Industria y Materiales


Desarrollo de la industria española


FACTORES HISTÓRICOS QUE CONFORMAN LA INDUSTRIA.

En general se tiende a considerar a la industria española como un caso particular del conjunto de las economías desarrolladas; no es un caso típico de un país de la Unión Europea.

En la historia española se encuentran las raíces de las debilidades de la estructura productiva, los principales problemas son:

- El grueso de la industrialización se inició en los 50, en un régimen autárquico. El crecimiento fuerte de los 60 tuvo lugar en un marco intervencionista y proteccionista.

- La coincidencia de la crisis de los años 70 con una fuerte crisis política lo que impidió la realización de reformas drásticas.

- La insuficiente acumulación de capital por parte del sector público, en comparación con lo realizado en otros países europeos.

Tras la guerra civil se plantearon reformas dentro del contexto político de aislamiento internacional y animadversión hacia la inversión privada lo que fomentó una reconstrucción basado en lo público y en la autarquía. El basar el crecimiento en el sector público es propio de casi todos los países occidentales industrializados finalizada la Segunda Guerra Mundial. El progreso de la industria se basó en la demanda interna del país lo que dio origen a algunos problemas.

- Series de producción cortas que impiden economías de escala.

- Empresas de pequeña dimensión lo que también dificulta economías de escala.

- Técnicas obsoletas, teniendo poco en cuenta la eficiencia y los costes.

- Insuficientes recursos financieros lo que dificulta la inversión.

- Modelo antiexportador.

  • Durante los años 50 el crecimiento fue muy fuerte aunque tras 1956 se demostró imposible el crecimiento fuerte en situación autárquica. España se vio azotada por tensiones inflacionistas derivadas del fuerte crecimiento de la demanda no seguido por la oferta. Tras 1956 se produjo una pequeña apertura que permitió importar bienes de equipo para modernizar la industria, ayudada con un buen contexto internacional. En 1964 el gobierno impulsó un nuevo modelo de dirigismo, los Planes de Desarrollo. Se reconoce dentro del intervencionismo papel al sector privado. En los años 60 se volvió a un fuerte crecimiento que volvió a generar tensiones inflacionistas y fuerte propensión a importar. Se empieza a percibir como problema la insuficiente diversificación y competitividad de la industria nacional. Se aplicó una política de ligero aperturismo con el mercado interior aún muy intervenido. El crecimiento se basó en bienes de consumo duradero, industria química, turismo y vivienda. Aumentó la importación que no generó paro gracias a la fuerte emigración. La industria se centró en exportaciones basadas en una mano de obra barata. En 1973 la crisis afectó a la industria española que tuvo tardíos ajustes a causa de la transición. En 1977 las autoridades decidieron asumir el coste de la crisis lo que provocó una elevadísima inflación. No se llegaron a desarrollar los pactos de la Moncloa que pretendían acercar a España a Europa. A finales de 1982 la situación económica era preocupante ( PIB estancado, inversión bajo mínimos, gran caída del empleo, inflación del 15%). Con un gobierno fuerte en el periodo 1983-86 se acometió la reconversión y el ajuste energético que se inició en los sectores siderúrgico, construcción naval y bienes de equipo. Se detuvo la nacionalización de empresas en crisis. En 1986 la economía entró en fase de crecimiento y España entró en la Comunidad Europea lo que tuvo un fuerte impacto sobre la industria que pasó de un saldo comercial positivo en 1984 y 1985 de 800.000 millones a un saldo negativo en 1986 de 100.000 millones, lo que supone un cambio muy brusco. En 1993 se suprimieron todos los aranceles y este déficit ha ido en aumento. Casi todos los sectores se han visto afectados.

Los mejores comportamientos en costes con el contacto de la realidad exterior se han dado en sectores de demanda muy fuerte, intensivas en capital y penetradas por capital extranjero.

Podemos resumir los problemas actuales de la industria española en:

- Escasa dimensión de las empresas nacionales.

- Escasa internacionalización.

- Deficiente tecnología

- Escasa autofinanciación y elevada deuda

- Formación deficiente de la mano de obra.

Para la realización de economías de escala hay que concentrar e capital industrial con el fin de crear corporaciones industriales. Hay que tener en cuenta la escasa experiencia de las empresas españolas en la internacionalización por lo que la estrategia a seguir debería ser la participación minoritaria en empresas líderes extranjeras.

CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA.

El mercado único es un nuevo marco de oportunidades y riesgos para la industria española que dependerán mucho de las empresas, administraciones y entorno. Podremos analizar los problemas coyuntural solo si tenemos en cuenta problemas estructurales. La fragilidad de nuestra industria se remonta a los 50 y 60 cuando se producía a cualquier coste dada la demanda y el proteccionismo. Cuando se abrieron los mercados no se apostó por la calidad y la industria española no ha sabido adaptarse a las nuevas circunstancias. El boom de 1986 provocó una huida hacia delante y no se afrontaron reformas estructurales. La inversión extranjera nos ha liberado en parte de los males que históricamente nos aquejan. Los problemas de los años setenta se mantienen: estamos aquejados de un fuerte peso de los sectores de demanda débil y media.

Sectores de demanda fuerte en España (importancia en 1990)

- Química 5,0% (de la producción industrial)

- Maquinaria eléctrica 3,5%

- Electrónica 1,9%

- Farmacéuticos 1,3%

Sectores de demanda media en España (importancia en 1990)

- Alimentación y bebida 21,8%

- Refino de petróleo 9,3%

- Automoción 10,2%

- Papel caucho y plásticos 7,3%

Sectores de demanda débil en España (importancia en 1990)

- Siderurgia 7,1%

- Construcción Naval 1,6%

- Madera corcho y textil 5,4%

La industria española sigue falta de sectores punta que añaden poco valor y tienen poca capacidad de competir, escasa investigación y desarrollo aún así en la última mitad de los 80 se ha creado bastante capital. Nuestro producto sigue sin diferenciarse, no se identifica con calidad además un país que aspira a desarrollarse no puede asociarse simplemente a costes bajos.

España se caracteriza además por tener pocos empresarios y con poca iniciativa empresarial además la renovación se ha basado en el sector financiero. Las empresas españolas continúan teniendo elevados costes financieros. Vistas estas características se entiende que España tenga dificultades para abastecer su propio mercado y el de la Comunidad Europea.

OFERTA DE SERVICIOS PARA LA INDUSTRIA

Actualmente se está produciendo un proceso de liberalización industrial y fomentar una mayor flexibilidad, eficiencia y competencia en mercados, hasta ahora situados al abrigo de la competencia internacional y cuyos comportamientos se han mostrado particularmente nocivos para la competitividad de la industria española.

Las principales rigideces detectadas en los sectores servicios son:

  • El subsector de transporte de mercancías por carretera es, en general, bastante competitivo. Sin embargo, se observan la permanencia de tarifas intervenidas y otras exigencias administrativas cuya relación o, incluso, supresión probablemente mejorarían el grado de competencia del sector.

  • El comercio presenta un insuficiente grado de adaptación y cooperación empresarial, de integración vertical y de internacionalización.

  • El pequeño comercio tiene un reducido grado de especialización.

  • Existe una dualidad pequeño-gran comercio en cuanto a la fijación de precios.

Las situaciones poco competitivas en el sector servicios tienen varios orígenes. Entre ellos, la existencia de regulaciones cuyo objetivo suele ser garantizar unos servicios mínimos, el ejercicio de un monopolio o concesión oficial y el comportamiento estratégico en ciertas actividades.

FUTURO DE LA POLÍTICA INDUSTRIAL.

1.-OBJETIVOS:

Las actuaciones a seguir por los gobiernos en los últimos años parecen encaminadas a:

  • Promoción de la descentralización efectiva de los servicios a las empresas hacia las áreas o zonas menos desarrolladas del territorio.

  • Apoyo a las infraestructuras telemáticas e informáticas.

  • Acciones públicas a favor de la cohesión de los agentes que intervienen por el lado de la oferta.

2.-MEDIOS:Una nueva Estrategia Tecnológica y Energética de Largo Alcance (ESTELA)

El ESTELA definido como un plan de I+D energético más competitivo e integrado con los sistemas nacional y europeo de I+D, contempla tres posicionamientos estratégicos: la optimización del sistema energético actual, el desarrollo autónomo de nuevos sistemas energéticos y el desarrollo compartido de tecnologías emergentes. El ESTELA moviliza la totalidad de los apoyos públicos disponibles para la I+D energética y las aportaciones desde las empresas que pueden incluir aportaciones a proyectos concretos desde otras administraciones, autonómicas y locales.

