posible debido a la “mente cerrada” de la Iglesia, creo que es necesario para los curas incumplir su voto de castidad, ya que como todos los demás, son humanos y tienen necesidades que deben satisfacer, por lo que considero normal que pequen en ese sentido. Si bien es cierto que igual debían haber pensado primero en todas las consecuencias, pero es posible que creyesen que podían pasar toda la vida sin mantener relaciones sexuales, por lo que aunque la Iglesia lo considere un pecado, yo creo que es algo normal y que además, el 99%, por no decir el 100% de los monjes, sacerdotes… han cometido algún pecado carnal al menos una vez en su vida.

Por otra parte, se observan en la obra dos posturas opuestas en cuanto a la risa. Por una parte Jorge se encuentra en contra de Aristóteles quien defendía que “La risa es signo de estulticia (locura). El que ríe no cree en aquello de lo que ríe, pero tampoco lo odia. Por tanto, reírse del mal significa no estar dispuesto a combatirlo, y reírse del bien significa desconocer la fuerza del bien, que se difunde por si solo (…) Porque Dios es terquedad y fanatismo, lo opuesto al humor.” Mientras que Guillermo, por el contrario, está a favor de la risa, no cree que por reírse la gente deje de tener miedo. Jorge piensa que no es lícito adornar con imágenes risibles los libros que contenían la verdad, en oposición a Aristóteles que había hablado de los chistes y de los juegos de palabras como instrumentos para descubrir mejor la verdad, y que, por tanto, la risa no debía de ser algo malo si podía convertirse en vehículo de la verdad. Era un gran tema en la época, ya que en todos los monasterios se discutía sobre la risa de Cristo. Había quienes decían que Cristo rió que no tenía porque no haberlo hecho, ya que la risa es una buena medicina para curar los humores y otras afecciones del cuerpo, sobre todo la melancolía; pero en el lado opuesto se encontraban los que defendían que Cristo nunca pudo reír, porque la risa proporciona la mentira, fomenta la duda, la risa es una herejía que sacude el cuerpo, deforma la cara y hace que el hombre parezca un mono. En mi opinión creo que Cristo, si alguna vez existió, tuvo que reír en alguna ocasión, ya que no hay ser humano que no haya reído alguna vez en su vida, por mucho que haya intentado no hacerlo. Considero que es una tontería el creer que la risa fomenta la duda, proporciona la mentira… ya que igual que otras acciones del cuerpo, la risa es algo necesario y ayuda a vencer la tristeza y la melancolía. Además, por otra parte, por ejemplo, en la mayor parte de los centros de enseñanza (mayormente en primaria), se intentan enseñar las lecciones con juegos o de una forma entretenida, de manera que el alumno ríe con la lección y a su vez, la está aprendiendo y entendiendo, por lo que la risa no tiene por qué ser un camino hacia la mentira o hacia la confusión, sino todo lo contrario. ¿Qué haríamos nosotros sin poder reír? Es una vida que no se puede imaginar, porque además, como han demostrado ciertos estudios médicos, la risa aumenta los años de vida, ayuda a eliminar las afecciones psicológicas de cada persona y por supuesto, hace que experimentes los mejores momentos de nuestra vida, por lo tanto, para concluir, creo que es imposible imaginar que Cristo no rió, al igual que es imposible imaginar que exista alguien en el mundo que no haya reído en toda su vida, ya que Cristo no era más que un ser humano como nosotros.

