Ciencias Sociales
Deforestación
La deforestación es el proceso por el cual la tierra pierde sus bosques en manos de los hombres.
El hombre en su búsqueda por satisfacer sus necesidades personales o comunitarias utiliza la madera para fabricar muchos productos. La madera también es usada como combustible o leña para cocinar y calentar. Por otro lado, las actividades económicas en el campo requieres de áreas para el ganado o para cultivar diferentes productos. Esto ha generado una gran presión sobre los bosques.
Al tumbar un bosque, los organismos que allí vivían quedan sin hogar. En muchos casos los animales, plantas y otros organismos mueren o les toca mudarse a otro bosque. Destruir un bosque significa acabar con muchas de las especies que viven en él. Algunas de estas especies no son conocidas por el hombre. De esta manera muchas especies se están perdiendo día a día y desapareciendo para siempre del planeta.
En Colombia se deforestan entre 1.5 a 2.2 millones de acres al año. Esto es igual a más o menos 4 millones de canchas de fútbol al año o 456 canchas en una hora o 7.6 canchas por minuto. Si esto continua, Colombia no tendrá bosques en 40 años.
Las selvas tropicales de nuestro planeta, localizadas principalmente en América del Sur y Central, África Central y el sudeste asiático, sufren diariamente la tala indiscriminada de sus árboles, muchos de ellos con cientos de años de antigüedad; cada minuto que pasa queda arrasada una superficie de selva equivalente a la de un campo de fútbol.
Hay dos razones principales que ocasionan esto. Una es la demanda de madera por parte de ciertos países, que permite a las naciones endeudadas del tercer mundo obtener dinero fácil; la otra es la transformación de los bosques en superficies dedicadas a la agricultura y ganadería.
El primer motivo es rentable para quienes lo practican, pero el segundo no; los suelos del ecosistema tropical contienen un alto porcentaje de hierro y aluminio. Al exponerse a la acción del sol y el aire se endurece, y la poca tierra fértil que le queda es arrasada por las lluvias.
Aunque ocupan sólo el catorce porciento de la superficie terrestre las selvas contienen el sesenta por ciento de las especies animales y vegetales vivas del planeta. En ellas hay muchos recursos que podrían ser utilizados por el hombre sin dañar el equilibrio ecológico: desde vegetales comestibles hasta componentes químicos usados en los más diversos campos de la medicina y la industria.
Hay otro tema relacionado con las selvas: el dióxido de carbono. Los países industrializados emiten 2200 millones de toneladas anuales de este gas procedente de la quema de combustibles fósiles, mientras que otras naciones lanzan al aire otros 1300 millones de toneladas por año como subproducto de los incendios masivos de bosques. ¿Y esto qué tiene que ver? Muy simple: además de reducir las emisiones debe llevarse a cabo un plan de reforestación masiva. Si tenemos en cuenta que una hectárea de bosque tropical puede neutralizar unas diez toneladas de dióxido de carbono al año, habría que crear un bosque de tres millones de kilómetros cuadrados, superficie equivalente a las dos terceras partes del territorio de la República Argentina.
También se propone se propone la fiscalización de las actividades ilícitas de explotación de los bosques por parte de comisiones municipales y de gobierno, el combate masivo a la corrupción imperante en todos los estamentos oficiales y la valoración de productos forestales no maderables así como de los servicios ambientales prestados por los bosques.
El proceso de deforestación ocurrido en la Región Oriental del Paraguay muestra que en 40 años, comprendidos entre 1.945 y 1.985, ha llegado a eliminar 4.916.452 hectáreas, lo cual representa un promedio aproximado de 123 mil hectáreas cada año. En dicho periodo resalta el intervalo de 8 años, entre 1.968 y 1.976, en que la tasa de deforestación fue aproximadamente 212 mil hectáreas cada año. Estudios del año 1985, indican que en el año 1.985 existían 3.507.670 hectáreas de bosques continuos, de los cuales el 32,8% estaban constituidas por pequeños bosques residuales y el 68,8%
restante por bosques de valor comercial bajo, como consecuencia de la disminución de sus especies más valiosas.
En el periodo comprendido entre 1.985 y 1.991, se produjo una deforestación de 2 millones de hectáreas aproximadamente, con una tasa media de aproximada de 290 mil hectáreas cada año.
En relación a la Región Occidental, dan cuenta que las colonias establecidas en la zona central del Chaco llegaron a un promedio de deforestación de 45 mil hectáreas anuales.