La política tecnológica activa y difusora que el Gobierno propone tiene como objetivo fundamental incrementar de forma sostenida el nivel de recursos humanos, técnicos y económicos que se destinan al desarrollo y a la incorporación de tecnología en las industrias con el fin de elevar el nivel tecnológico español y de reducir el diferencial existente, en este campo, con los países de nuestro entorno.

La política a seguir se basa en los siguientes puntos:

  • Mantener un esfuerzo inversor creciente en actividades de investigación científica y desarrollo tecnológico. Se adoptarán medidas para aumentar el número de empresas innovadoras, prestando especial atención a las PYME y el tratamiento específico de las filiales de las empresas multinacionales.

  • Se potenciarán aquellos sectores y nichos tecnológicos en los que España puede configurar una oferta tecnológica hacia el exterior importante, al poseer un buen posicionamiento industrial, y aprovechar la existencia de ventajas comparativas.

  • Se insistirá en la proyección internacional de actividad tecnológica española, contribuyendo a que nuestras empresas se internacionalicen a partir de la tecnología.

  • Hay que orientar la tecnología hacia la consecución de estructuras empresariales más competitivas, destinando esfuerzos y recursos a mejorar la calidad y el diseño de los productos, a flexibilizar los medios productivos y a disminuir el impacto medio ambiental.

  • Se fomentará la cultura del consorcio, traduciéndola en una conjunción de esfuerzos empresariales para el desarrollo de iniciativas que, bien por lo cuantioso de las mismas, bien por el carácter pluridisciplinar que poseen, no pueden ser llevadas a cabo de manera individualizada.

  • Se articulará mejor el sistema ciencia-tecnología-industria, Se incentivará la difusión y transferencia de tecnología entre empresas, facilitando el acceso a la información tecnológica y a los bienes de capital con tecnología incorporada.

  • En el contexto actual, la dotación de servicios tecnológicos de valor añadido será el factor fundamental para el crecimiento económico y social de las naciones

  • Un más amplio y, sobre todo, mejor aprovechamiento por parte de las empresas de los instrumentos de propiedad industrial podrá permitir que optimicen sus estrategias tecnológicas de diferenciación e internacionalización. Adicionalmente, las consecuencias de la sociedad de la información obligarán a articular normas claras en materia de propiedad intelectual, privacidad y seguridad. Las actuaciones previstas por el Gobierno para los próximos años relativas a la propiedad industrial se instrumentarán a través de la Oficina Española de Patentes y Marcas.

  • Una política tecnológica activa no sería eficaz si no se consigue una mayor sensibilización social, dado que un impulso tecnológico debe basarse y tener el apoyo continuado de la sociedad, al menos la más próxima al mundo industrial, de manera que las actividades de I+D tengan un adecuado reconocimiento en la misma.

Finalmente, el Gobierno va a reforzar el papel que, en el desarrollo de la política tecnológica en el ámbito industrial, desempeña el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial. Este organismo autónomo del MINER es responsable del fomento de las actividades de investigación y desarrollo tecnológico entre las empresas industriales mediante la gestión de los programas nacionales habilitados de acuerdo con el plan de investigación científica y desarrollo tecnológico y con las directrices de política industrial

3.-DOTACIÓN DE INFRAESTRUCTURAS

La competitividad industrial viene determinada, en buena medida, por la cantidad y calidad de infraestructuras a disposición de las empresas y por los precios vinculados a su utilización. En el caso de España, el insuficiente stock de capital público en infraestructuras ha constituido una tradicional desventaja que han tenido que asumir las empresas instaladas en nuestro territorio. Sin embargo, a lo largo de los años 80, la inversión pública en infraestructuras experimentó un notable crecimiento. Según los tipos de infraestructuras es necesario:

  • Racionalizar la oferta de suelo industrial

  • Potenciar el tráfico marítimo de cabotaje, los ejes de comunicación por carretera y adecuar los servicios y tarifas portuarias hay que profundizar en las mejoras portuarias realizadas, reduciendo los costes y promoviendo una oferta competitiva de servicios en los puertos españoles.

