Literatura


Cuentos chinos; Andrés Oppenheimer

CUENTOS CHINOS

ANDRÉS OPPENHEIMER

RESUMEN

Capítulo uno: El desafío asiático.

En China todo es grande, desde su infraestructura hasta su colosal economía, China convive con un pragmatismo a ultranza y una determinación de captar inversiones para asegurar el crecimiento a largo plazo.

Los chinos le están dado la bienvenida a los inversionistas del mundo entero, ofreciendo todo tipo de facilidades económicas y promesas de seguridad jurídicas, aumentando el empleo y creciendo sostenidamente a tasas del casi el 10% anuales. Con ello logran automáticamente el aumento de la competitividad como herramienta para reducir la pobreza.

Es evidente que China ya no es el motor socialista del mundo, su sector privado es el responsable del desarrollo económico y como tal, le brindan las mayores libertades posibles.

Hay un consenso cada vez mayor en el mundo respecto de que los países más exitosos tienen en común ofrecer previsibilidad, seguridad jurídica y un clima favorable a los inversionistas.

Esta fórmula no funciona ni se aplica en América Latica, aquí se está alimentando un nacionalismo estéril y culpando a los demás de sus ineficiencias, se están discutiendo propuestas de libre comercio cuando hay poco y nada con valor agregado que exportar, no podemos competir en calidad, ni en precios ni en volúmenes.

La inseguridad política, social y jurídica están frenando y ahuyentando las inversiones incluso de los mismos latinos, el costo de seguridad es muy alto, en materia política los gobiernos van de bandazo en bandazo, no se puede reinventar en cada gobierno los objeticos de un país, se necesita tener políticas económicas serias, responsabilidad fiscal y políticas bondadosas de apertura económica.

Buena parte de las inversiones que se conservan en América Latica son pequeñas, especulativas, a corto plazo, buscando el negocio rápido con ganancias extraordinarias, sin dejar nada a la región, ni empleo, ni infraestructura, ni progreso tecnológico y mucho menos educación.

¿Qué tiene que hacer América Latina?, lo primero y más urgente es crear instituciones que vayan más allá de los estados nacionales, que logren cohesión. Este primer paso nos da una visión más clara de lo que está pasando en el mundo y podemos salir a vendernos al mundo, atrayendo inversión y poder exportar más. Es la única para revertir nuestra situación social.

Capítulo dos: China la fiebre capitalista.

En la China de hoy todo está cambiando y creciendo muy rápidamente, china se convierte a pasos acelerados en una potencia mundial y será el principal rival económico, político y militar de los Estados Unidos para el año 2020, hoy las principales multinacionales que producen para los americanos y europeos, modificaran sus productor para conquistar a los consumidores chinos.

China está en medio de un proceso de expansión capitalista sin precedentes en la historia mundial. El secreto está en dejar que el sector privado sea el motor de desarrollo económico, el estado controla hoy menos del 30% del P.B.N transformándose en un capitalismo de estado, en un régimen autoritario cuyo principal objetivo económico es mejorar la competitividad a cualquier costo.

Comparando el desarrollo chino y el entorno latinoamericano desde el punto de vista cultural y económico, se encuentran grandes diferencias, van mucho más allá de la mano de obra barata.

En el ámbito cultural los chinos son más disciplinados y estudiosos que los latinos, promueven el ahorro y estimulan la obediencia a la autoridad, pero lo particular es que lo hacen de una manera casi religiosa.

En materia económica China ya es un monstruo y seguirá creciendo, eso lo hace que necesite de América Latina, es esa necesidad de materias primas, que transformarán y darán valor agregado, generando mayor riqueza, mientras que América Latina solo explota sus recursos sin ningún valor agregado, estamos en una escalera mecánica descendente.

En materia política, China hace creer a nuestros países que le hace partícipes de la cadena económica global por comprar nuestros recursos y ahora por invertir en nuestras regiones, cuando lo que busca es una segunda puerta de ingreso de sus productos al territorio americano como contingencia a moticos políticos ó económicos con Estados Unidos.

China se interesa cada vez más en América Latina, porque sus intereses son estratégicos sin desconocer que nuestros beneficios se incrementarían.

