Literatura
El conde Lucanor; Don Juan Manuel
Cuento I
Lo que sucedió a un rey con un ministro suyo.
Patronio le cuenta a su jefe el cuento del rey que tenía amistad con un ministro suyo, cosa que envidiaban los demás ministros y que para poner fin decidieron tender una trampa en la que le dijeron al rey que el ministro procuraba su muerte, y aunque el rey no había hecho caso de las bulas anteriores, ésta le preocupó y decidió desenmascarar al ministro.
A los pocos días comenzó a decirle al ministro que quería dejar todo su reinado, así como su familia y que heredaría al ministro, cosa que a espaldas del rey el ministro aplaudió, aunque al llegar a su casa, en la que tenía a un huésped, le pidió consejo, y este le dijo que no se hiciera ilusión, que la realidad seguramente sería diferente, y le dijo que simulara que quería seguir siendo súbdito de su rey.
Y así hizo, se puso una ropa muy vieja a la que cosió por dentro monedas de oro, y se fue de madrugada a ver al rey.
Cuando llegó a palacio, le dijo al rey que seguiría con él fuese donde fuese y que llevaba dinero para que no les faltara de nada. Entonces el rey no volvió a desconfiar de su ministro.
Cuento II
Lo que sucedió a un honrado labrador con su hijo.
Una vez mas, Patronio le explica a su amo un cuento para resolver la duda de éste. Esta vez era la e un labrador que cada vez que tomaba una decisión, su hijo le reprochaba los inconvenientes, fuera cual fuera. Entonces un día fueron con una bestia al mercado y cada persona que les veía criticaban lo poco que trabajaba la bestia, y al oírlo, se subió el hijo, pero les criticaron, se bajó el hijo pero les criticaron, y así de todas las maneras posibles. Al final el padre le dijo que no había que poner pegas, sino que uno hiciese lo que le haga sentir mejor.
Cuento III
Del salto que dio en el mar el rey Ricardo de Inglaterra peleando contra los moros.
Patronio cuenta a su jefe como el rey Ricardo se lanzó a los moros por defender a dios, no por la guerra, y que para defender a dios, tiene que ser luchando, no en un monasterio.
Cuento IV
Lo que dijo un genovés a su alma al morirse.
Un señor genovés muy rico, que estaba cerca de la muerte, reunió a su familia y a sus pertenencias a sus pies y dio permiso a Dios a que se llevara a su alma. Con este cuento, Patronio le dijo a su señor que ya que tenía tan buena salud, que no arriesgue nada, pues lo puede perder.
Cuento V
Lo que sucedió a una zorra con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico.
Una zorra vio que un cuervo tenía un trozo de queso en el pico, y se le ocurrió la siguiente manera de quitárselo:
Comenzó a adularle diciéndole que tenía unas plumas muy bonitas, un pico brillante, unas patas fuertes, y que seguro su canto sería precioso, entonces el cuervo comenzó a canta y se le cayó el queso del pico, la zorra lo cogió y huyó.
Cuento VI
Lo que pasó a la golondrina con los otros pájaros cuando sembró el hombre lino.
Patronio le contó a su amo la aventura que tuvo una golondrina, que al ver que el hombre cultivaba lino, y que ése era la muerte de los pájaros, los advirtió para que entre todos desenterraran las semillas y no creciese, y los pájaros no le hicieron caso. Entonces la golondrina se hizo amiga del hombre y este ya no buscó cazarla, y aunque los pájaros estaban arrepentidos, ya no pudieron hacer nada.
Cuento VII
Lo que sucedió a una mujer llamada doña Truhana.
Patronio le explicó a su señor el drama de una pobre señora que tenía un jarro de miel en la cabeza y que iba hacia el mercado, y mientras andaba comenzó a pensar en que se gastaría el dinero en huevos, y con éstos se compraría un conejo, y con éste una gallina, y con ésta un cerdo, y una vaca; y que conseguiría la riqueza, pero se le cayó el jarro y se esfumaron todas sus ilusiones.
Cuento VIII
Lo que sucedió a un hombre que tuvieron que operar del hígado.
Este relato trata de un hombre al que tuvieron que sacar el hígado para curárselo y una persona preguntó si podían darle un trozo para su gato. Con esto Patronio trató de explicarle al conde que hay que administrar el dinero.
Cuento IX
Lo que sucedió a dos caballos con el león.
Este relato trata de dos caballeros no muy ricos que tenían que compartir la cuadra sus caballos. A éstos nunca les gustó la idea y siempre se peleaban. Para poner solución a la enemistad entre los caballos, los vendieron para que los echaran a un león. Los caballos empezaron a pelearse, hasta que vieron entrar al tigre, lo cual les hizo unir las fuerzas y nacer una amistad, y al final pudieron derrotar al tigre.
Cuento X
Lo que sucedió a un hombre que por pobreza y falta de otra cosa comía altramuces.
Narra la historia de dos hombres muy ricos, que tanto derrochaban que uno de los dos se quedó pobre del todo y solo halló para comer una planta de altramuces, que se tenía que comer pues era lo único que tenía, los comía y tiraba las cáscaras; y se dio cuenta que el otro rico había llegado a tal pobreza que solo tenía para comer las cáscaras de los altramuces que el otro señor tiraba.
Aunque tanto cambió su fortuna que volvieron a ser ricos de nuevo.
Cuento XI
Lo que sucedió a un deán de Santiago con Don Illán, el mago de Toledo.
Relato en el que aparece un deán de Santiago en casa del mago de Toledo pidiéndole que le enseñase la doctrina de la nigromancía, ya que este mago era el que dominaba perfectamente esa doctrina. El deán le dijo al mago que le cumpliría cualquier deseo que quisiera y estuvieron hablando sobre el trato hasta la cena, que serían dos perdices, pero que no se mandarían asar hasta que el mago no quisiese.
