Economía
De la teoría macroeconómica a la política macroeconómica
CAPITULO 12: DE LA TEORÍA MACROECONÓMICA A LA POLÍTICA MACROECONÓMICA: PANORAMA ACTUAL
Trataremos de analizar y comparar los 3 modelos básicos existentes al día de hoy: keynesiano, monetarista y el basado en las “expectativas racionales”.
El objetivo global de la política macroeconómica consistirá en alcanzar la estabilidad económica en sentido amplio, entendiendo por tal la consecución de:
-
Pleno empleo de los recursos productivos
-
Estabilidad del nivel de precios
-
Crecimiento económico sostenido.
TEORÍA Y POLÍTICA KEYNESIANAS.
Los economistas keynesianos modernos todavía creen que las economías privadas no serán capaces de ajustarse por si solas a procesos significativos de retracción de la DA, o situaciones de desempleo prolongadas, sugiriendo al respecto que la política económica debería actuar de manera decidida.
-
El supuesto keynesiano básico: la economía privada no es autoajustable.
El gasto privado de inversión podría fluctuar en función del llamado principio de aceleración.
“Shocks de oferta” podrían producir fenómenos de desempleo.
Ejemplo:
Economía en situación de equilibrio, donde DA y OA generan una producción de pleno empleo compatible con un nivel de precios dado. Si la Demanda privada de inversiones cayera de resultas de una contracción repentina de las expectativas de beneficio obtenibles por los empresarios, la DA experimentará un movimiento de retracción; circunstancia que en función de la forma de la OA inducirá una menor producción global (Y) y una caída en le nivel general de precios.
-
La política fiscal keynesiana de carácter contracíclico
Desde el punto de vista keynesiano moderno, el tiempo será la variable clave del problema.
A corto plazo, los precios y los salarios podrían no flexionar, es por ello por lo que los economistas keynesianos modernos continúan recomendando la aplicación de políticas fiscales contracíclicas (incrementos del gasto público y/o la reducción de los impuestos) para solucionar el problema existente.
-
La política monetarista keynesiana: los problemas de transmisión.
La mayor parte de los keynesianos actuales creen que los BE deberían responder a las situaciones depresivas manteniendo un cierto orden en los mercados financieros.
En caso de depresión los bancos emisores deberían utilizar su poder discrecional sobre la evolución de la oferta nominal del dinero para aumentarla mientras se mantienen estabilizados y a bajo nivel los tipos de interés nominales.
En caso de inflación, aquellos BE deberían actuar discrecionalmente sobre la oferta monetaria (M) limitando su ritmo evolutivo creciente, haciendo impulsar al alza los tipos de interés y desincentivar los crecimientos exagerados de la inversión privada.
El control del tipo de interés nominal siempre ha sido preferido por los keynesianos, al control de la cantidad de dinero en circulación.
Los keynesianos modernos consideran que la actuación sobre la política fiscal será más directa y útil que la actuación sobre la política monetaria a efectos de gestionar la DA.
Las recetas keynesianas
PROBLEMA ECONOMICO | CORRECCIONES KEYNESIANAS | |
POLÍTICA FISCAL | POLÍTICA MONETARIA | |
Recesión (Desempleo elevado y/o lenta tasa de crecimiento del PIB real) | Déficit presupuestario (G>T) | Δ M (combinado con tipo de intereses nominales bajos y estables) |
Inflación | Superávit presupuestario (G<T) | ∇ M (combinado con tipos de intereses nominales estables) |
Mecanismo de transmisión de la Política Monetaria.
ETAPA 1 ETAPA 2 ETAPA 3
TEORÍA Y POLÍTICA MONETARISTA
Teoría Monetarista difiere de la keynesiana al ocurrir que en el núcleo o en los fundamentos últimos del monetarismo se encuentran los supuestos de estabilidad de la economía privada y de tendencia a la corrección automática de los shocks adversos que eventualmente pudieran sobrevenirle.
-
El supuesto monetarista básico: la economía privada es autoajustable.
Imaginamos que el consumo autónomo (C0) o la Inversión autónoma (I0) se contraen, desplazándose así la DA hacia la izquierda, en tal caso la economía a partir de una posición de equilibrio basculará obligatoriamente a Corto Plazo (C/P) hacia un nuevo punto de equilibrio con un nivel de precios menor que el anterior y también con un menor nivel de actividad económica que llevará a acumular una tasa observada de desempleo mayor que la natural.
A partir de esa nueva situación - sugieren los monetaristas- la economía tenderá a ajustarse por sí misma aunque a plazo indefinido hacia un nuevo punto de equilibrio situado sobre la curva de la OA a Largo Plazo (L/P).
