Literatura
Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes
EL QUIJOTE
Introducción:
Ficha técnica.
El escritor de ésta obra tan renombrada es el no menos importante Miguel de Cervantes. Miguel tuvo una vida azarosa de la que poco se sabe con seguridad. Nació en Alcalá de Henares, pero pasó su adolescencia en varias ciudades españolas y con poco más de veinte años se fue a Roma, se enroló en la Armada española y participó en la batalla de Lepanto. Cuando regresaba a España, los corsarios le apresaron y llevaron a Argel, donde sufrió cinco años de cautiverio. Una vez rescatado pero sin medios para vivir, marcha a Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible y recaudador de impuestos. Allí acaba en la cárcel por irregularidades en sus cuentas. Después se traslada a Valladolid. En 1605 publica la primera parte del Quijote. El éxito dura poco. De nuevo es encarcelado a causa de la muerte de un hombre delante de su casa. En 1606 regresa con la Corte a Madrid. Vive con apuros económicos y se entrega a la creación literaria. En sus últimos años publica las Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho comedias y ocho entremeses (1615) y la segunda parte del Quijote (1615). El triunfo literario no lo libró de sus penurias económicas. Dedicó sus últimos meses de vida a Los trabajos de Persiles y Segismunda (de publicación póstuma, en 1617). Murió en Madrid el 22 de abril de 1616.
Intención de la obra.
Cervantes afirmó varias veces que su primera intención era mostrar a los lectores de la época los disparates de las novelas de caballerías. En efecto, el Quijote ofrece una parodia de las disparatadas invenciones de tales obras. Pero significa mucho más que una invectiva contra los libros de caballerías. Por la riqueza y complejidad de su contenido y de su estructura y técnica narrativa, la más grande novela de todos los tiempos admite muchos niveles de lectura, e interpretaciones tan diversas como considerarla una obra de humor, una burla del idealismo humano, una destilación de amarga ironía, un canto a la libertad o muchas más.
Entre otras aportaciones más, el Quijote ofrece asimismo un panorama de la sociedad española en su transición de los siglos XVI al XVII, con personajes de todas las clases sociales, representación de las más variadas profesiones y oficios, muestras de costumbres y creencias populares. Sus dos personajes centrales, don Quijote y Sancho, constituyen una síntesis poética del ser humano. Sancho representa el apego a los valores materiales, mientras que don Quijote ejemplifica la entrega a la defensa de un ideal libremente asumido. Pero no son dos figuras contrarias, sino complementarias, que muestran la complejidad de la persona, materialista e idealista a la vez.
Primera parte
A. Prologo.
Narra brevemente el argumento de los quince primeros capítulos.
Cuenta Cervantes en los primeros capítulos como y con quien vivía Alonso Quijano que, del mucho leer novelas de caballería y del poco comer y dormir se quedó loco. Así, torna su nombre al de Don Quijote, otorga a su escuálido caballo el sobrenombre de Rocinante y se inventa una dama enamorada a la que llama Dulcinea del Toboso. Y una mañana, sin que nadie le vea, sale sólo de su aldea y emprende un camino sin rumbo fijo. Al atardecer llega a una venta, que su imaginación le hace tomar por un castillo, y ruega al ventero, a quien cree alcaide del castillo, que lo arme caballero, y éste, con la intervención de dos mozas, así lo hace (en una grotesca parodia de la ceremonia caballeresca). A la mañana siguiente, Don Quijote, intenta, ya en camino, liberar a un muchacho de ser azotado por su amo; más adelante encuentra a unos mercaderes toledanos, a los que exige que proclamen la belleza de Dulcinea y, en la lucha en que se entabla, cae del caballo y es apaleado, quedando tendido en el suelo donde comienza a recitar el romance de Valdovinos; un vecino de su aldea al que Don Quijote toma por marqués, le socorre y lo lleva de regreso a su aldea, donde su ama, su sobrina, el cura y el barbero llevan a cabo el escrutinio y destrucción de la biblioteca que ha originado su locura. Una vez repuesto, Don Quijote decide salir de nuevo en busca de aventuras, pero esta vez acompañado de un escudero que le sirva y le atienda. Convence a un campesino de su aldea llamado Sancho Panza, y ambos parten si que nadie se entere. Mientras que Don Quijote desfigura la realidad idealizándola, Sancho intenta disuadirle de su error, y cuando se impone la verdad, el hidalgo manchego se cree víctima de un portentoso engaño fabricado por sus enemigos. En la segunda salida se suceden aventuras en las que por lo general ambos salen malparados: la de los molinos de viento, la de los frailes benitos, la batalla con el vizcaino y la historia de los yangüeses.