Al final, el mago aceptó enseñar al deán, pero vino una carta en la que se decía al deán que su tío el arzobispo, estaba enfermo, y más tarde, que se había muerto, heredando el cargo de éste.
Entonces el ya arzobispo le dijo al mago que se viniera con él a continuar su enseñanza, y aunque el mago no estaba por la labor, el arzobispo le dijo que le daría todo lo que quisiese.
Y tan mala suerte tuvo el mago, que el arzobispo fue ascendiendo hasta llegar a papa, y el mago mas y más le pedía su regalo, y el papa, le insinuó que podía hacerlo matar, con lo que el mago le reprochó que no tocaría ni un muslo de las perdices a las que le iba a invitar. Oyendo eso, el papa de Tolosa se vio otra vez como deán y vio arrepentido y sin poder hacer nada a cambio, como había sido tan malo.
Cuento XII
La zorra y el gallo.
Esta fábula trata sobre un gallo que se aleja un poco de la granja en la que vivía, poniéndose a la vista de una zorra que quería comérselo, con lo cual, el gallo se subió a un árbol casi inaccesible por la zorra, pero la zorra mordía el tronco y lo golpeaba con la cola de tal modo que aunque no hubiera peligro, el gallo se asustó y fue de árbol en árbol y cuando la zorra lo pudo alcanzar, se lo comió.
Cuento XIII
Lo que sucedió a un hombre que cazaba perdices.
Patronio le explica a su amo la fábula en la que un cazador ponía redes y cazaba perdices, y que mientras que las desenganchaba, las mataba, y soplaba tanto el viento hacia su cara que le hacía llorar, a lo que una perdiz cazada murmuró: - Nos mata pero llora por matarnos. Pero otra perdiz, mas vieja y sabia dijo: - por mucho que llore, os está haciendo daño, así que no lo siente.
Cuento XIV
El milagro que hizo Santo Domingo cuando predicó en el entierro del comerciante.
Patronio intentó aconsejar a su amo contando la historia de un lombardo que sólo pensaba en juntar dinero a costa de lo que fuera pero un día cayó enfermo.
Hizo mandar venir a Santo Domingo para que le confesara antes de morir, aunque Santo Domingo penso que era justo que dios lo castigase por su codicia aunque mandó a otro fraile.
Al venir el fraile, los hijos del lombardo temieron perder la herencia y dijeron al fraile que sudaba y no podía ser exculpado.
Al poco el lombardo murió y Santo Domingo, que fue a predicar en su entierro, que el corazón del hombre estaba en lo que más quería, y efectivamente lo encontraron con gusanos dentro de sus riquezas.
Cuento XV
Lo que sucedió a Don Lorenzo de Suarez en el sitio de Sevilla.
Había tres caballeros en un reino muy valientes y, estando en casi-guerra con los musulmanes fueron a Sevilla y clavaron tres lanzas, cosa que enfureció a los musulmanes de tal forma que fueron miles detrás de ellos y al ver los cristianos que los atacaban fueron y los defendieron, con lo que ninguno murió, aunque el que primero de los tres intervino fue el que quedó mas valiente a los ojos del rey.
Cuento XVI
La respuesta que dio el conde Fernán González a Nuño Lainez, su pariente.
Este relato trata de un conde que ha luchado mucho por sus tierras y que ya va siendo mayor, que se encuentra con un pariente suyo que le pregunta el por qué de no haber dejado ya de defender pasivamente su propiedad, y así hacer descansar a su ejército, y el conde le responde a su pariente que nunca hay que bajar la guardia, ya que en cualquier momento, el ser mas insospechado te puede atacar.
Cuento XVII
Lo que sucedió a un hombre que tenía mucha hambre, a quien convidaron por cumplido a comer.
Narra la historia de un señor antes muy rico, que empobreció y le dio vergüenza que sus conocidos se enterasen, con lo que no podía limosnear y a veces pasaba mucha hambre.
Pero un día un amigo suyo ya sentado a la mesa para comer lo vio por su ventana y por cumplir le invitó a la mesa.
Entonces el señor, en vez de avergonzarse, lo elogió y se puso a la mesa a comer enseguida. A partir de entonces, pocas veces volvió a pasar hambre.
Cuento XVIII
Lo que sucedió a Don Pedro Meléndez de Valdés cuando se le rompió la pierna.
Patronio contó la historia de un señor llamado Pedro Meléndez de Valdés que todo que sucedía se lo atribuía a Dios, y como era una persona envidiada, sus enemigos le contaron al rey de León, que este no hablaba bien de él, y el rey mandó que fuera para matarlo.
Pedro fue con tan buena suerte que se cayó y se rompió una pierna, a lo que la gente le decía que ahora viese lo que “dios quiso hacer”.
Al no poder cabalgar, no pudo ver al rey en mucho tiempo, en el que el rey supo que las bulas eran falsas, con lo que pidió perdón al rey y mandó matar a los bulderos.
Cuento XIX
Lo que sucedió a los cuervos con los búhos.
La fábula siguiente narra la enemistad entre los cuervos y los búhos, en la que los búhos usaban para vivir de noche la casa de los cuervos, a costa de matarlos.
Pero el cuervo más sabio ideó un plan que consistía en que le quitasen las plumas sus cónyuges y fuera a los búhos diciendo que le habían hecho eso por decir que no peleasen contra los búhos y les dijo que como venganza les enseñaría los secretos de los búhos y éstos, excepto el sabio que se fue y no picó, le obedecieron, y al tomarlo como amigo le contaban a él también sus secretos, y cuando el cuervo le crecieron las plumas voló hacia sus amigos y les contó los secretos de los búhos, entonces éstos atacaron y vencieron.
