Biología, Botánica, Genética y Zoología


Consumo de drogas


Introducción

El consumo de drogas representa actualmente un grave problema en nuestra sociedad, diversos aspectos son los que hacen que aumente considerablemente la preocupación entre nosotros:

Por el aumento del consumo en los jóvenes.

El consumo de nuevas drogas de diseño.

La difusión de las drogas a todos los estratos sociales.

La tendencia a la delincuencia de los jóvenes que necesitan consumir.

Las repercusiones tanto físicas como psicológicas que conlleva el consumo. El problema de las toxicomanías no ha disminuido; hay drogas como la heroína, cuyo abuso se ha extendido ampliamente entre la sociedad. Las muertes por sobredosis figuran entre las noticias de la prensa diaria. En los años 70 aumentó bruscamente el consumo del alcohol en los jóvenes. No son pocos los que se estropean la salud y acaban con su vida por el abuso de las drogas; unas ilegales como la heroína y el hachís, y otras legales como el alcohol y el tabaco. Incluso peca nuestra sociedad de, en lugar de refrenarlo y procurar las alternativas necesarias para evitarlo, de estimular el consumo mediante la propaganda. En la sociedad cambiante que nos ha tocado vivir, las variaciones de las costumbres, el paro, la crisis de la familia, la inseguridad, la desilusión y la falta de oportunidades constituyen una serie de factores que contribuyen a que cada vez sea más grande el número de personas que buscan la posibilidad de ayuda para hacer frente a la vida diaria en el consumo de las drogas.

La cocaína

La cocaína es una sustancia estimulante del sistema nervioso central, altamente adictiva. Es el principal alcaloide de la planta de coca, un pequeño arbusto originario de las regiones subtropicales de América del Sur. Los indígenas de las regiones Andinas han utilizado las hojas secas de la planta de coca, generalmente mascadas, desde hace al menos 15 siglos. Tomada de esta forma, el sujeto lograba por lo general los mismos efectos mentales que los de su principio activo, la cocaína, si bien éstos son menos intensos y más sostenidos.

La cocaína, que fue aislada por primera vez en 1855, se extrae de las hojas de coca mediante un complejo proceso químico.

La cocaína adquirió gran popularidad en pocos años, hasta tal punto que una gran variedad de tónicos, productos de libre dispensación y medicinas patentadas de finales del siglo XIX la contenían entre sus ingredientes. De hecho, la misma Coca-Cola incluía cocaína en su fórmula magistral original como principal componente activo, hasta que ésta fue sustituida por la cafeína en 1903. Paralelamente, fue generalizándose el consumo de cocaína, quedando patente su alto poder adictivo, apareciendo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX un elevado número de individuos dependientes de cocaína, tanto en Estados Unidos como en Europa.

El crack

La cocaína es vendida generalmente como una sal soluble en agua, el clorhidrato de cocaína, que se presenta habitualmente como un polvo blanco adecuado para ser inyectado o esnifado, y se descompone al calentarla. Se suele mezclar con sustancias como talco, Maizena, anfetaminas, quinina, estricnina, detergentes, formol, etc. De ahí que su pureza fluctúe entre un 5% y un 65%.

Para poder fumarla, la cocaína debe ser alterada químicamente para formar la denominada cocaína en base-libre, que a su vez puede ser mezclada con bicarbonato sódico, dando lugar al crack. El crack es un tipo de cocaína en base libre muy potente y con alto poder adictivo, de modo que incluso tras una o dos experiencias de consumo se pueden provocar intenso craving o ansia de continuar seguir consumiendo.

¿Cómo se consume la cocaína?

La forma más habitual de consumo de esta sustancia en nuestro medio es esnifando las típicas “rayas” de cocaína por la nariz. Otra forma de consumo que se utiliza cada vez con mayor frecuencia en nuestro país es la fumada (en base-libre o en crack). Sin embargo, la cocaína también puede ser consumida por vía intravenosa, vía utilizada casi exclusivamente por sujetos politoxicómanos, por inyección subcutánea. Asimismo, puede aplicarse frotándola sobre las encías o sobre otras mucosas.

Tras el consumo intranasal, los efectos subjetivos son percibidos a los 3-5 minutos, observándose la concentración máxima en sangre a los 30-60 minutos de haberla esnifado. La cocaína fumada constituye la forma más rápida de entrada en la circulación cerebral (aproximadamente entre 6 y 8 segundos). La duración de los efectos subjetivos suele ser de unos 15-30 minutos tras consumirla esnifada y alrededor de 5-10 minutos al fumarla, de modo que pasado este tiempo el consumidor típicamente ansía tomar mas cocaína.

