Pedagogía


Educación social especializada


Capítulo 5

LA EDUCACIÓN SOCIAL ESPECIALIZADA.

Introducción

Hacia mediados de los ochenta el concepto mismo de educación especializada entrará en crisis: nuevas definiciones acerca de la educación, sus posibilidades y sus límites; nuevas demandas sociales de trabajo del educador especializado (servicios sociales de atención generalizada, en medio abierto, en atención a sujetos toxicómanos...),

En este sentido, apostamos por entender la educación social como un soporte para el acceso, circulación y/o mantenimiento en los circuitos sociales amplios, normalizados. Desde esta perspectiva, la educación social ofrece siempre soportes culturales, socializadores, y en este sentido ejerce una función especializada.

1. La especificidad del educador social

1.1. Función profesional y disciplina teórica

Toda función profesional se inscribe en una disciplina, desde la cual se construyen teorías y modelos.

Retornando nuestra especificidad, diremos que la pedagogía social constituye la matriz disciplinar de la educación social. A su vez, los diversos posicionamientos teóricos y la especialidad de cada ámbito de trabajo posibilitarán la construcción de diversos modelos de acción social educativa.

De ahí la urgencia de comenzar a transitar el camino hacia nociones consensuadas acerca de qué es la educación social, sus alcances y sus límites: si la educación social es un derecho del ciudadano y no una dádiva de las instituciones, hay que precisar cuáles son los mínimos que configuran ese derecho y qué puede conculcarlo.

1.2. Cuestiones básicas en torno a la pedagogía social

Decíamos que la pedagogía social es la disciplina que tiene por objeto de estudio a la educación social.

La educación social persigue la promoción social de los sujetos, es una apuesta social sobre su futuro que moviliza recursos diversos (técnicos, infraestructurales, financieros...).

Entendemos la educación social como una práctica educacional que tiene como fin último la incorporación de un sujeto particular a las redes normalizadas de su época. La educación social promueve la sociabilidad del sujeto para posibilitar su acceso y circulación por los circuitos sociales amplios. Se trata siempre de un trabajo particularizado, es decir, que, tomando en cuenta las peculiaridades de un sujeto, ofrece recursos de socialización y culturalización en un sentido amplio.

Se trata de acciones particulares en las que un «agente de la educación» realiza la transmisión de «contenidos» (del patrimonio cultural ámplio) juzgados como necesarios para un «sujeto de la educación». Éste es quien realiza el trabajo de adquisición (apropiación, transformación...)

De esta manera, un problema que puede abordar la pedagogía social es el de definir los conceptos claves que orientarán las acciones en los diversos contextos de realización de la educación social. Vamos a detenernos en ello:

A) Por agente de la educación entendemos al profesional, en nuestro caso el educador social, que tiene el encargo o responsabilidad de realizar acciones sociales educativas.

Lo que singulariza al educador social es que su función consiste en la realización de acciones educativas con los usuarios de las prestaciones que optan por tal trabajo y que, entonces, pasan a ser sujetos de la educación. Pero aún está por realizar la discusión de cuáles son las funciones específicas y cómo se articulan, sin caer en posiciones esencialistas respecto a qué es o qué debe ser este o aquel profesional de la educación social o la pedagogía social, de los equipos que realizan educación social.

-la capacitación específica del educador social para el ejercicio de la función social educativa. La educación en general y la educación social en particular suelen ser campos donde la clarificación de las funciones, la calidad de las prestaciones y los verdaderos efectos que producen no siempre son objeto de la necesaria consideración.

El primer paso que el equipo de trabajo social debe considerar es el de las evaluaciones iniciales de la institución y del entorno social y cultural. Si evaluar es comparar: ¿qué referente utiliza el profesional de la educación social? No es un problema trivial: de ello depende la orientación del conjunto del proceso educativo. Es la dimensión propia del trabajo del educador.

B) El sujeto de la educación.

En primer lugar, entendemos por sujeto de la educación a aquel sujeto humano dispuesto a adquirir los contenidos culturales que lo social le exige, en un momento dado, para integrarse (acceder, permanecer, circular) a la vida social considerada «normalizada».

