Literatura
El árbol de la ciencia; Pío Baroja
Introducción.
Datos biográficos.
Estructura de la obra.
Personajes.
Tema y argumento.
El tema de España.
El sentido existencialista.
La ternura.
Ideas sobre el amor y sexo.
Autobiografismo.
Conclusión o balance.
Introducción.
Baroja, en sus memorias, escribió: “El árbol de la ciencia” es, entre las novelas de carácter filosófico, la mejor que yo he escrito. Probablemente es el libro más acabado y completo de todos los míos”. La mayoría de la crítica coincide con esta opinión, y el mismo Azorín dice que “resume, mejor que ningún otro libro, el espíritu de Baroja”.
En “El árbol de la ciencia”, publicada en 1911 Baroja recurre a la novela para reconstruir su vida. Pío Baroja nos relata la vida de Andrés Hurtado, aunque es en realidad una autobiografía. En la novela aparecen los mismos personajes que en su propia vida, los mismos ambientes, etc.
Según demuestra el libro, debía ser un joven sensible e ilusionado ante el porvenir de la ciencia y la inquietud filosófica que le dominaba (influencia de Schopenhauer. Al escribir sus memorias y al contar sus estudios en Madrid, la muerte de su hermano o su estancia en Valencia, transcribe literalmente largos pasajes de “El árbol de la ciencia”.
Pero, además de esto, la obra es toda una radiografía de una sensibilidad y conflictos espirituales de la época.
Datos biográficos.
Pío Baroja nació en San Sebastián en 1872 y falleció en Madrid en 1956. Es uno de los principales representantes de la generación del 98.
Su obra se centra en el estudio minucioso de los personajes y el ambiente; su estilo resulta simple y llano, tanto que algunos de sus contemporáneos lo consideraron incorrecto, comparado con el preciosismo y la retórica decimonónica. Los protagonistas de sus relatos son de algún modo retratos del propio autor y en todos ellos destaca el sentimiento individualista, un fuerte anticlericalismo y una dura crítica a lo establecido. Su idea de la novela es que se trata de “un saco donde cabe todo” y defiende siempre la total y absoluta libertad del novelista.
Baroja había estudiado medicina, profesión que ejerció durante dos años; pero, dada su escasa inclinación por ella, la abandonó para ponerse al frente de la panadería que una tía suya poseía en Madrid. En esta ciudad trabó amistad con los jóvenes escritores que formarían la generación del 98, especialmente con Azorín.
Publicó sus primeras obras en periódicos republicanos y en algunas revistas como Vida Nueva, Germinal y Alma española. Su obra comprende 75 volúmenes de novelas y narraciones, reunidos en las Obras completas publicadas en Madrid entre 1946 y 1952. Algunas de sus novelas son: La busca (1904), La feria de los discretos (1905), La dama errante (1908), Zalacaín el aventurero (1909), César o nada (1910), El árbol de la ciencia (1911), El mundo de ansí (1912), La sonda dolorosa (1929), Las noches del Buen Retiro (1933), Memorias de un hombre de acción (1913-1935), etc.
Estructura de la obra.
“El árbol de la Ciencia” es una novela en la que el personaje de Andrés Hurtado da unidad al relato, uniendo multitud de elementos: personajes, ambientes, lugares...
Dada la libertad característica de la novela barojiana y a que el propio Baroja afirmó estar poco interesado por las teorías estéticas cabe preguntarse si en su novela se da la despreocupación por el estilo y la composición. No es así en absoluto, sino que, premeditadamente o no, se da una composición simétrica, a pesar de la afirmación de Baroja de que escribe sus libros “sin plan”.
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Atendiendo a la vida de Andrés Hurtado, distinguimos dos grandes bloques:
Su formación: (tres primeras partes de la novela), sus estudios en Madrid, sus primeras experiencias, comienza a leer filosofía y se convence de las ideas de Schopenhauer, Andrés se muestra pesimista ante el mundo y la sociedad que va conociendo... formación como persona.
Su experiencia como médico: (tres últimas partes de la novela), cuando ya ha terminado su formación, nuevas ilusiones y desilusiones, su estancia en Alcolea, experiencias en su trabajo y en el mundo, su matrimonio y efímera paz y felicidad y su muerte. Andrés busca una orientación para su vida.
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En cuanto a la organización externa de la novela, que sería el índice de ésta, se divide el contenido en siete partes, cada una de ellas con un título muy significativo, que constan de un número desigual de capítulos cada una (habiendo 53 en total, cada uno con su título correspondiente también, y que son relativamente cortos, dado el gusto de Baroja por la frase corta y el párrafo breve para hacer la novela poco aburrida, como él decía.
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Estructura interna:
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Personajes.
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Principales: Andrés, Lulú, Iturrioz.
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Secundarios: padre, amigos, hermanos, personas que le rodean...
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Personajes colectivos.
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PERSONAJES PRINCIPALES:
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A la contraposición del personaje o de sus ideas con las de otro personaje: Baroja comienza caracterizando a Andrés en el capítulo tercero en contraste con su familia. Habla de su padre, de su desacuerdo con él, del contraste de las ideas políticas de uno y de otro...
