Literatura
El fantasma de Canterville; Oscar Wilde
ANALÍSIS DE LA NOVELA
“EL FANTASMA DE CANTERVILLE”
Personajes Principales:
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Hiram B. Otis
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Sir. Simón de Canterville (Fantasma)
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Mrs. Lucrecia R. Tappan
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Washington Otis
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Virginia E. Otis
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Los Mellizos Otis
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Lord Canterville
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Duquesito
Glosario:
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Guisa: Modo, a manera o semejanza de algo.
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Francachelas: Reunión de varias personas para divertirse.
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Torcaza: Paloma, Torcaz.
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Aperciban: Disponer, preparar, percibir u observar.
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Artesanado: Conjunto de los artesanos.
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Dogmático: Que expresa una opinión de manera categórica.
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Alforfón: Planta herbácea originaria de Asía central.
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Premura: Apremio, prisa, urgencia, falta de una cosa.
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Bermellón: Sulfuro de mercurio pulverizado, rojo vivo.
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Pláceme: Felicitación.
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Osario: Lugar donde se encuentran enterrados huesos.
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Blandiendo: Mover algo con movimiento vibratorio
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Sempiterna: Eterna.
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Ignominia: Situación por la cual una persona pierde el respeto.
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Jergón: Colchón de paja, esparto o hierbas y sin bastas.
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Farfullar: Decir una cosa muy aprisa y atropelladamente.
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Ulteriores: Que se dice, que sucede después de otra cosa.
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Arcabuz: Arma de Fuego portátil de carga por la boca del s. XIV.
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Azada: Instrumento agrícola parecido a la pala.
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Apoplejía: Cuadro clínico consecutivo a la hemorragia cerebral.
OSCAR WILDE
(1854-1900)
Novelista, poeta, crítico literario y autor teatral de origen irlandés, gran exponente del esteticismo cuya principal característica era la defensa del arte por el arte.
Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde nació el 16 de octubre de 1854, en Dublín y estudió en el Trinity College de esa ciudad. De joven solía participar en las reuniones literarias organizadas por su madre. Más tarde, mientras estudiaba en la Universidad de Oxford, destacó en el estudio de los clásicos y escribió poesía; su extenso poema Ravenna ganó el prestigioso premio Newdigate en 1878, y convirtió el estilo bohemio de su juventud en una filosofía de vida. En Oxford, recogió la influencia de innovadores estéticos como los escritores Walter Pater y John Ruskin. De carácter excéntrico, el joven Wilde llevaba el pelo largo y vestía pantalones de montar de terciopelo. Su habitación estaba repleta de objetos de arte y elementos decorativos, como girasoles, plumas de pavo real y porcelanas chinas. Sus actitudes y modales fueron repetidamente ridiculizados en la publicación satírica Punch y en la ópera cómica de Gilbert y SullivanPaciencia. A pesar de ello, su ingenio y su talento le hicieron ganar innumerables admiradores.
Su primer libro fue Poemas (1881), y su primera obra teatral, Vera o los nihilistas (1882), se representó por primera vez en Nueva York, ciudad en la que el autor se encontraba por entonces, de paso en una larga gira de conferencias por los Estados Unidos. Tras ella, se estableció en Londres y, en 1884, se casó con una mujer irlandesa muy rica, Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos. A partir de entonces, se dedicó exclusivamente a la literatura.
En 1895, en la cima de su carrera, se convirtió en la figura central del más sonado proceso judicial del siglo, que consiguió escandalizar a toda la mojigata clase media de la Inglaterra victoriana. Wilde, que había mantenido una íntima amistad con lord Alfred Douglas, fue acusado por el padre de éste, el marqués de Queensberry, de sodomía. Se le declaró culpable en el juicio, celebrado en mayo de 1895, y, condenado a dos años de trabajos forzados; salió de la prisión arruinado material y espiritualmente. Pasó el resto de su vida en París, bajo el nombre falso de Sebastian Melmoth. Se convirtió al catolicismo el 30 de noviembre de 1900, poco antes de morir de meningitis.
Entre sus primeras obras se cuentan dos colecciones de historias fantásticas, escritas para sus hijos, El príncipe feliz (1888) y La casa de las granadas (1892), y un conjunto de cuentos breves, El crimen de lord Arthur Saville (1891). Su única novela, El retrato de Dorian Gray (1891), es una melodramática historia de decadencia moral, que destaca por su brillante estilo epigramático. Aunque el autor describe todo el proceso de la corrupción del protagonista y, a través del sorprendente final, defiende la lucha contra la degradación moral, los críticos de su tiempo continuaron considerándole un inmoral.