Disponer de capacidades de transporte innovadoras y centros intermodales. Para ello hay que ampliar y mejorar las infraestructuras de telecomunicaciones, basándose en el plan de inversiones de telecomunicaciones, ampliando la oferta de servicios y reduciendo costes

COHESIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL, Y COMPETITIVIDAD INDUSTRIAL

A pesar de los considerables esfuerzos realizados tanto por las instancias comunitarias como por las españolas, las regiones españolas mantienen unas diferencias notables en su desarrollo. Al objeto de lograr la vertebración y articulación del territorio y la cohesión económica y social, la nueva política regional española y comunitaria incide sobre los factores restrictivos del desarrollo en un doble enfoque:

  • Creación de un entorno competitivo: mediante la dotación de infraestructuras y redes de comunicación, introducción y desarrollo de nuevas tecnologías, política científica y tecnológica, y educación y formación.

  • Apoyo directo a las inversiones productivas: El apoyo a la localización se basa en la concesión de incentivos a las inversiones productivas en las zonas menos favorecidas de la economía actual y en aquellas otras que se encuentran afectadas por importantes procesos de ajuste industrial. Los instrumentos nacionales y comunitarios son: el Plan de Desarrollo Regional para la mejora del empleo; el Fondo de Cohesión de la UE entre la que destaca la “Iniciativa PYME”. Estas iniciativas vienen acompañadas por otras, a nivel nacional y regional, dirigidas a la innovación tecnológica en la industria (PATI, Plan de Actuación Tecnológico Industrial y las actuaciones del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) y a la promoción de la calidad industrial (Plan Nacional de Calidad).

    • .

    LA EMPRESA PÚBLICA.

    Características de la empresa pública española.

    • Nuestro sector público empresarial no está en absoluto sobredimensionado en relación a nuestros socio europeos.

    • Elevado grado de diversificación sectorial existente, consecuencia de la evolución histórica.

    Evolución de la empresa pública española.

    • En el plano económico nuestro país ha crecido, se ha modernizado y ha incorporado plenamente los mecanismos de la economía de mercado, lo que ha facilitado su inserción en los mercados internacionales, tras un intenso proceso de apertura, liberalización y desregulación de las actividades empresariales.

    • Desde el punto de vista de la política industrial, en la actualidad, el papel de los poderes públicos en la actividad productiva se ha trasladado prioritariamente hacia otro tipo de instrumentos o actividades de carácter más global y horizontal, y es preciso no desconocer que la presencia pública en determinadas empresas comporta ventajas derivadas de su tamaño y de la capacidad de control de determinados núcleos estratégicos de actividad que, de hecho, ningún país desea perder.

    • En la vertiente jurídico política destaca nuestra pertenencia a la Unión Europea y los compromisos institucionales derivados de la misma. El marco Comunitario establece limitaciones en las posiciones de domino y otras prácticas restrictivas de la competencia, condicionando las relaciones financieras entre el estado y las Empresas.

    El Gobierno como responsable de una parte importante del sector público empresarial, apuesta por una estrategia de mejora de la competitividad de sus empresas públicas basada, entre otros aspectos, en proseguir con la implementación de mejoras de organización y de productividad, el establecimiento de alianzas estratégicas, la renovación de los medios productivos para reducir costes y mejorar la oferta, así como favorecer la implantación comercial y de distribución-servicio para mejorar la atención al cliente.

    Conseguir un sector público empresarial más competitivo y mejor adaptado a las nuevas coordenadas que imponen el nuevo contexto internacional y la realidad económico-industrial española, implica llevar a cabo una reordenación de su tamaño y su saneamiento, adecuando su cartera de negocios para poder afrontar con éxito la competencia en el nuevo marco en que debe operar. Para ello el Gobierno tiene la intención de aplicar los siguientes criterios:

    • Fortalecer una base empresarial, industrial y de servicios, que garantice el adecuado desarrollo de un tejido empresarial español capaz de generar valor añadido, inversión y empleo.

    • Es preciso dar continuidad aquellos proyectos empresariales y actividades, ya implantados en nuestro país, que constituyen auténticos núcleos de oportunidad, a los que no se pude renunciar.

    • Deben potenciarse grupos empresariales que generen sinergias con la suficiente más crítica para otorgarles personalidad propia y poder de negociación en los mercados, lo que en España tiene una particular importancia.