La cocaína a menudo es utilizada en combinación con otras sustancias, siendo particularmente frecuente la asociación con el alcohol, que los consumidores de cocaína utilizan bien para reducir la irritabilidad experimentada durante el consumo de cocaína, o como desinhibidor en el curso de dicho consumo. Algunos acaban desarrollando adicción al alcohol junto con su problema con la cocaína. Al ingerir conjuntamente estas dos sustancias se forma un metabolito de mayor toxicidad, el cocaetileno. Entre pacientes politoxicómanos es frecuente el consumo de cocaína en combinación con heroína.

Algunos cocainómanos, especialmente los que toman la cocaína por vía esnifada, pueden continuar con consumos intermitentes durante años, pero no por ello dejan de ser adictos a esta sustancia en largos períodos de tiempo. Sin embargo, en otros casos se observa un patrón de consumo compulsivo, en auténticos “atracones” que pueden durar desde pocas horas a varios días.

¿Cuáles son los efectos de la cocaína?

El consumo de cocaína provoca un aumento, por lo general dependiente de la dosis, de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, acompañados de dilatación de las pupilas y aumento de la temperatura corporal. Además, produce una sensación de estimulación breve que el sujeto puede experimentar como una elevación transitoria del estado de ánimo, aumento de la confianza y de la agudeza mental, excitabilidad, locuacidad, así como disminución de las sensaciones de fatiga y sueño. Sin embargo, destaca sobre todo una intensa sensación de euforia, cuya intensidad y brevedad ayudan a entender el deseo, ansia (o craving) por más cocaína y por lo tanto el uso continuado de esta droga. Tanto los efectos subjetivos como los fisiológicos aparecen de forma casi inmediata, y si bien son independientes de la vía de consumo, la intensidad con que se experimentan sí va a depender de la dosis, de la vía de administración y del patrón de consumo.

Al desvanecerse la euforia, se instauran sensaciones de tipo disfórico, caracterizadas por decaimiento o hundimiento, cansancio y una intensa ansia de más cocaína, acompañadas de agitación y ansiedad. Finalmente, puede dar lugar a fatiga, agotamiento, hipersomnolencia y apetito descontrolado. Todos estos síntomas desaparecen, a la vez que reaparece la euforia, con la siguiente toma de cocaína y explica la “necesidad” que experimentan muchos consumidores de continuar tomándola descontroladamente una vez se han desvanecido los efectos de la dosis ingerida.

¿Qué riesgos aparecen con el consumo de cocaína?

Con el consumo de cocaína aparecen importantes consecuencias adversas para la salud. Estos efectos indeseables no aparecen exclusivamente en cocainómanos con muchos años de consumo, sino que pueden surgir incluso tras pocas exposiciones a la droga. En dosis elevadas, o en dosis bajas en sujetos predispuestos independientemente de la vía de administración, la cocaína puede provocar:

  • temblores o tics

  • cambios de humor

  • crisis de ansiedad

  • intranquilidad

  • irritabilidad

  • alteraciones de la percepción

  • insomnio

  • síntomas psicóticos, como ideas o delirios de tipo paranoide, o alucinaciones.

En sobredosis, la cocaína puede causar:

  • infarto de miocardio (o incluso muerte súbita por el potente efecto vasoconstrictor)

  • convulsiones

  • infartos cerebrales o hemorragias cerebrales.

Con el consumo continuado por vía intranasal (esnifada), la cocaína puede producir:

  • congestión nasal

  • ulceración de la membrana mucosa de la nariz

  • perforación del tabique nasal.

Independientemente de la vía de administración, con el consumo continuado la cocaína puede provocar impotencia. También pueden provocar alteraciones del ritmo cardíaco, hemorragias internas, hipertensión, o alteraciones respiratorias de diversa gravedad. Asimismo, con el uso continuado de la cocaína pueden aparecer trastornos del estado de ánimo, como depresión.

El consumo de cocaína durante el embarazo se ha asociado con un mayor riesgo de abortos y de malformaciones congénitas.

Las benzodiazepinas

 Las benzodiazepinas (también llamadas “benzos”) son tranquilizantes menores. A través de su acción se enlentece la actividad del sistema nervioso central, es decir, se enlentecen o retardan los mensajes que entran y salen del cerebro hacia todo el resto del organismo, incluyendo las respuestas físicas, mentales y emocionales. Así como el alcohol y los opiáceos, las benzos son  drogas depresoras del sistema nervioso central.

