Educación y Pedagogía


Creer, saber y conocer; Luis Villoro


INTRODUCCIÓN

El autor hace un análisis de los conceptos de creencia, certeza, saber y conocimiento, estableciendo una relación entre estos y, con las razones que justifican la verdad de nuestras creencias, y los motivos que pueden distorsionarlas.

Villoro no sólo trata el conocimiento científico, sino que distingue entre tipos de conocimiento que requieren procedimientos de distintas justificaciones.

Creencia y conocimiento se basan en hombres reales, aquellos que, determinados por motivaciones personales, condicionan circunstancias sociales.

Esto no es ajeno a la voluntad o a la practica del hombre, por lo que hay que regular el conocimiento y la creencia en la vida práctica de la sociedad.

¿Qué es conocimiento?

Conocimiento es un proceso psíquico que acontece en la mente de un hombre, es un producto colectivo y social que comparten muchos individuos.

El conocimiento busca descubrir las causas y consecuencias de un acontecimiento.

Por lo que este ensayo comienza con una incógnita en relación a la lectura sobre Villoro.

¿Saber implica creer?

No precisamente, creer es opuesto a saber, por ejemplo que sentido tiene creer cuando afirmamos.

En sentido restringido la creencia es vacilante o insegura, es decir, tiene algo por verdadero sin estar seguro de ello.

En sentido peculiar, creer no significa tener un hecho por existente, sino aceptar un hecho sin conflicto.

Por lo que, en sentido general, creer es tener simplemente un enunciado por verdadero, es dar un hecho por existente.

Creer

Creer es un sentimiento o un acto de una cualidad especifica que ocurre en la mente de un sujeto, y que sólo es accesible a este sujeto.

Una creencia mental es subjetiva al saber, corresponde a la cualidad del acto, no a su contenido. Mientras que una creencia disposicional no es una propiedad observable de los objetos, sino característica que les atribuyo para explicarlos.

Podemos decir que estamos dispuestos a afirmar una creencia cunado realmente creemos en ella, siempre y cuando no haya motivos que nos impidan creer.

Pero creer implica tener ventajas, dentro de ellas esta que no toda creencia es un acto, hay creencias latentes que son inconcientes; también la introspección para determinar las creencias de una persona es objetivamente comprobable; así como, creer no se usa como un termino descriptivo de algo dado, sino como un término teórico.

Según Marx, no es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia. (Pág. 35).

Toda creencia tendría tres componentes - según M. Rokeach - el cognitivo, el afectivo-voluntario y el connotativo. (Pág. 45).

Para poder realizarla, la posibilidad de que dados ciertos estímulos se den ciertos comportamientos, sin que esta este fuera de esa relación. O bien, donde el estado interno del sujeto tenga una existencia propia aparte de los estímulos y las respuestas.

Una creencia puede determinar una estructura de conducta, la guía y orienta las acciones del sujeto. Para ello, debe haber una actitud que refiera a esta acción; la actitud es la dirección a favor o en contra del sujeto hacia un objeto, esto ante circunstancias que varían las respuestas de la acción del sujeto.

La actitud puede ser aprendida y responde, de manera favorable o no, a un objeto.

Por ello, la creencia es una actitud adquirida, que causa un conjunto coherente de respuestas y que esta determinada por un objeto o situación objetiva aprehendida.

La aprehensión puede ser percepción, imaginación o memoria del sujeto que presentara dicha imagen imaginaria o falseada; pero una situación falseada no suscita expectativas acerca de mi comportamiento.

El sujeto debe, en una situación objetiva, determinar el objeto o dicha situación, donde las acciones del sujeto sean congruentes a su disposición.

Claro que para todo ellos hay razones que debemos tomar en cuenta para creer, por ejemplo, los antecedentes para que el sujeto aprehenda al objeto; los motivos que llevan al sujeto a aceptar al objeto; y las razones que tiene el sujeto para considerar que el objeto existe, justificando las creencias del sujeto sobre el objeto.

La justificación son las razones de alguien para afirmar que no le parecen convincentes las razones de su creencia. Esto se realiza mediante operaciones mentales que dan razón a un estímulo o a una creencia.

Tomemos en cuenta que hay razones implícitas y explicitas para poder creer; las primeras son cuando reflexionamos sobre una creencia, la cual podemos justificar; damos una explicación de la creencia, estas pueden ser de tres clases: 1.- como procesos causales, 2.- cuando adquirimos una creencia y la adoptamos pero que hemos olvidado, o 3.- como principios generales que aceptamos confusamente y que tratamos de aclarar cuando ponemos en duda esa creencia. Mientras que en las segundas no podemos expresar con precisión las razones en que funda una creencia, ya que son complejas y suponen de otras.

Estas razones de la creencia no son concientes en un momento dado, sino que justifican ante nosotros y que debemos admitirlas.