Las obras teatrales más personales e interesantes de Wilde fueron las cuatro comedias El abanico de lady Windermere (1892), Una mujer sin importancia (1893), Un marido ideal (1895) y La importancia de llamarse Ernesto (1895), caracterizadas por unos argumentos hábilmente entretejidos y por sus ingeniosos diálogos. A pesar de su escasa experiencia dramática, consiguió demostrar un talento innato para los efectos teatrales y para la farsa, y aplicó a estas obras algunos de los métodos creativos que solía utilizar en sus restantes obras, como las paradojas en forma de refrán inverso, algunas de las cuales han llegado a hacerse muy famosas: “Experiencia es el nombre que cada uno da a sus propios errores” o “¿Qué es un cínico? Una persona que conoce el precio de todo y el valor de nada”.
En contraste con sus comedias, Salomé es una obra teatral seria sobre la pasión obsesiva. Originalmente escrita en francés, la estrenó en París en 1894 la reconocida actriz Sarah Bernhardt. Despues, el compositor alemán Richard Strauss compuso una ópera homónima basada en ella. Lord Alfred Douglas la tradujo al inglés, en 1894, y el artista Aubrey Beardsley la ilustró.
En la cárcel, Wilde escribió De profundis (1895), una extensa carta de arrepentimiento por su pasado estilo de vida. Algunos críticos la han considerado una obra extremadamente reveladora; otros, en cambio, una explosión sentimental muy poco sincera. La balada de la cárcel de Reading (1898), escrito en Berneval, Francia, muy poco después de salir de prisión, y publicado anónimamente en Inglaterra, es uno de sus poemas más poderosos. En él retrata la dureza de la vida en la cárcel y la desesperación de los presos, con un lenguaje bello y cadencioso. Durante muchos años, el nombre de Oscar Wilde sobrellevó el estigma impuesto por la puritana sociedad victoriana. En la actualidad, el artista que se esconde tras ese nombre ha sido reconocido como un brillante crítico social, y sus obras mantienen una vigencia universal. En la literatura en español su influencia se dejó notar en los escritores más esteticistas desde el español Ramón Gómez de la Serna, pasando por el chileno Eduardo Barrios o el catalán Pere Gimferrer. El escritor y editor Ricardo Baeza ha traducido casi toda su obra publicada, primero en España y después en Buenos Aires, donde se exilió durante la Guerra Civil española.
RESÚMEN DE LA NOVELA
“EL FANTASMA DE CANTERVILLE”
La novela comienza cuando Mr. Hiram B. Otis compra la propiedad
Canterville Chase, lugar toda la gente decía que estaba embrujado y que se suscitaban hechos muy extraños en ese lugar.
Al cerrar el trato sobre la venta, Lord Canterville, mencionó a Mr. Hiram, que el fantasma que habitaba en la casa había sido visto por varios miembros de la familia Canterville y a causa de eso habían perdido mucha servidumbre.
Meses después de la venta, se trasladaron a Canterville Chase la familia Otis, La Sra. Lucrecia R. Tappan, Washington Otis, Miss Virginia Otis y los Mellizos Otis.
Tras su bienvenida en la casa, por la ama de llaves, procedieron a pasearse por toda la casa, terminando en la Biblioteca, en la cual estaba la mesa de te, donde todos se sentaron a descansar, hasta que la Sra. Otis advirtió de una mancha de color rojo oscuro a la par de la chimenea. El ama de llaves exclamó que esa mancha se debía a que en ese lugar se había asesinado a Lady Leonor de Canterville y que esa era su sangre y esta mancha no se puede eliminar, a lo que no tardó en responder Washington que con un limpiador el asunto estaría resuelto.
Al otro día, mientras la familia se designaba a desayunar, pudieron darse cuenta que la mancha de sangre había aparecido de nuevo. Y asi trataron de eliminarla pero esta siguió apareciendo de nuevo. Por la noche, mientras todos dormían el Sr. Otis, despertó a causa de el tintineo de cadenas, asi salió al pasillo y al ver a una espectral figura que era la que producía el ruido este se le acercó y le dio un poco de aceite para que sus cadenas, no hicieran ruido. Indignado el fantasma a causa de la falta de respeto que había tenido el Sr. Otis hacia con el, se fue a su cuarto tratando de idear la manera de asustarlos realmente y no terminar así una carrera de fantasma de 300 años.
