Literatura


El capitán Alatriste; Arturo Pérez-Reverte


El Capitán Alatriste

1- Definición del Barroco.

  • Literatura en el Barroco

  • La retórica barroca puede sintetizarse en la coexistencia de dos corrientes: el conceptismo y el culteranismo. Aunque generalmente suele afirmarse que se trata de dos estilos opuestos, lo cierto es que los dos buscan la complicación formal. El culteranismo intensifica los elementos sensoriales preocupado por el preciosismo y la artificiosidad formal a través de la metáfora, la adjetivación, el hipérbaton forzado o los efectos rítmicos y musicales del lenguaje; a esta tendencia pertenecen Luis de Góngora y Pedro Soto de Rojas. La crítica señala como ejemplo más significativo del culteranismo la Fábula de Polifemo y Galatea de Góngora, en cuya primera estrofa aparecen todos los procedimientos culteranos:

    Era de mayo la estación florida

    en que el mentido robador de Europa

    —media luna las armas en la frente

    y el sol todos los rayos de su pelo—,

    luciente honor del cielo,

    en campos de zafiro pace estrellas.


    El conceptismo debe su nombre a los Conceptos espirituales (1600-1612) de Alonso de Ledesma. Su juego formal se basa en la condensación expresiva y para ello se sirve de la polisemia, las elipsis, las oposiciones de contrarios o antítesis, las paradojas, todo lo que exija una agudeza conceptual y cuenta entre sus principales representantes a Francisco de Quevedo, Luis Vélez de Guevara y su El diablo cojuelo, la prosa de tipo moralista y satírico de Baltasar Gracián y autores de empresas o emblemas (véase Alegoría) como Diego de Saavedra Fajardo (1584-1648). En teatro, sobresale Pedro Calderón de la Barca, especialmente por La vida es sueño y El gran teatro del mundo, donde se entrelazan concepto y juego verbal. El tema del sueño y la duda sobre los límites entre apariencia y realidad permiten aproximar a Calderón con el dramaturgo inglés William Shakespeare. El conceptismo valora laconismo, por eso, a veces, se ha confundido con claridad estilística y precisión, algo de lo que carece por completo, como puede verse en la frase de Gracián característica de este estilo: “Lo bueno si breve, dos veces bueno”, que como se ve es ingeniosa pero ni precisa ni clara.

  • Arquitectura en el Barroco

  • La sobria austeridad geométrica impuesta por Juan de Herrera en el monasterio de El Escorial se mantuvo en la arquitectura barroca española de la primera mitad del siglo XVII. Los ideales contrarreformistas y el espíritu de la casa de Austria facilitaron la pervivencia de este modelo arquitectónico, tal como se aprecia, por ejemplo, en las construcciones de Juan Gómez de Mora. El gusto por formas cada vez más ricas lleva, a partir de mediados de siglo, a eliminar los vestigios herrerianos, enriqueciendo la decoración con múltiples elementos naturalistas localizados en los vanos de las fachadas. La iglesia de Santa María la Real de Montserrat, de Sebastián Herrera Barnuevo, y la fachada de la catedral de Granada, de Alonso Cano, son buenas muestras de ello. Ya en el siglo XVIII la riqueza y fantasía decorativas alcanzan su apogeo con las construcciones de la familia Churriguera, especialmente en Madrid y Salamanca, así como también en la obra de arquitectos como el madrileño Pedro de Ribera y el gallego Fernando Casas Novoa, autor de la fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago de Compostela.