Cuento XX
Lo que sucedió a un rey con un hombre que le dijo que sabía hacer oro.
Un pícaro conoció a un rey que quería hacer oro y tomó cien doblas, las redujo a polvo, lo mezcló con otras cosa y hizo cien bolitas que enseñó al rey y le dijo que para hacer oro hacía falta unos ingredientes y que no faltase ninguno. Entre esos ingredientes había un tal tabardíe que en el pueblo del rey no había y mandó al pícaro que fuese con mucho dinero a por tabardíe a comprarlo.
Al poco tiempo vino una arca con una nota en la que el pícaro se reía del rey, y al tiempo, unos habitantes de la ciudad del rey lo clasificaron en el grupo de los tontos.
Cuento XXI
Lo que sucedió a un rey mozo con un gran filósofo a quien su padre le había encomendado.
Un rey dio a educar a su hijo a un filósofo para que le llevase por buen camino pero al llevar a la adolescencia empezó a desviarse del camino. Para corregirle el filosofo ideó una estratagema que consistía en hacerle ver que incluso los animales sabían que comportándose así, ya que hizo interpretar el lenguaje de éstos, y que decían que como el mancebo no cuidaba las tierras, tenían mucha riqueza en comida no haría bien por su reino. El mancebo comprendió lo que el filosofo le quería decir y obró como debería haberlo hecho desde un principio.
Cuento XXII
Lo que sucedió al león y al toro.
El toro y el león tenía acobardados al resto de los animales. Esto no le hacía mucha gracia al resto de los animales que idearon la forma de hacer que se llevaran mal gracias a los consejeros personales que les hicieron desconfiar uno del otro. Tanto fue así que entraron en guerra y ya no pudieron dominar al resto de los animales.
Cuento XXIII
Lo que hacen las hormigas para mantenerse.
Las hormigas intentan amasar la mayor cantidad de alimentos para el crudo invierno recogiendo grano en la época e incluso hierbecitas. Con esto consiguen no pasar escasez en invierno. Son muy listas ya que impiden que los granos germinen comiéndose el corazón de los granos a la primera lluvia. Por eso tienen la fama de trabajadoras.
Cuento XXIV
Lo que sucedió a un rey que quiso probar a sus tres hijos.
Un rey moro tenía tres hijos y debía elegir que hijo sería el próximo rey, para ello ideo un plan, llamaría a cada uno de sus hijos para que fuera a montar a caballo con él. Los dos primeros hijos se portaron de igual manera, tenían que hacer varios viajes para conseguir cada una de las cosas que le iba pidiendo su padre, luego les mando que observasen la ciudad y salieron con todo lujo de acompañantes para que se notase que estaban allí. El tercer hijo llegó muy temprano, como le dijo su padre, pidió todo lo necesario para vestir el mismo a su padre y poder montar a caballo. Al mandarle a ver la ciudad, tras observar su ejercito comento con su padre que deberían ser los dueños del mundo. Al padre le gusto la aptitud de su hijo pequeño y le nombro sucesor.
Cuento XXV
Lo que sucedió al conde de Provenza, que fue librado de prisión por el consejo que le dio Saladino.
El conde de Provenza quería ganarse el cielo y para ello llevó un ejercito a Tierra Santa, y como Dios pone a prueba a sus sirvientes, el conde cayó prisionero de Saladino. Pero aunque era prisionero, no era un prisionero normal, era el consejero personal de Saladino. Un día llegó carta de que su hija tenía muchos pretendientes para casarse y el conde debía elegir. El conde pidió, por consejo de Saladino que se casase con el que fuese más hombre, con el que más cosas buenas haga y menos manchas tenga, aunque no fuera de familia rica. Al recibir la noticia escogieron un hombre, el mejor de toda las tierras que dominaba el conde. En la noche de bodas aquel hombre quiso demostrar lo hombre que era y se embarcó juntos con hombres y galeras a las tierras de Saladino. Allí llenó a Saladino de favores convirtiéndose en gran amigo. Un día salieron a cazar y el yerno del conde secuestro a Saladino para decirle quien realmente era y lo que quería, que no era otra cosa que liberaran al conde a lo que accedió Saladino de muy buena gana, ya que se había librado de la muerte gracias a un consejo suyo. El conde y su yerno volvieron a Provenza ricos y famosos por sus proezas.
Cuento XXVI
Lo que sucedió al árbol de la mentira.
Patronio le cuenta a su amo lo que le sucedió al árbol de la mentira.La mentira propuso a la verdad que plantasen un árbol. Cuando el árbol estaba plantado y empezó a brotar, la mentira le dijo a la verdad que se repartieran. Mentira le dijo a verdad que cogiera la parte de las raíces por que es la parte mejor del árbol y como verdad es tan inocente se lo creyó y eligió las raíces. El árbol empezó a crecer y a echar grandes ramas y hojas hermosas. Cuando la gente vio que ese tenia buena sombra y bonitas hojas, todo comenzó a ir día sí y el otro también. La mentira halagaba a los que iban enseñaba el arte de mentir. Sabia la mentira enseñar también que la mayoría de los hombres lograba lo que se proponía. Gozando la mentira la popularidad, la triste verdad estaba abajo y nadie se preocupaba por ir a buscarla, por lo que la verdad empezó a roer las raíces hasta que rompió que hizo volcar el árbol y arrambló con toda la gente que estaba con la mentira.