Al observar la caída en la DA se pondrán en marcha dos tipos de efectos favorables:
-
El efecto liquidez real en función del cual, la caída observada de precios hará que la DA se eleve al elevarse automáticamente el valor de M/P, factor que impulsará tanto la elevación directa del Consumo, como el incremento de la Inversión Privada a través de la caída de los tipos de interés reales y nominales.
-
El efecto de adaptación a la baja de las expectativas de precios de los trabajadores que actuará sobre la función de OA a C/P desplazándola hacia la derecha o hacia abajo.
El resultado monetarista dependerá crucialmente de la ausencia de introducción de medidas fiscales o monetaristas de carácter corrector.
-
“Monetarismo” y efectos desestabilizadores de la política fiscal discrecional.
Los monetaristas -al igual que los keynesianos- admiten que los desplazamientos de la DA pueden originar movimientos de alza (inflación) o de depresión, pero creen que la causa última de esos desplazamientos de la DA no estará relacionada con las fluctuaciones autónomas de la Inversión o del Consumo privados, sino con las acciones discrecionales de política monetaria o de política fiscal emprendidas por el gobierno.
Desde el punto de vista de los monetaristas cualquier incremento del gasto público se hará en todo caso a expensas del gasto privado en bienes de Consumo o de Inversión (o incluso de las exportaciones netas).
-
La política sobre el “efecto de expulsión”.
Los monetaristas sostienen que un incremento del gasto público no inducirá a efectos apreciables sobre la actividad económica global a corto plazo, al producirse tan solo con esa maniobra una simple sustitución de gasto privado por gasto público.
Esa elevación del gasto público podría generar unos efectos negativos sobre la inversión privada (efectos de expulsión totales o parciales) semejantes a los que podrían generarse de una reducción de los impuestos.
El efecto de expulsión mencionado solo podrá producirse en el caso de que se induzca o se eleve el tamaño del déficit publico a propio intento, vía Δ Gasto o ∇ de Impuesto, esto es, en el caso de que el gobierno induzca o genere una elevación del déficit estructural del sector público.
-
Los retardos de la política fiscal como mecanismo desestabilizador.
Otro problema contenido en la política fiscal discrecional es el que se refiere al retardo de afectación a la economía de este tipo de política.
Retardo, de dimensión temporal, larga o variable, que se producirá por la suma del retardo de reconocimiento, del retardo de decisión y de acción y del llamado retardo funcional o de impacto.
Según los monetaristas en función de la acumulación de esos retardos temporales bien pudiera ocurrir que las medidas fiscales diseñadas solo comenzaran a surtir efectos cuando estos no fueran ya necesarios.
-
Efectos de la política monetaria discrecional.
Desde la perspectiva de los monetaristas la política monetaria discrecional también podría generar problemas de inestabilidad económica, dado que tal política también estará sujeta a retrasos de reconocimiento y de decisión y acción; aunque estos últimos, al ser autónomo el BE, siempre serán de mucha menor duración que los retrasos administrativos acumulados por la política fiscal.
En función de la existencia del retraso de impacto también podría ocurrir que la política monetaria discrecional protagonizada por el BE resultará procíclica.
Los monetaristas creen que al menos en cierta medida las fluctuaciones históricas registradas por el PIB nominal y real, de los distintos países, han venido siendo causadas por los intentos de estabilización (frustrados) llevados a cabo por los gobiernos a fin de corregir los problemas existentes de desempleo o de inflación.
Esta es la razón por la que -según los monetaristas- quizá fuera de más interés el establecimiento de reglas fiscales - de presupuesto equilibrado- o monetarias (de crecimiento monetario nominal constante).
-
Recomendaciones monetaristas: Presupuestos equilibrados, reglas monetarias y desregulación de los mercados.
Desde el punto de vista de la política fiscal los monetaristas señalan que el presupuesto del sector público debería mantenerse equilibrado.
Desde la perspectiva de la política monetaria, los monetaristas han venido abogando por el uso de una regla de comportamiento monetario consistente en el mantenimiento de una tasa de crecimiento constante de la cantidad nominal de dinero en circulación al objeto de evitar movimientos pendulares del PIB nominal.
Esta directriz monetarista del mantenimiento del ritmo de crecimiento nominal de M a una tasa dada, podría ser criticada en la medida en la que la velocidad de circulación del dinero -bien a C/P o bien a L/P- no fuera estable y predecible.
Si la demanda de dinero no fuera estable -y para los keynesianos no lo será- la velocidad de circulación del dinero tampoco se mantendrá estable, y la “regla monetaria” anteriormente analizada no será de gran utilidad.