    c)Pintura en el Barroco

    Entre los primeros y más influyentes artistas que acometieron la reforma sistemática del manierismo están los Carracci. Annibale Carracci, su hermano Agostino y su primo Ludovico fueron los tres artistas boloñeses que tuvieron mayor repercusión en Roma, el centro artístico más importante de la época. Annibale, famoso ya en Bolonia por su pintura al fresco, llegó a Roma en 1595 para pintar la bóveda del salón-galería del palacio Farnesio (1597-1600). Fue su obra más importante, y constituyó un punto clave para la evolución posterior del clasicismo barroco, del que Annibale fue el principal precursor. El éxito de este estilo atrajo a artistas como Guido Reni, Domenichino y Francesco Albani, discípulos de los Carracci en Bolonia. Otros clasicistas, como los pintores franceses Nicolas Poussin y Claudio de Lorena, llegaron del extranjero para trabajar en Roma. También Caravaggio se trasladó a Roma, donde encontró en Annibale Carracci a su rival más destacado. Obras como La vocación de san Mateo y el Martirio de san Mateo (c. 1599-1600, iglesia de San Luis de los Franceses, Roma) fueron bien acogidas, convirtiéndose Caravaggio en el maestro de toda una escuela de naturalistas barrocos. El naturalismo se propagó durante las dos primeras décadas del siglo XVII gracias a otros pintores italianos como Orazio Gentileschi, su hija Artemisia, Bartolomeo Manfredi y Battistello, y más tarde gracias a los extranjeros que fueron a trabajar a Italia, como el francés Valentin de Boulogne, el holandés Gerrit van Honthorst y el español José de Ribera, llamado el Españoleto. Aunque con menor importancia en la Italia posterior a 1630, el naturalismo mantuvo su enorme influencia en algunas zonas de Europa a lo largo de todo el siglo XVII.

    Otro momento clave en la historia de la pintura barroca tuvo lugar a finales de la década de 1620. Algunos artistas intentaron introducir un efecto monumental en sus obras a partir de la representación de espacios ilimitados (ilusionismo). Una de las primeras obras maestras de este pleno barroco fue la Asunción de la Virgen (1625-1627) que Giovanni Lanfranco pintó en la inmensa cúpula de la iglesia de Sant'Andrea della Valle en Roma. Aunque este fresco tuvo su precedente en los techos renacentistas que Correggio pintó en Parma, admiró a los espectadores de la época por sus exuberantes trampantojos. Las obras de Lanfranco en Roma (1613-1630) y en Nápoles (1634-1646) fueron fundamentales para el desarrollo de este tipo de pintura en Italia.

    La pintura al fresco de bóvedas y techos mediante la creación de ilusiones perspectivas y grandes escenas unitarias vistas de abajo a arriba fue una técnica muy empleada por los pintores del pleno barroco. Pietro Berrettini, llamado Pietro da Cortona, la manejó de manera extraordinaria en obras como los techos del gran salón del palacio Barberini en Roma (1633-1639). Otras muestras se encuentran en la obra de Giovanni Battista Gaulli, llamado el Baccicio, como la Adoración del nombre de Jesús (1676-1679) que pintó para el techo de la nave mayor de la iglesia del Gesù en Roma, y en la de Andrea Pozzo, como la Entrada de san Ignacio en el paraíso (1691-1694), ubicada sobre la nave mayor de la iglesia de San Ignacio en Roma, en un alarde de perspectiva que finge arquitecturas en prolongación de las reales, y llega a simular incluso una gran cúpula que no existe. Este género de pintura, que exige grandes conocimientos matemáticos, recibió el nombre de cuadratura.

    d)Escultura en el Barroco

    El arte italiano apenas tuvo influencia sobre la escultura barroca española, inclinada, esencialmente, a la tradicional talla en madera policromada. El realismo y la intensa preocupación por el detalle, puestos al servicio del fervor religioso contrarreformista, son sus características fundamentales; las figuras generalmente se pintan (policromía) e incluso a veces llegan a emplearse ojos de cristal, vestimentas auténticas y pelo natural. Entre los trabajos más destacados de escultura barroca española se encuentran los retablos para los altares de las iglesias, algunos de ellos de considerable tamaño y riqueza, realizados por equipos de escultores y arquitectos. Los principales escultores fueron Gregorio Fernández, máximo exponente de la escuela castellana, con impresionantes tallas de Inmaculadas, Piedades y Cristos yacentes; y los representantes de la escuela andaluza, en especial Juan Martínez Montañés, Pedro de Mena, Juan de Mesa y Alonso Cano. Estos últimos repartieron entre Sevilla y Granada buena parte de sus Cristos crucificados, Inmaculadas, santos y otros temas típicos de los pasos procesionales, para los que iban destinadas muchas de estas imágenes cargadas de realismo, expresividad y fervor religioso.