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Los personajes se caracterizan también progresivamente mediante su actuación y sus propias palabras. Los define poco a poco, en situación.
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Al final del primer capítulo ya comienza la caracterización de Hurtado, que irá completándose en los siguientes capítulos, hasta el final de la novela, ya que Andrés va evolucionando a lo largo de ésta y va adquiriendo espesor humano.
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PERSONAJES SECUNDARIOS:
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OTROS PERSONAJES:
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Tema y argumento.
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El tema de España
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Medicina y Universidad:
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Sociedad y Política:
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Cultura y religión:
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El patriotismo, otro punto que también se destaca es el machismo de la época:
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El sentido existencialista.
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Visión Del Mundo y De La Vida:
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Influencia De Schopenhauer:
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Acción / No Acción:
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La ternura.
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Deme usted la mano, dijo hurtado.
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(...)
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Ahora siéntese a mi lado.
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¿ A su lado de usted?
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Si, ahora mismo míreme a los ojos. Lealmente.
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(...)
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(...) Si yo la quisiera a usted con cariño, con amor, ¿qué me contestaría usted?
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No, no es verdad. Usted no me quiere. No me diga usted eso.
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Sí, sí; y acercando la cabeza de Lulú a él, la besó en la boca.
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(...)
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Adiós, - exclamó ella, estrechándose contra él -. Y ya no me dejes más, Andrés. Dónde tu vayas, llévame.
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Ideas sobre el amor y el sexo.
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Autobiografismo.
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Conclusión o balance.
Hay un intermedio reflexivo, la cuarta parte, Inquisiciones, que constituye un paréntesis filosófico, que, más que separar los dos bloques, los enlaza. Andrés Hurtado acude a su tío Iturrioz y mantiene una larga conversación con él. Consta de cinco capítulos y constituye el núcleo intelectual de la novela.
Encontramos una construcción simétrica, reforzada por una serie de correlaciones entre las distintas partes de la novela, así observamos un paralelismo entre primera y quinta parte (que constan de 10 y 11 capítulos respectivamente), entre segunda y sexta (9 capítulos ambos) y tercera y séptima (5 y 4), constando la cuarta parte, Inquisiciones, de 5 capítulos.
Esta construcción simétrica queda reforzada por el casi idéntico número de capítulos de que constan las partes entre las cuales se establecen correlaciones.
-Estilo: predominan las frases breves, el lenguaje concreto, estándar o coloquial, según los personajes.
-Descripciones: impresionistas, contraste entre pueblo y ciudad.
-Diálogos: son vivos, sirven para caracterizar al personaje.
-Punto de vista del narrador: omnisciente, en 3ª persona.
-Novela autobiográfica: con paralelismos entre la vida de Andrés y la de Baroja.
En torno a Andrés Hurtado aparecen multitud de personajes, principales, secundarios y colectivos, caracterizados de diferente forma unos y otros y que, junto a los ambientes presentados también en la novela, ayudan a darnos una idea de la realidad y la vida española en el tránsito del siglo XIX al XX.
Podemos agrupar los personajes en:
-Andrés Hurtado.
Su caracterización se configura paulatinamente. Baroja se inclina por la pintura progresiva, viva y rápida. Recurre, por ejemplo:
Andrés Hurtado.
Se nos presenta como un joven humano, generoso, antiburgués, entusiasta de Espronceda, Baroja nos habla de sus gustos y sus opiniones en siguientes capítulos, comparándole, por ejemplo con Julio Aracil con quien Hurtado está muy en desacuerdo en cuanto a sus ideas.
Andrés Hurtado es un joven médico sin vocación, escéptico y con gran sentido crítico. Se nos muestra su pesimismo, por ejemplo, en su paso por el hospital de San Juan de Dios, su depresión y su melancolía, lo que le hace estar totalmente en desacuerdo con la filosofía de Schopenhauer. Se nos muestra también esa ternura que siente por los seres más desvalidos y su exaltación humanitaria, también en el hospital, en su enfrentamiento por el médico a causa de lo ocurrido con la enferma y su gato.
Tenemos también datos de su ideología, por ejemplo, por la impresión que produce en Andrés Hurtado el meeting de anarquistas, haciendo Baroja una alusión a sus ideas políticas.
De aquí, de los contrastes de Hurtado con otros personajes, y de su actuación a lo largo de la novela, se desprende la personalidad de Andrés Hurtado, personaje principal y protagonista de “El árbol de la ciencia”: es un joven desconcertado, que no encuentra un sistema de ideas en que basar su vida, ni siquiera en la intelectualidad; constituye uno de los exponentes de los conflictos existenciales del intelectual del siglo XX; alternan en él la ilusión y la desilusión y su desengaño va aumentando a lo largo de la novela; es un personaje antisocial que siente desprecio por el rico y simpatía por el pobre, odia la sociedad, le hace daño, sentirse mal; no encuentra ya nada que le guste o le haga feliz.
