Literatura
El misterio de la cripta embrujada; Eduardo Mendoza
Izaskun Caldero Lozano - 4º E.S.O.
Trabajo de lectura
1.- La época: desde el franquismo a nuestros días y la literatura |
2.- Relación historia española - Eduardo Mendoza |
3.- La novela de la literatura contemporánea |
4.- Biografía de Eduardo Mendoza |
5.- La obra: “El misterio de la cripta embrujada” (ARGUMENTO, PERSONAJES, RELACIÓN AUTOR - OBRA)
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6.- Conclusión |
7.- Bibliografía |
1.- La época: desde el franquismo a nuestros días y la literatura
Tras el final de la guerra civil española, el general Francisco Franco aplicó un régimen autoritario en España, cuyas ideas estaban muy próximas a las de otros dictadores como Hitler y Mussolini. Muchos españoles de carácter republicano, y entre los que se contaban también muchos escritores, decidieron partir hacia el exilio. Entre los que optaron por quedarse en España hubo algunos que prefirieron guardar silencio, lo que se ha llamado “exilio interior”.
Por estas y otras razones, desapareció la maravillosa tradición literaria formada antes del comienzo de la guerra.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, España quedó totalmente aislada de los demás países debido a la victoria del bando aliado sobre Alemania e Italia. Los escritores españoles quedaron aun más apartados si cabe de la literatura extranjera. Las novedades literarias de otros países que conseguían llegar a nuestro país lo hacían clandestinamente, debido a la censura de la época, y en traducciones pésimas.
A partir de la década de los 50, nuestro país comenzó a abrirse de forma progresiva al exterior. En el año 1953 firmó el tratado por el que daba ayuda militar a EE.UU. y en 1955 entró a formar parte de la ONU. Todo esto provocó una notable mejora de las condiciones económicas y de comunicación respecto al exterior de nuestro país.
En cuanto a la literatura de esta década, se empezó a observar una tendencia a denunciar la opresión y la injusticia agravadas por la autocensura. Esto dio paso a un nuevo concepto de realismo influenciado por el neorrealismo del cine italiano.
Durante los sesenta se llevó acabo una etapa de desarrollo y expansión en cuanto a economía se refiere. La dictadura franquista se consolidó y se hizo con la aprobación de la Ley Orgánica del Estado. Sin embargo, la oposición al régimen de Franco se hacía cada vez más constante.
En literatura comenzaron a cansarse del realismo social y empezaron a buscar nuevas formas de expresión. Se impone el experimentalismo.
Entre los años 1970 y 1975, última etapa del franquismo, se consolidó la apertura de España al extranjero. España se encontraba entre los países industrializados gracias al desarrollo de la época anterior.
Respecto al panorama literario español, la retirada de la censura provocó la entrada masiva de literatura extranjera de tipo variado, los exiliados regresaron a su país y se expandió la literatura hispanoamericana. El experimentalismo del que he hablado antes fue concediendo paso a una cierta vuelta a los clásicos.
Tras la muerte de Franco en el año 1975, España da un giro de 180º y se instaura una democracia de la mano de Juan Carlos I.
En la actualidad, bajo el reinado de Juan Carlos I la literatura está en un periodo de estabilidad y mestizaje, provocado por las literaturas de otros países.
2.- Relación historia española - Eduardo Mendoza
Eduardo Mendoza nació en el año 1943, dos años antes del fin de la Segunda Guerra Mundial. Durante estos años, como ya hemos apuntado, España se encontraba en una mala situación general, afectada por la reciente guerra civil que había sufrido he influenciada por la derrota bélica de Alemania e Italia. Mendoza no se vio afectado por la situación literaria de esta época ya que él no empezó a escribir hasta varias décadas después, en 1975, año en el que publicó su primera novela titulada “La verdad sobre el caso Savolta”.
En 1973, cuando parecía que España empezaba a levantar cabeza, Mendoza decidió partir hacia Nueva York harto de su Barcelona “vieja y aburrida”. Allí, a parte de trabajar como intérprete de las Naciones Unidas, dio muestras de sus dotes literarias. Influenciado por la literatura americana, se interesó por la novela policíaca mezclada con la novela negra, sin embargo, casi siempre ambientaba sus obras en escenarios importantes y conocidos de su país.