Cuento XXVII
Lo que sucedió con sus mujeres a un emperador y a Alvar Fáñez Miñana.
Patronio se dispuso a contar lo que le sucedió con sus mujeres a un emperador y a Alvar Fañez Minaya. El emperador Federico se casó con una doncella de alto linaje, pero el no sabía que tenia un genio de aúpa. Por lo que cuando estaban ya casados la emperatriz hacia todo lo contrario que hacia el emperador. El emperador la estuvo soportando hasta el punto que ya veía que no tenía remedio. Con lo que se fue a ver al Papa para pedirle que le diera el nulo en la boda con su mujer. Pero el Papa no se lo concedió. Cuando el emperador volvió, se fue de caza y preparó dos ungüentos uno para el veneno de para los animales y otros para la piel para curarla. El emperador le dijo a su mujer que si se quiere dar con un poco del mejunje que había preparado para la piel que se diera, pero que con el otro ni se frotara por moriría. Con lo que el emperador se fue a cazar. La emperatriz se creía que le estaba mintiendo, y creía que lo de los animales era para la piel con lo que se dio y murió. A don Alvar Fañez le sucedía lo contrario. Se caso con la pequeña de las hermanas del conde don Pedro Ansúrez, ya que a las mayores al decirles los problemas que tenia (como hacerse las necesidades en la cama) ninguna quería casarse con él, solo quería la más pequeña. Ya en su casa al ver que su mujer era tan inteligente y tan buena esposa que dijo que se le hiciera siempre lo que ella mandaba. Al poco llegó un sobrino suyo, y a los pocos días de estar en la casa le dijo que tenia un defecto, dejarse influir mucho por su mujer a tal punto de haberle dado el gobierno. Sin volver a su mujer se fue con su sobrino con el caballo y cuando vieron muchas vacas le dijo el tío al sobrino que si había visto tan hermosas yeguas en estas tierras. El sobrino le dijo al tío que estaba loco ya que eso eran vacas. Pero el tío seguía con sus trece y seguía diciendo que eran yeguas. Al llegar la tía del sobrino que le estaba persiguiendo se metió en la contienda y dijo que eso también le parecían vacas a ella. Tanto lo aseguró que hasta el sobrino empezó a dudar de su vista y también los presentes. Después al ver muchas yeguas, dijo el tío estas si que son vacas y no las de antes. Entonces su tía le dijo que su tío tenia razón, por lo que el sobrino se empezó a volver loco, Cuando el sobrino vio que su tía siempre decía que su marido tenia razón. El tío al verle preocupado le dijo que esto lo había hecho para que viera que el se estaba equivocando ya que todo lo que el sobrino había visto era verdad, por lo que estaba probando a su mujer para que viera que como ella estaba persuadida de que no se podía equivocar nunca le iba a quitar la razón. Por lo que lo hace para todo el mundo vea que se cumple mi voluntad. El sobrino vio que su tía era una mujer con gran inteligencia.
Cuento XXVIII
Lo que sucedió a don Lorenzo Suarez de Gallinato en Granada.
Don Lorenzo Suárez estaba al servicio del rey de Granada, y éste le preguntó si después de haber ofendido a Dios ayudando a los moros contra los cristianos esperaba que el Señor al morir tuviera compasión de él y le perdonara. Don Lorenzo le dijo que no esperaba misericordia de Dios ya que había matado a un sacerdote. Entonces el rey le pregunto que se lo explicara. Él iba con el rey de Granada a caballo y oyó ruido y voces, y se acerco cabalgando a ver lo que pasaba. Entonces vio a un clérigo que había hecho un altar y estaba celebrando una misa pero en forma de mofa. Entonces don Lorenzo que a pesar de vivir con los moros era cristiano y creyendo verdaderamente que aquello era el cuerpo de Cristo, lleno en cólera contra el traidor por la ofensa que hacia a Dios y le corto la cabeza. Los moros se indignaron y unos con espadas y otro con piedras y palos se fueron hacia don Lorenzo para matarle, entonces el rey que estaba oyendo el ruido y pregunto que es lo que había sucedido. Los moros muy enfadados se lo dijeron, por lo que el rey también se enojó y pregunto a don Lorenzo por que había actuado sin orden suya. Este le replico que como el sabia era cristiano y a pesar de lo cual le había confiado la guarda de su persona por quererle muy leal y no dejaría por miedo a morir de cumplir su deber. Por lo que vio que se estaban metiendo con su Dios y entonces el rey se alegró por lo que hizo por lealtad a su Dios.
Cuento XXIX
Lo que le sucedió a una zorra que se tendió en la calle y se hizo la muerta.
Una zorra fue a un gallinero por la noche y a comer gallinas, y cuando se fue se encontró con que era de día y ya había gente levantada. Entonces se tiro al suelo y se hizo la muerta. Al ver todo el mundo que estaba muerta llegó uno y dijo que los pelos de la frente sirve para que a los niños pequeños no le echen mal de ojo y otro paso y dijo lo mismo pero se lo quito del lomo. Y así hasta que llego uno y dijo que el corazón era bueno para algo, entonces como vio la zorra que le iban a sacar el corazón, y como no era como quitarle el pelo se esforzó al escapar y lo consiguió.
Cuento XXX
Lo que sucedió al rey Abenabet de Sevilla con su mujer Romaiquía.