Si maniatamos al gobierno con reglas fijas de tipo fiscal y monetario, solo podrá llegarse al equilibrio macroeconómico de pleno empleo en la medida en que los precios, los salarios y los tipo de interés reales sean flexibles.
Por ello, en paralelo con el cumplimiento de aquellas reglas monetarias y fiscales los monetaristas han venido recomendando a los gobiernos que inicien con rapidez procesos desreguladores.
TEORÍA Y POLÍTICA DE LA NUEVA ECONOMÍA CLÁSICA. (ESCUELA DE LAS ESPECTATIVAS RACIONALES).
Escuela que ha dado un paso más que el monetarismo a la hora de explicar la capacidad de ajuste económico automático de las economías en respuesta a cuales quiera shocks adversos o favorables sobrevenidos generados bien por fuerzas externas a la economía o bien por la política económica aplicada por los poderes públicos.
-
La hipótesis de las expectativas racionales
De acuerdo con el enfoque de las expectativas racionales, la gente se comportará de modo racional en el sentido de que en buena lógica hará uso de toda la información relevante de que pueda disponer sea esta pasada, actual o futura.
Si la gente es capaz de anticipar los resultados de la política discrecional emprendida o a emprender por el gobierno, los agentes estarán en disposición de neutralizar las maniobras políticas diseñadas por aquel.
En la medida en que el gobierno actúe sistemáticamente (y no aleatoriamente), puesto que tal actuación sería absurda, el sentido sistemático de su actuación sería absurda, el sentido sistemático de su actuación será captado con rapidez, lo que vía reacción de los agentes, transformará a las políticas fiscales y monetarias no aleatorias en inocuas, resultando por tanto inútiles para modificar la posición o el curso de la DA.
-
Expectativas racionales y política monetaria
La variable temporal también será ahora el factor clave en la formación de las expectativas racionales y en su incidencia en las variables económicas más significativas.
En este contexto de expectativas racionales, la cantidad de dinero en circulación será de nuevo un velo o un lubricante de la actividad económica pero no el motor de la misma.
En definitiva, la idea de las expectativas racionales no excluye la posibilidad de fluctuaciones a C/P de la producción y del empleo; pero para que éstas se produzcan deberán producirse sorpresas, sean estas externas, o generadas por la política económica.
-
Expectativas racionales y Política Fiscal
En relación con la DA en el modelo de expectativas racionales también ocurrirá que cualquier incremento en el Gasto Público quedará compensado por una reducción en el consumo privado en la inversión privada o en las exportaciones netas, quedando por tanto inalterada la posición de la DA.
Sin embargo, algunos de los economistas de la Escuela de las expectativas racionales creen que una política fiscal de impulso del gasto público podría tener efectos adicionales y negativos sobre la OA a L/P.
Con la idea de los nuevos clásicos a c/p habrá muy poco o ningún espacio para la práctica de una política discrecional sistemática, debiéndose mantener la acción gubernamental sobre posiciones regladas semejantes a las planteadas por los monetaristas.
RESUMEN DE LAS POSICIONES DE POLÍTICA ECONÓMICA EN LA ACTUALIDAD.
Los keynesianos modernos sostienen que la economía privada es inherentemente inestable e incapaz de autocorregirse o de autoajustarse con una cierta rapidez durante los periodos de inflación o de desempleo. Desde esa perspectiva los instrumentos fiscales tendrán una mayor efectividad que los monetarios a efectos de alcanzar el pleno empleo de los recursos o de controlar los fenómenos inflacionarios.
Los monetarístas y los nuevos clásicos sostienen que la economía privada es básicamente estable, al tiempo que contiene ciertos resortes autocorrectores que le impulsarán constantemente hacia situaciones de pleno empleo.
La idea más importante que podemos extraer del pensamiento macroeconómico actual es que no se ha llegado a un verdadero consenso sobre como funciona exactamente la macroeconomía a corto y medio plazo y consiguientemente sobre cual tendría que ser la política óptima aplicable a cada situación coyuntural.
No obstante, hay que decir, que la ciencia económica, como ciencia aplicada que (también) es, siempre permitirá a los economistas pragmáticos o a los “policy makers” elegir en cada caso las recetas de política macroeconómica derivadas de uno u otro modelo, en función del mejor ajuste de los supuestos de cada uno de ellos al momento y a las características de la realidad circulante.
-
Añadir cuadro de la pág. 269
Política Monetaria
Δ Ms →
∇ i
Tipo de interes
∇ i →
Δ I
Demanda privada de inversión
Δ I →
Δ Y →
Δ C →
Δ DA
Δ DA
Descargar
Enviado por: | Susana |
Idioma: | castellano |
País: | España |