    e)Música en el barroco

    Mientras que durante la vida de Purcell el violín logró desplazar a la viola como principal instrumento de cuerda del registro agudo, las partes más graves de la cuerda fueron ocupadas por instrumentos de la familia de la viola. Tardó un tiempo hasta que la orquesta de cuerda moderna, incluidos los chelos y los contrabajos, llegó a las Islas Británicas. Pero las guerras continentales de Europa hicieron que los instrumentistas europeos más refinados desembarcaran en las islas durante la primera década del siglo XVIII. Su presencia fue uno de los factores que permitieron la creación de una orquesta completa y puesta al día que acompañara a una compañía de ópera italiana que poco a poco se fue estableciendo en Londres durante dicha década. Por entonces la música italiana había dado nuevos pasos hacia estilos aún más amplios y grandiosos, tanto en el terreno de la ópera como en el instrumental. En las manos de Alessandro Scarlatti y Giovanni Bononcini, la ópera italiana experimentó una expansión expresiva que correspondía al virtuosismo de la nueva generación de brillantes cantantes-actores. El siglo XVIII se vio engalanado con estrellas como los castrati Nicolini, Senesino y Farinelli, pero también había grandes voces femeninas, excepto en Roma, donde, aunque la ópera estaba ya permitida, los papeles femeninos eran interpretados por hombres debido a la prohibición papal que impedía a las mujeres actuar sobre un escenario. También el libreto tipo de ópera seria italiana llegó en el siglo XVIII a un elevado nivel de calidad intelectual y poética en la obra de Pietro Metastasio, que trabajaba en Italia y en la corte imperial de Viena. Si bien se cultivaban, en cierta medida, algunos estilos particulares en los diferentes centros de ópera, los compositores y solistas más sobresalientes de ópera italiana se trasladaban por toda Europa.


    En la música instrumental la reputación de Arcangelo Corelli, que trabajaba en Roma como violinista, director de orquesta y compositor, pronto se extendió por toda Europa durante las últimas dos décadas del siglo XVII. Sus concerti grossi adquirieron fama incluso antes de su publicación como Opus 6, un año antes de su muerte en 1713. Pronto se convirtieron en obras clásicas dentro del ámbito de un estilo dulce en la música para cuerda. Pero sus estructuras de varios movimientos y elegante estilo armónico resultaban algo anticuadas. El gusto imperante en el siglo XVIII prefirió los más vivos conciertos en tres movimientos del joven Antonio Vivaldi, el poco convencional cura pelirrojo y virtuoso del violín, cuya carrera musical abarca una considerable cantidad de óperas y música religiosa, así como de conciertos. A pesar de ello, las sonatas y conciertos de Corelli marcaron un hito histórico importante en la evolución del estilo musical, con su armonía dirigida a la cadencia y las progresiones del círculo de quintas. En esas obras, el dominio de las tonalidades mayores y menores (el sistema armónico conocido como tonalidad) reemplazó decididamente los modos y los diversos sistemas armónicos modales que habían caracterizado la música renacentista. Al mismo tiempo, los compositores del barroco tardío conservaron las prácticas modales más antiguas para emplearlas, en ocasiones, como parte de un repertorio de efectos en contraste con el sistema armónico mayor/menor imperante. Finalmente, el barroco musical se extendió por muy diversos lugares de la geografía europea, y así, por ejemplo, en la corte del elector de Sajonia puede encontrarse un músico tan bien dotado como Jan Dismar Zelenka.


    Antonio Soler, discípulo de Scarlatti, fue el compositor español más importante del siglo XVIII. Dentro de su obra sobresalen sus casi 80 sonatas para clave. También en este periodo hay que mencionar al primer compositor de Cuba del cual se conserva su música: Esteban Salas y Castro; asimismo destaca en Sudamérica el venezolano José Antonio Caro de Boesi, autor de una misa llamada El esclavo vendido, que constituye una de las partituras de mayor valor de la música colonial. Surge también en este país el movimiento musical que ha sido llamado `el milagro musical americano'.


