Es la capacidad que el organismo posee para soportar esfuerzos originados por la actividad prolongada, retrasando la fatiga y permitiendo un rendimiento adecuado.
La resistencia es la capacidad que nos permite retrasar la llegada de la fatiga el mayor tiempo posible.
Practicar actividades que potencien la resistencia es muy importante para la mejora de la condición física, para la salud y, en general, para la calidad de vida. Ello es así, entre otras razones, porque mejoran la capacidad pulmonar y el funcionamiento del corazón, y porque, dotados de mayor resistencia, realizamos con más energía y mayor economía de esfuerzo el trabajo, los estudios, los juegos, el deporte, etcétera.
Se distinguen dos tipos de resistencia, en función de la intensidad del esfuerzo:
Resistencia aeróbica: Es la capacidad que posee el organismo para soportar esfuerzos prolongados de poca intensidad durante el mayor tiempo posible. Estos esfuerzos se realizan sin deuda de oxígeno, es decir, que en ellos el oxígeno que recibimos a través de la respiración es suficiente para abastecer las necesidades musculares.
Resistencia anaeróbica: Se dice de la capacidad del organismo para soportar esfuerzos de gran intensidad durante el mayor tiempo posible. Aquí, los esfuerzos se realizan con deuda de oxígeno, porque el recibido no es suficiente para cubrir las necesidades musculares.
Son varios los factores que influyen en la resistencia:
La edad: Conforme avanza se produce un aumento de la resistencia, siempre y cuando se realice un trabajo adecuado para su desarrollo.
El sexo: Por regla general, las mujeres tienen menos resistencia que los hombres.
La coordinación: Cuando se dispone de un buen ajuste del movimiento que realizan las diferentes partes del cuerpo, se ahorra energía.
La fuerza: Si equilibramos los esfuerzos de los diferentes músculos que utilizamos en los ejercicios aeróbicos, conseguiremos que disminuya la fatiga.
La temperatura: En las pruebas de larga duración, las temperaturas muy altas o muy bajas afectan a la resistencia.
Para mantener la salud hay que trabajar la resistencia.
Desde esta perspectiva, las actividades que interesa realizar son aquellas que requieren la participación de grandes grupos musculares, que se pueden mantener durante un período de tiempo prolongado y que poseen naturaleza rítmica y aeróbica, como, por ejemplo, montar en bicicleta, nadar, bailar o correr. Pero siempre, con una intensidad moderada.