El rey Abenabet estaba casado con Romaiquía y la amaba mas que nadie pero el problema es que era muy caprichosa. Estando una vez en Córdoba, empezó a caer nieve. Cuando Romaiquía vio la nieve empezó a llorar. Entonces el rey le pregunto que por que lloraba y ella respondió por que como Córdoba es una tierra cálida, y que solo nieva de tarde en tarde, entonces el rey para agradarla mandó que plantaran almendros para que luego nevara con mas frecuencia. Estando otra vez, en su habitación, que daba al río, vio a una mujer de pueblo haciendo adobes entonces se puso a llorar. El rey le pregunto que por que lloraba, y le contestó que lloraba por que no podía hacer lo que quisiera, como hacer lo que estaba haciendo esa mujer. Entonces el rey lleno el estanque de Córdoba con agua de rosas, y con demás especies perfumadas para que pudiera hacer adobes. Otro día empezó a llorar y el rey le pregunto que por que lloraba, y le contesto que por que nunca hacia nada para tenerla contenta y el rey se quedo asombrado al decirle, eso después de haber hecho lo que había hecho.
Cuento XXXI
La sentencia que dio un cardenal a los canónigos de París y a los Franciscanos.
Patronio le contó al conde la sentencia que dio un cardenal a los canónigos de París y a los Franciscanos. Eran unos Franciscanos y unos canónigos que se disputaban el tocar las horas. Entonces el papa encargó a un cardenal que se ocupara del caso y como ya estaba cansado de esta historia, dijo que quien se levantara antes tocara el primero.
Cuento XXXII
Lo que sucedió a un rey con los pícaros que hicieron la tela.
Había tres pícaros que hacían una tela con la cual solo podía ser vista por el que fuera hijo del padre que le atribuían, pero no podía verla quien no lo fuese. Entonces el rey se puso muy contento por que los moros solo pueden heredar si son hijos de sus padres, y si no se reflejasen la herencia seria para el rey. Entonces el rey les proporciono las cosas para hacer la tela. Ellos se metieron en el taller y hacían como cosían, hasta que un día acabaron la tela y el rey mandó a un sirviente suyo, para ver si veía la tela, pero como el sirviente oyó el misterio de la tela dijo que la veía. Llegó otro y también dijo que la veía. Hasta que llegó el rey y al no ver la tela se asusto creyendo que sino veía la tela sabrían que no es el rey, por lo que dijo que también la veía y que era muy bonita. Llegó un ministro y se acerco a ver la tela y al no ver nada, penso que si decía que no la veía seria una deshonra, por lo que afirmo que también la veía y empezó a alabar a la tela mas aun que el rey. Llego el día de una fiesta y los pícaros hicieron un traje para el rey de esa tela, por lo que iba desnudo. Y al llegar a la fiesta todo el mundo se cayó para que no fuesen deshonrados al no ser hijos de su padre. Hasta que llegó un negro y dijo que estaba desnudo, y fue entonces cuando todo el mundo le echo valentía y le dijo al rey que iba desnudo. Entonces el rey cayó en la trampa que los pícaros le habían hecho y al ir a por ellos se escaparon robándole.
Cuento XXXIII
Lo que sucedió a un halcón sacre del infante don Manuel con un águila y una garza.
Patronio le dijo al conde que le iba a contar lo que le sucedió a un halcón sacre del infante don Manuel con una águila y una garza. Don Manuel lanzó un halcón a que fuera detrás de una garza pero cuando estaba apunto de cogerla le salió un águila y entonces empezó a huir. Así varias veces hasta que al final penso y voló mas alto que el águila y le ataco hasta estar a punto de cogerla por que otra vez le salió el águila, pero realizo la misma operación y le rompió un ala al águila y cazó la garza.
Cuento XXXIV
Lo que sucedió a un ciego que conducía a otro.
Había un hombre pobre, el cual perdió la vista y se juntó con otro quien le dijo que se fuera con él a otra ciudad que no estaba muy lejos de donde se encontraba, por que así podrían comer pidiendo limosna. Él le dijo que tenia miedo de ir, pero el otro le contesto que no tuviera miedo ya que él le acompañaba. Tantas veces se lo dijo que se lo creyó y cuando llegaron a un sitio muy difícil de pasar cayó el ciego que guiaba al otro y murió el y el otro de pena.
Cuento XXXV
Lo que sucedió a un mozo que casó con una muchacha de muy mal carácter.
Había un chico que estaba con su padre con mucha pobreza sin poder echarse nada a la boca. Pero había una hija de un padre que era muy rico, pero esa chica era como el demonio encarnado por lo que nadie se quería casar con ella ya que tenia muy mal genio. Entonces el chico le dijo a su padre que fuera habla con el padre de la chica para ver si podía casarse con ella. El padre se lo agradeció mucho y después de la boda se fueron a su casa, pero todo el mundo tenia miedo de que la chica maltratase al chico, por el mal genio que tiene. Al estar dentro se sentaron en una mesa y el chico miro alrededor y vio a un perro, al que le dijo que le diera agua a las manos. Entonces al no hacerle caso el chico saco la espada y mato al perro y lo descuartizó. Al poco vio a un gato e hizo lo mismo y también a un caballo. Entonces se lo dijo a la mujer que le hizo caso. A lo que el muchacho respondió que menos mal que le a hecho caso ya que sino la hubiera matado. Estando en la cama le dijo que al día siguiente quería un desayuno como él merecía y que no le despertase nadie. Al día siguiente llegaron los familiares y al no oír ruidos se temían lo peor. Y abrió la puerta la mujer y le dijo que no hicieran ruidos ya que podrían morir. Entonces la muchacha aprendió la lección y seria una buena chica.
Cuento XXXVI
Lo que sucedió a un mercader que halló a su mujer y a su hijo durmiendo juntos.
