Artes plásticas y Talleres Artísticos


Descendimiento de la cruz; Rogen Van der Weyden


“ANÁLISIS DE “EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ”

1. TÍTULO: “El descendimiento de la cruz”.

2. AUTOR: Roger van der Weyden (1399-1464), pintor flamenco que destacó por el carácter innovador de sus obras religiosas dentro de la pintura de su época. Nació en Tournai, y allí realiza su primera formación en el taller de Robert Campin hacia el 1427, y se hace maestro en 1432. En 1435 se convierte en el pintor oficial de la ciudad de Brujas (Bélgica), donde residió el resto de su vida.

En sus obras, y ésta es una gran ejemplo de ello, exalta y saca a relucir los sentimientos de los personajes de la escena, con gestos, lágrimas y posturas.

3. ESTILO Y DATACIÓN: este retablo, que en realidad es la parte central de un políptico, fue pintado hacia el año 1435, y es pintura flamenca (siglo XV y XVI que se dio en Flandes).

4. ASUNTO REPRESENTADO: la obra trata un tema religioso, en concreto, cuando están bajando a Cristo de la cruz tras haber fallecido. La escena plasma el fragmento de la Biblia que se encuentra en el evangelio según San Juan 19, 25-40: “junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo más querido, dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa. [...] José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero en secreto, por miedo a los judíos, pidió a Pilato la autorización para retirar el cuerpo de Jesús y Pilato se la concedió. Fue y retiró el cuerpo de Jesús. También fue Nicodemo, aquel que había ido de noche a ver a Jesús, llevando como cien libras de mirra perfumada y áloe. Envolvieron el cuerpo de Jesús en lienzos perfumados con aquella mezcla de aromas, según la costumbre de enterrar a los judíos”.

5. TÉCNICA: el autor utilizó la técnica del óleo, en la que los pigmentos se machacan y aglutinan con aceites vegetales (aceite de linaza y nuez). Para aportar una mayor fluidez, se pueden añadir disolventes, especialmente, esencia de trementina o aguarrás. Esta técnica permite hacer correcciones (arrepentimientos, o según los italianos, pentimentis). Para terminar la pintura al óleo, se da una capa de barniz (capa transparente de tipo resinosa) que la protege y le da brillo.

6. SOPORTE: se trata de varias tablas ensambladas, engatilladas, y lijadas, que dan el aspecto de una sola y que únicamente se aprecia a escasa distancia del cuadro. Las tablas fueron preparadas alisándolas y dándoles una capa de gesso (yeso y cola), que se deja secar. Luego se hace el dibujo preparatorio y se aplican los pigmentos.

7. TIPO DE PINCELADA Y TEXTURA: el uso del óleo permite pintar incluso con pinceles de un único pelo, los cuales permiten realizar los detalles más minuciosos, como el pelo de las barbas y de las pieles, o las lágrimas. En esta composición, tanto el dibujo como los colores son de gran importancia: el dibujo, por dar una gran definición al contorno de las figuras, y los colores, porque produce que la escena se haga aún más impactante. Todos los personajes llevan hermosos ropajes, cuyas texturas permiten diferenciar terciopelos, sedas, etc. Es también una característica propia del arte flamenco ésta de resaltar la calidad de las materias que aparecen, ya que indica el poder de quien encarga la pintura.

8. LUZ: da la impresión de ser luz artificial por el color dorado del fondo.

9. COLOR: el autor utilizó varias gamas de colores. Todo el fondo está recubierto por riquísimas láminas de pan de oro (influencia gótica), que además de un símbolo de riqueza, impide que la mirada del espectador profundice en otra cosa que no sea la escena. La túnica de San Juan, está pintada de color carmesí, la de la Virgen, de color azul lapislázuli (esto indica que el cuadro costó caro a quienes lo encargaron, puesto que se utilizaba esta piedra semi-preciosa para conseguir ese color); M. Magdalena y una de las “Marías” (la más joven) están vestidas en tonos verdes (también a base de machacar piedras semi-preciosas); Nicodemo, en tonos marrones y ocres; y el ángel, en azul pálido. El color blanco aparece en varios personajes (en una de las “Marías”, en el tocado de la Virgen, en la cabeza de M. Magdalena, y en el paño de pureza de Cristo). Se consigue fácilmente, puesto que únicamente tienen que dar unas pocas pinceladas para que tome brillo, porque la base ya es blanca debido al gesso. Además de todo esto, el color acentúa el efecto de sentimientos exaltados por la pasión y muerte de Cristo, que en definitiva, es el objetivo que el autor persigue con el cuadro, que los devotos y no devotos sientan la emoción de la escena.

