Literatura
El Cantar del Mío Cid
Esquema del trabajo sobre: El Cantar del Mío Cid
Introducción:
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Epoca y contexto histórico.
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Autoría.
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Importancia de la obra.
Métrica.
Contenido, relación con hechos históricos.
Análisis de los personajes principales, sobre todo del protagonista.
Introducción
Época y contexto histórico:
Se cree que fue escrito en el siglo XII después de la muerte del Cid (1099). El verismo histórico y geográfico del Cantar del Cid es indiscutible, y en ese sentido la canción de gesta castellana es totalmente distinta de las chansons francesas que debido a la lejanía describen España como un lugar fantástico, con una geografía irregular e inexacta y unos acontecimientos totalmente opuestos a la verdad histórica, así podemos encontrarnos con datos totalmente erróneos, por ejemplo que los moros tienen nombres pintorescos y diabólicos como Malduit, Falsaron, Esperveris, etc... y que adoran a unos raros ídolos llamados Mahumet, Tervegant y Apollin; ni los diversos refundidores de la Chanson de Roland ni el público a quien estaba destinada sabían cómo era un mahometano auténtico, al contrario que en el Cantar ya que cualquier persona del público de los siglos XI, XII o XIII conocían de sobra a los moros pues trataban con ellos todos los días.
Es fácil imaginar la cara de asombro que hubiesen puesto nuestros paisanos de otro tiempo al escuchar a un juglar hablar de un moro llamado Falsaron adorando a un ídolo de Mahoma o asegurándoles que Zaragoza está en una montaña, como afirma el verso 6 de la Chanson de Roland. Es evidente que el Cantar del Cid es indiscutiblemente más verídico, pero no hasta el extremo de que podamos considerarlo un acta histórica- de hecho reduce a uno los dos destierros de Rodrigo, también a uno los dos apresamientos del Conde de Barcelona; inventa el episodio de los judíos y las arcas de arena que retoma de la vieja Disciplina Clericalis de Pedro Alfonso, siendo puramente inventados por el autor los episodios del león escapado de la jaula y de la afrenta del robledal de Corpes- como sucede en lengua provenzal con la Cansó de la Crozada o el Poema sobre las Guerras Civiles de Navarra.
Pudiera ser que en vida del Cid existieran ya las raíces del Cantar en forma de cantos publicitarios para informar al pueblo sobre el desenlace de las batallas y la situación política del momento; de hecho antes de que sus hazañas fueran narradas en el Cantar los historiadores árabes Ben Alcama y Ben Basam ya se habían ocupado de él, también el llamado Carmen Campidoctoris, en verso, escrito posiblemente por un monje catalán hacia 1090 y la Historia Roderici en prosa fechada unos quince años después de la muerte del héroe. Aunque su consagración como héroe nacional podría ser debida a un juglar mozárabe anónimo nacido en Soria que hacia 1140 ya recitaba el Cantar.
No hay que olvidar que estamos en pleno siglo XI, época de una feroz lucha castellana por su hegemonía en España, hegemonía que desde 940 fecha en que Fernán González declara independiente el condado de Castilla sufre diversas etapas, no siendo hasta 1230 en que se unen definitivamente Castilla y León que el castellano es declarado lengua oficial en el reino más poderoso de la península.
Autoría
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En el siglo XIV el Cantar del Cid hoy conservado fue transcrito por un copista llamado Per Abbat, quién afirma en un primer explicit, que viene a continuación inmediata del ultimo verso de la gesta, que <<escrivió este libro>>. Desde hace más de un siglo la crítica está dividida entre los que sostienen que Per Abbat fue un mero copista y los que defienden que fue el autor del Cantar del Mío Cid, o por lo menos de la versión transmitida por el manuscrito hoy guardado en la Biblioteca Nacional. Los que tal sostienen encuentran, sin esfuerzo, personas en los siglos XIII y XIV llamadas Pedro Abad y numerosos abades llamados Pedro.