Patronio le contó al conde lo que le sucedió a un mercader que fue una vez a un sabio a pedir un consejo. En la ciudad había un sabio que no tenía forma de sustentarse por lo que se ganaba la vida dando consejos. El mercader fue a que le dijera un consejo, el sabio le dijo que a razón de lo que le pagara así seria el consejo. Primero le dio un maravedí pero el consejo fue una tontería y entonces le dio una dobla y el sabio le dijo que el consejo consistía en que cuando estuviera muy enfadado no hiciera nada hasta que no supiera bien la verdad. Entonces se fue el mercader de viaje y dejo a su mujer preña, y estuvo mucho tiempo fuera. Tanto tiempo estuvo fuera, que el hijo ya era muy mayor. La madre que no tenía otro hijo, creía que su marido había muerto, por lo que le decía a su hijo marido y se acostaba con él. Cuando vino de su marido cargado de riquezas, fue a ver a su mujer (por que el no sabia que tenía un hijo), lo vio con otro y encima le decía marido se empezó a mosquear. Pero se acordó del consejo que le dio sabio y se serenó. Per ya al ver que hasta se acostaba hasta con ella, su furia explotó, pero se acordó del consejo y escucho que llamaba a su hijo, hijo, y entonces le dijo que se había enterado de que había venido un barco y que luego se fuese a ver a su padre. Al oír esto el mercader y recordar que dejo preñada a su mujer comprendió lo que había pasado
Cuento XXXVII
La respuesta que dio el conde Fernán González a sus gentes después de vencer en las batallas de Hacinas.
Cuando el Conde Fernán González venció al rey Almanzor, la mayoría de lo supervivientes estaban malheridos; antes se enteró que le estaban invadiendo las tropas del rey de Navarra y le dijo a sus chicos que fueran tras ellos. Pero ellos le contestaron que estaba cansados y malheridos, y los caballos también por lo que mejor sería esperar. Pero el rey le dijo que por las heridas no lo dejasen, que las nuevas heridas que ahora les darían no harían olvidar las que recibieron en la otra batalla. Los suyos que por defender su honra ya no les dolían las heridas fueron tras ellos y los mataron y el conde Fernán González se cubrió de gloria.
Cuento XXXVIII
Lo que sucedió a un hombre que iba cargado de piedras preciosas y se ahogó en un río
Patronio contó la historia de lo que le sucedió a un hombre que iba cargado de piedras preciosas y se ahogo en un río. Había un hombre que estaba cargado de piedras preciosas y tenia que pasar un río, pero por su agonía no quiso soltar las riquezas y por lo menos pasar con vida el río; entonces se ahogó al hundirse por el peso.
Cuento XXXIX
Lo que sucedió a un hombre con las golondrinas y los gorriones.
Había un hombre al cual le molestaba mucho el ruido de los pájaros, que no le dejaban dormir, por lo que le rogó a un amigo suyo que debería hacer para librarse de los gorriones y las golondrinas. El amigo le dijo que de los dos no podía librarle, pero que el sabia un encantamiento del que se libraría de uno de los dos. El otro le contesto que aunque la golondrina grita mas, es más tolerable que el gorrión que siempre esta en casa.
Cuento XL
Por qué perdió su alma un senescal de Carcasona.
Había un senescal de Carcasona que cuando estuvo a punto de morir, llamo al prior de los dominicos y al guardián de los Franciscanos y le dijo lo que deberían de hacer por su alma y que lo hicieran ellos. Y ellos hicieron lo que les mando. A los pocos días había una mujer endemoniada, hablaba por su boca el demonio. Ellos cuando se dieron cuenta, fueron a verla para preguntar sí sabia algo del alma del senescal. Al llegar la mujer les dijo que sabia a lo que venían y que el senescal había parado al infierno. Ellos preguntaron que por que si se había confesado y había hecho todo lo que tenia que hacer. La mujer les contestó que no habría obrado como buen cristiano. Ya que solo fue generoso cuando se iba a morir, por que las riquezas ya no le servían.
Cuento XLI
Lo que sucedió a un rey de Córdoba llamado Al-Haquen.
Patronio se dispuso a contar lo que le paso al rey de Córdoba llamado Al-haquen. Era un rey que un día enfrente de él, se pusieron a tocar un instrumento parecido a una flauta, pero el se dio cuenta de que el sonido no era muy bueno por lo que le añadió otro agujero debajo de todos para que sonara mejor. Entonces todos los demás reyes empezaron a meterse con él y a elogiarlo en forma de mofa por su poca intervención en la vida. Cuando se enteró de ello, para que dejaran de meterse con él decidió terminar la mezquita de Córdoba y entonces hizo que se convirtiera en alguien
Cuento XLII
Lo que sucedió a una falsa devota.
En un pueblo había un matrimonio que se llevaban muy bien. Como esto al demonio no le gustaba empezó a meter cizaña pero no podía desavenirlos. Un día se encontró con una falsa devota y al verlo triste le preguntó que le pasaba. El demonio se lo contó con lo que la devota le ayudo ganándose la confianza de los dos. Entonces empezó a meter cizaña hasta tal punto que hizo que se mataran entre ellos, pero los familiares al enterarse de que había sido ella la condenaron a la muerte.
Cuento XLIII
Lo que sucedió al mal con el bien y al cuerdo con el loco.
El mal convivía junto al bien y el mal siempre engañaba al bien, hasta que un día el mal le tuvo que pedir una cosa al bien y el bien solo se la daba su ayuda si reconocía diciendo por la calle que el únicamente se le puede ganar al mal haciendo el bien. Lo que le pasaba al cuerdo con el loco era totalmente diferente a lo anterior. El cuerdo tenia un negocio de baños y un día se fue el loco a bañarse y empezó a dar golpes a todo el mundo que estaba allí con lo que el cuerdo perdió dinero. Entonces el cuerdo penso ir un día a bañarse y cuando apareciera le daría al loco, que lo hizo le pegó y entonces el loco salió corriendo y al toparse con un hombre le dijo que tuviera cuidado que hay dentro había un hombre que estaba loco.