Se observan dos posiciones diferentes dentro de la iglesia: los franciscanos y los benedictinos. Los franciscanos defendían que como Jesús había sido pobre, ellos también debían serlo y vivir de un modo humilde y apoyar a las clases más bajas (con la intención de imitar el modelo de vida de Jesucristo, iniciaron una vida de predicaciones itinerantes y de pobreza voluntaria). Vivían en monasterios humildes donde producían para su propia subsistencia, pero se mostraban reacios al contacto con la población pobre, tirando sus sobras por medio de una compuerta o haciéndolos hacer colas en las cuales eran maltratados y humillados por ellos quienes se consideraban "superiores". En oposición a esta ideología, se encontraban los benedictinos quienes decían que si bien Jesús había sido pobre, en la Biblia no decía si sus representantes en el mundo terrenal debían serlo, además se querían diferenciar de los estratos más bajos de la sociedad de esta manera. Estos se vestían de manera ostentosa con caras vestimentas y moraban caras viviendas, pero igualmente se mostraban reacios al contacto con la población pobre. La Regla benedictina imponía muy poca austeridad y ascetismo (práctica de abnegación y de renuncia de los placeres mundanos con el fin de alcanzar el más alto grado de espiritualidad, de intelectualidad o de autoconciencia): tenían que disponer de la comida, ropa y abrigo adecuados. En cuanto a estas dos posturas no considero correctas, o más bien, no me siento identificada con ninguna de ellas, ya que los franciscanos consideran que como Cristo fue pobre ellos también deben ser así, práctica que me resulta innecesaria puesto que Cristo, según dice la Biblia, también fue crucificado, y no por eso ellos se crucifican. Creo que no por creer en Cristo debes imitar su forma de vida; puedes predicar como vivió, lo pobre que fue, lo difícil que resultó su vida, pero no por ello deber llevar una vida igual a la suya. Por otra parte los benedictinos obran bien a la hora de considerar que aunque Cristo fue pobre, en ningún libro pone que los que crean en él deben serlo, pero en oposición a los franciscanos, intentan ser la clase alta, es decir, tener todas las riquezas y ser mas que nadie en la vida terrenal, acción que considero muy poco adecuada, ya que si bien no tienen por qué ser pobres, tampoco tienen por qué ser ricos y además, no por tener más dinero que alguien hay que considerarse mejor que esa persona. Hoy en día la sociedad coincide con los benedictinos, puesto que todos intentan ganar el mayor salario posible y todos desean ser ricos para poder tener todos los caprichos que se les antojen, y además, aquellas personas que lo consiguen, se consideran mejores que nadie por tener todas esas cosas. Yo pienso que a todo el mundo le gustaría ser rico, o al menos tener más dinero, pero que no por eso eres más feliz, ya que normalmente cuanto más tienes más quieres y nunca vas a estar conforme con lo que tienes, por lo que creo que si toda esa gente multimillonaria donara toda su fortuna a los países pobres, quedándose ellos con el dinero que posee una familia corriente y pudiendo los pobres vivir como vivimos la mayoría de nosotros, la vida iría mucho mejor, todos seríamos más solidarios, no existirían las clases sociales, y nadie se consideraría mejor que nadie. Es decir, si en lugar de gastar dinero en guerras, o en caprichos innecesarios, en el mundo se propagase la solidaridad y todos pudiéramos tener más o menos el mismo salario, sin guerras o batallas innecesarias, el mundo iría mucho mejor. Aunque también se, que eso es imposible que suceda, porque en el mundo hay mucha gente mala y egoísta que lo único que les importa es su vida, y les da igual como vivan los demás. Por este motivo no estoy de acuerdo con ninguna de las dos posturas de la Iglesia, ya que en ninguna de ella se preocupan por los pobres, sino todo lo contrario, les humillan y les tratan mal, y además, las dos son muy radicales, una por creer que lo mejor es ser pobre al igual que fue Cristo y la otra por el contrario, creer que deben de ser ricos para ser mejores que nadie.

En cuanto a la discusión en la abadía, se puede decir que tornó sobre si Jesucristo recibía algún regalo o riqueza tenía derecho a quedarse con ella o por el contrario regalarla a su vez a algún desamparado, y también sobre si las órdenes mendicantes debían ser ilegalizadas o no; son órdenes religiosas aquellas cuya regla impone la pobreza no sólo de los individuos, sino también de los conventos, y que obtienen lo necesario para su mantenimiento de la limosna de los fieles. Estas nuevas órdenes respondían a las necesidades de la Iglesia y de la sociedad del momento por lo cual se alejan de alguna de las concepciones propias de la vida monástica tradicional. En primer lugar, la vida monástica buscaba aislamiento. Por el contrario, los mendicantes se establecían en el corazón de las ciudades para atender espiritualmente a una población urbana en constante crecimiento. En segundo lugar, les caracteriza la adopción de la pobreza absoluta, tanto individual como colectiva, respondiendo a la aspiración del momento de volver a una Iglesia pobre, como la de los primeros tiempos, como la de los evangelios. Al negarse a poseer bienes, recurrían a la mendicidad para obtener lo imprescindible para poder vivir. De ahí viene el nombre. Aunque con el tiempo, y por la necesidad de asegurar la permanencia espiritual se mitigó esta pobreza aceptando lo pobreza colectiva y el uso de rentas. Por último, respondían a la urgente necesidad de predicar como medio de contrarrestar la influencia de los herejes. Y para que la predicación estuviese siempre dentro de la ortodoxia y poder contestar eficazmente, a éstos se les consideró los mendicantes quienes debían de tener una buena formación religiosa e intelectual. En cuanto a estas órdenes mendicantes, considero, al igual que he mencionado antes en los franciscanos (ya que éstos eran mendicantes), que vivir en la pobreza por seguir el modelo de vida de Jesucristo es totalmente innecesario, y que además, tener que mendigar y vivir de la caridad por haber renunciado a todo tipo de propiedades o bienes, tanto personales como comunes, es una auténtica tontería. ¿Que pasa, que por ser pobre al igual que Cristo eres más creyente que los que no lo son? ¿Por vivir de la caridad eres mejor cristiano? Creo que son preguntas que hoy en día se contestan por sí solas, porque no queda ya nadie que tenga esas creencias, nadie quiere ser pobre para imitar la vida de Cristo, porque a nadie le gusta ser pobre y vivir de la caridad. Antiguamente se realizaban esas cosas porque la Iglesia “comía mucho la cabeza” a los cristianos, y porque la gente no veía otra salida, ya que si se oponían a esas prácticas cometerían una herejía y serían castigados y matados por la Inquisición. Pero afortunadamente, hoy en día las cosas han cambiado, y por ser ateo y creer en Dios de diferente manera no eres castigado por nadie, ya que del mismo modo, podían ser los no creyentes los que castigasen a los creyentes.