Importancia de la obra
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Sin olvidar que constituye la primera obra épica conservada en castellano no podemos tampoco despreciar el hecho de que hubo numerosas refundiciones en crónicas medievales.
Incluso Rodrigo Díaz reaparecerá en numerosas obras de la literatura española.
En la literatura europea fue el protagonista de Le Cid del francés Corneille, inspirando también a no pocos poetas de diversos países (Herder, Southey, Víctor Hugo, Heredia, Leconte de Lisle). Si bien el Cid que aparece en todos ellos no es el de Cantar, sino el de las leyendas formadas en torno a su juventud
MÉTRICA
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El Cantar del Mío Cid conservado en la Biblioteca Nacional consta de 3.730 versos (teniendo en cuenta que le faltan tres hojas, una al comienzo y dos en el interior, hemos de suponer que el texto completo constaba de unos 4.000 versos), pudo ser reconstruido por Menéndez Pidal gracias a la Crónica de Veinte Reyes, prosificación, en parte, de la Historia latina del Cid.
Los versos se agrupan en tiradas monorrimas y asonantes; cada tirada consta, pues, de un número variable de versos ____desde 2, que es la menor, hasta una de 190 versos, que es la más larga____ los cuales poseen una misma rima asonante.
En cuanto a los versos, son irregulares (es decir, no tienen el mismo número de sílabas) y bimembres (constan de dos miembros, separados por una pausa intermedia o cesura). El primero de esos miembros____ o hemistiquios ____ tiende a ser más breve; con todo, la combinación más frecuente es la de 7 sílabas +7 sílabas; le siguen las de 6 +7, 7 +8, 6 +8, etc.
Las rimas, en el manuscrito de la Biblioteca Nacional, presentan muchas anomalías, que Menéndez Pidal atribuye a errores de la copia. Así, por ejemplo, en una tirada con rima a-a (versos 439-492) aparece el verso 491, que dice: <<Esso con esto sea juntado>>. El eminente filólogo juzga que el copista se equivocó y que dejó de escribir el segundo hemistiquio, que tal vez dijera <<e de toda ganancia>>. Parte pues, del supuesto de que su versión original, el Cantar era perfectamente regular en sus rimas. Esta regularidad le lleva a formular su célebre hipótesis de la -e paragógica (la paragoge consiste en añadir uno o más sonidos al final de una palabra: piedade por piedad).
CONTENIDO, RELACIÓN CON HECHOS HISTÓRICOS
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A la muerte de Sancho III el Mayor de Navarra, se dividió su reino, dando a su hijo Fernando I casado con una hermana de Bermudo III rey de León la zona de Castilla que en aquella época comprendía únicamente una franja de tierra que se extendía desde Santander hasta la Cordillera Central limitando al oeste con el río Cea y al este con Navarra; la comarca comprendida entre el río Cea y el Pisuerga que pertenecía a León fue disputada por Bermudo III y por Fernando I, siendo vencido y muerto Bermudo en la batalla de Támara quedando las tierras incorporadas a Castilla en 1038.
Fernando I también deseaba las tierras de la Bureba y de la Rioja que pertenecían a su hermano García I de Navarra al que venció y mató en la batalla de Atapuerca en 1.054 quedando de esta forma la frontera este de Castilla extendida hasta el Ebro.
Al mismo tiempo, es decir en 1035 Ramón Berenguer I el Viejo hereda el condado de Barcelona y es con la promulgación de los Usatges entre 1058 y 1068 cuando los Condados Catalanes adquieren su sello propio y diferenciador.
De la creación de todos estos nuevos reinos Cristianos nace la apetencia de ampliarlos a costa de los reinos moros y es así que empieza un empuje imparable hacia el sur debiendo los reyes de Taifas bien ceder sus tierras o pagar tributos.