Si bien es cierto, Mendoza contribuyó a la introducción de nuevos elementos y géneros extranjeros en España durante los años 1970 y 1975 porque hasta entonces, la novela policíaca no llamaba especialmente la atención en nuestro país, y de este modo volvió a resurgir. Así con todo, no se puede hablar de un auge de la novela policíaca, puesto que había muchísimos géneros nuevos, pero sí jugó un papel importante.
3.- La novela de la literatura contemporánea
La novela es el género más cultivado de la literatura española contemporánea. Max Aub es autor, entre otras obras, de “El laberinto mágico” (amplio panorama sobre la guerra civil) y “La verdadera historia de la muerte” de Francisco Franco (1960). Una de las mejores novelas de Francisco Ayala, crítico y sociólogo además de novelista, es “Muertes de perro” (1958), que describe el mundo esperpéntico de una dictadura americana. Las novelas “La familia de Pascual Duarte” (1942), de Camilo José Cela, y “Nada” (1944), de Carmen Laforet, figuran entre las más destacadas de un nuevo tipo de realismo conocido como tremendismo, que se caracteriza por la presencia del antihéroe y la insistencia en los aspectos más sórdidos y desagradables de la vida. Cela, galardonado con el Premio Nobel en 1989, ha escrito novelas de estilos muy diferentes y es también conocido por sus libros de viajes. “La colmena” (1951) es para algunos su mejor novela.
Una variante más tradicional de realismo es la que representan las obras de escritores como Ignacio Agustí, a quien se debe el ciclo “La ceniza fue árbol”, centrado en la burguesía de Cataluña, y José María Gironella, autor de “Los cipreses creen en Dios” (1953), que inauguró una saga de conflictos familiares que simbolizan las disputas políticas que condujeron a la Guerra Civil española. Miguel Delibes destaca por sus libros de viajes y novelas realistas, entre las que sobresalen “La sombra del ciprés es alargada” (1948) y “Cinco horas con Mario” (1966). Ana María Matute, que ingresó en la Real Academia Española en 1996, y que suele emplear un realismo exagerado pese a sus arranques líricos, encuentra en la infancia uno de sus temas habituales y es autora de libros como “Los niños tontos” (1956) y “Primera memoria” (1959). “El Jarama”, de Rafael Sánchez Ferlosio, es una novela objetiva en extremo, de estilo innovador en su época que su autor no tardaría en abandonar. Las novelas de Juan Goytisolo abordan problemas existenciales y son un alegato contra el vacío histórico de la sociedad española; entre sus obras más famosas se encuentran “Reivindicación del conde don Julián” (1970) y “Paisajes después de la batalla” (1982). Entre las novelas de Ramón J. Sender, considerado por algunos como el novelista más importante de esta generación, se incluyen “Mr. Witt en el cantón” (1935), “Crónica del alba” (1942) y “Réquiem por un campesino español” (1960).
El mismo proceso que llevó la poesía posbélica se dio en la narrativa. Pero en este caso las influencias foráneas desde James Joyce a William Faulkner, John Dos Passos, Franz Kafka o André Gide supusieron innovaciones temáticas y estilistas cuyo resultado fue una rica diversidad de obras y autores, de tal manera que se puede afirmar que de “los cinco millones de procedimientos que hay para contar una historia” (según Henry James) se están empleando todos. Entre los autores importantes de la narrativa actual cabe citar a Alfonso Grosso, Juan Marsé, Mercedes Salisachs, Eduardo Mendoza, Aquilino Duque, Lourdes Ortiz, Luis Mateo Díez, Julián Ríos, Adelaida García Morales, Arturo Pérez-Reverte, Almudena Grandes, Mariano Antolín Rato, Quim Monzó o Rafael Chirbes, entre otros.
*Vieja portada de la Séptima edición del año 1985 de la Biblioteca de Bolsillo de la Editorial Seix Barral.