Aquí hemos señalado dos aspectos que configuran la categoría sujeto de la educación social, a saber:

-El aspecto de la subjetividad del sujeto: es decir, de lo que compete a una decisión que nadie puede tomar en su lugar: asentir/consentir en realizar el esfuerzo que el trabajo educativo propone. Se trata de la disponibilidad del sujeto, de su educabilidad o disposición para ser educado. de los contenidos de la cultura. Remite al proceso ya sus resultados en términos de «normalización» social: adquisición y uso de pautas culturales adecuadas a cada contexto social.

El sujeto de la educación aparece al considerársele como sujeto responsable (en grado acorde a su edad y situación) de los efectos sociales de sus decisiones particulares. Es un tema de gran alcance, que permite considerar que el interés del sujeto tiene que ver tanto con la actividad del educador y el tipo de contenido que éste ofrece como con la posición del sujeto ante el trabajo que la educación exige.

El «interés» es, así, el pivote que articula la actividad del agente, los contenidos educativos y la actividad del propio sujeto.

En general, en la llamada educación social especializada encontramos diversos conflictos de intereses, pues los de los padres suelen también diferir de los del educador, los intereses particulares del sujeto, abocándolos a ofertas socialmente valiosas.

C) Los contenidos de la acción educadora: esta noción remite a las ofertas culturales que cada proyecto educativo propone al sujeto. En la educación social no existen tales referentes. De ahí que uno de los temas prioritarios en educación social sea la definición de las áreas. La dimensión verdaderamente creativa en educación social está tanto en el planteamiento de contenidos valiosos en el contexto social amplio (esto es, que respondan a la actualidad cultural ya las exigencias de lo social), como en saber transmitir dichos contenidos, de manera tal que los sujetos puedan realizar un verdadero trabajo de apropiación de éstos.

La consideración de las áreas de contenidos en educación social posibilita trabajar por proyectos: propuestas que enganchan transversalmente las distintas áreas según núcleos de intereses propios de cada grupo, que lo social amplio requiere.

2. La actualidad y el reconocimiento de la educación social

La reforma del sistema educativo en nuestro país está reglamentada por los términos de la LOGSE, que, tal como indicamos, identifica sistema educativo con sistema escolar. Así, la educación social queda relegada del concepto normalizado y reglado de la educación.

La creación de la diplomatura en educación social reconoce implícitamente los más de veinte años de práctica educativa en este campo.

Los objetivos que el DCB señala, en tanto son objetivos finalistas, son recurso que permite orientar la práctica de la educación social.

Partiendo, entonces, de la falta de reconocimiento «oficial» de la educación social por parte de la LOGSE, pero en coherencia con la creación tal de los programas de garantía social como de la diplomatura en educación social, el presente trabajo pretende iniciar una reflexión que evidencie necesidad de contemplar la educación social como una práctica específica, tan formal y técnica como la práctica docente, en el sentido de ser capaz habilitar a los sujetos para diferentes cometidos sociales.

Entendemos este trabajo como un primer intento para establecer 1os marcos referenciales propios del educador social.

3. Elementos a tener en cuenta para la elaboración del DCB en educación social

3.1. Presentación

Tal y como hemos sostenido al comienzo del trabajo, la educación socia ha sufrido, históricamente, de la falta de contenidos educativos de valor social. Ello es explicable por los orígenes mismos de la educación social, aunque en la actualidad dicha situación ya no se justifica.

Hay que considerar que, en un Estado social, la educación es un derecho del ciudadano y que como tal ha de operar.

Para aportar algo a este proceso sería necesaria la elaboración de un diseño curricular de educación social que permitiera homologar las prestaciones y operar como garantía para el propio usuario.

Para realizar estas funciones, el currículo comprende estos elementos:

-Qué se transmite: objetivos y contenidos.

-Cuándo: forma de ordenar y secuenciar esos objetivos y contenidos.

En lo que respecta al campo de la educación social, y tomando como referencia al DCB, podríamos clasificar estos supuestos según las siguientes fuentes disciplinares:

-Sociología: hace referencia a la finalidad y funciones sociales de la educación.

Otras disciplinas también posibilitan la "construcción del campo de la educación social. Podemos tener como referencia las que configuran los planes de las diferentes diplomaturas en educación social: se trata de aquellas nociones que permiten fundamentar las opciones curriculares en el campo de la educación social.