    El barroco tardío también fue testigo de logros sustanciales en la música para teclado. La tradición francesa de música para clavicordio, elegante y muy ornamentada, culminó con las obras de François Couperin, cuyo primer libro de ordres (suites) se publicó en 1713. Las suites de Couperin, tal como fueron publicadas, eran obras de varios movimientos que mezclaban piezas de carácter con géneros de la danza. Los compositores alemanes e ingleses produjeron suites de estilo francés que solían estructurarse según cuatro tipos de danza: alemanda, zarabanda, courante y giga. Durante el periodo del barroco floreció la industria de la construcción de clavicordios, por lo que se produjeron distintos tipos de instrumentos de gran calidad a manos de fabricantes flamencos, holandeses, alemanes, franceses e italianos. El pianoforte fue creación casi fortuita de Bartolomeo Cristofori uno de los fabricantes de instrumentos de teclado más importantes de Italia en la década de 1680, pero no tuvo entidad propia hasta un siglo más tarde. El clavicordio y el órgano eran entonces los principales instrumentos de teclado. El clavicordio era considerado tanto instrumento de cámara como de práctica, especialmente en Alemania. En las manos de constructores como Schnitger y Father Smith en el norte de Europa, y de Gottfried Silbermann en Sajonia, el órgano alcanzó su máximo desarrollo en los periodos del barroco medio y tardío. Los distintos gustos tonales, representados por estos fabricantes y por los constructores franceses de órganos de la época, quedan reflejados en la música para órgano de compositores como Dietrich Buxtehude, William Croft, Johann Pachelbel y Louis Marchand. La forma sonata de movimiento único binario para clavicordio fue desarrollada como el principal género para teclado por Domenico Scarlatti, hijo de Alessandro, cuyos años de madurez transcurrieron al servicio de la corte española.


    Sin embargo, nuestra percepción del barroco tardío está influida por otros dos compositores que nacieron en 1685, el mismo año que Domenico Scarlatti: Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel. Aunque ambos alcanzaron la fama entre sus contemporáneos como intérpretes de teclado, su significado para nosotros es más amplio. Ambos abarcaron prácticamente todos los géneros musicales significativos del periodo, y sus músicas son el compendio de las tendencias estilísticas del barroco tardío. En ambos casos trabajaron para conseguir una síntesis individual merced a las vicisitudes propias de sus carreras y de sus personalidades creativas. En cierto aspecto, cada uno de ellos representa un modelo diferente de músico típico del barroco. Bach era el Kapellmeister alemán que trabajaba para la corte o la ciudad, y Händel el compositor que se basaba en el teatro. Profesionalmente fueron un cúmulo de excelencias: quizá no haya habido otra época en la cual las figuras principales estuvieran más dotadas de talento, competencia técnica y voluntad innovadora que en el periodo del barroco. Bach fusionó en sus cantatas para iglesia y su música de la Pasión, el estilo vocal italianizante con el enfoque alemán, serio y adusto. Sus suites para teclado muestran una unión igual de efectiva con el estilo francés. A la vez que trabajaba claramente dentro de la tradición del bajo continuo, la fascinación de Bach por las posibilidades intelectuales y emocionales de la fuga y la imitación, introdujeron una nueva dimensión en la música del periodo del barroco tardío.


    La música original de Händel estaba orientada principalmente hacia la ópera italiana. Fue este género el que le sacó de su Alemania natal, para llevarlo primero a Italia y luego a Londres. Después de una importante carrera en esta última ciudad con óperas italianas, época en la que produjo las obras más sorprendentes del género durante el barroco tardío, elaboró un nuevo tipo de oratorio inglés para ser representado en los teatros. Hasta cierto punto, esta innovación le fue impuesta por el gusto musical de Londres, pero le dio la oportunidad de combinar su buen hacer como escritor de arias, con el poderoso estilo de escritura para coro que con anterioridad había utilizado en su música religiosa. Como compositores en el sentido constructivo del término, Bach y Händel son el modelo supremo del barroco tardío. Händel, y en menor medida también Bach, desarrollaron sobre la base del material temático unas estructuras de movimiento muy valiosas, lo que implicaba la posesión de cierta cantidad de ideas musicales prestadas de otros o de sí mismos. Bach murió en 1750 y la carrera de Händel se truncó definitivamente cuando le sobrevino la ceguera, después de haber finalizado su oratorio Jeptha en 1751. En la música del último Händel se pueden encontrar las pistas de nuevos estilos melódicos y armónicos que fructificarían en el posterior periodo del clasicismo.

    2- ¿Por qué se llama Siglo de oro al siglo XVII?

    Se llama siglo de oro al término que implica una época de esplendor literario, político y militar. Los escritores del siglo XVI y de comienzos del XVII fueron conscientes muchas veces de estar viviendo una época de esplendor en todos los ámbitos, pero sólo ocasionalmente se sirvieron de la expresión “siglo de oro” para referirse a ella.

    3- Escritores españoles del siglo XVII

    Diego Saavedra Fajardo, Quevedo, Baltasar Gracián.