2. El prólogo. Finalidad de la obra.
Cervantes escribió esta novela mientras permanecía en la cárcel, acusado de quedarse con la recaudación de impuestos. Pero no parece que se valga de este hecho para captar la benevolencia del lector ante sus posibles defectos, pues ni siquiera lo comenta. Así que creemos que simplemente lo empieza a escribir allí porque es donde su talento creador le apareció, o por que tenía tiempo suficiente para dedicarse a ello.
Cervantes se ríe de los autores que publicaban sus libros precedidos de elogios pues para él no hace falta ponerle reclamos a un libro para atraer a la gente, si no que se lo importante es el contenido.
En la finalidad de la obra no podemos pensar solo en una crítica a la novela de caballerías, aunque esté claro que es lo que más espantaba a nuestro escritor. Pero no sólo aparece esta crítica sino un espíritu liberador, humorístico, que nos muestra como era la gente de la época.
B. El protagonista.
3. Capítulo I.
En éste capítulo Cervantes cuenta con quien vivían nuestro héroe, que se veía acompañado por una ama que pasaba de los 40, su sobrina, que no llegaba a los 20, y un labrador que rondaba los 50. La afición principal de nuestro personaje era leer libros de caballería; hasta tal punto tenia aprecio a éstos libros que, tras el mucho leer y el poco dormir y comer, enloquece creyéndose caballero aventurero, famoso por sus hazañas.
Esta locura la representa Cervantes a través de la forma, en la que aparecen diversos contrastes (... noches leyendo de claro en claro y los días de turbio en turbio...), y enumeraciones desordenadas (... pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores y disparates imposibles, ...). La locura le llevará a tomarse en serio lo de ser caballero y empieza por: limpiar las armas que habían sido de sus bisabuelos; hacerse una media celada de cartón, la que destrozó al probarla, por lo que se hizo una segunda con barras de hierro por dentro; puso nombre a su caballo (Rocinante), y el mismo tomó el de Don Quijote de la Mancha. También busco una dama de quién enamorarse, escogiendo a una moza labradora vecina suya a la que le puso el sobrenombre de Dulcinea del Toboso.
C. Primera salida.
4. Capítulo II.
En su salida al mundo de las aventuras Don Quijote descubre que aun no ha sido armado caballero, aunque su forma de hablar imita perfectamente el lenguaje recargado y altisonante de sus héroes. Este lenguaje, sin embargo, destaca por su sentido burlesco e irónico:
“Dichosa edad y siglo dichoso, aquel adonde saldrán a la luz las famosas hazañas mías, dignas de entallarse en bronce, esculpirse en mármoles y pintarse en tablas para memorar en el futuro.”
" no te olvides de mi buen Rocinante, compañero eterno mío en todos mis caminos y carreras"
Y también por su alto contenido en arcaísmos, como los aquí descritos: Fuyan = huyan
Ca = porque
Vos = os
Acuitedes = aflijáis
Fasta = hasta.
Pero donde realmente vemos que está loco es cuando llega a la venta por primera vez. Venta que, en la mente de Don Quijote, será un magnífico castillo. Esta situación hará que nuestro protagonista confunda al ventero por el alcaide del castillo, a las dos mujeres de vida pecaminosa por dos hermosas doncellas, y el sonido de un cuerno por una dulce bienvenida. Estos tres personajes, dándose cuenta de las sandeces del supuesto hidalgo, aprovecharán para reírse de el contribuyendo a hacer del Quijote un caballero en toda regla.
5. Capítulo III.
Como dijimos antes, los personajes de la venta le seguirán el rollo a nuestro hidalgo. El ventero, con manifiesta socarronería y siempre siguiendo las reglas de Don Quijote, llegará a nombrarle caballero, y a darle consejos caballerescos. Contraste entre la alucinación caballeresca de Don Quijote y la realidad del mesón.
En la parte en la que el ventero lo manda al patio a velar las armas al abrevadero, diciéndole que la capilla la estaban arreglando, y Don Quijote acaba siendo apedreado por sus agresiones hasta que el ventero sale en su defensa, nos encontramos con la visión del pueblo español, y aquí es donde empezamos a notar que las intenciones cervantinas no son sólo cómicas o críticas con la caballería, sino que también caen presa de este ataque la sociedad y personalidades de esa época.
6. Capítulo IV.
En este capítulo decide Don quijote regresar a su aldea en busca de dinero y un escudero, atendiendo a los consejos ofrecidos por el ventero. Su salida de la venta la hará al amanecer, tras una larga noche. Cuando al escuchar un quejido, se acercó hacia él y encontró a un muchacho atado a un árbol y un hombre dándole azotes. Tras esto Don Quijote trata de arreglarlo diciéndole que no le corresponde el castigo que le está dando y le dice que lo que tiene que hacer es darle el dinero, que por cierto los cálculos que hace Don Quijote son erróneos, no se sabe si Cervantes pretende hacer parecer que por su locura tampoco anda bien en las cuentas.
