Literatura


El gesticulador. Corona de sombra; Rodolfo Usigli


Búsqueda de la verdad en las obras antihistóricas de

El gesticulador y Corona de Sombra.

El gesticulador y Corona de sombra son dos obras fundamentales para la literatura mexicana. Usigli era un hombre con una idea motriz: La mejoría nacional y la búsqueda de la verdad a través de sus obras. Sus experiencias logran hacer de él un hombre con visión, capaz de llegar al fondo de los males sociales basándose en los antecedentes históricos. Expone con claridad sus coherentes ideas acerca de la política, sociedad y psicología mexicanas pero no se queda ahí; necesita explicar mayormente, por eso hace extensos prólogos y notas a veces mayores en extensión a las propias obras. No quiere dejar un solo cabo suelto, cada nombre, frase o título tiene una razón de ser. Usigli utiliza símbolos fundamentados en ideología y antecedentes razonados. Su intención es siempre muy directa, como asegura el escritor Beardsell,

“There can be no doubt that Usigli wrote…as a critique of Mexican political

life…As for Mexican audiences, moreover, if they have taken its reference to

historical reality as a metaphor for anything at all, it is a metaphor for the

perennial reality of their country” (p.43)

El gesticulador sorprende por su severidad en la crítica política aun 62 años después de su creación. La verdad duele, un partido surgido de los ideales de la complicada revolución mexicana. Esta obra justifica los demagogos y las atrocidades de corrupción en la cual llevaban un gobierno.

Cesar Rubio, protagonista de El gesticulador se siente un fracasado por no haber alcanzado la bonanza económica, no se da la oportunidad de reconocer como virtudes sus valores; su conocimiento de ser un hombre honrado no vendido a intereses ajenos. Miguel, su hijo, tiene como defectos esas mismas características; presiona y ataca, nunca está satisfecho pero no ve que él mismo se dedica a ser, simplemente un mantenido luchando por causas dudosas sin haber logrado nada en concreto. Él critica, señala, atenta, pero ahí se queda. Puede que sea un rebelde con causa, más no encausado. La esposa, Elena, acepta el eterno femenino sin mayor complicación. Dentro de la obra es quien ejerce la prudencia. Julia, la hija, juega el rol conflictivo edípico, tan característico de los clásicos.

Julia: Me avergüenza guardarte rencor, padre, por haberme hecho nacer...pero

Lo que siento es algo contra mí, no contra ti..¡Siento tanto no poder felicitarte

por tener una hija bonita! A veces me asfixio, me siento como si fuera yo más que

una cara fea...monstruosa, sin cuerpo. Pero no te odio, créelo, ¡No te odio!

(Usigli p. 17)

La visita de Bolton es el punto desencadenante del conflicto. El pone a la vista la oportunidad de lograr lo que nunca ha podido ser. Hay una necesidad imperiosa de

encontrar en algún lugar, un hombre que encarne los pedidos ideales de la revolución. Este toque de verdad conviene al historiador para dar un toque mágico a la narrativa de los hechos. Bolton y Cesar Rubio conversan sobre los héroes y la necesidad de tenerlos para mantener viva la esperanza, para saber que pueden existir hombres de excepción para dar impulso a la consecución del bien colectivo.

Cesar: ¿Y por qué esté héroe y no otro más tradicional, más...convencional, como

Villa, o Madero, o Zapata? Ustedes los americanos admiran mucho a Villa

desde que hizo andar a Pershing a salto de mata.

Bolton: Pero ¿no comprende usted, que sabe tanto de César Rubio? Él es un

hombre que explica la revolución mexicana, que tiene un concepto total de la

revolución y que no la hace por cuestión de gobierno, como unos, ni para el Sur,

como otros, ni para satisfacer una pasión destructiva. Es el único caudillo que

no es político, ni un simple militarista, ni una fuerza ciega de la naturaleza...y sin

embargo manda a los políticos, somete a los bandidos. Es un gran

militar...pacifista, si puedo decir así. (Usigli p.29)

La coincidencia del encuentro de Bolton y Cesar Rubio es algo inexplicable, pero en un pueblo del norte de México se desenvuelve la obra de un profesor que podría ser en verdad el héroe o incluso un hermano suyo pues son homónimos, de la misma edad, del mismo lugar y no hay claros antecedentes sobre la familia del protagonista. Entra en el juego con verdades a medias; nunca confiesa abiertamente ser el general. Les da lo que querían; de reencarnar a un muerto con la firme idea de cubrir todos sus anhelos. Al fin sería un triunfador ocupando la gubernatura del estado.