4.- Biografía de Eduardo Mendoza
Nacido en Barcelona en 1943, Eduardo Mendoza fijó su residencia durante unos años, desde 1973 hasta 1982, en Nueva York, donde trabajó como intérprete en las Naciones Unidas.
En 1975 publicó su primera novela “La verdad sobre el caso Savolta”, empezando una carrera literaria que continúa hoy. En esta obra recrea la Barcelona de 1917-1919 manejando con habilidad diversos lenguajes narrativos y una estructura sólidamente organizada. Con ella obtuvo el reconocimiento inmediato y en 1976 fue galardonada con el Premio de la Crítica.
A parte de novelas, también es autor de una obra teatral, “Restauración” (1990), y, en colaboración con su hermana, del estudio titulado “Barcelona modernista” (1989).
Mendoza se ha confesado miembro del extraño Club de Desarraigados en el que los funcionarios internacionales forman un elemento particular. Con un sueldo digno y cierto bienestar material, el funcionario que deambula por ciudades como Ginebra, Viena, Estambul o Nueva York es, de todas formas, un marginal que vive en contacto con otros marginales. Ese mundo, de indiscutible atractivo, puede llegar a convertirse en núcleo de la inestabilidad, cuando uno ya no sabe muy bien quién es, ni dónde está, ni qué idioma habla. Por suerte para sus lectores, el escritor catalán ha conseguido sacar provecho a su peregrinaje. Decidió renunciar a su profesión nómada cuando empezó a intuir, aun sin estar del todo convencido, que se podía vivir de la literatura.
A pesar de las apariencias, Eduardo Mendoza no es ningún solitario. Está casado y tiene dos hijos; durante años mantuvo una intensa relación con los novelistas Juan Benet y Juan García Hortelano, así como con el poeta y académico Pere Gimferrer, que ha sido el editor de casi todas sus obras en España. Se le puede ver lo mismo en actos cívicos que en celebraciones oficiales, aunque prefiere los primeros a las segundas porque se siente más a gusto rodeado de su gente. A menudo, desayuna con su vecino Félix de Azúa, con quien comenta, no siempre de manera pacífica, los titulares de la prensa.
Mendoza ve su ciudad natal como sólo alguien que ha pasado años fuera de ella es capaz de apreciar: comparándola: “Porque he nacido aquí y hace cincuenta años que veo su evolución. En una ciudad todo es anónimo, y las cosas funcionan de una manera muy poco humana, que es, al mismo tiempo, la más humana de todas. Barcelona y yo hemos formado un matrimonio que ha ido muy bien. Hemos tenido hijos muy sanos y fuertes. Pero mi intención no era esta. A mí lo que me interesaba era lo que sucede en la ciudad. Así, en genérico”.
Este interés particular por lo urbano tiene algo que ver con los diez años que el escritor pasó en Nueva York. Allí se fue aburrido de una Barcelona triste, que esperaba el cambio, pero sin saber cómo ni cuando iba a llegar: “Cuando llegué a Nueva York en 1973 parecía que era el infierno, la gente sólo veía al navajero o al violador. Cuando me fui, años después, eran las mismas calles, el mismo índice de criminalidad, pero la gente iba como si fuera al Trianón. Barcelona era un buen ejemplo de ciudad, dio la batalla de la modernidad y creo que la dio bien”.
5.- La obra: “El misterio de la cripta embrujada”
El género: aproximación a la novela policíaca
“El misterio de la cripta embrujada”, de Eduardo Mendoza, fue publicada en el año 1979, es decir, durante sus años de vida en Nueva York. Quizás sea por esto la mezcla de novela policíaca y novela negra con bastantes notas de humor de la obra.
Si es cierto que en España, tanto respecto a la novela policíaca como a la novela negra, no se da una tradición en cuanto a que sea posible coordinar obras y autores del país, tampoco lo es el pensar que no hay antecedentes de lo que llamamos “novela criminal” entre cuyos límites podemos colocar la obra de Eduardo Mendoza que estamos analizando.
En opinión de Vázquez Montalbán, la novela policíaca que se escribe en España “responde a dos objetivos dominantes: probar la verosimilitud de un relato policial a la española o instrumentalizar determinadas connotaciones de la novela negra americana para quehacer posible una novela crónica de lo contemporáneo”.
