Cerca del año 1200, el monje Johan de Isaba mandó un mensaje urgente mediante una paloma a doña Elvira, la tía del rey don Sancho.
El contenido del mensaje advertía del infortunio del reino de Navarra si don Sancho decidía emprender la marcha en busca de su prometida a tierras africanas.
Las advertencias y predicciones del monje nunca habían fallado, y doña Elvira, presurosa intentó impedir el viaje de su sobrino pidiendo ayuda al mismísimo obispo de Navarra, temerosa de que su otro sobrino Alfonso de Castilla rompiese el tratado de paz e intentase una conquista.
A la vez, intrigada, doña Elvira encarga la tarea al joven Otxoa de descubrir la fuente de información del monje Isaba.
Para esto, el joven debe infiltrarse (no sin reticencia) en el monasterio como novicio y pasar a ser el pupilo de Isaba.
Con el paso de los meses, Otxoa se gana la confianza de su instructor en medicina y justo la noche antes en que el monje ya sentía a la muerte aproximarse sigilosamente hacia si, le revela al joven su mayor secreto: la posesión de El Libro de la Sabiduría, un manojo de pergaminos manuscritos en navarro antiguo que presentan el arte de la adivinación y enseñan a descifrar las señales de la naturaleza como augurios.
Este tesoro había sido delegado a Otxoa como símbolo de cariño y confianza y el joven, para no traicionar a Isaba, decide abandonar el monasterio con destino Vitoria, sin avisar a doña Elvira.
Sin haber frustrado los planes de viaje de don Sancho, doña Elvira envía un sicario tras la pista de Otxoa.
Cuando el cortejo se asienta en África, el rey ve limitados sus movimientos quedándose atrapado en la corte del emir, mientras su primo asedia la ciudad de Vitoria donde está confinado Otxoa.
Meses después, han menguado las provisiones de los vitorianos, lo que obliga a Otxoa a escabullirse de la fortaleza en busca de ayuda.
Él y el obispo emprenden el camino a África para notificar el asedio de la ciudad, y regresan con una orden de rendición.
Mientras, Otxoa se percata de la presencia de una sombra negra que le acecha desde el comienzo de su viaje.
Cuando llegan a Vitoria con la orden, los oficiales disponen la marcha de los ciudadanos de la ciudad, momento que aprovecha Otxoa para escapar del sicario disfrazándose de anciana con la ayuda de un camarada oficial.
El joven y el oficial se acomodan en casa de la hermana del último hasta que un encuentro fortuito con el sicario los obliga a huir del lugar y comenzar una nueva vida de peregrinos junto con El Libro de la Sabiduría.