Este proceso de deforestación, aunque evidentemente menor comparado con la Región Oriental del Paraguay, es bastante significativo por la fragilidad de los ecosistemas del Chaco, demostrados por la numerosas evidencias de erosión eólica y la salinización de suelos que se están verificando en diferentes zonas de la Región.
Queda bien evidenciado que la destrucción de los bosques ha resultado principalmente de las malas practicas agrícolas y cría de ganado, asociados de problemas de uso y tenencia de la tierra. De hecho estos principales elementos causales de la deforestación, demuestran que el problema forestal ha estado fuertemente ligado a la tenencia de la tierra y a los modelos de reforma agraria y de producción agropecuaria del país.
Desertificación.
La desertificación es otro gran problema para la biodiversidad y esta muy ligada a la deforestación. La desertificación es el proceso por el cual tierras fértiles y ricas en vida se convierten en desiertos. El mejor ejemplo de esto lo vemos en el Amazonas. Después de tumbar una área grande de selva (deforestar) y utilizar inadecuadamente la tierra (ganadería u otras prácticas económicas) esta se convierte en un desierto en donde es casi imposible volver a ver el bosque crecer. Esto sucede porque se pierde la capa vegetal que permite la vida en el lugar.
Se entiende por deforestación a la destrucción a gran escala del bosque por la acción humana. Avanza a un ritmo de unos 17 millones de ha al año (superficie que supera a la de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte juntas). Entre 1980 y 1990, las tasas anuales de deforestación fueron de un 1,2% en Asia y el Pacífico, un 0,8% en Latinoamérica y un 0,7% en África. La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que consiste en una reducción de la calidad del bosque. Ambos procesos están vinculados y producen diversos problemas. Pueden producir erosión del suelo y desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones o sequías. Reducen la biodiversidad (diversidad de hábitat, especies y tipos genéticos), lo que resulta sobre todo significativo en los bosques tropicales, que albergan buena parte de la biodiversidad del mundo. Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono; si se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede llevar a un calentamiento global de la Tierra, con multitud de efectos secundarios problemáticos. En las regiones templadas la agricultura se basó en la eliminación de los bosques aprovechando la fertilidad de sus suelos.
Los procesos de deforestación son, por lo general, más destructivos en los trópicos. La mayor parte de los suelos forestales tropicales son mucho menos fértiles que los de las regiones templadas y resultan fácilmente erosionables al proceso de lixiviación, causado por la elevada pluviosidad que impide la acumulación de nutrientes en el suelo. No obstante, las políticas coloniales se basaban en el supuesto, equivocado, de que un bosque exuberante significaba suelos fértiles.
Pretendían conquistar los bosques, sobre todo para destinarlos a los cultivos comerciales y la agricultura, y han dejado un legado de suelos exhaustos.
La deforestación tropical aumentó rápidamente a partir de 1950, con la ayuda de maquinaria pesada. Desde entonces, el crecimiento de las poblaciones humanas ha llevado también a la destrucción de zonas forestales por la vía más difícil, a mano. Las tasas anuales de deforestación en 52 países tropicales prácticamente se duplicaron entre 1981 y 1990.
AGENTES DE LA DEFORESTACIÓN
Entenderemos por agentes de deforestación a las personas, corporaciones, organismos gubernamentales o proyectos de desarrollo que talan los bosques.
En todas las áreas geográficas, los agricultores que practican roza y quema se sitúan entre los agentes de deforestación más importantes, ya que ocupan tierra forestal que limpian para plantar cultivos comestibles. Otros agentes importantes del sector agrícola son los ganaderos que talan los bosques para sembrar nuevos pastizales para alimentar el ganado y los agricultores comerciales que establecen plantaciones agrícolas comerciales como el caucho y el aceite de palma. Entre los agentes secundarios de la deforestación se encuentran los madereros, los dueños de plantaciones forestales, los recolectores de leña, los industriales mineros y petroleros y los planificadores de infraestructura.
La deforestación: enemiga del bosque
Como ya te contamos, los bosques constituyen uno de los ecosistemas más valiosos del mundo, al contener un alto porcentaje de la biodiversidad del planeta. Lamentablemente, ellos se encuentran muy vulnerables frente a la acción del hombre, y en muchas partes del mundo incluso han desaparecido.
Durante la década de los ochenta, los índices de deforestación mundial llegaron hasta 15 millones de hectáreas por año; y en la mayor parte del mundo la deforestación se aceleró durante la década del 90.
