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Drogas ergolíticas y deporte


DROGADICCIÓN

Introducción

El rendimiento de los atletas en todos los deportes puede medirse, aunque no siempre con los mismos criterios.

En la mayoría de los deportes de equipo, la única unidad de medicíon que realmente cuenta es el resultado, es decir, los puntos acumulados a favor y en contra. En otras pruebas, como la carrera de 1.500 m. O el salto de altura, la unidad suele ser el mejor tiempo o la mayor altura.

En los deportes de equipo con frecuencia resulta díficil determinar de qué forma contribuye al resultado el rendimiento individual de cada uno de los miembros. El equipo de fútbol más rápido no es siempre el que marca más goles. Pero en lo que respecta a los éxitos y records personales medidos objetivamente, es más fácil controlar el rendimiento individual.

Cuando los records mejoran con grandes diferencias, existe el peligro de recurrir a explicaciones y experimentaciones infundadas.

Se habla mucho de las ayudas ergogénicas, es decir, de las sustancias o procedimientos que supuestamente confieren energía o, dicho de otra manera, mejorán el rendimiento atlético. Por lo contrario este trabajo trata de drogas de las que casi no hemos oído hablar: las drogas no ergogénicas. Estas drogas, las no ergogénicas, muchas de las cuales son de amplía utilización, no aumentan la energía, sino que la minan. Como tales, no mejoran el rendimiento depórtivo, sino que lo empeoran. En otras palabras, estas drogas no son ergogénicas. Son “ergolíticas”.

Alcohol

A principios de siglo, a los corredores, de maratón a veces se les daba brandy durante la carrera. Al igual que la estricnina, que también ingerían estos corredores, se creía que el alcohol era ergogénico. Inlcuso hoy día, algunos atletas piensan que el alcohol en pequeñas dosis les ayudará en su rendimiento deportivo, al reducir la tensión y aumentar la seguridad en sí mísmos.

Sin embargo, el alcohol no es ergogénico. Incluso en pequeñas dosis puede debilitar temporalmente la fuerza de bombeo del músculo cardíaco. En un reciente estudio nueve hombres sanos con edades comprendidas entre los 21 y los 26 años bebieron en una hora 1,15 gr de alcohol por kilo de peso del cuerpo, presentando un nivel medio de alcohol en la sangre de algo más de 100 mg./dl, que es el limite legal para conducir en muchos países. Esta cantidad “social” de alcohol reducía gravemente la capacidad de contracción del ventrículo izquierdo, lo que llevó a los autores del estudio a la conclusión de que el alcohol es gravemente cardiotóxico incluso en adultos jovenes y sanos.

Los estudios indican el efecto ergolítico del alcohol tanto en el rendimiento de fondo como el de velocidad. En otro estudio, dieciocho corredores, todos ellos hombres realizaron tres pruebas cronometradas de cinco millas sobre una cinta sin fin, treinta minutos déspues de ingerir 0,22 ó 0,44 mg por kilo de peso del cuerpo de una bebida que contenía un 95% de etanol.

Los individuos no tuvieron posibilidad de ver, oler, o gustar la diferencia entre el placebo y las bebidas alcohólicas y tampoco percibieron sí su rendimiento era mejor o peor a causa del alcohol, pero lo cierto fue que incluso esa pequeña cantidad tendió a frenar su rendimiento. Comparado con el placebo, el tiempo medio de recorrido de las cinco millas fue 28 seg. Peor con un nivel de alcohol en la sangre de 29 mg/dl.

Otro informe demuestra que en las carreras de velocidad y de medio fondo el alcohol es causa de ralentización. Cinco velocistas se emplearon a fondo en los 100, 200, y 400 metros, y cinco corredores de media distancia hicieron lo mismo en 800 y 1.500 metros. Se les dio vodka con naranja para producir niveles de alcohol en la sangre de hasta 50 y 100 mg/dl. En general, cuanto mayor es el nivel de alcohol en sangre, peor es el tiempo en las sucesivas carreras. Concretamente, en las carreras de 200, 400, 800 y 1.500 metros la velocidad se vio reducida de forma significativa a causa del alcohol.

Marihuana

La marihuana, al igual que el alcohol, provoca que el corazón funcione con mayor dificultad y, como consecuencias, se tienda a reducir el rendimiento en el ejercicio. Especifícamente, la marihuana incrementa el ritmo cardíaco y disminuye la intensidad de los latidos. En un reciente estudio, doce hombres adultos y sanos pedalearon exhaustivamente diez minutos después de haberfumado un cigarrillo de marihuana, y la duración del ejercicio se redujo notoriamente de 16 a 15 minutos.

En otro experimento, 161 hombres y mujeres jóvenes a los que se les dio un ingrediente activo de la marihuana, el tetrahidrocanabinol (215 mg/Kg. por persona), presentaron una reducción general en el mantenimiento del equilibrio, los tiempos de reacción simples y complejos, y diversas funciones psicomotrices.

Así pues, la marihuana es una droga ergolítica. Aun más, cuando se mezcla con el alcohol, el rendimiento general es peor que cuando se utiliza cualquiera de estas dos drogas por separado.

Cocaína

Parece increíble el hecho de que los atletas hayan empleado la cocaína con la esperanza de mejorar su rendimiento deportivo: la cocaína no sólo puede resultar perjudicial para músculos sino que puede también ser causa de muchas otras complicaciones médicas graves, hasta letales, incluidos ataques cardíacos, arritmia cardíca, agarrotamiento, ataques fulminantes, psicosis e hipertermia.

