Literatura
El árbol de la ciencia; Pío Baroja
Técnica narrativa
En
el árbol de la ciencia
Pío Baroja
Pío Baroja dedicó muchas páginas a hablar de su concepción de novela, y por lo tanto, de aquella técnica narrativa que él utilizaba.
La novela es para él "un género multiforme, proteico"; abarca todo tipo de temas, como es el caso del árbol de la ciencia, donde se combinan la filosofía, la crítica a la sociedad i una trama argumental entorno a la vida de Andrés Hurtado.
NARRADOR
Baroja parece actuar como narrador testigo, compartiendo las mismas miserias sociales que sus personajes, pero la obra tiene mucho de autobiográfica. El autor práctica la técnica del desdoblamiento en el personaje principal, Andrés Hurtado, y en Lulú, el otro gran protagonista, en los que vierte sus inquietudes, ideas y posibilidades de un yo futuro o pasado. Baroja coincide con Hurtado en que estudia en Madrid, reside una temporada en Valencia, y en la muerte de su hermano. Además éste le sirve de puente para desarrollar sus propias teorías, sobretodo filosóficas, especialmente reflejadas en la cuarta parte del libro, un diálogo con Iturrioz.
PERSONAJES
Los personajes constituyen el elemento más importante de la obra. Los dos personajes sobre los que se desdobla el autor son los más importantes, desarrollándose la obra a partir de la experiencia vital de Andrés Hurtado. Andrés Hurtado es un personaje arrojado al mundo, donde se siente perdido, sin un apoyo familiar, sin una orientación filosófica clara, y golpeado por la deficiencia de la educación y de la medicina de la época. Lulú es la mujer que ocupará un puesto esencial en la vida de Hurtado, producto de la miseria y el trabajo, de fondo muy noble y preocupada por los desvalidos, sobre los que vierte una gran ternura. Gran importancia tendrá también en la obra la figura de Luis, que con su muerte, provocará la desorientación de Andrés.
Éstos personajes principales no se muestran ya caracterizados desde el momento de su aparición, sino que se van creando lentamente, a medida que se desenvuelven en los distintos ambientes, y a los que llegamos por medio de sus acciones, sus diálogos, o sus reflexiones. Son personajes que evolucionan a medida que avanza la novela, como es el claro caso de Andrés, quien adquiere nuevas concepciones de la vida a medida que pasan los capítulos, construyendo y modificando filosofías que conocemos a través de sus diálogos y reflexiones
En torno a Andrés y Lulú se mueven gran cantidad de personajes secundarios, bocetos vigorosos, retratados o no, de manera directa, por Baroja. Así, el autor se entretiene más en el padre de Andrés, Pedro Hurtado, despótico, arbitrario y egoísta; Iturrioz, con quien Andrés mantenía conversaciones filosóficas; Lamela, estudiante rezagado, gallego, flaco y nervioso... Estos personajes no se justifican, en muchas ocasiones, por el argumento central, sino que son en sí, representan tipos sociales en los que Baroja se entretiene. Con todo, hay que estudiar la influencia que tendrá cada personaje en los principales, Andrés y Lulú. Tales personajes, al contrario de los principales, se nos dan ya dibujados, con trazos rápidos pero certeros, descritos de forma satírica, incluso cruel, en algunos casos, pero tratados con extrema ternura en otros. Las descripciones son subjetivas, muestra los defectos, todo le parece repulsivo.
En "el árbol de la ciencia" podría hablarse de una tercera categoría de personajes, personajes colectivos, que aparecen como meros figurantes, piezas de un ambiente, de una atmósfera insustituible. En esta categoría se encuentran los enfermos del hospital, los estudiantes, los amigos, los vecinos...
Distingue dos tipos de personajes: el ibérico, fuerte y guerrero, y el semita, de tendencias rapaces, de intriga y de comercio. Al igual que los Behavionistas, psicológicamente estudia los personajes según su conducta y sus manifestaciones externas. Cree que la gente es ridícula y por eso la presenta así: unos porque hacen el bien, como el hermano Juan, y otros porque hacen el mal.
LENGUAJE
En cuanto al estilo, a parte de la técnica de pintura de los personajes, se reconoce el gusto por el párrafo breve, la naturalidad expresiva del autor, tanto en lo descriptivo como en los diálogos.
El lenguaje actúa como otro elemento más en la caracterización de ambientes, así Baroja opta por el uso de términos coloquiales y vulgarismos, De esta manera, contrasta el lenguaje de Lulú con el del filósofo Iturrioz, en sus conversaciones existenciales con Hurtado, en la cuarta parte del libro. El lenguaje es austero, y de un estilo "desarreglado", desordenado, pero culto.
ARGUMENTO
La novela, para Baroja, lo abarca todo, es ante todo una novela abierta.
Consecuencia de ello es su despreocupación por la composición, que da esa idea de desorden estructural, aunque, como ya veremos, la obra resulta de una gran consistencia estructural. Lo que le importa son los episodios, las anécdotas y las disgresiones. Tampoco le preocupa la unidad, según él, una novela larga es una sucesión de novelas cortas.
Pese a todo esto, el árbol de la ciencia está hilvanado sobre la trayectoria vital del árbol de la ciencia, que confiere la unidad a la obra y que enlaza los ambientes, anécdotas y episodios.
El árbol de la ciencia responde, en buena medida, a lo que la crítica alemana llama Bildungsroman ("novela de formación de un personaje"). En efecto, desarrolla la vida de Andrés Hurtado, un personaje perdido en un mundo absurdo y en medio de circunstancias adversas que constituirán una sucesión de desengaños.