Su fuerza de voluntad y muestras de acción o intervención son cada vez más escasas y van sustituyéndose por la ataraxia, el escepticismo, su apatía y abulia sin remedio.
Cuando Andrés se hace médico de gente pobre, su cólera e irritación van creciendo cada vez más, hasta el punto de que ya tampoco siente esa ternura por los seres desvalidos del principio de la novela. Tan solo puede sentir disgusto, molestia y desilusión.
Encuentra un oasis de tranquilidad al casarse con Lulú. Está encantado con su mujer, su familia y su casa y consigue un trabajo como traductor, que también le hace feliz. A pesar de esto, Andrés tenía una premonición, presentía que tras esa nueva ilusión vendría de nuevo la desilusión, el dolor... Sentía que en su vida había una ventana abierta a un abismo y temía que este volviera a abrirse ante sus pies.
Cuando Lulú y el niño mueren, Andrés pierde su confianza en la ciencia, al no poder la medicina salvar a su esposa, y tan sólo le queda la compasión de los demás. Andrés, incapaz de seguir soportando las experiencias de la vida, se suicida. ¿Fue acaso la vida de Andrés Hurtado una vida vacía? Cabe preguntarse tras este último capítulo.
-Lulú.
Lulú, como personaje principal, es caracterizada paulatinamente, al igual que Hurtado o Iturrioz. Parece, en un principio, que no va a tener tanta importancia como cobra al final.
Lulú es la esposa de Hurtado y es un personaje inventado, un ingrediente novelesco, uno de esos espléndidos tipos de mujeres frecuentes en Baroja..
Baroja dedica dos capítulos a este personaje:
1º Se nos presenta como un producto marchito por el trabajo, la miseria y la inteligencia, se da una descripción física de ella y se la presenta en contraste con su hermana Niní. Antipática y graciosa, con sonrisa de malicia, “decía horrores”, lúcida y mordaz...
2º Habla de su carácter, es un personaje con un fondo muy humano y muy noble, tolerante, desenfadada, franca, no aceptaba derechos ni prácticas sociales...
Lulú siente, al igual que Andrés (y Baroja también), esa ternura por los seres desvalidos, es sincera, tiene el afán de analizarlo todo... En los rasgos de Lulú podemos ver proyectado el talante de Baroja, que incluso dedica un capítulo a este personaje en sus memorias.
Es un personaje insignificante en principio, que cobra un desarrollo autónomo y progresivamente se hace más importante en la novela hasta convertirse en un personaje principal..
-Iturrioz.
Se nos presenta por primera vez en la segunda parte de la novela en el capítulo llamado La crueldad universal y comienza ahí su caracterización, que continúa a lo largo de las apariciones de este personaje en la novela.
Es un filósofo escéptico, pero más realista que Andrés, que representa al Baroja Maduro. Baroja se sirve de él para todas las discusiones políticas y para exponer las preocupaciones de la época.
En la cuarta parte de la novela Andrés e Iturrioz mantienen una larga conversación en que se caracteriza a este último mediante la exposición de sus ideas o mediante la contraposición de sus ideas y las de su sobrino.
Baroja caracteriza a estos personajes con trazos rápidos, aunque también se detiene en ellos. Se trazan estos personajes más o menos rápido, según la incidencia o repercusión que tengan en los personajes principales. Los trazos son más rápidos cuanto más episódico es el personaje.
Su figura, por lo general, se nos da muchas veces cargada de una gran ironía y sentido satírico y otras veces llenos de ternura o de compasión.
Luisito, el hermano de Andrés. Caracterizado con mucha ternura.
Su padre, de cuya caracterización se sirve para caracterizar también a Andrés en la primera parte de la novela, dadas las diferencias entre ellos. Despótico, arbitrario...
Amigos de Andrés como Aracil (cínico, vividor y sin escrúpulos) y Montaner, a los que también caracteriza con respecto a Andrés.
Villasús: autor dramático que se nos presenta en Las moscas, inspirado en el escritor Alejandro Sawa (que sirvió a Valle Inclán como modelo para el Max Estrella de Luces de Bohemia), y que aparece de nuevo en el capítulo La muerte de Villasús.
Manolo el Chafandín: un chulapo yerno de la señora Venancia, que vivía a costa de ella y que pertenece al “mundo de Lulú”.
En ocasiones, el detenerse en un personaje no se justifica por necesidades del argumento central, sino por esa tendencia de Baroja a “entretenerse en el camino”.
Por último hay una amplísima galería de personajes rápidamente trazados que son personajes colectivos y que constituyen el ambiente, el telón de fondo de la novela: los profesores, las gentes del pueblo, los alumnos de la universidad...
Pío Baroja nos relata la vida de un estudiante, Andrés Hurtado, un personaje perdido en un mundo absurdo, las actividades que realiza, su ideología... que, una vez acabada la carrera, se plantea qué hacer con su vida.
Andrés busca una explicación, una orientación y se refugia en la filosofía, leyendo a autores como Kant y Schopenhauer, los mismos que el propio Baroja leía. Para Andrés Schopenhauer era como un consejero, empieza a creer en su visión pesimista del mundo y se convence de su filosofía, que está presente a lo largo de toda la novela.