Cuento XLIV
Lo que sucedió a don Pedro Núñez el Leal, a don Ruy Gómez Ceballos y a don Gutierre Ruiz de Blanquillo con el conde don Rodrigo el Franco.
El conde don Rodrigo el Franco se casó con una mujer y esta levantó un falso testimonio. Entonces le dijo a Dios que hiciera un milagro, de este modo que, si era culpable, lo dejara patentado. Al poco su marido contrajo la lepra. Ella entonces le abandonó y después al poco se caso con el rey de Navarra. El conde vio que no se pudo curar, y dijo que se iría a pasar sus últimos días a Tierra Santa. Solo fueron con él los tres caballeros de antes. Estuvieron allí tanto tiempo que no tenían ni comida para comer y tuvieron que ponerse a trabajar como jornaleros. Sucedió que una noche estaban lavando al conde las llagas de los pies y piernas, y empezaron a escupir. El conde creyéndose que lo hacían por que le tenían asco empezó a llorar. Sus caballeros para que viera que no le tenían asco empezaron a beber de la jofaina donde tenia el pus y la costra de las heridas una buena cantidad. Luego murió, le quitaron la carne y se llevaron los huesos con ellos para volver donde vivían. Como no tenía dinero fueron pidiendo limosna llegaron a un pueblo donde quería quemar a una mujer por diversas causas y hasta que alguien la defendiera. Entonces don Pedro Nuñez se dispuso a defenderla por que le dijo esa mujer que era inocente. Y entonces combatiendo su vida le quitaron un ojo y le dieron dinero para llegar a sus casas sin problemas. Cuando llegaron a donde vivían lo enterraron al conde en Osma, Y después se fueron a sus casas. El día en que llego Ruy González a su casa cuando le vio la mujer aparecer dijo que menos mal que había venido por que había estado mucho tiempo sin tomar carne. Él le pregunto que por que y ella respondió que le dijo que estuviera hasta que volviera a pan y agua. Cuando don Pedro Nuñez volvió a su casa, y al estar solo con su mujer y parientes se empezaron a reír y el se puso muy triste. Le dijo a su mujer que cree que se están riendo de él por que esta tuerto. Entonces su mujer se clavó una aguja en el ojo y se lo quebró. Y al final Dios premio a estos caballeros por el bien que hicieron.
Cuento XLV
Lo que sucedió al que se hizo amigo y vasallo del demonio.
Había un hombre que había sido rico y por circunstancias de la vida era ahora muy pobre y en estas se encontró al demonio que le dijo que si se aliara con él saldría de la riqueza, pero tendría que robar y que cada vez que lo cogieran dijera “¡socorredme don Martín!”. Entonces se puso a robar y se iba haciendo cada vez más rico y le iban pillando y llamaba al demonio con esa frase. Y no se cansaba de robar, lo pillaban otra vez, lo salvaba, aunque cada vez mas tarde. Hasta que una vez cuando estaban a punto de ahorcarlo no encontraban soga, llamó al demonio y le dijo que le salvara entonces el demonio le dio una bolsa para que se la diera al juez creyéndose que era dinero. Pero en vez de ser esto era una soga con lo que el demonio traicionó a su vasallo y murió.
Cuento XLVI
Lo que sucedió a un filósofo que por casualidad entró en la calle donde vivían malas mujeres.
Patronio contó lo que le sucedió a un filosofo que por casualidad entro en una calle donde vivían malas mujeres. Era un filosofo que estaba mal del estomago y cuando tenía ganas de hacer de vientre tenia que hacerlo si no sería perjudicial para su salud. Entonces un día que iba por la calle le entraron ganas y para evacuar se metió en una calle que él conocía y que era de prostitutas. Entonces todo el mundo pensó mal, Cuando llegó él filosofo a su casa, le dijeron sus discípulos que se había desprestigiado y a ellos por haber hecho lo que había hecho.
Aunque éste filósofo escribió un libro contando que él no hizo nada malo.
Cuento XLVII
Lo que sucedió a un moro con una hermana santa que decía que era muy medrosa
Patronio contó en cierta ocasión lo que le sucedió a un moro con una hermana suya que era muy medrosa. Era una chica que era muy miedosa hasta el punto de que el goteo del agua le daba miedo. Tenia un hermano moro, al igual que ella, que como era muy pobre se dedicaba a robar a los muertos enterrados para quitarle las cosas de valor. Un día su hermana le dijo que se quería ir con él, a quitarle las pertenencias de un muerto que era muy rico. Cuando llegaron a quitarle las telas tan caras con las que estaba recubierto, solo podían quitárselas de dos formas o quitándole la cabeza o rompiendo las ropas con lo que perdería todo su valor. Ella no dudó en contarle el pescuezo y irse después. Al día siguiente le paso lo mismo que cuando goteó el agua a la hermana le daba miedo. Entonces al hermano le sorprendió esto ya que no dudo al quitarle la cabeza al muerto, y por un simple goteo se asustaba.
Cuento XLVIII
Lo que sucedió a uno que probaba a sus amigos.