    4- Reinado de Felipe IV

    Felipe IV nace en Valladolid el 8 de abril de 1605. En 1615 se casa con la hija del rey de Francia, en 1621 accede al trono tras la muerte de su padre, ocho años después nacen el príncipe heredero que muere 17 años después. En 1640 Cataluña y Portugal se revelan contra él. En 1644 muere su mujer, cuatro años mas tarde se hace el tratado de Münster. En 1659 se firma la paz con Cataluña y Francia, en 1661 nace su sucesor Carlos II, cuatro años después España es derrotada en Villaviciosa, este mismo año muere en Septiembre.

    5- ¿Qué es un valido?

    Se llama valido a una persona de confianza de un cargo importante como el de rey.

    6- Cuadro de la rendición de Breda (Diego de Velázquez)

    El capitán Alatriste; Arturo Pérez-Reverte

    7- Resúmenes de los capítulos.

    I. LA TABERNA DEL TURCO.

    Diego Alatriste, un antiguo soldado al que se le llamaba capitán debido a que dirigió una tropa en la guerra de Flandes, acababa de salir de la cárcel. Un chico de unos trece años le esperaba, su nombre era Iñigo, era el hijo de un amigo de Alatriste ya muerto, este amigo le envió a su hijo para que le sirviera y le enseñara. Lo que el capitán hizo nada mas salir fue ir a la Taberna del Turco donde encontró a sus amigos Quevedo, Saldaña y algunos más. Casi todos estaban borrachos por ello Diego no iba a ser menos, Quevedo se quiso batir con unos extranjeros y les enfadaba insultándoles. Por otra parte Saldaña citaba al Capitán para un trabajillo.

    II. LOS ENMASCARADOS.

    La cita, para el trabajo que les encargo Saldaña, era a las afueras de Madrid, el lugar tenía aspecto terrorífico, todo estaba a oscuras, solo un farolillo permitía ver algo, apenas nada. Entraron en una casa por lo que parecía, abandonada, allí estaban los hombres que les dirían que deberían de hacer, el trabajo era dejar heridos y con poca sangre a dos hombres procedentes de Inglaterra, sería por la noche, cuando llegasen a Madrid, todo bien, en el momento en que se fueron los hombres, aparecieron otros, que les dijeron lo contrario a lo que los primeros, terminar por completo con sus vidas. Los hombres que fueron a la cita eran dos, Alatriste y Gualterio Malatesta, un peligroso asesino italiano.

    III. UNA PEQUEÑA DAMA.

    El capitán estaba en la taberna del turco con algunos amigos como el Domine Pérez, Francisco de Quevedo u otros, mientras Iñigo estaba en la puerta y el capitán y sus amigos hablaban. Entonces Iñigo vio a una jovenzuela de unos 12 años, esta chiquilla ya era guapa así que se previa como iba a ser de mayor, tan guapa que posaría para Velásquez en 1965, pero una década antes, Iñigo se fijó en ella y decía que era como una visión celestial. La chiquilla pasaba todos los días por la calle Toledo para ir al Palacio Real, para asistir como menina a la reina y a las princesas. Pero una mañana algo cambió la rutina, el carruaje se detuvo a unos 20 metros de la taberna donde se encontraba Iñigo, la rueda se había atascado en el fango y el cochero no tuvo mas remedio que parar, entonces los niños comenzaron a lanzar barro contra la carroza. Iñigo al ver la situación fue a salva no al conductor si no a la chiquilla, así lo hizo y los muchachos huyeron, la niña asomó por la ventana e Iñigo se presentó, pero el carro echo a andar e Iñigo quedó enamorado en medio de la calle, pobre Iñigo había conocido a su mas dulce, peligrosa y mortal enemiga.

    IV. LA EMBOSCADA.

    Llegó el momento de acabar con la vida de los ingleses, era un viernes de marzo. Ya entrada la noche, una tenue luz alumbraba el lugar en que sería la emboscada. La espera se les hizo interminable, pero el momento llegó, Alatriste y Malatesta se lanzaron sobre los ingleses, la batalla estuvo reñida y fue interesante, Malatesta fue a darle la estocada mortal a uno de ellos pero Alatriste lo impidió, salvó la vida a los ingleses, no hicieron caso de los segundos hombres, que estaban aquel día en la casa.