Los temas que Pío Baroja trata en la novela son los siguientes:
El tema de la situación de España, al igual que en todas las obras de la generación del 98, tiene una importancia trascendental en la obra. La novela nos describe a través del personaje las costumbres, religión, y situación cultural de la época; que es amplia y negativamente crítica. Para facilitar su estudio podemos clasificarlo en cuatro grupos:
Este es un tema ampliamente tratado en el libro, sobre todo en la primera mitad del libro. La primera visión de Andrés de la facultad no es muy positiva empezando por las instalaciones que no encontraba adecuadas para sus propósitos:
Por una de esas anomalías clásicas de España, aquellos estudiantes que esperaban la escuela de arquitectura no eran arquitectos del porvenir, sino futuros médicos y farmacéuticos.
Otro punto en entredicho de la facultad es la figura de los profesores, estos eran demasiado presuntuosos para sentirse ofendidos por la burla de los alumnos. “ Esto es una ridiculez” son las primeras palabras de hurtado nada más empezar la clase. La imagen mostrada de los profesores es poco más que de carcamales decrépitos con ninguna o escasa capacidad didáctica, y cuyo mayor afán era sentirse admirados:
Los profesores del año preparatorio eran viejísimos habían algunos que llevaban cerca de cincuenta años explicando.
Sin duda no los jubilaban por sus influencias y por esa simpatía que ha habido siempre en España por lo inútil.
La perspectiva de compañeros y la clase no es mucho más optimista, en general se tendía a la burla hacia el profesor...
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En la clase se hablaba, se fumaba, se leían novelas, nadie seguía las explicaciones, alguno llegó a presentarse con una corneta, y cuando el profesor se disponía a echar en un vaso de agua un trozo de potasio, dio dos toques de atención; otro metió un perro vagabundo, y fue un problema echarlo.
Había estudiantes descarados que llegaban a las mayores insolencias: gritaban, rebuznaban, interrumpían al profesor. Una de las gracias de éstos estudiantes era la de dar un nombre falso cuando se lo preguntaban.
Por último su experiencia médica en el San Juan de Dios y Alcolea, tendieron a incrementar su idea “positiva” de la medicina. El médico del hospital al cual Hurtado ayudaba era un ser realmente cruel hacia los enfermos. Por la otra parte Sánchez, su colega en Alcolea, solo se mostraba interesado por el dinero que podía obtener de sus pacientes:
(...) también le dijo usted a la madre que fuera a ver un especialista de Madrid, y eso no va ni en beneficio de usted ni en beneficio mío. (...) que el tío fulano cogía un catarro fuerte pues eran seis visitas para él; que padecía un reumatismo, pues podían ser hasta veinte visitas.
El libro describe un amplio sector de la sociedad de aquella época. Andrés Hurtado pertenecía a una clase acomodada. Su padre Don Pedro era un hombre partidario de la aristocracia:
Andrés tenía convicciones antagónicas a las de su padre y Montaner:
Hurtado era republicano; Montaner, defensor de la familia real; Hurtado era enemigo de la burguesía; Montaner, partidario de la clase rica y de la aristocracia.
Generalmente, el motivo de las discusiones era político; Don Pedro se burlaba de los revolucionarios, a quien dirigía todos sus desprecios e invectivas, y Andrés contestaba insultando a la burguesía, a los curas, y al ejercito.
A lo largo del libro son numerosos los casos del pueblo llano que apoyan a los aristócratas: “El aristócrata pertenece a una clase superior a la humana”. Y los caciquismos:
La política de Alcolea respondía perfectamente al estado de inercia y desconfianza del pueblo. Era una política de caciquismo y lucha entre dos bandos: el de los mochuelos y el de los ratones (...) Alcolea se había acostumbrado a los mochuelos y a los ratones, y los consideraban necesarios. Aquellos bandidos eran los sostenes de la sociedad y se repartían el botín.
Conforme Andrés iba acumulando todas esas vivencias, “su instinto antisocial iba aumentando, se iba convirtiendo en odio contra el rico sin tener simpatía por el pobre”
En su etapa de médico de higiene en Madrid, describe la penosa situación de las prostitutas:
Duermen en cualquier rincón amontonadas, no comen apenas; le dan unas palizas brutales; y cuando envejecen y ven que ya no tienen éxito, las cogen y las llevan al otro pueblo sigilosamente.
A lo largo de todo el libro se da una idea de España aislada culturalmente del resto de Europa. Por lo tanto se tendía a exaltar lo nacional frente a lo extranjero:
La acción de la cultura europea en España era realmente restringida, y localizada a cuestiones técnicas; los periódicos daban una idea incompleta de todo; la tendencia general en hacer creer que los grandes de España podía ser pequeño fuera de ella, y al contrario, por una especie de mala fe internacional. (...)
España entera, y Madrid sobre todo vivía en un ambiente de optimismo absurdo; todo lo español era lo mejor.