Y así se hicieron muchos comentarios acerca del fantasma, y mas que nada por el curioso cambio de color de la mancha de sangre, que a veces cambiaba de rojo oscuro, a un color vino, hasta que una mañana amaneció verde y Virginia que evitaba hacer bromas al respecto, el día de ese suceso casi se hecha a llorar.
La segunda aparición del fantasma, la hizo haciendo un estruendoso ruido en el hall, dejando caer una armadura. La familia se precipitó al lugar y al ver al fantasma, los Mellizos le empezaron a disparar con sus cerbatanas, y así escapó enfadado.
Al haberse recuperado del golpe el fantasma decidió deshacerse de una vez de la familia Otis, dándoles un buen susto, pero en sus intentos por hacerlo, era víctima de muchas trampas que astutamente los mellizos le ponían; Hasta que un día decidido de darles su merecido, este se encontró con otro ser espectral al final de un pasillo, lleno de miedo, el fantasma corrió hasta estar a salvo en su aposento, y tras reflexionar un rato decidió que era bueno tener dos fantasmas en la casa, y así terminar mas rápido su trabajo, y decidido en ir a negociar con el otro fantasma, este cayó en la sorpresa que todo era una gran farsa, ya que en las manos el fantasma falso llevaba: “El fantasma de Otis, único y verdadero espectro, cuídese de las imitaciones. Todos los demás son falsificados”.
Después de esto el fantasma decidió dejar por la paz a la familia, por un rato no salió de su aposento, y luego volvió a pasearse por los pasillos de la casa, cuidando de que no lo viera, aunque a pesar de eso le seguían teniendo pequeñas trampas y así se resignó a no causar ningún temor en esa grosera familia norteamericana.
Uno de los días, Virginia, decidió salir a cabalgar con el duque de Chesire, donde ella al tratar de regresar se rasgó el vestido, y cuando iba de regreso por la escalera de servicio, en el cuarto de tapices se encontró con el fantasma, el cual le platicó que su única razón de vivir era asustar a las personas, y como y porqué había matado a su esposa y lo mal que se sentía.
Y así continuando la platica virginia descubrió que la causa de que desparecieran sus pinturas era por que el fantasma las robaba para repintar la mancha de sangre.
Siguieron platicando, y el fantasma confesó que su mayor dicha sería descansar en paz, pero eso sería imposible sin cumplir una profecía que aparecía en la ventana de la biblioteca, la cual decía:
- Cuando una muchacha rubia pueda obtener
Una plegaria de los labios del pecado
Cuando la estéril almendra alumbre
Y una niña vierta sus lágrimas
Entonces habrá quietud en toda la
Casa, y la paz reinará en Canterville.-
Esto significaba que Virginia tenía que llorar por los pecados del fantasma y orar con el por su alma, y si así el fantasma de la muerte se apiadaba de el, este descansará para siempre.
Virginia, se estremeció de miedo, pero aceptó ayudar al fantasma, este emocionado, la llevó hasta la biblioteca donde la pared se esfumó y se convirtió en una gran nube negra, la cual Virginia atravesó junto al fantasma. Al cabo de un rato llamó la hora del te, y al ver que Virginia no aparecía, su madre se preocupó. Al final de cuentas, la buscaron por todos lados, creyeron que un grupo de gitanos que días antes había estado ahí, se la había llevado, pero el Sr. Otis y el Duquecito fueron a buscarla y no la hallaron con los gitanos. Así llegó la hora de la cena, y la Sra. Otis se resignó que por lo menos esa noche no encontrarían a su hija, pero un estruendoso rayo cayó y el portal donde había ido Virginia se abrió de nuevo, y esta pálida apareció con un cofrecito en la mano el cual tenia hermosas joyas que el fantasma había dejado a la familia.
Así Virginia se dirigió a lo que era el aposento del fantasma, donde solo encontró un viejo esqueleto, lo que antes pudo ser el cuerpo del fantasma, Virginia se arrodilló junto a este y comenzó a orar; Inmediatamente uno de los mellizos gritó bruscamente, que el Almendro había florecido. Virginia sorprendida exclamó: -¡Dios lo ha perdonado!- .
Y así el duquecito abrazó y beso a Virginia diciéndole que era un ángel.
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Idioma: | castellano |
País: | República Dominicana |