Su ambiente familiar hace de él un muchacho "reconcentrado y triste"; se siente solo, abandonado, con un vacío interior. Empieza la carrera de medicina en Madrid, con una gran sed de conocimiento, pero se siente golpeado por el bajo nivel de la enseñanza española. Aquí conoce a Aracil y Montaner. Acaba el curso y se pasa el verano leyendo libros.
Durante el segundo curso conoce a Sañudo y Ibarra, con los que discute las mismas cuestiones que con Aracil y Montaner. Al llegar el cuarto curso conoce al profesor Letalmendi, quien le hace asomarse al mundo filosófico.
Luisito cae enfermo en otoño. A Andrés, el chico le preocupa, y aunque las fiebres desaparecen, el niño queda flaco y débil.
Andrés visita San Juan de Dios y se da cuenta del ambiente deprimente y miserable que se respira en el hospital, algo que le impresiona mucho y le hace tomar una posición diferente frente a la concepción de la vida
Andrés y Julio intiman. Su vida en el hospital había unificado sus costumbres aunque no sus ideas. Julio le presenta a Niní y Lulú, conocidas como las Miglanillas. Antes de carnaval tiene lugar un baile en el que Andrés empieza a sentir simpatía por Lulú, mujer que tendrá un papel fundamental en la vida de éste.
Andrés lleva a Luisito a casa de unos parientes en Valencia. Allí Luisito se recupera lentamente. Andrés consigue doctorarse en Madrid. Con el título, marcha a un pueblo de Burgos a ejercer. Pasado cierto tiempo recibe una carta en la que le comunican la muerte de Luisito.
La cuarta parte es un paréntesis dentro de la línea narrativa, cuya finalidad es establecer un balance de lo que ya ha ocurrido y establecer un punto de partida para lo que ha de venir. Éste diálogo refleja las inquietudes filosóficas del propio Baroja y su concepción de la vida y del mundo. Una tarde va Andrés a casa de su tío Iturrioz, con el que mantiene un diálogo filosófico, basado en la filosofía de Kant y Shopenhauer.
Al cabo de unos días, nombran a Hurtado médico titular de Alcolea del Campo junto al doctor Sánchez. La envidia, el egoísmo, y los prejuicios le hacen dimitir de su cargo.
Andrés regresa a Madrid y se encuentra con una población alterada por la guerra contra los Estados Unidos. Se encuentra con un Montaner fustrado, y un Julio Aracil bien aposentado. Fermín Ibarra piensa marchar de España y montar su propio negocio, que conseguirá con éxito. Vuelve a entablar relación con Lulú, quien tiene un pequeño negocio. Consigue trabajo como médico de higiene, profesión que deja unos días después por hacerle ver una realidad tan miserable.
La muerte de Villasús, un pobre viejo, le marca profundamente. Finalmente, declara su amor a Lulú y le pide matrimonio
El matrimonio se lleva a cabo. La fortuna le sonríe, y consigue un trabajo a su medida en el que irá progresando rápidamente.
Sin embargo, Baroja tan solo concede la felicidad durante poco tiempo. Lulú muere, junto con el niño, al nacer éste. Andrés esa misma noche, se había suicidado.
TIEMPO
El tiempo externo coincide con la época que vivió Baroja, es decir, principios del siglo XX. El árbol de la ciencia es un ejemplo de condensación temporal, porque en un libro que se puede leer entre siete y diez horas, el autor condensa toda la vida de su protagonista, Andrés Hurtado. Las acciones pasan rápidamente, y los años se suceden en cuestión de párrafos.
El tiempo es lineal, sin saltos atrás en el tiempo, pero con enormes saltos hacia el futuro (analepsis).
ESPACIO
Los espacios se combinan, abiertos y cerrados, dependiendo la intención del autor.
Gran importancia tienen los ambientes y su impresionismo descriptivo. Le bastan muy pocos rasgos para darnos impresiones vivísimas. Son trazos certeros y rápidos, que configuran unos ambientes impresionantes, de una gran calidad pictórica. Baroja nos hace ir percibiendo paulativamente la luz, la temperatura, la atmósfera. Aunque se entretiene mucho en el detalle, lo que Baroja quiere transmitir es, no tanto la descripción de los realistas del XIX, sino sensaciones, dotar al ambiente de una atmósfera insustituible.
Andrés Hurtado se mueve en una sociedad inmersa en las más diversas miserias y lacras sociales, pero la realidad española se estructura más marcadamente en la contraposición campo-ciudad.
El mundo rural (Alcolea del campo) es un mundo inmóvil como "un cementerio bien cuidado", presidido por la pasividad y la insolidaridad de sus gentes ante las injusticias. Palabras como egoísmo, prejuicios, envidia, crueldad, etc., son las que sobresalen en su pintura.
La ciudad, Madrid, es "un campo de ceniza" por donde discurre una "vida sin vida". De nuevo se nos presentan muestras de la más absoluta miseria, con la que se codea la despreocupación de los pudientes, de los "señoritos juerguistas".
ESTRUCTURA EXTERNA
La figura de Andrés Hurtado da unidad al relato, pero su trayectoria va hilvanando multitud de elementos. No obstante, esto no quiere decir que haya una ausencia de composición.
El árbol de la ciencia se compone de siete partes que suman 53 capítulos de extensión generalmente breve. El número de capítulos que integran cada una de las partes es variable: 11, 9, 5, 5, 10, 9 y 4, respectivamente.
La obra cabría dividirla en dos "ciclos" o etapas de la vida del protagonista, separadas por un intermedio reflexivo. Las partes que, a su vez, integran cada uno de estos ciclos son tres, de clara simetría
Sin embargo, la estructura no limita la libertad del relato, el hilo narrativo se desarrola con gran libertad y se sigue entrelazando con multitud de anécdotas laterales.
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Enviado por: | Héctor |
Idioma: | castellano |
País: | España |