El señor queda en darle el dinero al muchacho en su casa con lo que Don Quijote se va totalmente satisfecho de su primera labor como Caballero, diciendo al muchacho que si esto no llegara a ser así, que lo buscase.
Como podemos ver en este relato, las funciones de Don Quijote adquieren cierto sentido, o por lo menos, cierta utilidad e importancia, aunque Cervantes le quita posteriormente valor a éste acto haciendo que el oprimido salga peor parado. Lo que sí es cierto que la autoridad impuesta por el hidalgo infunde un gran respeto sobre el agresor, Juan Haldudo.
Pero esta victoria del de La Triste Figura se verá enterrada por su siguiente batalla en la que, al encontrarse con unos arrieros, les hará jurar fidelidad a Dulcinea para poder pasar ilesos por aquel lugar lo que desencadenará una disputa en la que el peor parado será Don Quijote.
7. Capítulo V.
En este capítulo aparece la influencia del Entremés de los Romances, historia en la que creemos que se basó Cervantes para crear la figura del Quijote. Los personajes adquieren una forma diferente en éste capítulo:
El Vecino: se comportó muy bien con él, pues le ayudó a levantarlo del suelo y lo llevó a su casa.
La criada: Está furiosa por el tema de los libros.
La Sobrina: se cree culpable de lo sucedido a su tío ... y pedía que quemasen los libros.
El cura: En principio dice que hay que quemar los libros, pero después va salvando algunos.
El Barbero: solo escucha.
D. Segunda salida.
8. Capítulo VII.
En éste capítulo se comienza a narrar la segunda salida de Don Quijote. Una vez repuesto de la paliza, sus intenciones de volver a deshacer desaguisados y ayudar al oprimido se ven reforzadas cuando, en su deseo de leer de nuevo sus libros, se encuentra con que el cuartillo ha desaparecido como por encantamiento, cosa que corroborará el ama y su sobrina. Esta situación será la que le dé el último empujoncito a nuestro caballero para volver a sus heroicas acciones.
Para ésta segunda salida, y haciendo caso de los consejos del ventero, Don Quijote se busca un escudero, que Cervantes describe como un labrador, hombre de bien, pero con muy poca sal en la mollera, es decir, una persona demasiado inocente; cosa de la que se aprovecha Don Quijote para convencerle de que sea su escudero. Sancho no puede resistir a la tentación de verse gobernador de una ínsula. Estas características son perfectas para el juego que Cervantes hará entre la locura del señor y la inocencia del escudero, que igualará a Don Quijote en sus disparates por estar convencido de que estos son verdad.
9. Capítulo VIII.
Es uno de los capítulos más famosos de la novela en el que Don Quijote confunde los molinos de viento con gigantes. Sancho intentará hacer ver a su señor que no son gigantes sino molinos, pero Don Quijote hace caso omiso de las palabras de su escudero y se lanza al ataque. Esta historia será una de las pocas en la que Sancho no se deje influenciar por la locura de su amo. Así en el capítulo de los frailes, su codicia vencerá a su sentido común, lo que le acarreará que le muelan a palos. En estos primeros sucesos la personalidad de Sancho se irá amoldando a la locura de su amo hasta tal punto que su percepción de las cosas se acabará pareciendo a la de su señor, con el único matiz de que uno está loco y el otro es un pobre inocente que quiere mejorar su vida.
10. Capítulo XV.
Desgraciada aventura con los yangüeses. Hidalgo y escudero salen quebrantados, por lo que podremos ver sus respectivos temples anímicos. Sancho se muestra pesimista por los últimos acontecimientos y cobarde e interesado sólo a lo que él toca, aunque muestra cierta indiferencia hacia lo sucedido, símbolo de que empieza acostumbrarse a las desdichas. Don Quijote, por el contrario, sigue con su actitud luchadora y ve éste incidente como un simple golpe de mala suerte lo que supone que vendrán tiempos mejores, a demás achaca este infortunio a que era gente ruin y baja por lo que él no debería de haberse metido. Así, uno desanimado pero casi acostumbrado y el otro convencido de que es sólo mala suerte, continuarán su camino.
