Filosofía y Ciencia


El acertijo de la felicidad; Iten Mario Mendoza

EL ACERTIJO DE LA FELICIDAD: EL ÉXITO NO ES PARA TODOS, SOLO PARA AQUELLOS QUE NO PUEDEN SER FELICES.

Dr. Iten Mario Mendoza Camacho

ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN VIRTUAL (E.T.V.) Y MÉTODO ALTERNATIVO DE TRATAMIENTO EMOCIONAL RESIDUAL O MIERDOTERAPIA.- - - - - - - - - - - - - - - - - -

PREFACIO Y EPÍLOGO 2ª EDICIÓN DEL LIBRO “EL ACERTIJO DE LA FELICIDAD” DEL DR. ITEN MARIO MENDOZA CAMACHO I.S.B.N.: 13-978-607-00-7600-8.- DERECHOS RESERVADOS, SE AUTORIZA CON FINES ACADÉMICOS DE CONSULTA Y CITACIÓN, PARA SE AGREGADO A BIBLIOTECAS VIRTUALES DE PARTICULARES O INSTITUCIONES EDUCATIVAS.- - - - - - - - - -

PREFACIO.-En México como en todos los países de América Latina y el mundo, hombres y mujeres disfrutan de las comodidades que brinda la modernidad, pero están perdiendo algo vital: Su humanidad, la capacidad de respetarse, de amarse a sí mismos y a los demás; ya sabemos que no se puede dar lo que no se tiene y si no cuidamos ni nuestro propio cuerpo, salud y bienestar, nuestros sentimientos, ni los de aquellos a quienes decimos amar, porque hemos comerciado con nuestros principios o de plano, los hemos prostituido, en nuestro afán de “ser triunfadores”dejándolos en el discurso obligado, porque de hecho en nuestra rutina diaria nos estorban. La sociedad actual está regida por el paradigma del poder y dinero, del consumo egoísta, la satisfacción ya no de necesidades sino de caprichos banales, de la irresponsabilidad social y ecológica; nada importa más que “modernidad y progreso”para los países o “alcanzar el éxito”para los hombres y mujeres que los integran, pero ¿A qué costo?con poca fe y fuerza de voluntad perezosa no llegaremos muy lejos, porque ya nos acostumbraron a pensar que todo lo merecemos, a que nos lo den “peladito y en la boca”,todo aquello que signifique un esfuerzo nos frustra, lo tachamos de complicado, nos aburre, queremos las cosas fáciles, rápidas o desechables, gratis de ser posible, rehuimos a la responsabilidad y el compromiso, buscando solo placer o satisfacer nuestros deseos; el problema es que empezamos a aplicar esa fórmula con las personas, con nuestros propios sentimientos, valores y costumbres, que derivan en vicios, malos hábitos o en relaciones dañadas porque actuamos con “una mentalidad de guerra”, siempre egoístas y a la defensiva, resentidos y vengativos, adoptamos el papel sumiso de víctima o mendigo, en tanto esperamos a que “muerdan el anzuelo”, para después cobrarnos con intereses todo el sufrimiento o humillaciones recibidas.

Confiamos nuestra vida a la tecnología olvidando nuestras capacidades, mientras más “aparatos inteligentes”tenemos, mas inútiles nos volvemos, nos convertimos en sus esclavos, creando una nueva identidad en el plástico de esa modernidad ¡aunque sea una falsa o virtual!esforzándonos por presumir una buena vida, una felicidad que no tenemos, un cuerpo que solo es apariencia, escondiendo “los gorditos y sumiendo la panza” tomándonos fotos solo de nuestro “perfil o lado bueno”porque es más cómodo aparentar que sincerarse y esforzarse, buscamos pues, la aceptación social en base a la mentira y el engaño; al tiempo que somos esclavos en trabajos corporativos o gubernamentales donde nos enseñan a aferrarnos, a ser aprensivos, ansiosos, inseguros y agresivos; generándonos estados emocionales cargados de estrés, frustración, neurosis o depresión, pero sobre todo, nos enseñan a “aguantar callados y con una sonrisa”, a neutralizarnos como los seres dotados de creatividad emprendedora que somos, para que por miedo e inseguridad nos olvidemos de aquello que sí nos gustaría hacer por vocación o pasión, no por dinero, conformándonos con las migajas que levantamos del suelo sumisos y callados, mientras los que ostentan el poder están en lo alto dándose un festín.

Con esa estrategia nos mantienen así, encorvados, de rodillas o en el suelo de plano, humillados y peleando entre nosotros por esas sobras, sin importar a quien herimos, a quien pisamos con tal de escalar lo necesario para que nos suban a la mesa. Entonces ¿Qué podemos esperar de sociedades egoístas de consumo en las cuales somos incapaces ya de emprender, de producir, de revelarnos ante lo injusto y luchar? ¿Por qué nos quejamos de la delincuencia, de la falta de empleo, de la desigualdad, de los mediocres planes y programas de salud, vivienda y educación que tales gobiernos ofrecen? Si nos vendemos por una despensa, apoyamos a determinado candidato o partido con la promesa de “una plaza” o “un huesito”, ya que lo obtenemos, entramos en el modo automático de “calladito me veo más bonito” ¡y damos gracias, cómplices ya de esa desigualdad!porque en tal mentalidad el hambre solo es injusta cuando la sentimos nosotros y darle a los necesitados está bien, mientras no nos quiten de lo nuestro; como dicen: Somos ateos hasta que el avión empieza a caer, feministas hasta que nos casamos y revolucionarios hasta que nos dan un nombramiento oficial; es la cultura de las migajas, del egoísmo y la sumisión, de la complicidad por omisión, eso amigos, en una sola expresión,es ser vendidos.

A todo esto, se preguntarán: ¿Qué tienen que ver las cuestiones políticas y sociales con la felicidad?Sencillo: El ser humano es un animal social, si su manada padece de algún virus contagioso por ejemplo, todos los individuos que nazcan o vivan en dicho grupo serán infectados, y amigos míos créanme, la globalización consumista es el peor virus al que la humanidad se haya enfrentado; cuando inicié el presente libro no tuve la intención de hablar sobre la filosofía de personajes ilustres, haciendo un refrito de tantas frases ingeniosas, profundas y filosóficas que abundan en las redes sociales, en todos los muros de facebook; ni decirte que si quieres puedes volar, que eres un guerrero, un águila o un león, todo eso se escucha bonito, pero ¡No es cierto!eso es motivación barata, las verdaderas soluciones parten de la honestidad y compromiso, porque las metas no se logran solo con desearlo, requieren esfuerzo.