Son producidas a través de procesos de síntesis química. El grupo de las benzos está integrado por más de 24 drogas diferentes,  cada una de las cuales  tiene un nombre químico o genérico. Por ejemplo, son benzodiazepinas el Diazepam, Valium, Nitrazepam, Temazepam, Ativan, o el Flunitrazepam (Rohypnol en su nombre comercial).

Son los tranquilizantes menores mas comúnmente prescritos por los médicos para calmar la ansiedad (ansiolíticos) o para promover la sedación y el sueño (hipnóticos).

¿Cómo se consumen?

Son consumidas generalmente por vía oral aunque excepcionalmente pueden ser también consumidas por alguna otra vía como la intravenosa. Las benzos no están diseñadas para ser inyectadas. No te olvides que además la vía intravenosa es por lejos la más riesgosa de todas las vías. Trata de evitarla siempre. 

¿Cuáles son sus efectos?

 Los efectos de las benzodiazepinas sobre tu salud  (y de todas las drogas, tanto legales como ilegales) dependen de la interacción de los siguientes factores:

  • las características de la sustancia y la forma en que la consumas

  • tus características personales: personalidad, peso, edad, estado de salud y de ánimo, así como tu experiencia pasada como consumidor de la droga en cuestión

  • las circunstancias en las cuales consumís la droga: compañía, lugar, legalidad

Puedes encontrar mayor información en el  “Modelo Interactivo”

Las benzodiazepinas deprimen la actividad mental, reducen el estado de alerta, alivian la tensión y la ansiedad, así como también inducen sensaciones de calma y relajación. Estas sensaciones  de calma pueden ser vivenciadas como placenteras. Sin embargo en personas que no son ansiosas, las benzodiazepinas generalmente no producen  sensaciones positivas de placer o bienestar. Esto es lo que explica en buena medida que no sean populares como drogas recreativas.

En dosis altas funcionan como inductores del sueño.

¿Qué riesgos puede tener el consumo de benzodiacepinas?

El consumo de benzodiazepinas por un tiempo prolongado puede hacer que el organismo desarrolle tolerancia a estas drogas. Luego de tomarlas 2 semanas consecutivamente, las benzos se vuelven ineficaces como píldoras para dormir y luego de tomarlas aproximadamente durante 4 meses, se vuelven también ineficaces para calmar la ansiedad.

Se estima que aproximadamente la mitad de las personas que luego de 1 año continúan tomando benzodiazepinas lo hacen debido a la dependencia física y psicológica que este consumo ha producido y no debido a los efectos médicos y terapéuticos de la droga.

Algunos de los efectos del consumo prolongado de benzos pueden ser los siguientes: somnolencia, falta de motivación, pérdida de memoria, ansiedad, irritabilidad, distorsión del sueño, problemas sexuales y aumento de peso entre otros.

Por otra parte, dosis muy altas de benzodiazepinas  pueden causar una sobredosis, con pérdida de conocimiento y posterior coma. Es muy raro que la  sobredosis de benzos lleve a la muerte, pero si son combinadas con alcohol u otras drogas, la muerte puede producirse por inhalación del vómito cuando la persona está inconsciente.

No es recomendable el uso de benzos durante un tiempo (mas de 2 o 3 semanas). Si bien pueden ayudar a calmar la ansiedad en el corto plazo, no  resuelven el problema que la causa y pueden agravar la situación si se genera una dependencia a estas sustancias.

Opinión personal

La solución es difícil y delicada por entrar en juego la libertad de las personas a la hora de consumir o no. Pienso que las personas que consumen no son culpables, sino victimas de su propia situación. ¿Donde estaría la solución? por otro lado hoy día pienso que hay suficiente información al respecto, pero ¿Dónde están los verdaderos culpables del engranaje que maneja este complejo mundo de las drogas? Con respecto a las drogas permitidas, pienso que si todo lo que sea droga y que pueda dañar de alguna forma u otra a nuestro organismo no debería estar permitido, no entiendo porque están permitidas si aunque en menor medida, nos perjudican igual que las demás. Si las permiten que las permitan todas y las personas con un poco de cabeza no las consumiran al igual que no consumen las que hoy en día están permitidas, sino que las prohíban todas, que es lo que deberían de hacer.




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Enviado por:Monmin
Idioma: castellano
País: España

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