11. Resume el argumento de los capítulos XV - XXVI.
Tras la paliza propinada por los yangüeses entrarán en una venta que Don Quijote creía castillo, donde pasarán sucesos inauditos, como la paliza que recibirá el de la Triste Figura por parte del ventero debido a una terrible confusión; o el manteo de Sancho tras intentar irse sin pagar, de lo que deducirá Don quijote que es un castillo encantado. En su camino hacia Sierra Morena pasarán ambos las aventuras más raras que se puedan explicar, pero también tuvieron oportunidad de hacer grandes hazañas, como la rica ganancia del yelmo de Mambrino, la desafortunada liberación, por parte de Don Quijote, de un grupo de galeotes que iban presos y que no supieron agradecérselo. Una vez en Sierra Morena conocerán la historia de un loco enamorado, Cardenio, con el que Don Quijote tendrá sus más y sus menos, pero del que tomará la idea de encerrarse en esa serranía en plan penitencia de Beltenebros mientras que manda a Sancho con una carta para su amada Dulcinea del Toboso.
12. Capítulo XVI y XVII.
En este capítulo, la alucinación de nuestro hidalgo convertirá a la feísima Maritormes en una bellísima mujer. La intención de Cervantes en describirnos a ésta muchacha tan fea es la de hacernos ver a los niveles que llegaba la locura de Don Quijote, el cual creía estar viendo a la doncella de un castillo. De ésta muchacha se ríe Cervantes en su descripción ironizándola cuando habla de su chepa o de su escasa estatura. También podríamos ver esta descripción como una metáfora referida a la sociedad española, una sociedad dividida, rota, maltratada, viviendo en un mundo de color renacentista, espiritual, bello.
En este capítulo podemos ver que la ideología amorosa de Don Quijote se basa en el típico amor cortés, irrealizable, lejano, un amor espiritual no físico, un amor idealizado que ha de ganarse por méritos que asombren a la amada. En contraposición al amor, o más bien, al deseo del arriero basado en el contacto con la amada y en la realización y consumación de ese amor. Más profundamente y arriesgándonos un poco, podríamos decir que Cervantes iguala el amor idealizado a la locura, y la realidad al amor terrenal, físico, realizable, verdadero respecto a su ejecución.
La realidad también podrá a la caballería en la cuestión del manteo de Sancho, ya que éste preferirá darse un buen trago de vino que recuperarse instantáneamente, según nuestro hidalgo, con el Bálsamo.
13. Capítulo XVIII.
Este capítulo muestra cierto paralelismo funcional con el XVIII, ya que en ambos Don Quijote deja entrever sus ansias de lucha, empañada por su extrema locura que, junto, supone siempre una situación de mucho peligro y poco o ningún beneficio. Junto a esta locura exacerbada por el anhelo de lucha, surge siempre la parte más lucida de Sancho, en contraposición a la de su amo, que no cae en el fatal error de Don Quijote tornando la realidad a la deseada ficción. De aquí podríamos destacar entonces, que la locura de Don Quijote se acentúa con la pasión creada por la situación de lucha o amor (los dos principales temas de la novela de caballerías).
14. Capítulo XX.
Sigue en esta nueva aventura la descripción de los caracteres de hidalgo y escudero. Como se suponía, el reducido valor de Sancho estará en contraste con la grandísima gallardía caballeresca de Don Quijote al que le encanta esta nueva situación. Tal es el miedo que muestra Sancho, que al final acaba acompañando a su señor por no quedarse solo. Pero como se verá más adelante, la valentía de don Quijote no habrá valido para nada, ya que el terrible sonido estará producido por unos mazos de batán, lo que producirá la alegría y burla de Sancho y el consecuente enfado de Don Quijote.
15. Capítulo XXII.
Don Quijote libera, en este capítulo, a unos galeotes, que lo apedrean luego. Cervantes utiliza a uno de los galeotes, Ginés, para criticar ligeramente a la narrativa picaresca acusándola de no ser del todo cierta, pero tampoco insiste mucho en esto. Cervantes se nos recuerda entonces ligeramente por eso que dice Gines sobre que a escrito su vida en la cárcel, como hiciera nuestro escritor con el inicio de esta obra
Los nuevos actos de nuestro hidalgo nos muestran la parte extrema de su acción liberadora y deshacedora de entuertos. En ésta aventura contraria incluso a su propio ideal de caballero, liberando a los causantes de tanto mal. Tan bien es verdad que los suelta creyendo que no son justas las acusaciones imputadas a los reos.
Dorotea y Cardenio.
16. Resume el argumento de los capítulos XXVII - XXXVIII.
El cura y el barbero deciden ir a por Don Quijote para sacarlo de la serranía. Allí conocerán la historia de una bella muchacha, Dorotea, que, junto con Cardenio, les ayudará a cumplir su cometido. Haciendo que Dorotea se pasase por la princesa Micomicona, obligarán a nuestro hidalgo que le preste sus servicios, con lo que consiguieron sacar a Don Quijote de Sierra Morena. Se dirigieron entonces hacia la casa del de La Triste Figura haciendo puente en la venta ya conocida por el hidalgo. En esta, el cura leerá a todos la historia del “Curioso Impertinente” y Don Quijote pronunciará un curioso discurso sobre las armas y las letras.