Todos decimos que es necesario construir una mejor sociedad, generar acuerdos mediante el diálogo, pero cada uno habla su propio idioma, tiene sus propios intereses y no le importan los ajenos, no pasamos de esas frases inspiradoras a la acción, creemos que somos libres para decidir, pero te diré algo sobre la libertad: Se basa en la verdady ésta es todo menos divertida o vana, requiere compromiso y esfuerzo, concentración y capacidad de juicio; por ello nos dan entretenimiento en un bombardeo sistemático de basura mediática que nos hace ver todo “fácil y bonito”para que la verdad se nos haga aburrida e incómoda, para que no aceptemos nuestra propia realidad, perdiendo entonces nuestro buen juicio crítico y con ello la libertad por incapacidad; así tienen el poder de manipularnos y pensarnos, haciendo de hombres y mujeres animales de engorda inútiles, perezosos, mentirosos, traicioneros y cobardes; con una doble moral que justifica todo, mediante un complejo sistema de “intercambio de mentiras”perfumando nuestros vicios y ocultado “bajo la alfombra”nuestros defectos, esperando así obtener muchas cosas que deseamos en la vida; pero créeme, aunque ganes mucho u obtengas todo lo que quieres con tal sistema, dañando o engañando, pensando que “el fin justifica los medios”lo hermoso de la vida es que tarde o temprano terminará dándote lo que mereces.

De ello trata este libro, es una propuesta de Emotividad Inteligente que nos lleve a ejercitar la voluntad, a romper el paradigma del dinero, del consumo mediante el compromiso y congruencia; para que con un renovado pensar y actuar seamos merecedores de algo mejor que esas migajas, aprendiendo a amarnos nuevamente antes que pedir amor, a olvidar la competencia con los demás y superarnos a nosotros mismos mediante la disciplina emocional, a dejar de vivir en la mentira de las redes sociales y esforzarnos por tener una vida propia, no solo verdadera sino satisfactoria, dejando de envidiar lo ajeno y disfrutando lo propio, siendo capaces de alcanzar nuestras metas y propósitos sin culpar a los demás por todo lo malo, entendiendo que: Para los demás, nosotros somos parte de los demás;necesitamos “formatear”nuestra visión y prioridades, entender que la vida no es imposible, despiadada o difícil, que nosotros así la tejemos en nuestra rutina diaria con cada puntada de estrés, neurosis, enajenación o depresión; pero sobretodo, debemos sincerarnos y esforzarnos para dejar de ser los perezosos pordioseros del poder, salir de nuestras “zonas de confort”quitándonos los harapos de víctimas o mendigos, dejando de lado la autocompasión o el chantaje y manipulación, para ser hombres y mujeres de bien, útiles, emprendedores, solidarios y con todas sus capacidades fortalecidas, que puedan ponerse de pie con dignidad, dejando las migajas en el suelo, para reclamar lo que por mandato divino nos pertenece:El derecho a ser felices. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

EPÍLOGO.-Entendido ya que la felicidad no es otra cosa más que estar en forma emocional y espiritualmente, para lo cual hay que ejercitar el corazón, que es necesario no solo activarse, si no ser constantes en dicho ejercicio para incrementar esa fuerza que es la voluntad y mantener esa buena forma llamada felicidad, entonces podremos sentir que no solo es un derecho humano universal, sino también una obligación para con Dios; porque a fin de cuentas la vida no se trata solo de nosotros como desde el egoísmo pensamos, sino mas bien de lo que hagamos en ella por el prójimo; por lo que no se trata de reprimirse o guardar apariencias llevando una vida “dentro de lo normal”se trata de vivirla con gozo y amor.

Por desgracia, desde que nacemos, los convencionalismos sociales se encargan de limitarnos, de acomplejarnos; nacemos libres, pero con el paso de los años nos enseñan la vergüenza y con ello la maldad y uno de los aspectos más complejos es la sexualidad, que fue amordazada, violada desde tiempos bíblicos, creando frustraciones y tabús por culpa de viejos amargados que viendo el ocaso de su vida próximo, por temor más que por sincero arrepentimiento, impusieron reglas severas al respecto para congraciarse con Dios mediante la restricción de las nuevas generaciones, impidiéndoles disfrutar plenamente de su sexualidad; la verdad es que no importa nuestra creencia o preferencia, tenemos el derecho de ser libres y expresarnos, mientras no dañemos a terceros, no seremos juzgados por ello, sino por los frutos que nazcan de nuestras acciones como semillas que somos.

Porque el pecado original nada tiene que ver con lo sexual que tanto nos aflige o acompleja, si no con el egoísmo derivado de nuestros deseos reprimidos que surgieron al cobrar vida la razón, capaz de justificar cualquier acción; el verdadero pecado se llama conocimiento, del que surge la razón, porque contraviene el entendimiento divino que es el sentimiento; si en alguna era la humanidad vivió en perfecta paz y armonía, como si del jardín del edén habláramos, fue una época ya olvidada en la que el corazón gobernaba nuestro ser; al obtener conocimiento el ser humano se supo divino, y al saberlo dejó de serlo, en ese momento nos convertimos en mortales, en simples animales racionales.

No somos el resultado de una teoría, llámese de la creación o de la evolución, en realidad integramos en nuestro ser ambas, somos duales, increados por divinos y mortales por humanos; es en dicha humanidad que ejercimos en algún momento de nuestra existencia la facultad del libre albedrío, apostándole al cerebro y dejando del lado al corazón, en ese momento es que nuestro ser adquiere la característica de humano, el pecado original se resume entonces a que dejamos de sentir y comenzamos a pensar, a “razonar”por comodidad, subordinando lo divino a lo humano; es probable que a partir de ese momento elegimos un callejón evolutivo sin salida, podríamos pensar que antes de tomar el conocimiento éramos ángeles, que incluso nosotros somos los caídos, porque éramos tan cercanos a Dios al tenerlo en perfecta comunión en nuestro corazón; en ese entonces nuestro cerebro era lo que en la actualidad hemos hecho de ese corazón, un simple órgano productor de sustancias con diversos fusibles y terminales de operación motriz subordinado a un núcleo central que en nuestro pecho tenía no solo el control sobre nuestro cuerpo si no la capacidad de comunicación en interacción o vinculación con nuestros semejantes y con Dios a un nivel ya olvidado, por medio de pulsaciones electromagnéticas que en la actualidad hemos reducido a simples latidos.

Entendamos que la evolución es divina y que la creación es evolutiva, que dichas teorías no son opuestas si no concurrentes, para poder retomar el sendero correcto que nos permita reencontrarnos con Dios y con nosotros mismos -que a final de cuentas sería una misma cosa-antes de que desechemos en su totalidad las capacidades del corazón como afirmamos que los monos se deshicieron de su cola; todavía queda en nosotros -muy escondida-esa capacidad de comunicación e interacción simbiótica, no somos tan individuales o únicos como pensamos, nuestras propias células tienen conciencia de grupo, sentido de pertenencia y capacidad de vinculación ¡nosotros también seguimos al sol como las plantas lo hacen!es una conciencia colectiva o de cardumen reprimida en el egoísmo del pensamiento, pero sin duda hay algo en nuestro interior que nos une a todos y a todo, que nos hace parte de una misma cosa, siendo todos uno o uno con todos.