Las razones básicas dicen que las creencias pueden tener razones implícitas, pero que se duda de ellas y se ponen en cuestión, o bien, son razones que ya no son creencias.

Las razones para aducir a una creencia deben sopesar su valor aprobatorio de manera que puedan acceder a la probabilidad de entrar en su conclusión, que el sujeto las considere concluyentes. Pero las razones deben ser coherentes con el resto de sus creencias conscientes y el sujeto considere que las dispone completas para inferir de ellas con mayor o menor probabilidad su creencia, a esto se le llama deliberación.

La deliberación puede ser el rechazo de las razones consideradas la suposición de un juicio o la consideración de las razones como concluyentes, coherentes y completas.

Esto es suficiente para creer y que dicha creencia este justificada para ella.

La justificación puede ser el proceso anterior o simultaneo a la adopción de la creencia, lo que será causa de su adopción. Pero si el proceso de justificación es posterior a la adopción de la creencia podrá ser causa al mantenimiento de la creencia y rechazará las dudas posibles que puedan surgir. O bien, podrá ser causa de otra creencia relativa al mismo hecho creído con una distinta probabilidad.

Si bien hay razones para creer, también hay motivos para creer.

Pero antes definamos lo que es motivo, pues bien, es todo aquello que mueve o induce a una persona a actuar de cierta manera para lograr un fin. Estos pueden ser deseos, temores, pasiones, pulsiones, etc., para obtener un estado de satisfacción.

La voluntad es uno de los motivos por lo que una creencia pueda considerarse falsa, esta refiere las razones a la totalidad de las creencias; y podemos decidir acelerar, retrazar o interrumpir el proceso de deliberación hacia dicha creencia.

Ahora bien, dentro de los grados de certeza están la seguridad, firmeza o adhesión de la creencia y da por suficientes las razones consideradas para creer, de modo que pasa de la representación de la proposición a la creencia en ella.

Las convicciones son creencias que integran nuestra personalidad, cumplen nuestros deseos profundos, obedecen a un proyecto vital, satisfacen intereses permanentes, que le otorgan sentido a la vida.

La ideología es la aceptación de las razones que pueden fundar la conclusión querida. No aduce motivos, sino razones para fundar sus proposiciones acerca de propiedades objetivas.

La ideología es un pensamiento que tiene razonamientos distorsionados por intereses particulares.

Esta suele fijar el proceso de justificación en argumentos y razones que no pone en cuestión y que son susceptibles a ser reiterados.

Saber visto desde la creencia

Saber es una proposición que puede ser verdadera o falsa, o bien, que puede mencionar una actividad.

Por ejemplo, quien sabe realizar cierta actividad también tiene algún saber proposicional acerca de ella, sabe que esa actividad tiene tales o cuales características.

Para Platón, saber es tener una creencia verdadera y justificada. (Pág. 127).

Saber en un sentido vago es estar informado, es tener noticia de algo o haberse enterado de…

Lo que significa simplemente haber aprehendido un estado de cosas por diferentes medios, o haber captado situaciones mediante la percepción o la memoria.

En un sentido de “darse cuenta” o “prestar atención”, distingue un acto conciente de otro reflexivo.

Y en un sentido de “aprehender” o “percatarse” es una condición para creer.

Para creer es indispensable percatarse de lo que se cree.

Saber en primera persona implica que “creo” no excluye la posibilidad de estar equivocado.

Entendamos creencia en sentido fuerte o de certeza como estoy seguro… o estoy cierto que…

Y hablamos de creencia en sentido débil o de presunción en primera persona cuando usamos “creo” como presunción y no como certeza. Este puede tener sentido irónico o equivoco.

Saber en segunda y tercera persona, expliquémosla de la siguiente manera: A “sabe” y tiene justificación para sustentar ese saber, pero B sabe que A cree saber y tiene supuestas justificaciones, las cuales son erróneas, y que B no acepta como verdaderas para afirmar que A “sabe”.

Ahora bien, en el momento en que creo tener razones suficientes para afirmar algo, no puedo afirmar que no lo sé, pues sería afirmar que mis razones no son efectivamente suficientes, sólo puedo sospechar que podrían mostrarse insuficientes para otra persona o para mí en otro momento. Este como contraejemplo.

Las razones para saber deben ser concluyentes, completas y coherentes para quien las sustenta.

Pero esto nos lleva a una nueva incógnita ¿quien restringe nuestro saber, quien lo anula o lo alienta, quien nos permite explicarlo para que sea un conocimiento colectivo con las justificaciones necesarias?

Este es el “sujeto epistémico”, un individuo empírico, no es un sujeto trascendental fuera de la historia, sino en cuanto tiene acceso a un numero determinado de razones y creencias.

Según Kant, la comunidad epistémica busca convertir a todo sujeto empírico en miembro de una intersubjetividad trascendental de la ciencia. Para ello necesita de loa educación, la cual es la base para controlar una sociedad epistémica. (Pág. 149).