10. PERSPECTIVA, AMBIENTACIÓN, COMPOSICIÓN: a simple vista, las figuras dan sensación de volumen. Parece que todas (a excepción del desconocido) se agolpan en un primer plano, pero procurando que ninguna oculte a las demás. Los personajes son diez en total: Cristo muerto, la Virgen, San Juan, las “Marías”, José de Arimatea, Nicodemo, María Magdalena, el ángel, y un hombre en un plano posterior que nos es desconocido. Parece, que tiene unos cuatro planos, y las figuras forman frecuentes escorzos que le dan esa apariencia de perspectiva.

La obra debió ser un políptico cuyas partes laterales han desaparecido y que fue ordenado pintar por la Cofradía de los ballesteros de Lovaina para su capilla de Notre-Dame. Sabemos que es así, porque en las esquinas superiores se encuentran dos tracerías góticas en las que se esconden dos ballestas en la zona más pegada al vértice.

La escena se encierra entre dos personajes que están amagados a modo de paréntesis: San Juan en la izquierda, y María Magdalena en el lado derecho. Cristo aparece situado en el centro, formando una diagonal, y prácticamente en consonancia con el cuerpo de su madre, también ubicado en diagonal. Lleva corona de espinas y los pelos de su barba se encuentran perfectamente delineados y definidos gracias al uso de un pincel que únicamente tiene un pelo y con el que se consigue un resultado tan realista. Su anatomía está muy bien trabajada. El paño de pureza está colocado casi estratégicamente para taparle los genitales. En el costado tiene una llaga pero no sangra demasiado. Su brazo derecho, el cual claramente cae muerto, se encuentra en forma paralela al brazo izquierdo y desfallecido de su madre, lo que simboliza su unión madre e hijo. La Virgen está vestida con un maravilloso manto azul lapislázuli, que junto a la posición de su cuerpo, acentúa el desvanecimiento de ésta y sus sentimientos de dolor. En el centro las formas paralelas de los cuerpos de Cristo y de su madre animan la obra con un movimiento no realizado que resalta la sensación de agrupamiento, estableciendo uniones entre todos los personajes. La posición en diagonal y el color frío del manto de la Virgen, contrasta con la verticalidad y el tono cálido de la vestimenta de San Juan, que la recoge tras su desvanecimiento y cuyo rostro, aunque con gestos de sufrimiento, muestra serenidad. Tras éste, se encuentran las dos “Marías”, mujeres santas, y que lloran desconsoladas tras la muerte de su Salvador.

El cuerpo de Jesús está sujetado por las axilas por José de Arimatea y por los pies por Nicodemo, que viste un manto ocre y marrón forrado con piel debido al clima frío de los países nórdicos. Tiene el entrecejo fruncido y por sus mejillas transcurren lágrimas de desamparo.

María Magdalena, está vestida de tal forma que se distingue claramente a lo que se dedicó; sus ropas tienen tres tonos verdes distintos, lleva un cinturón, seguramente regalo de un cliente, y deja ver sutilmente el inicio del pecho con su escote. Es la síntesis de la verdadera lamentación por la muerte de Cristo. El hombre que se encuentra detrás de Nicodemo, lleva en sus manos un frasco de perfume, propiedad de María Magdalena, con el que ésta le había rociado los pies a Jesús para llorarle.

El ángel, también roto por el dolor, ayuda a bajar el cuerpo de Jesús subido a una escalera.

Las expresiones de los rostros emocionados y trágicos, captados con gran exactitud y realismo, forman un compendio de sentimientos dispares, con un común denominador: la tristeza.

En la parte de abajo del cuadro, hay restos óseos, que simbolizan el Calvario, y que Cristo fue crucificado en el Monte de la Calavera, según cuenta la leyenda, al igual que Adán.

- OPINIÓN PERSONAL: ¿qué puedo contarte que aún no sepas? Me fascinó el cuadro. Sé lo que Felipe II hizo por conseguirlo para la colección de la casa real española, y también la labor de su tía la reina María de Hungría, y no me extraña nada, porque es una maravilla. A ellos les tengo que agradecer. También me impactó la gran imaginación de El Bosco en sus creaciones, tanto que me parece que casi estaba loco.




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Enviado por:Mayte Gallego Pérez
Idioma: castellano
País: España

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