Navarro que es el peor de los peores, ha llegado a altos puestos mediante la muerte, el robo, el engaño y cosas que ni los más sucios se atreven a hacer. Mata dos veces al héroe, el verdadero y al fingido, que planeaba hacer cosas mejores y gobernar en verdad.

Navarro: ...quiero decirte que no seas tonto, que te retires de esto. Te puedes

arrepentir muy tarde. Tú no conoces la política, César. Esto no es la

Universidad de México. Aquí rompemos algo más que vidrios y quemamos algo

más que cohetes. (Usigli p.81)

La discusión entre Navarro y César es el clímax. Éste último no tiene miedo a encararle; sabe que no tiene más que una pequeña cola pisable, mientras el otro se enfrenta con el miedo, el genocidio, el robo, la transa; quiere meterlo al juego prometiéndole un hueso primero, sentenciándolo a muerte después.

César: ¿Y quién eres tú para que yo te tema? No soy César Rubio. Pero sé que

puedo hacer bien a mi país impidiendo que lo gobiernen los ladrones y los

asesinos como tú...que tengo en un solo día más ideas de gobierno que tú en toda

tu vida. Tú y los tuyos están probados ya y no sirven...están podridos; no sirven

nada más que para fomentar la vergüenza y la hipocresía de México. No creas

que me das miedo. Empecé mintiendo, pero me he vuelto verdadero, sin saber

cómo, y ahora soy cierto. Ahora conozco mi destino: sé que debo completar el

destino de Cesar Rubio.(Usigli p.83)

El final de la obra no deja lugar a la esperanza. Las cosas quedan igual o peor que antes. Sale con la suyo Navarro; Elena sola, pese de haber advertido el peligro, prefiere la honrada pobreza a los sueños; quiere una vida tranquila junto a su marido. Julia es el personaje más triste: no es nadie, todo lo busca por medio del triunfo de su padre. Miguel iría por la vida con una enorme sombra, la del caudillo. Bien podría aprovecharla para compensar las carencias de las que siempre se quejó, pero la necesidad de buscar la verdad es una contradicción: si lo aceptara habría de pretender ser el hijo del héroe el resto de su vida.

¿Cómo quedarse después? Pensar que es demasiado tarde y no es posible cambiar ante el cáncer del poder, de un sistema ya gastado y acabado por acciones propias a costo del país implica cruzar los brazos y seguir padeciendo. Ser utopista puede acabar como la vida del profesor con sueños. Se puede decir que en México o eres utopista o demagogo, dependiendo desde que partido político; es así como la ha dicho César Rubio,

César:...Puede que yo no sea el gran César Rubio. Pero ¿quién eres tú? ¿Quién

es cada uno en México? Dondequiera encuentras impostores, impersonadores,

simuladores; asesinos disfrazados de héroes, burgueses disfrazados de líderes;

ladrones disfrazados de diputados ministros disfrazados de sabios, caciques

disfrazados de demócratas, charlatanes disfrazados de licenciados, demagogos

disfrazados de hombres. ¿Quién les pide cuentas? Todos son unos

gesticuladores hipócritas. (Usigli p.82)

Corona de sombra es una tragedia en la cual la preocupación de dramatizar la historia es una buena manera de darla a conocer.

“In his studies of the theatre Usigli made it clear that he was fully aware

of the tradition of historical drama, particularly in its connection with Greek,

Roman, Shakespearian, and modern tragedy. Yet he chose to apply the label

“antihistorica” to each of the three Coronas. It is a term that appears to

indicate negation while simultaneously and paradoxically insinuating that each

play does indeed have a historical ingredient” (Beardsell p.164)

El enlace entre El gesticulador y Corona de sombra es que los dos protagonistas; César Rubio y Maximiliano trataron de cambiar su mundo, su pueblo. Trataron de no ser un demagogo más, pero hombres honestos y reales. Las circunstancias de la sociedad los desasieron, creando en las dos obras doble tragedia: el asesinato de los dos.