El problema del ser humano radica entonces en su pensamiento, porque pensamos que sentimos, incluso pensamos que pensamos; no pensar es algo ya muy elevado para nuestro entendimiento, necesitamos de grandes técnicas de relajación o meditación, avanzados cursos de prácticas espirituales como el yoga para poder escapar un poco de la razón y comenzar a sentir, a fluir, a integrarnos con el universo; muchos ya de plano necesitaríamos morir para liberarnos del pensamiento, dejando lo humano para retomar el ser en su plenitud, pasando de lo mortal a lo divino; todas esas técnicas o escuelas filosóficas y ancestrales no hacen más que enseñarnos algo que ya sabíamos, solo que hemos olvidado, que nuestro verdadero camino no es el de la mente, si no el del corazón.

La conformación es el arte de la docilidad, máxima expresión de la suavidad en el cambio y prueba superada del aferrarse por temor a una estructura; es como el agua, como el viento y nosotros la hoja que no se debe resistir sino conformar, planear a través de ellos, de lo contrario seriamos lastimados; la vida es conformación, no importa ganar o perder, solo sentir, porque de hecho el mal siempre gana, ya que al bien no le interesa ganar, el malvado está maldito por sus ansias de triunfo, el bondadoso es bendito por su sacrificio en el cual la victoria final será justa y perfecta.

Dentro de la disciplina emocional encontramos la conformación positiva, que es la aceptación de aquellas cosas que no se pueden o deben cambiar, por ejemplo: Una mujer que es morena y quiere ser rubia o que tiene los ojos de un color y los desea de otro, incluso el hombre que se opera insertando objetos extraños o invasivos en su cuerpo para forzarlo a tomar una determinada forma; todo ello es como cambiar el curso de los mares y ríos, estos siempre lo retomaran con el tiempo, arrasando todo lo que a su paso encuentren; la conformación positiva es el entendimiento de que esforzarse por los cambios externos o estéticos es una pérdida de energía, nos enseña a no gastar energía en lo vano, si no a fortalecer quien en verdad somos.

Es por ello que sufrimos, por no aceptar la naturaleza de las cosas, por querer cambiar lo que no se debe y olvidarnos de trabajar en conformar lo que sí requiere de nuestro esfuerzo; cuantas veces no hemos escuchado esa afirmación de que: ¡sufres porque quieres!Así nos lo dicen ¿verdad?y efectivamente sufrimos porque queremos, por las trampas de la razón, por imaginar cosas placenteras y sentir que son realidad, el corazón no necesita imágenes ni recuerdos, solo sentir, no hay necesidad de ver ni de querer, y si necesitas ver algo para creer en ello, como dicen: ¡párate frente al espejo y mírate!este punto tan alto de Emotividad Inteligente solo lo han alcanzado algunos pocos, uno que se sentó bajo un árbol a meditar, otro que fue crucificado y otros tantos desconocidos que fueron maestros del Método del Corazón, en el cual la vida no importa, porque solo es una preparación para la muerte, solo es un programa de arranque controlado por una memoria limitada que es el cerebro, cuando uno “muere”se abren todas las aplicaciones y programas, la vida es el arranque, por lo que está bien que seamos humanos, porque el chiste de vivir es sentir, es perpetuar ese llanto de recién nacido, ese sufrimiento de inicio con un propósito que es el esfuerzo, que a su vez debe tener la finalidad de producir gozo; eso es lo que pasa con cualquier maquina, todo inicio, todo impulso, es violencia, es trabajo, pero una vez que has alcanzado el impulso, no hay necesidad de fuerza y por ende, de violencia tampoco, ya no se “forzan motores”estos como la vida se apagan y solo con la inercia se navega.

Lo anterior, es la base del Conductivismoque proponemos, como una corriente filosófica basada en la capacidad y atributo humano de conducir de forma electromagnética la energía para producir un “conocimiento”a un nivel jamás visto en tiempos modernos, que tiene por finalidad impulsar y vincular a nuestro ser mas allá de lo humano; nada tiene que ver con el conductismo relacionado con la conducta, de hecho es diametralmente opuesto; se ocupa de la dinámica del fluido en el sentimiento, no del pensamiento, porque con el sentimiento correcto es que la humanidad siempre logra lo necesario, jamás ha sido la razón quien la impulsa, por el contrario, es quien la limita, intimida y reprime; hablando de logros y productividad ¿por qué crees que en la actualidad muchos administradores están apostando a la felicidad como un método de producción y calidad? Porque en la felicidad está la verdadera y elevada productividad, no es algo motivacional, sino una estrategia de alta dirección lo que se propone, la vida es trabajo y qué mejor incentivo que encontrar gozo en el esfuerzo, por ello la felicidad es la estrategia más elevada en la vida, podríamos decir que es la esclavitud justa y perfecta en relación al trabajo por pasión, pues aún cuando se te condene a una eternidad haciendo algo, si esto se convierte en gozo, será para ti de hecho, la gloria.

El problema es que todos queremos solo recibir placer sin esfuerzo, sin preocuparnos por generar satisfacción en lo que hacemos, olvidando que dicho esfuerzo es ejercicio de voluntad que se genera mediante el gozo y pasión; es el resultado de la liberación de metaendorfinas en la sangre, nada tiene que ver con la dopamina que el cerebro suministra, eso es una reacción a lo externo; es por ello que nos alejamos de los trabajos complicados, sucios, peligrosos o incómodos, esperando que alguien más los realice, pero cuando ellos obtienen de nosotros algo por nuestra necesidad de su servicio, entonces protestamos; también es el origen de la corrupción, el estar dispuestos a que ese alguien haga como quiera o lo que quiera en esa labor con tal de no hacerla nosotros; todos se quejan de los policías por ejemplo, de los que son en general corruptos, justificando con nuestra desaprobación y desprecio la dádiva entregada, sin entender que los corruptos somos nosotros, porque con esos corruptos debemos estar, si es que en verdad queremos que las cosas vayan mejor, ya que el corrupto no pide “que le den, si no que le pongan donde haya”a diferencia nuestra están dispuestos a hacer el trabajo sucio, el trabajo difícil, todos nos quejamos de esos policías, pero no vemos a jóvenes profesionistas enlistándose en las academias para ser oficiales que prediquen con el ejemplo desde las filas operativas, ellos estudiaron para “tener un futuro mejor y más cómodo”nadie se pone el uniforme para cambiar las cosas desde adentro, que es el único lugar desde donde se puede cambiar algo, desde afuera y de lejitos, sin compromiso para con ese cambio, sin arremangarse la camisa y apoyar, solo se pueden hacer dos cosas: Quejarse o criticar.