El autor manifiesta constantemente la falta de opciones para los investigadores en España: Cuando España declaró la guerra a EE.UU. , los sentimientos de superioridad frente al extranjero se ponen ampliamente latentes, multitud de sectores de la sociedad confiaban en una victoria rápida y derrota humillante para EE.UU. La gente no se preocupaba realmente:
A Andrés le indigno la indiferencia de la gente al saber la noticia. Al menos él había creído que el español, inepto para la ciencia y para la civilización, era un patriota exaltado, y se encontraba que no; después del desastre de las dos pequeñas escuadras españolas en Cuba y en Filipinas todo el mundo iba al teatro y a los toros tan tranquilos; aquellas manifestaciones y gritos habían sido espuma, humo de paja, nada..
Pepinito trataba muy mal a su mujer y a su hija; constantemente las llamaba estúpidas, borricas, torpes; tenía el convencimiento que él era el único que hacía bien las cosas. Su mujer, Fermina, fue una víctima; pasó la existencia creyendo que sufrir era el destino natural de la mujer. Después de muerta, Don Pedro hacía el honor a la difunta de reconocer sus grandes virtudes.
La religión es otra parte importante en la cultura española, es de gran importancia en Alcolea y en la madre de Lulú, por otra parte ésta no tiene ninguna relevancia para Andrés y Julio:
A Hurtado no le preocupaba gran cosa las cuestiones de forma, y no tuvo ningún inconveniente en casarse en la Iglesia como quería doña Leonarda.
El clero es mostrado como defensor de la moralidad desde la inmoralidad:
Entre los dueños de las casas del lenocinio había personas decentes: un cura tenía dos, y las explotaba con una ciencia evangélica completa. ¡Qué labor más católica, más conservadora, podía haber que dirigir una casa de prostitución!
Alcolea es el pueblo más ampliamente descrito en la obra, es un pueblo que podría describir a gran cantidad de pueblos, es un pueblo tipo:
Las costumbres de Alcolea eran españolas puras, es decir de un absurdo completo.
El pueblo no tenía el menor sentido fiscal; las familias se metían en sus casa como los trogloditas en sus cuevas. No había solidaridad; nadie sabía ni podía utilizar la fuerza de la asociación. Los hombres iban al trabajo y a veces al casino.
Las mujeres no salían mas que los domingos a misa.
Por falta de instinto colectivo, el pueblo se había arruinado. (...)
La vida del pueblo era en muchas cosas absurda; las mujeres paseaban separadas de los hombres, y esa separación de sexos existía en casi todo.
Como preocupación fundamental de los componentes de la generación del 98, este estudio es indispensable. Pío Baroja muestra a través de Andrés Hurtado todo su pesimismo influenciado por Schopenhauer y toda la crítica que efectúa a la España de su época.
La visión que tiene Andrés Hurtado sobre la vida, triste y pesimista le viene dada por la muerte de su madre.
En casi todos los momentos de su vida, Andrés experimentaba la sensación de sentirse solo y abandonado. La muerte de su madre le había dejado un gran vacío en el alma y una inclinación por la tristeza.
Su madre era su conexión entre él y la familia, y al morir se rompió esta conexión y se quedó solo, “Se sentía aislado de la familia, sin madre, muy solo, y la soledad le hizo reconcentrado y triste.”
Todos estos sentimientos concuerdan con la visión que tenía de España. Era una España retrasada, sobre todo su capital, Madrid, que no tenía la menor intención de avanzar, e incluso se inclinaba a decir en España que “todo lo español era lo mejor”. España era un país sin ninguna motivación cultural, “España era un país sin civilización, sin cultura, en donde no se tenía la menor atención al extranjero”. Todo esto se reflejaba en las universidades:
La clase de química general del año preparatorio de Medicina y Farmacia se daba en esta época en una antigua capilla del Instituto de San Isidro, convertida en clase, y ésta tenía su entrada por la Escuela de Arquitectura, dando a entender que la infraestructura estaba por los suelos o que los profesores eran demasiado viejos como para poder explicar los hallazgos
más actuales (...)
En la evolución de Andrés la visión del mundo va cambiando, su mujer, Lulú, es la que incita a Hurtado a ver las cosas de una manera diferente, “Andrés estaba cada vez más encantado de su mujer”, aunque nunca se desarraigará de su pesimismo, “Su pesimismo le hacía pensar que la calma no iba a ser duradera”.
Schopenhauer es un filósofo alemán nacido el 22 de febrero de 1788 en Danzig (actual Gdansk, Polonia) y fallecido el 21 de septiembre de 1860 en Frankfurt del Main.
Todo el pesimismo existente en la obra es influencia de Schopenhauer. Según su filosofía, los hombres a través de su voluntad aspiran a metas que nunca llega a alcanzar, esto les deprime e inician otra ambición que les deprime aún más. La única manera de acabar con el sufrimiento es una actitud de renuncia.
Andrés comienza a interesarse por la lectura filosófica empezando por Fischte, que le aburrió y siguió con Kant, que no acaba de entenderlo y siguiendo con Schopenhauer con el que estaba totalmente de acuerdo. Todo esta evolución filosófica es idéntica a la de Pío Baroja.