Cambiando totalmente de tema, en el libro aparecen los inventos más innovadores y “modernos” (como por ejemplo las lentes), los cuales eran, a menudo, acusados de ser inventos del diablo; como la conversación que tienen Guillermo y Nicola; Guillermo le enseña sus gafas, y Nicola quedó impresionado; si él intentase fabricar unas le acusarían de brujería y manipulación diabólica. Pero hay dos clases de magia según apunta Guillermo, una que es la obra del diablo, que se propone destruir al hombre mediante artificios; la otra es obra divina, de Dios que se manifiesta a través de la ciencia del hombre, que sirve para transformar la Naturaleza, para prolongar la vida del hombre. Ésta última es sabia y los sabios deben dedicarse a ella. Pero ¿por qué los que poseen ese conocimiento no lo comunican al pueblo de Dios? La respuesta es sencilla, porque no todo el pueblo de Dios está preparado para recibir tantos secretos; y a menudo sucede que los descubridores fueron confundidos con magos que pactaron con el diablo; y además no siempre los secretos de la ciencia debían estar a disposición de todos, ya que alguien lo podría utilizar para fines malignos, entonces habría que defenderlos de los simples ya que no son capaces de saber los resultados que va a dar; pero también hay que defenderlos de los sabios; ya que éstos siendo buenos conocedores de la ciencia la podrían desarrollar, para hacer daño. Esto no significa que no haya que revelar nunca dichos secretos, lo deben de decidir los sabios, cuando, como y en qué medida; por eso es bueno que los libros no estén al alcance de todos como en el caso de la abadía. Este tema me parece impresionante, los sabios no podían investigar tranquilamente e inventar accesorios importantes para el desarrollo del hombre porque podían ser acusados de brujos y manipulación diabólica. Es algo que me ocasiona risa, porque se observa que antiguamente no se quería evolucionar, todo lo relacionado con un cambio, aunque fuese positivo, tenía que ser obra de brujería, no aceptaban las mejoras en la calidad de vida. Afortunadamente la vida ha cambiado radicalmente en ese sentido, hoy en día todo lo que utilizamos es obra de algún sabio que tras largos períodos de investigación y estudio ha logrado realizar algo que nos hace la vida más sencilla. Es totalmente surrealista que en la Edad Media, el crear una lentes para ver mejor, se pudiera considerar como una obra de brujería y el que las realizara fuera acusado de manipulación diabólica, ya que además, en la abadía del libro, se observa como todos los monjes se dedican a la lectura y al manuscrito de obras, por lo que su vista con el tiempo disminuiría y ese sería un invento totalmente útil, y también queda reflejado, cómo muchos libros no estaban al alcance de los monjes, ya que como he mencionado más arriba, dichos avances o descubrimientos no podían estar al alcance de todos porque los podían utilizar con fines diabólicos. Esta manera de concepción de la vida es algo impensable al día de hoy, pero es entendible en aquella época, puesto que al igual que en sus creencias religiosas, no veían más allá de lo que les contaban y no se atrevían a revelarse por lo que les pudiera pasar, por lo que llevaban una vida que aunque no fuese la que ellos deseaban, era la que más les convenía.