17. Capítulo XXIX.
En este capítulo podemos ver como Sancho ya no cuestiona las creencias de Don Quijote, ha ido poco a poco evolucionando hasta una postura paralela a la de su señor, con la única diferencia de que el no está loco sino confundido por sus ansias de riqueza. Entonces podríamos hablar de la quijotización de Sancho a un nivel superficial, remarcada en el texto por Cervantes, que nos dice directamente que la simplicidad de Sancho había hecho que éste se creyera los mismos disparates que su amo.
Dorotea cambia inteligentemente su forma de hablar cuando se hace pasar por la princesa Micomicona. Su lenguaje recargado, con excesivas galanterías y repleto de palabras cultas, guiado con cierta inteligencia y malicia, harán que Don Quijote prometa sin siquiera pararse a pensar.
Pronto surge el interés de Sancho por lo que se trata, pues ya se ve como gobernador de su ínsula que, a pesar de ser tierra de negros, le aportará grandes beneficios aunque sea vendiendo esclavos.
El cabecilla de todo esto, el cura, enloquece, a nuestro parecer, aun más a Don Quijote, dándole una nueva razón por la que luchar y por la que seguir creyendo en la caballería (aunque todavía no a dejado de creer en ella), además de subirle el ego a nuestro hidalgo, que cree que su fama es inmensa. En resumen, el cura vale para darle fuerza a la novela y evitar que Don Quijote empiece a desmarcarse de la ideología caballeresca.
18. Capítulo XXX.
En este capítulo Sancho intervendrá en favor directo de sus beneficios alegando, en contra de la negativa de su amo, que la belleza de Dulcinea no es comparable con la de tan alta “reina” como lo es, imaginariamente, Dorotea, y que así no alcanzará nunca su esperado condado sino es casándose Don Quijote con esta princesa y después irse con Dulcinea ya que en las tierras de la princesa micomicona debían de haber existido reyes con concubinas. Dicho esto, la furia se apodera de Don Quijote, que tras apalear con el lanzón a su escudero, le hacer saber que ella es la que le infunde valor y usa su brazo como instrumento para sus hazañas, y él vive y respira en ella.
En este capítulo abundan los insultos: Hideputa, mal nacido, puto, no tiene cabal juicio, villano ruin, bellaco descomulgado, gañan, faquín, belitre, socarrón de lengua viperina, desagradecido, traidor blasfemo.
19. Capítulo XXXIII - XXXV.
En mi opinión, a la hora de encontrar culpables, lo son ambos: uno por “fomentar” los amores de su amigo Lotario, a pesar de que éste intentaba resistirse, movido por una cierta curiosidad de averiguar hasta donde llegaba la fidelidad de su mujer que terminó propiciando el amor entre ambos, y la otra, a pesar de que en un principio se mantenía imperturbable ante las razones de Lotario, al final sucumbió.
Este pequeño relato tiene cierta tendencia a enseñar, en el sentido de “novela ejemplar” como demuestra en los sabios consejos que Lotario da a su amigo para que cambie de opinión sobre lo que ha decidido para comprobar la fidelidad de su mujer.
Creo que no son incompatibles las dos cuestiones aquí planteadas, puesto que incluir la aventura de los cueros de vino le servía tanto a Cervantes para dar variación al relato y a su vez fundir la historia que se narraba con la del Quijote
Discurso de las armas y las letras.
20. Capítulo XXXVII.
Leído.
21. Capítulo XXXVIII.
El problema al que se afronta Don Quijote en este famoso discurso sobre las Letras y las Armas es tratar de ver quien es más rico, si el estudiante o el soldado. Nada más exponer esta cuestión, afirma que el soldado es más pobre en el sentido monetario, que se ve sometido en ocasiones a las inclemencias de dormir al raso el día anterior a una batalla, y los compara con los letrados quienes entre honorarios y propinas tienen en que entretenerse y sentencia diciendo que -“aunque es mayor el trabajo del soldado, es mucho menor el premio”-. Según Don Quijote, los letrados defienden que las armas se apoyan en las letras, puesto que la guerra se ve sujeta a unas leyes, y por tanto a los letrados; responde que con las armas se sostienen los imperios, se mantienen seguros los caminos, despejados los mares de crueles corsarios, etc. Que aunque le cueste a un estudiante progresar, le costará más a un guerrero, puesto que siempre le va en ello la vida.
El cautivo.