Como decía, Andrés en un pesimista nato, pero gracias a las lecturas de Schopenhauer aumentan estos sentimientos:
“A los pocos días de frecuentar el hospital, Andrés se inclinaba a creer que el pesimismo de Schopenhauer era una verdad casi matemática”
Andrés está también influenciado por el filósofo en cuanto a los momentos en los que actúa y los que no actúa como veremos en el siguiente apartado.
Andrés actúa ante las cosas que le importan y le parecen inhumanas o deba superar como hombre como se pude ver en los siguientes ejemplos.
Cuando “La imaginación de Andrés le hacía ver miedos imaginarios”, éste actúa y entra en un bar que le da muy mala espina (miedo. O cuando está en el hospital;
Había una mujer que guardaba constantemente en el regazo un gato blanco... El gato era, sin duda, lo único que le quedaba de un pasado mejor. Al entrar el médico, la enfermera solía bajar disimuladamente al gato de la cama y dejarlo en el suelo; el animal se quedaba escondido, asustado, al ver entrar al médico con sus alumnos, pero uno de esos días el médico le vio y comenzó a darle patadas. ... El practicante y una enfermera comenzaron a perseguir al animal por toda la sala; la enfermera miraba angustiada esa persecución... seguía la caza con la mirada, y, cuando vio que cogían a su gato, dos lágrimas gruesas corrieron por sus mejillas pálidas. - ¡Canalla!, ¡Idiota! - exclamó Hurtado, acercándose al médico con el puño levantado. - No seas estúpido - dijo Aracil. -Si no quieres venir aquí, márchate. - Si, me voy, no tengas cuidado, por no patearle las tripas a ese idiota miserable. ,
que actúa ante una acción inhumana, aunque sea con un gato. Del mismo estilo es la acción que realiza Hurtado al ver que el directo de la revista “El Masón Ilustrado” pretendía hacer una broma de mal gusto a una pobre gente que fueron a visitar. También actúa para ayudar a sus seres queridos, tanto como cuando planta cara a Manolo “el Chafandín” para ayudar a su futura esposa Lulú, como cuando su hermano Luis, enfermo, necesita clima cálido para mejorar y en pleno día de nochebuena viaja hasta Valencia en tercera para solucionar lo más rápido el problema.
Hay momentos en la vida de Andrés que se decanta a una no-acción motivada por la influencia de Schopenhauer del pesimismo:
Ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas para el hombre sereno: o la abstención y la contemplación indiferente de todo, o la acción limitándose a un círculo pequeño. ... Es lo que tiene de bueno la filosofía, le convence a uno de que lo mejor es no hacer nada”. “Haz lo que quieras; por mi puedes envenenar a medio mundo; me tiene sin cuidado,
Cabe destacar que en la novela, los ejemplos de sensibilidad y emociones destacan sobre los demás, personificándose principalmente en la figura de Andrés Hurtado, y en sus vivencias. Sin embargo, los sentimientos se convierten a veces en hipersensibilidad, que aparece de manera constante en la novela y que se ve al lo largo de ella no sólo por otros personajes, que le irritan o desesperan, sino también por los ambiente que le toca vivir como médico.
Aunque la mayor parte del libro, a mi modo de ver, se muestra un lado de la realidad duro y pesimista, pero ante todo real, también hay grandes muestras de ternura, que no dejan de ser tampoco tristes.
La primera, y mejor de toda la novela, a nombrar es la relación de Andrés con su hermano pequeño, Luis. El protagonista muestra un cariño muy especial por él, esto se ve reflejado en la novela a través de los cuidados de Andrés por su hermano, cuando esta enfermo:
Al principio de otoño y comienzo del curso siguiente, Luisito cayó enfermo con fiebres.
Andrés sentía por Luisito un cariño exclusivo y huraño. El chico le preocupaba de una manera patológica, le parecía que los elementos todos se conjuraban contra él. (...) Andrés pasó momentos angustiosos; leía con desesperación en los libros de Patología (...) pasaba las noches sin dormir cuidando al niño; no se le ocurría jamás, y si se le ocurría no le daba importancia, la idea de que pudiera contagiarse.
Pero tras enfermar gravemente por segunda vez, no podrá recuperarse, y terminará muriendo de una meningitis tuberculosa, produciéndole una gran indiferencia e impotencia hacia el hecho.
El segundo ejemplo es de tema amoroso. Andrés tiene un amigo, Julio, que se entiende con una chica llamada Niní, pero mientras ésta piensa que le ama de verdad, el otro lo único que quiere es aprovecharse de ella; por ello el protagonista siente una gran lástima por la chica:
A Hurtado no le gustó la casa; aprovecharse, como Julio de la miseria de la familia para hacer de Niní su querida, con la idea de abandonarla cuando le conviniera, le parecía un mala acción.
Todavía si Andrés no hubiera estado en el secreto de las intenciones de Julio, hubiese ido a casa de doña Leonarda sin molestia; pero tener la seguridad de que un día los amores de su amigo acabarían con un pequeña tragedia de lloros y de lamentos, en que doña Leonarda chillaría y a Niní le darían soponcios, era una perspectiva que le disgustaba.