Si en verdad quieres que algo cambie, tienes que entrarle a ese algo, integrarte, dejar de opinar y actuar, esa es la base de la verdadera ciudadanía, conformar las instituciones del Estado; lo mismo pasa con otras actividades reprochables moralmente, como la prostitución por ejemplo, cuando dentro de nuestro actual modelo social, en realidad es la forma más pura del querer, uno quiere el cuerpo, otro el dinero, sin complicaciones, sin mentiras, sin violencia, porque toda comunión de cuerpos si no es con amor y obedece a otros intereses, se diga cómo se diga y se pinte como se pinte, es prostitución.

Por supuesto que actividades tan atroces como la trata de personas o pornografía infantil no tienen justificación alguna, pero la prostitución en sí, es el medio favorito de hombres y mujeres para la obtención de lo que quieren, es moneda de cambio habitual, pero en cuanto sale a la opinión pública nos escandalizamos, emergiendo en automático esa doble moral de la que tanto hablamos; nos referimos no solo de prostitución sexual, si no de valores, de creencias, de convicciones, de conciencias, de todo lo que hacemos a un lado, lo que callamos o silenciamos, cuando estorba en nuestro camino al éxito o cuando queremos satisfacer un deseo sin importarnos las consecuencias posteriores.

Así, criticamos y juzgamos todo, incluso al que opina o actúa cuando se equivoca, pero nosotros no tenemos siquiera el valor de intentarlo, y si lo hiciéramos, sabemos que tal vez nos equivocaríamos mas, por ello es más fácil solo opinar, pero no hacer nada, para evitar el riesgo de ser criticados; es donde empezamos a generar materia fecal emocional, cuando nos convertimos en jueces de la vida y esfuerzo ajeno, pero si volteamos a la nuestra esta igual o peor; eso no tiene otro nombre más que mierda, como sin pelos en la lengua nos dicen los abuelos: ¡tenés mierda en la cabeza! Porque tal pareciera que de tantas opciones ya no sabemos ni que queremos, de tan inteligentes que nos pensamos luego ya no sabemos qué hacer y terminamos haciéndonos pendejos; en resumidas palabras, nos volvemos como dice un refrán popular: “Cochis y trompudos”.

Ese excremento lo consumimos a diario, viene en una forma densa, abundante llamada Internet, que es un constante refrito de mierda, muros atiborrados de imágenes lindas, gatitos con pensamientos profundos o ingeniosos, incluso de oraciones, bendiciones, de “dale like si crees en Jesús”; convertimos eso en un circo del morbo,de niños con el corazón abierto, personas con cáncer o en etapa terminal, animales sufriendo para hacernos sentir que somos humanos, porque somos “compasivos y solidarios”con la imagen, pero de los mil “me gusta”que obtiene esa imagen, no asiste nadie en persona a socorrer a esa mascota o a predicar con el ejemplo las enseñanzas de Jesús; Así empezamos a relajar nuestros criterios, a distorsionar nuestros valores, a compensar o justificar nuestros vicios y defectos, haciendo de las redes sociales atractivas cortes de enjuiciamiento popular, el nuevo “coliseo romano”donde todo los políticos son una mierda, todos los famosos unos depravados, todas las acciones ajenas un insulto a la moral y buenas costumbres, de las cuales somos devotos defensores frente al monitor; pareciera que cuando entramos a esas redes sociales nos envestimos de una túnica blanca de jueces intachables o brillante armadura de “caballeros andantes”o “Sor Juanas”con toda la calidad moral para juzgar y condenar, conocedores de todas las materias, expertos en todas las áreas, cuando la mayoría ya no somos capaces ni siquiera de escribir correctamente.

Pero eso no es lo más grave, el verdadero problema del internet, las redes sociales y demás programas o aplicaciones, es que apuestan a una perversión un mayor: Capturar y “tunear”la vida, cuando ésta no puede ser capturada, no tiene “fotoshop”es una sinfonía, el trinar de un ave, el arrullo del agua y del viento, no se capta en ninguna imagen, se vive, se siente, se goza; por ello el Internet y las redes sociales son los verdaderos “zombies”que propagan una epidemia mundial, a lo que llamaremos Enfermedades de Transmisión virtual (E.T.V) hace algunos siglos se rieron de quienes dijeron que la tierra era redonda, algunas décadas atrás se burlaron de quienes decían que el gobierno los espiaba, el día de mañana estarán luchando contra nuevas enfermedades y trastornos de transmisión virtual esparcidas por todo el mundo por medio de estos “zombies” diseñados para contagiar y propagar estas enfermedades mediante la alteración del sistema nervioso central, generando síndromes y trastornos de personalidad e incluso mentales que están modificando la genética humana, pues son programas de control masivo diseñados por agencias de inteligencia con ascendencia militar al servicio del nuevo orden, para que el sujeto se someta voluntariamente a un lavado cerebral constante que permita a éste sistema globalizado de poder reconfigurarlo sin voluntad con la finalidad de manipular a hombres y mujeres como si de un rebaño de ovejas se tratase; y sí, suena a “compló”o película de conspiración, pero no por ello deja de ser triste y peligrosamente cierto.

Esto inicia desde la infancia, con los videojuegos, batallas en línea, juegos de vidas virtuales y todo lo que hasta gratis se ofrece por internet, donde puedes tener una granja, sembrar o criar animales, hasta que olvidemos como hacerlo en la vida real;el chiste es que nos traen idiotas, en un “proceso de zombificación” continuo, deformando nuestra capacidad de percepción del mundo real y fomentando síndromes varios o trastornos de falta de atención, ansiedad, dispersión, entre otros tantos; estamos aislados de la realidad, recargando y propagando esa adicción a tales mundos virtuales, al punto de que no podemos apartar la vista ya de las pantallas de nuestros “dispositivos inteligentes”, siendo probable que los fabricantes de monitores y computadoras hagan su parte para que los dispositivos potencialicen mediante la “alta definición”o “gráficos en 3D”estos destellos o comandos que son tan rápidos como el aleteo de un colibrí pero que penetran directo al sistema nervioso central; esto es más grave que la famosa “whatsapitis”, están fomentando y desarrollando nuevos tipos de epilepsia no convulsiva por ejemplo, enviando directa y constantemente información al cerebro para recalibrar la conducta humana; esta reconfiguración tiene efectos secundarios nocivos, que para este régimen de poder global no importan, ahora hay indicios que incluso el cáncer fue desarrollado como un arma por estas agencias de inteligencia, cuando la teoría más extremista lo atribuía a los alimentos transgénicos; ciertamente se escucha a paranoia o delirios de persecución, pero la historia ha demostrado contundentemente que solo es cuestión de tiempo para que la verdad salga a la luz, hoy ya sabemos la red mundial de espionaje a través de computadoras y teléfonos inteligentes, que hasta hace poco era también negada categóricamente, ridiculizando a quienes intentaban alertar del hecho, la cuestión entonces, sería preguntarnos: ¿Qué sabremos mañana?¿Que nos están manipulando y alterando genéticamente?y más trascendente aún, si esto sería conocido a tiempo o para cuando sea público, ya no importe, porque todo estará perdido.