22. Resume los capítulos XXXIX - LII.
En este intervalo de capítulos se suceden la mayor parte de los acontecimientos en la venta donde se encuentra Don quijote junto a la fingida reina Micomicona -Dorotea -, Don Fernando, Luscinda y Cardenio, el cura y el barbero, y el cautivo recién llegado con su esposa Zoraida aparte del ventero y su familia y algunos siervos. Tras el discurso de las Letras y las Armas, el cautivo narra su historia. Cuando llegaba la noche, acudió un oidor que resultó ser el hermano del cautivo, y se narra también la historia de Doña Clara y Don Luis, que la seguía vestido de mozo de mulas aunque su linaje no era tal. Ya durante la noche acontece la guardia de Don Quijote, que la que se sucedió el episodio de quedarse colgado de una mano y la refriega que tubo con los criados enviados a buscar a Don Luis. Estando atentos a lo que acontecía con éste, entró en la venta el barbero al que Quijote le cogió el yelmo de Mambrino, y se produjo una fuerte discusión y una “pequeña” pelea entre todos. Tras sucederse estos acontecimientos abandonaron la venta y el cura y su compañero el barbero se las ingeniaron para hacer creer a Don Quijote que estaba encantado y así poder llevarlo de vuelta a su pueblo. Durante su regreso, se encuentran con un canónigo con el que discuten acerca de las novelas de caballería. Cuando se detuvieron para comer, vino el pastor que narra el último relato que intercala Cervantes y una refriega de Don Quijote con unos disciplinantes. Finalmente llegaron a su pueblo, enjaulado y mal herido por un fuerte golpe en la espalda.
23. Capítulos XXXIX - XLI.
Según nos narra su historia el cautivo destaca el paralelismo de su trayectoria militar con la de la vida real de Cervantes coincidiendo por ejemplo en que ambos fueron encarcelados cuando regresaban a la patria tras una consumada victoria.
Se describe a los turcos como gente atrevida y venturosa, y se nota en sus descripciones cierta xenofobia (aunque existen descripciones que se salvan de esta etiquetación, como el llamado Gran Turco, Zoraida y su padre)
Siempre me he imaginado un baño de oriente como los arábicos que existen en las Medinas, pero en su descripción, Cervantes encierra a todos los cautivos en un “baño” que contrasta con la imagen que yo tenía.
Lo propiamente novelesco de la historia comienza cuando acaba la parte histórica de la narración, al ser nuestro protagonista cautivado, tras lo que se narra lo anteriormente comentado.
Pienso que la religión no constituye ningún problema en esta relación puesto que Zoraida piensa convertirse al catolicismo y al no ser una fanática de su religión o una conservadora, lo único que han de hacer es ir a España, pero como eso ya lo tenía mas que asumido el cautivo, no supone ninguna contradicción en su relación.
El carácter de Zoraida es descrito por Cervantes de una forma semejante a las de
Dorotea y Luscinda, que se asemejan a esas damas de novela caballeresca tantas veces comentada por Don Quijote y contrastan a su vez con las hijas del ventero y demás mujeres de su misma posición. Ella, Zoraida, y las demás son el perfil prefecto de mujer idealizada.
Al ser apresados por los franceses, el cautivo teme por que le quiten la joya que él más amaba que no era otra que Zoraida, pero los franceses se contentaron con las joyas que la adornaban y no se quedaron con ella.
Vuelta a casa.
24. Capítulo XLVI.
En este enfrentamiento, Sancho le asegura que la citada reina Micomicón no es tal y se ve reprendido por su amo que le asegura que es quien dice ser y se vio embargado por una profunda ira que fue templada por los consejos de Dorotea, que aseguraba que al estar el castillo encantado, Sancho vería cosas que no son.
El cura y el barbero se las ingenian para hacer creer a Don Quijote, mediante una serie de engaños con disfraces, que se encuentra bajo el influjo de un poderoso encantamiento con lo que consigue hacer que se mantenga quedo en una jaula con la que le devuelven a su origen.
Creo que ese suceso se mantiene en la línea dentro de la comedia de Cervantes, ya que es muy sarcástico que Quijote termine en una jaula, aunque una vez que nos hemos encariñado con el personaje es, quizá, un poco cruel. La burla de los disfraces me parece tan solo una maña para hacer que se crea embrujado, y no creo que tenga mayor importancia que el resto de las locuras de Don Quijote
25. Capítulo XLVII.
Llega a la conclusión de que al igual que cambian los tiempos cambian los hechiceros y sus conjuros, por lo que no es de extrañar que vuele no en un carro de fuego tirado por animales mitológicos, sino en una simple jaula tirada por bueyes.
Sancho le acusa al cura de dejarse llevar por la envidia de que el Quijote iba a conseguir un gran imperio y que durante el periodo que estuviera encerrado no podría hacer bien a nadie. Es notable la medida en que se ha quijotizado debido a las influencias de su amo, como va demostrando en su comportamiento, aunque no llega a los extremos de Don Quijote.