Entre las causas directas más importantes de la deforestación se encuentra la pobreza del tercer mundo (donde se hallan la mayoría de los más grandes bosques y selvas), que necesitan explotar estos ecosistemas para obtener recursos; la necesidad de abrir espacios nuevos para la agricultura, para la cría de ganado, la urbanización y la construcción de infraestructura (carreteras, vías férreas, tendidos eléctricos); la minería; la inundación para generar energía hidroeléctrica, y la explotación de petróleo.
Este fenómeno de deforestación se ve agravado por la lluvia ácida, la desertificación, y los incendios forestales. En el caso de los pequeños agricultores, considerados como pobres, al asentarse cerca de los bosques deben talar una parcela de tierra y utilizarla para la plantación de cultivos de subsistencia o comerciales. Sin embargo, ese tipo de prácticas degrada rápidamente el suelo, y el agricultor se ve forzado a talar otra porción de bosque para transformarlo en tierras de cultivos. Posteriormente, el área que ya no se puede cultivar es utilizada para la cría de ganado, lo que termina por degradar completamente el suelo, al eliminar la escasa vegetación que podría haber quedado.
En muchos países las prácticas forestales de tala rasa han sido la causa principal de la pérdida forestal. Ejemplos claros de ello es lo que ocurrió en Irlanda y Escocia, que alguna vez estuvieron prácticamente cubiertos de bosques, pero durante el Imperio Británico fueron casi totalmente cortados para abastecer de madera a los aserraderos ingleses. En Chile también existe pérdida de bosques nativos. De hecho, se estima que nuestro país poseía 25 millones de hectáreas de bosques a la llegada de los españoles; es decir, un 45 por ciento del territorio estaba cubierto por bosque nativo. En la década de los cuarenta se hizo una estimación de 16 millones de hectáreas, y actualmente la cifra solo alcanza a poco más de 13 millones.
Los incendios forestales
Otra de las causas de la deforestación son los incendios forestales, los que pueden definirse como la propagación libre e ilimitada del fuego, cuya acción consume pastos, matorrales, arbustos y árboles. Para que un incendio ocurra deben existir tres factores: el oxígeno, el calor y el combustible.
En nuestro país los incendios forestales son producidos en su mayoría por el manejo descuidado del fuego, y su repercusión en el medio ambiente es enorme. Los efectos del fuego en los bosques son principalmente los siguientes:
• Eliminación de las áreas boscosas
• Pérdidas económicas
• Desaparición o disminución de los recursos hídricos
• Erosión
• Desertificación
• Pérdida de biodiversidad
• Aumento de gases de efecto invernadero
• Aumento de la temperatura ambiental
• Incremento de los efectos erosivos del viento
• Disminución de la humedad
• Alteración de los regímenes de vida de los humanos
• Emigración de la fauna local
Asimismo, la acción del fuego también afecta al suelo mineral en tres formas, que son: física, al destruirse la estructura y compactación del suelo por falta de humedad; química, al producirse una disminución de los nutrientes de la vegetación, y finalmente biológica, al destruirse los microorganismos del suelo encargados de la descomposición de los restos orgánicos.
La Desaparición del Bosque Tropical
El bosque tropical es una maravilla de la naturaleza. En numerosos países constituye una parte viva de la cultura. Sin embargo, muchos de esos bosques están actualmente en peligro. Ya se han perdido más de la mitad y el índice de deforestación casi se ha duplicado durante la década de 1980. En otros pocos decenios podemos asistir a la práctica eliminación del bosque tropical. Pensemos en ello: esa franja de verde intenso a los dos lados del ecuador, que significa la vegetación más exuberante de la Tierra, puede tener que ser coloreada de marrón para detonar que el bosque tropical ha desaparecido para siempre.
El bosque tropical es la más hermosa celebración con que la naturaleza ha embellecido la superficie del planeta. Su diversidad biótica es legendaria. En 50 hectáreas de la Malasia peninsular hay más especies de árboles que en todo Norteamérica; solo un arbusto de Perú puede albergar tantas especies de hormigas como las Islas Británicas. Posiblemente los bosques tropicales son el hogar hasta del 90% de todas las especies de la Tierra, por eso es importante conservar estos hermosos bosques ya que si se terminan solo quedaríamos con el 10% de las especies que teníamos.