Todo índica que efectivamente el fin de los tiempos se acerca, pero no me refiero a las profecías bíblicas, si no al origen y naturaleza de nuestra humanidad, para convertirnos en apéndices de la tecnología, iniciando esto con la promesa de cura de enfermedades o modificación genética para prevenirlas, haciendo uso de nuestra vanidad también, para elegir el color de la piel o de los ojos de nuestros hijos, para seguir con la posibilidad de “acrecentar sus capacidades y disminuir sus defectos hereditarios”luego con la inserción de “chips”en la corteza cerebral, hasta que estemos integrados definitivamente a esa red, sin la posibilidad ya de interactuar fuera de ella; aunque suena imposible, te diré que lo imposible es simplemente algo que todavía no ha pasado, que aguarda a ser descubierto o realizado, a eso apuesta tal régimen de poder global, a extinguir la obra de Dios y suplantarla con la suya, siendo entonces la única deidad existente; lo que por desgracia sí saben, y que se han empeñado en hacernos olvidar, es que los seres humanos tienen un privilegio de acuerdo con Dios, que les permite soñar, aspirar e imaginar; y en la imaginación se gesta la verdad, porque es una realidad que ya sido “pre aprobada”para su materialización o logro, un sueño es un acuerdo divino de voluntades, Dios pone su parte, pero exige el esfuerzo de la tuya para que cobre vida; por ello crearon su propia fábrica de sueños en esa red virtual llamada Internet, para en una elevada estrategia de guerra, cortarnos la comunicación con nuestro comandante supremo.

Tengo la esperanza de que hombres y mujeres dejen de comer esa mierda que les genera una especie de cólera o infección viral, que les desorienta y hace perder el rumbo; la visión, misión y objetivos en la vida; este virus viene en los dulces que las sociedades modernas de consumo nos ofrecen, todos agradables al gusto, todos modernos y entretenidos, pero que nos imponen un ritmo de vida perverso, generando estados emocionales nocivos para nosotros y nuestros semejantes, los cuales son como materia fecal emocional que vamos tirando a los demás en forma de neurosis, depresión, chantajes, manipulación, victimización, entre otras conductas; debemos aprender a ser una “planta de tratamiento de material residual emocional”para no batir a los demás o andar apestosos.

Por ello, recordando una de esas frases de los abuelos, sobre todo cuando de plano nos pasábamos de la raya en nuestras exigencias o estábamos en pleno berrinche, necios con algo que claramente sería perjudicial, terminaban por decirnos a algunos de nosotros: ¡Comé tu caca pues! Del recuerdo cariñoso de una abuela nace una propuesta de Emotividad Inteligente que después de batallar contra prejuicios personales y el temor al qué dirán, de perder la seriedad y credibilidad de esta obra, si es que en algún momento la tuvo, decidí bautizar como Mierdoterapia, recordando cuando en gula tomaba más dulce o le quitaba a algún primo el suyo, la abuela decía: “te voy a dar un pedacito de tu caca envuelto en celofán, a ver si te lo acabas o pides mas”y es cierto, esta sociedad nos entrena y educa para que esas mierdas nos sepan bien, al menos a eso me supo el primer cigarrillo que fumé en la escuela para imitar a los grandes, luego me gustó; nuestros autoengaños o estrategias de manipulación para con los demás tienen ese gran riesgo, el de que terminemos comiendo nuestra propia mierda; creyéndonos nuestras propias mentiras y siendo víctimas de nuestros propios chantajes, porque no somos tontos, sabemos cuando algo puede ser nocivo, pero lo queremos hacer, por tanto solo necesitamos que alguien nos mienta para decir que lo hicimos sin querer y fuimos víctimas de un engaño, como una querida amiga me dijo un día respecto de los hombres: “Nueve de cada diez mienten, solo que el decimo es el que me gusta y me hago pendeja”.

No tenemos la honestidad emocional de reconocer nuestras malas determinaciones, de no justificarnos y aceptar las consecuencias de nuestras acciones o decisiones, en lo que se refiere a las relaciones de pareja, sí la conocimos como “una muchacha muy sociable”¿porque luego la acusamos de mujer fácil?o sí lo conocimos como un “bebedor social”¿porqué luego nos lamentamos de estar con un borracho?Lo cierto es que cuando decidimos teníamos temperatura y esos detalles poco importaron, además de que siempre nos queda el recurso de hacernos las víctimas por tales hombres o mujeres, etiquetándolos como “los errores de nuestras vidas”cuando si esa chica no hubiera sido fácil, no hubiéramos tenido lo necesario para conquistarla, o si ese hombre no hubiera estado borracho, no se hubiera metido tan fácil a la cama; regresando al punto acordado de que todos tenemos tarde o temprano lo que merecemos no lo que deseamos.

Es un fenómeno delicado de comentar, pero todas las mujeres son feministas hasta que se casan, todas odian, reprueban a los machistas hasta que se enamoran de uno y lo justifican, tal vez es como dicen, que: “del odio al amor solo hay un paso”por ello muchos hombres saben que no necesitan caerle bien a todas, está bien que sean como son, egoístas, insensibles, machistas, total, solo necesitan enamorar a una; desde ese punto podríamos ver incluso una ventaja: Ser así, garantizaría menos engaños, porque nadie quiere a un macho horrible, todas quieren a “su macho horrible”, si un hombre es obligado a cambiar de esquema, a ser lindo, tierno, comprensivo, etcétera, se vuelve moneda de cambio y todas lo querrán por “lindo”entonces empezamos con el espectáculo de zoológico de perros, zorras, cerdos y demás bestias.

Podría ser la razón del machismo el que los hombres deban ser repulsivos e insoportables para todas las mujeres, hasta que alguna de ellas lo convierte en “su hombre”, mientras las demás lo sigan encontrando repulsivo (¡que le vio?) ¿podría ser una fórmula para evitar “los cuernos” los engaños y malos deseos?porque cuando alguien más vea lo que tú le viste a tu pareja, tal vez se le antoje tenerlo; entonces para los hombres la estrategia más congruente seria comportarnos como lo que somos, no como “caballeros” en la lógica del dicho del tío Eduardo, de que: “El trabajo no es que la mula baje al rio, si no darle sed”respuesta lo anterior a la hipótesis inversa del porque los hombres las prefieren cabronas, sería en conclusión que los machistas son los más tontos; los que se han adaptado a las exigencias modernas y proyectan todas esa cualidades que las mujeres ahora buscan, resultan ser los más falsos y mañosos.

