Economía y Empresa


Economía y Estado


INTRODUCCIÓN

Existen, y la mayoría de nosotros conocemos, numerosas definiciones de la palabra “Estado”. Para formularlas se han tenido en cuenta elementos sociológicos y jurídicos. Se habla de organización de una administración, se refiere a una nación y/o comunidad de personas, de raza, de cultura, etc. Sin embargo pocas definiciones hacen hincapié en el rol que desempeña el estado en el plano económico. Algunos economistas realizan una distinción entre los conceptos de Estado (cuya definición consideran un concepto jurídico: es la sociedad jurídicamente organizada), Gobierno (como cada uno de los niveles en que se organiza el Estado) y Sector Público (un concepto de índole socio-económica que toma en cuenta todos los bienes y actividades que desarrolla ese Estado). Nosotros no realizaremos tal distinción, utilizando para el desarrollo del tema indistintamente cualquiera de las tres palabras.

ECONOMÍA Y ESTADO

¿Cuál es el motivo que hace que una sociedad se constituya y necesite organizarse? ¿Qué cosas debe administrar ese Estado a las personas que lo forman? Debe, es decir su finalidad es, administrar recursos escasos o supervisar la forma en que otros lo hacen. No todos los economistas han visto o ven al Estado de la misma manera. De acuerdo a su ideología, por ejemplo, atribuyen al mismo diferentes funciones. Encontramos una amplia gama de alternativas que van desde la no intervención del Estado en los procesos económicos hasta su total manejo.

Sea cual fuere la posición ideológica en la que nos encontremos, el Estado, hoy, resulta de fundamental importancia para el desarrollo de la actividad económica de los países, tanto para los intereses comunitarios como para los intereses privados.

Las grandes empresas y grupos económicos importantes, ejercen presión sobre los gobiernos en busca de objetivos particulares que poco tienen que ver con el desarrollo del total de la sociedad. Estos lobbys, utilizan frecuentemente los argumentos ideológicos de intervención o no intervención estatal, de acuerdo a sus conveniencias, en forma alternada.

FUNCIONES ECONÓMICAS DEL ESTADO

Inicialmente el pensamiento económico Clásico propiciaba la “no intervención” estatal en las actividades económicas, apoyados en dos principios rectores de sus teorías:

a) La economía por sí sola tiende al equilibrio;

b) Este equilibrio surge naturalmente, producto del normal funcionamiento del mercado, sin que sea necesaria intervención alguna por parte del gobierno, ya que la misma resultaría perjudicial al retardar o alejar los efectos deseados.

Basados en sus teorías atribuyen al Estado únicamente las funciones de: Defensa, Seguridad, Justicia, Educación y Salud. Más adelante la Escuela Neoclásica, edificada sobre los principios de los Clásicos, admite la existencia de problemas en la economía, cuya solución podría ser acelerada mediante la intervención del Estado.

Entre otros podemos mencionar:

- Fallas del mercado: suceden cuando su estructura no se encuentra debidamente conformada, por ejemplo cuando se detecta en el mismo la presencia de oligopolios y monopolios;

- Existencia de bienes públicos: su prestación estaría destinada al conjunto de la sociedad, sin poder determinar el beneficiario directo y sin poder excluir a ningún individuo; por ejemplo: la justicia, la defensa, etc.

- Existencia de externalidades: son los costos o beneficios externos asociados a las funciones de producción de un individuo o un productor. Las mismas pueden ser a) positivas (economías externas): es el caso, por ejemplo, de una actividad que realice un empresario beneficiando al resto de la comunidad o a parte de ella; o

b) negativas

(Deseconomías externas): el ejemplo más común corresponde a los casos de contaminación ambiental por parte de las fábricas que causan perjuicio a la población en su conjunto.

Alrededor de la década del 30, como consecuencia de la crisis económica en los países con economías desarrolladas y de la desocupación existente, John M. Keynes elabora una nueva teoría que, sin contradecir en su totalidad a la visión neoclásica (acepta la existencia de equilibrio en la economía en el largo plazo, sin que sea necesaria la intervención estatal) propone la participación del Estado en cuestiones que, en el corto plazo, provoquen perjuicios no deseables que el gobierno podría solucionar rápida y eficazmente.

a) A través del libre juego del mercado, la distribución del ingreso puede resultar in equitativa e injusta;

b) No existe en el corto plazo pleno empleo, debiéndose generar un alto o aceptable nivel de empleo de recursos productivos y tasa de crecimiento.

A diferencia de estas tres visiones, que sostienen la defensa del sistema capitalista (si bien con distintos matices), adecuándolo a las distintas etapas de su desarrollo, surge un pensamiento contrapuesto: las economías centralmente planificadas.