Para Auden, Wystan Hugh (1907-1973; poeta, dramaturgo y crítico literario norteamericano), el relato detectivesco se basa en lo siguiente: “Hay un asesinato, son muchos los sospechosos, estos son eliminados todos ellos salvo uno, que es el asesino, y el asesino es detenido o muere”. Howard Haycraft va más allá, al señalar “en una historia detectivesca, el crimen es únicamente el medio para llegar a un fin: la averiguación”.
Argumento
En 1977, se produce la misteriosa desaparición de una niña en el colegio de las Madres Lazaristas de San Gervasio, pero lo más curioso del caso es que hace exactamente seis años en el mismo colegio se produjo un hecho muy parecido al ocurrido por lo que todo apunta a que las desapariciones tienen una relación.
El comisario Flores, encargado del caso, hace llamar a un enfermo internado en un psiquiátrico al que promete la libertad a cambio de resolver el caso ya que así demostraría que ya no estaba loco. Este individuo, al que llamaremos “detective” ya que en ningún momento se le da un nombre concreto, se fue a Barcelona para poder comenzar su investigación.
Lo primero que hizo fue visitar a su hermana que trabajaba en una especie de “burdel”, allí se encontró con un sueco, cliente de su hermana, con el que se vería más tarde en una pensión donde se hospedaba amenazándole con un arma de fuego. Tras propinarle un fuerte golpe al sueco que supuestamente le había matado, el detective salió huyendo del lugar al venir la policía en su busca. El detective tras ir al lugar donde trabajaba su hermana, fue con ella a su casa, pero se sorprendió al encontrar allí el cadáver del sueco. Un poco más tarde vendría la policía pillándoles con el muerto, pero el detective, con una de sus astucias logra escapar dejando atrás a su hermana detenida. A partir de allí el detective se dirigió al colegio de las Madres Lazaristas donde drogó al jardinero para poder obtener información que necesitaba para resolver el caso. Éste le dijo que antes había otro jardinero que conocía muy bien a las niñas del colegio. Este otro jardinero le dijo que la joven que desapareció hace seis años era Isabel Peraplana, muy amiga de Mercedes Negrer. Al saber esto el detective hizo una visita a Isabel Peraplana para poder interrogarla pero ésta aseguraba que no sabía nada de lo que le estaba hablando. Después de esta visita inútil el detective fue a La Pobla de l'Escorpi, donde vivía Mercedes Negrer.
Después de pasar la noche en su casa, el detective consiguió por fin que Mercedes le contase toda la verdad sobre lo sucedido hace seis años. Cuando el detective regresa a Barcelona descubre que Isabel Peraplana está siendo llevada a una ambulancia lo que le hace suponer erróneamente que se había suicidado, por lo que decide quedarse delante de la casa de los Peraplana para ver que pasaba, pero por una enorme casualidad advirtió a Mercedes Negrer que estaba pasando por allí ya que había visitado horas antes a Isabel. Tras este encuentro el detective decide, con la ayuda de Mercedes, seguir al señor Peraplana que se dirigía a la consulta de un dentista. Un rato después Peraplana salía con el dentista con la niña desaparecida enrollada en una sábana para llevársela con él y devolverla secretamente al internado. Tras esto el detective subió a la consulta del dentista donde este le contó que Peraplana le había obligado a entregarle a su hija para usarla como hizo con su propia hija hace seis años en la que fue acusada de asesinato. Tras esto el detective se dirigió a la Cripta de la que le hablo Mercedes. Ya en la cripta éste se perdió por el laberinto hasta que se desmayó. Más tarde, cuando se despertó, se encontró con el comisario Flores y Mercedes que le habían encontrado. A partir de ese momento siguieron todos juntos hasta encontrar un funicular abandonado que les llevaría hasta una casa donde vivía una familia que no tenía nada que ver con el caso.