Fernando I dividió también sus tierras entre sus dos hijos, separando así nuevamente Castilla y León de Aragón. Castilla y León le fue otorgada a Alfonso VI quién tras gestiones diplomáticas consiguió que el partido mozárabe en 1085 le entregara el reino moro de Toledo con lo que la frontera sur de Castilla se amplio hasta el río Tajo.
Viendo los Reyes de Taifas la imposibilidad de contener el avance cristiano solicitaron ayuda a los almorávides que tras las fulminantes victorias contra los Cristianos en Zalaca 1086, Consuegra 1097 y Uclés 1108 detienen el avance cristiano; en la lucha contra la tribu musulmana de los almorávides destacó un caballero castellano llamado Ruy Díaz nacido en Vivar (Burgos) hacia 1040, joven participante en la batalla de Grau, vencedor de Jimeno Garcés (lo que le valió el título de Campidoctor deformado posteriormente en Campeador), fiel vasallo de Sancho de Castilla contra el futuro rey de Castilla, Alfonso de León en las batallas de Llantada y Golpereja, expulsado de Castilla por venganza a causa del juramento que obligó a hacer al rey Alfonso en Santa Gadea, que pasó primero a servicio del rey moro Mostaim II de Zaragoza, luego al de Sancho Ramírez y posteriormente al de Pedro I de Aragón y protagonista de importante gesta -ya que es la única vez que el reino de Castilla se asomó al Mediterráneo- de la conquista del reino moro de Valencia en 1094, perdido nuevamente a los tres años de su muerte ocurrida en 1099.
ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES PRINCIPALES, SOBRE TODO DEL PROTAGONISTA
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Minaya Álvar Fánez: primo hermano del Cid, se exilia con él y se convierte en su mano derecha tanto militar como política.
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Martín Antolínez: un burgalés que procura comida y bebida al Cid y los suyos contraviniendo el mandato del rey, posteriormente se exilia con el Cid para no sufrir castigo real.
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Vidas y Raquel: dos judíos tesoreros burgaleses a los que el Cid engaña para conseguir el dinero con el que iniciar sus campañas y pagar al Abad don Sancho la manutención de su familia.
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Abad don Sancho: es el abad de San Pedro de Cardeña lugar donde se encontraban hospedadas la mujer y las hijas del Cid, quedando a su custodia durante el exilio.
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Pedro Bermúdez: encargado de portar la enseña del Cid y detonante de la batalla contra los Emires Fariz y Galve al abalanzarse en solitario contra las tropas enemigas, lo que produce que las tropas cristianas vayan en su auxilio.
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Emires Fariz y Galve: enviados del Rey Tamín de Valencia para que batallen contra el Cid y recuperen Alcocer, acabando finalmente derrotados regresan a sus tierras
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Rey Tamín: rey moro de Valencia, batalla contra el Cid porque este ataca una ciudad de su protectorado.
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El conde don Ramón Berenguer I “el viejo”: conde de Barcelona, este amenaza al Cid y le planta batalla la cual pierde y es cogido prisionero aunque después el Cid le da la libertad.
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El Rey don Alfonso VI: rey de Castilla que destierra al Cid aunque el Cid se siga considerando como su vasallo y le ofrezca tributos para que le levante el destierro.
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Dña. Jimena: Dama de noble ascendencia y esposa del Cid Campeador
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Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador: personaje admirado por moros y cristianos, los moros le llamaban Sidi (Señor) de ahí su deformación a Cid, personaje principal y protagonista de este cantar de gesta
BIBLIOGRAFÍA
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Enciclopedia temática C.I.E.S.A. vol. VI, XIII y XX. Cía. Internal. Editora S.A. Barcelona 1968
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Anónimo. Cantar de Cid. Ed Espasa-Calpe. Col. Selecciones Austral. Madrid 1982
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Ángel del Río. Historia de la literatura española. Vol. I. Ed Bruguera-Libro Blanco. Barcelona 1982
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Apuntes del Liceo español de París. París 2001
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Enviado por: | Fulnix |
Idioma: | castellano |
País: | España |