- Don Juan Manuel -

El Conde Lucanor

A partir del siglo XIII los escritores cultos empezaron a escribir relatos sobre las vidas de los santos, leyendas moralizadoras y otros relatos antiguos, los cuales eran escritos comúnmente en latín y en verso castellano. Esta actividad era conocida como mester de clerecía, se desarrollaba en los monasterios, pero a diferencia del mester de juglaría, este contiene una métrica estricta. El poeta más representativo del mester de clerecía es Gonzalo de Berceo.

Alfonso X el Sabio, realizó una labor que hizo convertir a Castilla en uno de los primeros estados europeos que desarrolló la literatura en prosa. La prosa castellana, que Alfonso X se convirtió en un poderoso medio de expresión, que alcanzó la madurez artística en la obra de Don Juan Manuel, su sobrino, quien escribió la colección de relatos el conde Lucanor.

Fue un escritor español y uno de los narradores más originales de la literatura medieval española.

Nació en Escalona (Toledo). Era Sobrino de Alfonso X el Sabio, al cual lo admiraba por todo lo que hizo “en acrecentar e alumbrar el saber”.

Escribió muchas obras como: Libro de las armas; Libro del cavallero et del escudero; Libro de los estados, el cual fue útil ya que describía a la sociedad organizada en estados o estamentos de aquella época y los deberes que debían hacer cada uno para que Dios salvara su alma.

Pero su obra más conocida es El conde Lucanor (1335), en el que utiliza un esquema narrativo para introducir 51 ejemplos, muchos de ellos son de influencia oriental.

Murió en 1348 en Peñafiel.

El hilo narrativo global es mínimo y responde al siguiente esquema: el conde Lucanor plantea a su consejero Petronio un problema que tiene y éste le responde con un cuento o ejemplo en el que se da una situación parecida al problema del conde.

Un apólogo es una fábula. La fábula es una breve composición literaria en verso o en prosa, cuyos personajes son animales u objetos animados. Normalmente pretende demostrar una verdad moral en forma de advertencia o de consejo, al final se extrae una enseñanza o moraleja.

Existe también otra variante de las fábulas, son las parábolas. Aunque son parecidas porque las dos contienen alegorías, la primera estudia hechos que podían aceptarse posibles o reales, mientras que la segunda se considera más imposible porque aparecen animales parlantes o seres animados.

La obra del conde Lucanor esta formada por apólogos.

Este ejemplo trata de que el conde Lucanor le pide consejo a su fiel consejero, Patronio. Le cuenta que un hombre le ha mostrado un asunto y una manera de cómo podría ser y el conde piensa que el hombre se quiere aprovechar de él. Entonces Patronio le pone como ejemplo la historia de una señora que era muy pobre y empezaba a tener esperanzas de hacerse rica gracias a una olla q llevaba en la cabeza. Empezó a pensar que la podía cambiar por unos huevos y que de éstos nacerían gallinas y así compraría ovejas hasta que al final ganaría muchas ganancias y se haría rica y de tantas esperanzas que se dio empezó a reírse y se dio en la cabeza de forma que la olla acabó en el suelo rota igual que sus esperanzas.

Moraleja: A las cosas ciertas os dedicad

Y las esperanzas vanas dejad.

Quiere decir que más vale conformarse con lo que tienes y dejar de hacerte ilusiones con otras que no sabes si vendrán, porque muchas veces cuando te haces ilusiones por algo desaparecen y ni siquiera te dejan lo que ya tienes.

En este ejemplo el conde Lucanor le propone como problema a Patronio, que a pesar de que Dios le ha hecho muchas cosas buenas por él, como su hacienda, se siente apremiado por la pobreza. Entonces Patronio para consolarlo, le cuenta la historia de dos hombres que fueron muy ricos. Uno de ellos era tan pobre que mientras se acordaba de su riqueza y ahora era tan pobre y se moría de hambre que tenía que comer altramuces. Mientras los comía y lloraba tiraba las cortezas al suelo y cuando se dio cuenta de que tenía un hombre a su lado que le dijo que era mucho más rico que él y ahora tenía que comerse las cortezas que él tiraba. Cuando vio que comía los altramuces en vez de las cortezas que eran peor, entendió que había gente más pobre que él. Y con este consuelo se esforzó y buscó manera de salir de aquella pobreza hasta que al final lo consiguió.

Moraleja: Por pobreza nunca desmayéis,

pues otros más pobres que vos veis.

Con este ejemplo don Juan quiere hacernos entender que no nos pensemos que somos más pobres y más desgraciados porque hay otras personas que son mucho más pobres y desgraciadas que nosotros, y así aprendamos a valorar lo que tenemos y hacer como el hombre que comía los altramuces, luchar y esforzarse por tener cosas mejores.