El canónigo asegura que o ha podido terminar ningún libro de caballerías porque asegura que todos son una misma cosa, que son disparatados - como el ejemplo del chico que mata a un gigante con dieciséis años- y cuyo fin es deleitar y no enseñar y carecen de estructura interna ordenada, con estilo duro, inverosímil en las batallas, lascivo en los amores, etc.
26. Capítulo XLVIII.
Cervantes defiende la comedia de tipo renacentista sujeta a normas clásicas, como él ya había cultivado en obras anteriores. A pesar del elogio que hace a Lope de Vega, le contradice en su opinión de que hay que dar al “vulgo” lo que este pide, ya sea disparates o cosas que no llevan ni pies ni cabeza. Trata de hacer pensar a la los actores y creadores de comedias que se revalorizará más lo que el pueblo le pida, sino con buenas obras.
27. Capítulo LII.
Tras haber escuchado la historia del pastor, se enzarza en una pelea con él pero la interrumpe puesto que ve a lo lejos una procesión de disciplinantes que confunde con un grupo de malhechores que llevan a una mujer en contra de su voluntad, y aplazando su
refriega se lanza en ataque contra los disciplinantes. En la singular batalla se ve alcanzado por una vara que le golpeó la espalda dejándole muy mal herido.
Sancho se ve superior a su mujer puesto que ella carece de los conocimientos de la orden de caballería que él ha ido adquiriendo con la compañía de Don Quijote.
No. Creo que Cervantes, al igual que el lector ha ido encariñándose progresivamente de su personaje y al final pierde en parte el sentido burlesco del inicio del libro.
Analiza pormenorizadamente la relación de la obra con el Humanismo renacentista (con citas).
El humanismo se caracterizó por su antropocentrismo, cosa que se entrevé en esta novela por ser Don Quijote el centro de todo. Don Quijote lucha por el ser humano, por la libertad, por el libre pensamiento, por la justicia.
Otra relación con el Humanismo es el ataque a la ortodoxia católica y la promulgación de una doctrina basado en la pureza evangelista. Esto se puede ver en los diversos ataques de Don Quijote hacia los frailes benitos, y posteriormente a una procesión; en ambas Don Quijote cree que esos malhechores llevan contra su voluntad a una dama inocente. Si nos arriesgamos un poco, podríamos pensar que es una metáfora en la que la pureza evangelista, caracterizada por la moza inocente, se ve apresada por la iglesia y sus sucios intereses, representados por los frailes. Pero no caeremos en el error de afirmarlo.
La idea de virtud, por la cual el poeta se hace inmortal a través de su obra, es una de las razones más destacables del Quijote. Sus hazañas son sobre todo para hacerse inmortal a través de su obra heroica, es decir, lo que busca nuestro hidalgo a través de sus sucesos es, a parte de conseguir el amor de su amada, parecerse a sus héroes y quedar inmortalizado, como ellos, por sus aventuras, que serán escritas por algún famoso historiador.
Cervantes defiende, en la conversación mantenida entre el canónigo y el cura, las normas grecolatinas ante el desorden que se refleja en las novelas caballerescas. A demás Cervantes incluye en el Quijote cuentos de todos los tipos clásicos renacentistas.
Analiza la evolución sicológica y moral de Don Quijote, y la relación de su parte cuerda con la loca.
Don Quijote caerá en la locura tras pasarse varios días leyendo sin parar novelas caballerescas que le acabarán creando un ideal y una necesidad libertadora. Así su nueva moral le dictará que libre al oprimido del opresor, deshaga maleficios y castigue a los malvados, para ganarse la admiración de Dulcinea.
Pero tendrá altibajos en su comportamiento. En los momentos de mayor tranquilidad se mostrará casi cuerdo, mientras que las ocasiones de batalla su locura llega al cenit.
Relación de las ideas de Sancho con la locura de su amo (cuando/por qué).
En ocasiones Sancho ve que su amo está equivocado, pero en otras incluso le apoya. En el caso de los molinos de viento, de las ovejas, o del grupo de curas, Sancho puede ver que no son lo que su señor dice, ni por apariencia. Pero en casos como lo de la princesa Micomicona, su inocencia le hace pensar que es cierto lo que escuchan sus oídos, y esto se ve reforzado además por lo que le supondrá este hecho, que el espera que le aporte como beneficio su esperada ínsula. Así que Sancho participará en las locuras de Don Quijote cuando él crea que le aportarán cierto beneficio y compruebe que tienen cierta coherencia. Aunque en el caso de los agustinos se olvidará de esta segunda parte acuciado por la avaricia y la oportunidad de recoger los frutos de la batalla de su amo.
La pelea en la venta es una parodia judicial y una visión de España. Dimensión crítica.
Establece diferencias y similitudes entre la 1ª y 2ª salida (estructural y formal).