    • Es necesario culminar los procesos de reestructuración o desinversión en sectores específicos (defensa, siderurgia, construcción naval y minería) que atraviesan por problemas comunes a nivel europeo.

    • En las actividades sometidas a algún tipo de regulación y que tengan un carácter estratégico, principalmente en los sectores de transporte y energético, se desarrollará una “re-regulación para la competencia”.

    • La Agencia industrial del Estado que agrupa las participaciones públicas en las entidades mercantiles sujetas a planes de reestructuración o reconversión industrial tiene como función básica la dirección y vigilancia de los programas de reestructuración y reconversión.

    • La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, donde se agrupan las participaciones de titularidad pública en manos de los Grupos TENEO y REPSOL que, manteniendo la autonomía en la gestión de sus respectivos negocios, se someten a una nueva forma jurídica de actuación que permitirá ganancias.

    La constitución y consolidación de este planteamiento estratégico va a configurar el desarrollo futuro de las distintas empresas públicas.

    CONCLUSIONES DE LA POLÍTICA INDUSTRIAL EN ESPAÑA

    Para alcanzar la competitividad internacional el sistema productivo requiere necesariamente la contribución de una política macroeconómica ortodoxa, que consiga un crecimiento estable y duradera basada en el control de la inflación, la reducción del déficit público para conseguir una estabilidad monetaria, la estabilidad del tipo de cambio de la peseta, la reducción de los tipos de interés y las reformas estructurales del sector servicios.

    La política industrial en España debe dirigirse a:

    Facilitar las empresas la obtención de financiación.

    Creación de un entorno competitivo mediante la dotación de infraestructuras y redes de comunicación, el desarrollo de nuevas tecnologías, política científica y tecnológica, y la educación y formulación con el fomento de la inversión privada.

    Apoyo directo a los inversores productivos sobre todo en las zonas menos favorecidas

    Adaptar la política de compras públicas a las exigencias del mercado mediante una mayor trasparencia, una planificación a medio y largo plazo de los programas de compras, la coordinación de las administraciones públicas y a la discriminación sobre todo a PYMES y los coordinadores extranjeros.

    Impulsar una política de competencia efectiva que vigile el comportamiento de los distintos agentes y que proteja al consumidor.

    Liberalizar una amplia gama de actividades y fomentar una mayor flexibilidad, eficiencia y competencia en los mercados de servicios.

    Aumentar las acciones a favor de la protección del medio ambiente.

    Incrementar la tendencia al desarrollo y la internacionalización de la industria energética española ya que esta es importante en el mercado internacional, sobre todo el Gas Natural como energía limpia y eficiente.

    Promover el diálogo y la concertación social, dentro de las relaciones laborales, entre empresarios y trabajadores.

    Conseguir el incremento sostenible del nivel de recursos humanos, técnicos y económicos que se destinan al desarrollo y a la incorporación de tecnología en las industrias con el fin de elevar el nivel tecnológico español y reducir el diferencial existente con los países de nuestro entorno.

    Fomentar la mejora continua de la calidad y la diversidad del diseño industrial para poder competir con el resto de países industrializados.

    Coordinar las políticas de apoyo a la internacionalización de las administraciones públicas.

    Aplicar todo lo anterior al desarrollo de las PYMES, tipo de empresas dominantes en España, especialmente a través de la sensibilización.

    Conseguir un Sector Público más competitivo y mejor adaptado a las nuevas coordenadas que imponen el nuevo contexto internacional y la realidad económica industrial española.

    CONCLUSIONES INDUSTRIA ESPAÑOLA:

    1.- Los problemas de la industria española tienen un sustrato histórico difícil de superar

    2.- Algunos problemas inflacionarios se han debido a la escased de importaciones e imposibilidad de la industria nacional para satisfacer las necesidades en periodos de crecimiento.

    3.- La apertura a Europa ha puesto en evidencia las carencias de la industria española, ocultas antes bajo el velo proteccionista.

    4.- Destaca como problema español la insuficiente inversión en capital y las escasas economías de escala.

    5.- La imposibilidad histórica de reformas estructurales ha impedido el despegue industrial.

    6.- La industria española se ha caracterizado por competir solo en precios y no en diferenciación lo que parece ir en contra de las tendencias internacionales.




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    Idioma: castellano
    País: España

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