De ésta manera Julio acabará abandonándola cumpliéndose todo lo dicho anteriormente, aunque Niní acabará casándose y encontrando su verdadero amor.
Por otro lado también tenemos la experiencia que tuvo en su paso por el San Juan de Dios, donde iba junto a su amigo Julio y Montaner a realizar unas practicas de la carrera de medicina. Allí había un viejo doctor que les daba clases, amigo de Julio, que además de ser el médico de la sala se dedica a atormentar; como dice en el libro: “con una crueldad inútil a aquellas desdichadas acogidas allí y las maltrataba de palabra y de obra”. Una de las enfermas, le llama la atención al protagonista por que posee un gato, al cual le cuida con mucho cariño:
Había un mujer que guardaba constantemente en el regazo un gato blanco. Era una mujer que debió haber sido muy bella, con ojos negros, grandes, sombreados, la nariz algo corva y el tipo egipcio. El gato era, sin duda, lo único que le quedaba de un pasado mejor. Al entrar el médico, la enfermera solía bajar disimuladamente al gato de la cama y dejarlo en el suelo; el animal se quedaba escondido, asustado, al ver entrar al médico con sus alumnos; pero uno de los días el médico le vio y comenzó a darle patadas.
El último ejemplo claro, también se incluye en el apartado de amor y sexo, es cuando Andrés se declara a Lulú. El hecho de que se hable de esto dos veces, es simplemente que la ternura siempre suele ir ligada al amor:
Andrés tomó la mano de Lulú entre las suyas y la llevó a sus labios. (...)
En conclusión podemos terminar diciendo que Pío Baroja es un escritor muy sensible, pero en cuanto a la ternura, en su obra aparece muy poco o es difícil de ver. Esto es debido a que la dureza y pesimismo de la novela impide la aparición de ésta, debido a la crueldad de la sociedad de aquel tiempo.
En el árbol de la ciencia Pío Baroja le da una gran importancia al tema del amor a través de los comentarios y pensamientos de su protagonista, Andrés.
Andrés tiene una gran desconfianza hacia el amor, ya que su madre murió cuando él era un niño (a partir de entonces siempre se ha sentido sólo), a lo largo del libro fallece también su hermano pequeño, la única persona por quién Andrés sentía un verdadero cariño. Quizás esa falta de calor humano de la cual ha carecido durante toda su vida le hace ser más escéptico a la hora de creer en el amor, como veremos más adelante. Pero empecemos con el análisis del amor y el sexo en este libro.
Al principio del libro Andrés expresa su oposición a lo que su amigo julio pretende hacer con su novia. Ella es pobre económicamente, él sólo pretende utilizarla para que le de placeres físicos, hasta que acabe sus estudios y encuentre a una rica con quien casarse. A Andrés esto le parecía una mal acción. Más tarde Andrés habla sobre Lulú, una chica que Andrés había conocido en una fiesta, y que al parecer no quiere saber nada de hombres. Esto viene explicado en la siguiente cita;
Sin duda, el velo que la naturaleza y el pudor habían puesto sobre todos los motivos de la vida sexual se había desgarrado demasiado pronto en ella; sin duda supo lo que era una mujer y el hombre en un época en que su instinto nada le decía, y esto le había producido una mezcla de indiferencia y de repulsión por todas las cosas del amor.
En este párrafo se condensan varia ideas, la primera es el tabú que significa el sexo en la sociedad (“pudor”) y el “velo” con que la naturaleza lo confunde. Una naturaleza muy sabia interesada simplemente en la perpetuación de la especie.
Andrés dice que Lulú le sorprendía, pero que no le entraban ganas de hacerle el amor que sólo podría tener amistad con ella. En conclusión físicamente no le atrae, al no desear su cuerpo no concibe la idea de poder llegar a quererla. Es posible que aún siendo ella hermosa él no la amase, pero siempre sería más fácil que la naturaleza le hiciese pensar que sí. De esto concluimos que Andrés sólo concibe dos tipos de relaciones con una mujer, o bien sexual o bien amistosa.
Más tarde en el capítulo de “sexualidad y pornografía”, pese a este título tan acorde con el tema que estamos tratando, no hay mucho que decir; a más vida sexual menos necesidad de ver o leer pornografía, y a menos vida sexual mas necesidad. La conclusión es que de una manera u otra todos somos humanos y necesitamos sexo.
Posteriormente Andrés enferma levemente y le achaca la culpa a su castidad. Hace unas breves reflexiones sobre la manera más adecuada para perder su virginidad y gozar de la sexualidad. Una de las posibilidades era casarse, para él eso sería perder toda su libertad y a renunciar a muchas cosas de la vida por una sola “cosa”. Al legar a este punto hace una pequeña crítica a la sociedad relacionada con el tema. A las muchachas del pueblo donde está él (como en otros muchos de entonces) las mujeres sólo salen de casa para ir a misa y no hay forma de hablar con ellas. Dice que sólo llega a conocerlas su marido al tiempo de casarse, pero ¿puede existir la idea de amor en un matrimonio en el que la pareja no se conoce?.