En la primera parte, la estructura la podríamos organizar así:
Don Quijote realiza el sólo y sin que nadie lo vea los preparativos para la salida. Busca una armadura, un caballo y un nombre para sí. En su salida nadie le verá. Irá la mayoría del camino sin rumbo fijo dejando que Rocinante le guíe donde quiera. Pronto se encontrará con una venta en la que él verá un castillo y su oportunidad para nombrarse caballero. Tras las muestras de su locura volverá a las andadas, esta vez como caballero, de las que no saldrá muy bien parado. Tras la paliza propinada por los mercaderes toledanos, lo encontrará un vecino suyo el cual lo llevará de nuevo a su casa (Don Quijote no se da cuenta de que vuelve a su casa hasta que se recupera).
En la segunda salida ocurre más o menos lo mismo. Nuestro hidalgo vuelve a irse sin que nadie le vea, tras haber preparado el mismo todo lo necesario para sus aventuras, esta vez incluye al escudero. Sus primeras aventuras son desastrosas y sólo consigue vencer en una. De nuevo irán sin rumbo fijo. La posada volverá a ser castillo, pero lo que busca Don Quijote es hacer locuras por amor.
¿Cómo crees que se ven así mismos Don Quijote y Sancho? ¿Cómo se ven el uno al otro?
Don Quijote se ve así mismo como un liberador, un justiciero, un deshacedor de entuertos, en resumen, un ejemplo de caballero que lucha por el bien. Su máxima aspiración es llegar a ser tan famoso como sus ídolos novelescos a través de la inmortalidad de su obra historia y conseguir a su amada, Dulcinea. Sancho se ve como un pobre campesino que tiene las miras dirigidas hacia el enriquecimiento de su familia, pues tiene necesidad de ello; se ve, en pocas palabras, como el sustentador de su familia. Don Quijote ve a Sancho como un buen escudero, y en ello se entrevé cierta amistad sin llegar a perder la relación escudero - hidalgo en imitación a sus ídolos, cosa que aparece en varias ocasiones en las que El de la Triste Figura manda callar a su escudero. Sancho ve a su señor como un hombre ilustrado, sabio y algo peculiar, con el que mantiene una relación demasiado amistosa para ser su escudero; en realidad le sigue tratando como vecino pero desde otro ángulo, el de su “ayudante”. En ningún caso le creerá loco sino equivocado, y será la influencia de su señor la que le vaya acercando hacia un plano paralelo a la locura de su amo, sin llegar él a estar demente sino confundido por su inocencia.
Relación entre el autor Cire Hamete y el narrador.
Cervantes mete a un personaje supuestamente real haciéndole pasar por un historiador arábigo del que el narrador ha sacado las andanzas de Don Quijote. Esto le da un gran realismo a la obra, ya que en aquel entonces los mejores historiadores eran árabes. También le da una mayor importancia a la obra de Don Quijote, la cual, hemos de suponer después de esto, fue tan famosa, que llegó e interesó al mundo árabe. Pero todo esto nos conduce hacia la propia vida de Don Quijote, es decir, tanto Cire como Cervantes son meros medios de comunicación que cuentan, lo más objetivamente posible, la verdadera historia del realísimo Don Quijote.
Descripción y función de las cartas (cap. XXIII, XXV, XXVI, XXVII) ¿es en cada caso apropiado el uso de la literatura epistolar? ¿Por qué?.
A través de estas cartas Cervantes conecta de nuevo con el amor idealizado de Don Quijote y también aprovecha para hacer ver al lector que Don Quijote tiene todas las cualidades de un hidalgo, las más destacadas, las armas unidas con las letras (típico de los escritores renacentistas, como el mismo Cervantes). Con esta nueva conexión con Dulcinea podremos ver lo equivocado que está Don Quijote y la personalidad aproximada de la verdadera Dulcinea, descrita por Sancho.
Describa la relación de Don Quijote y Dulcinea.
En realidad no existe ninguna relación, todo está en la mente de Don Quijote. Alonso Quijano, antes de convertirse en el más famoso hidalgo de todos los tiempos, tendrá en su mente a una de sus vecinas, Aldonza Lorenzo, a la que guardará gran simpatía, y es la que acabará siendo renombrada como Dulcinea del Toboso por Don Quijote; pero con la que no guarda ninguna relación en la vida real.
La prodigiosa imaginación de Don Quijote sufrirá por el amor de su Dulcinea, pasión que se verá acrecentada con las mentiras de Sancho respecto de la carta que la mandara nuestro hidalgo. Con esto surgirá en la mente del caballero un amor típicamente cortesano, basado en la espiritualidad humanista.
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Enviado por: | Cana Sánchez Jano, Y Otros |
Idioma: | castellano |
País: | España |