    V. LOS DOS INGLESES.

    Después de la disputa Alatriste ayudó al Inglés mas joven y el mayor le dio las gracias. El capitán llevo a los ingleses ante el conde de Guadalmedina quien le dijo que el herido más grave era el futuro rey de Inglaterra. El conde les escoltó hasta la casa de las siete chimeneas. Al día siguiente Alatriste fue llamado ante el inglés, el cual le dio las gracias y le prometió que jamás olvidaría que un día le salvo la vida

    VI. EL ARTE DE HACER ENEMIGOS.

    .

    Al día siguiente todos los ciudadanos de Madrid sabían lo que había ocurrido la noche anterior, lo que no sabían era lo de la batalla. El capitán fue a ver a Guadalmedina para contarle que los ingleses estaban sanos y salvos. Mientras tanto Iñigo se hallaba en la taberna, preguntándole a la Lebrijana que había sucedido con Diego, en esto apareció Alatriste e Iñigo fue a ver la carroza de su amada Angélica, estuvo hablando con ella y un hombre al oír el nombre de Alatriste se mosqueo.

    VII. LA RÚA DEL PRADO.

    Era domingo, día de fiesta, también era el día en que se conocerían los dos príncipes. Toda la villa de Madrid se encontraba en la Plaza, también estaba allí, Alatriste, que había pasado la noche en vela, por si le atacaban, Iñigo pasó la noche en casa de la Lebrijana, pero se dio cuenta de que había sido engañado por el capitán, cogió las armas y siguió a Alatriste cuando Saldaña junto 6 hombres, se llevaron a Alatriste hacia una casa abandonada.

    VIII. EL PORTILLO DE LAS ÁNIMAS.

    Alatriste entró en la casa, al llegar a una habitación pudo ver a uno de los enmascarados y a Fray Emilio Bocanegra. Todo estaba en silencio solo un candelabro iluminaba la habitación. Alatriste estaba muy nervioso, por si un verdugo salía de la nada y terminaba con su vida, pero no fue así, solo le interrogaron, nada más, le dejaron en libertad. A la salida de la casa hubo un enfrentamiento, Alatriste salvó su vida gracias a Iñigo que le siguió con las armas envueltas en la capa.

    IX. LAS GRADAS DE SAN FELIPE.

    Madrid continuaba de fiesta y continuaría hasta que durase el noviazgo; en las fiestas había toros, juegos de lanzas. Alatriste va con algunos amigos a la plaza mayor, allí Quevedo se da cuenta que están siguiendo a Alatriste. Mientras tanto Iñigo esta pendiente de su amada que esta cerca, este va a hablar con ella y Alatriste se queda preocupado.

    X. EL CORRAL DEL PRÍNCIPE.

    Llegó el día del estreno de la obra de Lope. Alatriste como le prometió a Iñigo le llevó a ver la obra, junto con ellos fueron Quevedo y alguno más. Pagaron por un sitio sentado pero como estaba ocupado y por no discutir se quedaron de pie, Quevedo se sentó con unos amigo. Durante el primer acto el hombre que estaba junto a Alatriste empezó a rechistar diciendo que molestaba a pesar de que no había abierto la boca, ya en el descanso el hombre sacó una espada y se quiso batir con Alatriste, Quevedo se puso a gritar. Los dos ingleses estaban junto al rey y al oír los gritos fueron en ayuda del capitán.

    XI. EL SELLO Y LA CARTA.

    El capitán estaba prisionero y estaba mirando al futuro duque de olivares mientras que escribía una carta. Después fue sacado de su celda para un interrogatorio en el que respondió a preguntas tontas como porque los ingleses le habían defendido. Mientras fue preguntado reconoció a uno de los enmascarados que había visto aquella noche en la casa. Después fue puesto en libertad pero antes de irse le entregaron una caja que contenía un sello y una carta de los ingleses, donde se le daba las gracias por salvarle la vida.

    EPÍLOGO

    Iñigo esperaba en las puertas del palacio que saliera el Capitán que había sido llevado desde la

    cárcel, mientras esperaba aparece Malatesta y le dice que le diga al capitán que la vida es larga y

    que intentara matarlo pero que también debía matarlo a él ahora que es joven.

    8-Haz un resumen del viaje al Madrid de los Austrias.