Las comunidades epistémicas están condicionadas tanto en el espacio como en el tiempo.

Si bien nadie puede tener acceso a la totalidad de los sujetos epistémicos de una comunidad, si puede tenerlo a la totalidad de las razones pertenecientes para su creencia.

La verdad y el saber

El saber es un estado interno de alguien, si nos referimos a una verdad sabida, el sujeto debe aparecer en los dos términos de la relación de verdad.

La noción de verdad y su correlativa de realidad son necesarias para comprender el contenido de objetividad. La noción de realidad y de verdad son indispensables para explicar la objetividad de la justificación.

De la mayoría de nuestros saberes podemos estar seguros que nunca serán corregidos. Si para calificar una creencia de “saber” exigiéramos la verdad absoluta de lo sabido, nunca podríamos afirmar que sabemos, sino sólo que creemos saber.

Conocer

El conocimiento en general es un estado disposicional a actuar, adquirido o determinado por un objeto o situación objetiva aprehendidas, que se acompaña de una garantía segura de acierto.

Conocer supone un contacto directo, al contrario que saber.

La aprehensión inmediata de las cualidades dadas puede ser sometida a ordenaciones y síntesis mediante reglas aplicables a toda experiencia.

Por el contrario, cuando se conoce realmente un objeto, supone formamos un cuadro general acerca de cómo es el objeto y no sólo de cómo aparece a la aprehensión inmediata.

Conocer implica poder contestar múltiples y variadas cuestiones, de la más diversa índole sobre el objeto.

La transmisión de un saber no difiere de su justificación ante el otro. Para transmitir un saber al otro sujeto basta con justificarlo ante él, mostrándole las razones en que se basa. Justificar ante los demás nuestra creencia de que tenemos un conocimiento, no implica necesariamente transmitir éste.

De hecho, la mayoría de nuestros saberes no hay tenido por base nuestra propia experiencia, sino el testimonio de la ajena.

La ciencia como conocimiento

Consiste en un conjunto de saberes compartibles por una comunidad epistémico determinada, con un cuerpo de proposiciones fundadas en razones objetivas suficientes.

Los enunciados de objetivación se verifican por una experiencia directa.

La ciencia es un saber impersonal.

La sabiduría como conocimiento

La sabiduría no se fija en la existencia de razones objetivamente suficientes para una creencia. No necesita ser aceptada universalmente. Narra una experiencia vivida, transmite un trato directo con las cosas.

La sabiduría es un conocimiento personal.

Dogmatismo y Escepticismo. Formas de intolerancia

El dogmatismo acepta razones insuficientes de incontrovertibles, pretende pasar por saber universal sus opiniones personales; mientras que el escéptico rechaza cualquier razón que no sea incontrovertible y no deja pasar ninguna opinión personal que no tenga el carácter de saber universal.

El científico contemporáneo conduce a una deshumanización del saber. En la ciencia misma no puede plantearse el conocimiento de valores ni la elección de fines. Ambos son asuntos de sabiduría, la cual es el fruto de un conocimiento personal.

Ejemplo:

La cultura es una totalidad que rebasa la vida de una persona, es el contexto en el que se cumplen sus deseos y se ejercen sus decisiones. Si ética es una disciplina que se ocupa del deber ser de nuestras disposiciones y acciones, esto formaría parte de la ética de la cultura.

Una ética de las creencias habría de referirse a las meras maneras, así como la voluntad debe incidir en la justificación, al adopción y el rechazo de las creencias comunes de una cultura.

Una ética de las actitudes se preguntaría por los valores a los que debería dar preferencia una cultura y una ética de las intenciones sobre los fines que debe fijarse para una cultura y las acciones conformes con esos fines.

CONCLUSIONES

El conocimiento responde a la necesidad de hacer eficaz nuestra acción en el mundo y darle un sentido.

Este es le resultado de una lucha contra los motivos que nos impiden alcanzar la realidad, puede ser una lucha entre los intereses particulares y los generales.

El dogmatismo y el escepticismo sujetan las creencias colectivas a intereses de personas o grupos. La realización del hombre por el conocimiento, su liberación, el acceso a una comunidad racional.

El conocimiento sólo se obtiene al cumplir con las condiciones de racionalidad, estas implican la liberación de las formas de dominio sobre las creencias que imponen los intereses particulares.

Por ello, la educación para acceder a esa verdad, no puede consistir en la transmisión de saberes compartidos, sino en el fomento de hábitos de vida, de virtudes, de maneras de ver la existencia, de actitudes que permites acrecentar las capacidades y dones personales.

BLIBLIOGRAFÍA

Villoro, Luis, Creer, saber, conocer, Siglo XXI, México, 2004.




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Enviado por:Yadiam
Idioma: castellano
País: México

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