Literatura


Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes Saavedra


'Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes Saavedra'

Reporte de Lectura

Titulo del libro:

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

Autor:

Miguel de Cervantes Saavedra

Editorial:

Ramonso Pena C.A.

Paginas:

49, 50, 51 y 52.

No. De capítulos:

El libro de Don Quijote se divide en dos partes, la primera, consta de 52 capítulos y un prólogo, y la segunda parte tiene 74 capítulos y otro prólogo.

Breves datos biográficos del autor:

  • Nació en Madrid, España en 1547.

  • Fue apodado “El Manco de Lepanto”.

  • Estuvo encarcelado durante largos 5 años en las mazmorras Argelinas.

  • Nunca Felipe II reconoció sus méritos militares.

Título y número del capítulo:

Cáp. 11: De lo que sucedió a Don Quijote con unos cabreros.

Argumento

E

l capítulo 11 se trata de cómo Don Quijote se encontró con unos cabreros, estos, le atendieron con un buen ánimo, Quijote dejó a Rocinante tan bien acomodado como pudo y fue detrás del olor que le dio de carne de cabra. Los cabreros, al observar a Don Quijote y a Sancho, convidaron inmediatamente de su comida con muy buena volunta, estos dos, se sentaron alrededor de las pieles de cabra que les tendieron. Sancho, se levantó y se quedó en pie para servirle una copa a su amo, y en cuanto este lo vió parado le dijo:

-Sancho, por lo que me dice la caballería y por los que estan a bien de ella, quiero que te sientes y que seas lo mismo que yo, aunque soy tu amo, puedes comer de mi plato y beber de mi vaso, ya que de la caballería se dice lo mismo que del amor: todos por iguales.

-Usted es grande- dijo Sancho- pero si yo pudiera comer asi, sería mejor que yo comiera de pie y a solas, como el comer a los pies del emperador.
Y mi comida, me sabría mejor si la como a solas sin delicadezas, aunque comiera pan y cebolla en mi esquina, a que los pavos de otras mesas, donde se me obliga a comer despacio, beber poco, y mantener la urbanidad. Yo preferiria mi espacio en la soledad para hacer lo que mi libertad me dice, asi que prefiero vivir asi como el escudero que soy, sin grandes méritos ni nada, aunque se lo agradezco, pero prefiero mi libertad de hacer las cosas de aquí al fin del mundo.

-No importa -dijo Quijote- Debes de sentarte, porque te humillas ante Dios.

Y tomándolo del brazo, lo forzó a sentarse.

Los cabreros no tenían ni idea de lo que pasaba con Quijote y Sancho, y sus raras ideas de escuderos, y solo miraban y comían en silencio. Después de comer las carnes, sirvieron bellotas avellanadas y un medio queso. Después de Quijote se hubiera quedado satisfecho, tomó un puño de bellotas, las miró y gritó:

-¡Dichoso el tiempo en el que aquellos pusieron nombres de dorados; y no porque tuvieran oro, que en este tiempo tanto se estima, sino porque aquellas personas ignoraban las palabras tuyo y mío! En ese tiempo, no era necesario robar, ni tomar de otro trabajo para sustentarse. Las aguas de cascadas y corrientes eran puras. Las abejas trabajaban su dulce miel entre los árboles de la quebradas. Todo era paz en ese tiempo, amistad. Entonces si, se encontraban las lugareñas pasando de valle en valle como si nada, solo con los vestidos que cubrían la honestidad que quiere y no eran escandalizados adornos, sino simples hojas entretejidas. No había fraude ni engaño ni avaricia, la justicia estaba a pie. Los caballeros andantes defendían a las doncellas y amparaban a las viudas. De esta orden soy yo, hermanos cabreros, y a ustedes agradezco el tan buen acogimiento que nos han tenido a mi y a mi escudero.

Y aunque ustedes no sabian lo que eramos nosotros, nos han atendido muy bien, y esa, es la razon por lo que se los agradezco.

Toda esta discurso tan largo que dijo Don Quijote fue consecuencia de las bellotas avellanadas que le recordaron la edad dorada. Y pues tuvo la idea de narrar algo con esta epoca a los cabreros que atentos lo escuchaban.

Los cabreros le dijeron que por su pronunciado discurso, llamarian a un amigo suyo, enamorado que componía bastante bien, apenas el cabrero dijo esto cuando escucharon cantos cercanos de buena gracia, y llamaron a aquella persona: Antonio, para que cantara un poco de sus buenas habilidades.

Antonio aceptó y se sentó en un tronco y comenzó a cantar algo dedicado a Olalla, que lo adora y muchas cosas más, una canción inspirada en el amor. Al finalizar, Don Quijote le pidió que cantara más pero el se negó, entonces Sancho le dijo que deberían ir a un lugar a donde hospedarse pero Quijote le dijo que mejor, le curara la oreja que le venia doliendo de hace tiempo.

Sancho obedeció y tomó hojas de romero que mezcló con sal y le aplicó esta mezcla en la oreja y asegurando su cura, esto fue verdad.

'Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes Saavedra'

Glosario

Agora: ahora

Ansi que: Asi que

Arcaduz: Caño por donde se conduce el agua.

Arenga: Discurso pronunciado para enardecer los ánimos.

Argamasa: Mortero hecho de cal, arena y agua, que se emplea en las obras de albañilería

Asimesmo: asi mismo

Cuan: Como

Dél: de el

Della: De ella

Dellos: De ellos

Desta: De esta

Donaire: gracia, gallardia

Dornajo: comedero de los marranos.

Escrebir: escribir

Gallipavo: Pavo

Hemosle: le hemos

Jerigonza: lenguaje difícil de entender

Jumento: Burro

Lampazo: Planta de la familia de las Compuestas, de seis a ocho decímetros de altura, de tallo grueso, ramoso y estriado, hojas aovadas, y en cabezuelas terminales, flores purpúreas, cuyo cáliz tiene escamas con espinas en anzuelo.

Llaneza: actitud libre de aparato y artificio.

Lo mesmo: lo mismo

Majada: donde los pastores guardaban su rebaño

Melindre: Delicadeza exagerada.

Menesteroso: Falto, necesitado

Menoscabar: Disminuir algo, quitándole una parte, acortarlo, reducirlo.

Mesmacosa: Misma cosa

Mesmo: Mismo

Prompta: pronta

Quedábase: Se quedaba

Recebidas: recibidas

Señero: solitario

Zagal: pastor joven

Zagalejas: Refajo que usan las lugareñas.

Zalea: Cuero de oveja o carnero, curtido de modo que conserve la lana, empleado para preservar de la humedad y del frío.

'Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes Saavedra'

Valores encontrados

Respeto.- Por parte de Sancho hacia su amo y señor al hacer todo lo que el le decía y no reprochar en nada. Por parte de Quijote hacia la Edad de Oro.

Valentía.- En Sancho, al defender sus ideas y su argumento frente a su amo.

Hospitalidad.- De parte de los cabreros hacia Don Quijote y Sancho, al atenderlos tan bien sin ni siquiera saber quienes eran.

Amor.- De el cantante Antonio, al tener de inspiración este sentimiento para componer.

Ayuda.- De Sancho hacia el Quijote porque lo ayudó a mejorar de su oído, que le venía doliendo y lo ayudó cuando lo necesitaba.

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Lo que sigue es el llamado Discurso de la Edad de Oro.

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Enviado por:Anie
Idioma: castellano
País: México

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