    El día 14 de mayo fuimos a visitar el Madrid de los Austrias. Llegamos a la plaza España y subimos hasta la plaza de oriente, lo primero que vimos fue un convento situado en la plaza de la encarnación, es de estilo renacentista, esta cercano a la plaza de Oriente, tiene una rica pinacoteca de pintores como Ribera, Carducho, Roman y Pereda, la capilla mayor esta decorada con frescos de Bayeu. Una leyenda cuenta que un día Felipe IV se enamoró de una novicia y dijo que se la prepararan para la noche, parece ser que la novicia no le quería, que se maquilló de blanco y se metió en un ataúd, Felipe IV al verla salió despavorido y no quiso saber nada más de novicias. El capitán Alatriste; Arturo Pérez-Reverte

    Después fuimos a ver la estatua ecuestre de Felipe III, la cual lleva un complicado proceso de construcción, primero se hizo la estatua en cera, la parte de adelante se recubrió de barro, después se puso un molde de madera y se dejaron 6 orificios: 3 de entrada situados en las orejas y en la cabeza y 3 de salida en las patas y la cola, por esos orificios se metió bronce, la cera se fue fundiendo y cuando por los orificios salía bronce taparon los orificios y retiraron el molde. Con esto la estatua quedó acabada y aún se mantiene en pie gracias a los cálculos de Galileo Galilei inspirados en el principio de Pascal.

    Más tarde visitamos la cripta de la catedral de la Almudena la cual sirve de cimientos de la catedral, es de estilo neoclásico ha tardado mucho tiempo en construirse, tanto que ha sido inaugurada totalmente hace unos años. También oímos una leyenda de Santa Maria de la Cabeza, dice la leyenda qué un día iba paseando con su caballo y al llegar a donde se encuentra la virgen, que antes había una pared, el caballo no quiso parar y se arrodilló, el rey mandó demoler la pared y detrás de ella encontró a la virgen con una vela encendida. Parece ser que cuando los musulmanes vinieron los cristianos la taparon.

    Un poco después vimos el palacio del conde-duque de Olivares de estilo renacentista-herreriano, construido cerca del palacio real para estar cerca del rey, hoy se ha convertido en el cuartel general de defensa, cerca de allí hay una iglesia castrense del mismo estilo del palacio citado anteriormente, el ejercito la ha restaurado, en su cúpula destacan las pinturas de arte pompeyano, pero como en aquella época lo que se llevaba era la apariencia, los altares son de madera pintados como si fueran mármol.

    Lo siguiente fue la iglesia del nuncio que esta construida sobre una ermita renacentista, los muros de carga son de esta al igual que el coro. La iglesia es de estilo renacentista y es una de las pocas donde hay un altar puramente barroco. Más tarde fuimos a la plaza de la Villa, uno de los principales mentideros, en esta plaza destaca la torre de los Lujanes, aunque lo único que queda del siglo XV son dos portales y la torre, en dicha torre estuvo prisionero Francisco-I de Francia. También se encuentra el ayuntamiento de estilo renacentista.

    Posteriormente visitamos el ministerio de asuntos exteriores, antigua cárcel de Madrid, bajo ella hay tres sótanos, que es donde se situaba la cárcel.

    Finalmente fuimos a ver la calle Toledo, vimos donde estaba situada la taberna del Turco, en esquina a la calle Arcabuz(la cual ya no existe).

    9-Describe la Plaza Mayor.

    Con la plaza Mayor Felipe III añadió prestigio a su reinado. Esta bella e impresionante plaza porticada, debe su configuración a la época renacentista; fue construida entre 1617 y 1619 sobre lo que fue la "Plaza del Arrabal". En el s. XVII fue gran escenario de acontecimientos públicos; fiestas, recibimientos solemnes, juegos de cañas (espectáculo considerado padre del rejoneo) y toros. En sus portales se reunieron los más famosos gremios (agrupaciones profesionales) de la época, Su huella se puede apreciar aún hoy en las casas que rodean la plaza. En 1790 sufrió un incendio por lo que fue restaurada. En su centro se encuentra la Estatua de Felipe III, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca. El edificio mas importante es la casa de la panaderia, el cual esta decorado con frescos. El capitán Alatriste; Arturo Pérez-Reverte

    10-Opinión personal sobre el libro.

    Este libro esta bien porque esta relaccionado con la historia, aunque para mi es un poco pesado. Guarda una buena relación entre capítulos y también cuenta como era la sociedad de antes. Mi opinión es que es un poco aburrido pero un buen libro.


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    Idioma: castellano
    País: España

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