En ellas el Estado es el propietario y administrador de la totalidad de los medios de producción a fin de lograr una distribución del ingreso justa y equitativa. Para éstas teorías la “intervención estatal” es regla y no excepción.

PRESUPUESTO

El concepto de presupuesto ha variado fundamentalmente durante el transcurso de las últimas décadas, y con ello también han cambiado las técnicas con que se elaboran. La concepción tradicional, vigente hasta los años 40 aproximadamente, consideraba al presupuesto como la “expresión legal, en términos financieros de lo que el gobierno pretendía llevar a cabo en un período determinado, cuya duración era generalmente de un año”. (Lo que se gastaba, recursos se utilizaban y cómo se financiaba el excedente del gasto). Los dos aspectos básicos de esta definición consistían en que:

a) Era una previsión anticipada de gastos y recursos, una autorización para gastar

b) Tenía la forma de una ley. A partir de la década del 40, los economistas empiezan a ver al Estado y las funciones y acciones que éste ejerce como “no neutrales”, es decir que pueden alterar el funcionamiento de la economía, favorable o desfavorablemente para los intereses de toda la sociedad.

La concepción moderna define al presupuesto como “el proceso a través del cual se elabora, expresa, aprueba, coordina y evalúa un programa de gobierno, explicitándose en él todos los elementos que componen dicho programa.” Esta nueva concepción no sólo toma en cuenta las autorizaciones sino también las responsabilidades que corresponden al interrogante ¿cuánto y para qué se gasta? Las condiciones mínimas que un presupuesto debe tener para poder cumplir con su finalidad se conocen como “principios presupuestarios”, siendo éstos para la concepción moderna:

- Legalidad: el uso de los recursos públicos tienen que surgir necesariamente de una ley.

- Anualidad: debe sancionarse con periodicidad anual.

- Universalidad y unidad: todos los gastos susceptibles de ser hechos deben figurar en el

Presupuesto, no pueden presentarse por separado; debe existir unidad de criterio de

Confección en las partidas.

- Especificación:

Los gastos deben estar desagregados lo máximo posible. Las

Erogaciones deben presentarse adecuadamente clasificadas hasta llegar a las partidas

Individuales para gastos específicos.

- Publicidad: el proyecto del presupuesto debe darse a conocer con la anticipación

Suficiente al momento de la discusión para que las entidades intermedias puedan llevar

Al Poder Legislativo sus aportes u objeciones. Se exige que las diversas fases de

Ejecución del presupuesto se verifiquen en público: debe publicarse en forma regular,

Ser pública la discusión parlamentaria, y que sea posible la crítica.

- Equilibrio: Los gastos deben ser equivalentes a los recursos. EL concepto actual de

Equilibrio considera que el mismo debe cumplirse en el ciclo y no todos los años.

La concepción clásica del presupuesto sólo consideraba dos principios, el de legalidad y el

De equilibrio anual.

IMPUESTOS

Al surgir de los Estados Modernos (primeras monarquías), la recaudación impositiva se realizaba en forma coercitiva, destinándose esos fondos a la consolidación de los nuevos gobiernos. Actualmente los impuestos constituyen el recurso de mayor importancia que posee el Estado para financiar sus gastos, además de ser un instrumento fundamental para la política económica, ya que mediante el cobro de los mismos resulta posible realizar una política redistributiva del ingreso hacia los sectores con mayores carencias, como también modificar el consumo de la población.

Los impuestos tienen incidencias deseables y no deseables y no solo modifican a las decisiones de consumo, sino también pueden cambiar las decisiones de producción. Los impuestos se clasifican en:

  • Impuestos directos: son los que afectan a las manifestaciones más evidentes del ingreso, por ejemplo: el impuesto a las ganancias, el impuesto a la renta de la tierra, etc.

  • Impuestos indirectos: se basan en suposiciones de la capacidad contributiva que poseen los agentes económicos, es decir que quienes realizan determinadas compras o adquisiciones pueden pagarlo, por ejemplo; el IVA, el impuesto a los cigarrillos, a las bebidas alcohólicas, etc. Otra forma de clasificarlos, que tiene en cuenta el ingresos del contribuyente, los divide en tres:

    • Impuestos progresivos: cuando el peso del mismo recae en los sectores de mayores ingresos o más alta capacidad contributiva;

    • Impuestos regresivos: cuando el peso recae sobre los sectores de menores recursos, aquellos que consumen una mayor parte de su renta;

    • Impuestos proporcionales: se aplican en forma proporcional a los distintos sectores de la población según su renta. En ellos el beneficio o la utilidad sacrificada es igual para todos los individuos.

BIBLIOGRAFÍA

  • www.economia-cbc.org

  • ENCICLOPEDIA EL CIRCULO ILUSTRADO, Editorial el circulo




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Enviado por:Max Adam
Idioma: castellano
País: Colombia

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