De esta relación debemos aprender, se necesitan las reformas para ser competitivos: flexibilizar las leyes laborales e impositivas, y mejorar el sistema educativo.

Capítulo tres: El milagro Irlandés.

Irlanda, hasta no hace mucho uno de los países más pobres de Europa, se ha convertido en uno de los países más ricos del mundo ¿Cómo ha logrado enterrar siglos de agitación política, conflictos sociales y retraso económico para llegar a tener el cuarto ingreso per cápita más alto del mundo?

La receta del progreso fue una combinación de “un acuerdo social” entre empresarios y obreros de apostar a la apertura económica, la ayuda europea, la eliminación de obstáculos a nuevas empresas, la desregulación de la industria de telecomunicaciones, un blanqueo de capitales, cortes de impuestos individuales y corporativos, una fuerte inversión en la educación y el fuerte rumbo fijo que trazó el gobierno en materia política. Así mismo continuó con el recorte del gasto público y bajar las tasas impositivas para generar y atraer inversión extranjera.

Hoy Irlanda es un paraíso para la inversión extranjera, de hecho es el mayor exportador de software del mundo superando a Estados Unidos, es uno de los mayores centros tecnológicos y de la industria farmacéutica del mundo.

No podemos desconocer que un factor clave fue el apoyo estatal a la investigación universitario de productos con posibilidades comerciales.

El progreso había traído nuevos problemas a los irlandeses: el costo de la vivienda subió, el tráfico en sus ciudades fue caótico, la llegada de inmigrantes, pero era problemas del desarrollo que se prefieren al desempleo, criminalidad y pobreza.

Irlanda creció, estaban rezagados, no por conspiración de sus vecinos, por hechizos o porque el pasado fuera sagrado, ni porque las importaciones desplazaran sus productos ni porque faltara capital ó inversiones sino simplemente porque ellos mismos estaban inertes.

Irlanda demuestra que las limitantes no son económicas sino mentales y políticas.

Capitulo Décimo: América Latina en el siglo del conocimiento.

La vieja escuela política en América Latina sostiene que los próximos conflictos mundiales serán por los recursos naturales y que la prioridad de los recursos de la región debería ser proteger la soberanía nacional contra los intentos de las grandes potencias de adueñarse de estos recursos.

Esta es la mayor falacia contra el pueblo latinoamericano, hoy día la riqueza de las naciones yace en la producción de ideas, el siglo XXI es el siglo de conocimiento, en los siglos pasados, cuando el desarrollo económico se basaba en la agricultora o en la producción industrial masiva, ser más grande y rico en recursos naturales, tener más gente era una ventaja, hoy es una desventaja.

Seguimos siendo en América Latica, cautivos de nuestros recursos naturales, que otras transforman y nos los dan de vuelta, más caros por traer un valor agregado.

La experiencia de China, Irlanda, Polonia, República Checa y varios otros países demuestran que hay que invertir más en la educación, ciencia y tecnología, para tener una población capaz de producir bienes industriales sofisticados, servicios o fabricar productos de la economía del conocimiento.

A la hora de escoger en que países invertir, las multinacionales de informática y productos sofisticados van a buscar aquellos que tengan la mayor mano de obra calificada disponible y al mejor precio.

Los países latinoamericanos pueden recortar el gasto público, bajar la inflación, pagar la deuda externa, reducir la corrupción y mejorar la calidad de las instituciones políticas, pero permanecer pobres y con un futuro cada vez más oscuro, porque generan y exportan muy poco conocimiento.

Hemos perdido mucho tiempo en discutir qué modelo económico seguir, en lugar de cómo mejor la educación de nuestra gente. La mejor recta para mejorar el nivel educativo de los jóvenes no es simplemente invertir más en las escuelas, ni aumentar la horas de estudio, ni reducir el número de estudiantes por aula, sino crear una cultura de educación que obligue a los estudiantes a superarse cada vez más.

El tren del progreso avanza, y el que no se sube se queda cada vez más atrás.




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Enviado por:Juan
Idioma: castellano
País: Colombia

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