3.2. Niveles de concreción en el diseño del currículo

Primer nivel: Corresponde al DCB. En lo que respecta al ámbito de la educación social, esta máxima responsabilidad ha sufrido una dejación por parte de la administración competente.

Segundo nivel: Corresponde al proyecto curricular de centro, que forma parte del Proyecto Educativo de Centro (PEC).

En educación social, el segundo nivel de concreción tendría que contemplar dos aspectos fundamentales: los distintos ámbitos de trabajo y el proyecto educativo de centro, propiamente dicho.

-Tipo de problemática social: alfabetización, dinamización cultural, drogas, delincuencia, desamparo infantil...

-Función social del servicio.

1) Rehabilitación y reinserción social: servicios penitenciarios.

-Objetivos generales de área.

Sobre esta premisa y desde una óptica de DCB para la educación social, tomamos la definición de etapa como concepto para identificar un momento culturalmente establecido para el sujeto, orientativo y sin el límite obligado que impone el sistema escolar reglado.

-De actuación e inserción social.

3.3. Las áreas curriculares

Para hablar de contenidos de la educación social es obligado hacer mención a las áreas como instrumento que organiza, articula y traduce en un conjunto de objetivos y contenidos los diferentes elementos del currículo.

4. Propuesta de un primer nivel de concreción: para el trabajo social educativo con adolescentes entre 12 y 16 años

Como hemos podido comprobar a lo largo del presente trabajo, un diseño curricular de base es un instrumento técnico imprescindible para orientar y organizar la práctica educativa, así como para garantizar un nivel de justicia social para todos los ciudadanos.

Los objetivos del presente apartado son:

1) Iniciar una propuesta concreta de DCB para la educación social, que sirva para poner de manifiesto el gran vacío existente y al mismo tiempo anime a las instituciones, administraciones, profesionales, etc.,

2) Facilitar la lectura y puesta en práctica de los conceptos teóricos y técnicos mencionados desde el inicio del trabajo, a través de una propuesta concreta de algunos elementos de un diseño curricular de base para la educación social, en un primer nivel de concreción y para el trabajo social educativo con adolescentes entre 12 y 16/18 años.

3) Arte y cultura. No obstante, ya los efectos de ponderar su importancia en el trabajo social educativo, se plantean como áreas específicas.

Tal como decíamos, un tema muy caro ala educación social especializada ha sido, sin duda, el de los «hábitos». Cada área considerará tanto la adquisición de pautas culturales de relación social como la adquisición de contenidos culturales de enriquecimiento particular. Hay diferentes definiciones de lenguaje: como condición humana, como función social, como medio de comunicación, etc.,

Los contenidos a plantear en esta área estarán dirigidos a mejorar las posibilidades de vinculación social y de conceptualización, atendiendo a diferentes tipos de necesidades y de situaciones del sujeto.

4.1. Área de sujeto social y entorno

Esta área tiene, al igual que la anteriormente presentada, una cierta transversalidad en el trabajo social educativo.

Si entendemos la educación social como práctica que tiende a dotar a los sujetos de la educación de autonomía o responsabilidad social, esta área es prioritaria.

El área aquí considerada apunta a que el sujeto de la educación reconozca cuál es su posición ante lo social, cuáles son las exigencias que lo social le plantea y cuál es su disposición para trabajar en la adquisición de elementos culturales de valor social.

Abordar la resolución de problemas que plantea la vida social utilizando diferentes fuentes y medios de información.

Acceder a los recursos del entorno social que permitan ampliar los saberes tecnológicos y poner en práctica los ya adquiridos.

4.2. Área de juegos y deportes

En términos generales, puede decirse que el juego es uno de los grandes temas postergados en educación social, pero no así el deporte. Éste es el proceso de normalización social. El problema estriba en cómo se plantea y, en nuestro caso, cómo la educación social se propone como un espacio para la elaboración de las problemáticas que el proceso de socialización plantea al sujeto.

Valorar los aspectos relacionales que tienen las diferentes actividades y, en particular, los deportes y juegos que vinculan al sujeto con el entorno inmediato y con lo social amplio.




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Enviado por:Armando
Idioma: castellano
País: España

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