La otra posibilidad es la de irse con una prostituta, pero al plantearse esta posibilidad piensa; “Qué más triunfo para la burguesía local y más derrota para su personalidad si se hubiera contado sus devaneos?”.
Personalmente creo que Andrés se toma el tema del sexo como si careciese de importancia, le preocupa más lo que opinen de él y la “derrota a su personalidad” a la que se refiere, creo que es más a que su imagen personal estaría por los suelos, a que sus principios éticos serían ignorados por él mismo.
En la última parte del libro, encontramos una teoría de Andrés sobre el amor. Esta teoría esta basada simplemente en el aspecto físico de las personas. Las seguras de sí mismas, buscan a alguien con las mismas características físicas, y las personas sin mucha confianza a alguien con el físico opuesto. Esta teoría no tiene mayor relevancia que indicarnos que Andrés para unir a las parejas sólo se fija en el físico de éstas, sin tener en cuenta sus personalidades, más afines unas con otras. Aparte de su teoría nos da una definición del amor; “El amor es la confluencia del instinto fetichista y del instinto sexual”. La explicación que nos da es que por lo general nos fijamos en el otro por su físico ( i.sexual), pero que este físico lo transformamos inconscientemente como algo maravilloso, perfecto, es decir lo idealizamos ( i.fetichista) igual que a la personalidad del amado/a. “A través de una nube brillante y falsa, se ven los amantes el uno al otro, y en la oscuridad ríe el antiguo diablo, que no es más que la especie”.
Como ejemplo clarísimo tenemos el de Lamela, el ciego enamorado de los primeros capítulos. La imagen del diablo como la especie resulta un tanto tétrica o deprimente. A mi modo de ver el antiguo diablo no es más que un símbolo para representar las mentiras y la falsedad de toda esta historia, el “diablo” que se ríe al darse cuenta de la estupidez de los humanos de creer que sus hermosos sentimientos no son otra cosa que el instinto disfrazado. Quizás lo califica de diablo porque lo peor que se puede hacer es imaginar ilusiones bellas por medio de cimientos débiles, frágiles y falsos:
El instinto de la especie es la voluntad de tener hijos, descendencia. La mujer, instintivamente quiere primero al hijo; pero la naturaleza necesita vestir ese deseo con otra forma más poética, más sugestiva, y crea esas mentiras, esos velos que constituyen el amor.
Por último, al final del libro tenemos una grata sorpresa, parece que Andrés a encontrado el amor, incluso él lo reconoce, nos encontramos con la siguiente afirmación de Andrés; “Hemos llegado a querernos de verdad, porque no teníamos interés en mentir”. Estas palabras nos dan la seguridad de que en el interior de Andrés algo a cambiado, ahora cree en el amor.
En sus Memorias, Baroja explica que en Andrés Hurtado puso sus preocupaciones de médico y de aficionado a la filosofía y que en su novela hay una alusión a tiempos pasados.
Representa Baroja un mundo y un ambiente que le son muy familiares: su vida de estudiante, sus primeras experiencias como médico, sus propias inquietudes filosóficas... transformadas literariamente dan lugar a “El árbol de la ciencia”.
Es innegable el carácter autobiográfico de esta novela. Baroja estudió medicina, la ejerció, como médico titular, en un pueblo guipuzcoano(el equivalente de la Alcolea de Hurtado) y tuvo también sus diferencias con el otro médico del pueblo; Luisito está entrelazado con la imagen del hermano mayor de Baroja; se pueden reconocer a algunos personajes como sus amigos, o el misterioso hermano Juan; el ambiente que rodea a Baroja es el mismo que el de Andrés; Baroja tuvo como profesor a Letamendi, al igual que Hurtado; los libros que leen son los mismos; Sienten la misma simpatía por la mujer de la casa, Andrés en Alcolea y Baroja en Cestona...
Es tan estrecho el contacto entre el mundo de Baroja y el de Andrés Hurtado, que Baroja transcribe literalmente fragmentos de la novela en sus Memorias.
La crítica ha sido unánime en los puntos de contacto entre el protagonista de la novela y Baroja, aunque algunos, como Ortega, amplían el carácter identificativo a toda una generación: Hurtado no sólo representa a Baroja, sino también a todo el grupo de escritores que comienza a publicar hacia 1898.
“El árbol de la ciencia” es una novela sumamente representativa de la época y ha sido considerada “la novela más típica de la generación del 98.
Es indiscutible que esta novela es una buena muestra de cómo Baroja y sus coetáneos anticiparon buen número de los temas de las corrientes existenciales contemporáneas, además de ser la novela más representativa de las barojianas.
BIBLIOGRAFÍA.
•BAROJA, P; El árbol de la ciencia, Madrid, Alianza, 1994.
• BAROJA, P; El árbol de la ciencia, Madrid, Cátedra, 1993.
• Enciclopedia Salvat Universal, Barcelona, Salvat, 1997.
• Enciclopedia multimedia Encarta, Microsoft, 1999.
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Enviado por: | Platera |
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