Relacionado con lo anterior, la brujería constituía la reliquia de determinados aspectos de ritos arcaicos populares, y en especial los cultos a la fertilidad. La creencia en las prácticas mágicas en las que intervenían espíritus y demonios era casi universal. En el libro aparece cuando Salvatore con el fin de conseguir el amor de la muchacha intenta realizar un conjuro con un gato negro, pero Bernardo Gui (el inquisidor que ha llegado para el consejo) descubre a Salvatore con la muchacha en la cocina y la acusa a ella de brujería, y a él le somete a un juicio por herejía y por los asesinatos de la abadía. Al día siguiente se los llevan hacia Aviñón, a la muchacha la queman en la hoguera durante el viaje y a Salvatore le ahorcan una vez que llegan. Aunque hoy en día sigue habiendo ritos de ese tipo, la mayoría de las personas, entre las que me incluyo, no creen en ellos; y las personas que creen y que los realizan, en oposición al libro, no son acusados de herejes ni castigados por nadie, sino que son respetados. Bien es cierto que hay muchas mujeres que al día de hoy dicen ser brujas (mayormente en los países desarrollados), porque tienen la capacidad de leer el futuro de las personas, saben o mejor dicho, dicen saber lo que le va a pasar a cada uno, pero en varias ocasiones se ha demostrado que no es cierto lo que dicen, fallan mucho en sus predicciones, por eso la mayor parte de la gente no confía en ellas. Por supuesto que son respetadas en nuestra sociedad, pero no por ello dejan de ser criticadas. Sin embargo, en los países subdesarrollados, se siguen practicando ritos en los que participan todas las tribus, con el fin de conseguir la fertilidad, ritos funerarios, ritos de paso en los que se muestra el cambio de la vida de una persona a otra… Son ritos que en todos esos países consideran ciertos y practican muy a menudo. Pero esto, al igual que ocurría en España en la Edad media, es fruto de la incultura, o del malo conocimiento de la vida. Fruto de no haber visto otra cosa y de haber oído siempre que esas prácticas son lo mejor. En los países subdesarrollados ocurre eso porque están a falta de todo avance científico y tecnológico, carecen incluso de agua y comida, y es lo único que les queda para mantenerse unidos y vivir tranquilos y felices.

Para concluir, en el libro se dice que sin temor, la fe no existe. Razón, conocimiento, temor y fe, son los elementos que hacen o deshacen a la fe en sí. En esa época, la fe, se basaba en el temor a Dios y su poder, ya que los fenómenos naturales eran explicados de esa manera. La razón como método de conocimiento, se oponía a las ideologías cristianas. Una explicación racional de la fe era un arma peligrosa para el régimen controlado por los curas, ya que la risa aleja el temor y sin temor no hay fe. La razón es lo opuesto a lo milagroso (la base de la fe), el hecho de impedir que las sociedades piensen por medio de este tipo de explicaciones, las mantiene controladas, los pobres temen a los curas, ya que estos son quienes tienen la palabra de Dios, que es a quien más temen. Se observa como creían que Dios era el autor de todas las cosas, gobernaba el mundo, era el encargado de todo lo que ocurría en la tierra, pero, sin embargo, comenzó a surgir la razón como método de conocimiento, lo cual se encontraba en oposición a la doctrina cristiana y era rechazado por la Iglesia. Hoy en día se ha demostrado que la razón, es el verdadero camino al conocimiento, gracias a ella se han conseguido todos los avances y gracias también a ella, muchas personas se han dado cuenta de que Dios no pude ser la causa de todas las cosas, porque si fuese así y Dios fuese tan bueno como se dice que es, ¿por qué habría guerras en el mundo? ¿por qué existe gente pobre? ¿por qué cada día mueren de hambre cientos de niños? Son preguntas que no tienen respuesta si consideramos a Dios como un ser superior causante de todas las cosas, pero si confías en la razón, te das cuenta de que en la vida siempre unos ganas y otros pierden, no existen milagros que curen al ciego o al enfermo de SIDA, no por reír dejas de tener fe… También te das cuenta de que es imposible que el primer humano haya salido de una costilla de Adán, es mucho más lógico que el ser humano sea el resultado de millones de años de avance de un homo sapiens, o que después de la muerte los buenos van al cielo (una especie de paraíso) y los malos al infierno, puesto que si se supiese claramente que eso es así, todo el mundo se mataría para poder seguir viviendo en el paraíso sin ninguna preocupación ni problema. Bajo mi punto de vista, la razón es mucho más convincente para explicar el hecho de que existamos y tengamos esta vida, que la fe, puesto que basarse en el temor a Dios y en su poder para explicar todo, no tiene ningún sentido.

A modo de conclusión quiero mencionar que los temas del libro, la mayoría de ellos relacionados con la Iglesia, están hoy en día ya muy anticuados, sobre todo para los jóvenes, puesto que muchas personas de hoy en día, como fueron educadas con esas creencias en Dios, aún hoy siguen creyendo en ello; y precisamente por eso, este libro te ayuda a aprender como era la vida en aquella época y te sirve para reflexionar y valorar cómo es nuestra vida en esta época.




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Enviado por:Isa
Idioma: castellano
País: España

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