Cuando el bosque tropical desaparece, también lo hacen las especies que viven en él, probablemente hoy a un ritmo de varias docenas al día. Los bosques tropicales son muy indispensables para la vida del hombre; deberíamos estar agradecidos a la riqueza del bosque tropical la próxima vez que compremos un medicamento en la farmacia. Hay una posibilidad de 1/4 de que ese medicamento se haya extraído de alguna planta del bosque tropical
Quiénes protegen y quiénes destruyen los bosques
Durante años los "expertos" del enfoque forestal dominante se equivocaron al identificar las principales causas de la deforestación, al igual que al plantear soluciones para salvar los bosques. Según ellos, una de las principales causas de la deforestación era el uso de leña por "los pobres". La solución que proponían era por lo tanto establecer plantaciones de eucalipto como fuente de leña para "los pobres". Según ellos, quienes viven en los bosques eran los responsables de la deforestación y por tanto era necesario que fueran sacados de allí, a fin de que los bosques quedaran protegidos de ellos. La gente fue entonces expulsada de sus tierras, con el pretexto de que así se estaba protegiendo los bosques. Este enfoque simplista de "culpabilizar a los pobres" ni siquiera propuso como solución al problema que, si los pobres eran la principal causa de la deforestación, todos los esfuerzos deberían dirigirse a la erradicación de la pobreza. Por el contrario, sus principales esfuerzos se orientaron ¡a erradicar a los pobres de los bosques!
Al tiempo que estos expertos hacían su trabajo, también lo hacían los verdaderos agentes de la destrucción. Las empresas madereras siguieron cortando, legal e ilegalmente. Los constructores de represas siguieron represando los ríos e inundando millones de hectáreas de bosques con el agua de los embalses. Los cultivos de exportación y la ganadería provocaron la corta de más y más áreas de bosque. Las plantaciones industriales para celulosa, madera, palma aceitera y otras fueron sustituyendo vastas superficies de bosques ricos en biodiversidad por monocultivos de especies exóticas. Las empresas mineras y petroleras siguieron destruyendo y contaminando los bosques.
Todos estos procesos han generado, y siguen generando, graves impactos ambientales a nivel local y global, todos los cuales resultan en sufrimiento humano. Millones de personas viven en los bosques y obtienen sus medios de vida de los mismos. Por ende, la deforestación ha generado pobreza, simplemente porque todos esos millones de personas se ven privadas del acceso a sus medios de vida una vez que los bosques han desaparecido o cuando son "reasentados" en algún otro lugar. Es causa asimismo de violaciones a los derechos humanos. Muchas personas han sido asesinadas y otras continúan siendo asesinadas por defender sus derechos y por proteger los mismos bosques que los gobiernos del mundo aducen proteger.
Sin embargo, resultaría incorrecto destacar solamente causas directas de la deforestación tales como el maderero, la industria camaronera, las plantaciones, las represas, etc. Es necesario profundizar en el tema y señalar que por detrás de estas causas hay otras subyacentes que constituyen la raíz del problema. Entre ellas está el tema del consumo excesivo en el Norte, que genera una demanda siempre creciente de materia prima barata madera, petróleo, minerales, etc. y alimentos también baratos, tales como soja, carne o camarones. Hay además actores fundamentales que hacen viable este suministro de productos a bajo precio, tales como el FMI, el Banco Mundial, los bancos regionales de desarrollo, las consultoras del Norte, las agencias de crédito a la exportación, las agencias bilaterales de "asistencia". Y en el medio se ubican funcionarios gubernamentales corruptos e igualmente corruptos empresarios y funcionarios del norte actuando como corruptores. El resultado final es la deforestación y la violación de los derechos de las poblaciones locales.
Este número del Boletín del WRM incluye al igual que la mayoría de los anteriores situaciones típicas donde los bosques están amenazados debido a la acción combinada de diferentes actores tales como los gobiernos, las multinacionales, las agencias multi y bilaterales, y a la vez están siendo protegidos por pueblos indígenas y por otros pobladores locales. La realidad nos muestra entonces que no son "los pobres" quienes destruyen los bosques, sino intereses muy poderosos a nivel local e internacional. La protección de los bosques implica por lo tanto apoyar las luchas de las poblaciones locales por sus derechos, y simultáneamente trabajar para generar condiciones para que se haga posible abordar las causas de fondo de la deforestación a nivel nacional e internacional. Tan sólo cuando eso suceda los bosques estarán a salvo y los pueblos que habitan los bosques o que de ellos dependen podrán vivir en paz y en armonía con la naturaleza.
FIN
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Enviado por: | Nacho |
Idioma: | castellano |
País: | España |