Tras esto, vino un coche patrulla que les iba a llevar a Barcelona; por el camino, el detective decidió explicar como logró resolver el caso. En su explicación afirmaba que Peraplana era el autor de todo lo sucedido, incluida la muerte del sueco ya que estaba metido en un asunto de tráfico de drogas. Pero el comisario Flores decidió cerrar el caso porque el detective estaba acusado de muchos delitos, por lo que el comisario Flores decidió no darle la libertad puesto que supondría mucho papeleo seguir con el caso en los tribunales, pero le reconfortó al decirle que había ayudado a Mercedes Negrer a salir de la marginación a la que estaba sometida en aquel aburrido pueblo.
Personajes más importantes
Sólo voy a hacer hincapié en estos dos personajes, a pesar de que la obra está llena de diferentes y muy distintos personajes, ya que me parecen los dos más importantes porque son los que, al fin y al cabo, resuelven el caso:
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El “detective”: es un enfermo mental que perdió a sus padres siendo muy joven. Tiene una hermana mayor: Cándida. Le gusta jugar al fútbol y tiene un gran don para la investigación. Por ello, el inspector encargado del caso, le elige como ayudante. Consigue resolver el caso pero al final el inspector no le da la prometido (su libertad) por sus antecedentes, pero queda satisfecho porque ha ayudado a otra chica, Mercedes.
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Mercedes Negrer: fue una estudiante del colegio de las Madres Lazaristas de San Gervasio. Al ser testigo de la desaparición de su amiga Isabel Peraplana y debido a la influencia del padre de su buena amiga, se tuvo que exiliar a un pequeño pueblo donde ejercía de maestra y se aburría mucho en la rutina. Físicamente, la describen como una persona muy atractiva. Es también un personaje clave para la resolución del caso.
A parte de estos personajes hay muchos otros como, por ejemplo, el comisario Flores, las monjas del colegio, la hermana del detective, el sueco, Isabel, sus padres, los jardineros, el dentista...
Relación AUTOR-OBRA
En la obra de Eduardo Mendoza que estamos tratando de analizar, “El misterio de la cripta embrujada”, hay que resaltar el propósito de crónica social contemporánea y no olvidemos, como apuntan las palabras de Javier Coma, que “de las notas típicas de la mejor novela negra es el testimonio sociopolítico”. Eduardo Mendoza incluye matices de la realidad a esta obra, como también lo hizo con sus demás producciones.
De este modo, la acción se encuadra en un tiempo y un escenario relativamente conocido para nosotros, los lectores.
A continuación doy muestra de algunos ejemplos:
“Con la celeridad que caracterizaba a las fuerzas del orden en la era preposfranquista, me personé...”
“Con Franco vivíamos mejor -murmuró el anciano jardinero”
“...y de dediqué unos segundos a trazar un plan para cuya ejecución recurrí una vez más a los cubos de basura, que se habían convertido para mí en ventajoso sustituto del Corte Inglés”
“Fue papá hombre de suerte variable: de la cruzada fraticida del 36 - 39 salió mutilado, ex combatiente y ex cautivo de ambos bandos”
“Mal, como de costumbre -dijo el falso taxista-. Veremos a ver ahora con las elecciones. Yo pienso votar a Felipe González, ¿y tú?”
6.- Conclusión
Como último he de añadir que el modelo que se puede sacar de “El misterio de la cripta embrujada” coincide con las figuras policíacas y picarescas, con claras uniones hacia el esperpentismo. Aunque, la verdad es que esta obra de Eduardo Mendoza pretende ser una imitación burlesca de estos géneros. Es decir, Mendoza utiliza ciertos rasgos característicos (como el lenguaje, los estereotipos de personajes...) de estos géneros y los fusiona para construir sus novelas de ficción.
Este libro es uno de los que más me ha gustado leer por su acercamiento a la España de la realidad de los 70, que más o menos conozco, en todos los aspectos: tanto histórico, como político y social. Además tiene toques de humor que hacen la lectura muy amena.
7.- Bibliografía
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“La estrategia de la postmodernidad en Eduardo Mendoza”, Miguel Herráez.
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Lengua y literatura, Santillana, 4º E.S.O.
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Página oficial de Eduardo Mendoza en internet
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Enviado por: | Izaskun Caldero |
Idioma: | castellano |
País: | España |