Había un chico, que tenia un padre que le decía que se esforzara por tener buenos amigos. Entonces el hijo empezó a obsequiar a sus amigos para ganarse la confianza, con lo que los amigos le decían que darían por él la vida y hasta su hacienda. Entonces el padre le pregunto que tal con sus amigos y le dijo que ya tenia por lo menos diez amigos, y que todos darían por él su vida y su hacienda. Entonces el padre le dijo que probara a sus amigos matando a un cerdo y llevándolo en un saco y que fuera a cada de sus amigos y les dijera que llevaba un cadáver y que se le podía ayudar con el asunto de él muerto que llevaba en el saco. Esto hizo y ninguno quiso ayudarle porque no quería arriesgar ni su vida ni su hacienda. Entonces volvió y se lo dijo a su padre, y le dijo que el solo tenia amigo y medio, y que le fuera a preguntar para ver si le querían ayudar. Entonces su hijo fue primero a preguntar al que para su padre lo tenía como medio amigo y este le dijo que con el no tenía mucha amistad pero que como a su padre lo conocía lo iba a encubrir. Entonces cogió el saco y lo enterró en el huerto. Volvió el muchacho y le dijo lo que había pasado y su padre le dijo que al día siguiente cuando estuviera hablando con el que le diera un puñetazo. Hizo esto y su medio amigo le dijo que ni por esto le iba a decir a las autoridades que había enterrado ese cadáver y que él era el asesino. Cuando el hijo le dijo esto al padre, este le dijo que se lo dijera a su otro amigo. Entonces este le dijo que no se lo diría a nadie y que le guardaría el secreto. Sucedió que al poco tiempo que murió un hombre y no encontraban el cadáver, y como vieron al chico con el saco, pensaron que seria él. Y así el chico fue juzgado y condenado a muerte. El amigo de su padre al ver que no podía hacer nada, le dijo a las autoridades que era un hijo único que él tenía. Por lo que su hijo fue ejecutado, y el chico se salvo.
Cuento XLIX
Lo que sucedió al que dejaron desnudo en una isla al concluir su mandato.
Patronio le contó una vez al conde lo que le sucedió al que dejaron desnudo en una isla desierta. Era un país que tenia la costumbre de cada año cambiar de rey y dejarlo desnudo en una isla desierta. Sucedió que él ultimó que había sido rey era mas listo que ninguno y dijo que le hicieran una casa donde lo iban a dejar, y allí vivió muy bien gracias a que el poder que tenía antes lo salvó.
Cuento L
Lo que sucedió a Saladino con la mujer de un vasallo suyo.
Saladino era un Sultán de las tierras de oriente. Un día sucedió que donde él vivía había mucha gente, y se tuvo que ir a vivir a casa de un vasallo suyo. Para el vasallo era un gran honor tener a alguien tan importante en su casa por lo que le hospedó con toda la amabilidad del mundo. Pero sucedió que Saladino se enamoró de su mujer, por lo que penso que si le daba mucho poder, y lo alejaba de allí podría estar con su mujer a solas. Entonces lo hizo y al que darse con su mujer a solas le dijo que le amaba mucho, y ella le contestó si le decía cual era la mejor cualidad del hombre ella haría lo que él quisiera. Entonces Saladino al no saber que contestar le dijo que le diera tiempo para hacerlo. Él le preguntaba a todo el mundo pero no encontraba a nadie que estuviera de acuerdo. Por eso tomó la decisión de irse con dos juglares por él mundo para saber la respuesta. Llegaron a un pueblecito donde encontraron a un escudero, el cual venia de cazar, y les preguntó que quienes eran. Ellos le contestaron que eran juglares, pero que estaban buscando a alguien que supiera cual es la mejor cualidad del hombre. Entonces este hombre les dijo que se vinieran a su casa, que su padre que era muy sabio les respondería. Al llegar se lo preguntaron y el viejo sabio les dijo que era la vergüenza, por que ella te hace que no hagas cosas de las que te puedes arrepentir. Entonces Saladino se dio cuenta de que tenia razón, se despidió de esta gente y volvió a su tierra. Al llegar fue muy buen recibido y se dirigió a la casa de la mujer. Le contesto la pregunta que le había formulando, entonces ella le pregunto que si se sentía mejor que los demás. Él le respondió que le daba mucha vergüenza, pero que él sentía mejor que cualquier de su época. Entonces Saladino se dio cuenta de que no amaba ya a esta mujer pero les dio mucho dinero a ellos para sus hijos con lo que tuvieron grandes riquezas.
Cuento LI
Lo que sucedió a un rey cristiano que era muy poderoso y muy soberbio.
Era un rey que era tan soberbio que una vez oyendo el cántico de Nuestra señora oyó algo de la humildad y hizo que lo cambiaran por algo que no tuviera esa palabra. Entonces esto como a Dios no le gusto y como lo que tenia sin ninguna duda la Virgen es humildad. Al rey soberbio le sucedió que un día se fue a bañar fuera del Alcázar y dejo la ropa en otra habitación. Mientras se estaba duchando, Dios mando un ángel tomando la figura del rey y le quito la ropa y se fue con sus acompañantes dejando unos trapujos. De esto no se percató el rey y al salir de la ducha empezó a llamar a sus gentes pero al no estar no le oían. Entonces salió de la ducha y al no encontrar sus ropas cogió lo que dejó el ángel unos trapujos de mendigo. Entonces el rey se tomo por burlado y se los puso y se fue derecho al castillo para que no lo vieran. Entonces al llegar allí nadie le reconocía y todos le tomaron por loco.
Estuvo así tanto tiempo mendigando por las casas que creyó que estaba loco y entonces se dio cuenta de que todo esto había venido al cambiar las palabras de aquel cántico. Entonces Dios se dio cuenta de que se había arrepentido de sus actos y hizo que el falso rey lo llamara. Así paso y el ángel le dijo que el no estaba loco y que en verdad él había sido rey. Entonces le devolvió la corona y le dijo que cambiaran otra vez las cosas de aquel cántico a como estaban y ya no volvió a ser soberbio.
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