En contrario, los machistas somos simplemente niños inseguros, que nos saben cómo demostrar afecto por temor a ser ridiculizados y reaccionan con brusquedad; concluyo este pequeño espacio de reflexión irreverente con la firme idea de que hombres y mujeres somos iguales por diferentes, que no somos ni de Marte ni de Venus, que ambos tenemos miedos e inseguridades y que preferimos proyectar la imagen de “muy macho” o “muy cabrona” por temor a ser dañados, porque tengo la fe en que de esos hombres y mujeres pueden encontrarse los compañeros más fieles y solidarios que puedan existir, es cuestión solo de que perdamos el miedo y empecemos a confiar, a dar sin temor o condición, quitarnos inseguridades de quien tiene el mando o control, porque cuando una pareja se ama en verdad, ya no hay dos, son uno mismo; debemos educar a nuestros hijos para que entiendan que “ser machos” o “chicos rudos” solo demuestra inseguridad y miedo, al igual que a nuestras hijas, que “ser cabronas”no garantiza el no ser dañadas, solo garantiza el que no se permitan la oportunidad de amar y ser amadas.

Pero lo que en realidad debemos enseñarles a todos nuestros hijos, hombres y mujeres el valor que se necesita para ser humano, para que sean ellos mismos, que la lealtad, honestidad y compromiso no son cosa del pasado, que es necesario imponer esa nueva “moda”y que sea una que llegue para quedarse, pues los que deben extinguirse no son esos “machos” o “cabronas”, sino los “vampiros emocionales”que se aprovechan de la guerra entre los sexos, de los que se ganan nuestra confianza “dándonos por nuestro lado” de ésos y ésas debemos de cuidarnos,de aquellos que aparentan ser “light” o “cool”, siempre comprensivos, siempre de acuerdo,porque como dice un antiguo adagio: “Los labios más dulces esconden la lengua mas venenosa y los colmillos mas afilados”.

Retomando la mierdoterapia, se conjugó el recuerdo de la abuela con un pasaje vulgar de la vida diaria, de cierta conversación entre dos amigos universitarios, que todos los fines de semana bebían hasta caer de borrachos, e invariablemente uno de los dos contactaba al otro con la misma pregunta los viernes por la noche: ¿listo para ir a mascar mierda?Luego, cuando uno de ellos se hizo adicto a la cocaína, después de inhalar, siempre decía: ¡Que buena está ésta mierda! ahora concluyo que si comes mierda por un tiempo prolongado, ésta acabará gustándote, porque todo lo que al principio es repulsivo, si se tolera, termina siendo aceptable, para luego incluso ser necesario ¿recuerdas cuando niños o adolecentes veíamos fumar a la gente grande? ¿Cuándo probamos nuestra primera copa?Nunca entendíamos porque le gustaba a esa gente algo tan desagradable, hasta que lo seguimos haciendo en el proceso de adaptación social y terminó por ser parte nuestra; de niños muchas de las cosas que hoy hacemos o decimos, son francamente repulsivas o asquerosas, por ello es necesario dejar de ser niño para que te guste la mierda, para que te olvides de que es malo decir groserías, de ser abusivo, de ser malo, de que “Santa existe”.

Por ello la necesidad de la mierdoterapia, para no comer mierdas ajenas, al tiempo de curarnos de y con nuestra propia mierda, es una “terapia de shock temprano” Para que entendamos que no debemos ir por la vida como si la divina providencia nos debiera el paraíso o culpando de todos nuestros traumas a nuestros padres o fracasos a la sociedad, porque como dicen, si pudiéramos patear el trasero de la persona causante de nuestros problemas, no podríamos sentarnos un buen tiempo; algo curioso en esta sociedad es que para nosotros, todos son pendejos y para todos nosotros somos unos pendejos, ¡vivimos en una sociedad pendeja!Debemos aprender a hacer una cultura de respeto y tolerancia, incluso con los adversarios, como los samuráis, quienes por ello casi no perdían una batalla, porque no menospreciaban a su rival ni sobrevaloraban sus propias capacidades, y de ganar lo hacían también con respeto hacia su adversario derrotado; el punto es que tanto en el triunfo como en la derrota, se debe tener la actitud correcta, de lo contrario, una victoria puede resultar deshonrosa o siendo justos, una derrota encomiable, porque contrario a lo que nos grita este sistema que no hay mas, que ganar es lo único, hay cosas más importantes en la vida, por ejemplo el triunfo, del cual espero comprendas nada tiene que ver con ganar; como existen otras por mucho mas vergonzosas que perder sí esto pasa dando nuestro mejor esfuerzo, sin truco ni trampa.

Pero para nosotros eso es cosa de películas románticas, en nuestra rutina diaria todos son unos pendejos, desde nuestros compañeros y jefes hasta los desconocidos que se nos cruzan por la calle, y nosotros –claro está-somos los únicos “chingones”, hasta que nos damos cuenta que estamos en el suelo y solo decimos ¡ya me ganó este pendejo! Ni en la victoria le quitamos la etiqueta de pendejo a nuestro rival; pero si los pendejos ganan, los pendejos son gobernadores, diputados, presidentes, entonces son dignos representantes populares ¿De quienes?¡Pues de una bola de pendejos!

Todos reclaman sus derechos, hasta de los animales y la naturaleza, pero te diré una cosa, el derecho ajeno se finca en el cumplimiento de tus obligaciones, en la medida que seas respetuoso y cumplido para con lo legal, estarás haciendo que algún derecho, el de alguien más, no importa quién sea respetado, y si ese “fulano”,al igual que tú cumple sus obligaciones sabedor de que será en beneficio de un “perengano”, puede que ése resultes ser tú; esta cuestión se resume a la tolerancia, comprender que incluso la gente pendeja tiene derecho de existir, porque primero nos burlamos como el niño de la película que veía gente muerta y decimos “veo gente pendeja”,luego entendemos que los pendejos son muchos, te ganan por cansancio, hasta que un día comprendemos que la estupidez es como un pantano, absorbe a todo aquel que se deja y terminamos viendo gente pendeja hasta en el espejo.