Tal vez la euforia que produce la cocaína induce a los atletas a creer que es ergogénica. Sin embargo, esta idea se contradice con la evidencia científica. Según un informe de 1989, la cocaína redujo de forma drástica y significativa el rendimiento físico de animales. Varias ratas a las que se les inyecto cocaína corrieron a la misma velocidad, pero menos de la mitad de longitud que a otro grupo al que se les inyecto un placebo.

Sospechando que había razones bioquímicas para la reducción en el rendimiento de las ratas, los científicos descubrieron que la cocaína (tal vez porque bloquea la reabsorción de neropinefrina y por ello estrecha los vasos sanguíneos y limita la aportación de oxígeno a los músculos) acelera la disminución del glucógeno muscular durante el ejercicio. Al menos en los animales, la cocaína es ergolítica.

Pildoras para la presión sanguínea

Según los estudios y experiencias, algunos de los medicamentos utilizados para tratar la hipertensión perjudican el rendimiento máximo. Pero los principales culpables son los beta-bloqueantes adrenérgicos, especialmente los beta-bloqueantes no selectivos, como propanolol.

El propanolol, y en menor medida los beta-bloqueantes selectivos, son ergolíticos a tráves de diversos mecanismos. Atenuán el rendimiento del ritmo cardíaco y la presión sanguínea producidos por el ejercicio. Afectan a la oxigenación reduciendo el volumen de flujo durante el ejercicio fuerte, siendo necesario un incremento compensatorio del ritmo respiratorio.

Perjudican la termorregulación de formas útil y hasta discutible. Dos recientes estudios coinciden en que pueden alterar el flujo sanguíneo cútaneo y el índice de sudoración de manera que elevan la temperatura del cuerpo durante el ejercicio.

Así mísmo pueden comprometer al suministro de combustible y/o el metabolismo muscular inhibiendo la lipolisis y obligando a que haya una mayor dependencia de los carbohidratos, así como alterando el metabolismo del potasio.

El beta-bloqueo puede ejercer un efecto ergolítico diferencial en individuos con distintos grados de salud y aptitudes. Con respecto al ejercicio máximo, por ejemplo, el mayor efecto ergolítico se da entre individuos con la máxima capacidad aeróbica. El efecto varía también entre personas moderadamente condicionadas, mientras que existe poco o nulo efecto entre sujetod medios o por debajo de la media (es decir, personas con una absorción de oxígeno por debajo de 50 ml/Kg/minuto).

En resumen, el hacer ejercicio máximo, cuanto más capacitado esté el atleta más sufrirá el beta- bloqueo.

Diureticos

Entre los ejemplos de atletas que usan diuréticos tenemos luchadores, boxeadores y jockeys (para hacer peso), así como levantadores de pesas y corredores de velocidad en un vano intento de elevar los esteroides anabólicos del cuerpo. Por supuesto, los diuréticos tienen como objetivo reducir el volumen de plasma eliminando el agua de la sangre. Cuando todo lo anterior se cumple, se alcanza un nivel ergolítico.

Sin embargo, con el empleo crónico de diuréticos (como en el tratamiento de la hipertensión) el volumen de plasma tiende a volver a la normalidad. No obstante, el uso crónico de diuréticos tiene otros efectos secundarios ergolíticos potenciales: disminución del potasio e irritabilidad del ritmo cardíaco (contracciones ventriculares prematuras). Así pues, en general, los diuréticos no son al parecer una buena solución para los atletas hipertensos.

Aunque sea más especulativa, existe una razón para creer que la terapia diurética, con la que recientemente se ha empezado a tratar la hipertensión, ha tenido que ver con el derrumbamieto de corredores individuales en carreras de fondo muy reñidas y, e determinados casos, con la fatiga cardíaca por un gran esfuerzo y con rabdomiolisis (depresión muscular). En un reciente estudio, ocho corrieron 5 km. O 10 Km cinco horas depués de ingerir 40 mg de furosemide oral y sus tiempos medios se redujeron notablemente en 1,31 y 2,62 minutos respectivamente.

Otras drogas

Aunque no son ergolíticas en el sentido estricto de la palabra, muchos otras drogas comunes pueden reducir el rendimiento atlético.

La maor parte de los antihisminicos, así como la mayoría de los tranquilizantes pueden producir somnolencia y decaimiento en los atletas. Los somniferos (utilizados para el insomnio o el molestar derivado de los cambios horarios), pueden producir una enervante resaca a la mañana siguiente.

Los narcóticos y determinados analgésicos y medicamentos antidiarréicos pueden embotar la mente y las funciones motrices. Los purgantes muy fuertes (laxantes), al igual que los diuréticos, pueden producir deshidratación.

Las píldoras hipoglucémicas (utilizadas para tratar los ataques de diabetes en adultos) pueden contribuir en teoría a la hipoglucémia (bajo nivel de azúcar en sangre) en pruebas de gran resistencia. Incluso la cafeína, que crea subidas y bajadas repentinas de actividad y altera el sueño, puede ser ergolítica.

Conclusión

Los atletas pueden sacar provecho de los conocimientos existentes sobre las drogas ergolíticas: las drogas que reducen el rendimiento. El alcohol, la marihuana, la cocaína, así como determinadas píldoras para la presión sanguínea y colirios (beta- bloqueantes) son claramente ergolíticos. Otras drogas comunes diuréticos, antihistamínicos, somniferos, tranquilizantes, antidiarréicos, laxantes fuertes, incluso la cafeína son potencialmente ergolíticos. Los deportistas prudentes podrán mejorar su rendimiento máximo evitando las drogas ergolíticas.




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Enviado por:María Cristina
Idioma: castellano
País: Argentina

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