En Corona de sombra, el Emperador se retrata como un hombre íntegro, que ama profundamente a la nación que lo reclama, un estadista con nueva perspectiva y visión renovadora. Es claro el enfoque, pone a la pareja de carne y hueso, no a las majestades de rígido protocolo, así sean los monarcas de los mayores imperios de los siglos pasados.

En la obra encontramos a un hombre preocupado por su nuevo pueblo, siempre en busca de la aprobación popular, con ideas de progreso, la peculiar transición entre la monarquía y la republica. Tenía la intención de unir a liberales y conservadores incorporando al “Benemérito de las Américas” a su gobierno como primer ministro, pero a fin de cuentas le dan la espalda todos, y muere engañado por todos.

Igual que en El gesticulador, el motor de la historia es un historiador buscando descubrir algo nuevo en la Historia (con mayúscula) de boca de los sobrevivientes. Un

Usigli ávido de conocimientos manifiesta su admiración por la figura académico; Bolton en El gesticulador y Erasmo en Corona de sombra.

Erasmo: En México la llamamos todos Carlota-no se ofenda usted. Es ya una

anciana, una enferma. Puede morir de un día para otro, y nadie en el mundo

podrá saber ya nada de ella. Quizás en lo que diga habrá algo, algo que me

ayude en mi trabajo, que me ayude a entender mejor. (Usigli p. 157)

La ingenuidad de Maximiliano, la idea del soñador de nobles intenciones, es una constante. Su proyecto de un gobierno interesado en el desarrollo de una nación en pañales, políticamente más que inestable, está basado por los sentimientos del pueblo, dolido por la reciente pérdida de la mitad del territorio. Por esto cuida que el país gane más. La belleza del territorio lo deslumbra. Aquí podría hacer aquello vedado por él en Europa por su lugar en la dinastía propia. Es un estadista nato, le viene de casta, ya a diferencia de los políticos mexicanos, la riqueza y el poder son naturales para él. Por lo tanto no es ese su objetivo fundamental; le incomodaba ser sólo un cortesano en Europa sin poder aplicar sus metas conduciendo los destinos de la nación.

Maximiliano: Basta, Carlota. Me creo más fuerte que fuerte que tú, que te dejas

arrastrar por la ambición; me creo más fuerte que Napoleón, porque tengo

escrúpulos; porque es más fuerte el que se abstiene que el que se rinde; porque

hay a veces más valor en no hacer ciertas cosas que en hacerlas; porque se

necesita ser muy fuerte para no delinquir. Lo que tú llamas mi debilidad es mi

fuerza. Y no cortaré la flor viva, si tú quieres, porque no tengo derecho a

cometer la cobardía de privarla de la vida. (Usigli p. 163)

Un tema importante en la obra es la blandura de la iglesia en una etapa fundamental donde pierde sus privilegios de influencia total sobre el estado y la sociedad. El Papa se muestra como el cura de parroquia conciliador y con esperanza en la vida eterna, débil y sin intereses terrenos cuando en realidad el papel clerical fue mucho más importante. El clero veía en Maximiliano la posibilidad de revertir la separación Iglesia-Estado comenzada por Benito Juárez, y así querían recuperar sus bienes.

Carlota: ¿Veis como me creéis loca vos también? Me creéis loca porque defiendo

la vida de mi esposo; pero no se trata sólo de nuestras vidas Santidad. Se trata

de nuestro poder, se trata de una idea política, de un país que os interesa salvar

para Dios, que estará perdido para la Iglesia si Juárez triunfa. Se trata de una

causa. (Usigli p. 201)

Un constante tema en las obras de Usigli es la rabia por no ver a México dónde le gustaría. A través de sus obras “antihistoricas” podemos ver una realidad consciente de la sociedad mexicana. Su teatro ha podido entregar a sus ciudadanos un sentido de identidad y propósito a una nación, y la hambrienta búsqueda por la verdad.

Obras consultadas

Beardsell, Peter. A Theatre for Cannibals. Rodolfo Usigli and the Mexican Stage.

London. Associated University Presses, Inc. 1992

Usigli, Rodolfo. El Gesticulador. New York. Meredith Publishing Company. 1963

Usigli, Rodolfo. Teatro Completo de Rodolfo Usigli. México Fondo de Cultura

Economica. 1966.




Descargar
Enviado por:A Perez
Idioma: castellano
País: México

Te va a interesar