La Emotividad inteligente propone una disciplina emocional sistémica, es decir en muchos ámbitos, en lo económico por ejemplo no te impulsa a ganar más si no a gastar menos, a la cultura del ahorro y la austeridad decorosa, de no comprar cuanta basura te ofrezcan, no te dice haz dietas si no come sana mente, en realidad es lo mismo de no pedir menos carga si no espaldas mas fuertes; se trata de fortalecer buenos hábitos como la tolerancia de la que hablamos, para quitarnos lo machistas, lo feministas, lo homofóbicos, ¡lo pendejos pues!porque nuestros derechos y obligaciones no están determinados por nuestros prejuicios o juicios de valor viciados, debemos aprender a pensar para sentir correctamente, apoyándonos de la sana crítica y el pensamiento positivo, que nos permita valorar situaciones en vez de juzgar personas, alejarnos del papel de víctima abusiva, porque nos quejamos de todas las injusticias, pero cuando tenemos detenido con la policía al vecino que por accidente nos rayó la pintura del automóvil viejo que tenemos, pedimos para acceder a otorgar nuestro “perdón y consentimiento”que nos mande uno nuevo de agencia, pasamos de indefensas victimas a abusivos victimarios en menos de “lo que canta un gallo” este no es más que un principio de proporcionalidad emocional.

La proporcionalidad emocional es pilar importante en nuestra propuesta, pues una de las cosas que más nos afecta como individuos es la sobre actuación, reaccionar de mas o el “exceso en la legítima defensa”dijeran los abogados, cayendo en nuestras respuestas en lo abusivo, pues si bien nadie tiene derecho a silbarle a tu esposa ni mucho menos a intentar tocarla de forma indebida en un transporte público por ejemplo, no por ello irás a vaciarle una pistola al tipo abusivo, porque entonces tú serias un asesino; ésta proporcionalidad nos brindará equilibrio, pues debemos reaccionar siempre en consecuencia, muchas cuestiones se resuelven con una disculpa o inclusive con dejar pasar, como en los retos de un semáforo a otro, pensar si realmente vale la pena el reto, si no es más inteligente dejar pasar, no por miedo si no por seguridad y madurez emocional; pero a la mayoría de nosotros, que andamos tan malhumorados, estresados y frustrados, solo es necesario que nos digan: ¡ranita! Para que brinquemos.

Otra característica de la Emotividad Inteligente es que se rige por un principio de no exaltación, que consiste en no retroalimentar nuestras reacciones por el simple hecho sentir que se tiene el derecho a hacerlo, como el típico borracho impertinente que insiste en agarrarse a golpes con alguien, pero que como lo detienen sus amigos por prudencia, se pone más intransigente gritando “suéltenme porque lo mato”y total que cuando lo sueltan, ya no sabe qué hacer o de plano voltea para decir: “No me suelten pues compadres” pero sobre todo, nos enseña a no armar pleitos por el simple hecho de poder hacerlo, cuando vemos un indigente o alcohólico consuetudinario de los que conocemos como “teporochos”o adolescentes de la calle que bajo el influjo de algún enervante nos faltan al respeto o pasan a traer alguna de nuestras propiedades, debemos entender que es mejor dejarlos pasar, si al caso alertar telefónicamente a las autoridades del hecho para que lo detengan y prevengan una situación mayor, canalizándolo a algún alberge o institución de apoyo, pero no tiene caso agarrarse a golpes con una persona así, puesto que él tiene la justificación de su enajenación e idiotez mental producida por una droga, nosotros ¿cómo justificamos la nuestra si con un mal golpe lesionamos de gravedad a ese sujeto o éste hiere a un integrante de nuestra familia solo por demostrar una supuesta valentía?A este principio le asignamos una fórmula o frase que nos hará recordarlo y practicarlo: Ad lateres (de ladito) cuando te topes con un idiota, con un agresivo, con un neurótico, ¡de ladito mi hermano!Rodéalo y sigue tu camino, de lo contrario se habrán juntado dos idiotas y de tal cosa solo puede resultar una idiotez; las confrontaciones solo demuestran incapacidad en la resolución de conflictos, deben ser evitados, no a cualquier precio, pero si a uno razonable, pues tampoco dejarás que maten a un familiar sin defenderlo por no actuar; entonces se trata de buscar un balance entre la acción y la omisión, entre distinguir cuando es necesaria o innecesaria una acción, cuando incluso lo arriesgado es necesario o cuando un actuar intrépido se puede volver estúpido; esto tiene en realidad tantas variantes y tonalidades, que no puede pensarse, sino sentirse.

En la mentalidad de guerra que vivimos, pensamos que tenemos el derecho a desquitarnos solo porque sentimos frustración o envidia, enojo o inseguridad; entendamos que nadie, ni la vida nos debe nada, quitémonos la actitud de “perdona vidas” o “indignados” por lo que nos tocó vivir, si sientes que mereces algo mejor, pues ve por ello; porque los únicos que nos soportan son quienes nos aman y por soportarnos sufren, les hacemos daño mientras los demás se burlan, tu cuerpo por emociones alteradas paga el precio del estrés, de la ansiedad o depresión; ¡Entiende!Lo que los demás piensen de ti, no es tu problema, lo que esperen u opinen, es asunto de ellos, no hagas que tu familia, tu pareja o hijos paguen por tus “días difíciles” o “malos humores”, ellos son los únicos que te esperan y en verdad necesitan de tu estabilidad emocional; el que te enojó, el que te ofendió ya está en su casa, tal vez durmiendo tranquilo, mientras tú desquitas el coraje en la tuya, cambia ese paradigma, como nos decían los abuelos, de que: “fiero tu modo, nada te gusta, todo te puede, solo bravo tas contento”porque no haces sufrir a quienes tu quisieras, si no a quienes te quieren.

Porque esa mentalidad o estadío emocional nos lleva a la insatisfacción, a que ni nosotros nos aguantemos o sepamos lo que queremos, terminando por decir: Necesito alguien que me entienda ¡para que luego me explique!Por eso nos damos cuenta tarde que lo que se fue era lo que queríamos o que con lo que nos quedamos era lo equivocado ¡por eso comemos nuestra mierda!porque no sabemos ya ni lo que queremos, ni valoramos lo que tenemos; no necesitamos ir de compras, ni otra camisa, otro pantalón o par de zapatos, mucho menos otro vehículo u otra casa, necesitamos otra mentalidad, otra actitud, otra visión de la vida, reconocer que estamos insatisfechos y aceptar que el vacio no se llena con las cosas; dejar de “querer cambiar las cosas”y empezar a hacerlo, eso no se compra, se siente, no se planea se ejecuta en cada instante, porque aparentamos incluso sofisticación o belleza y somos tremendamente inseguros, eso de que: “Dime de que presumes y te diré de que careces”demuestra nuestra jodida realidad porque ya no tenemos mucho de que presumir, aparte de una que otra “selfie”, por el contrario carecemos ya de mucho, de sentimientos, de educación, respeto y tolerancia; pues ya nos conformamos con tomarnos fotos al lado de un auto deportivo estacionado que ni es nuestro, con una modelo que ni conocemos o en un restaurante caro al que nunca vamos y esa vez apenas pedimos una botella de agua, en fin, ya ni siquiera para presumir tenemos.

Eso genera vacio y miseria emocional, gritar lo que uno quiere sin hacer nada por conquistarlo, conformarse con “ver de lejitos”lo que nos gustaría ser o tener en vez de esforzarnos por ello; cuando quieras algo o tengas un sueño, esto es lo que debes hacer: Visualizarlo en todo su esplendor, soñarlo bonito ¿ya lo hiciste?¡Hasta ahí!no empieces a disfrutarlo, a degustarlo en el sueño, una vez que ya lo has creado en tu mente, inmediatamente empieza a construirlo con acciones ¡Ve por ello!no hables de él, no sigas soñando despierto, engañándote con el cerebro que te da el placer artificial que conocemos como “masturbación mental”, piensa en él como en la novia que amas y que necesitas demostrarle que la mereces, con tus acciones, con tus ofrendas, no con tus palabras: visualiza tu sueño y no lo pierdas de vista en la construcción, mantén la concentración para no desperdiciar tiempo y esfuerzo en otras metas, porque como popularmente dicen: “El que mucho abarca, poco aprieta”, debes elegir bien tus sueños -que no son de opción múltiple ni aceptan premios de consolación-y una vez que los tengas delimitados, hazlos realidad con dedicación, concentración y pasión.

No importa que tu sueño sea extraño, tu vocación poco remunerada o tu opinión descalificada, lo que sientas en tu corazón es lo que en verdad importa, si tu pasión es hacer arreglos florales, tírales en la cara a los demás sus prejuicios machistas y conviértete en el mejor florista de la Ciudad; eso es valentía, son los sueños que al construirlos ejercitan el músculo más importante que tienes, el corazón, porque los verdaderos titanes los verdaderos leones no se definen por el tamaño de sus músculos externos, si no por la fuerza de uno solo; pon tu voluntad en cualquier empresa y verás como Dios provee de lo demás.

Porque sucede a veces, que por dos pasos dados o un metro recorrido, ¡ya nos sentimos maratonistas!y tachamos a todos de “perros” nos encanta decir que si nos “ladran”es porque estamos avanzando, pero te diré algo para que medites un poco: Si los sigues escuchando, quiere decir que no estás avanzando lo suficiente o que ellos lo hacen igual o más rápido que tú; es bueno saber que los perros ladren, pero mejor es irlos escuchando cada vez más lejos, mientras los dejas atrás; el problema es que luego nos enamoramos de los perros, como los perros se enamoran de los vehículos que persiguen en la calle ladrando, si te fijas, están ahí, a la espera de que otro pase para poder perseguirlo y ladrarle, una vez que el vehículo para simplemente no saben qué hacer, dejan de ladrar y regresan a su lugar a continuar esperando que pase otro, pero que no se detenga, para poder perseguirlo y ladrarle a gusto.

Es por ello que no es bueno detenerse, ni siquiera para arrojarles una piedra a esos perros, porque puedes ser víctima de algo peor que una mordida, que es el “síndrome del amor canino” pues hay quien se enamora de los perros y olvida su camino, su destino; primero los critica por no hacer más que ladrar, luego se dedica a tirarles piedras, puede pegarle a uno que otro, pero sin saberlo entabla una convivencia, hasta que en determinado punto, los perros dejan de ladrar y empiezan a moverle la cola; así, un buen día te despertarás viéndote entre perros cariñosos o solidarios, con los que te enseñaste a ladrar, convirtiéndote pues, en parte de la jauría; debes avanzar, no te detengas con los perros, ni siquiera para criticarles su ladrido, ten muy claro que cada quien hace lo que su naturaleza dicta, la de ellos es ladrar, la tuya avanzar; así que no permitas sentirte ofendido o agredido por los ladridos, ni quieras ganarles tirándoles piedras para demostrarles tu fuerza o superioridad, mucho menos que tienes la razón, puesto que no se puede hablar con quien ladra; no tienes nada que demostrarles a ellos, si no a ti mismo; tu superioridad quedará evidente conforme avances, callado y concentrado en tu camino.

Por lo que amigo o amiga, no te conformes jamás con un perro (a) cariñoso solo porque el camino es muy difícil; dijera Doña Martha Hernández Viuda de Camacho: ¡Avanzá Chula!Cuando regañaba a las hijas por los malos pretendientes: “Primero se pelean con el chucho, luego le quieren ganar y terminan enamorándose de él”;es necesario entender que los ladridos como las criticas, no son sólo por envidia, cuidado porque son en realidad una invitación a que te unas a la jauría, a que dejes de avanzar y comiences a ladrar.

Si hay una misión en la vida es esa: Avanzar, sentir el camino, ¡hacer el camino!somos peregrinos porque vamos de paso por ella, es más que un viaje, es una aventura tal peregrinar, del que nada material se puede llevar, todo quedará; en vez de querer manipularla o alterarla, preocupándonos por vivirla más cómodamente, ocupémonos solo de vivirla con gozo, conformándonos con ella, dejando de pensar de planear todo con el afán de control y empezando de nuevo a sentir, dejando de lado toda ansiedad o temor; es malo todo apego incluso al de la tierra, por ello se hacen terratenientes o hacendados, explotadores con títulos de propiedad, cuando somos nosotros quienes le pertenecemos, nacen incluso los falsos sentimientos nacionalistas o xenofóbicos; la tierra es buena madre, no importa donde la encontremos o donde nos encuentre ella a nosotros, allí habrá de darnos sustento, no es bueno tomar más de lo necesario ni procurar defenderla de sus demás hijos; se requiere una mundialización de conciencias no tecnológica, donde la migración sea un derecho humano supremo e inalienable, los nacionalismos son de temer, máxime cuando no hay nación original o que no tenga a la humanidad como progenitora; está bien, conserva tu ciudadanía, tu identidad si así lo quieres, pero permite a los peregrinos cultivar y cosechar.

la tierra no debe ser sinónimo de poder, ni utilizada para generar riqueza, si no para proveer como buena madre, bienestar y sustento a sus hijos en este peregrinar que es la vida, en el cual al final solo necesitaremos dos metros para ser sepultados, polvo de estrellas somos y en polvo de estrellas nos convertiremos, siendo uno con nuestra madre tierra y el universo, en una comunión que dará vida sea a un árbol o una flor; la tierra nos pare, la tierra nos sustenta y de nosotros al final, la tierra se alimenta; en tal sentido, nuestro pecado es mortal porque hemos explotado, dañado y lastimado a esa madre amorosa en nuestro afán de éxito y progreso, el precio por ello será muy elevado; tenemos todavía la posibilidad de retomar el camino correcto, de conformarnos con Dios, la vida, la tierra, nuestros semejantes y nosotros mismos; así que concluiré diciéndote una última cosa: ¡A darle! Corazón y manos a la obra.

Dr. Iten Mario Mendoza Camacho.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México;

Noviembre del 2013.




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Enviado por:Iten Mario Mendoza Camacho
Idioma: castellano
País: México

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